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“DOMINGO SAVIO”
1. Presentación de la problemática
El presente trabajo identifica como problema central, la presencia de problemas
psicológicos y emocionales en la ciudadanía, a raíz del COVID-19 y las medidas
adoptadas.
Ansiedad y
Angustia y
depresión
miedo
Trastornos
Estrés Consecuencias obsesivos
compulsivo.
Presencia de problemas
psicológicos y emocionales en
la ciudadanía, a raíz del
COVID-19 y las medidas
adoptadas.
¡Bum! mediático.
Saturación de la
información.
2. Objetivo General
Proponer material textual informativo orientado a la disminución de los problemas
emocionales y psicológicos causados por la propagación del COVID-19 y las
medidas adoptadas al respecto, dirigido a la población de la ciudad de Tarija.
3. Justificación
El COVID-19 ha generado un daño enorme a la salud de las personas en todo el
mundo no solamente a causa del virus en sí, sino también como consecuencia de
no tener un tratamiento certero.
Estas medidas han sido necesarias; sin embargo, han ocasionado consecuencias
a nivel emocional y psicológico; tales como estrés, miedo, angustia, trastornos,
entre otros; más aún, si se añade la enorme cantidad de información, en
ocasiones distorsionada, que existe, sobre todo, en redes sociales.
4. Marco conceptual
4.1. COVID-19
En diciembre de 2019 se identificaron en Wuhan (China) una serie de casos
de neumonía originados por un nuevo coronavirus. El 7 de enero de 2020, el
nuevo coronavirus fue anunciado oficialmente por las autoridades chinas
como el agente causal de dichas infecciones.
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar
enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se
sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir
desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el
síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), el síndrome respiratorio
agudo severo (SRAS). La enfermedad por coronavirus (COVID 19) es una
4.2.2. Estrés
El estrés es un estado de malestar física y emocional que
constituye una respuesta normal ante los cambios y desafíos de la
vida; por ejemplo, ante los cambios suscitados por el COVID-19, las
personas pueden sentir temor, ansiedad, preocupación
incertidumbre, frustración, aburrimiento, sensación de falta de
control, dificultad para concentrarse, irritabilidad, impaciencia,
pensamientos enfocados en un solo tema, entre otros.
a) Infórmate bien
La primera recomendación de los psicólogos es informarse bien.
Puede parecer una recomendación tonta, absurda o trivial
cuando no se habla de otra cosa y todo el día estamos
recibiendo información sobre el coronavirus. Pero no lo es. La
clave está en el informarse “bien”, porque una gran parte de la
información que se comparte por redes sociales e internet es
falsa o, como mínimo, no está contrastada.
Por tanto, por precaución, uno debería resolver sus dudas sobre
el COVID-19, informándose a través de fuentes confiables.
c) Usa el humor
Otra de las recomendaciones de los psicólogos frente al brote
del COVID-19 es usar el sentido del humor. El humor es una
emoción que te ayudará a mantener el miedo a raya.
a) Reconocimiento
Es importante reconocer y aceptar los sentimientos que se
están experimentando, puesto que, esta contingencia
provocada por el COVID-19, la mente está tratando de
adaptarse a nuevas situaciones y desafíos:
Filtra la información que consumes.
b) Adaptación
Es sumamente relevante, asimilar que cada persona cuenta con
recursos propios para conducir con éxito esa adaptación: la
mente espíritu y el cuerpo está listo para que cada persona
actúe sobre ello. Y así poder gestionar adecuadamente sus
emociones para poder mantener la salud mental y estar en
condiciones de pensar claramente y actuar apropiadamente
para protegerse a sí mismo y a su familia.
c) Respiración
El manejo de la respiración es muy importante para lo
oxigenación del cerebro; lo cual disminuye los niveles de estrés.
Realiza rutinas diarias de respiración; 6 a 7 inhalaciones
y exhalaciones profundas.
A medida que respiras suave y profundo intenta sentir tu
cuerpo, de la cabeza a la punta de los dedos de los pies.
Cuando te encuentres con puntos tensos en tu cuerpo,
observa cómo, a medida que respiras suave y profundo,
estos puntos en tensión se van diluyendo suavemente.
En posición de pie, erguido, vista al horizonte, brazos al
costado, palmas hacia el frente y los pies algo
separados: gira la cabeza en círculo, rota los hombros
hacia adelante y hacia atrás, respira profundamente y
bosteza algunas veces.
También puedes incluir rutinas diarias de media hora,
donde contraigas y relajes los músculos del cuerpo: lo
d) Usa tu imaginación
Estimular la imaginación y los procesos creativos favorecen las
conexiones nerviosas; lo cual reduce los niveles de estrés.
Recomendaciones:
Ubícate en un lugar tranquilo, en donde no vayas a ser
interrumpido. Puedes incorporar música de relajación,
como sonidos de la naturaleza. Cierra los ojos y respira
profundamente.
Pon atención a tu espacio mental: concéntrate en cómo
te sientes física y emocionalmente.
Evoca paisajes o imágenes mentales que te provoquen
tranquilidad: puedes recordar experiencias positivas de
tu vida, momentos hermosos y felices; o bien recrear
mentalmente un lugar que genere estas emociones.
Recorre imaginariamente el lugar recordado o recreado;
obsérvalo y obsérvate a ti mismo.
Imagina y posiciónate en un paisaje en altura: por
ejemplo, imagina una montaña y sitúate en su cima.
Recrea imaginariamente un árbol y siéntate bajo él, con
tu espalda apoyada en su tronco, sintiendo su fuerza y
protección.
Intenta vivenciar las emociones positivas y la experiencia
recreada: disfruta del momento.
Cuando lo dispongas y lo requieras, abre los ojos,
respira profundo y reincorpórate.
Es recomendable lo siguiente:
Acepta la ansiedad y la depresión como una de las muchas
emociones que tienen. No las ignores, no luches contra
ellas, no las rechaces ni les temas. No te juzgues a ti mismo
por sentirlas. Sé amable contigo mismo. Date permiso para
ser humano.
Céntrate en lo bueno. No dejes que la ansiedad tome las
riendas de todo. Es una parte de tu vida emocional; pero no
lo es todo.
Practica la respiración, sobre todo la respiración abdominal
o diafragmática; te puede ser de gran ayuda. Practícala de 5
a 10 minutos al día.
Acércate emocionalmente a los demás. Sentirse cerca de
los demás reduce la ansiedad, lo que se sabe que estimula
el sistema inmunológico. Aunque nos quedemos en casa,
nos podemos mantener en contacto a través del teléfono,
los chats de vídeo y otros medios de comunicación social.
Practica la gratitud. Percibir que estamos agradecidos es un
poderoso remedio contra la ansiedad y la depresión. Mostrar
gratitud es otra forma de sentirse cerca de los demás. Es
bueno para tu estado de ánimo y para su salud.
Déjate sorprender por la naturaleza. Hasta solo 5 minutos
invertidos en valorar la naturaleza puede reducir la ansiedad
y bajar la tensión arterial.
Mantente activo. El ejercicio físico relaja. Genera hormonas
que estimulan el sistema inmunológico.
Mantén una perspectiva positiva de las circunstancias. Las
personas que experimentan depresión a menudo aumentan
los problemas o sólo prestan atención a la información
negativa, descartando eventos y experiencias positivas.
Céntrate en lo bueno.
Tolera la incertidumbre. Estos son tiempos inciertos. Asimila
que no existen garantías de que pronto volvamos a la
normalidad; pero tampoco hay garantías de que no lo
hagamos.
5. Conclusiones
El COVID-19 está golpeando duramente a nuestra sociedad. El sufrimiento
por la muerte de miles de personas y las pérdidas económicas marcará a varias
generaciones. Eso ya es irrecuperable. Pero todavía estamos a tiempo de
construir un relato, un marco, sobre los motivos que guiaron la actuación generosa
de tantas personas durante la crisis. Y en él tienen que estar presentes, entre
otros, la solidaridad, la empatía y la obligación moral. Por tanto, la metáfora de la
guerra debe ser sustituida por otra que tenga como elemento cognitivo y
emocional central, el cuidado por el otro y la cooperación.
aprendizaje, los procesos mentales y la conexión con uno mismo y con los
demás.
6. Bibliografía.