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LA PAX PORFIRIANA:
Se refiere a los primeros años del largo período de gobierno ejercido por el
general Porfirio Díaz, a partir de noviembre de 1876; aunque comenzó
a gobernar formalmente a partir de febrero de 1877. La denominación alude a la
intención de Díaz de establecer un estado de paz, por encima de otras
consideraciones.
En 1876 Díaz vence a Lerdo y asume la presidencia, pero no fue que hasta 1877
que celebraron las elecciones donde Díaz resultó ganador. Al asumir la
presidencia Díaz empezó con acciones buenas, México empezó a exportar y subir
la economía. Díaz había aniquilado a los grupos y clases sociales que habían
liberado los movimientos revolucionarios de México. Entre las clases, los de clase
baja fueron aplastados fácilmente y nunca trascendieron del ámbito local.
ENTREVISTA CREELMAN Y SU
RECUPERACIÓN:
CIENTÍFICOS
El 5 de abril de 1892 fue desarrollado por idea de Manuel Romero Rubio,
secretario de Gobernación, la Alianza Liberal que secundó la reelección del
general Díaz; después, este conjunto alcanzó a conocerse como los Científicos
pues secundaban sus argumentos en la teoría positivista de Augusto Comte. A el
deceso de Manuel Romero
Rubio quien ha sido su original jefe y defensor, José Yves Limantour, secretario de
Hacienda de 1892 a 1911, asumió el liderazgo de los científicos.
El apelativo de "los científicos" se consolidó una vez que dichos políticos
aseveraron que tenían el objetivo de "abogar por la dirección científica
gubernamental y el desarrollo científico de la nación". En México, el concepto de
los Científicos se aplicó de manera irónica a todos los positivistas
.
POLÍTICO: Dentro de la elite gobernante había dos grupos que luchaban por el
poder. Por una parte, se encontraban los científicos, encabezados por el ministro
de Hacienda Yves Limantour, y por el otro lado los partidarios del General
Bernardo Reyes, formados por hacendados e industriales y algunos militares
destacados.
Como respuesta los trabajadores fueron atacados a balazos por directivas del
gerente William Green, frente a la embestida los huelguistas se defendieron como
pudieron.
Al día siguiente conjuntos armados estadounidenses llegaron a reprimir a los
mineros, realizando lo mismo el general Díaz, quien envió fuerzas a atacar a los
que pretendían reclamar derechos en su trabajo.