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AGRUPACIÒN ROP
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UNIDADES 1 y 2
Otras realizaciones
Análogos fundamentos democráticos tiene la creación de las bibliotecas populares. Tampoco sería
posible la educación sin bibliotecas. “La civilización en América está ahí —dijo— en ligar la escuela con el
libro”. Por tal motivo crea bibliotecas populares ambulantes y jamás cede en esta obra, aunque conoce
el triste destino de algunas de ellas.
Era necesario remediar, aunque fuese en parte, la incuria de los gobiernos anteriores en materia
de educación. A este propósito respondió su acción en favor de las escuelas nocturnas para adultos y las
escuelas para soldados. Igualmente, sus ideas sobre la obligación del Estado y de los propietarios de
habilitar dos horas de la jornada de trabajo para que los peones y los obreros recibieran instrucción.
El proyecto de crear asilos maternales —organizaciones que había admirado en Francia—, así
como las cajas de ahorro escolar y las escuelas para deficientes y atrasados figuran también en su
programa de política social. 1
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Cuando llegó a la Presidencia de la República concretó en obras sus ideas, superando en dura lucha todas las adversidades para aplicar ese programa de
redención del pueblo por medio de la educación. Así, fundó cinco colegios nacionales y varios planteles técnicos de diverso tipo y nivel, atendiendo a las
necesidades económicas de la región; creó granjas escolares para la experimentación agrícola; promovió la investigación científica, con instituciones de
jerarquía, tales como Academias, la Facultad de Ciencias Exactas y Físico Naturales en la Universidad de Córdoba y el Observatorio Astronómico en la misma
ciudad, contratando los servicios de sabios estadounidenses y alemanes; propagó gabinetes y laboratorios con fines de renovación didáctica; estableció
museos; creó el Colegio Militar y la Escuela Naval, estimulando la elevación cultural y técnica de las respectivas profesiones; asignó bienes para la fundación
de seminarios conciliares; decidió la realización del primer censo escolar del país, etc.
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actitudes, elevar el sentido moral y, en definitiva, lograr la prosperidad general. El porvenir de un país,
por consiguiente, se funda en el desarrollo social, y de modo singular en la educación.
Hemos visto más arriba que los remedios preconizados por Sarmiento para atacar nuestros males
sociales eran la educación pública, el trabajo y la inmigración europea. La aplicación de este último
remedio provocaría, junto con la regeneración de la primitiva sangre hispano-indígena, una saludable
asimilación de la cultura y la productividad de las naciones europeas más civilizadas.
A la escuela primaria la designaba con el nombre de “educación nacional”, porque la grandeza y el
porvenir del país, tanto como la salvación de los valores tradicionales, dependen de la mayor suma de
instrucción que pueda impartirse al mayor número de ciudadanos en el menor tiempo posible,
mediante la acción combinada del Estado y de los padres de familia. He aquí la razón de su preferencia
por este nivel de la enseñanza antes que por la educación superior. Ello no significaba el
desconocimiento del valor de los estudios secundarios y superiores, en la medida en que el sistema de
enseñanza en su conjunto contribuía a desarrollar la prosperidad general, elevando la moral del pueblo.
Mas la instrucción primaria impartida por el Estado a todo niño en edad escolar, sin discriminación
social, económica, política o religiosa, era la más firme garantía de la unidad nacional.
OSCAR OSZLAK: La formación del Estado Argentino. Ámbitos de actuación y formas de penetración del
Estado
La existencia y desarrollo de las instituciones estatales puede observarse como un verdadero
proceso de expropiación social, es decir, su creación y expansión implica la conversión de intereses
comunes de la sociedad civil en objeto de interés general y por lo tanto en objeto de acción de ese
Estado en formación. La sociedad va perdiendo competencias, ámbitos de actuación en los que hasta
entonces había resuelto las cuestiones que requieren decisiones colectivas de la comunidad.
Al disolverse la Confederación Argentina (gobierno provisional de Mitre: 1862-1868), la resolución
de los asuntos públicos siguió en manos de los gobiernos provinciales y de algunas instituciones civiles
como la Iglesia o asociaciones voluntarias. La construcción del estado suponía enajenar a estas
instituciones parte de sus facultades apropiando ámbitos funcionales que constituirán en el futuro su
legítimo dominio. Esta apropiación implicaba una profunda transformación del marco de referencia de
la actividad social. Había que materializar en acción lo que hasta entonces era una formal declaración de
intenciones. Por un lado, se trataba de adquirir el monopolio de ciertas formas de intervención social
reservadas hasta ese momento a la jurisdicción de las provincias aun cuando su ejercicio por éstas
contraviniera expresas disposiciones constitucionales. Por otro lado, se trataba de una invasión por el
Estado nacional de ámbitos de acción propios de los particulares convirtiendo sus intereses en objeto de
atención e interés público. También, en parte de la delimitación de nuevos ámbitos operativos que
ningún otro sector de la sociedad estaba en condiciones de atender, sea por la naturaleza de la actividad
o la magnitud de los recursos involucrados. La existencia del Estado nacional exigía replantear los
arreglos institucionales preexistentes desplazando el marco de referencia de la actividad social de un
ámbito local y privado a un ámbito nacional y público, pero esa existencia implicaba una concentración
de recursos materiales y de poder a partir de los cuales se resolvían algunos desafíos que planteaba el
desarrollo capitalista. Las fuerzas militares de Bs. As. pasaron a constituirse en el núcleo del nuevo
ejército nacional, el Ministerio de Guerra y Marina, etc. se pasaron al orden nacional.
El autor quiere ver las diferentes formas que asumió este proceso de apropiación y/o creación de
los ámbitos de actuación que constituirían su jurisdicción funcional. Los esfuerzos del gobierno fueron
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dirigidos especialmente a la formación de un ejército y un aparato recaudador.
Mitre organizó un ejército regular cuyos cuerpos de línea se distribuyeron estratégicamente por el
interior del país. Pasaría tiempo hasta que la institución militar consiguiera organizarse sobre bases más
o menos estables.
La reorganización del sistema rentístico y su aparato recaudador se llevó a cabo a partir de los
recursos y organismos correspondientes de la provincia de Bs. As. Transformarlos en una institución
implicó desplegar diversas actividades: adquirir el control de las aduanas interiores que se hallaban en
manos de las provincias, etc. En algunas áreas se trataba de que las provincias consintieran transferir a
la nación algunas prerrogativas como la emisión moneda o la administración de la justicia. El problema
ya no se reducía a montar, sobre la base de instituciones de Bs. As., organismos con proyección
nacional, sino de apropiar y concentrar atribuciones, ejerciéndolas a través de mecanismos no nuevos,
ya creados. Esto explica en parte el fracaso de los proyectos iniciales de nacionalizar la moneda y la
banca.
Conquistar el orden también suponía para el gobierno nacional apropiar ciertos instrumentos de
regulación social hasta entonces impuestos por la tradición, legados por la colonia o asumidos por
instituciones como la Iglesia. Su centralidad en el estado permitiría aumentar el grado de previsibilidad
en las transacciones, uniformar ciertas prácticas, acabar con la improvisación crear nuevas pautas de
interacción social. No había en estos casos una clara lógica de sustitución. La variedad de ámbitos
operativos en los que el gobierno nacional comenzó a reclamar jurisdicción señalan más bien un alerta
pragmatismo reñido muchas veces con la filosofía antiintervencionista del liberalismo.
Las heterogéneas disposiciones, costumbres, instituciones y prácticas socialmente aceptadas que
desde la colonia y la independencia del país habían conformado un cuerpo jurídico amorfo e
inconsistente, fueron lentamente sustituidas por modernos códigos. Inspirados en la tradición jurídica
europea pero adecuándose a la idiosincrasia de la sociedad argentina y a los requerimientos que el
nuevo orden imponía, estos nuevos códigos anticiparon y regularon los distintos aspectos de la vida civil
y la actividad económica.
A veces la apropiación funcional implicó la invasión de fueros ancestrales, por ejemplo, cuando el
Estado se encargó del registro de personas, el matrimonio civil, la administración de cementerios
tradicionalmente asumidos por la Iglesia. A veces la combinación en ciertos campos con la acción de los
gobiernos provinciales y la de los particulares. Por ejemplo, la educación, área en la que el gobierno
nacional tendría una creciente participación y se reservaría prerrogativas de superintendencia y
legislación general. Los ferrocarriles también representan un campo de incursión compartida con las
provincias y el sector privado, negocios bancarios. A menudo el Estado utilizó la fórmula de concesión,
contribuyendo a la formación de una clase social de contratistas y socios del Estado.
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El desarrollo de actividades productivas, la mayor complejidad de las relaciones sociales, el rápido
adelanto tecnológico, etc. fueron creando nuevas necesidades regulatorias y nuevos servicios que el
gobierno nacional comenzó a promover y tomar a su cargo (servicio de correo, promoción de la
inmigración, la formación de docentes). Estas actividades fueron apropiadas por el Estado sustituyendo
en su ejecución a otros agentes sociales. Esta sustitución implicaba la transferencia y concentración de
ámbitos funcionales cuyo control representaría una fuente de legitimación y poder. Asumiendo la
responsabilidad de imponer un orden coherente con las necesidades de acumulación, el Estado
comenzaba a hallar espacio institucional y a reforzar los atributos que lo definían como sistema de
dominación.
La apropiación y creación de ámbitos operativos comenzó a llenar de contenido la formal
existencia del Estado y dio vida a una nueva instancia que sacudía las formas tradicionales de
organización social y ejercicio del poder político. Gobierno de Mitre reacciones del interior. A pesar
de que el movimiento iniciado en Bs. As. contaba con aliados de causa interior fue la rápida movilización
de su ejército el argumento más contundente para ganar la adhesión de las provincias. La centralización
del poder y los recursos resultaban insuficientes. Para ser efectiva debía ir acompañada por una
descentralización del control, es decir, por una presencia institucional permanente que fuera
anticipando y disolviendo rebeliones interiores y afirmando la suprema autoridad del Estado nacional.
Pero esta presencia no podía ser solo coactiva. Si bien durante la guerra de independencia la
organización del Estado nacional había tenido un claro sentido político, las luchas recientes habían
puesto de relieve el inocultable contenido económico que había adquirido esa empresa. La legitimidad
del Estado asumía un carácter diferente: la represión aparecía como condición necesaria pero la
creación de bases consensuales de dominación aparecía también como atributo esencial de la estatidad
suponía la constitución de una alianza política estable y una presencia articuladora material e
ideológica que soldara relaciones sociales y afianzara los vínculos de la nacionalidad.
Diversas modalidades en que se presentó esta penetración a pesar de ser un proceso único:
- Una primera modalidad Represiva: fuerza militar unificada y distribuida territorialmente con
el objeto de prevenir y sofocar todo intento de alteración del orden impuesto por el Estado nacional.
- Una segunda modalidad Cooptativa: captación de apoyos entre los sectores dominantes y
gobiernos del interior a través de la formación de alianzas y coaliciones basadas en compromisos y
prestaciones recíprocas.
- Una tercera modalidad Material: diversas formas de avance del estado nacional a través de la
localización en territorio provincial de obras, servicios y regulaciones indispensables para su progreso
económico.
- Una cuarta modalidad Ideológica: creciente capacidad de creación y difusión de valores,
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conocimientos y símbolos reforzadores de sentimientos de nacionalidad que tendían a legitimar el
sistema de dominación establecido.
Simultaneidad y compleja imbricación de estas categorías analíticas.
FERNANDO MARTÍNEZ PAZ: Primera etapa. Hacia el sistema educativo nacional (1863-1884)
Las primeras orientaciones de una política nacional de la educación común y pública el proceso
de desarrollo del sistema educativo nacional se vio condicionado por una situación educativa donde
había problemas de analfabetismo y relacionados con la escuela desierta. El bajo porcentaje de
concurrencia a la escuela resultaba desalentador. Los pocos intentos a favor de la educación se unían a
tradiciones locales o particularismos y esa diversidad de perspectivas es a su vez una de las causas
determinantes de una enseñanza sin sentido nacional. Se sumaba la falta de maestros preparados, el
país no contaba con personal habilitado en número suficiente de modo que no lograban cubrirse los
reclamos educativos. Otro factor agravante de los problemas del desarrollo y organización de la
enseñanza era el proceso migratorio. Argentina recibía importantes corrientes migratorias pero la gran
mayoría de los inmigrantes no sabia leer. Una casi total indiferencia pública contribuía a neutralizar los
intentos provinciales o individuales a favor de la enseñanza. Los censos escolares realizados en algunas
provincias indicaron un notable desajuste en la educación de ambos sexos; asistía a la escuela un
número más elevado de varones. Las escuelas sufrían una situación precaria e inestable funcionando
muchas veces en locales inapropiados y sin elementos suficientes. La mayoría de los inmigrantes
continuaba sin saber leer ni escribir. Sin embargo, según porcentajes de analfabetismo, concurrencia,
número de maestros y escuelas de otros países (Chile y Brasil), el estado de la educación resultaba
superior en la Argentina.
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Educación y constitución el país todavía estaba muy lejos de ofrecer una respuesta adecuada a
la demanda educativa por lo que se hacía necesario definir y llevar a la práctica una política nacional de
educación común y pública capaz de afianzar y promover la enseñanza. Todas las cuestiones
relacionadas a los intereses del país debían encuadrarse en el marco jurídico-político de la Constitución
de 1853 (reformada en 1860), no solo aseguraba el ordenamiento jurídico de las fuerzas sociales si no
que también organizaba el estado garantizando a los ciudadanos el goce de sus derechos en pacífica y
armónica convivencia. La respuesta a los problemas educativos debía ajustarse a los principios
constitucionales. La educación en ese momento es considerada una de las fuerzas jurídicas y sociales
más importantes. La Constitución al colocar la educación pública entre los deberes y funciones del
gobierno había esbozado un programa realista y necesario. Ofrecía los presupuestos básicos para
estructurar un sistema educativo. Confirió al Congreso la facultad de dictar planes de instrucción general
y universitaria y afirmó como un deber supremo de las provincias el cuidado de la enseñanza primaria.
Éstas comenzaron a organizar su enseñanza primaria, así quedaron establecidos principios como la
gratuidad y la obligatoriedad de la enseñanza primaria oficial, derecho de los municipios a organizar sus
escuelas, las asignaciones de rentas propias para la educación pública y las facultades de los órganos
legislativos para dictar planes y reglamentos generales sobre educación. Dichos principios fueron
afirmándose formalmente a través de un movimiento de organización legislativa que trató de afianzar el
gobierno de las escuelas provinciales con el fin de dar cumplimiento a las disposiciones generales de la
Constitución Nacional, pero algunos de ellos resultaron difíciles de llevar a la práctica.
Función social y política de la educación las bases y los principios constitucionales del marco
jurídico-político de este período coincidían a su vez con las ideas dominantes acerca del valor y la
necesidad de la educación reconociéndola como uno de los factores decisivos en el desarrollo de los
pueblos y las instituciones democráticas.
Presupuestos de este pensamiento:
- La difusión de la enseñanza era una de las preocupaciones de la humanidad y el país debía
responder a esa inquietud universal preparando ciudadanos capacitados para enfrentar una época que
indudablemente requería cada vez más conocimientos;
- Por medio de la educación se lograrían las condiciones de orden y progreso necesarias al país ya
que el poder y la riqueza de los pueblos, dependía en gran medida de su ilustración;
- Educar a todos los habitantes, la escuela seria el centro de la verdadera democracia pues solo un
pueblo educado es libre;
- La educación era el ariete para derrumbar las enormes murallas de la barbarie, alfabetizar era
incorporar a la civilización;
- El gobierno debía asumir la responsabilidad de educar al pueblo. La palabra democracia
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recobraría su verdadero sentido y la república se encauzaría en un camino del progreso y desarrollo;
- La educación pública debía ser una preocupación del gobierno. Su intervención despertaba en los
hombres y en los pueblos nuevas energías restituyéndole la plenitud de sus fuerzas y preparándolos
para la emancipación social.
Había un esquema político de la educación expresado en la idea de que la escuela es un derecho
para el hombre en la infancia. La instrucción daba un título para el ejercicio responsable de todos los
derechos sociales. Todos los presupuestos suponían una fe optimista en el poder absoluto y redentor de
la educación y la creencia en la ilimitada perfectibilidad del hombre.
Necesidad de difundir una institución antes desconocida y moderna surgida del lento progreso de
las sociedades humanas: la instrucción pública. Su objeto era preparar en masa a las generaciones para
el uso de la inteligencia individual a través del conocimiento. La democratización de la enseñanza,
problema fundamental en ese momento, encontraría en la Instrucción pública su cause más seguro, al
abrir las posibilidades de educación a todos los habitantes.
La política nacional de fomento de la educación pública. Concurrencia de la nación y las provincias
dichos presupuestos debían concretarse en una política nacional de la educación común y publica
acorde con las necesidades educativas del país y encuadrada en el marco jurídico-político de la
Constitución. Esta impuso a las provincias como un deber supremo el cuidado de la educación primaria
convirtiéndolo en una de las condiciones esenciales para el mantenimiento de su régimen interno bajo
la garantía de la nación y a su vez confirió al Congreso el poder de protección y de fomento sobre el
progreso y la ilustración general.
La educación era un problema de interés nacional, en concurrencia con los gobiernos provinciales.
Acción simultánea y concurrente de la nación y las provincias. Primeras iniciativas para definir una
política nacional de la educación orientada hacia un sistema de subvenciones como la manera de
cumplir el deber indirecto que en materia de enseñanza le cabía a la Nación. La nación acudiría en
auxilio de las provincias asegurando una distribución equitativa de los fondos. Una entrega regular de
subvenciones podría controlar la inestabilidad (ley de subvenciones). Pero las subvenciones solo
contrarrestaron en parte las necesidades educativas, fueron una ayuda transitoria no dando los frutos
esperados; no fueron un instrumento suficientemente eficaz para la acción simultánea y concurrente de
la nación y las provincias: éstas no cumplían con la obligación de rendir cuentas con regularidad, los
fondos no siempre se aplicaron a su verdadero destino y los informes eran incompletos necesidad de
establecer reglas más estrictas y reclamar su cumplimiento. Se abrió una segunda etapa en la política de
fomento y concurrencia ratificando la obligación de las provincias de cumplir con el deber de fomentar
la enseñanza. La subvención como acto aislado debía convertirse en un plan sistemático y permanente
para base y sostén de la política educativa nacional cuyo objetivo era el fomento y difusión de la
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enseñanza. Estas ideas se concentraron en la Ley nº 463 (1871) que organizó la distribución de las
subvenciones, diversificando las formas determinantes de su entrega. Se daba así el primer paso hacia
una mejora en la adjudicación de los fondos al fijar una regla proporcional a los esfuerzos de las
provincias a favor de la enseñanza. La ley de subvenciones tenía por finalidad promover el desarrollo de
la educación común en la república. Los fondos debían invertirse en la construcción de edificios
escolares, adquisición de libros y útiles escolares, pago de sueldos, etc. Además de facilitar la
concurrencia de las provincias al fomento de la educación, estimuló el espíritu local. Bajo su influencia
muchas provincias sancionaron o complementaron sus leyes de educación para responder al apoyo
nacional. Así se van ajustando sus instituciones de enseñanza al marco jurídico-político educativo
nacional. En tal sentido, la fuerza de la interpretación nacional dio los fundamentos a la escuela primaria
aunque siempre se salvaran formalmente las exigencias jurídicas del federalismo. La tensión en los
planteos teóricos y prácticos consecuencia de las tendencias que expresaban distintos enfoques, una
nacional, sosteniendo la necesidad de consolidar una escuela común y homogeneizadora y otra
federalista afirmando la escuela elemental local será un problema recurrente de la política educativa
nacional y determinante, en algunos de sus momentos decisivos, del desarrollo o estancamiento de la
escuela primaria argentina.
A pesar de los esfuerzos para difundir la enseñanza, una serie de inconvenientes condicionó la
eficacia de las subvenciones: 1) por ser un recurso de emergencia no alcanzaron a remediar el déficit
financiero de las provincias en esta materia; 2) como el gobierno central carecía de datos estadísticos
suficientes era muy difícil determinar si las subvenciones cubrían o no las reales necesidades educativas;
3) no se había comprendido la necesidad de la educación ni de las nuevas instituciones.
Los esfuerzos no habían sido suficientes, por lo cual se vio la necesidad de dar una respuesta más
concreta a los problemas. Faltaba un impulso homogéneo y constante que podría lograrse a través de
medidas como el establecimiento de una dirección de instrucción pública, la creación de un fondo
público permanente para el sostenimiento de las escuelas, la sanción de un plan de instrucción general
que consolidara el sistema nacional de educación y exigiera la obligatoriedad de la enseñanza, la
fundación de bibliotecas populares, etc. (estas pautas orientaron la política educativa primaria del
segundo período que inicia en 1884).
Proyección nacional de una enseñanza humanista y general: el colegio nacional cuando
comenzó a perfilarse en este período el proceso de institucionalización del colegio nacional ya con
anterioridad al año 1863 se había iniciado en las provincias un importante movimiento a favor de la
enseñanza secundaria que fue consolidándose con la creación de colegios provinciales de este nivel.
Fueron los primeros pasos de una política de fomento provincial de la enseñanza secundaria. Otro
antecedente en el proceso de desarrollo de la educación secundaria nacional es la iniciativa privada y los
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colegios secundarios particulares.
Hacia 1863 la república contaba con dos colegios que dependían directamente de las autoridades
nacionales: el de Monserrat (Córdoba) y el del Uruguay (Entre Ríos). Ambos respondían al criterio
dominante: preparatorios para el ingreso a carreras universitarias o a estudios superiores y con régimen
de internado. Pero resultaban insuficientes para satisfacer las necesidades de la enseñanza secundaria y
tampoco llenaban los requisitos de verdaderos centros de enseñanza. Problemas con los certificados de
estudios, al no estar resuelto institucionalmente.
La política educativa nacional se orientó a difundir una enseñanza secundaria con aplicaciones
útiles y variadas a fin de proporcionar facilidades a la juventud de las provincias que se dedica a carreras
científicas y literarias. Se estableció una casa de educación científico-preparatoria (bajo la denominación
de colegio nacional) donde se cursarían las humanidades, letras y ciencias exactas, etc. Se cubriría así la
falta de un establecimiento que ofreciera después de cursar las primeras letras una preparación para
carreras universitarias. La enseñanza duraba 5 años, con sistema de internado y los certificados eran
válidos en las universidades posibilitando el ingreso a estudios superiores.
Con el colegio nacional de Bs. As. se abrió el proceso de institucionalización de la enseñanza
secundaria y comenzó una política educativa nacional que iría consolidándose a lo largo del período con
el establecimiento de colegios nacionales en las provincias. Entre 1864 y 1869 se crearon en varias
provincias colegios nacionales (Catamarca, Salta, Tucumán, San Luís, Santiago del Estero). El reglamento,
los planes de estudio, debían ajustarse a los del colegio nacional de Bs. As. (base y modelo de las nuevas
creaciones). La política de institucionalización del colegio nacional fue centralizante. Pero el hecho de
haber sido creados simultáneamente trajo problemas ya que algunas provincias no pudieron cumplir las
exigencias de uniformidad, esto fue causa de una desincronización. Las deficiencias obligaron a varios
colegios a establecer un año preparatorio con el objetivo de cubrir ese desajuste. Igualmente, continuó
difundiéndose en el país la enseñanza secundaria.
Se consideró la posibilidad de una reforma dirigida a los planes de estudio y a diversificar la
enseñanza para ofrecer posibilidades a quienes no sigan estudios universitarios. La política educativa
nacional definió un nuevo objetivo: carreras con aplicaciones prácticas anexas a colegios nacionales
(relacionar estudios con el fomento de las industrias provinciales).
Los colegios nacionales, más allá de su tendencia como preparatorios, estarían destinados a
formar hombres aptos para ejercer profesiones universitarias y a difundir la enseñanza a la mayor
cantidad de habitantes con el fin de garantizar las funciones de la vida social y el ejercicio de los
derechos y deberes en la república. Esto llevó a la creación de nuevos colegios, junto con anexos, y en
1876 el país tenia 14 colegios nacionales con más de 5 mil alumnos. Los anexos generaban problemas en
el funcionamiento y desarrollo de los colegios nacionales lo que produjo que disminuyeran
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gradualmente.
En 1878 se suprimió el internado. Sin embargo, los colegios nacionales no habían solucionado del
todo los distintos problemas con respecto a los planes de estudio y a su funcionamiento y organización.
Esa ineficacia fue atribuida en parte a la falta de profesores competentes que salvo excepciones
carecían de la capacidad y conocimientos necesarios. Muchos eran extranjeros por lo cual, a pesar de su
aptitud para el ejercicio de su profesión, quedaban neutralizados por la diferencia de carácter y hábitos
con respecto a los alumnos y por el defectuoso conocimiento del idioma castellano. Esta carencia de
convirtió en una de las constantes de la enseñanza media, dando origen a la creación del profesorado.
Al final de período y a pesar de los esfuerzos por realizar los nuevos objetivos, se afirmó el
carácter preparatorio del colegio nacional.
Formación de un nuevo maestro: la escuela normal nacional el desarrollo de la escuela primaria
afirmado en la política de fomento y concurrencia no podría llevarse a cabo sin contar con maestros
capaces de realizar las nuevas ideas pedagógicas que determinaron las orientaciones de esa política.
Pero al comienzo la situación general de quienes se dedicaban a la enseñanza estaba muy lejos de
satisfacer las exigencias requeridas a un magisterio eficiente. Carecían en la mayoría de los casos de
profesionalidad (no método; no título). Falta de uniformidad en planes y sistemas de enseñanza, pago
irregular e insuficiente, causas de retroceso y estancamientos en la escuela elemental. La escuela de
campaña tampoco ofrecía a los maestros estabilidad y garantía. Las provincias sin una renta especial
para la formación de maestros no podían satisfacer los reclamos educativos: las escuelas se encontraban
casi desiertas y con maestros poco aptos. Necesidad de capacitar a los maestros.
Los primeros esfuerzos se concretaron en las provincias. Ya antes de 1863 se habían establecido
escuelas normales iniciando un movimiento que se iría afianzando con el proceso de institucionalización
de la escuela normal. Apertura a nuevas tendencias educativas. No se lograron los resultados previstos
por la falta de medios y elementos para llevar a cabo una política capaz de responder a los problemas
educativos. El problema se mantuvo sin mayores variantes hasta el año 1870 cuando comenzó
formalmente el proceso de institucionalización de la escuela normal nacional al crearse en Paraná una
escuela normal que dependía directamente de las autoridades nacionales. Era el primer paso de la
política educativa nacional para llevar a la práctica las ideas pedagógicas sobre educación primaria. Era
indispensable contar con maestros preparados para cumplir con las funciones de la escuela moderna:
llevar su obra civilizadora a todos los individuos y clases sociales. Ej.: el papel de las escuelas normales
de EE.UU. afirmaba esta idea en la educación pública y común y en la democratización de la enseñanza.
La escuela normal de Paraná tuvo como modelo la norteamericana. El proceso de institucionalización se
realizó con personal norteamericano, con textos traducidos del inglés y del francés y con doctrinas y
procedimientos norteamericanos. Se componía de un curso normal para que se adquiriera un sistema
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de conocimientos acorde a las necesidades de la educación común de la república y el arte de enseñar y
las aptitudes para ejercerlo, y una escuela modelo de aplicación que además de dar instrucción primaria
servía al curso normal para la práctica de los métodos pedagógicos y para el aprendizaje del manejo de
escuelas. Objetivo más importante pero no el único de la política educativa nacional: la formación de
maestros profesionales, de hombres científicos y prácticos en la enseñanza. Es de suma necesidad el
establecimiento de un sistema, especialmente en los asuntos educativos.
Estas ideas definieron dos caracteres de la escuela normal: el carácter nacional y el carácter laico.
El primero se consolidó a través de la acción del gobierno central que fijo los planes y programas
iniciando el monopolio de la escuela normal por medio de la nacionalización de las escuelas normales. El
segundo se afianzó al excluirse la enseñanza religiosa de los programas. Su proceso de
institucionalización tomó formas precarias debido a las posibilidades de las provincias. Así aparecieron
otras modalidades y estructuras con el objeto de satisfacer la necesidad de formar maestros. Se crearon
en los colegios nacionales secciones normales (escuelas normales anexas a los colegios nacionales). Pero
tampoco las escuelas normales fundadas por la nación en algunas capitales de provincias ofrecían
garantías para una formación adecuada, por lo cual se estableció la obligación de 1 año preparatorio
para los alumnos de dichas escuelas. Fue recién con el establecimiento de la uniformidad en los planes
que la escuela normal comenzó a adquirir una estructura más estable.
En este período con la creación de una escuela normal de maestras de Tucumán (1875) y el
establecimiento posterior en varias provincias de escuelas y cursos normales de maestras anexos a
colegios nacionales se inició el proceso de feminización del magisterio (se revirtió el estado de
ignorancia de la mujer). La política educativa nacional se dirigió a llenar ese vacío considerando el
magisterio de la mujer como la forma más práctica y eficaz de preparación de los maestros para la
escuela primaria, a igualdad de conocimientos es la mujer más apta para la enseñanza que el hombre.
Era uno de los caminos más seguros para su promoción al ofrecerle una ocupación lucrativa que hasta
ese momento no desempeñaba ya que no se le presentaban como al hombre distintas carreras. El paso
de la mujer por la enseñanza determinaría uno de los rasgos de la escuela normal argentina. Paralelo al
proceso de institucionalización de la escuela normal nacional surgió un movimiento ideológico: el
normalismo. Era un movimiento liberal, democrático y laico condicionado por una filosofía difusa,
influida por el naturalismo, positivismo y cientificismo. Significó una ruptura con el pensamiento y las
estructuras tradicionales. Pretendía formar los hombres y maestros para las nuevas formas republicanas
de la sociedad y fue un instrumento crítico de las llamadas doctrinas ultramontanas de la educación. Los
maestros serían los apóstoles de la nueva ideología del nuevo espíritu y de la nueva actitud y
protectores de la republica y de la educación común y libre. Dicho movimiento apareció cuando el país
iniciaba el proceso de secularización de sus instituciones fundamentales. La escuela normal era vista
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como una institución en bien de la enseñanza e indispensable para la organización de la educación, pero
presentaba algunos problemas los maestros poseían un caudal de estudios que rebasaba las
posibilidades concretas de sus carreras, disminución de alumnos, los jóvenes estaban en las escuelas
temporalmente hasta que consiguieran empleos. El destino de la escuela normal se unía al desarrollo de
la escuela primaria. La solución al problema del profesorado era el objetivo transcendental de la política
educativa nacional y de las reformas de la instrucción pública.
El derecho de enseñar y aprender: alcances y límites en la reglamentación de su ejercicio
derecho de enseñar y aprender, paso previo a las soluciones institucionales de la libertad de enseñanza.
Todavía no estaba resuelto el tema del desarrollo e integración de la enseñanza privada al sistema
educativo nacional. La enseñanza privada no contaba todavía con una reglamentación que diera las
bases instituciones para su reconocimiento y organización administrativa. Esto limitaba sus posibilidades
ya que solo eran válidos los certificados de las escuelas nacionales.
En 1877 se presenta un proyecto de ley para dar solución institucional a los problemas de validez
de los certificados de estudio de los colegios secundarios particulares. Dos tendencias: la liberal y la
católica. Ambos reconocían la libertad de enseñanza como un derecho consagrado en la constitución
pero se interpretó en cada caso totalmente diferente. Temas de debate: el grado de intervención del
Estado en materia de enseñanza, las consecuencias de su ingerencia absoluta: el monopolio y la
centralización; necesidad de unificar la educación; el papel y posibilidades de las provincias en el
fomento de la instrucción pública.
Argumentación católica apoyando el proyecto, sostuvo que el pensamiento liberal había
querido darle una connotación religiosa cuando en realidad su objeto era reglamentar un derecho
constitucional a fin de asegurar su eficacia comprometida en la práctica por el monopolio del Estado
nacional en esta materia.
Libertad de enseñanza vista como un derecho abierto en tres dimensiones: un derecho natural
(derecho inviolable de los padres de familia), un derecho político (complemento de las otras libertades
públicas) y un derecho de la inteligencia (literalmente). En relación con él, tres sistemas se habían
disputado el predominio en el mundo civilizado:
- El sistema de la libertad absoluta, la enseñanza pertenecía exclusivamente a la iniciativa privada.
El gobierno tenía solo la intervención necesaria para reprimir los abusos contrarios al orden público,
moral y buenas costumbres.
- El sistema del Estado docente, la enseñanza era un monopolio del gobierno.
- El sistema mixto, el Estado sin hacer de la enseñanza un monopolio dictaba planes de instrucción
fomentando ciertos estudios con preferencia a otros o bien subvencionando o costeando
establecimientos de enseñanza privada.
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El sistema mixto correspondía a la organización institucional y jurídica argentina pues aseguraba a
los habitantes el derecho de enseñar y aprender e imponía a los poderes públicos el deber de fomentar
el progreso de la ilustración, pero como todavía no había sido reglamentado carecía de verdadera
eficacia: si bien se hablaba de libertad de enseñanza en la realidad era una mezcla incoherente y
heterogénea de disposiciones restrictivas que se resolvía en una absorción por parte del Estado. Ese
monopolio se fundaba en la idea de la omnisciencia del gobierno y la incapacidad del pueblo. En materia
de enseñanza las provincias debieron legislar de acuerdo a los presupuestos y a los planes de enseñanza
fijados por el Estado nacional. El pensamiento católico sostuvo que al quedar las escuelas normales bajo
la dependencia exclusiva del gobierno central éste imponía sus maestros a todo el país sin que las
provincias pudieran conocer los métodos y principios que emplearían en sus escuelas. Esta era otra
forma de monopolio. Se pronunció en contra de tal regalismo por considerarlo una forma de tiranía
española que penetraba en las conciencias con mano opresora. El legalismo y patronato debieron morir
en día en que el país pasó de la colonia a la república. Lo correcto seria la intervención del Estado pero
sin hacer de la enseñanza su monopolio con una legislación que reglamente el ejercicio de educar con
criterios nuevos distintos a los de la época colonial. El sentido práctico aconsejaba la solución mixta que
aliviaría al Estado de su enorme carga en educación y perfeccionaría la enseñanza por el estímulo y
competencia entre la escuela oficial y la privada.
Tendencia liberal para esta posición entraban en conflicto la iglesia católica y una escuela
orientada según principios científicos, la primera centralizaba y la segunda estaba abierta a discusión y
unificaba dichos principios determinantes del progreso humano. La libertad de enseñanza era la libertad
de pensamiento y la emancipación de la razón individual, esto garantizaba el progreso material y moral.
El Estado docente era interpretar al Estado como el conjunto de los altos poderes del gobierno: legislar,
reglamentar y dirigir era una función del Estado y de los poderes que representa y ejerce en nombre del
pueblo. La enseñanza era una cuestión de orden público y un deber. El Estado docente sería la nación y
las provincias legislando, reglamentando y dirigiendo la educación por medio de sus órganos
institucionales. La intervención del Estado garantizaba el nacimiento y desarrollo de una educación
nacional en un sistema uniforme. La unificación de la enseñanza solo la podía hacer el Estado. La acción
del Estado era en consecuencia liberadora y necesaria garantía de una educación nacional y democrática
y el único medio para lograr un sistema uniforme de enseñanza. Para el principio de unificación nacional
en el estado docente, la ciencia era el nexo de unión que antes era la fe.
Con respecto a la libertad de enseñanza, la Ley 934 (1879) estableció que los alumnos de los
colegios particulares tendrán derecho a presentarse a examen parcial o general de las materias que
comprende la enseñanza secundaria de los colegios nacionales (equivalencias). Los alumnos libres
tendrán derecho a presentarse a examen ante cualquier establecimiento nacional de enseñanza
31
secundaria. Los certificados se expandirán en igual forma que los que recibían los alumnos de los
colegios nacionales y serán respetados en colegios y universidades. Los alumnos de los institutos de
enseñanza secundaria establecidos por autoridad de los gobiernos de provincias podrían incorporarse a
los colegios de la nación.
El control del Estado se haría en todos los casos por medio de tribunales mixtos. Se adscribieron a
esta ley 12 colegios particulares. Se señaló que esta ley confunde las diferentes clases de exámenes. Si
bien la ley resolvió una cuestión importante en ese momento (la situación general de los certificados de
estudios de los colegios secundarios, provinciales y particulares) dejó planteado el problema
institucional del sentido y alcance de la libertad de enseñanza.
La universidad no había un régimen nacional que diera bases legales comunes a la enseñanza
superior. En ese momento el país contaba con dos universidades: la de Córdoba (nacionalizada en 1856)
y la de Bs. As (una institución provincial).
La nacionalización había significado para la universidad de Córdoba abrirse a nuevas posibilidades
afirmando el sentido universal. Progreso de la educación moral y científica de las provincias
confederadas al facilitar el reordenamiento de los planes de estudio divididos en 1857 en preparatorios,
de filosofía, teología y jurisprudencia, la universidad estaba regida por una constitución provisoria
(1858) de acuerdo a la estructura político-administrativa. La universidad de Córdoba a pesar de las
ventajas obtenidas por la nacionalización (aumento en las asignaciones de los profesores y una mejora
en el material de enseñanza) no contaba con el número de cátedras determinado en su creación, era
necesario ampliar la enseñanza y adoptar libros con los adelantos científicos de la época (ampliación de
cátedras ciencias prácticas). Apertura hacia las ciencias modernas, revelación intelectual y social al
incluir las ciencias naturales y físicas en la enseñanza universitaria. Reforma inspirada en las tendencias
culturales europeas. En 1873 se establecieron la facultad de ciencias físico-matemáticas y la academia
de ciencias exactas. Fines de la academia: instruir a la juventud en las ciencias exactas y naturales por
medio de lecciones y experimentos, formar profesores que puedan enseñar esas mismas ciencias en los
colegios de la república, explorar y hacer conocer las riquezas naturales del país, fomentando sus
gabinetes, laboratorios y museos de ciencias y publicando las obras científicas en boletines y actas. Fines
de la facultad de ciencias físico-matemáticas: cooperar a la dedicación científica de la medicina, formar
agrimensores nacionales, cooperar en la instrucción de la carrera de boticario nacional, completar la
enseñanza de la carrera de ingeniero nacional, formar profesores para los colegios nacionales, escuelas
normales y universidad superior o técnica, para ello la facultad contaba con museos, laboratorios, etc.
(material) Estos reglamentos convertían a la academia y a la facultad en una sola institución, pero la
facultad y la academia pueden existir independientemente, la primera debe integrar la universidad y la
segunda estar fuera de ella. Para solucionar la superposición en 1878 la facultad paso a ser facultad de
32
ciencias exactas y formó parte de la universidad y la academia dejo de pertenecer a la universidad y fue
una entidad aparte. Se crea la facultad de ciencias médicas para complementar la universidad de
Córdoba. Esta creación significó un factor de vida para el interior al ofrecer nuevas posibilidades por una
vía remunerativa y profesional a los habitantes del norte del país y desde el punto de vista político
satisfizo las exigencias del sistema federal descentralizando el movimiento científico y contribuyendo de
ese modo a mantener la confederación.
Esto llevó a una nueva estructuración institucional (1879). La universidad de Córdoba se dividió en
4 facultades (derecho y ciencias sociales, medicina, filosofía y humanidades, ciencias físico-
matemáticas). Cada una tenía la facultad de acordar sus programas, expedir certificados de estudio, etc.
Reestructuración de la universidad inspirándose en las universidades europeas y americanas.
Inestabilidad.
La institucionalización de la universidad de Bs. As. tuvo un proceso diferente. Como organismo
provincial dependía para su desarrollo de decretos y resoluciones con carácter, criterios y exigencias
circunstanciales en cuanto no había una política nacional en materia universitaria. Precariedad en su
estructura (departamentos), solo a partir de la reforma de la constitución de la provincia de Buenos
Aires la universidad comenzó a organizar su estructura administrativa y a adquirir perfiles institucionales
más claros. La provincia de Buenos Aires reglamentó en 1874 su enseñanza universitaria sobre las
siguientes bases: 5 facultades (derecho y ciencias sociales, medicina, filosofía y humanidades,
matemática y ciencias físico-naturales). Federalización de la ciudad de Buenos Aires en 1880. A raíz de
esta medida se nacionalizó la universidad. El decreto del poder ejecutivo con vigencia hasta la
organización definitiva de la universidad determinó sus lineamientos generales. Entre las disposiciones
se estableció la conveniencia de conformar las universidades de Córdoba y Buenos Aires en los aspectos
referidos a planes de instrucción, exámenes y diplomas en cuanto ambas eran establecimientos
dependientes de la nación y respondían a idénticos propósitos. El plan de estudio universitario debería
relacionarse con los preparatorios de los colegios nacionales o particulares de segunda enseñanza. Los
cambios en la estructura interna y en la organización de las facultades que lógicamente llevaban
implícitas sucesivas reformas de planes y programas son también aquí índices de las vacilaciones y
diversidad de criterios para tratar los problemas universitarios en esta época de su desarrollo.
El país tenía al finalizar el período dos universidades con distintas trayectorias y antecedentes.
(Pág 54-55)
MARÍA DEL CARMEN FERNÁNDEZ: Colegio Nacional y Escuela Normal. La constitución de una identidad
ciudadana diferenciada
La misma fragmentación social y política que se ponía de manifiesto en los diferentes grados de
33
participación, quedo reflejada en la oferta educativa. El nivel medio estuvo destinado a un espectro
reducido de la población y las modalidades tendieron a captar a distintos sectores propiciando la
construcción de identidades ciudadanas diferenciadas.
De la constitución se desprendía la intención del poder central de reservarse las medidas
correspondientes a la educación post-primaria, hasta entonces a cargo de los gobiernos provinciales. En
1863, Mitre creó el Colegio Nacional, definiendo el perfil de la enseñanza secundaria y avanzando en la
estructuración nacional de ese nivel.
Inspirado en el modelo francés, de carácter enciclopédico, su función principal fue la de brindar
estudios preparatorios para la universidad, con un régimen de internados y también con alumnos
externos, varones. A partir del 1864 se comenzó la creación de los Colegios nacionales en el interior del
país, cuyo modelo fue Bs. As. El decreto de Fundación del Colegio Nacional nombrará como director de
Estudio a Amadeo Jaques, culto, liberal, francés (quien había organizado el colegio San Miguel en
Tucumán) era contrario a la especialización temprana, por considerar que los jóvenes no estaban
decididos vocacionalmente.
Es posible sostener que los Colegios Nacionales, en su carácter de nacional, formaron parte de las
estrategias caracterizadas por Oszlak, en sus tres modalidades de penetración material, instituciones
nacionales en territorios provincianos, ideológica, conjunto de saberes con finalidad política y también
cooptativa, al contribuir al sistemas de alianzas en tanto formaban a una elite política local para
integrada en la ideología del grupo dominante.
(Tudesco, enciclopedismo)
La educación tendía a mantener la estabilidad política, contribuía a definir los alcances y límites de
los distintos sujetos portadores de ciudadanía. La enseñanza elemental primaria o común proporcionó
saberes que permitían el ejercicio de una determinada ciudadanía. La inculcación de hábito y pautas de
comportamiento resultaban imprescindibles en primer lugar para formar sujetos obedientes que
respetaran las disposiciones y normas del órgano estatal.
En segundo lugar el goce de la ciudadanía civil, aseguraba que los derechos políticos debían ser
parciales, permitiendo solamente elegir a la mayoría de la población. Sin embargo, para un grupo
reducido además de la ciudadanía civil le estaba reservado la ciudadanía política, para elegir y ser
elegidos.
Estos colegios se convirtieron en una antesala para la Universidad más que una prolongación de la
primaria. El Colegio Nacional permitía articular un capital cultural que ya poseía la mayoría de los
alumnos por su partenencia a un estrato social alto. La ampliación o restricción al acceso y la
permanencia puede leerse en clave de ciudadanía política así los intentos de reformulación de
Magnasco 1890, Mercante y Saavedra con su propuesta de reestructuración de los niveles del sistema
34
en 1916.
Ley 1420 de Educación Común en Capital, Colonias y Territorios Nacionales (8 de julio de 1884)
Art. 1: La escuela primaria tiene por único objeto favorecer el desarrollo moral, intelectual y
físico de todo niño de seis a catorce años de edad.
Art. 2: La instrucción primaria debe ser obligatoria, gratuita, gradual.
Art. 4: La obligación escolar puede cumplirse en las escuelas públicas, en las escuelas particulares
o en el hogar de lo niños.
Art. 8: La enseñanza religiosa sólo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros
autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión, y antes o después de las
horas de clase.
Art. 11: Además de las escuelas comunes se establecerán las siguientes escuelas especiales de
enseñanza primaria:
Jardines de infantes.
Escuelas para adultos.
Escuelas ambulantes.
Art. 15: Anualmente se abrirá en cada consejo escolar, un libro de matrícula destinado a inscribir
46
el nombre, edad, sexo, comunión de sus padres, domicilio y demás indicaciones necesarias acerca de
cada niño en edad escolar.
Art. 24: Nadie puede ser director, subdirector o ayudante de una escuela pública, sin justificar
previamente su capacidad técnica, moral y física.
Art. 28: Es prohibido imponer a los alumnos castigos corporales o afrentosos y acordar a los
alumnos premios no autorizados.
Art. 35: Las escuelas primarias de cada distrito escolar, serán inspeccionadas dos veces, por lo
menos, en el año, por inspectores maestros.
Educación patriótica
En 1908, Ramos Mejía solicitó la realización de un plan de educación patriótica que fue presentado
ese mismo año. Este plan, inspirado básicamente en las ideas del funcionario Ernesto Bavio, consistía en
alusiones patrióticas que deberían realizarse en todas las materias, en la veneración sistemática de los
símbolos patrios, festejos, etc.
En 1870, Sarmiento firmó el decreto de creación de la Escuela Normal de Paraná (la primera de las
que el Congreso había autorizado a fundar el año anterior). Ernesto Bavio fue egresado de la escuela de
Paraná en 1876. Él fue el típico individuo de orígenes modestos a quien la escuela normal le abrió la
puerta al ascenso en la carrera educativa.
La crisis moral de la sociedad argentina solo podrá remediarse por medio de la educación. La
desnacionalización y el envilecimiento de la conciencia pública han llegado a ser e evidentes.
El autor de este libro quiere que el hijo del inmigrante sea profundamente argentino, por el
discernimiento cívico que le dé nuestra educación; que razone su patriotismo; que haga fecundo para la
nación el instinto y orgullo criollos la poderosa influencia territorial. Quiere que el espíritu argentino
continúe recibiendo ideas europeas, pero que las asimile y convierta en substancia propia. Quiere que el
patriotismo y el sentimiento nacional dejen de consistir en el culto de los héroes militares y de la
bandera, para consistir en todo esfuerzo generoso y conscientemente realizado a favor del territorio, del
idioma, de la tradición o de la hegemonía futura del país.
Este informe propone:
Hacer de las humanidades un grupo de asignaturas coherentes, afirmando su fin intelectual y
ético.
Imprimir a estas últimas un carácter más bien educativo que instructivo.
Dar preferencia al conocimiento del propio territorio
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Producir una adaptación de todo ese caudal de conocimientos a lo singular de nuestra posición
histórica y geográfica.
Orientar la enseñanza hacia la formación de una conciencia argentina.
Esas cláusulas llamó la restauración nacionalista.
Cualquier reforma en nuestra enseñanza histórica deberá comenzar por la iniciación del personal
docente en los nuevos métodos y propósitos.
PUIGGRÓS, A.: Sujetos, Disciplina y Currículo en los orígenes del sistema educativo argentino (1880) Cap.
IV
55
La didáctica positivista
El interés de los educadores positivistas radicó en fundamentar la enseñanza sobre un
conocimiento basado científicamente en los principales aspectos de la psicología infantil.
La didáctica positivista estuvo estructurada sobre la base de un doble reduccionismo. El primero
es el que lleva la metodología de la enseñanza a apoyarse en la psicología, principalmente en la
psicología evolutiva y en la teoría del aprendizaje; el segundo es el que le brinda la posibilidad de
elaborar una argumentación claramente conservadora sobre bases supuestamente científicas: la
psicología quedaba reducida a biología.
Los pedagogos positivistas desarrollaron una concepción muy precisa de los rasgos que definían a
la capacidad de aprendizaje de la población escolar en virtud de su herencia genética y racial.
El centro del proceso de aprendizaje debe estar en el maestro ya que, espontáneamente, los
alumnos tienden a la pasividad: la acción del maestro debe estar regulada. El autoritarismo docente
aparece fundamentado en el reconocimiento de que la acción del maestro constituye la única garantía
para que el proceso de aprendizaje se cumpla adecuadamente. No sólo desconfianza hacia el alumno
sino también desconfianza en el maestro.
En síntesis, la desconfianza general acerca de las respuestas espontáneas orienta toda la postura
didáctica positivista.
60
El anarquismo y la educación pública
Para el anarquismo, la educación oficial era una de las principales herramientas de dominación y
sometimiento a las masas trabajadoras; siendo el niño un oprimido sin posibilidad de rebelión (por parte
de los padres y de la educación pública).
La construcción simbólica destinada a agrupar las voluntades infantiles en torno al espíritu
nacional, no pretendía excluir a los inmigrantes sino integrarlos dentro de la comunidad nacional a
través de sus hijos. Y en este campo, la misión de la escuela se tornaba indispensable en tanto apuntaba
a forjar y cohesionar en los nuevos argentinos una sólida conciencia nacional que, desde una pedagogía
determinista, debería modificar tanto el lenguaje como los hábitos de los niños inmigrantes y, a su vez,
se constituiría en un excelente mecanismo de ajuste social.
Desde el modelo proyectivo del anarquismo, la educación alternativa buscaba operar sobre los
trabajadores locales para convertirlos en individuos pensantes y modelar su identidad, combatiendo las
“deformaciones” arraigadas por la escuela oficial y por el propio sentido común popular.
Simultáneamente a este propósito, consideraban a la educación como una adecuada herramienta
modeladora de la propia vanguardia y una eficaz contribución a la formación de un militante deseable;
esto es, medianamente culto, instruido y capaz de dirigirse eficaz y racionalmente a los trabajadores
para incorporarlos a la causa revolucionaria.
Pero el anarquismo encontraría dos grandes obstáculos al desarrollo de su estrategia: debido a la
presencia de la escuela pública y a la voluntad de Estado para irradiar su proyecto, y debido al grado de
aceptación logrado en la población. No parecían advertir que el tema de la patria y sus símbolos
trascendía el mero hecho del engaño y la sumisión para instalarse en un campo donde la voluntad de
integración debía desempeñar también un rol determinante. De esta forma, la importancia de la escuela
pública para los sectores populares sobrepasaba la mera alfabetización. El gran problema que se le
planteaba al anarquismo era si su propuesta educativa ofrecía algo nuevo y, a la vez, deseable para esos
sectores populares.
Unidad 3:
21 de junio de 1918
(La dejé completa, por si la quieren leer, pero marqué en negrita lo que me pareció importante)
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos
ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el
nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una
libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las
resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una
hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era
necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han
sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura
de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar
hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades
decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la
ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio
burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y
hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas
naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de organismos universitarios no
es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
63
Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está fundado sobre una especie
de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en
él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para
luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente
democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio
radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un
director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de
disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no
se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil
y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar
la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en
todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de
gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben
ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no
se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El
chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única
actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que
experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de
autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger
criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma,
sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo no ha
inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores.
Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos
acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer
con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo,
proclamamos bien alto el derecho a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a
la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención
espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras
verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente. ¿Que en nuestro país una ley —se dice—, la ley
de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está
64
exigiendo.
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de
contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace
mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros
de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la
república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de
bien.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de
captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para
inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente
empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros —los más—
en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la
traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y
deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma
liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la
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garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado
el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla
respondimos con la revolución. La mayoría representaba la suma de la represión, de la ignorancia y del
vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y, espantamos para siempre la amenaza del dominio
clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica,
empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y
completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la
vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el
propio salón de actos la federación universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo
pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión,
proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del
acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta
no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe
rector de esta universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se
levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad.
Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni
planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna
de «hoy para ti, mañana para mí», corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto
universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a
mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las elecciones,
encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión.
Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la
juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue
entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a
otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa
revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación
66
de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban
para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses
egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho
su primera palabra: «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes».
Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de
una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por
la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer
ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso
tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad;
ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada
petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en
los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha
sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de
intervenir en el gobierno de su propia casa.
La apertura política sancionada la Ley Sáez Peña, funcionó de marco para la participación electoral del
pueblo argentino que protagonizó la formación del primer movimiento nacional del siglo XX tras la
figura del ya mencionado Yrigoyen. Bajo su auspicio, intervención política de la Universidad mediante,
se promovió el movimiento juvenil cordobés. A este dirigente le llegó la “hora de la espada” tras la
asonada militar apoyada por la FUBA y la FUA. Este asalto violento al poder civil no fue exclusivamente
anunciado y promovido públicamente por Leopoldo Lugones, las federaciones estudiantiles reformistas
o Uriburu: en esta oportunidad los docentes en el goce de la autonomía universitaria fomentaron el
terrorismo como solución de sus diferencias con el presidente democrático. En el marco de la
autonomía universitaria, Alfredo Palacios, referente reformista y Decano de la Facultad de Derecho de la
UBA, pudo exigir con plena libertad el mismo fatídico día 5 de septiembre de 1930: “La renuncia del
señor Hipólito Yrigoyen” (5).
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creen que “hay que garantizar el cogobierno y desde aquí, transformar el mundo”.
CONTEXTO HISTORICO
Coloca en el centro de la cuestión universitaria el lugar del estudiante: como actor de su propio proceso
de conocimiento, fue una idea nueva y progresista que surgió justamente, en la base esencial del
edificio ideológico del movimiento reformista.
La reforma de Córdoba representa, hasta nuestros días, la iniciativa que más ha contribuido a dar un
perfil particular a la universidad latinoamericana.
En los años 60 - 70 la Universidad se convirtió en el centro del debate político nacional. Luego vinieron
años de dictadura y la universidad fue vaciada de intelectuales, siendo ocupados sus lugares por
tecnócratas.
Con la reinstauración de la democracia en 1983, tras recurrentes períodos autoritarios, comienza una
nueva etapa en la historia del país y de sus instituciones.
El manifiesto coloca también en posición de recepción a otras entidades más amplias, teniendo
una visión futurista del devenir de los tiempos en ese traumático inicio del siglo XX, y
considerando no solamente la posición universitaria, sino también otros sectores: “hombres de
una República libre”, “compañeros de la América toda”.
Sin duda que también el discurso del Manifiesto se enmarca considerando entidades
metacolectivas singulares, porque son numerosas, no fragmentadas y abarcativas: “los jóvenes”,
“los organismos universitarios”, “el país”, “los hombres”.
Por supuesto que el discurso del Manifiesto contiene en sus argumentos, expresiones que en el
texto adquieren autonomía semántica , son ciertas formas nominalizadas, y que funcionan como
fórmulas, así encontramos: “la antigua dominación monárquica y monástica”, “el gobierno
estrictamente democrático” -lo que reclaman los estudiantes-, “los antiguos privilegios”, “las
juventudes americanas” -protagonistas fundamentales por esos tiempos-, ”la autoridad
universitaria tiránica y obcecada”.
A los efectos de producir un efecto inmediato y adquirir un poder explicativo, se encuentran
también otras formas nominales, seguramente destinadas mas que nada a sus prodestinatarios:
“los mediocres”, “el régimen de poder divino”, “los cobardes”, “los antiguos privilegios”, “la
miseria moral de simulación y engaño”, entre otros.
· El componente didáctico: En el contexto didáctico, el manifiesto formula una verdad universal: “La
juventud ya no pide, exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los
cuerpos universitarios por medio de sus representantes,……..no puede desconocérsele la capacidad de
intervenir en el gobierno de su propia casa”. La democratización real tiene que ver con la posibilidad de
relacionar la Universidad con las demandas de los argentinos que, entre otras cuestiones, se manifiestan
70
en el sistema político de partidos: hospitales, medios de comunicación, rutas, energía, política social,
educación, forman parte de las agendas públicas y los temas que la comunidad delega a sus
representantes y sobre los cuales la Universidad debería tomar partido.
“La Juventud Universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la
consideración del país y de sus hombres representativos”, frases como éstas son dirigidas a sus pares y
víctimas de “los métodos docentes que estaban viciados de un estrecho dogmatismo”.
· Contradestinatarios: En política siempre habrá que distinguir “amigos y enemigos”, como se refiere
Schmitt, en este caso nos referimos a los destinatarios negativos, excluidos del colectivo de
identificación del Manifiesto.
En el texto encontramos expresiones irónicas, despreciativas, y con una carga emotiva deseosa de
terminar definitivamente con la situación de ese entonces, así se dirigen a sus “enemigos”: “Las
universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres”, la renta de los ignorantes, la
hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar donde todas las formas de tiranizar
y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser fiel reflejo de
71
estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil”.
· Paradestinatarios: El mensaje del Manifiesto pretende llegar más allá de la realidad local, ya que esa
situación de desigualdad se vislumbraba en toda América, con distintos matices regionales y que
reclamaban cambios sociales profundos y urgentes, por eso observamos la incitación al país todo, a
“compañeros de toda América”.
Y quien más para iniciar esta nueva realidad política que “la juventud que vive siempre en trance de
heroísmo,…desinteresada y pura,…que no ha tenido tiempo aún de contaminarse…”
CONCLUSIONES.
Los cambios que generó la reforma fueron muy significativos, porque replantearon de otro modo la vida
universitaria, tuvo su efecto positivo y ellas son:
Modernización de la enseñanza: relacionada con una nueva concepción de lo que debe ser la
enseñanza, de lo que debe ser la docencia y de lo que debe ser la universidad. Con la reforma
universitaria, se cambia el modo de enseñanza dogmática, autoritaria y conservadora.
La participación de los estudiantes en el gobierno universitario.
El antiimperialismo y la unidad de los pueblos latinoamericanos.
Se siguen los aportes efectuados por Carlos Mangone y Jorge Warley - El Discurso Político: “Antología
teórico-metodológica” , pags. 82 y sgtes. El enunciador es aquel o aquellos que llevan adelante un
discurso político.
Destinatario positivo, es antes que nada el partidario, entendiendo por destinatario aquel o aquellos a
quienes va dirigido el discurso político.
La historia de las luchas políticas por la unidad latinoamericana debería dejarnos algunas enseñanzas:
mientras Yrigoyen apoyó la revolución mexicana, organizó el Congreso Jurídico Latinoamericano, se
enfrentó a la Doctrina Monroe, sostuvo la neutralidad en la guerra y fue elegido por Sandino para que la
Argentina fuera sede de un Congreso Americano que cuestionara la acción de EUA en Nicaragua , la
juventud universitaria condenaba a Yrigoyen juntamente con la Bolsa de Valores, la Sociedad Rural y La
Nación,. Mientras Irigoyen, de la mano de Mosconi, auguraba la nacionalización del petróleo, la Facultad
de Derecho promovía la libertad del subsuelo y preparaba a los ministros de Uriburu al son de las frases
célebres del presidente de la FUA que definía a Yrigoyen como “Caudillo senil y bárbaro” . Tal fue la
desventura de la “hora americana” anhelada por la letra de texto del Manifiesto Liminar.
La actitud rebelde que la juventud comenzó a tomar frente a un ambiente que consideraba
cartaginés y la posición polémica que adoptó frente a las ideas tradicionales y a las instituciones
educacionales del país, desencadenaron una revolución profunda en la vida cultural del país que se
conoce con el nombre de “Reforma Universitaria”.
El movimiento fue obra de un grupo juvenil que se sintió a sí mismo como expresión de una 73
“nueva generación” y poseedor de una “nueva sensibilidad”. Su primera irrupción se produjo en
Córdoba, cuya Universidad mantenía algunos rasgos de la universidad colonial.
Para superar el pasado, la juventud se creía imprescindible como fuerza social renovadora y,
también, tan eficaz como torcer el curso de las cosas. Por eso quiso intervenir en el gobierno de la
Universidad: porque estaba segura de que era más madura que los hombres maduros para adoptar
decisiones fundamentales; y por eso no vaciló en aceptar las responsabilidades de la dirección de la vida
universitaria, al tiempo que las reclamaba también en oros órdenes de la vida nacional.
Introducción:
El ascenso del radicalismo al gobierno inaugura nuevas reglas de juego centradas en la
ampliación de las bases de participación social y política. Este hecho marcó una cesura con respecto al
período anterior en relación al tratamiento de cuestiones de índole laboral.
Los radicales tratarán que los trabajadores y también la oposición comprendan la importancia del
cambio operado a partir de entonces.
El rol de mediador en gran parte de las huelgas realizadas en este período despertaron expectativas en
los obreros, más aún teniendo en cuenta los cambios significativos que se produjeron a nivel de su
dirigencia, ya que se iniciaba una etapa de predominio del sindicalismo revolucionario, a la vez que se
evidenciaba la pérdida de consenso de la propuesta anarquista.
Irigoyen demostraba con hechos concretos su posición de árbitro en los distintos conflictos del período.
En 1917, en la huelga que protagonizaron los trabajadores marítimos, entabló contacto directo con los
dirigentes sindicales e igual actitud asumió en las huelgas ferroviarias de 1917 y 1918, donde además,
recurrió al poder de policía para forzar concesiones a favor de los trabajadores. Estos gremios, ejes de la
economía agroexportadora, estaban controlados por el sindicalismo revolucionario, que flexibilizó sus
posturas y se adaptó a la nueva realidad que se presentaba con el radicalismo.
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Las fluctuaciones económicas perjudicaron la ya difícil situación del obrero, agudizando aún más sus
problemas; largas jornadas de trabajo, salarios insuficientes, deplorables condiciones sanitarias, sumado
al aumento del costo de vida. Si bien en un primer momento el movimiento obrero se mantuvo en un
estado de pasividad, con los primeros signos de reactivación económica se dispuso a luchar en forma
sostenida para mejorar su situación.
Entre 1918 y 1922 se produjeron en el país importantes huelgas que llegaron a su punto máximo en
1919, con la denominada "Semana Trágica". Estos conflictos - Semana Trágica, Patagonia, Forestal,
huelgas agrarias - repitieron la misma profundidad conmocional de los ocurridos a principio de siglo,
pero adquirieron una particular especificidad no solo por la envergadura de la inesperada represión
gubernamental, sino también por la contraviolencia ejercida por grupos extragubernamentales. Por otra
parte esta conflictividad estaba enmarcada en un régimen político ampliado, ya que habían transcurrido
más de dos años de gobierno radical.
Es así que nos encontramos, por un lado, con la tensión que provocaron los conflictos, y por otro,
relacionado con ellos, la aparición de propuestas concretas para tratar de resolver el problema de la
conflictividad social.
Otro gran tema era la cuestión del inmigrante, posibles política inmigratorias selectivas - dada la
bastante generalizada de que estos conflictos serían provocados por una minoría predominantemente
extranjera.
Este trabajo tiene por objeto explorar y analizar algunas de las propuestas que la Liga Patriótica
Argentina realizó con el objetivo de frenar el avance de las ideas revolucionarias en los sectores
populares. Estas ideas fueron expresadas en los diferentes documentos vertidos en los congresos
realizados, en las numerosas conferencias pronunciadas, en las publicaciones, y en las notas
periodísticas y en los actos realizados durante la década del ´20.
El nacimiento de la Liga Patriótica Argentina: Reprimir y reformar para solucionar la cuestión social
Si bien, surgió como una respuesta de sectores ligados a la clase dominante, frente a la ola de violencia
que se desató en 1919, pasado el momento de mayor conflictividad se reunieron para fijar pautas de
organización, tendientes a proseguir con el objetivo original pero elaborando propuestas concretas
tendientes a "liberar" a los obreros nacionales y extranjeros de la tiranía y opresión de las ideologías
revolucionarias. La ausencia del nacionalismo y la ignorancia era, según ellos, lo que permitía que esos
grupos minoritarios tuvieran predicamento entre los obreros.
Esta situación sólo podía revertirse con una reforma moral, con el retorno a una moral cristiana ya que
los remedios económicos no resultarían eficaces si previamente no se producía en los individuos, este
tipo de reforma.
La generación del 80 era el "gran modelo" a seguir.
En relación a los canales de difusión de estas ideas nacionalistas sugerían "extremar la propaganda,
estimulando a los poderes del estado y a los particulares, para que funden escuelas donde, además de
instruir, se eduque al pueblo, cultivando en el alma de los niños el amor a la patria". Uno de los medios
para cultivar ese amor a la patria era celebrando las fiestas nacionales, los aniversarios más importantes
de la república y el centenario de los grandes hombres.
Una de las maneras más efectivas de lograr éxito en esa campaña "purificadora" de la sociedad que se
habían propuesto era el uso de la violencia en las huelgas.
En la práctica, sabemos, la liga fue un grupo sectario y poco tolerante con los que pensaban de manera
diferente a ellos y por ello se fijaron como meta combatir a todos los que atentaran contra la moral de
la familia fundada en el matrimonio, contra la constitución fundada en el respeto a la autoridad, en la
inviolabilidad de la propiedad y en el ejercicio de la república. Muy pocos quedaban a salvo de su
accionar ya que consideraban enemigos de la sociedad y de la institución:
"… al anarquismo o escuela del terror que nada propone y todo lo aniquila,[…].al sindicalismo
revolucionario que suprime el Estado […] al socialismo maximalista que niega la Constitución y no
la reemplaza con algo que defienda a los débiles contra la voracidad de los fuertes […] los
indiferentes, los anormales, los envidiosos y haraganes, los inmorales sin patria, los agitadores sin
oficio y los enemigos sin ideas[…] la runfla humana sin Dios, patria ni ley.".
Por otra parte, a los "buenos obreros" había que encauzarlos por un camino alternativo, en donde
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básicamente les ofrecían algunas mejoras que apuntaban al asistencialismo, que a lograr profundas
reformas en el interior del movimiento obrero. Esta acción asistencial se traducía en la organización de
talleres, comedores, escuelas, alcancías para los obreros y se combinaba con el verdadero objetivo que
tenían: lograr el adoctrinamiento de los sectores populares.
El casi obsesivo deseo de constituirse en los "guardianes de la argentinidad " los indujo a realizar
una serie de tareas en los barrios más humildes para prevenir un posible ataque revolucionario e
impedir así la alteración del orden público, la moral de la familia y la decadencia de las costumbres.
Ahora bien, la difusión del nacionalismo era propiciada en todas las expresiones culturales y para ello, la
Liga, consideró adecuado el uso del cinematógrafo. Las películas sugeridas debían tener contenidos que
apuntaran a motivar a los trabajadores en las labores del campo, que divulgaran el conocimiento de
nuestro suelo y de sus riquezas, o que contuvieran escenas relacionadas con la historia argentina.
Si bien había un reconocimiento de la labor realizada por la institución oficial encargada del fomento y la
protección de las Bibliotecas Populares, para el liguista José Ibañez era evidente que el objetivo
fundamental de educar, ilustrar y elevar el nivel intelectual de la gran masa de los trabajadores no se
había concretado, bastaba solamente acercarse a las bibliotecas y ver quiénes eran sus concurrentes.
Considerando que el analfabetismo, además del alcoholismo, eran factores que conducían a obreros y
peones a adherir a las ideas revolucionarias plantearon a la educación como liberadora de la ignorancia
y así fundaron sus propias escuelas con contenidos nacionalistas.
Otra medida para desterrar el analfabetismo fue el proyecto de ley que creaba el Registro del Estado
Escolar. Un empadronamiento de los niños en edad escolar permitiría, entre otras cosas, un exacto
conocimiento de la población infantil: su procedencia, las características de los hogares. Estos datos
posibilitarían, según el autor, la prevención de muchos problemas relacionados con la infancia; como la
delincuencia, el extravío de ideas por el medio en que vive y hasta problemas de tuberculosis… esto
resolvería eficazmente el problema del analfabetismo, y también los problemas relacionados nuestros
problemas materiales y morales que debe desenvolverse en un ambiente nacionalista…"
En tal sentido, aparecen algunos proyectos para vigorizar el sentimiento patriótico entre los
analfabetos.
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Patria y Belleza, obra de un adherente de la Liga Adolfo Rodríguez que escribía bajo el seudónimo de
Gustavo Lenns, era definido como un libro "de lecturas fáciles, elocuentes y siempre interesantes, que en
mi concepto han de contribuir, dado el método empleado, a desarrollar eficazmente en los niños, a
quienes se destina, el culto y el cariño por las cosas de la Patria."
El texto fue aceptado por la Junta Central de la Liga y enviado a través de las brigadas de todo el país a
las distintas delegaciones, con una circular que recomendaba la utilidad de su difusión. Este libro
contiene una serie de lecturas sobre asuntos nacionales, pero salvo en su introducción en donde se
manifiesta la preocupación por detener el avance de las ideas subversivas y la importancia de los
autores nacionales, no registraba ninguna otra novedad y diferencia con los libros de texto que
circulaban en ese momento.
La importancia de la Historia en la enseñanza nacionalista:
Entre las diferentes propuestas que los miembros de la Liga hicieron para restaurar los valores
tradicionales, sobresale la enseñanza de la historia considerada como de suma importancia.
Los programas de historia argentina -decía- no debían ser una mera enunciación cronológica de sucesos
porque los alumnos estudiaban de corrido, sin mayor interés y simplemente como para pasar en las
pruebas de fin de curso a diferencia de épocas pasadas en donde se dictaba con celo, amor y
patriotismo. Aconsejaba realizar por períodos, una síntesis que resaltara las conquistas espirituales o los
esfuerzos hechos para lograr tal objetivo proporcionándole al alumno los medios necesarios para que
realizara una valoración del pasado histórico que a su vez le permitiera desarrollar su propio juicio. Lo
más importante era encontrar la forma de desarrollar el espíritu nacionalista, teniendo en cuenta la
heterogeneidad del alumnado con que generalmente se encontraba el docente: argentinos hijos de
extranjeros, criollos en contacto con extranjeros y extranjeros sin vínculos.
La Liga Patriótica proponía exigir como requisitos para ser maestro: ser de nacionalidad argentino, cultor
del nacionalismo y no comulgar con ideas disolventes, pero en el caso de los docentes de historia
argentina, consideraba que las exigencias debían aún ser mayores. En primer lugar, que predicaran con
el ejemplo y fueran modelos a imitar, quedando excluidas de la selección las personas que habían
logrado su cargo por medio de recomendaciones políticas.
A modo de conclusión
La respuesta represiva de la Liga Patriótica Argentina aparece dentro del marco de la aguda
conflictividad social desatada en 1919, aglutinando en un inicio a elementos heterogéneos que veían
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amenazada el orden y la tranquilidad del país.
El debilitamiento del nacionalismo, según la visión de esta institución, habría posibilitado el avance de
estas ideologías exóticas en el interior de los sectores populares, pero pasado el "peligro rojo", si bien
no abandonan su rol de guardianes del orden, se preocuparon por lograr una reforma moral, en donde
patriotismo y la religión serían sus pilares más importantes.
Su propuesta ideológica no tuvo la receptividad que ellos esperaban entre los sectores populares quizá
por ello, su mayor importancia radique en que sus ideas fueron abonando el camino del nacionalismo de
derecha que, como sabemos, se fue fortaleciendo en los años ´20 y 30.
Cap. 5 - La autonomía del niño en las experiencias educativas. Irigoyenismo, escuela nueva y
democracia
En este contexto (1914-1931), dos hechos potenciaron la producción de discursos acerca del
niño: la Guerra del 14´, y la crisis mundial de 1930.
En los años 20´, en el caso argentino, las ideas de la escuela nueva dieron lugar a diversos
discursos pedagógicos: algunos postularon el anclaje de la pedagogía en la biología y el psicoanálisis;
otros en los aportes filosóficos vitalistas. La frontera establecida con el discurso positivista era la defensa
de la autonomía infantil. El niño, abordado como un sujeto dotado de una espiritualidad propia, fue
interpretado desde sus posibilidades de crecimiento autónomo respecto de los adultos.
Distintos términos se han utilizado para nombrar las producciones el movimiento escolanovista:
escuela nueva, escuela activa, escuela renovada, escuela serena, entre otros. El rasgo común de todas
las propuestas fue el deseo de convertir a la escuela en un lugar grato para el educando.
La inclusión del niño en la escena cultural se articuló con la mirada escolanovista que, confiada
en la naturaleza infantil y en la expresión propia del niño, lo había liberado de la cuadrícula positivista.
La Revolución del 6 de septiembre de 1930, encabezada por Uriburu, inició una década
caracterizada por la configuración de un conjunto de discursos acerca de la infancia sesgados por
distintas versiones del nacionalismo. El niño, abordado desde su individualidad por es escolanovismo,
analizado por la psicología infantil y reconociendo sus derechos propios, pasó a ser pensado como
“generación infantil” interviniente en los nuevos destinos de la nación.
José María Ramos Mejía, que en 1910 presidía el Consejo Nacional de Educación, había
instrumentado una política escolar caracterizada por el objetivo de argentinizar, homogeneizar y
centralizar el sistema educativo. La transmisión de la historia nacional a los niños adquirió un papel
central: frente a aquella propiciada infancia militante del anarquismo, el nacionalismo apeló a la
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mitología de los héroes nacionales como modelo de identificación de los niños con la patria.
El niño dejó de ser pensado como un sujeto atado exclusivamente a la autoridad familiar o
escolar, para ser ubicado en una relación directa con la patria y la nación, en la que la Iglesia volvió a ser
autorizada para dirigir los destinos morales del crecimiento infantil. Se produjo así, un lento pasaje de la
pedagogía a la política.
Durante 1os años 30´se intensificó el debate acerca de la autonomía infantil en las
experiencias educativas. Las críticas formuladas se multiplicaron con argumentos que
iban entre la denuncia de los excesos escolanovistas (contaminada de antiyrigoyenismo y
antiliberalismo) y las tesis acerca de las limitaciones culturales o raciales de los niños
argentinos respecto de los países sajones. Un pedagogo representativo de esta visión
crítica de la autonomía infantil fue Hugo Calzetti. Divulgador de las ideas de la escuela
nueva en los años 20´, en el marco de una pedagogía espiritualista muy crítica del
positivismo, en los años 30´apoyó a Uriburu y su pensamiento avanzó hacia el
nazifacismo. Calzetti consideraba que la diferente idiosincrasia de los niños latinos
respecto de los sajones era un obstáculo para la participación del niño y la toma de
decisiones en la escuela. Decía que las repúblicas escolares debían ser útiles para
familiarizar al niño con el sistema de gobierno de la sociedad en que vive.
En los discursos educativos oficiales de los años 30´ las ideas de la escuela nueva fueron,
o bien objeto de rechazo, o bien se articularon con enunciados de moralización de la
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conducta infantil y de moderación de los maestros, con la intención de contrarrestar la
convulsión de los años 20´. El ideario escolanovista comenzó a ser encorsetado por los
pedagogos simpatizantes de los gobiernos militares y nacionalistas en una matriz moral y
de control disciplinario.
Esta lenta transformación del discurso oficial de la escuela nueva, dejó lugar a la
emergencia de visiones caracterizadas por una espiritualización de la infancia y por
propuestas de sujeción del niño a un orden patriótico. La nueva política educativa del
gobierno de Uriburu, hizo explícita esta mirada espiritualista de la población infantil,
funcional para las nuevas necesidades políticas de la nación.
Pero: ¿se puede hablar de escuela pensando únicamente en el Educando, sin recordar,
aunque sea de paso, al Educador?
El nacionalismo construyó una nueva concepción de la infancia, pero Carli (la autora de
este texto) opina diferente a Pineau: que la inclusión de ideas de la escuela nueva no le
otorgó perfil renovador. Precisamente porque esta reforma nacionalista estaba
enfrentando abiertamente a la escuela nueva, movimiento que acusaba de haber
propiciado una “funesta desviación”.
Hacia fines de la década del 30´, los sectores más democráticos del espacio educativo nacional
denunciaron la derechización de las políticas educativas y la eliminación de los elementos más
radicalizados del discurso escolanovista, y destacaron el impacto que ello generaba en la conformación
de las identidades infantiles.
La discusión acerca del lugar de la niñez en este nuevo horizonte no era menor: en el caso
argentino remitía a la tensión entre pensar la infancia como un tiempo de socialización familiar o
escolar, ajeno a la política y anclado en el discurso liberal de defensa de los derechos del niño, o pensar
la infancia como un problema nacional a cargo del Estado, permeado por la necesidades políticas y
anclado en las diversas versiones del nacionalismo.
Pérez – Navegar contra la corriente: la ley de educación común, normal y especial (Sta. Fe 1934)
En 1934 durante la gestión de Luciano Molinas (único gobernador demócrata progresista en la historia
santafesina) se aprobó la Ley Nº 2364 destinada a regular el funcionamiento de la educación provincial.
Dicha ley fue el basamento de una política educativa que por su originalidad se distinguió de las
tendencias dominantes durante los años 30 y de las políticas educativas practicadas por los gobiernos
santafesinos anteriores.
Gobierno de Molinasconflicto que enfrenta el peso político de la iglesia católica con el gobierno
demoprogresista cuando éste decide poner en vigencia la constitución provincial (1921) pero vetada en
dicho momento por el gobernador radical Enrique Mosca. Ese veto fue provocado por la oposición
clerical a la nueva constitución que en uno de sus artículos consagraba la neutralidad religiosa del
estado provincial.
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La implementación de la constitución de 1921 abrirá la posibilidad de dictar en el año 1934 una nueva
ley de educación común, normal y especial. Esa legislación consagra la neutralidad ideológica en materia
educativa, impulsa un proceso de descentralización en el gobierno de la educación y procura inspirar en
los niños sentimientos de confraternidad universal, medidas sustentadas en valores y ppios muy
diferentes a los que prevalecían en esos tiempos.
Década del 30rasgo más notable el abandono de la relativa neutralidad ideológica que caracterizaba
la política educativa estatal vigente desde finales del s XIX. El análisis de un proyecto educativo tan
disímil como el de Molinas nos permite, desde otra perspectiva provincial, matizar y enriquecer esas
visiones y comprender además que las políticas educacionales de esa década distaron mucho de
responder a proyectos y perspectivas ideológicas homogéneas.
Antecedentes:
1908se creó la Liga del Sur en la ciudad de Rosario. Esta agrupación política nucleaba los intereses de
la población de los dptos de la región sur de la pcia. Uno de sus postulados básicos era el impulso de la
descentralización gubernamental para permitir una mayor participación de la población en la
administración de una serie de cuestiones vitales: la justicia, el control de la fuerza pública, la economía
y la educación. La descentralización era una herramienta para minar el poder oligárquico, que en Sta. Fe,
además de bases espaciales tenía un sustento regional. Esta descentralización se basaba en las sig
reformas: establecimiento del régimen comunal autónomo para c/u de las localidades provinciales, el
funcionamiento de las policías locales, la justicia de paz electiva, el registro civil municipal. En el ámbito
educativo la descentralización descansaba en el funcionamiento, en cada comuna, de Consejos
Escolares electivos y autónomos, dotados de rentas especiales y con facultades exclusivas de nombrar y
remover maestros.
1914la Liga del Sur y otros partidos provinciales participan en la creación del partido demócrata
progresista en un intento de crear una agrupación política de alcance nacional para disputar las
elecciones presidenciales de 1916.
En las plataformas del PDP encontramos otro elemento que servirá de base a la política educativa de
Molinas, la neutralidad del estado a nivel religioso. Las posturas laicas expresadas por el grupo que
lidera De la Torre son una expresión del cosmopolitismo de la ciudad de Rosario, en contraposición al
ambiente más tradicionalista que imperaba en la ciudad de Santa Fe, donde el peso de la iglesia católica
era notable.
Por ende, la descentralización educativa y las posturas liberales en materia religiosa están presentes en
los orígenes del PDP y son deudoras de la matriz rosarina de esa agrupación política.
La ley de educación común, normal y especial: piedra angular de la política educativa demoprogresista:
Art 12la educación común será laica. La neutralidad religiosa debe llevar aparejada la neutralidad
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política.
Esta resolución es una modificación fundamental con respecto a la ley de educación anterior vigente
desde 1886 que establecía la enseñanza de la religión católica como uno de los contenidos obligatorios
de la escuela primaria.
Art 17establecía la educación común mixta. Antes el estado provincial debía abrir escuelas separadas
para niñas y varones.
Estos dos art representan modificaciones importantes en el escenario provincial porque contribuirán a
quebrar la hegemonía ideológica de la iglesia católica, aunque llegaban medio siglo de retraso en
relación con la legislación nacional.
Otra innovación introducida por la ley refiere al gobierno de la educación primaria. Antes, la ley de
educación común de 1886 entregaba la administración de la educación a un consejo gral de educación,
sin autonomía de los gobiernos de turno. La ley 2369 organizaba el gobierno educativo en dos niveles,
uno provincial a cargo de un director gral de escuelas (funcionario designado por elección popular) y
otro local a cargo de consejos escolares de distrito (son las llaves maestras de la reforma escolar;
elegidos por votación popular c/2 años).
Art 13la educación desarrolla junto al natural sentimiento patriótico, otro de generosa confraternidad
internacional y de amor por la humanidad, afianzando los ppios de justicia y libertad.
La reforma escolar realizada por Molinas, a pesar de estar en las antípodas ideológicas tiene algunas
coincidencias con la implementada en Bs. As por la dupla Fresco-Noble. Una de esas coincidencias la
encontramos en la extensión del concepto de gratuidad. Art 10la gratuidad de la enseñanza
comprende extensión de matrícula y provisión de libros y útiles, alimento y calzado. Nobleplanteaba
la necesidad de alcanzar una gratuidad absoluta. Los puntos en común están motivados por el hecho de
que ambos proyectos comparten su mismo clima de época: se trata de dos estados provinciales que
deben ampliar sus funciones y preocuparse por disminuir los efectos sociales producidos por la gran
crisis económica de 1930. Ambos gobiernos coinciden en el intento de impulsar las agremiaciones
docentes. En el caso de Bs. As, la administración de Fresco creará una corporación nacionalista de
maestros. La ley de educación santafesina dispone la agremiación obligatoria de los maestros,
reconociéndose una sola asociación gremial por dpto y siempre afiliada a la federación provincial del
magisterio. El avance del corporativismo alcanza a los partidos del nacionalismo de derecha y a las
expresiones liberales como el PDP en Sta. Fe.
La agremiación obligatoria y el control impuesto a través de los consejos escolares de distrito
provocaron la oposición de muchos docentes. La resistencia a las reformas escolares no fue patrimonio
de los maestros, tb alcanzó a sectores católicos molestos por el neutralismo religioso, a grupos
propietarios que no aceptaban las atribuciones impositivas de los consejos escolares y de aquellos que
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desconfiaban de la capacidad de la población para gobernar la educación y que renegaban de la política
descentralizadora.
Mas allá de que la intervención federal de 1935 frustró este intento de reforma, tb existían
condicionantes internos que ponían en discusión su viabilidad. Por un lado, la paradoja de una
legislación que pretendía imponer una absoluta neutralidad religiosa y política en el ámbito escolar pero
que termina politizando la elección de los consejeros de distrito, quienes elegidos conjuntamente con
las autoridades comunales terminan identificándose como representantes de un partido político y no
como expresión de la comunidad. Por otra parte, el impulso de la democratización y participación de la
sociedad en el gobierno de la educación, en lugar de generar consenso y terminar por enajenarse el
apoyo de importantes sectores especialmente docentes que eran agentes indispensables para cualquier
intento de reforma. A pesar de estos limites, la existencia de una política educativa laica,
descentralizadora, democratizante, que alentó la tolerancia y la confraternidad universal en una década
donde primaban valores opuestos, debe alertarnos sobre los riesgos de las generalizaciones y la
necesidad de tener en cuenta las situaciones provinciales para adquirir una justa dimensión de los
proyectos educativos implementados en los años 30.
Béjar - Altares y banderas en una educación popular. La propuesta del gobierno de Manuel Fresco en
la pcia de Bs. As (1936-1940)
Período que va desde el golpe del 30 al de 43 (“década infame”). Prácticas de una clase política,
cuestionada como clase dirigente. Los nacionalistas, en su doble condición de protagonistas de este
proceso y observadores críticos de alguno de sus aspectos, fueron los sostenedores de esta imagen.
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Luego, la misma fue aceptada y difundida desde diferentes miradas. Así, los años 30 aparecen signados
por la existencia de un hiato entre una sociedad que transformaba rápidamente su fisonomía y una
clase política decadente (hacendados poderosos, cuadillos, abogados, profesores universitarios,
representantes de compañías extranjeras), incapaz de ofrecer respuestas frente a los nuevos desafíos.
En este contexto, el gobierno de Fresco2 es caracterizado como una de las expresiones más acabadas de
la infamia. Sin embargo, el proyecto impulsado desde este gobierno, más allá del rotundo fracaso de
Fresco como dirigente político, no ignoró los desafíos de su tiempo, provocó realineamientos políticos
significativos y articuló prácticas y concepciones políticas que alcanzarían una prolongada y profunda
inserción en la sociedad argentina. Bajo el lema “Di-s, Patria, Hogar” se aglutinaron junto al gobernador,
sectores del conservadorismo bonaerense, militantes nacionalistas y representantes del socialismo
independiente y, a su vez, otras fracciones del conservadorismo y el nacionalismo manifestaron su
oposición a dicho régimen.
Encontramos un sector de la clase política en estrecha relación con la iglesia católica, que al mismo
tiempo que recurrió al fraude y la violencia contra la oposición, procuró ganar un cierto grado de
consenso a través de la exaltación del nacionalismo y del reconocimiento de la impostergable obligación
del estado hacia los más débiles y marginados.
Una nueva educación para una nueva sociedad:
Desde el inicio de su gestión el gobernador manifestó su propósito de reestructurar enseñanza primaria.
Dicha tarea le exigía contar con un equipo de colaboradores consustanciados con su proyecto y que
reemplazara a los funcionarios que le había legado el gobierno de Raúl Díaz. El affaire de los textos
escolares le ofreció argumentos para justificar su avance sobre la administración escolar, invocando
denuncias sobre la existencia de actos de presión y soborno en las asambleas docentes encargadas de
seleccionar los textos escolares de uso obligatorio.
A través de la nueva escuela el proyecto gubernamental se proponía conformar una sociedad más
compacta y homogénea en la que el conjunto de sus miembros compartiesen aquellos valores y
objetivos que desde el poder político se ofrecían como pilares básicos de todo ordenamiento social: el
amor a la patria, un profundo sentimiento religioso, una raza sana y viril y la unidad de esfuerzos para
forjar una nación poderosa. La compenetración de la sociedad con estos principios exigía que todos los
niños recibiesen los beneficios de la educación primaria y que el postulado de la obligatoriedad escolar
se cumpliese efectivamente. Había que desterrar el analfabetismo y en esta tarea el estado debía
desempeñar un rol protagónico en virtud de los recursos a su alcance para eliminar a los “desertores”
2
fue un médico y político argentino, que ejerció como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1936 y 1940. Se
destacó por su origen fraudulento, su recurrencia a la represión, su estrecha vinculación con la iglesia católica y su particular
simpatía por el fascismo, que no había logrado arraigo en la Argentina de su época. 92
(“semana del analfabeto” impulsada por el gobierno en todo el ámbito provincial). El analfabetismo es
un enemigo que hay que vencer. La derrota del enemigo exigía la presencia de un ejército y entonces se
recurrió a una amplia campaña de difusión a través de volantes, conferencias, audiciones radiales,
publicación de solicitadas a fin de movilizar a docentes, padres, alumnos y vecinos para que la “caza del
analfabeto” resultase exitosa. El objetivo central de esta cruzada era el de identificar a los desertores.
Así, aquel que conociese a un infractor debía denunciarlo, la denuncia podía ser anónima. Sin embargo,
el que no conocía la palabra no era el único enemigo, también se denunció al que trajo la palabra mala
(aquellos que han traído lucha de clases, miserias laborales, injusticias, protesta, etc.). Como coronación
de esta movilización en 1937 fue probada ley 4546 de Represión del Analfabetismo y la Deserción
Escolar. La misma dispuso la creación de un cuerpo de agentes escolares encargados de fiscalizar el
cumplimiento de la obligatoriedad escolar por parte de los padres. Para detectar a los desertores se
dispuso la confección de la ficha escolar individual que debía acompañar al alumno a lo largo de su
transito por la escuela. Los infractores serían multados.
Sin embargo, el gobierno no se limitó a perseguir y reprimir, pues el analfabetismo era entendido
también como consecuencia de una serie de factores sociales y económicos. En este sentido fueron
denunciados: el trabajo infantil a causa de la pobreza, el incumplimiento de la ley de trabajo de
menores, las distancias y los malos caminos y los frecuentes traslados de la población rural a raíz de las
condiciones estipuladas.
Desde esta perspectiva, la deserción escolar requería instrumentar una política de asistencia social en la
que nuevamente al estado le correspondería un papel central. El gobierno presentó a los comedores
escolares y las colonias de vacaciones como los medios más idóneos para que la escuela reparase la
situación de los niños desprotegidos. Además, estos nuevos ámbitos ofrecían un control más preciso
sobre el proceso de socialización. Reglamento para los colonias bonaerensesvestimenta del personal y
que los niños debían escribirles una vez por semana a su flia. En la instrumentalización de esta política
asistencial se procuró complementar la actividad estatal con la iniciativa y el aporte económico de la
comunidad. En el ámbito educativo se visualizo a las cooperadoras como el instrumento adecuado para
vincular la actividad privada con los esfuerzos gubernamentales. En estas organizaciones se enucleaban
espontáneamente padres y vecinos interesados en promover un mejor desenvolvimiento de la escuela y
en ayudar a los niños más necesitados. El poder ejecutivo entendió que para acrecentar la eficacia de las
cooperativas resultaba necesario encuadrar su funcionamiento y para ello aprobó la reglamentación que
cercenó la autonomía de dichos organismos al colocarlos bajo el estricto control de las autoridades.
El nuevo reglamento, aprobado en 1936, dispuso que toda escuela estaba obligada a contar con una
asociación cooperadora y que ésta dependería de la Dirección Gral de Escuelas a través de un organismo
que se creaba con dicho fin: la Administración Central de Sociedades Cooperadoras Escolares, luego
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reemplazada por la Ayuda Social de la Dirección Gral de Escuelas. A este nuevo ente se le confirieron
amplísimas facultades (revisión de balances de cooperativas, confirmación de sus autoridades, etc.)
En esta serie de iniciativas, se distingue un marcado afán por ampliar el campo de acción reconocido a
los organismos gubernamentales. El estado aparece así asumiendo un papel mas activo y colocando
bajo su control directo a organismos que hasta ese momento se desenvolvían en el ámbito privado. En
el marco de esta concepción estatalista, el proyecto educativo impulsado por el gobierno se propuso
una reestructuración acabada del ámbito escolar, empresa que, aunque orientada por definidos
propósitos políticos, supuso además, la adopción de determinada perspectiva pedagógica.
En el plano de la enseñanza, la configuración de la nueva escuela se apoyo en tres pilares básicos: la
introducción de la religión católica como materia obligatoria, el reconocimiento de un papel más
destacado a la educación física y la exaltación del hacer como alternativa frente al intelectualismo
predominante. Las dos primeras afectaron al conjunto de los establecimientos escolares, mientras que
la tercera solo se aplico con carácter experimental en un nº reducido de establecimientos distribuidos
en diferentes distritos de la provincia. Las tres innovaciones estaban estrechamente relacionadas y a
través de la fundamentación de las mismas, el equipo gobernante puso de manifiesto su interés por
instaurar un nuevo ordenamiento social. En el nuevo ordenamiento, los fines y objetivos de la
comunidad tendrían preeminencia frente a los intereses individuales y el estado actuaría como entidad
totalizadora capaz de interpretar y fijar los rumbos del conjunto social. De esta manera, la reforma de la
escuela primaria bonaerense fue estructurada en torno a un conjunto de principios básicos: el
reconocimiento de la religión católica como base de sustentación filosófica de la nueva pedagogía; el
cuestionamiento tajante del racionalismo y el intelectualismo; la superioridad de la escuela activa
vinculada con el mundo del trabajo e interesada en la ejercitación de la actividad manual; la valorización
del desarrollo físico como expresión de la vitalidad de una sociedad y una raza; y la exaltación del amor
a la patria y sus tradiciones como factor cohesionador de los diferentes sectores sociales.
En 1937 el poder ejecutivo dispuso por decreto que el director gral de escuelas designase a 4
profesionales para integrar una comisión encargada de reformular el plan de enseñanza y que sería
presidida por el ministro de gobierno. Esta comisión elevo un proyecto a través del cual se erradicaría el
verbalismo y el enciclopedismo de la escuela primaria. Para ello se diversificaban las act escolares y se
disponía una nueva estructuración de los contenidos. Las materias de ese momento, se reemplazaban
por dos orientaciones básicas: instrucción (idioma, matemática, dibujo y trabajo manual) y
desenvolvimiento (educación patriótica, moral y religiosa, educación estética (canto, teatro, música),
intelectual y educación física). De esta forma se pretendía deslindar un núcleo informativo al que se
calificaría numéricamente, de otro constituido por las disciplinas a las que se atribuía un carácter
educativo-social y que se evaluaría en forma conceptual. La fuente de inspiración de esta innovación fue
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la escuela de la personalidad impulsada por Hugo Gaudig, según la cual, la educación debía entenderse
como un proceso formativo que atendía la esfera emocional y volitiva, trascendiendo la mera
transmisión de conocimientos. La propuesta articuló el nuevo ordenamiento de los contenidos con un
replanteo de los métodos de enseñanza. Los miembros de la comisión dispusieron la instrumentación de
los centros de interés como el sistema de enseñanza adecuado para los alumnos del 1er ciclo (1º a 3º
grado) y el de correlación de asignaturas para el 2do (4º a 6º grado). Se aprobó la incorporación de un
nuevo nivel el de preaprendizaje gral destinado a alumnos de 5º y 6º grado con el propósito de
revalorizar el trabajo manual y ofrecer los rudimentos de un oficio. En este ciclo se incluyeron 4
orientaciones básicas (educación para el hogar (solo mujeresalimento, vestido, etc.); industria o taller
(solo varonesimprenta, cestería; carpintería, etc.); comercio (amboscontabilidad, idioma,
economía, etc.); orientación para las actividades rurales (ambostareas para desarrollar en el huerto o
granja escolar)), c/u de ellas con act a desarrollar de acuerdo a las condiciones sociales del ámbito
donde este arraigada la escuela y estableciendo una distinción respecto a la futura inserción social de
varones y mujeres.
La incorporación del preaprendizaje gral posibilitaba un nuevo tipo de articulación entre la escuela y la
comunidad y además permitía la adaptación de aquella a las transformaciones que estaban ocurriendo
en la sociedad argentina. Este interés por ofrecer una orientación laboral tb ocupó un lugar destacado
en las propuestas destinadas a revalorizar las actividades agro-ganaderas con el propósito de evitar la
emigración desde el ámbito rural hacia las ciudades.
En virtud del contenido de los cursos y de los medios que se dispusieron para su concreción el
preaprendizaje gral estuvo lejos de ofrecer una capacitación para ingresar al mundo del trabajo fabril. Su
estructura no indica que fuese la respuesta destinada a satisfacer las exigencias de un desarrollo
industrial afectado por la ausencia de una fuerza de trabajo calificada. En el caso de la mujer, este ciclo
respondía a los valores de una concepción tradicional según la cual, aquella estaba destinada a asegurar
la reproducción de la especie y la atención del ámbito domestico. Estos rasgos permiten distinguir a la
orientación laboral como otra de las alternativas desplegadas en torno a la consolidación de
determinados valores y actitudes, antes que como una experiencia destinada a vincular la escuela con la
esfera productiva.
En estrecha vinculación con el gobierno, la iglesia católica desempeñó un papel relevante en esta
remodelación del conjunto social. Ya antes de que Fresco asumiese y contando con el apoyo de los
sectores políticos mas autoritarios entre quienes habían propiciado el golpe del 30, la iglesia había
ganado una creciente gravitación en el ámbito escolar. Este avance fue cuestionado por algunos
sectores de la clase política y si bien la oposición mas definida fue planteada por el partido socialista,
cabe destacar que tb ofreció resistencia el grupo conservador liderado por Moreno.
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El gobierno de Fresco ignoró las disidencias planteadas dentro y fuera de su partido y dispuso la
incorporación de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas y privadas de la pcia. Ya no había
espacio para la neutralidad religiosa, el discurso oficial definió el laicismo como una forma encubierta de
antirreligiosidad. Para ser aceptado como miembro de la comunidad solo había un camino posible:
adherir a los valores reconocidos por el gobierno e iglesia como expresiones de la autentica realidad
nacional. A partir de la inclusión de la enseñanza religiosa, la iglesia católica quedo facultada para
nombrar delegados en todos los distritos escolares con el propósito de controlar la labor docente en el
dictado de la nueva materia; el poder político le daba su apoyo para expandir su mensaje. Para lograr
mayor gravitación en el seno del cuerpo docente, a pocos meses de asumir Fresco, se constituyó la
Federación de Maestros y Profesores Católicos. Esta entidad organizo un congreso (1937) cuyos
discursos fueron reproducidos en la Revista de Educación.
El fin de la escuela laica en el ámbito bonaerense fue confirmado y reforzado en 1939 a través de la ley
4755. En el senado se aprobó sin debate, en cambio en la cámara de diputados, tuvo lugar un debate en
donde socialistas, radicales y conservadores (Verzura) argumentaron a favor de la escuela laica. La
prensa adoptó una posición crítica respecto a la creciente gravitación de la religión y puso en tela de
juicio los procedimientos aprobados para salvaguardar la libertad de conciencia.
Las disposiciones del gobierno en materia religiosa no fueron recibidas y asimiladas de la misma manera
por toda la población. En el caso de los pueblos rurales, nos encontramos con una configuración en la
que las distancias y el aislamiento imponían su impronta en la fisonomía social al restringir las
posibilidades para la constitución de espacios públicos. En el caso de grandes centros urbanos, hallamos
conglomerados urbanos densamente poblados en los que la presencia cotidiana de lo heterogéneo
hacía menos difícil pensar y aceptar la existencia de lo otro, lo distinto.
Según los resultados de un informe, en la sociedad argentina la religión católica tenia raíces profundas.
Sin embargo, de su lectura tb se desprendían una serie de interrogantes. En la mayoría de los distritos
bonaerenses hubo grupos minoritarios que explícitamente rechazaron la enseñanza religiosa. Respecto
a la posición de los maestros, según el debate a que dio lugar la evaluación de la reforma educativa en la
asamblea realizada por la asociación de maestros en 1939, en la comisión encargada de evaluar la
reforma educativa, el balance de la misma dio lugar a divergencias que se plasmaron en la elaboración
de dos dictámenes: el de la minoría (evaluado por 3 de sus integrantes) apoyó sin reservas todos los
aspectos de la propuesta gubernamental, y el de la mayoría (evaluado por 5 de sus integrantes) realizo
algunas observaciones sobre el área de educación física y la inclusión de la religión como materia
obligatoria. Con respecto a la enseñanza religiosa, por un lado, sostuvo que su incorporación a la escuela
era extralegal en la medida que la legislatura aun no había dictado la ley de educación que avalara esta
disposición y, por el otro, censuró la forma en que se instrumentaba su enseñanza, el carácter
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catequístico de la misma no aportaba elementos positivos para la formación de la inteligencia y la
voluntad de los niños. En cuanto a la educación física, si bien reconocía un papel positivo, buscaba poner
límites precisos a esta act, destacando que a través de la misma no debían perseguirse otros fines que
los meramente educativos y que su dictado debía estar a cargo de maestros. Las conclusiones que
avalaban la experiencia piloto destinada a dar vida a la nueva escuela, fueron aprobadas casi por
unanimidad.
En el proyecto oficial, junto con la religión católica, se destaca el interés por revalorizar el peso y el
papel de la educación física. Desde la perspectiva del equipo gubernamental, la escuela se había
centrado en la educación intelectual, descuidando que el cuidado del cuerpo era fundamental para la
formación de la personalidad masculina. Así en 1936 el poder ejecutivo dispuso por decreto la creación
de la Dirección de Educación Física y Cultura (estructura piramidal y ramificada; se buscaba un nexo
entre este organismo y las escuelas; el poder ejecutivo le confería a esta dirección una vasta gama de
act, tales como la organización de reuniones deportivas y recreativas, de comedores escolares, de actos
y conferencias, y como se le confirió la misión de incentivar el sentimiento nacional, se abocó a la
preparación de la escenografía de los actos escolares) y nombró a Videla Doma, uno de los dirigentes del
movimiento nacionalista, como director de la misma. En cuanto a la repercusión del nuevo organismo
en el ámbito escolar, Videla Doma propuso un plan de trabajo, aprobado por el Consejo Gral de
Educación integrando las sig act: gimnasia diaria, instrucción teórica y practica de tiro (“queremos que
no teman a las armas, las armas no dañan, defienden. En una educación natural no puede descuidarse el
aspecto bélico de los niños” – Kraiselburg, inspector gral de escuelas). La prensa platense y los
senadores socialistas reaccionaron críticamenteel poder ejecutivo ignoraba al poder legislativo; el
gobierno no indicaba de qué manera se obtendrían los recursos humanos y materiales.
En relación a la evaluación de esta institución, frente al tono exitista planteado por Fresco, la Memoria
del Ministerio de Gobierno plantea que dicha dirección no logró plasmar acabadamente sus objetivos y
esto en virtud de la conjunción de una serie de factores adversos: la carencia de recursos materiales,
desconfianza por parte de la población, etc., el mayor logro de esta dirección, según esta fuente, fueron
los disciplinados desfiles escolares.
La propuesta bonaerense fue presentada como parte de un movimiento más amplio destinado a
reestructurar el sentido y el papel de la educación. La afinidad de esta experiencia con otras se
desprendía de una coincidencia profunda en la medida que todas estas iniciativas cuestionaban los
postulados del positivismo. Para los autores de la reforma bonaerense resultaba necesario
desprenderse de los principales sustentados por Rousseau, Hegel, Herbart, Froebel, quienes en su
carácter de principales representantes del positivismo habían proclamado la muerte del humanismo
clásico para levantar un altar al racionalismo científico. En Arg el predominio indiscutible del positivismo
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a lo largo del ciclo de la organización nacional había derivado en la exaltación de la riqueza material y en
la configuración de una sociedad cosmopolita y sin Di-s. Sin embargo, los miembros de la Comisión
reconocían, en el s.XIX, el nacimiento de una nueva sensibilidad que avanzaba pujante, resquebrajando
el predominio indiscutido de la razón y desplegándose en todas las esferas del pensamiento, desde el
plano filosófico, psicológico y pedagógico. La reforma bonaerense, según sus autores, compartía los
valores que nutrían a esta corriente en cuantos estos se presentaban como una reacción frente al
materialismo, al racionalismo y al mismo tiempo como exaltación de la espiritualidad. Debido al
reconocimiento de la carencia de un sist filosófico nacional definido, el equipo bonaerense volvió su
mirada hacia la experiencia educativa italiana impulsada por Giovanni Gentile y Lombardo Radice a
ppios de los años 20. El proyecto encarado por Gentile, aunque se concretó en los 1eros años del
gobierno de Mussolini, no puede definirse como la expresión acabada de los objetivos fascistas en el
ámbito educativo. Conjunto de ppios e iniciativas de la experiencia italiana que estuvieron presentes en
la reforma bonaerense: la inclusión de la enseñanza religiosa, la instrumentación de una amplia gama de
act tales como el dibujo espontáneo, la música, el periodismo; y la revisión de los sist de formación de
docentes. En el caso bonaerense se percibe en el seno del mismo proyecto argumentos que sostienen la
conveniencia de una escuela pública masiva, vinculada al hacer y signada por un tono militarista, junto
con el afán por imponer una concepción humanista de sesgo elitista en el marco del idealismo filosófico
(tensión que se encuentra tb en entre la concepción elitista de Gentile y la propuesta de Bottai más
orientada hacia la exaltación de los valores plebeyos). Esta 2da orientación se postuló para la formación
de un nuevo modelo de maestro.
Para algunos funcionarios (Kraiselburg), esta reforma educativa combinaba una cuota de amor hacia los
niños con un eficaz sist represivo; el debate metodológico era escasamente relevante; la comprensión y
la repetición seguían siendo los dos procesos indispensables para la adquisición del conocimiento. Antes
que los ppios pedagógicos y psicológicos se elevaran a la categoría de ciencia habían sido aplicados
empíricamente por los maestros. La oposición entre materialismo y espiritualismo tampoco tenía
demasiado sentido, había que lograr una equilibrada combinación de ambos. Kraiselburg planteaba que
el estado debia encargarse en forma dominante de la educación desde la enseñanza primaria a la
superior xq las escuelas estatales eran las únicas que actuaban desinteresadamente e igualaban a todos
los niños. Los aspectos mas destacados de la nueva escuela fueron su carácter nacionalista y la
posibilidad que brindaba para subordinar lo individual y social a lo estatal. La crítica al intelectualismo
no se vincula con las limitaciones de un saber enciclopedista sino con los peligros que se derivaban del
mismo para el orden social y político. La escuela intelectualista planteaba problemas alarmantes xq
creaba una clase populosa de intelectuales que sembraban duda y desconcierto mediante recursos de
persuasión que les proporcionaba la escuela, el colegio y la universidad. La finalidad de la nueva
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educación no es ya la de lograr el despliegue de todas las posibilidades intelectuales, creativas y
emocionales del niño, sino la de protegerlo de los peligros que lo acechan (duda).
Requisitos y alcances del proyecto educativo:
Para la exitosa concreción de los objetivos era indispensable contar con la colaboración de los maestros.
Estos debían capacitarse y compartir los presupuestos y postulados del proyecto educativo. Para lo cual,
se organizaron cursos y jornadas de perfeccionamiento docente. Para muchos docentes, la cuestión
parecía reducirse a la sustitución de unos procedimientos metodológicos por otros, sin comprender la
dimensión del cambio. Fuera del ámbito gubernamental, esta preocupación por la formación docente
constituyó el eje central de las act desplegadas por la Fundación Argentina de Educación (creada por
Baldrich; trabajó en estrecha relación con el gobierno). Inició su labor en el ámbito educativo
bonaerense a fines de 1936 cuando presento un plan de cursos en torno a la cultura y problemas
rurales. El gobierno provincial aceptó la iniciativa. La comisión trató temas relacionados con aspectos
pedagógicos de la nueva escuela: el ausentismo y deserción escolar; la psicología infantil; instrucción y
desenvolvimiento; preaprendizaje gral; fundamentos pedagógicos de la reforma; la escuela rural en la
pcia de Bs. As. La fundación, en cambio, trató cuestiones vinculadas con una determinada concepción
que reconocía en los valores de la cultura greco-latina y cristiana junto con la exaltación del
nacionalismo, los ppios básicos en que debía forjarse el nuevo maestro. El programa presentado por la
misma abordo cuestiones como: el concepto del hombre, la educación en Grecia y Roma, la influencia
de la literatura clásica española; los antecedentes espirituales de nuestra nacionalidad, la educación en
el cristianismo, etc.
El interés de la fundación por ofrecer una formación sistemática y alternativa a la que ofrecía la escuela
normal, hija del proyecto liberal, se plasmó en el proyecto de creación del instituto de cultura del
magisterio de la pcia de Bs. As. A partir de la formación ofrecida por dicho centro, los maestros estarían
en condiciones de replantear críticamente los principios del sist vigente fundado en la exaltación de un
crudo materialismo. Los vínculos entre la fundación y el gobierno constituyen otro ej de los modos en
que se articulaban las relaciones entre estado y sociedad. Así, los cursos concretados por la fundación y
el gobierno provincial fueron el antecedente de la escuela superior del magisterio.
El interés del gobierno por los docentes no se agotó en la instrumentación de los cursos citados.
Desplegó otra serie de medidas, desde las que intentaron satisfacer los reclamos de dicho sector, hasta
las que asumieron un definido cariz represivo.
A partir del golpe del 30, la posición de los maestros se había visto negativamente afectada en dos
aspectos: el económico y el de la estabilidad laboral. Sus sueldos, al igual que los de los empleados
públicos, sufrieron reducciones en virtud de la política adoptada por gobierno de Martínez de Hoz
(1932-35) destinada a reducir los altos déficits presupuestarios que provocaban la ira de los grandes
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terratenientes bonaerenses. Se sumó es esto, un nuevo clima político en el que se deterioraron las
condiciones que garantizaban una cierta estabilidad docente. Los maestros quedaron sin ningún tipo de
garantía frente a las resoluciones del director gral de escuelas y además, la ingerencia directa del comité
afectó su situación laboral. La adopción de pautas que garantizasen la estabilidad laboral y la aprobación
de un escalafón docente fueron los reclamos más persistentes por parte de la Asociación de Maestros. Y
aunque en todos los proyectos referidos a la reforma de la ley de Educación se reconocía la necesidad
de incorporar ambas medidas, fue recién bajo el gobierno de Fresco que los maestros vieron
concretadas sus aspiraciones.
Ley 4675 de Estabilidad y Escalafón Docentepero, los incrementos salariales dispuestos a partir del
nuevo escalafón no llegaron a concretarse. El impacto de la recesión económica indujo al gobierno a
reducir sus gastos y para esto recurrió nuevamente a la rebaja de los salarios de todos los empleados
públicos. La disposición de que el salario docente no podía sufrir ningún tipo de reducción pasó a ser
una promesa más y la ayer complacida Asociación encaró la puesta en marcha de un plan de protestas.
El equipo gobernante utilizó tb el poder estatal a fin de incidir en el destino y la gravitación de las
organizaciones representativas del magisterio. Más allá de su estrecha vinculación con la iglesia católica,
en este terreno el gobierno compitió con la jerarquía eclesiástica. Pese a que ésta había propiciado la
creación de la Federación de Maestros y Profesores Católicos, el gobierno impulsó la constitución de un
nuevo organismo directamente subordinado a sus directivas, la Corporación Nacionalista de Maestros.
Ese sentimiento nacional que el gobierno se esforzaba por afianzar entre los maestros a través de la
Corporación (sano patriotismo, amor a las tradiciones y glorias de la patria, valor de los símbolos
nacionales, especialmente la bandera) tenía ya una destacada gravitación en el seno de la Asociación.
Pero la reforma escolar, vinculada con una propuesta política, tb fijó objetivos en relación con los
aspectos pedagógicos y metodológicos de la enseñanza, invocando la necesidad de incorporar los
avances concretados a nivel teórico en el campo de la educación. Hay que tener en cuenta una serie de
factores que llevan a relativizar esta reestructuración, por un lado, la forma en que se aplicaron las
nuevas propuestas pedagógicas y, por el otro, las dificultades políticas y económicas que afectaron al
gobierno y restringieron su campo de acción. En el 1er caso, de la lectura de las guías didácticas se
desprende que el verbalismo, la repetición y el estudio memorístico siguieron ocupando un lugar
destacado y desde los contenidos se procuraba afianzar los ppios que orientaban la política del
gobierno. Ciertas act convencionales y no exactamente destinadas a despertar el interés de los niños
siguieron ocupando un papel importante, especialmente en las clases dedicadas a la veneración de
algún prócer. Unas de las restricciones básicas con que se encontró el gobierno para concretar las
iniciativas que anunciara, provino de la recesión económica con que se enfrentó. El proyecto educativo
requería de la existencia de una importante infraestructura, de un nº suficiente de establecimientos
100
escolares en todo el territorio provincial a fin de contrarrestar la deserción, la instalación de talleres y
provisión de materiales para las act, campos de deporte, comedores y colonias de vacaciones para
posibilitar la socialización. Y había que mejorar la situación salarial de los docentes, a quienes se les
exigía un esfuerzo y compromiso c/vez mayor.
Durante sus 2 1eros años, el gobierno había contado con un clima económico favorable que le permitió
incrementar el gasto público recortado por sus antecesores por el impacto de la crisis del 30. En el plano
educativo, la recesión económica se había reflejado en la disminución del nº de escuelas, la reducción
del personal docente, y en la contracción de la partida presupuestaria destinada a dicha área. Los
aumentos en las asignaciones para la educación que se concretaron en este periodo fueron destinados a
financiar el crecimiento del plantel docente y administrativo y a la recomposición de los salarios que
habían sido rebajados durante la fase recesiva. El plan de edificación escolar no logró cubrir las
necesidades que habían sido detectadas en 1936. En 1938 hubo un incremento en la construcción de
aulas y escuelas. Sin embargo, este despliegue no alcanzó las metas propuestas como factibles. Desde
1938 las presiones en pos de la reducción de los gastos gubernamentales se manifestaron con toda
fuerza.
Desde las exigencias de la política se volvían a transgredir las reglas “sagradas” de la economía, y este
planteo que los conservadores habían utilizado para denunciar la “demagogia” radical se convertía
ahora en su propio dilema. En las fluctuaciones de una economía signada por los avatares del mercado
internacional, resulta posible reconocer, entonces, uno de los límites y, por cierto, no el único de este
proyecto político que requería un estado asentado sobre una base de recursos mas sólida y estable.
Selección de textos sobre el Segundo Plan Quinquenal, textos escolares y la razón de mi vida de Eva
Perón.
Enrique González Trillo – Luís Ortiz Behety: Cultura Ciudadana. El justicialismo social y el justicialismo
económico. 2º año. Ajustado a los programas especiales de 1953, del Ministerio de Educación de la
Nación. Bs. As. 1953.
Prologo: nueva materia “cultura ciudadana”, que abarca tres etapas fundamentales: la formación de la
sociedad arg y el justicialismo social, la economía arg y el justicialismo económico y el proceso de la
formación cívica y la org política arg y la política justicialista, viene a cumplir uno de los postulados
básicos de la doctrina nacional, al ofrecer a los estudiantes la visión completa de la vida de nuestro país,
estableciéndose el paralelo entre el pasado histórico y el momento presente, y también viene a cumplir
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con uno de los objetivos del 2º plan quinquenal, en donde postulaba que la educación capacitará a los
ciudadanos para la conducción social, económica y política del país.
Primera parte: el justicialismo social: orientaciones sociales: las org que se fueron formando en nuestro
país eran extranjeras, el marxismo se difundía por doquier, indiferencia del gobierno ante los reclamos
de los trabajadores, hicieron que esas ideas encontraran a muchos protagonistas. El sindicalismo
(decreto 23.842 – 1945) comienza a ser una realidad en la vida social arg. Ya no se trataba de
agrupaciones desorganizadas, ya era una estructura formal, en donde se vivía la realidad de la patria.
Comienzan a dictarse los primeros estatutos de los trabajadores.
“El mal y el error más grande que cometió el capitalismo en los S. XIX y XX –dijo perón- ha sido el de
oponerse al sindicalismo organizado, porque el sindicalismo es una fuerza colosal. Soy de los que piensa
que el sindicalismo es una org de derecho natural como la flia, porque no hay nada más lógico desde
que la humanidad es humanidad, que los mejores compañeros sean aquellos que han derramado el
sudor juntos, en una tarea común.”
Nuestro país se encauza, bajo la dirección de su conductor genial, hacia un estado equidistante de
ambos sistemas (capitalismo y comunismo), en el que, según perón, “buscamos asegurar para nuestro
pueblo un régimen social justo y humano, donde la cooperación reemplace a la lucha, donde cada
hombre que trabaja reciba un beneficio proporcionado a la riqueza que promueve (…) asegurar los
derechos del trabajador (…)”.
Entre estas dos fuerzas antagónicas está la tercera posición argentina, la doctrina del gral perón. Está
basada: en dar al ser humano todo su valor; en liberarlo de la tiranía política y económica; en asociarlo
en una forma digna a la seguridad del estado (de esta org armoniosa han salido los postulados de la
Nueva Arg); mantener la paz del mundo; ha logrado el equilibrio perfecto entre las fuerzas del capital y
del trabajo merced a la suprema tutela del estado.
En el orden político, la 3º posición implica poner la soberanía de las naciones al servicio de la humanidad
en un sist cooperativo de gobierno mundial. En el orden social, la 3º posición entre el individualismo y el
colectivismo es la adopción de un sist intermedio cuyo instrumento básico es la cultura social. En el
orden económico, la 3º posición es el abandono de la economía libre y de la economía dirigida por un
sist de economía social al que se llega poniendo el capital al servicio de la economía.
La posición arg plantea que las soluciones vienen por construcción no por destrucción.
Segundo plan quinquenalse establecen las normas para afianzar y ampliar los beneficios sociales de
nuestro pueblo, en cuanto se refiere a trabajo, retribución, capacitación, condiciones de labor,
mejoramiento económico y defensa de los intereses profesionales. Objetivos grales: proporcionar la
plena ocupación; derecho a una retribución justa; hacer cumplir que el trabajo se realice dentro de las
condiciones de higiene y seguridad que la vida moderna requiere; alcanzar el mayor grado de
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producción por medio de la mutua colaboración, perfeccionamiento técnico, estímulos, adecuada
distribución de los beneficios; intensificar la cooperación entre el capital y el trabajo y conciliar
diferencias. Para lograr estos objetivos, el estado organizará durante el quinquenio 1953-1957 el
servicio nacional de empleo y el fuero sindical.
Bichito de luz. Ed. Kapilusz. Libro de lectura de 2º grado. 1953.
1º de mayo día del trabajador: todo se lo deben al gral perón y a Eva perón. Por eso el 1 de mayo es día
de alegría, de fiesta y agradecimiento.
El testamento de Eva perón: “ella no quiso sino ser evita, la abanderada de los trabajadores, consuelo y
ayuda de los necesitados.” “Eva perón fue del pueblo y el pueblo guarda el recuerdo de su alma
luminosa.”
El pueblo trabajador: “perón y el pueblo están unidos, como las manos en el escudo nacional. El
gobierno y el pueblo trabajador se sostienen y se apoyan entre si. Perón asegura los derechos del que
trabaja. El pueblo apoya a su conductor y líder. Los trabajadores unidos en sindicatos hacer respetar las
leyes obreras. Separados nada significan. Unidos hacen grande a la patria. Llamarse trabajador es en la
Nueva Arg, el mas alto titulo de nobleza.”
25 de mayo: la escuela esta de fiesta. Banderas grandes y escarapelas, flores y cintas arg, frases
patrióticas, himno nacional.
Conversación de un hijo con su padre. El padre le responde: “Antes los ferrocarriles que circulaban por
nuestro suelo pertenecían a compañías extranjeras y el personal que los atendía tb era en su mayoría
extranjero. Ahora por obra del gral perón los ferrocarriles son nuestros. Maquinas y vagones llevan
ahora la escarapela nacional.” “que alegre que estaba papa cdo me decía esas cosas.”
Mariano plotkin, mañana es san perón. Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista
(1946-1955)
Los usos políticos de la educación antes de perón: El sist educativo oficial argentino, fue organizado por los
gobiernos liberales de fines del S. XIX y creció rápidamente a principios del siguiente. 1884: ley 1420 establecía
la educación primaria laica, obligatoria y gradual. Las escuelas primarias fueron puestas bajo la jurisdicción del
Consejo Nacional de Educación. El sistema educativo: 1) tuvo como fundamento ideológico al laicicismo, 2)
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se transformo en un instrumento para el mantenimiento del consenso liberal.
Tanto en el periodo de inmigración masiva de ppios de siglo como a finales de la década de 1930 y ppios de la
del 40 el sistema educativo fue utilizado como un mecanismo para inculcar sentimientos patrióticos. En el
primer caso (con el programa de educación patriótica de José maría ramos mejía, en 1910), los destinatarios
eran los inmigrantes, y el objetivo tanto incluirlos a la “nación” como aislarlos de ideologías peligrosas (ej.:
anarquismo). En el segundo caso, el objetivo era resaltar la importancia de defender las instituciones
democráticas en un contexto en el que el reclutamiento nazi era una amenaza bastante concreta. También
hubo ocasiones en las que las autoridades políticas intentaron transmitir un msje político más preciso que la
mera inculcación de sentimientos nacionalistas (x ej.: impulsar ciertas medidas del gobierno).
Luego de la revolución de 1943, se plantea la reforma del sistema educativo como una cuestión primordial. Era
necesario paliar los vicios que contaminaron a varias generaciones de argentinos a través de un sistema
educativo cosmopolita y ateo. Este mismo año Elbio Anaya (ministro de Justicia e Instrucción Pública) emite
una resolución reestructurando las bases del sistema educativo.
Preocupaciones:
Necesidad de implementar educación religiosa (católica apostólica romana, of course!) Rompiendo una
larga tradición laicisita en las escuelas federales, el gobierno coloco a personajes de conocida militancia
católica nacionalista en puestos clave del sistema educativo, Por primera vez, maestros de escuela y
funcionarios fueron despedidos y perseguidos abiertamente por motivos ideológicos. Para las nuevas
autoridades la ideología nacionalista católica era uno de los pilares de la nacionalidad. Intervenciones en las
universidades, se declaran ilegales asociaciones estudiantiles universitarias, etc. Tb en este año el gobierno
militar emitió un decreto introduciendo la educación católica en las escuelas públicas bajo jurisdicción federal,
lo que genero la oposición de todos los grupos liberales, y, más tarde (cuando se convierte en ley) de
importantes sectores obreros peronistas. Sin embargo, esta ley solo aplicaba en capital federal, territorios
nacionales y, después de la ley Laínez de 1905, en las escuelas federales de las provincias (pero NO en los
sistemas educativos provinciales; las modificaciones en estos ámbitos se irán haciendo de a poco t a través de
otras medidas, en los casos en los que no se diera anteriormente enseñanza religiosa). Si bien existieron
106
“cursos de moral” para las familias no católicas, la asistencia a los cursos de religión fue masiva. Existían
numerosas trabas burocráticas, e incluso discriminación, para los padres que querían optar por una educación
moral para sus hijos que hacían que muchos de ellos terminasen optando por la educación religiosa.
Necesidad de implementar la educación técnica Argentina carecía hasta entonces de un sistema articulado
de educación técnica. Los coroneles revolucionarios consideraban que el carácter de la educación técnica debía
ser nacionalista para educar a los futuros técnicos en el amor a la patria y para preparar la emancipación
técnica de la nación al nacionalizar la industria por medio de la sustitución de equipos técnicos extranjeros por
nacionales.
Crear un grupo de maestros leales y adoctrinados en los ppios ideológicos del nacionalismo católico.
Creación de la Escuela Superior del Magisterio en 1944. Objetivo: antídoto contra la educación de las escuelas
normales, calificada como: materialista, positivista, cosmopolita, “frívolo enciclopedismo”, promotora de un
librepensamiento de horrendas consecuencias.
La escuela superior tuvo una duración muy corta, ya que a ppios de 1945, debido a las presiones externas e
internas, el gob militar se vio obligado a eliminar de su gabinete a las figuras más irritativas del nacionalismo, y
el área de educación no fue la excepción. Aunque el nacionalismo católico siguiera siendo la ideología
dominante en materia educativa, adquirió un perfil más bajo.
Los años de perón: la redefinición de los objetivos del sistema educativo oficial :
La evolución de las políticas educativas de Perón puede ser dividida en tres periodos:
“La democratización del sistema educativo”1946-1948, Belisario Gache Piran (ministro de justicia e
instrucción pública).
Palabra clave: democratización. Se impulso un sistema educativo popular y democrático, gratuito, centralizado
bajo el control del estado en todos sus niveles, un sistema educativo nacionalista que inculcara los ideales
patrióticos. Si bien esta defensa de la educación patriótica no es nueva, tiene un cariz distintivo en el gobierno
de perón: tiene un carácter positivo, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, en el que se la consideraba
como un antídoto o barrera ante amenazas. Lo que busca perón es crear una nueva filosofía para crear una
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nueva sociedad. Al sistema educativo se le asignaría el papel central de “preparación de las masas” para ser
conducidas.
En este periodo Perón logro convertir en ley el decreto de 1943 para la introducción de la enseñanza
católica (promesa electoral con la que había contado con el apoyo semi-explicito de la iglesia), mediante una
intensa campaña propagandística llevada a cabo en gran parte por Eva Perón.
controlar la universidad, que era aun un centro opositor, eliminando mediante una ley la autonomía y el
ppio de gobierno tripartito (proyecto contenido en el primer plan quinquenal). El objetivo de esta medida era
tb la integración de todos los niveles de educación en un sistema único bajo el control del estado. Esto se
justificaba ya que perón consideraba que había que forzar a las universidades a ser más populares y
democráticas (las autoridades de la universidad no eran elegida por el pueblo, entonces ¿Cómo podrían
asegurar sus intereses?).
lograr una mayor centralización del sistema educativo creación del ministerio de educación luego de la
reforma constitucional/
expansión del sistema de educación técnica que había sido comenzada por el gobierno militar. Esta tenía
dos objetivos: 1) suministro de mano de obra calificada para sus planes de industrialización 2) instrumento de
disciplinamiento de la clase obrera, ya que la democratización del sistema educativo en todos los niveles haría
que los hombres no se sintieran atraídos por la “sublevación” (esas ideas raras). Sin embargo, en la práctica, la
educación técnica tenía un carácter reaccionario en la medida en que dividía el sistema educativo siguiendo
líneas claras de clase (los egresados tenían cerradas las puertas de escuelas secundarias regulares y de las
universidades).
Los comienzos de la educación peronista. 1948-1950, Oscar Ivanissevich (medico, primero secretario, y
luego ministro de educación).
Luego de que la sanción de la constitución de 1949 lo permitió, el ministerio de educación fue separado del
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de justicia constituyéndose de esta manera en un área autónoma. La creación del ministerio de educación
formalizo y legalizo una situación que de hecho existía desde 1948, cuando Perón creó una secretaria de
educación semiindependiente bajo la conducción de Ivanissevich. Durante este periodo: 1) el régimen
peronista hizo esfuerzos por vincular su “doctrina” con valores trascendentes tales como el nacionalismo o la
religión 2) la centralización del sistema educativo comenzada en el periodo anterior fue profundizada, y el
ministerio de educación se transformo en uno de los organizamos más visibles del estado 3) se reforman los
programas para la escuela primaria 4) se timan medidas para acercar la escuela a la comunidad. En 1950
Ivanissevich fue formado a renunciar a su puesto de ministro (las razones no son claras, se dice que era porque
a Eva no le caía bien).
El período más polémico. Cambio radical. Méndez profundizo aun más la centralización del sistema educativo
(ejs: codificación en la ley universitaria de 1947 que da facultades al estado para fijar los lineamientos de los
cursos que se dictaran en ella. La universidad representaba para el gobierno un problema político más que
ideológico, como reducto de la oposición, perón quería asegurarse su control total), y se encargo de
desmantelar la mayoría de las reformas del periodo anterior que tenían el objetivo de acercar la escuela a la
comunidad. Dos importantes cuestiones para este periodo: 1) Introducción de libros de texto “peronistas” para
la escuela primaria. Políticas abiertas de adoctrinamiento de maestros y alumnos, que se exacerban después
de la muerte de evita en 1952, con la implementación de la obligatoriedad de los homenajes a su memoria y
con la declaración por ley del congreso de su autobiografía, la razón de mi vida, como libro de texto obligatorio
para todos los niveles de educación. Los intentos de acercar a la juventud al régimen peronista (no solo en las
aulas, sino tb fuera de ellas, a través de distintas sociedades y publicaciones, entre otras cosas) contribuyeron a
profundizar las tensiones ya existentes entre el estado y la iglesia 2) Al final de este periodo el conflicto de la
iglesia y el estado, latente desde años antes, finalmente estallo con violencia. El peronismo intento
gradualmente desplazar al catolicismo como religión de estado y monopolizar el espacio simbólico social
LUCHA POR EL CONTROL DEL ESPACIO SIMBOLICO. IMAGINARIO POLITICO PERONISTA: RELIGION POLITICA
QUE NO ADMITIA ALTERNATIVAS. En 1955, cuando el conflicto comenzó a tomar un giro violento, la
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educación religiosa que había sido establecida en 1943 se elimino.
Progresivamente, a través de estas etapas y de lo que ellas implicaron en la educación, en el discurso oficial, la
idea de lealtad a la nación fue transformada en lealtad al Estado, y gradualmente en lealtad a la nación fue
transformada en lealtad al estado, y gradualmente en lealtad al peronismo y a perón como encarnación de la
idea de Estado-nación.
Carlos Mangone y Jorge Warley. Universidad y peronismo (1946-1955). Es central para los autores: Tratar de
situar la especificidad de este conflicto entre 1946 y 1955, en el marco de los cambios sociales, económicos,
políticos, que vivió la argentina durante ese período
Las prácticas políticas restituyen al fraude como mecanismo de acceso al poder. Esta sustitución, y la
imagen de un parlamentarismo activo, sin embargo, fue más de fachada que efectiva.
Giro económico que, al llegar los años 40, producirá el reacomodamiento de las fuerzas productivas.
Consistió en: 1) un mayor intervencionismo estatal en las relaciones económicas 2) un apoyo incipiente a la
industria liviana y al fomento de las obras púbicas. Importante migración interna hacia los centros industriales.
Se inscribe dentro del replanteo que realizan las oligarquías de los “países atrasados” al verse enfrentados a la
crisis económica del 29. Es por ello que estas “variantes” no significan ni merma ni transferencia del poder
político, ya que la burguesía nacional no era capaz de promover un proyecto alternativo y se veía obligada a
apoyar a una fracción de la oligarquía.
Estos cambios en la sociedad argentina incidirán en la conformación de la futura base social del
peronismo
Se introduce un elemento nuevo (y de gran importancia): los militares. Para los sectores nacionalistas, las
prácticas y virtudes castrenses serán el modelo de su sociedad jerárquica y corporativa. Para los sectores
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universitarios y de la pequeña burguesía que componen el radicalismo yrigoyenista y el partido socialista, serán
la barbarización de las costumbres políticas. El ascenso del nazifascismo europeo y su influencia en América
latina volvía cotidianas las demostraciones públicas del nacionalismo local y las militarizaba.
Especialmente con el ascenso de Hitler y la guerra civil española, la sociedad argentina, en medio de un
clima interno de corrupción y fraude político, se conducirá políticamente según los vaivenes del conflicto
central democracia/fascismo.
Por todo lo enunciado, al llegar el año 1943 irrumpirán abruptamente en el funcionamiento político dos
fuerzas no tradicionales
1) la clase obrera. Deja de ser extranjera y marginal. Será ahora un interlocutor para el Estado en su intento de
neutralizar su tendencia ascendente
2) los militares.
La contrarreforma universitaria.
Como una reacción a la reforma universitaria de 1918, aparece en las casas de altos estudios una corriente
católica que tiene el objetivo de oponerse a todo lo relacionado con el reformismo. Se cristalizo su modelo de
universidad apolítica, sin gremialismo estudiantil, de marcada rigidez disciplinara y dogmatismo, con la llegada
de las revolución del junio de 1943. Periodo de mayor penetración eclesiástica en la política universitaria.
Otro hecho que preparará el espacio universitario para la “contrarreforma” del 43, será la presencia desde el
decanato de Ramón Castillo en Derecho y por influencia de Justo, de militares como profesores en las aulas de
la Universidad de Bs. As. Esta conjunción militar-clerical instrumentara la política educativa a partir del 43,
apoyada por los grupos nacionalistas, en ascenso por aquellos años.
Con la crisis de octubre de 1943 llega al gobierno Gustavo Martínez Zuviría, respaldado por el general Luis
Perlinger. Este dueto alcanzará a fines del año la conquista más deseada por la Iglesia católica: la enseñanza
religiosa obligatoria.
Intervención y cesantías
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Ideólogos del proyecto de universidad de junio de 1943: zuviria, genta, baldrich, Etcheverry Boneo.
La primera Universidad en ser intervenida fue la del Litoral (28/6/43). De todas formas, existió oposición a las
intervenciones por parte de profesores y centros de estudiantes, que fue respondida por las autoridades con el
desconocimiento de los centros y la expulsión de sus integrantes, así como tb a la dirección de la Federación
Universitaria del Litoral. Esta última reacciono disponiendo un paro de 72 horas en agosto. A partir de allí se
suceden los acontecimientos: expulsión de profesores, detenciones de alumnos, hasta que el 2 de septiembre
la FUL declara el paro por tiempo indeterminado. La medida provocará la reincorporación de los estudiantes
expulsados, salvo algunos por “razones ideológicas”, y el alejamiento de Genta (que era hasta entonces el
interventor de la universidad).
Mientras tanto, en la universidad de Buenos aires existía una tensa situación en algunas facultades, y el 15 de
octubre un grupo de personalidades da a conocer una declaración repudiando la situación política (algunos
puntos: democracia efectiva, libertad de reunión y de prensa, esperanza de que el gobierno se alineara con los
aliados en el contexto de la segunda guerra mundial). La respuesta del gobierno fue la petición de cesantía de
algunos de los firmantes de la declaración que ejercían como profesores en diferentes facultades. En la
Universidad de La Plata, Alfredo Palacios y Gabriel del Mazo se negaron a aplicar las cesantías por
considerarlas ilegales, por lo cual abandonaron la presidencia. En la Universidad del Litoral, el interventor Dana
Montaño tampoco quiso hacer efectiva la resolución de echar a algunos profesores, tuvo que dimitir. Su
reemplazante, eteheverry Boneo, cumple estrictamente con la medida. Otro tanto ocurre en Córdoba con la
renuncia del ingeniero Rodolfo Martínez. ESTAMOS EN EL APOGEO DEL PORYECTO NACIONAL-CATOLICO PARA
LA UNIVERSIDAD.
La FUA, a fines de octubre de 1943, había declarado la huelga por tiempo indeterminado como una respuesta
a las intervenciones y ante las cesantías de profesores. Por decreto del 6 de noviembre Martínez Zuviría
disuelve la FUA. El 31 de diciembre se implanta la enseñanza religiosa obligatoria. Un día después se disuelven
los partidos políticos, bajo los cargos de “corrupción y venalidad” en sus prácticas, esto hace que a lo largo de
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de 1944 las estructuras estudiantiles se mantengan en un plano prácticamente de clandestinidad.
Desde comienzos de 1945, la convocatoria a elecciones vuelve a colocarse en primer plano. El gob se ve
presionado por la burguesía, sectores de la clase media, y los voceros del imperialismo yanqui para llamar a
elecciones generales. Estos sectores apoyaban: la afluencia de inversiones a la industria de eeuu (en
detrimento de las relaciones con Inglaterra y os países del eje), y la vuelta a las instituciones democráticas, y
estaban en contra: de las simpatías obreristas del vicepresidente del momento, perón. Se les unieron los
sectores universitarios, los partidos tradicionales, sectores conservadores, la UCR, el partido socialista y el
partido comunista, así como también la FUA. La opción: “democracia o fascismo”.
Hacia febrero de 1945 se inicia un proceso de normalización universitaria tendiente a devolverle a las casas de
estudio una autonomía restringida. Asimismo, se dispone la reincorporación de los docentes cesantes y el fin
de las intervenciones a las universidades de Bs. As., Córdoba, Litoral, Cuyo y Tucumán. Se quitan limitaciones
existentes a la participación estudiantil. Pero este fue un proceso efímero, y las tensiones comienzan a crecer
nuevamente (ej.: durante la jornada de festejo por la rendición a Japón, las autoridades abren fuego sobre la
multitud, con lo que muere un estudiante. Ante las protestas de los estudiantes contra perón por este hecho,
solo reciben condescendencias. El gobierno se lava las manos. Tb se atribuye a los estudiantes una “intentona”
de golpe de estado).
En medio de las presiones (no solo de los estudiantes, sino de los otros sectores opositores nombrados) se
procede al derrocamiento de perón; luego se suceden las jornadas del 17 de octubre, con lo que perón es
repuesto.
Se fijan las elecciones para el 24 de febrero del 46. Los candidatos eran: la Unión Democrática, con los aparatos
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de los partidos tradicionales, el apoyo de la totalidad de la prensa y el embajador Braden, además de las
organizaciones estudiantiles (ej.: la FUA, siguiendo la línea política que le marcaban sus direcciones afines a la
UCR, el Ps y el PC.). La candidatura de Perón será llevada adelante por el Partido Laborista, creado en 1945, los
viejos punteros de la Junta Renovadora de la UCR y los jóvenes yrigoyenistas de FORJA, sostenidos por el
Estado, la Iglesia, el Ejército y la policía.
La derrota en las elecciones será un fuerte golpe para la FUA. Antes de asumir Perón se decretará la
intervención de las universidades. Perón asume y, unos meses después, Oscar Ivanissevich asume en su
función de delegado interventor. A lo largo de todo el año se van a suceder los despidos de docentes, las
suspensiones y expulsiones de alumnos. Perón quería una Universidad en la que “no existiera política”. Ante
estas medidas, los centros de estudiantes manifiestan su oposición, y la renuncia de numerosos docentes en
solidaridad con los afectados.
El gobierno, ante el peligro de que se “vacíen” de docentes las universidades, amenaza con llevar adelante un
proyecto que propugne la exoneración de aquellos docentes que renuncien. Al finalizar el año 1946, los
profesores echados eran 423 y los renunciantes 822.
Conocido el triunfo peronista, las organizaciones estudiantiles y demás claustros universitarios van a quedar en
una situación de aislamiento. El periodo de ascenso y activa participación política que la FUA sostenía desde
1943 termina agotándose producto de sus propios errores políticos (ppalmente el apoyo a la UD). A pppios de
1947 la FUA esta atomizada e ilegalizada.
La universidad peronista:
La ley 13.031, sancionada en 1947 tiene como objetivo básico el desplazamiento de los postulados de
autonomía y cogobierno que levantaba la Reforma de 1918. Esta ley aseguraba que los resortes básicos del
gobierno universitario estuvieran en manos del Estado.
Matrícula universitaria: La matrícula universitaria creció durante el decenio peronista (tendencia que
concordaba con lo que se venía dando desde las primeras décadas del siglo). Serán cada vez mayores los
sectores medios que pujen por alcanzar formación universitaria. Tanto los altos índices de deserción como los
de graduados hablan a las claras de los estrechos límites que tuvo la democratización peronista de la
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Universidad. Además, la no realización de ningún cambio fundamental con respecto a la tenencia de tierras y
su explotación o la extensión de un desarrollo industrial más profundo determino que la orientación siguiera
alimentando ppalmente las necesidades del aparato burocrático estatal y las limitadas pretensiones de ascenso
social y económico de ciertos sectores pequeño burgueses. En el campo de las humanidades, destacaron los
sectores reaccionarios.
Ingreso abrupto de lo eclesiástico. Voluntad de “peronizar” las universidades inculcando valores que
relacionaran directamente peronismo/nacionalismo. Importancia fundamental de la enseñanza oficial de los
símbolos y valores del justicialismo. Estas actitudes provocaron el alejamiento de numerosos catedráticos de
comprobada excelencia académica.
Becas, edificios, extensión universitaria: El peronismo desarrolló un sistema de adjudicación de becas para los
jóvenes de menores recursos (dispuesto en la ley 13.301). También se impulso el remodelamiento y la
construcción de nuevos estructuras edilicias para las universidades. Pero alrededor de 1950 los fondos hacia la
Universidad van a verse restringidos drásticamente. El aumento de la población estudiantil y la creciente
inflación empeoran el panorama.
Las organizaciones estudiantiles. Perón miraba con especial recelo a los centros estudiantiles (son sus
“clásicos” opositores, desea que la política no entre en la universidad). Después del último intento de
resistencia de la FUA va a entrar en un período de ilegalización clandestinidad y atomización; su
funcionamiento limitado al campo de las reivindicaciones académicas y parciales, habrá que esperar unos años
para que su actividad se incremente y comience a elevarse hacia reclamos mas amplios y estructurales. El
peronismo intenta impulsar centros estudiantiles adictos al nacionalismo y al catolicismo, aunque estos fueron
bastante minoritarios.
A partir de 1949 se produce el comienzo del desgaste de la economía instrumentada por el gobierno peronista.
El hecho de que el gobierno no pueda, ahora, mostrar sus logros económicos hace que su preocupación mayor
de aquí en más sea instrumentar las medidas necesarias para mantener el control político. Este
endurecimiento del régimen, que se reflejará en una importante reducción de las libertades democráticas, será
el otro factor que influirá en las clases medias y en el sector universitario para reforzar su actitud opositora.
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Pero lo que más irritó a los sectores medios fueron las disposiciones que legalizaron el funcionamiento del
culto a la personalidad del matrimonio Perón. Además, el gobierno tendrá sus primeros enfrentamientos serios
con la clase obrera.
En esta constitución se legalizan toda una serie de ppios relacionados con la concepción de universidad del
gobierno peronista: limitación de la participación estudiantil a organismos reconocidos y legalizados por el
estado, mecanismos de control directo por parte del estado.
DUSSEL Y PINEAU. “De cuando la clase obrera entro al paraíso: la educación técnica estatal en el primer
peronismo”, En La conducción directiva como trabajo pedagógico político en una escuela pública y
democrática.
Objetivo del artículo: desplegar la variedad de sujetos y prácticas que estuvieron involucradas en la expansión
de la educación técnica. Los autores consideran que la formación técnica es un campo problemático en el que
pueden verse condensadas las luchas sociales, económicas, políticas, culturales, que fueron producto de ya su
vez produjeron interpretaciones diferentes y diferenciadas.
En contraposición a las posturas “rupturistas” y a aquellas que ven una absoluta continuidad entre el periodo
anterior al peronismo y el peronismo, los autores consideran que “es necesario entender al peronismo no solo
como una respuesta a crisis anteriores sino tb como un agente portador de una especificidad generadora de
una especial y nueva relación de los elementos en juego. Resulta sugerente (…) la hipótesis de Ernesto Laclau,
que plantea al peronismo como un discurso político que se estructura a partir de las respuestas a una serie de
crisis de distintos órdenes que la argentina sufrió en la década del 30”.
Con respecto a la formación técnica, existe una negativa por parte del grupo hegemónico de impulsar prácticas
oficiales masivas de capacitación técnica (exceptuando algunos intentos como los de Magnasco y Saavedra
Lamas). La oferta oficial para la formación técnica estaba compuesta hasta entonces por 4 tipos de
instituciones: las Escuelas de Artes y Oficios, las escuelas industriales de la Nación, las Escuelas Técnicas de
116
oficios, y las Escuelas profesionales para mujeres. La mayoría de estas escuelas exigían algún grado de
instrucción primaria, y no habilitaban para la continuación de los estudios en niveles superiores. Además, la
técnica y la ciencia contemporánea estaban escasamente incorporadas en la cultura escolar tradicional. Seguía
predominando el currículo humanista por sobre las orientaciones técnicas, relegadas en la matricula y en la
distribución presupuestaria.
Pese a este lugar minoritario dentro de la oferta educativa oficial, los saberes técnicos iban ganado lugar en la
cultura argentina. El espacio de la formación técnica, minoritario y relegado por el estado, fue ocupado por
otras instituciones. Ej.: academias privadas, escuelas dependientes de gremios, sindicatos y organizaciones
obreras, practicas educativas llevadas a cabo por empresas, sociedades oligárquicas, etc.
Si los gdes industriales no parecen haber tenido una actividad sostenida y homogénea a favor de la promoción
de la educación técnica masiva de los obreros, bien distinta fue la participación sindical. Tradicionalmente, los
gremios habían monopolizado la capacitación de sus miembros, creando verdaderos subsistemas educativos.
La noción de “cultura obrera” heredada des sindicalismo y el anarquismo y las bajas necesidades que el
desarrollo del país exigían fueron condiciones que alentaron el desarrollo de escuelas a su cargo. Las prácticas
y condiciones de dicha formación técnica estaban claramente articuladas con 2 características del pensamiento
obrero: 1) unión indisociable entre formación sindical o política y formación técnica 2) posibilidades de
articulación con otras mejoras y demandas laborales.
Consecuente con esto, En 1939 la CGT creó la Universidad Obrera Argentina (UOA), que era un instituto que
brindaba baja calificación, planteaba a la formación sindical, cultural y técnica como íntimamente vinculadas, y
era de absoluta injerencia del Movimiento Obrero.
A partir del trabajo de Roberto marengo, pueden rastrearse tres operaciones por las cuales el peronismo,
como lugar de enunciación peculiar y con un destinatario claro, “el pueblo”, transforma el significante
117
“educación” en “educación popular”. En primer lugar, el peronismo retoma el discurso de la instrucción
pública, aunque hace especial mención a la necesidad de que esta llegue a aquellos sectores que aun no
concurren a la escuela. En segundo lugar, a partir de una fuerte influencia del espiritualismo, se comienza a
hablar de una educación integral que englobe tres elementos: las formaciones intelectual, física y moral de los
alumnos. Respecto a la primera, la educación intelectual se retorna al discurso de la instrucción Pública
sumándole contenidos nacionales, regionales y religiosos.
La preparación física adoptó 3 orientaciones: en primer lugar la capacitación para el trabajo con las escuelas
fábricas y la Universidad Obrera Nacional (UON). En segundo lugar, se orientó hacia la militarización y
finalmente, se refirió a la formación atlética y deportiva.
También la educación moral englobó tres sentidos. En primer lugar, la orientación religiosa, con el
establecimiento de la obligatoriedad de su enseñanza en las escuelas públicas. En segundo lugar, la
orientación nacionalista y finalmente, la orientación “peronista”.
Pero s/ los autores, es en la tercera aproximación donde el peronismo presenta una nueva definición de
“educación popular”. Este tercer acercamiento presenta una síntesis del modelo de instrucción pública y de
las sociedades populares de educación (SPE), en un rescate de los elementos democráticos de ambas
propuestas, ya que parte de establecer la necesidad de una educación diferenciada para sectores sociales
diferenciados en vista de su promoción social.
Sobre la década del 40, este Estado peronista lleva a cabo la creación del sistema de Educación Técnica oficial
como parte del proceso de construcción de un discurso hegemónico.
Hacia los años 1943-1955 se presentó un nuevo proceso: la ampliación del viejo sistema de capacitación
técnica oficial y la creación de nuevas alternativas, que, partiendo del nivel primario incluían el nivel medio
(escuelas-fábricas, escuelas industriales de la Nación) abarcando hasta el nivel universitario (Universidad
Obrera Nacional).
El decreto que dio origen a la CNAOP es el 14.530/44 del 3 de junio de 1944, que reglamentó el aprendizaje
118
industrial y el trabajo de menores. Los cambios más importantes que se produjeron a este decreto se
refirieron al aumento de poderes y funciones de la CNAOP.
Las Escuelas Fábricas eran parte del primer Ciclo de la CNAOP, y tenían 3 años de duración. Funcionaban
cumpliendo un plan mixto de educación y producción. Como condición de ingreso, se exigía escolaridad
primaria. La edad no podía ser inferior a 13 años y no mayor de 18. A los alumnos se les daba una Ayuda
Escolar (hecho inédito y relacionado con las políticas de democratización de la educación). Orientaciones
variadas. El certificado que se obtenía era de “experto”.
Debe destacarse que la creación de la CNAOP implico una modificación de la distribución matricular de la
enseñanza media. Las modalidades técnicas llegaron a cubrir el 22% del total
El reformismo postuló en aquel momento que la Universidad Obrera era una creación demagógica para
desacreditar a la universidad tradicional, sus vertientes izquierdistas señalaron que era un desvío de las clases
populares del acceso a la verdadera universidad.
Habría dos universidades, una para pudientes y otra para obreros, aquella con una educación la más amplia a
que el país ha podido llegar; y ésta, con una educación estrecha, impropia del significado revolucionario que
se reivindica.
Para Del Mazo, la UON no puede considerarse legítimamente una universidad, porque no cumple dos de sus
requisitos: no hay educandos universales y no hay universalidad en los conocimientos.
El diputado Dellepiane (UCR) planteó que la solución no debía consistir en crear otra institución, sino en
integrarlos a las existentes.
Finalmente la UON fue creada el 26 de agosto de 1941. Era la Tercer Etapa de los Ciclos de Formación Técnica
dependientes de la CNAOP (Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional)
El currículum de la UON
Las clases se dictaban en horario vespertino para que pudieran concurrir quienes trabajaban en turno
119
completo. Los grupos eran pequeños, buscándose abolir la enseñanza memorista y verbalista, tipo
conferencial, que predominaba en las universidades tradicionales. El vínculo pedagógico era más flexible. Se
revalorizaba la práctica de taller y de industria en el aprendizaje.
Marcela Mollis. La historia de la universidad tecnológica nacional: una universidad para hombres y mujeres que
trabajan.
Objetivo del texto: problema de origen de la UNO como referente histórica del problema de la
diversificación del sistema de educación superior. Pregunta: La creación de la UNO ¿fue producto de la
ampliación planificada de instituciones con el fin de atender las necesidades y demandas surgidas del
desarrollo económico, o más bien obedeció a la lógica de la separación entre el conocimiento técnico-aplicado
y el conocimiento científico, monopolizado por las universidades tradicionales? ¿Su objetivo fue proveer mano
de obra especializada para las necesidades del mercado empresarial, o fue un medio de inclusión a la
educación superior de sectores anteriormente excluidos de ella, ahora con posibilidades de movilidad social?
Con anterioridad a la Reforma del 18 la universidad cumplía una función profesionalizante. Accedían a la
universidad los sectores medios, y existía en ella un desprecio por la educación científica y la investigación
tecnológica que solo comenzara a cambiar con la llegada de los intelectuales llamados “positivistas”. El sentido
profesionalizante que se le asignó a las universidades fue homogéneo a través de la historia. La excepción se
produjo en las Universidades de La Plata y la de Tucumán, y a partir de 1918 como producto de la demanda de
los intelectuales críticos que se formaron en las instituciones más conservadoras.
Las críticas por la carencia de la formación integral, la ausencia de contenidos históricos y literarios en el plan
de estudios de las carreras técnicas, la falta de una conciencia cultural comunitaria, la formación
exclusivamente técnica, fueron sostenidas por las autoridades que participaron en los órganos de gobierno de
las universidades nacionales. Esto significa que la “orientación humanista del reformista” se infiltró en las
universidades por la participación de sus autoridades en la construcción de esta ideología.
120
La profesionalización liberal de los universitarios: Desde sus orígenes, el incremento de las oportunidades
educativas estuvo relacionado con un objetivo: el de la “socialización ciudadana”, esencial para el estado
oligárquico en la medida en que: 1) la inculcación de valores nacionales para el amor a la patria constituirá un
mecanismo de control de las masas (civilización vs barbarie; después: antídoto ante amenazas foráneas como
el anarquismo, y ante el panorama de un gran afluente inmigratorio que era necesario instruir en el amor
patrio) 2) necesaria formación de las elites dirigentes para desempeñar su “natural” función de conductoras 3)
garantizar el perfil económico dependiente de una argentina abastecedora de productos agroganaderos para
las metrópolis.
La expansión de las profesiones liberales (medico, ingeniero, abogado) que acompaño al desarrollo
económico previo a la década de los 30, se inserto en el marco del predominio de una economía primaria
exportadora y un estado modernizado y distributivo. Las exportaciones y el sector agropecuario ocuparon un
lugar predominante.
La fuerte consolidación de una elite agroganadera en torno al modelo agroexportador conspiro contra el
desarrollo de un sector industrial pujante que hubiera demandado la formación de recursos humanos aptos
para la industrialización.
El libre juego de los actores en el mercado laboral: La evolución histórica del sistema universitario argentino,
evidencia el predominio de las profesiones liberales (abogados, médicos, ingenieros civiles, escribanos,
farmacéuticos) entre 1900 y 1930. La profesionalización liberal de los universitarios cumplió con las
aspiraciones de los jóvenes de los sectores medios para quienes el diploma representaba la posibilidad de
ascenso social y económico, a partir del desarrollo de la actividad profesional independiente y autónoma.
La literatura que analiza la motivación para crear instituciones o redes de orientación técnica profesional en
Latinoamérica puede categorizarse en torno a tres paradigmas teóricos: la teoría del “desarrollo” (se parte de
la creencia en el poder reformados y la capacidad y potencialidad del sistema escolar para la generación del
progreso como una constante latinoamericana), la interpretación “cepalista” (sin embargo, un organismo
como la CEPAL reconocieron que el resultado de una política desarrollista había causado un extraordinario
crecimiento en los países centrales en contraposición a lo que ocurría en los “periféricos”, con lo que
121
desterraba los mitos de: igualdad de oportunidades para todos, libertad y democracia, el del progreso, y el del
progreso técnico como solución de todos los problemas), y las teorías “reproductivistas” (que se relacionan
con las cepalistas , analizan el fenómeno de la diversificación como expresión de las diferencias significativas
de calidad y prestigio entre las instituciones, las que responderían a criterios de reproducción social,
satisfaciendo demandas sociales sin alterar los patrones básicos de la estratificación social).
La UON entre 1948 y 1952: se distinguía del modelo tradicional en cuanto a su finalidad (estudios técnicos
superiores especializados para estudiantes trabajadores, por lo que se distinguían del estudiantado clásico
opositor del peronismo), a su régimen de estudios (clases y exámenes obligatorios y eliminatorios, horarios
exclusivamente vespertinos, etc.) y en su vinculación con los medios en los que iban a actuar sus egresados
(esta se promovía a través del contacto permanente y orgánico que los representantes industriales tenían con
el gob de la universidad). El título que se iba a otorgar inicialmente era Ingeniero de Fábrica en alguna
especialidad.
La Universidad Obrera fue creada como consecuencia de la estructura económica y política del país del 45.
Con la incorporación de la masa de migrantes del interior del país al proceso de industrialización derivado de
la sustitución de importaciones, aumenta el proletariado urbano, y con él la masa de votantes.
La creación de la OUN constituyó una forma de manipulación demagógica de la clase trabajadora para
incorporarla al proyecto industrialista de la burguesía nacional. Consecuentemente respondió a las exigencias
del aparato productivo capitalista, formando técnicos especializados a través de un círculo educativo
diferenciado, inferior desde el punto de vista académico, cultural y particularmente ideológico.
La creación de la UON no respondió a las exigencias del aparato productivo y de los avances tecnológicos,
sino al conjunto de necesidades derivadas de la superestructura política peronista: la construcción del
consenso de la clase trabajadora.
122
La autora considera que el enfrentamiento de los dos modelos universitarios, uno dentro de la tradición
profesionalizante-liberal (la facultad de ingeniería de la UBA) el otro ligado al proyecto de división de la fuerza
de trabajo Para el desarrollo industrial (la universidad obrera nacional) plantea el problema de la jerarquía del
intelectual tradicional respecto del nuevo profesional vinculado al mundo de la producción. El primero,
inserto por su función social en el modelo dependiente agroexportador que le permitió conquistar su posición
de privilegio, el segundo ligado al proceso de crecimiento industrial por sustitución de importaciones. La
oposición de ciertos sectores hacia la creación y funcionamiento de la UON (ingenieros de la UBA) tenía que
ver con esta fundamental diferenciación, y con ciertas concepciones centrales referentes al pensamiento
universitario reformista de la época (ej.: desprestigio de la educación técnica y especializada), pero tb con el
temor por la mayor competencia en el ámbito laboral para los graduados.
S/ la autora, el origen institucional de la UNO no respondió a las demandas del mercado capitalista
exclusivamente, ni tampoco solo a las necesidades político-demagógicas de Perón. También hay que tener en
cuenta que los obreros, por primera vez, emergen en la escena política con esperanzas de movilidad social, y
que el proceso de integración económica, social y política de los sectores populares en este periodo, incidió
en el nivel de aspiraciones sociales de sus actores y que las mismas se encauzaron a través de algunas
instituciones creadas por el gobierno (como la UON).
Jorge Graciarena señala que la legitimación de la tecnología fue muy lenta, incluso durante mucho tiempo
quedo confinada a zonas marginales de la educación secundaria y universitaria o reservada a un sistema
paralelo de enseñanza superior: los institutos politécnicos. Este hecho se ha registrado en la mayoría de los
estados capitalistas de fines del siglo XIX, y el caso latinoamericano no es la excepción. El modelo de
sustitución de importaciones del justicialismo introdujo la legitimidad del “trabajo productivo”. El peronismo
puso en marcha una política que benefició a la burguesía industrial a través de la fuerte protección que se dio
a la industria nacional, el incremento salarial que aumentó la capacidad de consumo del mercado interno y su
capacidad de acumulación. Además se ampliaron las oportunidades de participación y formación de los
trabajadores. s/ la autora, aun cuando la finalidad de estas políticas hubiera sido “demagógica”, no se puede
123
obviar la existencia de estos circuitos.
La UON perseguía una doble finalidad: facilitar la movilidad social de obreros a través de nuevas
oportunidades educacionales y satisfacer los requerimientos de los sectores de la industria vinculados con la
planificación gubernamental.
La significación social de la llamada UNO fue construida por autoridades y estudiantes identificados con su
modelo institucional, el cual representaba un espacio alternativo a la vía universitaria tradicional que excluía
al estudiantado trabajador. La defensa que los profesores y estudiantes de la UON asumieron durante los
primeros años de la Revolución Libertadora es comprensible a la luz de esta fuerte identificación. Para ello
resultaba prioritario cambiar el nombre de la Universidad Obrera Nacional, el cual connotaba su inicial
vinculación con el proyecto peronista.
El desprestigio que creció junto a otros prejuicios antiperonistas, desacreditaron el potencial democratizador
del modelo universitario de la UTN
GRACIANO, OSVALDO “La universidad argentina durante los primeros gobiernos peronistas (1945-1955)” en
Perfiles históricos de la argentina peronista (1946-1955) Intelectuales, política y discurso.
Uno de los acontecimientos clave de la movilización obrera del 17 y del 18 de octubre realizada en demanda
de la libertad y la reivindicación política del coronel perón fue el enfrentamiento entre los universitarios y la
clase obrera (espontaneas reuniones frente a los edificios de las universidades nacionales de Buenos Aires y La
Plata, en donde se abucheo, se arrojo piedras, se agredió a estudiantes y a profesores, entre otras cosas).
La reconstrucción de la historia de las universidades nacionales en el periodo 1946-1955 que nos ofrece la
historiografía de la cultura universitaria y científica argentina se ha caracterizado por llevarse a término sobre
la premisa de la estrecha vinculación que en esos años existió entre el poder, la educación y la cultura. Entre
sus ppales conclusiones, esa historiografía ha señalado que en esos años tanto la vida académica y científica de
las casas de altos estudios como su organización institucional se vieron subordinadas a los intentos de
transformación de su funcionamiento con relación a los objetivos políticos, ideológicos, culturales y
económicos que durante los gobiernos de Perón se fijaron para ellas. Una primer historiografía (1955-1980), al
concentrar su interés en la relación entre políticas gubernamentales y sistema universitario, es decir, en las
formas de intervención y control del poder sobre las casas de estudios, limito su evaluación al intento de
dominación político-ideológica de la enseñanza superior como su único objetivo, convirtiendo en aspectos
secundarios del análisis el funcionamiento académico y la producción científica y cultural del sist universitario
en el periodo 1946-1955. Esa historiografía ha afirmado tb que la supresión de la autonomía institucional y del
ppio de la libertad de cátedra así como el predominio de autoridades y profesores vinculados al nacionalismo
católico y hasta al fascismo hicieron imposible cualquier tipo de desarrollo intelectual y científico.
Solo en las décadas de 1980 y 1990 se coloco estos aspectos en un lugar de mayor importancia para
comprender la historia universitaria nacional. Ello permitió modificar parcialmente las conclusiones sobre el
desenvolvimiento educativo y científico de la Universidad peronista que no dejaron de ser, sin embargo,
125
negativas. Los nuevos estudios llevaron adelante la reconstrucción de las conflictivas relaciones el gob
peronista con los intelectuales universitarios. Sigal, Teran y halperin donghi coinciden en considerar que el
peronismo trato la realidad universitaria como un problema político antes que cultural y que confió su
dirección a sectores de intelectuales nacionalistas, conservadores y católicos, ya que careció de un proyecto
cultural para imponer en ellas.
Las remozadas perspectivas permitieron que el análisis institucional señalara, e primer lugar, un necesario
replanteo de la naturaleza y función político-cultural de las universidades en la sociedad. Las universidades
integraron históricamente el sistema de poder y tejieron profundas relaciones orgánicas con las instituciones y
aparatos administrativos y gubernamentales. Instituciones creadas y sostenidas financieramente por el estado,
las universidades crearon los cuadros políticos y administrativos, los planteles docentes y las burocracias
técnico-científicas que la expansión de ese estado requirió, en la medida que a lo largo del periodo 1880-1945
extendía sus funciones de intervención en la sociedad.
Las universidades son tb los ámbitos de producción y difusión de discursos sobre la sociedad, la política y la
cultura y en ellas se forman también sus productores. A lo largo del S. XX, las universidades argentinas se
fueron convirtiendo en los ámbitos más importantes de creación del pensamiento social y artístico de la vida
cultural.
Pero tb la universidad se convirtió en uno de los espacios en los que se dirimía el conflicto ideológico - político
y cultural entre los sectores medios y altos de la sociedad, conflicto abierto en la Nación con el proceso de
democratización iniciado con el ascenso al gob nacional de Hipólito Yrigoyen en 1916 y en el que le cupo
actuación central al mov estudiantil, que creó así un proyecto universitario alternativo al vigente hasta la
década de 1910 y se convirtió en uno de los actores políticos del periodo, cuya actuación se dio centralmente
en el campo cultura y universitario para extenderse, sobre todo luego del golpe del 30, a la vida política
nacional.
En la primera mitad del S. XX, las universidades eran los ámbitos de formación de los cuadros dirigentes
argentinos. Pero y principalmente luego de 1918, la lucha estudiantil y de graduados permitió el acceso a los
cargos directivos a políticos socialistas o del radicalismo. La estrecha relación entre política y cultura, que se
expresaba en los profesores y dirigentes universitarios tenia sin duda que ver con una concepción de la
126
práctica profesional que vinculaba el saber con la condición de ciudadano en un horizonte político ideológico
dominado aun por lo ppios y las certezas del liberalismo parlamentario.
La proliferación de discursos sobre la universidad que el peronismo realizo entre 1946-1955 revelaba entonces
mucho más que el afán de control ideológico de las instituciones productoras de ciencia y cultura en la
argentina. Se buscaba definir nuevas funciones para la universidad, acordes a las premisas del nuevo proyecto
político que se iniciaba y a las necesidades del desarrollo de una sociedad capitalista industrial de masas
generaba. La universidad no escaparía a las profundas transformaciones institucionales y pedagógicas
impuestas por los proyectos educativos impulsados por el estado peronista.
1946: intervención generalidad de todas las universidades, decidida por el nuevo presidente Juan D. Perón
pero ejecutada por el saliente gobierno de Edelmiro Farrell. Esa política universitaria se sostenía en un
diagnostico elaborado sobre la experiencia de los años previos, en los cuales los universitarios se habían
convertido en uno de los actores ppales de la vida política argentina. Nueva ley promulgada el mismo año
sobre universidades: Las casas de altos estudios debían convertirse en los ámbitos centrales de la enseñanza,
formación profesional, investigación científica y creación cultural y artística, suprimiéndose en ellas todo tipo
de participación política de sus docentes y la actividad gremial estudiantil, y limitándose severamente la
autonomía anteriormente lograda, al reforzarse la subordinación de las universidades a las directivas del nuevo
gobierno (designación por parte del ejecutivo de los profesores titulares, creación del Consejo Universitario
Nacional para el diseño de las directivas educativas y científicas que las universidades debían desarrollar). La
nueva legislación reemplaza a la ley Avellaneda de 1885 y a las que permitieron la creación de nuevas
universidades en el siglo XX. Despolitización y exclusión de los miembros de la comunidad educativa
universitaria de incidir en el diseño de proyectos científico-educativos propios, politización en función de la
ideología y fines políticos del peronismo. En su discurso perón defendía sus medidas como una forma de
democratizar una universidad hasta entonces dominada por sectores oligárquicos que excluían
deliberadamente a las masas de la educación superior. En este discurso, el pueblo se convirtió en el ppio de
legitimación que se introducía desde el poder para fundar roda su política hacia la enseñanza superior, como tb
en la razón que justificaba la actividad científica e intelectual de los universitarios argentinos.
127
Este proceso de implantación de la cultura política del peronismo en el seno de la universidad se definió por el
carácter autoritario e su imposición y desarrollo. Las modalidades pedagógicas por las cuales se desarrollo la
formación política de los estudiantes se imponían de ese modo a los mismos, sin terciar mecanismo e
instancias de discusión y reflexión entre profesores y alumnos que permitieran llevarla a término como un
proceso de socialización mediado por la dinámica de la enseñanza. La ley 14.297 mantuvo los lineamientos
institucionales ya establecidos en la 13.031 pero estableció premisas precisas para conformar un profesorado
ideológicamente afín al peronismo y fijo la formación política de los estudiantes a través del establecimiento
de cursos obligatorios de instrucción política.
Intervención en la UNLP, encabezado por el médico y profesor universitario Orestes Adorni entre el 7 de mayo
de 1946 y febrero de 1948. Se imponen los lineamientos establecidos por la política universitaria peronista:
reglas y premisas que todo universitario debía observar en su conducta académica. En pocos meses, fueron
dejados cesantes en sus cargos docentes y académicos, cuya filiación política coincidía, en la mayoría de los
casos, con el radicalismo, el socialismo, y los sectores políticos conservadores que habían participado
activamente en la política nacional reclamando primero el restablecimiento de la democracia representativa y
luego habían trabajado en la campaña electoral de 1945, asumiendo en ambas situaciones la representación
de la universidad. Pero las expulsiones masivas de profesores harían sentir sus consecuencias en el nivel de la
enseñanza y la investigación, ya que se trataba de destacados académicos y científicos. Ocuparon sus cargos
subalternos, tales como ayudantes de cátedra y adjuntos, pero tb personas que no tenían vinculación alguna
con la universidad. La afiliación al peronismo (o la conversión entusiasta al mismo) eran requisitos excluyentes
(recordemos que el gobierno peronista, desde el aparato ejecutivo, se reservaba el derecho de seleccionar a
los titulares de cátedra en base a una investigación de antecedentes y competencias).
En el caso de la UNLP, los discursos peronistas de marcado elitismo en las universidades no llegaban a cuadrar
del todo con la realidad, en la medida en que, si bien su desarrollo se había sostenido bajo los lineamientos del
régimen liberal-oligárquico, sus miembros (tanto estudiantes como profesores) procedían mas bien de las
capas medias rurales y urbanas, primera o segunda generación de hijos de inmigrantes. Sin embargo, de todas
formas se constituía en un sistema de enseñanza restrictivo, reservado a las minorías (aranceles, exámenes
128
de ingreso, etc.). Los obreros el 17 de octubre, primero, y las autoridades peronistas, después, retomaron estos
rasgos oligárquicos.
Desde el punto de vista de la enseñanza y la investigación, la UNLP se centraba en las ciencias físico
matemáticas y experimentales, y en la formación de recursos humanos para las actividades producidas. Esta
era una característica distintiva con respecto a otras universidades del país.
Con la intervención de la universidad, se impulso en la UNLP una serie de medidas destinadas a reorganizar la
enseñanza y la investigación de acuerdo a los objeticos y funciones prescritas por la ley 13.301 que se
orientaros centralmente a profundizar la valorización de las disciplinas técnico-económicas. Esta tarea de
reorganización institucional de las diversas carreras que se dictaban en la UNLP impuesta por la ley 13.031 se
prolongo durante todo el periodo pero produjo mínimas modificaciones en el diseño del perfil profesional de
sus egresados. De todas formas, el peronismo logro ampliar la enseñanza universitaria masificando sus aulas.
Incapacidad para elabora los ppios de un pensamiento político y de un nuevo discurso historiográfico para la
construcción de una identidad nacional alternativa a la que los intelectuales liberales habían logrado dar
forma. Las causas de esta situación se encuentran en el hecho de que gran parte de los intelectuales que
adhirieron al peronismo poseían un pensamiento político muy distinto al que ese movimiento aplicaba con
relación a la clase obrera en su intento de construir un capitalismo de compromiso social, pero tb en el
carácter autoritario que fueron asumiendo los gobiernos de perón, ppalmente luego de 1949, que no dejo
lugar alguno para formulaciones que surgieran dese el seno de las universidades.
Para asegurar el cumplimiento del objetivo de la unidad entre pueblo y Universidad, se realizaron diversas
medidas (ej.: otorgamiento de becas a los estudiantes que pudiesen acreditar pertenencia a al clase obrera, y
se suprimieron los aranceles a partir de 1953). Sin embargo, la acción declamada por los distintos rectores de
posibilitar el ingreso de hijos de obreros en la universidad se reveló infructuosa, ya que la base social de
reclutamiento estudiantil de la UNLP se extendió a los sectores medios bajos y en muy menor medida a la
clase obrera. Precisamente porque los condicionantes que impedían el acceso obrero a la universidad no
podían ser resultar por ella ya que los mismos se situaban en la organización de la sociedad y en el hecho más
preciso de que el peronismo no se propuso resolverlos realmente, ya que promovió para los obreros la
enseñanza técnica.
129
El carácter de ruptura con la tradición universitaria e intelectual nacional se dio fundamentalmente en las
ppales premisas y valores sociales del discurso universitario que legitimo las decisiones académicas de los
distintos rectores entre 1946 y 1955 y que reprodujo en el seno de la comunidad universitaria un intento de
refundación de la Universidad acorde con la profunda transformación social de la sociedad argentina que,
como señalo Halperin Donghi, realizo el peronismo.
Unidad 4
Avellaneda Andrés (1986) cap. 2: el discurso de la censura. Censura, autoritarismo y cultura: argentina
1960-1983.
Qué es cultura. Lo nuestro y lo ajeno. El estilo argentino.
Discurso de censura cultural 1960-1983. Alcanzó a paralizar la cultura y la sociedad concretas con el acto
de censura y logro inmovilizar la cultura y la sociedad posibles por medio del acto de autocensura, lo
que pudo ser viable por la gradual, acelerada y violenta internalización del sentido total del discurso en
los productores de cultura. Entender con exactitud que es cada cosa, que es lo permitido y que lo
prohibido, fue quizás la tarea más importante de la cultura argentina en el último cuarto de siglo.
Conviene resumir lo que “dice” el discurso de censura cultural como un todo a través del lapso 1960-
1983.
Dos grandes unidades reúnen y subordinan los significados de ese discurso. Una de ellas establece qué
es el sist cultural y cuáles son sus efectos sobre algunas zonas claramente recortadas del conjunto: lo
moral, lo sexual, la flia, la religión y la seguridad nacional. El discurso define el sist cultural según tres
características interrelacionadas:
a. Posee una misión noble que no debe ser alterada.
b. Debe estar siempre subordinado a lo moral.
c. Puede ser usado indebidamente.
Afirmar la posibilidad de un uso indebido de la cultura presupone oponer las categorías de cultura
verdadera/legitima y de cultura falsa/ilegitima. El producto cultural falso es en el discurso el que está “al
servicio de” algo que se estima negativo; es el producto “disfrazado de” arte. El discurso ubica ese
producto cultural falso en el campo de lo no nuestro, en lo ajeno. La oposición entre cultura verdadera y
falsa se va reforzando por ampliación: lo legitimo, nuestro (verdadero), enfrentado con lo ilegitimo, no
nuestro (falso). El sist cultural falso es todo eso porque no se subordina a lo moral. La ruptura de este
equilibrio, que lo moral ceda ante el embate del sist cultural falso, implica según el discurso la relajación
de las costumbres, lo no moral. Lo no moral (cuyo catálogo abarca los conceptos de sexualidad
(perversión, prostitución), religión (aquello que ataque a la iglesia católica) y seguridad nacional 130
(disociación de la escala de valores del sist institucional propio)) es imprescindible para trazar la frontera
entre la cultura verdadera y falsa ya que el estado es definido por el discurso como salvaguardia de lo
moral.
La otra gran unidad establece qué es el “estilo de vida argentino” y su relación con lo que le pertenece
(lo católico/cristiano) y con lo que se le opone (el marxismo/comunismo). Esta unidad se conecta con la
anterior sobre el sist cultural y la refuerza al desarrollar orgánicamente la oposición entre lo verdadero y
lo falso. El estilo de vida argentino es definido por el discurso como un conjunto de valores, un modo de
ser, un legado y una tradición. La homogeneidad del grupo social se ha de obtener si se logra definir e
imponer un modelo que resuma ese conjunto de valores y encauzar al individuo según dicho modelo.
Para ello el Estado debe actuar prescriptivamente o sea que preserve la escala de valores nuestros y
elimine lo ajeno que atenta contra ellos. El estilo de vida argentino se conjuga en el discurso con lo
católico/cristiano y se lo opone a lo no católico/no cristiano que es considerado como anomalía.
Cuando hacia 1974-1975 se inicia la etapa de máxima represión del periodo, el discurso de censura
cultural ya está preparado para incorporar la férrea sistematización que asegura desde entonces hasta
el final del proceso de reorganización nacional de 1976-1983.
Infiltración ideológica, juventud, educación y cultura
El discurso de censura establece desde muy temprano el concepto en que el sist cultural propio y la
nación misma se hallan expuestos al peligro de una infiltración o penetración ideológica corrupta que
posee objetivos precisos y planes de acción minuciosamente estudiados.
En una primera parte: infiltración.
El comunismo es considerado como la ideología de la penetración. A medida que avanza el periodo el
discurso va refinando su definición de comunismo por medio de un sist de oposiciones que enfrenta
comunismo y cristianismo, oriente y occidente, mundo libre y mundo esclavo, etc. El discurso de
censura cultural se encarga durante su etapa acumulativa de los tres rasgos que considera centrales en
la infiltración ideológica de los cuales se va a derivar parte sustancial de la teoría y práctica represivas
del periodo sig:
a. Es sobre todo la juventud lo que está en peligro.
b. El arte y la cultura sufren de manera notable la penetración.
c. La educación ha sido afectada en todos sus niveles.
136
educación fuera cada vez más elitista y oscurantista.
La educación arg es autoritaria. Pero la educación que heredamos no es solo autoritaria sino que como
resultado del oscurantismo es además de baja calidad científica. Es un generalizado “como si”. Esto no
estaba propuesto en el modelo del proceso pero así se gestó el estilo educativo. El autoritarismo devino
en ritualismo y a veces en ritualismo autoritario. Muchas veces los directivos y docentes se comportan
“como si” enseñaran (se vieron obligados a llenarse de rituales burocráticos y administrativos –papeleo-
empleando menos tiempo en cómo enseñar) y los alumnos “como si” aprendieran (falta de interés y
motivación por la desactualización de contenidos y por el estilo pedagógico).
A modo de cierre: una apertura.
Para pensar en el modelo educativo del futuro hay que tomar decisiones creativas sobre ciertos temas;
son muchos, pero se pueden destacar tres:
1. ¿corresponde abandonar la idea de subsidiariedad del estado en materia educativa y retomar la
idea o ppio del estado docente?
2. ¿alcanza con retomar la idea del estado docente y fundar escuelas para que el acceso a la
educación se democratice?
3. ¿Cómo debe ser la calidad de la educación democrática? Parece importante recuperar la
herencia democratizadora del viejo modelo educativo del s. XVIII, la cual radica en integrar al
modelo educativo el valor de la ciencia, la lectura, la palabra y la memoria bien empleadas.
Asimismo, es importante enriquecer esa herencia con los legados de los siglos siguientes: nuevos
métodos de enseñanza, cooperativos y abiertos. La transformación de la herencia educativa del
periodo 1976-1983 consiste en plantearse el desafío de construir una educación democrática
que destruya el autoritarismo y el oscurantismo, en donde haya un clima de participación y
respeto mutuo, se transmitan y construyan los saberes relevantes para que toda persona
argentina pueda participar de la act económica, política y social en su propio beneficio y en el de
la comunidad, el joven entre en contacto con el libro, desarrolle su pensamiento y reflexione
críticamente. Solo si se logra todo esto en forma conjunta se habrá evitado caer en un nuevo
139
ritual: el ritual del democratismo.
Para lograr entender los modos de acción con que la subversión se infiltro y opera en este ámbito, hay
que partir de ciertas realidades que facilitaron su accionar:
El sist educativo y los procesos culturales al recibir el impacto de las crisis sociales, políticas y
económicas, sufrieron una desarticulación con respecto al destino histórico de la nación, llegándose
incluso a generar una instrumentalización seudo-revolucionaria, cuyas características fueron el
desorden, la desjerarquización, la quiebra de valores esenciales, la falsa concepción sobre las ideas de
autoridad y libertad y la perdida generalizada del nivel académico.
El sist educativo operaba como una org formal sumergido en profundas contradicciones por la carencia
de un proyecto político nacional.
La universidad creyó que le competía el rol de diseñadora del diseño nacional.
La mayoría del alumnado arg adoptó una posición pasiva.
La situación socioeconómica que ha vivido el país llevo a un alto grado de deserción especialmente en
los niveles medio y superior, por la necesidad de trabajar.
La subversión llevo a cabo su accionar mediante los siguientes recursos:
- Personal jerárquico, docente y no docente.
- Empleo de bibliografía, material de enseñanza y recursos didácticos.
- Organizaciones estudiantiles.
- Organizaciones gremiales.
- Organizaciones de delincuentes subversivos.
Lo más destacable es la distancia entre teoría y práctica, entre discurso y realidad. El corto plazo de la
143
gestión de Bruera podría ser interpretado como un resultado de la incompatibilidad entre ambos
elementos. En el ámbito educativo, el proyecto autoritario (a ppios de 1976) fue conceptualizado en
términos pedagógicos “libertarios” ¿Cuál fue el impacto neutralizador de esta contradicción? El proceso
impuso la vigencia del orden formal por sobre los propósitos teóricos pero ya las fracturas fueron el
dato recurrente.
Los representantes del personalismo argentino evolucionaron ofreciendo una nueva versión del
pensamiento tecnocrático a través de la cual tienden a convertir la práctica pedagógica en una práctica
asocial. Esta nueva versión disocia lo interno y lo externo, definiendo al currículum a partir de la ciencia
y la psicología. En este esquema las ciencias de la educación se refieren solo a los procesos de
enseñanza-aprendizaje que se cumplen en la situación concreta de educación formal. Todo lo demás es
extracientífico. Así se elimina cualquier presencia social en la determinación del currículum y se excluye
la posibilidad de analizar científicamente los componentes sociales de la práctica pedagógica. Se disocia
el aprendizaje del contexto social e institucional. El nuevo pensamiento tecnocrático reduce todo el
análisis al alumno y a la estructura epistemológica de las ciencias, los cuales sufren un gran
empobrecimiento. Esto anula los efectos del aprendizaje y la viabilidad social del proyecto tecnocrático.
El proyecto de Bruera no pudo ser asimilado por el estado de exclusión que rigió con posterioridad a
1976.
Dos definiciones del fin de la educación arg:
Consejo Federal de Educación (1976)formación integral y permanente del hombre, protagonista
creador, crítico y transformador de la sociedad, al servicio del bien común conforme con los valores de
la moral cristiana de la tradición nacional y de la dignidad.
Consejo Federal de Educación (1980)formación integral y permanente del hombre, en función de su
vocación y el bien común, a través del cultivo de virtudes, integrándola con los valores de la moral
cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad.
El proyecto Llerena Amadeoen su gestión la correspondencia entre la política educativa y el carácter
excluyente del estado adquirió niveles mayores de congruencia. Parte de los elementos reactivos fueron
definidos como contenidos positivos de esta nueva etapa. El orden ya no fue un mero requisito sino un
fin en sí mismo. La restauración de las jerarquías fue el objetivo último de la acción educacional. La
creatividad y la participación son negadas como valores porque la ciencia es negada como la forma más
valida de acercarse al conocimiento el nuevo enfoque retomó las líneas más tradicionales del
autoritarismo pedagógico siendo una de sus metas principales limitar el proceso de secularización. La
propuesta de Llerena Amadeo no fue planteada en términos pedagógicos, sino en términos políticos.
Reconocimiento de la flia y la iglesia como agente educativo y rol subsidiario del estado y objetivos y
fines de la acción pedagógica en términos ético-políticos en oposición a los científico-técnicos o
144
económicostradicionalismo católico.
Lo peculiar del periodo 1976-1982 fue la coincidencia en afirmar la subsidiaridad del estado entre los
fragmentos del bloque en el poder. Para los economistas la subsidiaridad derivaba de la necesidad de
eliminar al estado como factor distorsionador del funcionamiento del mercado. Para los educadores era
necesario devolver la educación a sus agentes naturales: la flia y la iglesia. Pero, hay que tener en cuenta
que, en la sociedad actual, la flia y la iglesia han cambiado. Terminaron controlando solo al estado, en
tanto que la flia y la iglesia dejaban de ser la garantía que representaron antes.
Según el planteo de Llerena Amadeo la educación arg carecía de fines. La educación debe desarrollar
capacidades reales de la persona para lograr hábitos y virtudes que les permitan alcanzar
conocimientos, contemplar la verdad y hacer el bien.
La transferencia de escuelas y los cambios curriculares
Transferencia de escuelas primarias nacionales a las pcias. La regionalización es una alternativa para
romper la homogeneidad curricular, permitiendo una mayor adecuación a la diversidad de contextos
socioculturales existentes.
La descentralización no propició mayores niveles de participación de los involucrados en el diseño
curricular y la adaptación no siempre estuvo dinamizada por requerimientos culturales locales sino por
debates ideológicos generales. El estilo de conducción política global se caracterizó por no crear
instancias más efectivas de participación y por la progresiva eliminación de las formas participativas
tradicionales. Directivas de la Subsecretaría de Educación (1978)los maestros y profesores no
intervendrán en la formulación de objetivos, contenidos. La función del docente consiste en educar. De
ahora en adelante tendrán cinco funciones en el acto de educar:
1. Conocer e interpretar cabalmente los objetivos establecidos.
2. Concebir y ordenar las act que permitan lograr los objetivos.
3. Realizar esas act en el aula.
4. Proceder dentro del aula y fuera de ella como agente educador positivo y coherente.
5. Evaluar las conductas de sus alumnos de acuerdo a los objetivos.
La doctrina pedagógica se completará en 1979 y 1980. En 19797 se elaboraran las normas sobre las
relaciones docente-alumno y docente-flia del alumno y los métodos de enseñanza-aprendizaje. En 1980
se trabajara el problema de los métodos de evaluación.
Debates en torno a ciertos contenidos: las matemáticas modernas y la enseñanza religiosa. La
diferenciación regional fue significativa tanto a la matemáticaen algunas pcias se pensaba que las
matemáticas modernas servían de puente para introducir ideas subversivas; como a la enseñanza
religiosa. Estructura global del currículumpareciera producirse una homogeneización de los
145
enfoques curriculares sobre la base de propuestas propias de las áreas más desarrolladas, por ej para
capital federal la propuesta para primaria está fundamentada en un planteo de tipo psicopedagógico, en
cambio, para la pcia de corrientes se elaboró sobre la base de etapas evolutivas que suponen la
permanencia en la escuela de todos los niños durante el ciclo (las realidades provinciales son distintas).
Los contenidos mínimosla definición de una serie de contenidos mínimos a los cuales debían ajustarse
las pcias, resolvió el riesgo con respecto al logro del objetivo de la unidad nacional. Dicha propuesta fue
acompañada por una fundamentación que marcaba las orientaciones centrales sobre las que se
apoyaba la unidad nacional en el concepto de las autoridades educativas.
A diferencia de esta propuesta curricular, en las últimas dos décadas, los cambios curriculares en la
enseñanza primaria se reflejaban a una serie de documentos (“bases para el currículum de las escuelas
de nivel intermedio o elemental”; “plan de estudios y programa de educación primaria”; etc.) que
mantienen una estructura básica en torno a ciertos ejes permanentes. La escuela primaria define sus
objetivos de acuerdo a los siguientes aspectos: valores, conocimientos, flia, creatividad, cuerpo, trabajo,
democracia, nacionalismo y relaciones internacionales. Las diferencias más significativas se advierten en
torno a los problemas de los
- Valoresen 1971 un doc plantea proporcionar experiencias que permitan al alumno incorporar
valores orientadores de su conducta. En 1972 el valor básico es la efectividad de la acción. En
1977 hay una ruptura en donde desaparece la connotación efectiva de la acción y los valores se
definen como valores ético-religiosos. Esto, a su vez, adquirió expresiones diferentes según cada
región, por ej en bs as en el texto curricular no se hace mención de los valores religiosos y en
Santiago del Estero se implantó la enseñanza religiosa en las escuelas.
- Fliaen 1971 se propone afianzar el amor con la flia. En el doc de 1977 se promueve la unidad y
estabilidad de la flia. Revalorización del papel de la escuela en relación a la flia, mantener la
misma estructura familiar que concibe el tradicionalismo ideológico, jerarquizando el rol de las
figuras de autoridad.
- Democraciaen el doc de 1961 se propone la formación de un individuo que entienda y
practique la democracia basado en la libertad individual y en la justicia y solidaridad. En 1971 se
reitera esta idea y se agrega la cooperación y participación social. En 1977 no se menciona la
palabra democracia, el objetivo es capacitar para el cumplimiento de deberes y ejercicio
solidario de los derechos y contribuir a consolidar las instituciones de la República, su seguridad
y la vigencia del orden.
- Nacionalismo y Relaciones internacionaleslos doc hasta 1977 mantienen un tono tolerante e
146
integrador, formar un hombre americano y universal, comprensivo y consciente de las
implicancias de la situación internacional. A partir de 1977 hay un tono menos tolerante, se
postula la defensa nacional y se hace hincapié en hispanoamérica.
Durante todo el periodo se debatió sobre la implantación de contenidos afines a la enseñanza religiosa.
Transferencia y calidad de los aprendizajesproceso de deterioro en la capacidad de acción escolar con
el objeto de garantizar el dominio de ciertos elementos cognoscitivos básicos. Uno de los motivos es el
nivel de las calificaciones obtenidas al final de la escuela primaria; las pruebas de ingreso a la enseñanza
media; bajo rendimiento asociado al origen social de los alumnos. Agudo proceso de profundización de
la segmentación interna de la escolaridad básica debido a elementos extraescolares e intraescolares
tales como el deterioro de las condiciones materiales de vida de los sectores populares y el impacto del
proceso de transferencia de escuelas primarias a las pcias y a las tendencias curriculares vigentes.
La enseñanza media
Este ciclo es concebido como un ciclo en crisiscarencia de un ordenamiento legal preciso, continuos
cambios curriculares, la atención prioritaria que le dedicaron los sucesivos proyectos globales de
reforma educativa, etc. son algunos de los indicadores de la falta de consenso en torno al ciclo medio.
El último diagnóstico sobre la enseñanza media fue en el marco de las teorías y políticas desarrollistas y
modernizadoras vigentes en la década del ‘60/’70, el cual se apoyaba en varios elementos centrales:
- Contenidosénfasis en la obsolescencia y en el predominio de los enfoques enciclopedistas y
humanistas clásicos en lugar del paradigma científico-técnico.
- Practicas pedagógicasverbalistas y memoristas. Docentes con serios déficits en su formación
pedagógica y portadores de escalas de valores tradicionales (autoritarismo, burocratización,
etc.).
- Organizaciónescaso grado de flexibilidad y articulación interna con el ciclo medio y con el resto
del sist educativo.
La crisis en la enseñanza media es universal y se vincula con la masificación de este nivel y con el
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carácter de la cultura científico–técnica. En el caso arg, la crisis universal de la enseñanza media se
enmarca en la crisis social nacional, no resultando posible ver con claridad si se enfrenta un problema
pedagógico, político o cultural. Frente a esto, la práctica pedagógica efectiva en los establecimientos de
enseñanza media parece haber dado lugar a dos fenómenos:
- una acentuada diferenciación institucionalreclutamiento diferencial; diferenciación interna.
Proyecto 13colegios que introducen innovaciones: profesores de tiempo completo, org
departamental, régimen tutorial, etc.
- un notable vaciamiento de contenidos socialmente significativosobsolescencia de contenidos
científicos y disociación entre cultura escolar y cultura no escolar en el ámbito de la enseñanza
media. Se tiene una imagen social acerca de la inutilidad de la enseñanza media.
Consideraciones finales
Tres grandes ejes alrededor de los cuales gira la problemática de las propuestas curriculares en arg:
1. Deterioro cualitativo.
2. Perdida de homogeneidad cualitativa, cuyo carácter es relativo.
3. Desde el punto de vista político-educativo las estrategias curriculares no pueden plantearse en
términos de una reconstrucción de lo existente antes del proceso de deterioro, sino según las
nuevas exigencias sociales, científico-técnicas y culturales. Deberán superarse las limitaciones de
los esquemas tecnocráticos que desconocen la importancia de lo político o lo colocan fuera de la
acción educativa y las limitaciones de los esquemas reproductivistas que niegan la especificidad
de lo pedagógico y la posibilidad de romper el círculo de las determinaciones lineales.
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Una de las mayores modificaciones que el peronismo realizó en el sistema educativo fue, sin
lugar a dudas, la creación de un circuito de enseñanza técnica en manos del Estado. Con una
fuerte impronta espiritualista, y a partir de fuertes demandas de ciertos grupos y sectores
sociales, en la década del 40 se había creado un circuito educativo que corría paralelo al
“tradicional” en el que seguía reinando un currículum humanista antipragmático- integrado por
la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP) y la Dirección General de
la Enseñanza Técnica (DGET).
La CNAOP estaba compuesta principalmente por las escuelas fábricas -instituciones de nivel
medio- y la Universidad Obrera Nacional (UON). En estas instituciones no sólo se impartían los
contenidos académicos “tradicionales” sino también conocimientos técnicos y tecnológicos y
saberes políticos vinculados a la condición de “obreros”.
La enunciación de las modificaciones curriculares, así como el resto de las cambios señalados,
permiten sostener que éste era un modelo educativo que interpelaba a los sectores trabajadores
no sólo como mano de obra, sino que lo hacía como sujetos sociales y pedagógicos más
complejos al incluir las dimensiones políticas y culturales del “ser obrero”.
Será nuestra hipótesis en este trabajo que los gobiernos posperonistas tuvieron que intentar
dar nuevas respuestas a la relación educación y trabajo fuera de las ensayadas por el
peronismo. En su conjunto, estas propuestas derogaron la promoción social de los grupos
involucrados y las “subversiones” al sujeto pedagógico sarmientino, y se basaron en algunos
elementos previos al peronismo que éste tampoco había sido capaz de extirpar -como la
jerarquía de saberes del imaginario cultural argentino, la preeminencia del curriculum
humanista y el confinamiento de las experiencias de articulación entre educación y trabajo a
los bordes del sistema educativo-, o en algunos aportados por éste como la impronta
espiritualista, que a partir de entonces logró una fuerte articulación con la tecnocracia. Luego
de veinticinco años de intentos fallidos, el punto máximo (o más puro) de la articulación
buscada fue el Sistema Dual desarrollado por el autodenominado Proceso de Reorganización
Nacional desde 1980 e inspirado en un modelo alemán homónimo. Esta propuesta, algunos de
cuyos elementos ya estaban embrionariamente en la creación del CONET, fue mucho más
efectiva que las anteriores, al punto que su realización catapultó a su mentor -Carlos
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Burundarena- a Ministro de Educación pocos meses después. De todas maneras, la situación
tuvo un resultado paradójico: el proyecto educativo más asociado a una industrialización
vinculada a la extracción del plusvalor relativo triunfaba cuando dicho modelo de acumulación
ya se había agotado.
Respecto a la enseñanza media, hasta 1959 convivieron ambas instituciones: la DGET (Dirección
General de Educación Tecnológica) y la CNAOP (Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación
Profesional). Como ya se explicó, cada una se basaba en una distinta concepción de la relación
educación y trabajo, en la que la primera implicaba una postura más tecnócrata y la CNAOP una
postura más vinculada a la promoción y el reconocimiento social de los sectores implicados. La
creación del CONET -justificada en la “superación de viejos elementos en pro de la eficacia y la
eficiencia” producto de la “superposición de funciones y acciones entre las dos instituciones”-
redundó en la derrota del segundo y el triunfo del primero, revitalizado entonces por los nuevos
aires desarrollistas.
Entre 1956 y 1959 -período de intervenciones de los organismos mencionados-, y teniendo como
basamento la discusión entre estos dos modelos, se llevó a cabo una serie de intentos de
modificación de los planes de estudio de las escuelas dependientes de las dos instituciones. En
ambos casos se produjeron fuertes articulaciones entre significantes espiritualistas y
tecnocráticos y se buscó desterrar todo elemento reminiscente del modelo fundante de la
CNAOP.
En la caso de las escuelas dependientes de la CNAOP, “se sustituyeron asignaturas de contenido
político y social, inadecuadas para la edad de los alumnos, por los más comunes de Castellano,
Historia, Geografía e Instrucción Cívica”.
En síntesis, puede sostenerse que, mientras la formación técnica debía convertirse en la opción
de los nuevos sectores sociales, la preeminencia del curriculum humanista y antipragmático y la
clásica jerarquía de saberes de la cultura hegemónica argentina siguió orientando a la matrícula
hacia las orientaciones tradicionales y redundó en que las casas de la clase media baja argentina
-de donde provenían la mayoría de sus alumnos- se poblaran de budineras, martillos y banquitos
realizados en los talleres de las ENET y de reglas T necesarias para Dibujo Técnico. Así, la
característica de “organismo autárquico” del CONET no parece vincularse tanto a la posibilidad
de generar un organismo educativo descentralizado y participativo sino a la oposición del
sistema tradicional a otorgar algún espacio destacado a los saberes vinculados con la producción
y el trabajo.
Los primeros veinte años de funcionamiento del CONET ponen en evidencia la búsqueda de
constitución de un nuevo sujeto pedagógico mediante continuos cambios de planes y proyectos
que chocaban con la realidad a la que supuestamente debían dar respuesta. Un balance de ese
período permite sostener que, si bien la empresa de “desperonizar” el subsistema de enseñanza
técnica había triunfado, para la década del 70 ya casi nadie recordaba su origen, por lo que la
genealogía oficial del sistema de educación técnica explicaba la fusión de la CNAOP y la DGET por
cuestiones de racionalización y no se nombraba a la UNO la premisa desarrollista de lograr un
ajuste perfecto entre el sistema educativo y el mundo del trabajo parecía imposible de ser
alcanzada.
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En los primeros años de la dictadura militar iniciada en 1976 no se encuentran modificaciones
específicas de envergadura dentro del subsistema de enseñanza técnica distintas a las prácticas
de tipo represivo
-desapariciones, censuras, cesantías, control “ideológico”, quema de bibliotecas, uniformización,
prohibiciones- y discriminatorio –vaciamiento de contenidos, negación de la enseñanza,
segmentación, exámenes de ingreso, estimulación de las Cooperadoras.
Nuevos aires soplaron sobre este tema hacia comienzos de la década siguiente. En 1980, el
Ingeniero Carlos Burundarena, impulsó dos proyectos importantes. En primer lugar, se buscó
introducir la informática como orientación de los ciclos superiores de algunos ENET. En segundo
lugar, se comenzó a implementar un Plan Piloto llamado “Proyecto Sistema Dual (Escuela-
Empresa)” inspirado en una experiencia alemana homónima. Este último proyecto se basaba en
un diagnóstico de la situación de la enseñanza técnica por el cual se verificaba un fuerte
desfasaje entre los avances científicos y tecnológicos incorporados al trabajo por las empresas y
las prácticas y saberes circulantes al interior del sistema educativo.
Era necesario pensar nuevas alternativas que vincularan más fuertemente al sistema educativo
con los futuros lugares de trabajo de los egresados. Así, el Estado se corría de su rol de principal
proveedor de educación a la población para compartirlo con otras instituciones, en este caso las
empresas privadas. Siguiendo una vieja recomendación de las Organismos Internacionales
desoídas durante años anteriores, la solución provendría de lograr una mayor articulación entre
el sistema educativo y las empresas. Sobre esta vinculación se apoyó la nueva propuesta del
Sistema Dual. En éste, los alumnos -una vez aprobado el cielo común de los tres primeros años o
los dos primeros a condición de ser mayor de 16 años- entraban en una modalidad de trabajo
compuesto por dos instancias. Durante dos años, los alumnos concurrían dos días por semana a
la Escuela -en la que debían recibir una formación teórica- y tres días a la empresa -donde se
capacitaban en las cuestiones prácticas. Durante esa pasantía recibían una beca pagada por la
Empresa -que podía ser descontada de impuestos- y un seguro contra accidentes a cargo del
CONET. Los egresados obtenían el título de Auxiliar técnico en el oficio elegido que no les
permitía el ingreso a la Universidad u otros estudios superiores, y una vez terminados su
formación podían incorporarse efectivamente a la empresa -en caso de que ésta lo aceptara
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prestando sus servicios profesionales.
Los fines perseguidos por el proyecto buscaban lograr una muy fuerte vinculación entre
educación y empresa. Sus objetivos principales eran:
“-Brindar a los alumnos la complementación de su formación teórica con la práctica en la
Empresa, necesaria para desempeñarse en una actividad laboral.
-Lograr que los alumnos tomen contacto diario con los problemas del mundo del trabajo dentro
de una organización empresaria determinada, con características propias.
-Favorecer mediante la integración del adolescente al grupo social laboral, el logro de su propia
identidad y el afianzamiento de su personalidad.
-Formar individuos responsables, activos, aptos para la movilidad, bien preparados para hacer
frente a un mundo en constante y rápida evolución.
-Se trata de crear una nueva mentalidad que desarrolle la necesidad de educación.”
“En realidad, todos los peligros del abuso de la técnica se originan en un solo hecho: perder de
vista lo humano”. Así: “La educación técnica no crea especialistas, sino que forma, primero,
hombres y mujeres cabales que, además, manejan alguna especialidad técnica. Su finalidad
educativa es la persona como ser libre, responsable y, por añadidura, diestra para cierta
actividad. El significado de ‘educación técnica’ puede traducirse en: educar para vivir en la era
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técnica”.
Pero más allá de estas recurrencias, el Sistema Dual implicó una nueva posibilidad de articular
educación y trabajo. Dicha novedad pasaba por reducir el segundo concepto del binomio
“trabajo” a “empleo”. De esta forma, la mediatización por la empresa -reinterpretada como
espacio educativo- garantizaba dicho reducción en la que la “inversión en capital humano” que la
sociedad debía hacer, de acuerdo a los planteos desarrollistas, era realizada por cada empresa
en particular, y el beneficio redundaba sólo en su interior.
Hemos tratado en este trabajo de analizar los avatares de la educación técnica en Argentina
entre 1955 y 1983. Instalada por el peronismo dentro del sistema educativo, la necesidad de
vincular productivamente educación y trabajo dio lugar en esos años a una dificultad constante
de lograr una nueva alternativa que suturara la fractura. Sólo pudo ensayarse la “aplicación”,
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en tanto única vinculación posible entre educación y trabajo, que terminó reduciendo finalmente
el segundo término al “empleo”. Así, de las diversas articulaciones posibles primó aquella que
comprendía a la enseñanza técnica como una forma de conseguir un puesto laboral, los que
paradójicamente desaparecían presos de las nuevas políticas económicas.
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