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Nombre:

Karoline Viginell

Apellidos:
Pérez Diaz

Matricula:
100051067

Asignatura:
Español II

Facilitadora:
Arelis Gómez

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Por favor colocar aquí el comentario realizado a partir
de la situación actual de Haití.
Haití tiene frentes abiertos en prácticamente todos los ámbitos,
algunos frutos de una recurrente crisis y otros derivados de los
acontecimientos que han convulsionado al país en 2021,
empezando por el magnicidio del presidente Jovenel Moise el 7 de
julio, que hace urgente la convocatoria de elecciones.
Haití tiene un Gobierno que no fue elegido en las urnas como
consecuencia del asesinato de Moise, perpetrado dos meses antes
de los comicios que debieron celebrarse en septiembre. Además,
desde hace dos años el Parlamento está clausurado y carece de un
Poder Judicial plenamente operativo.
Habiendo transcurrido casi seis meses desde que asesinaran al
presidente Jovenel Moise en su residencia de Puerto Príncipe, las
investigaciones parecen estancadas y poco se ha esclarecido más
allá de atribuir la autoría a un comando de mercenarios que no
encontró resistencia por parte de la seguridad presidencial.
Hay 44 personas detenidas, entre ellas 12 policías, así como 18
colombianos, en su mayoría militares retirados, y 6 haitianos, 3 de
ellos nacionalizados estadounidenses, entre los que se encuentra el
supuesto cerebro de la operación, Christian Emmanuel Sanon,
aunque el primer ministro, Ariel Henry, y la viuda del mandatario,
Martine Moise, afirman que los responsables aún no han sido
detenidos.
Haití es el país con mayor prevalencia de hambre en América Latina
con un 46,8 %, según el último informe anual de la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las condiciones de inseguridad alimentaria, el deficiente suministro
de agua potable y la falta de asistencia sanitaria que afectaban a
gran parte del país se vieron incrementadas a causa del terremoto
que sacudió la península sur del país el 14 de agosto.

El incremento de robos y secuestros de conductores de camiones


de combustible, también obra de las bandas armadas, llevó a

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muchos transportistas negarse a trabajar por miedo a la
inseguridad, quedando limitada la venta de carburante al ámbito del
mercado negro, con precios desorbitantes y fuera del alcance la
población.
El país estaba al borde de la parálisis, ya que depende de los
combustibles para obtener electricidad mediante generadores, y la
Policía terminó por escoltar a los camiones para que pudieran
distribuir el carburante, pero el problema de escasez continúa y los
precios siguen experimentando subidas inasumibles.
En los últimos tres meses, 14.127 migrantes haitianos han sido
devueltos de manera forzosa a su país, donde la situación de crisis
hace casi imposible darles la atención que puedan necesitar.
Muchos se proponen volver a salir de Haití tras haber formado
parte de un éxodo a pie desde el sur del continente hacia la frontera
de Estados Unidos, país que deportó a 10.776 personas, un 18 %
menores de edad, además de 406 que fueron interceptadas por la
Guardia Costera.
Otros 375 fueron devueltos desde México, 1.163 desde Bahamas,
1.362 desde Cuba y 142 desde Turcas y Caicos, según datos de la
Organización Internacional de la Migraciones (OIM).

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