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REVELACIÓN VELADA PERO REBELDE EN LA "RESPUESTA" DE SOR JUANA INÉS DE LA

CRUZ
Author(s): Aída M. Beaupied
Source: Hispanic Journal, Vol. 14, No. 2 (Fall, 1993), pp. 117-130
Published by: Indiana University of Pennsylvania
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/44284334
Accessed: 06-11-2018 14:07 UTC

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REVELACIÓN VELADA PERO REBELDE EN LA
RESPUESTA DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ.

Recientemente la crítica no sólo ha puesto en tela de juicio la


infalibilidad referencial del discurso autobiográfico, sino también la del
parasitario discurso crítico que, de tanto nutrirse de la autobiografía, no
ha podido evitar contaminarse de sus mismas dolencias.1 Lo cierto es que
una de las consecuencias que pueden surgir como producto de ese pacto
simbiótico entre el escritor de un texto autobiográfico y su lector crítico
es que, de la misma manera que el primero encuentra la otredad cuando
se embarca en la búsqueda discursiva del yo, el crítico autobiográfico que
se adentra en la búsqueda del otro termina encontrándose, más tarde o
más temprano, con alguna de sus máscaras.2
Este espejismo narcisista de la búsqueda del yo en el discurso del
otro se manifiesta también en las controversias que giran alrededor de la
preocupación por determinar si existe un discurso femenino, o si por el
contrario la feminidad es una construcción histórico-temporal. En su
reciente libro Essentially Speaking, Diana Fuss explora la polémica entre
esencialistas y construccionistas según ésta se manifiesta actualmente en
el campo de la crítica feminista. Diana Fuss llega a la conclusión de que
no es posible establecer una frontera clara y definida entre la postura de
quienes buscan la huella de un discurso esencialmente femenino y la de
quienes aseguran que tal búsqueda, a pesar de sus intenciones, imita el
propio modelo filosófico que pretende rechazar.3 Y es que precisamente
la búsqueda de esencias es aquella en la que - por medio de la
separación - se define al Sujeto a partir de cualidades que lo distinguen
de ese Otro deshumanizado que, hasta hace apenas unos años, era con
frecuencia una construcción, una invención llamada "la mujer". Si es
cierto que la práctica del esencialismo feminista reproduce la del mismo
modelo androcéntrico que intenta rechazar, cabe entonces pensar que la
búsqueda de una inscripción femenina en un texto autobiográfico, como
la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, puede llegar a ser un ejercicio
quimérico y hasta contradictorio. Sin embargo, ya que la labor
crítica - como la autobiográfica - está también contaminada de su

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buena dosis de irrealidad, pod


esencialista - en este caso la búsqueda de inscripciones de lo
femenino - cumplen un papel tan importante hoy como las
desmitificaciones de los que se dedican a deconstruir todo rasgo que
huela a esencia. Este trabajo intentará ofrecer una respuesta a la pregunta
de la relación que existe entre el silencio de la Respuesta a Sor Filotea
de la Cruz, y la inscripción de una voz femenina en su discurso. Como
veremos más adelante, el texto de sor Juana resulta ideal para discutir la
aparente imposibilidad de determinar la esencia de lo femenino sin evitar
caer de nuevo en la elaboración de construcciones mítico-literarias, así
como la paradójica necesidad de tener que hacerlo.
En su Respuesta sor Juana no escribe una autobiografía, pero hay
suficientes elementos en esa carta/defensa/confesión que piden ser
analizados en virtud a sus aspectos autobiográficos. Vale la pena señalar
que este ensayo no pretende agotar las posibilidades del análisis
autobiográfico de la Respuesta, sino que se centrará en un tópico que
sobrepasa las fronteras de la carta ya que invita a ser visto y escuchado
a lo largo del resto de su obra. Me refiero al tópico del silencio.4 Un
rasgo común que tienen la mayor parte de las autobiografías es el de la
revelación que muchas veces aparece muy ligada a un impulso
confesional. Sin embargo, aunque hay revelación y confesión en el texto
de sor Juana, también hay silencio y censura. Y no sólo me refiero a la
censura auto-impuesta que emplea el escritor (consciente o
inconscientemente) para editar de acuerdo a lo que mejor le convenga al
desarrollo de su argumento. Me refiero a la censura forzada: la que
impone un medio hostil y represivo como el que le tocó vivir a sor Juana.
Pero antes de especular acerca del papel del silencio en la Respuesta
vale la pena recordar las circunstancias en las que se escribe esa carta.
El obispo de Puebla ha publicado la Carta atenagórica en la que sor
Juana critica el sermón del Padre Vieyra. La crítica a Vieyra es una
transgresión enorme por dos razones: la primera, porque Vieyra era un
jesuita respetado por el Arzobispo de México - quien también era
jesuita - ; la segunda, porque era una transgresión para una mujer de
aquella época disertar sobre teología. Conjuntamente con la Carta
atenagórica se publica la misiva del obispo de Puebla bajo el seudónimo
de sor Filotea de la Cruz, donde, como se verá a continuación, aparece
una acusación tan terrible como era entonces la de herejía. Si tenemos
en cuenta que la Inquisición continuaba funcionando en México durante
esa época, si no olvidamos que uno de los inquisidores principales era

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REVELECIÓN VELADA 119

nada más y nada menos que An


confesor de sor Juana, si además r
del arzobispo de México, tendrem
herejía que claramente aparece en
obispo de Puebla como un ataque
que al censurarla el obispo la com
Espíritu Santo llamara "bárbaro"
conseguir la (sabiduría) eterna",
ciencia de sor Juana, como la de
obtener la sabiduría eterna ni la ayuda a salvarse, el obispo,
implícitamente, está describiéndola como poseedora de una ciencia hereje
que la condenará al infierno. En nuestra época este argumento podría
verse como una necedad, pero en la época de sor Juana tal acusación era
muy seria.
Antes de continuar, vale la pena llamar la atención hacia el hecho de
que todo lo concerniente a la publicación de la Carta atenagórica y a las
repercusiones negativas de la misma está tan envuelto en un aura de
misterio y silencio, que los lectores de sor Juana, incluyendo a la que
ésto escribe, no han podido menos que dejarse tentar por la carnada de
la especulación y han tratado de esclarecer dicho misterio de acuerdo a
lo que les dicta su iluminada ceguera. No deja de ser curioso el hecho
de que la motivación que pone en marcha la búsqueda de una explicación
al misterio alrededor del silencio de sor Juana no sólo parte de los
eventos ocurridos en el México virreinal del XVII, sino que se suscita
además, parasíticamente estimulada, por las especulaciones de otros
críticos. Tanto Benassy-Berling como Octavio Paz no han querido
cuestionar la lealtad del obispo de Puebla hacia sor Juana. Benassy-
Berling afirma que el obispo de Puebla publicó la Carta atenagórica sin
el consentimiento de sor Juana. Sin embargo, la crítica francesa justifica
la tesis de la lealtad del obispo hacia sor Juana basándose principalmente
en dos datos: por un lado, en el hecho de que "el tono de la Respuesta .
. . no es el de una persona acosada o desesperada ..." (164-165); por
otro lado, Benassy ve "un público gesto de amistad ..." (165) en el
hecho de que al poco tiempo de sor Juana escribir la Respuesta, el
obispo le publicara los villancicos a Santa Catalina. Si no olvidamos que
al ocurrir la publicación de los villancicos las obras más importantes de
La Décima Musa ya han sido publicadas a ambos lados del Atlántico y
que su autora no sólo goza de gran fama, sino de su exceso, quizás
podamos poner en duda el que la publicación de unos villancicos, que

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como bien dice Benassy, so


de cancelar el gesto solapad
atenagórica por parte del
de que todo parece indicar
carta lo que precipitó el fin
de los villancicos fuera un
darlos a la imprenta sigue s
a interpretaciones contr
últimos años en la vida de s
registrar y la historia de f
Lo cierto es que la fuent
siendo la Respuesta, esa pr
que cada crítico ve su pro
comentar las frases intro
comentarios de sor Juana
prefiere pensar que sor Jua
ha llorado, e interpreta e
publicada, en lugar de verlo
que la publicación le va a a
sentirse traicionada ante la
consentimiento:

Sor Juana comienza su respuesta con un largo e ingenioso preámbulo.


Confiesa su emoción al ver publicados sus «borrones» y agrega: «al llegar
a mis manos, impresa, la carta que vuestra propiedad llamó atenagórica,
prorrumpí en lágrimas, con no ser esto en mí muy fácil.» Frases no muy
sinceras: no es creíble que el obispo hubiese publicado la crítica a Vieyra sin
su consentimiento. (538-539)

Sin embargo, Paz admite que al publicar la Respuesta el obispo usó


a sor Juana para ventilar su enemistad contra el arzobispo de México,
pero a pesar de esa concesión, al final Paz termina defendiéndolo, y hasta
llega a decir que: "[l]os párrafos en que [el obispo] condena la afición de
sor Juana a las letras profanas tenían por objeto, probablemente,
adelantarse a las críticas de los amigos del arzobispo de México"(536).
Tiene escasa lógica suponer que alguien inicie un ataque para prevenir
que otros hagan lo mismo. Por alguna razón tanto Paz como Benassy-
Berling han preferido no creer que el obispo usara a sor Juana para sus
estrategias políticas, siendo él mismo quien diera inicio al ataque público
contra ella, no para protegerla, sino para llamar la atención hacia lo que

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REVELECIÓN VELADA 121

pronto llegó a ser un escándalo, al


pudiera hacerse contra él. Al deduc
con el obispo a la hora de publicar
condenó al silencio absoluto, Paz pasa
que sor Juana inicia la Respuesta. Y
primeras alusiones al silencio, vale l

Muy ilustre Señora, mi señora: No mi vol


temor han suspendido tantos días mi re
paso, encontraba para tropezar mi torpe p
para mí el más riguroso) es saber reponde
santísima y amorosísima carta. Y si veo
Escuelas, Santo Tomás, de su silencio c
respondió que callaba porque nada sabía d
mayor razón callaría (yo), no como el S
realidad es no saber algo digno de vos. (

Si los superlativos "doctísima, discret


tomaran en serio, ese silencio de no e
entenderse como un sincero halago
algo digno de vos" como un amar
traicionado, entonces se podrá ver qu
silencio es la estrategia que usa sor
Quien no esté familiarizado con el M
necesidad tenía alguien con fama inte
estrategia. Sin embargo, no hace f
testimonios del grado de represión
sometida, ya que en las alusiones a
Respuesta se adivinan las causas
"doctísimas" razones que sor Juana d
que le hace el obispo de no haber s
como correspondía a una mujer: "N
reprueban en las mugeres el uso de
Pablo, que las mugeres no enseñen;
estudien, para saber; porque solo qu
nuestro sexo, propenso siempre à l
puede permitir que estudie, que se ed
a enseñar lo que sabe. Leer es una
escribir sobre teología (como lo hizo
Carta atenagórica ) es lo contrario de
en la cita anterior como de nuevo

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Es por esto que en la Respu


dedica a escribir sobre t
teología - no le correspon
confieso, con la ingenuid
claridad que en mí siemp
escrito mucho de asuntos s
la falta, sino sobra de tem
Letras, para cuya intelige
manejo soy tan indigna ..." (829). Viniendo de quien viene, no es
posible tomar en serio el comentario de la "claridad que en mí siempre
es natural y costumbre." Veamos si en la siguiente cita es posible
observar un aspecto subversivo en el cinismo que se esconde en la falsa
modestia de sus palabras. Si podemos apreciar esa ironía, no será gracias
a la "claridad" que ciertamente no caracteriza a este epítome del barroco
que fue sor Juana:

Pues ¿cómo me atreviera yo a tomarlo [el tema sagrado] en mis indignas


manos, repugnándolo el sexo, la edad y sobre todo las costumbres? Y así
confieso que muchas veces este temor me ha quitado la pluma de la mano y
ha hecho retroceder los asuntos hacia el mismo entendimiento de quien
querían brotar; el cual inconveniente no topaba en los asuntos profanos, pues
una herejía contra el arte no la castiga el Santo oficio, sino los discretos con
risa y los críticos con censura. (829)

No es posible tomar en serio este ataque contra sí misma en la


alusión a su "indigno sexo". Sabemos que en la Respuesta sor Juana se
detiene a enumerar largamente cuanta mujer ilustre había entones dado
la historia, sabemos además que su argumento para defender el derecho
al estudio, que tanto ella como las demás mujeres tienen, se basa en la
idea de que ha sido Dios, precisamente, quien le ha dado el
entendimiento. Si esa es verdaderamente su defensa, todo comentario que
contradiga ese argumento básico tiene que ser interpretado como un
valiente, si bien sutil, ataque hacia la absurda ideología de la época. Se
le puede llamar ataque por lo que tiene de parodia encubierta, ya que
imita la retórica de las mismas razones que luego ataca. Frases tales
como "soy tan indigna" (829), "mis indignas manos" (829),
"repugnándolo el sexo" (829), son parte integral de la retórica misógena
de la época. Sor Juana se sirve de esa retórica de dos maneras: como
cortina de humo tras la cual se protege y como repetición paródica que
afirma aquello que más tarde busca negar. Y es que en su carta, a pesar

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REVELECIÓN VELADA 123

de ser escrita por manos "indignas"


sagrados con abundancia de digni
Teniendo esto en cuenta hay que
indigna no sólo como falsa modes
sabida que esa auto-negación o flage
en su época, particularmente en el
Juana nos deja suficientes pistas
cuestionar las aparentes contrad
aparecen en las repetidas mencion

Perdonad, Señora mía la disgregació


verdad; y si la he de confesar toda, ta
dificultad de responder, y casi me he d
como éste es cosa negativa, aunque e
explicar, es necesario ponerle algún bre
se pretende que el silencio diga ... de
pueden decir es menester decir siquiera
entienda que el callar no es no haber qu
mucho que hay que decir. (828)

Este "streep-tease" de la auto-censu


énfasis en el silencio (y aquí no s
que aparecen en la Respuesta) e
velada rebelión.
Veamos ahora cuáles, en la Respuesta, son estas verdades que hay
que dajarle al silencio y para las que hay que buscar efugios, salidas,
evasiones, no sin antes poner un "rótulo" que nos estimule a seguirles la
pista. Las alusiones a lo que no puede decir nos sugieren que hay mucho
más en esa defensa de su derecho a estudiar, algo que sor Juana no
silencia del todo, sino que esconde como sólo ella puede hacerlo,
literariamente. Como advierten los críticos, un escritor que dispone de
absoluta libertad para exponer lo que considera ser las verdades que lo
explican no puede auto-describirse sin fabular, sin mitologizar (Egan, 5).
Pero además, cualquier lector familiarizado con la literatura que se
produce en países donde la censura es un mecanismo implacable sabe de
sobra que los escritores que no pueden libremente ofrecer sus verdades
recurren a la ficción para hacerlo. Aceptando que la motivación principal
de una persona que escriba una autobiografía es la de dar cuenta de sí
misma, podemos preguntarnos qué impacto tiene el hecho de que alguien
como sor Juana escriba un documento autobiográfico en el que se pone
de manifiesto su falta de libertad para hablar de sí, y que nos haga

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partícipes de esa condena a


al silencio mismo. A esa inv
los rótulos que su silencio
le podría seguir la pista de
se propone la siguiente int
se trata de un documento p
lo que sor Juana no puede
auto-definición.
Explica Nancy Miller que un detalle que caracteriza las
autobiografías de mujeres es el hecho de que en ellas persiste el deseo de
desmentir las nociones oficiales de lo que se entiende como feminidad.6
Hay un deseo subversivo, por lo visto generalizado entre las
autobiografías de mujeres, de dar cuenta de la conciencia de saber que la
feminidad es otra cosa distinta de lo que hasta ahora se ha querido hacer
ver. Según Carolyn G. Heilburn una definición clara y sin
ambigüedades de la masculinidad depende de la definición igualmente
precisa de la feminidad.7 Cualquier mujer que reclame para sí cualidades
que aún hoy en día siguen reservándosele al hombre, no sólo se adentra
en un territorio prohibido, sino que además amenaza la estabilidad de un
orden que para su subsistencia depende de que no se cuestionen las
supuestamente irreconciliables diferencias entre los sexos.
Veamos cómo esto se aplica a sor Juana y a la defensa que hace de
su derecho y el de las demás mujeres de leer, pensar y escribir, para -
a través de la palabra escrita - ofrecer su propia definición de lo
femenino. Recordemos que sor Juana basa su derecho a expresar y a no
silenciar las luces de su intelecto en el argumento de que ha sido Dios
quien se lo ha dado:

Lo que sí es verdad que no negaré . . . que desde que me rayó la primera


luz de la razón, fue tan vehemente y poderosa la inclinación a las letras, que
ni ajenas reprensiones - que he tenido muchas - , ni propias reflejas - que
he hecho no pocas - , han bastado a que deje de seguir este natural impulso
que Dios puso en mí. (830)

Cuando sor Juana califica su amor al conocimiento como "un


impulso natural" contradice lo que su época entendía que eran l
impulsos naturales de una mujer. Al hacer responsable a Dios no sólo
nos recuerda que también ella es su hija, sino que establece una condición
de hermandad con Cristo, lo cual es un derecho que tienen los hombres
y no las mujeres, creadas de una costilla de aquel Adán primogénit

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REVELECIÓN VELADA 125

Como se verá a continuación, esta her


suerte de sub-texto mítico que apare
también ella se siente perseguida; com
divino - el intelecto, el amor al cono
de su calvario. Esa identificación con
en la que su amor al conocimiento
espinas:

Cuando los soldados hicieron burla, entretenimiento y diversión de


Nuestro Sefior Jesucristo, trajeron una púrpura vieja y una caña hueca y una
corona de espinas para coronarle por rey de burlas. Pues ahora, la cafta y la
púrpura eran afrentosas pero no dolorosas; pues ¿por qué sólo la corona es
dolorosa? ¿No basta que, como las demás insignias, fuese de escarnio e
ignominia, pues ése era el fin? No, porque la sagrada cabeza de Cristo y aquel
divino cerebro eran depósito de la sabiduría; y cerebro sabio en el mundo no
basta que esté escarnecido, ha de estar también lastimado y maltratado; cabeza
que es erario de sabiduría no espere otra corona que de espinas. (836)

La defensa que no puede hacer abiertamente, la que tiene que anunciarnos


con su rótulo de silencio para que la busquemos - no sólo en la
Respuesta, sino por toda su obra - es básicamente que también ella, una
mujer, ha sido creada a imagen y semejanza de Dios, y que como Cristo,
su hijo, padece por ello.
Hoy día este argumento podría parecer insignificante, pero las
implicaciones de esta comparación con Cristo eran demasiado
revolucionarias para que su época pudiera asimilarlas y mucho menos
aceptarlas, ya que corresponden al concepto de una divinidad andrógina.
El desarrollo de dicho concepto se puede ver mejor en El divino Narciso,
donde Narciso descubre en las aguas de la fuente que su rostro y el de la
pastora Naturaleza Humana son uno mismo. Esto lo podemos ver cuando
la Gracia interviene para decirle a la pastora/Naturaleza Humana que vaya
a la fuente y permita que Narciso descubra la semejanza entre su propio
rostro y el de ella:

Naturaleza feliz,
pues ya te vas tan cercana
a conseguir tu remedio,
llega a la Fuente sagrada
de cristalinas corrientes,
de quien yo he sido la Guarda,
desde que ayer empezó
su corriente, Inmaculada

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126 HISPANIC JOURNAL

por singular privilegio;


y encubierta entre estas ramas,
a Narciso esperaremos,
que no dudo que Lo traiga
a refrigerarse en ella
la ardiente sed que lo abrasa.
Procura tú que tu rostro
se represente en las aguas,
porque llegando Él a verlas
mire en ti Su semejanza;
porque de ti Se enamore. (406

Hay algo muy subversivo


Al poner a una pastora y
humanidad, sor Juana subv
la que siempre es un homb
se desprende que si no só
semejanza de Dios, no sólo
Pero además, cuando este
rostro de una pastora, ta
andrógina. Esta velada descr
derecho al discurso teológic
por lo que tiene de encubi
mujeres deben callar en los templos. Más aún, si la divinidad es
andrógina, también lo es la humanidad hecha a su imagen y semejanza.
Pero tales conceptos son demasiado caóticos y rebeldes para una sociedad
sustentada por un orden jerárquico que depende - más que de las
diferencias raciales, culturales o socio-económicas - de las que
distinguen entre el sexo heredero y el heredado.
La Respuesta no sólo ataca la ideología misógena que le niega a la
mujer libre acceso a la oportunidad de aprender, sino también la de
discutir, enseñar, y escribir sobre temas sagrados. En otras palabras, es
un ataque contra el silencio intelectual al que está condenada la mujer.
Tan importante es este ataque que llega a hacer de la Respuesta una
suerte de botella en altamar, una paloma mensajera que nos invita a
seguirles las pistas a las indecibles ideas teológicas que plagan toda la
obra de esta escritora. En primer lugar la misma Carta atenagórica
demuestra que sí se ha preocupado de escribir sobre estos temas. Y por
temas sagrados no me refiero a los villancicos a la Virgen Maria sino a
los verdaderos temas, supuestamente indignos a su sexo, su edad y las
costumbres de su época, es decir: a la teología que se usa para ofrecer

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REVELECIÓN VELADA 127

una definición de la mujer contra


sacramental El divino Narciso es un
teología feminista encubierta en el qu
nada menos, que la vaca sagrada de l
Santísima trinidad. Y cuando describ
no me alejo demasiado de las ideas d
vaca/diosa de la mitología egipcia, Isis, a quien sor Juana
subrepticiamente correlaciona no sólo con la Virgen María, sino también
con el Espíritu Santo. Y es que para sor Juana la diosa Isis, la Virgen
María, el Espíritu Santo, y la Gracia que en el auto sacramental lleva a
Narciso y a la pastora (humanidad) a la fuente Inmaculada, son todas
manifestaciones femeninas de una divinidad andrógina.9
Y ahora podemos volver a preguntarnos si es cierto que la crítica
feminista que busca la inscripción de un discurso femenino, corre el
riesgo de reproducir la estrategia masculina de auto-definición en base a
diferencias y exclusiones. Aunque parezca contradictorio, creo que es
posible encontrar la inscripción de un discurso femenino que reproduce
y al mismo tiempo subvierte la tendencia masculina de la búsqueda
discursiva de la identidad basada en la exclusión del Otro. La reproduce
porque necesita descubrirse en base a las diferencias con respecto al Otro.
Pero la subvierte en cuanto descubre que el Otro es su semejante, en ese
momento en el que las diferencias se disuelven como los rostros que la
fuente auna.

Sólo falta preguntarnos cómo afecta este concepto de lo andrógino


la búsqueda de una inscripción o esencia femenina en la obra de esta
autora. Si la inscripción de lo masculino es aquella que favorece una
definición de su esencia en base a la exclusión de su opuesto, lo
femenino, entonces las obras de sor Juana, como las de Virginia Woolf,
como las de cualquier mujer que rompa las fronteras de las diferencias
sexuales establecidas es, a un mismo tiempo, una inscripción femenina y
su propia negación.10 Y es que para ellas no se trata de una inscripción
que se defina en base a la exclusión del otro, sino a su incorporación:

No soy yo la que pensáis,


sino es que allá me habéis dado
otro ser en vuestras plumas
y otro aliento en vuestros labios
y diversa de mí misma

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entre vuestras plumas ando,


no como soy, sino como
quisisteis imaginarlo. (73)

The Aída
Pennsylvania M.
State B
Uni

Notas

'La idea del crítico como parásito se inspira en el ensayo de Hillis Miller, "The Critic as
Host" que aparece en la edición de Harold Bloom, Deconstruction and Criticism.
2,,The critical act and the autobiographical act share the same structure; and by the same
token, the meta-critical discourse and the selfconscious autobiographical discourse must
ultimately pose the same problems; for both criticism and autobiography are discourses
of language on - 'about' - language . . . [T]he concomitant myth of the 'objective'
critic [can not] survive the dissolution of the barrier between self and other, for no more
does the author in search of self-identity constantly finds himself confronted with the
other than does the critic in pursuit of the other repeatedly discovers the Same (Lang, 11).
3,,The bar between essentialism and constructionism is by no means as solid and
unassailable as advocates of both sides assume it to be" (Fuss, xii).
4En su ensayo, "Las tretas del débil", Josefina Ludmer describe el papel del silencio en
la Respuesta como una estrategia ("treta") de sobrevivencia. Ludmer explica que sor
Juana utiliza el silencio para decir que sabe más de lo que escribe, así como para escribir
lo que no dice que escribe. Sin entrar en detalles el ensayo de Ludmer señala la relación
de los silencios con las contradicciones que plagan el texto de la Respuesta. Ver Ludmer
(47-54). Estoy de acuerdo con las observaciones de Ludmer, y en gran medida mi ensayo
puede verse como un desarrollo de sus ideas. Sin embargo, en lugar de poner énfasis en
el aspecto "débil" del silencio, prefiero llamar la atención hacia la elocuente manera como
sor Juana lo utiliza para combatir a sus detractores.
5Una lectura que ponga en duda la fidelidad de la amistad del obispo de Puebla y sus
buenas intenciones hacia sor Juana, verá en varios de los reproches que éste le hace en
su carta (citas #1 y #2 a continuación) un ataque dirigido a llamar la atención hacia la
heterodoxia de sor Juana, así como el peligro en que está la salvación de su alma. Cita
#1: "Mucho tiempo ha gastado V. md. en el estudio de Filosofos, y Poetas; yà será que
se perfeccionen los empleos, y que se mejoren los Libros. ¿Qué pueblo huvo mas erudito
que el Egypcio? En el empezaron las primeras letras del mundo, y se admiraron los
hieroglificos. Por grande ponderación de la sabiduría de Joseph, le llama la Santa
Escritura consumado en la erudición de los Egypcios, y con todo esso, el Espiritu Santo
dize abiertamente, que el Pueblo de los Egypcios es barbaro; porque toda su sabiduría,
quando mas, penetraba los movimientos de las Estrellas y Cielos; pero no servia para
enfrenar los desordenes de las passiones; toda su sciencia tenia por empleo perfeccionar
al hombre en la vida politica; pero no ilustrava para conseguir la eterna, y sciencia que
no alumbra para salvarse, Dios, que todo lo sabe, la califica por necedad." Cita #2: No
es poco el tiempo, que ha empleado V.md. en estas sciencias curiosas; . . . Lastima es,
que un tan grande entendimiento, de tal manera se abata à las rateras noticias de la Tierra,
que no desee penetrar en el Cielo: y ya que se humille al suelo, que no baxe mas abaxo,

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REVELECIÓN VELADA 129

considerando lo que passa en el Infierno


Puebla en su "Carta de Sor Philotea de la
6 "The autobiographies of these women, to
and illustration, at once a treatise on over
poetics calling for another, freer text" (Mi
7"Man can only be man if women are una
8"Sor Juana audaciously equates herself
martyrdom to them both" (Merrim, 27).
9En el tercer capítulo de mi disertación d
en base al concepto de una divinidad an
hermético: Sor Juana Inés de la Cruz y J
10Stephanic Merrim explica que la presen
algo predecible dada la influencia del neop
determinar de qué manera la visión neopla
sor Juana, Merrim señala que a ello se deb
hombres y mujeres ya que lo que la muev
masculino para desde allí reclamar los der
in view of the context in which she wrote
'difference,' both ideologically and literaril
to introject or appropriate the masculine re
the same continuum. For Sor Juana, to writ
have entailed claiming the woman's equal
Virginia Woolf s notion of literary androgy
one who writes to think of their sex"' (M

OBRAS CITADAS

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1 30 HISPANIC JOURNAL

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