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La abeja y el economista

El libro comienza con una fabula sobre la relación entre las abejas y la economía agrícola. La fabula
es una referencia al famoso ensayo de Bernard Mandeville , una presentación y defensa satírica de
la economía capitalista y del individualismo. Butnag adopta el mismo estilo literario para ilustrar el
concepto de polinización, concepto que constituye desde su punto de vista un aspecto central de la
economía post-industrial ó cognitiva.

Fábula: Un agricultor vive en la vecindad de un apicultor, y entre ellos se establece una relación de
amistad y de intercambio informal de productos y servicios. A la muerte del agricultor, uno de sus
hijos se hace cargo de la dirección de la empresa, y entre otras medidas de modernización, pide al
apicultor que pague por el uso que sus abejas hacen de los frutos y las flores en sus predios. A esto
el apicultor hace una contra-oferta. El está dispuesto a pagar por el uso de los predios, si el
agricultor paga por el fruto de la polinización. Llegados a este punto, ambos deciden volver al
régimen anterior.

Butang no lo dice en la fabula introductoria, pero el impasse refleja la dificultad de conciliar dos
formas de producción diferentes: a) una economía de producción basada en el modelo de
input/output; b) una economía de contribución (o polinización), que corresponde a las nuevas
economías emergentes en los países desarrollados (EEUU, Europa, Japón, etc ), a los que Butang
denomina ‘países del centro’.

De los movimientos a la política

En la actualidad los levantamientos se están dando desde adentro, ya no son los Comunistas o
socialistas que se declaran en contra del sistema, ahora son “Los indignados” que se levantan
desde adentro. Esto debería llenarnos de esperanza pero no, estos movimientos son efímeros. El
simulacro que producen estos movimientos cuando duran suelen terminar volviéndose contra ellos.

Del capitalismo a la acumulación primitiva de la clase obrera

. Escuela Operaísta: 1) consistía en afirmar que el empuje de la acumulación de beneficio por parte
del capitalista individual primero y posteriormente del capital social como sistema global depende
de su necesidad vital de controlar la insubordinación permanente de los trabajadores asalariados
dependientes. La clase obrera es la única anarquía del capital, lo que no es anárquico ni
contradictorio en sí mismo.

2) Muestran la forma en que, una etapa tras otra el proletariado primero, la clase obrera y por último
el trabajo asalariado moderno, sacan siempre una ventaja de socialización al patrón. Esta asimetría
de potencia ha forzado a la clase de los capitalistas a dos cosas:

- A ajustar los mecanismos de constitución de su poder en clase social.

- A usar el dinero para combatir el mecanismo de socialización y de comunicación que el trabajo


asalariado conlleva.

A partir de unas reflexiones a partir de las nociones que plantea el operaismo el autor retoma el
planteo de Tronti: se plantea que si la historia del capital se explica por los movimientos de clase
obrera, el primer movimiento había sido de automovilidad. Y establece que si para el capital, cuya
acumulación fue a través de la violencia de la acumulación primitiva, hace falta una historia de la
acumulación primitica de la clase orbrera. Para volver a poner en marcha el motor de la política
revolucionaria era preciso sacar a la clase obrera de su amnesia respecto a la acumulación
primitiva.

Butang establece que si seguimos a Marx parecería que “el hombre del dinero” sale en búsqueda
del proletario a quien la expropiación que se da en el proceso de acumulación primitiva, lo ha
dejado vulnerable a ser llamado al trabajo independiente asalariado. Pero establece que esto no es
lo que en realidad sucedió: La historia de las leyes de los pobres demuestran que

a) Los pobres fueron capaces de resistir su incorporación al trabajo dependiente

b) Esa incorporación sólo había podido hacerse bajo la forma del trabajo DEPENDIENTE NO
LIBRE. La esclavitud moderna con africanos y aborígenes forzados, acorralados por la guerra y la
amenaza de genocidio. 

c) La relación del trabajo asalariado libre no se dedujo de un capitalismo que hubiera dado libertad
así como si nada.

d) El propio mercado sólo consiguió funcionar como paso hacia la libertad de los esclavos: el
mercado fue “inventado” por los esclavos en su lucha por la libertad, así como la fuerza de los
pobres del antiguo régimen fue el resultado de la liberación medieval de la servidumbre (Irónico)

Lo que el autor establece que en esta acumulación primitiva de la clase obrera hubo un proceso de
desarme, de quiebre.

El autor establece que nos han enseñado una historia pobre, que deja de lado este proceso y que la
historia que se nos ha contado pone en manifiesto una doble operación de borramiento operada por
Europa desde el Renacimiento

1- Presentarse y situarse como el centro del mundo, eliminando de su memoria su propio interior, su
propia y verdadera historia. Expulsando toda acumulación primitiva de la historia reduciendo la
prehistoria al silencio. Olvidando la periferia.

2- El olvido por el naciente movimiento obrero de su madre campesina, de su padre el pobre, de su


hermano el esclavo.

Estos borramientos explican para el autor la impotencia del movimiento obrero frente al capitalismo.

Del obrero social a la polinización

Qué significa el obrero social? La fábrica ya no está en la fábrica y el obrero ya no es obrero, sino
que está en la sociedad, en el territorio difuso, en los centros sociales, en los comités de los barrios.
Se vuelve híbrido más cualificado que el obrero de la gran industria. Ya no es la salida fácil de
identificarlo con la producción material pesada. Y según Gruner no produce nada. Entonces se
pregunta cómo refundar una teoría del trabajo productivo de la explotación que sea coherente y
adecuada a la nueva Gran Transformación.

Para que naciera un «mercado» laboral donde intercambiar dinero por trabajo dependiente era
preciso fijar al pobre en un lugar: ésta era la primera disciplina, la acumulación originaria. Y para
que la ruptura de contrato por parte de un trabajador dependiente no destruyera toda posibilidad de
acumulación económica, era preciso que el pobre «fugado» permaneciera en la misma zona. El
mercader del dinero tenía dos opciones: a) o bien marcar al vagabundo, al fugitivo, con hierro
candente y esclavizarlo; b) o bien retenerlo gracias a la ayuda administrada por la Iglesia (las leyes
de los pobres, esa historia de la lucha de clases bajo el Antiguo Régimen). Por lo tanto, el mercado
sólo adquirió la capacidad de indicar un precio del trabajo cuando el poder público puso en marcha
potentes recursos colectivos.

Para entender las formas sucesivas, las metamorfosis del intercambio dinero/trabajo dependiente,
era preciso poner en el centro del análisis lo que los economistas denominan «externalidades»: esto
es, las consecuencias, no incluidas en el intercambio monetario, de las transacciones globales entre
agentes económicos (no sólo las transacciones comerciales).

Para esto el autor retoma la fábula de las abejas. Mandeville recurrió a las abejas para demostrar
que algunos vicios privados (egoísmos, desvíos) podían llevar a una armonía pública, fundando así
el mito de la «mano invisible» al que Adam Smith dio forma pero nunca explicó.

El valor económico de las abejas no reside principalmente en la miel y la cera que «producen» con
sus diminutas manos, sino en la polinización que permite la supervivencia de la biosfera del planeta.
El valor de esta última no tiene precio directo. Si nuestros principales alimentos vegetales pierden la
capacidad de reproducirse, seguidos de nuestros alimentos cárnicos, del conjunto de la fauna y de
la flora y, por último, de nosotros mismos, no tendremos planeta de recambio.

Supongamos por un instante que la actividad humana estuviera gobernada por las mismas leyes.
Sustituyamos la polinización de las abejas por la interacción y el vínculo social. La teoría marxista
de la explotación de las «abejas humanas» se corresponde admirablemente con el arte del
apicultor, quien, retirando los panales de miel de la colmena, obliga a las abejas a producir más miel
de la que harían si sólo tuvieran que reservar su propio alimento y el de su progenitura. La
explotación o plustrabajo está ahí. Para obtener este excedente absoluto, el apicultor puede nutrir y
alojar a sus abejas de forma insuficiente pero esa depredación se volverá contra él si pone en
riesgo su supervivencia. A cambio de cuidarlas, principalmente frente a la enfermedad y la
intemperie, obtendrá una plusvalía relativa. Pero todo deja de tener interés cuando lo que empieza
a importar es la vida del medio humano y hay miel de sobra. La cuestión crucial ya no es aumetar la
producción de miel sino reproducir la biosfera en su complejidad (Lenguaje, cultura)

Productivo es aquel trabajo que engrandece la vida, su potencia y su perdurabilidad; improductivo,


nocivo (aun en el caso de extraer un excedente de miel y de cera), todo aquel que destruye la
polinización humana. Esto nos lleva inmediatamente a una conclusión. Hoy para el obrero social,
ayer para la acumulación histórica del proletariado, la clase obrera y el trabajo asalariado. La
polinización humana, el único trabajo a la vez sin precio y fundamental, constituye el punto ciego del
análisis de la economía política clásica (incluido el marxismo ortodoxo). El reduccionismo europeo
que surge con los albores del capitalismo puede ser merecidamente tachado por los aborígenes
como una forma de barbarie particularmente primitiva, y no sólo respecto a los seres humanos, sino
a todos los seres vivos del planeta. Esta verdad cruel descalifica el humanismo que pretende
asentar sus buenas intenciones en una economía estándar (ya sea capitalista o socialista). La
utilidad de las actividades humanas y la producción de riqueza real para la sociedad en su conjunto
debe partir de ahí y sólo desde ahí. Entonces comprenderemos que el trabajo invisible de los
expulsados de la historia de la acumulación primitiva, de la clase obrera y del trabajo asalariado era
el de la indispensable polinización. Comprenderemos el significado de las alianzas. Releeremos una
y otra vez las tesis del obrero social desde un horizonte de liberación. Bienes comunes, economía
pública, actividad de polinización del vínculo social, cuidado de la vida del conjunto de los seres
vivos: Ésta es la fábrica social, el sol alrededor del cual gira la tierra de la política.

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