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Organización celular
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Si bien las células de distintos organismos, como por ejemplo de un tomate, una mosca, un
humano o una bacteria, difieren en cuanto a su forma y función, ciertas estructuras celulares
son comunes a todas (ver Figura 1):
- una membrana plasmática, que delimita la célula y permite generar un medio interno
diferenciado del exterior gracias a ser selectivamente permeable a determinadas
sustancias. Esta membrana se conforma por lípidos (una bicapa lipídica), proteínas e
hidratos de carbono asociadas a los mismos.
- el citoplasma, que es el lugar físico donde ocurre gran parte de las reacciones
metabólicas de la célula. Se conforma por el citosol, una matriz acuosa, y por el conjunto
de las distintas estructuras subcelulares contenidos en él
- los ribosomas, las estructuras donde se lleva a cabo la síntesis de las proteínas
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característico y solo presente en eucariontes (eu=verdadero, carion=núcleo) es el núcleo
celular que contiene el material genético, el ADN (ver Figura 2).
Muchas estructuras y funciones intracelulares son comunes tanto a las células eucariontes
como a las procariontes. En la Tabla 1 se detallan algunas de ellas.
Estructura Características
o proceso
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Estructura rígida presente en algunos organismos
Pared que rodea la membrana plasmática brindando
celular protección y sostén a las células. En eucariontes
está presente en plantas (de celulosa), hongos (de
quitina) y algas (de celulosa). En bacterias está
formada por peptidoglicano o mureína.
Célula procariota
Generalmente asociamos las bacterias a procesos infecciosos como anginas, infecciones
urinarias, otitis, etc. Sin embargo, la mayor parte de estos microorganismos no nos daña e
incluso muchos son benéficos para la salud.
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Figura 3. Distintos tipos de células
procariotas al microscopio electrónico.
Nuestro cuerpo está colonizado por una gran variedad de procariontes (ver Figura 3), cuya
masa total asciende aproximadamente a 0,2 kg. Esto equivaldría aproximadamente a 1013
(10.000.000.000.000) organismos. ¿Dónde encontrarlos? En nuestros tractos
gastrointestinales, sobre nuestra piel y mucosas, en la boca y en la vagina. Muchos actúan
como “barreras” naturales y ayudan a frenar el ingreso de otros patógenos, otros nos aportan
nutrientes que ellos sintetizan. Tampoco debemos olvidarnos de los procariontes usados en
procesos alimenticios, como los lactobacilos que producen el yogur o en bioremediación de
aguas residuales.
Figura 4. La célula procariota carece de núcleo celular, es decir de una membrana que
rodea al material genético, el ADN. Se observa la membrana plasmática, el citosol, los
ribosomas, una pared celular e incluso, en algunos casos, una cápsula que rodea a la
pared. Algunos procariontes también presentan apéndices como pilis, fimbrias y
flagelos.
Los procariotas carecen de un núcleo celular, es decir de una membrana que rodea el
material genético. Suelen tener un tamaño mucho más reducido que los eucariontes y una
velocidad de reproducción mucho mayor: muchas bacterias pueden dividirse cada 20
minutos. Por ejemplo, si partimos de una sola bacteria y, si los nutrientes son suficientes, al
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cabo de 11 horas podemos llegar a las 5000 millones de células hijas. Esta gran velocidad de
división celular es lo que puede llevar a una comida contaminada a descomponerse en pocas
horas
Desde un aspecto nutricional algunos procariontes como las arqueas presentan una gran
variabilidad dado que pueden aprovechar como fuente alimenticia desde el petróleo, los
plásticos o incluso sustancias como el azufre, el metano, entre otros.
Célula eucariota
Las células eucariotas surgieron, a lo largo del proceso evolutivo, mucho más tardíamente
que las procariotas. Probablemente se generaron por fusión de dos o más organismos
procariotas. Presentan una gran variedad en cuanto a su tamaño y forma, incluso en un
mismo organismo como el nuestro (ver Figura 5). Una célula eucarionte promedio mide entre
10 y 30 µm (1µm= 0,000001 metro). Esto es válido para las células que forman parte de un
gusano y para las que componen un elefante. La diferencia es que el elefante presenta más
células. La cantidad total de células eucariotas de nuestro cuerpo puede llegar a 1013 (un 1
seguido de 13 ceros). Tan solo las células nerviosas rondan los 86.000 millones.
Las células eucariotas cuentan, al igual que todas las células, con una membrana plasmática,
un citoplasma, ribosomas y ADN como material genético. Pero, a diferencia de las
procariotas, presentan estructuras internas características que varían de un organismo e
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incluso de una célula a otra. Varias de estas estructuras se delimitan por membranas, lo que
permite separar funcionalmente zonas celulares entre sí. La más notoria es la membrana
nuclear, que rodea al material genético. Entre ellos podemos nombrar organelas
membranosas como mitocondrias, cloroplastos y peroxisomas.
Figura 6. Características principales de las células vegetal y animal. Ambos tipos celulares, al ser
eucariotas, presentan una envoltura que rodea al material genético (ADN) formando el núcleo celular. A
su vez cuentan con distintas estructuras subcelulares, algunas rodeadas por membranas como las
mitocondrias, los cloroplastos (solo en células vegetales), los peroxisomas y el sistema de
endomembranas. Presentan una red fibrosa de proteínas, el citoesqueleto. La célula vegetal se rodea
por una pared por fuera de la membrana que le brinda sostén y protección y cuenta también con una
gran vacuola central y con cloroplastos.
Puede observarse que la mayor parte de las estructuras de células animales y vegetales son
similares. Estas últimas, sin embargo, presentan una pared celular, cloroplastos y una gran
vacuola central, ausentes en las células animales. Por otro lado, el centriolo, que es parte del
citoesqueleto, no está presente en vegetales.
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Estas estructuras diferenciales se detallan en la Tabla 2.
A lo largo de las distintas secciones iremos trabajando con mayor detenimiento las diferentes
estructuras subcelulares.
Estructura Características
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Comparación entre procariontes y eucariontes
Como ya vimos, a diferencia de las células eucariontes, las procariontes carecen de
compartimentos membranosos, por ejemplo de un núcleo celular. Su ADN es circular,
presentan un citoesqueleto rudimentario y la división celular es por fisión binaria. Éstas, y
otras diferencias se detallan en la Tabla 3.
PROCARIONTE EUCARIONTE
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pequeñas que el límite de resolución del ojo humano (0,002 mts). La Figura 7 muestra las
dimensiones aproximadas de distintas células y organismos: mientras que el tamaño de una
célula vegetal o de una animal ronda los 0.00001 metros, una bacteria es en promedio 10
veces menor y no suele superar los 0,000001 mts.
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Figura 7. Esquema que muestra los tamaños de organismos y de células. La mayor parte de los
organismos (procariontes, protozoos, la mayoría de los chromistas y algunos hongos) son
microscópicos, es decir, no se pueden observar a simple vista. Por ello, para su visualización y
estudio, se requiere de un dispositivo como un microscopio. Los organismos macroscópicos se
pueden visualizar a simple vista pero no así sus células.
Contamos con dos tipos básicos de microscopios: los microscopios ópticos (M.O.) y los
microscopios electrónicos (M.E.). Mientras que los ópticos usan una fuente de luz, los
electrónicos utilizan una de electrones. Esto último les brinda una mayor capacidad de
resolución, gracias a lo cual se pueden visualizar con mayor detalle distintas estructuras.
La Figura 8 muestra al mismo hongo, en este caso de una levadura unicelular que puede
generar infecciones, a través de distintos dispositivos. A simple vista veríamos unas placas
blanquecinas en la boca. Si tomáramos una muestra de estas placas y las observáramos con
distintos microscopios veríamos que cada uno nos brinda otro tipo de información.
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Figura 8. Las fotografías y microfotografías muestran distintos modos por el cual se
puede observar por ejemplo un hongo. La primera imagen muestra una infección
orofaríngea por una levadura donde a simple vista se observan placas blanquecinas.
Una muestra de estas placas al microscopio óptico permitiría observar levaduras con
baja resolución. En cambio, el microscopio electrónico (ME) permite observar tanto las
estructuras subcelulares (MET) como la superficie (MEB) de objetos.
Actualmente disponemos de muchas otras técnicas para el estudio celular, la mayoría basada
en parámetros moleculares.
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organismo presenta un ADN y proteínas característicos y cada tipo celular de un mismo
organismo diferirá a su vez respecto de sus proteínas. De este modo se puede detectar la
presencia de ciertas células, diferenciar un organismo o una célula de otra o simplemente
estudiar alteraciones (por ejemplo mutaciones) de estas células.
- de proteínas celulares específicas (por ejemplo, los receptores): permiten, entre otros,
determinar la presencia o la cantidad de ciertas células o diferenciar células entre sí. Por
ejemplo, por medio de esta técnica podemos estudiar la presencia de microorganismos
patógenos como bacterias, virus o incluso determinar la presencia de células tumorales.
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