Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Desarrollo Histórico de La Enseñanza en La Ciudad de Puntarenas
El Desarrollo Histórico de La Enseñanza en La Ciudad de Puntarenas
Resumen: A pesar de ser fundada como un puerto, la ciudad de Puntarenas ha sido más que
diversión y turismo. En sus 163 años de historia, esta ciudad ha manifestado un intenso afán
por desarrollar cultura. En esta aspiración, la fundación de instituciones educativas fue funda-
mental. En este artículo repasaremos los contextos en que surgieron estas primeras institucio-
nes educativas en Puntarenas.
Abstract: Despite being founded as a port, the city of Puntarenas has been more than just fun
and tourism. In its 163 years of history, this city has shown an intense desire to develop culture.
In this aspiration, the foundation of educational institutions was fundamental. In this article we
will review the contexts in which these first educational institutions emerged in Puntarenas.
Sui géneris podría ser la locución adjetiva que mejor exprese la cualidad inherente
y principal del nombre Puntarenas, esto por cuanto dicha denominación hace referencia
a cuatro conceptos geopolíticos distintos: es el nombre de una provincia —la más ex-
tensa, por cierto, de las siete que conforman el territorio nacional—; es el nombre de
una ciudad cabecera; el de un puerto y el de un accidente geográfico—. En consecuen-
cia, cuando se hable de Puntarenas habría siempre que especificar el referente al cual
se aludirá, como en este caso, ya el mismo título apunta taxativamente a la ciudad de
Puntarenas, es decir, a un conglomerado humano que a partir de cierto momento se
constituyó en sociedad y se asentó en una barra arenosa que, por sus características
particulares, se erigió como puerto.
Y es este precisamente —el hecho de ser la ciudad de Puntarenas un puerto—,
otro de los aspectos importantes que debe tomarse en cuenta antes de abordar el tema
propuesto para este artículo, por cuanto, para la gran mayoría de habitantes del país y
quizás para algunos porteños también, hablar de la ciudad de Puntarenas sugiere turis-
2
2
Téngase presente que el Ministerio de Educación Pública se remonta al 4 de octubre de 1849, cuando fue creado el
Consejo de Instrucción Pública, durante la primera administración de don José María Castro Madriz (1847-1849)
4
3
Pueden consultarse los textos de Cleto González Víquez, El puerto de Puntarenas; de Francisco de Paula Amador
Salcedo, Pro Puntarenas; de Hilda Aguilar Vargas, Apuntes cronológicos del puerto de Puntarenas; de Arabela Val-
verde Espinoza, La ciudad de Puntarenas, y de Oriéster Abarca Hernández y Luz Mary Arias Alpízar, Aspectos geo-
gráficos e históricos de la ciudad de Puntarenas (1765-1920).
4
La Plaza de la Puntilla se ubicaba en el espacio que actualmente ocupa el gimnasio municipal Francisco Robledo
Ibarra, y recibía este nombre porque el final de la lengüeta de arena, es decir la Punta, se encontraba a unos doscien-
tos metros al noroeste de dicha plaza; hacia 1910, aproximadamente, se ubicaron alrededor de esta plaza varias fami-
lias emparentadas entre sí, a quienes los porteños apodaron Los Caites, debido al tipo de calzado que utilizaban.
5
Una mención aparte merece la preclara maestra Delia Urbina Gutiérrez, quien
después de haber nacido y crecido en Liberia, se trasladó a Puntarenas luego de
contraer matrimonio en 1910, y comenzó a impartir lecciones en la Escuela Superior de
Niñas. Fue considerada, tanto por sus compañeras como por toda la comunidad porte-
ña, una visionaria de la enseñanza, que con dulzura maternal sabía inculcar una disci-
plina estricta, pero acorde al desarrollo evolutivo de sus alumnas, a la vez que les facili-
taba lecciones de vida para que se convirtieran en las ulteriores forjadoras de aquella
sociedad que vigorosamente se levantaba. Por sus diligentes dotes administrativas, De -
lia ocupó la dirección de la escuela en tres oportunidades: 1921, 1922 y 1928, y luego
de su jubilación, la comunidad docente y estudiantil de aquel centro de enseñanza, de-
9
cidió honrarlo con su nombre: a partir de 1936, ya no existirá más en la ciudad de Pun-
tarenas la Escuela Superior de Niñas; en su lugar estará la Escuela Delia Urbina de
Guevara.
A pesar de que en sus inicios solo fue un centro educativo para niñas, a lo largo
de su historia, a las aulas de la Escuela Delia Urbina de Guevara también han asistido
varones, en especial, en ciertos momentos en que la superpoblación infantil impidió el
óptimo desarrollo de la actividad docente en la Escuela Antonio Gámez González, y a
partir de 1977, cuando la escuela que llevaba el nombre del maestro español fue cerra-
da, los niños se integraron con la población de niñas de la Escuela Delia Urbina, que
desde entonces es mixta. También es importante recordar que el viernes 26 de sep-
tiembre de 1941, en una de las aulas del primer pabellón de esta escuela, a las siete de
la noche, se reunió un grupo de maestros de la Escuela Antonio Gámez González —
Manuel Obando Valdés, Ovidio Salazar Salazar, Emiliano Odio Madrigal, Augusto Bola-
ños Víquez y Everardo Chaves Soto— y un abogado —Antonio Retana Cruz—, para
conformar la asociación que, en ese preciso momento, decidió fundar la primera institu-
ción de educación media de Puntarenas: el Liceo José Martí.
No puede darse fin a este breve recorrido por la historia de los primeros centros
educativos establecidos en la ciudad de Puntarenas, sin indicar que en 1886, la Junta
de Educación decidió dividir la Escuela Pública de Varones, por cuanto a dicha institu-
ción acudía una cantidad de estudiantes que sobrepasaba la capacidad de sus aulas;
aparte de esto y debido a múltiples causas, la población estudiantil era muy dispar en
cuanto a las edades y esto dificultaba el proceso pedagógico, debido a los distintos inte -
reses de los estudiantes. Fue así como surgió la llamada, en ese momento, Escuela de
Párvulos, que comenzó a funcionar en una vieja casona ubicada muy cerca del sector
oriental de Puntarenas denominado Las Playitas. Años más tarde, hacia 1900, la Es-
cuela de Párvulos fue trasladada a Pueblo Nuevo (El Cocal) y su nombre, como home-
naje imperecedero a los héroes nacionales, pasó a ser Escuela Mora y Cañas.
Lamentablemente el espacio nos limita; pero junto con fechas, ubicaciones, edifi-
cios, docentes y estudiantes, las instituciones educativas se conforman de vivencias co-
tidianas, gratificantes unas, aciagas y desagradables otras. Sin embargo, todas persis-
10
Referencias
Aguilar Vargas, Hilda (1961). Apuntes cronológicos del puerto de Puntarenas. Puntare-
nas: Publicaciones de la Municipalidad.
Amador Salcedo, Francisco de Paula (1914). Pro Puntarenas. San José: Imprenta y Pa-
pelería moderna.
González Víquez, Cleto (1933). El puerto de Puntarenas. Algo de su historia. San José:
Imprenta Gutenberg.