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Se determina que una apuesta tiene valor positivo cuando la probabilidad que
ha estimado la casa de apuestas de que ocurra un determinado resultado, es
inferior a la probabilidad real que tiene este resultado de ocurrir. Por lo tanto,
si nuestro resultado termina dándose, la casa de apuestas nos estaría pagando
más de lo que debería de haber hecho. El ejemplo más sencillo y utilizado
para explicar lo anterior es el lanzamiento de una moneda. Supongamos que
lanzamos una moneda al aire. A menos de que la moneda tuviera
deformidades, la probabilidad de que caiga cara es de 50% y si hubieran líneas
de apuestas, este resultado debería tener cuota 2.00. Si el casino nos ofreciera
una cuota superior a 2 la apuesta tendría valor positivo. Por ejemplo a 2.10, en
el caso hipotético de apostar 100 veces $1 a que la moneda cae cara y que
resulte en el 50% de las veces tendríamos el siguiente resultado:
50 victorias a 2.10 = $55
50 derrotas = - $50
Total = +$5
En las apuestas deportivas hay una infinidad de factores que pueden modificar
un resultado, pero también se presentan ocasiones en las que pueden
encontrarse apuestas con valor.
El problema es que la probabilidad que estimamos «real» puede estar
equivocada ya que depende de nuestra interpretación que siempre será
subjetiva. En la medida que vayas acumulando experiencia con las apuestas y
conociendo tus equipos y mercados favoritos para apostar, tus oportunidades
de hacer interpretaciones correctas aumentará.