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Maicao, 5 de mayo del 2022

Profesora
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Ciudad

Distinguida Señora:

Como es de conocimiento público, la práctica deportiva desde edades


tempranas ayuda en muchos aspectos: las actividades grupales mejoran la
interacción y la integración social, además de que mejoran el nivel mental y
hacen más probable una vida saludable en la edad adulta ya que los hábitos
que adquirimos de pequeños, suelen permanecer. El deporte tiene múltiples
beneficios para la salud. Si hablamos en un nivel psicológico o de la
personalidad, las actividades deportivas (sobre todo las grupales) ayudan a
los niños a reforzar su autoestima social, y les permite entender la
importancia de las normas y el respeto a las reglas.

A través de las practica deportivas podemos complementar y estimular la


educación de nuestros hijos, pero que pasaría cuando de forma tajante le
impedimos a un joven hacer deporte, en calidad de padre de familia realizo
esta pregunta a manera de reflexión:

¿Es educativo el castigo de prohibirle a los estudiantes hacer deportes?

Cuando profesores, castigan a sus alumnos, en este caso con no practicar


deporte, seguramente se ha tomado la decisión de forma reactiva ante unas
malas notas o ante algún hecho de indisciplina como lo fue la pelea en la
que se vieron involucrados los estudiantes sancionados. Es decir, desde el
primer momento se parte de una base errónea por parte de ustedes como
docentes pues no se ha pensado las consecuencias de la incorrecta
decisión de castigar a un niño con impedirle practicar deporte.

Desde el punto de vista de la psicología, el hecho de castigar difícilmente


puede mejorar la conducta del niño, a largo plazo. Pues, como dice el
psicólogo y pedagogo estadounidense Edward Lee Thorndike, “un efecto
satisfactorio impulsa la probabilidad de producir una conducta determinada”.
El estímulo aversivo, como es obvio, carece de la más mínima satisfacción
en el sujeto pasivo, no produciéndose la ley del efecto, como afirma el
citado autor.
El futbol en innumerables ocasiones y contextos ha sido utilizado como un
catalizador de reconciliación y convivencia entre grupos sociales con graves
diferencias, por lo tanto, no entiendo la decisión tomada por ustedes de no
permitir la continuidad de mi hijo en el campeonato de futbol intercursos de
la institución educativa que usted precede.

Por lo que apelo a usted como docente y educadora para que reconsidere el
prohibir a los niños que practiquen deporte como castigo ante una mala
conducta, ya que este tipo de decisiones carece del más mínimo valor
educativo y pedagógico. Pues la educación busca el perfeccionamiento
integral y no el adoctrinamiento del individuo.

Con el respeto de siempre.

Atentamente,

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CC.xxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Dirección: xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Barrio: xxxxxxxxxxxxxxxxx
Cel.xxxxxxxxxxxxxxxxx

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