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EIDES

Aplicación de sentidos
Una contemplación
reencontrada

Rafael Abós-Herràndiz

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Rafael Abós-Herràndiz. Médico, doctorado en Medicina Preventiva
y Salud Pública, licenciado en Ciencias Religiosas y miembro del
área de espiritualidad EIDES de Cristianisme i Justícia.

Este cuaderno es una breve adaptación de la tesina que defendí en


la Facultat de Teologia de Catalunya el 30 de septiembre de 2020,
titulada Aplicació de sentits-Portar els sentits. El trabajo se enmarca
en la teología espiritual y se inspira en los Ejercicios Espirituales de
san Ignacio de Loyola, cuyos 500 años de conversión celebramos.
Tanto la tesina como este cuaderno no hubieran visto la luz sin la
paciente ni la sabia dirección de Josep Maria Rambla i Blanch, jesui-
ta especialista en espiritualidad ignaciana a quien estoy plenamente
agradecido. Aprovecho para recordar con gratitud a aquellas perso-
nas conocidas y anónimas que, con sus aportaciones y sus comen-
tarios, han mejorado el contenido de este cuaderno.

Edita Cristianisme i Justícia. Roger de Llúria, 13, 08010 Barcelona


+34 93 317 23 38, info@fespinal.com, www.cristianismeijusticia.net
Imprime: Ediciones Rondas S.L. Depósito Legal: B 6047-2022
ISBN: 978-84-9730-507-5, ISSN: 2014-6531, ISSN (virtual): 2014-6558
Edición: Santi Torres y Pau Vidal. Traducción: Cristina Illamola
Maquetación: Pilar Rubio Tugas. Marzo 2022
APLICACIÓN DE SENTIDOS
UNA CONTEMPLACIÓN REENCONTRADA
Rafael Abós-Herràndiz

Introducción  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Orar con los sentidos  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Los fundamentos de la aplicación de sentidos  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
La aplicación de sentidos en los ejercicios espirituales  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Aportaciones al estudio de la aplicación de sentidos  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
La importancia de la aplicación de sentidos  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Notas  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
INTRODUCCIÓN

Rezar con los sentidos es una de las propuestas que se llevan a cabo en el
marco de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio [EE]. La conveniencia
de conocer, desarrollar y ofrecer esta forma de rezar proviene del hecho
de que se apoya en la milenaria tradición espiritual cristiana y que se en-
cuentra muy presente en todo el recorrido de los EE. Una larga lista de
autores han estudiado y profundizado en el uso de los sentidos en la ora-
ción, y han descubierto de qué manera se emplea en ellos la potencia de
los sentidos espirituales de forma coordinada con los sentidos corporales.

A lo largo de las cuatro semanas de forma de oración, tanto podemos medi-


EE, vemos hasta tres formas de rezar tar [66-70] como contemplar [102-119].
relacionadas con los sentidos; las en- Finalmente, la tercera forma, que
contraréis brevemente resumidas en aparece a partir de la segunda semana
una tabla al final de este capítulo intro- de Ejercicios, consiste en contemplar
ductorio. La primera forma es cuando al final de cada día, y con la ayuda de
rezamos de forma directa «cerca los los sentidos de la imaginación que ya
cinco sentidos corporales» [EE 238.2, hemos mencionado, las materias con-
247, 248] y también cuando oramos templadas a lo largo de la jornada. Esta
imitando los propios de Cristo [248.1] última forma de orar que el santo de
y los de Nuestra Señora [248.2]. Loyola denominó «traer los sentidos»1
La segunda forma es orar con los y que la versión Vulgata de los EE
sentidos que san Ignacio mencionó «de designa hablando de «Applicatio sen-
la imaginación», ayudándonos con una suum» hoy la encontramos designada
composición de lugar que puede hacer- con las palabras «aplicación de senti-
se sobre cosas visibles [47.2] o sobre dos». Esta forma de orar es una de las
cosas invisibles [47.5]; en esta segunda cumbres espirituales de los EE.
3
Este triplete de formas distintas de miento cristiano y de la teología mís-
orar debemos incluirlo dentro de un tica y espiritual desde una perspectiva
conjunto heterogéneo de operaciones ecuménica. No está de más mencionar
espirituales [1.2] que el santo insertó que la incorporación de obras, de frag-
dentro del itinerario de los EE y que mentos y de autores en este recorrido
contribuyen a la doble finalidad de los particular no ha quedado exenta de la
ejercicios: por un lado, quitar todas las ineludible arbitrariedad presente en
afecciones desordenadas y, por otro, toda la elección. Del mismo modo que
buscar y hallar la voluntad de Dios hay nombres indiscutibles de la patrís-
[1.3-4]. Si bien es muy importante tica, del pensamiento medieval y de
saber orar con todos los sentidos, la la teología del siglo xx, también hay
conveniencia de conocer y profundizar pensadores de perfil antropológico y fi-
específicamente en la «aplicación de losófico que inicialmente no defienden
sentidos» puede facilitarnos el acceso un pensamiento claramente cristiano.
a un viaje lúcido y lleno de sabiduría Cuando rezamos con los sentidos y
a través de la última frontera sensorial utilizamos las dos primeras formas de
hacia el interior de nuestra alma, cerca oración, es entonces cuando estamos
del no camino hacia Dios. en disposición de llegar hasta la «apli-
Cabe comentar que el presente cua- cación de sentidos». Con estas condi-
derno quiere ser una invitación a entrar ciones, la larga lista de frutos espiritua-
en el mundo del espíritu, a ahondar les que se obtienen es una invitación
en el corazón de la espiritualidad y a para una práctica espiritual sostenida.
profundizar en la fenomenología de Por eso, apetece señalar que se benefi-
los sentidos y de su ausencia, a la vez ciarán del contenido de estas líneas las
que se contempla la manifestación de personas que practican EE, las que los
Dios en nuestras vidas. Quien se aden- acompañan y todo el mundo que bus-
tre en este texto, realizará un recorrido que un camino concreto, sensible y na-
por una parte de la historia del pensa- tural, de encuentro con el Señor.

Formas de orar en los EE que están relacionadas con los sentidos

1.ª forma. Orar sobre los cinco sentidos corporales anunciados en [EE 238-243, 247-
248]
1.1. de los propios sentidos [EE 238, 247]
1.2. de Cristo o de Nuestra Señora [EE 248]

2.ª forma. Orar con los sentidos de la imaginación usando una composición de lugar
2.1. sobre cosas visibles [EE 47.2]
2.2. sobre cosas invisibles [EE 47.5]
2.3. con meditación [EE 66-70]
2.4. con contemplación [EE 102-119]
3.ª forma. Aplicación de sentidos, o traer los sentidos, pasando los sentidos de la
imaginación sobre contemplaciones previas y reflejando sobre uno mismo
[EE 121-125, 132-134, 159-161]
4
ORAR CON LOS SENTIDOS

San Agustín dijo que con los pasos del cuerpo puedes acercarte a los del
amor en todas sus formas. Y esto es lo que hacen los sentidos corporales:
nos acercan al mundo y a la intimidad espiritual, y, en último término, nos
acercan a Dios. Dentro de un itinerario de búsqueda espiritual, los senti-
dos corporales pueden actuar como un sistema de puertas giratorias por
donde entramos al mundo y por donde el mundo entra en nosotros. Este
complejo mecanismo puede ejercer su funcionalidad de forma superficial y
exterior, o en calidad de profundo interior.

La experiencia proporcionada por los guntarse de qué hablamos cuando ha-


sentidos corporales consiste en dar blamos de los sentidos, y cuál podría
cuenta del mundo que nos rodea, fa- ser su finalidad ulterior.
cilitar el autoconocimiento y ofrecer
acceso a determinadas operaciones
espirituales que tienen lugar en nues- Los sentidos corporales
tro interior gracias a los sentidos es- y los espirituales
pirituales. Estos nos conducen y nos
adentran, cual ojo de una escalera de El sentido corporal de la vista nos per-
caracol, en otra forma de ver, de oír, de mite llevar a cabo dos acciones muy
sentir, de oler y de tocar. En conjunto distintas: ver y mirar. Si, mientras ve-
nos convierte en personas más cerca- mos, observamos el mundo; mientras
nas al conocimiento de la manifesta- miramos, nos concentramos en ello.
ción de Dios en nosotros. Por lo tanto, Se trata de acciones que se pueden
conscientes de la importancia que tie- contemplar, pero que no van juntas
nen tanto los sentidos corporales como porque podemos ver sin mirar y mirar
los espirituales, parece adecuado pre- sin ver. Por su parte, el uso de la vista
5
espiritual permite acceder a la mirada ciones, emociones y movimientos del
interior, que nos descubre la realidad espíritu. Si un único olor es capaz de
tal cual se nos da, de modo que acce- regresarnos a un escenario aparen-
demos a una nueva comprensión y a temente olvidado de la memoria, no
una mayor profundidad de las cosas, debe extrañar que la tradición exhorte
y finalmente dimensionamos de forma a esparcir la fragancia de Cristo por to-
distinta nuestro interior. das partes (cf. 2Cor 2,14) y san Ignacio
El oído tiene también esta doble nos invite a oler la infinita suavidad y
funcionalidad que hemos señalado dulzura de Dios [EE 124].
sobre la vista; si bien cuando oímos El tacto, nombre de origen onoma-
nos referimos al acto simple y desnu- topéyico, nos proporciona el acceso
do de percibir un sonido o una sono- físico al universo contingente y tan-
ridad, cuando escuchamos es cuando gible que nos rodea. De este modo, al
alcanzamos la consciencia. Aunque la tocar y/o ser tocados, nos movemos
escucha es el acto consciente y atento de forma inconsciente desde un mun-
de este oír, también podemos escuchar do externo y periférico hacia otro de
sin oír y oír sin escuchar. Para el oído percepciones internas y conscientes.
espiritual, el que se abre con el Espíri- El tacto interno comunica de forma
tu y se afina en el silencio, recibimos directa y natural nuestro exterior con
los movimientos de nuestra alma y los el interior. El evangelio da muestras de
propios de la manifestación de Dios. la relevancia espiritual del tacto cuan-
El sentido del gusto se relaciona do tocamos con la mano (cf. Mc 1,31),
con el sabor implícito de los actos de ungimos (cf. Lc 7,37-38), somos incré-
comer y beber, de los cuales depende dulos (cf. Jn 20,25-29) o incluso cuan-
directamente nuestra vida física. Así, do traicionamos (cf. Mc 14,45). Tam-
análogamente y como si dependiera de bién ocurre cuando nos hallamos en un
este sentido, nuestra vida espiritual, su plano más sencillo y cotidiano. Si con
homólogo interior, tiene en la espiri- un simple beso implicamos de forma
tualidad cristiana una presencia nota- natural y espontánea los cinco senti-
ble gracias a las raíces latinas del sabor dos corporales y los cinco espirituales,
(sapor), del saber (sapere) y de la sabi- comprenderemos por qué hablar de los
duría (sapientia) que invitan a saborear sentidos es tan importante y, a la vez,
los movimientos del alma y a abrirla al tan delicado. Al final, los sentidos cor-
conocimiento y al discernimiento espi- porales y los espirituales nos unifican
rituales. y trascienden de forma natural, casi sin
Por su parte, la raíz biológica del saber cómo.
órgano olfativo se encuentra en una
parte más interna del cerebro, lo cual
nos asegura un registro profundo de las Orar con los sentidos
sensaciones, cerca del inconsciente. El en la antigüedad
olfato permite discernir todo tipo de
presencias, nos orienta en el espacio Los primeros registros escritos de la
y en el tiempo, y proporciona una fina humanidad ya revelan el uso de dife-
capacidad evocadora de ideas, sensa- rentes funciones de los sentidos cor-
6
porales. Esta operatividad sensible Isaías (cf. Is  35,4-7a),7 los sentidos
implica percepciones y operaciones corporales se abren contemplando el
mentales que van más allá de la esfe- florecer del desierto por donde pasa la
ra sensorial y pueden valorarse como comitiva de israelitas cuando regresa
expresiones de una trascendencia o de del exilio, una idea central del segundo
una forma incipiente de orar con todos Isaías. El libro de Job, himno poético
los sentidos. El poema babilónico de del siglo vi a. C., interpela al esfuerzo
Gilgameix (?-4700 a. C.), considerada humano (cf.  Jb  28,9) y venera al Se-
la narración épica escrita más antigua ñor que es el camino de la sabiduría
hallada hasta ahora, contiene las aven- (cf. Jb  28,23).
turas de un rey que, basándose en la La tercera parte de la Biblia hebrea
tradición oral y la mitología sumeria, incluye un salterio con ciento cincuen-
lleva a cabo un viaje iniciático. Su tra- ta poemas, el contenido de algunos (cf.
yecto no solo es físico, sino también Sl 131,133 y 139) facilita orar con los
interior, y muestra cómo los sentidos sentidos corporales vislumbrando la
corporales pueden transferir su función trascendencia. El salmo 131 (130) se
sensorial al campo afectivo.2 Igual- sitúa en el tiempo posterior al exilio y
mente, el extenso poema homérico es la oración de alguien que ora des-
de la Odisea, más allá de promover la de la confianza en Dios, en Dios tiene
sabiduría de los humanos, está repleto puestos los ojos y se siente como un
de referencias a los sentidos corporales niño en el regazo de la madre. El sal-
que mueven al lector a crecer y a ma- mo 133 (132) tiene carácter sapiencial
durar,3 abriéndolo a una nueva dimen- y muestra la salutación de quien entra
sión más allá del componente visible, en una casa en la que se convive en
tangible y somático. hermandad. El perfume de la estancia,
Los textos bíblicos, transmitidos y interpretado como aquello que suaviza
meditados siglos tras siglo, son el patri- y refresca como el rocío del Hermón,
monio identitario y la memoria escrita es agradable al sentido del olfato y
de la sociedad hebrea. Articulados en representa el papel de un bondadoso
torno a Dios y asociados a la trascen- y amable hermano mayor que no se
dencia, estos relatos bíblicos escritos aprovecha de su privilegio. En este
con distintas intenciones y desde men- caso, el sentido de la vista espiritual
talidades alejadas de la actual mues- nos lleva a contemplar cómo miraría
tran diferentes maneras de orar con Dios la convivencia armoniosa de los
todos los sentidos. En el Génesis (cf. hermanos, e invita al visitante a imi-
Gn 9,16), la vista nos evoca recuerdos tarlos y a permanecer en aquella casa.
de fuerte carga simbólica4 y el oído El salmo 139 (138) es un himno con
siente la presencia del Señor, en quien reflexiones didácticas y sapienciales
se reconoce pecador.5 Una bendición, que enseña cómo Dios penetra con su
dirigida al pueblo de Israel en el libro mirada la obra de su creación, escucha
de los Números (cf. Nm 6,22-27),6 la toda palabra y envuelve al hombre con
hará suya años más tarde san Francis- poder y fuerza por doquier, como lo
co de Asís como acción de gracias. En hacen el aire y la luz.

7
LOS FUNDAMENTOS DE LA APLICACIÓN
DE SENTIDOS

La aplicación de sentidos no es una creación de san Ignacio, arraiga en


una tradición cristiana que se remonta a los primeros tiempos.

El principio está en Orígenes todos los órganos sensoriales y su fun-


cionalidad, facultades que son propias
Una parte importante de los fundamen- del Espíritu, y entiende los sentidos
tos teóricos de la «aplicación de senti- espirituales en calidad de potencias del
dos» la hallamos en Orígenes (184-251 alma.11 Esto significa que disponemos
d. C.) cuando usa una exégesis alegó- de la vista para contemplar las visiones
rica y sistemática para construir una celestiales, del oído para distinguir sus
doctrina sobre los cinco sentidos espi- voces, del gusto para saborear el pan
rituales; sin embargo, ahí atribuye una divino que desciende del cielo y da
terminología no demasiado precisa en vida al mundo (cf. Jn 6,33), del olfa-
respuesta a la polémica mantenida con to para oler el grato olor de Cristo (cf.
el filósofo Celso, acérrimo defensor de 2Cor 2,15) y del sentido del tacto para
la idea de que los cristianos percibían a palpar con las manos el verbo divino
Dios por los sentidos corporales. (cf. 1 Jn 1,1).
Orígenes fundamenta su pensa- Orígenes afirma que la doctrina de
miento en dos citas del libro de los Pro- los sentidos espirituales se nos aclara-
verbios: Pr 2, 58 y Pr 3, 5,9 y una tercera rá en la medida en que nos fijemos en
extraída de la carta a los Hebreos: He 5, aquellas personas que desarrollan sus
14.10 Desde ellas, elabora por primera sentidos espirituales. Así, nos será más
vez en la historia del pensamiento cris- evidente en la proporción en la que
tiano una reflexión, en formado de lec- tengamos a Cristo en el centro de nues-
tio divina, que designa, por analogía a tra plegaria y utilicemos las Sagradas
8
Escrituras como fuente de inspiración Para Diadoco de Fótice,12 asceta del
y luz. Este pensador cristiano también siglo v, el uso de los sentidos espiri-
recurre a la vía de los contrarios para tuales facilita el conocimiento experi-
reafirmarse en esta idea, y pide que nos mental de la inhabitación de Dios en el
fijemos en las personas que no pueden alma y la percepción de la consolación
usar sus sentidos espirituales porque su divina que habita el hombre. Aparte de
facultad para ver es ciega, la de sen- citar el fenómeno de la consolación,
tir es sorda y la de oler está obstruida. anotado por san Ignacio en los EE
Para el establecimiento de su plena [316], Diadoco introduce en el mundo
funcionalidad es indispensable la gra- de los sentidos unos conceptos nuevos
cia de Dios y el ejercicio personal. y distintos de los empleados hasta el
Justamente por eso y gracias a su doc- momento, como, por ejemplo: «Los
trina, es posible explicar la inspiración ojos del espíritu», «la luz divina» o «la
profética, la profundidad de visión de iluminación».
Isaías, o de Ezequiel, y los puntos cul- San Gregorio de Nisa, padre de la
minantes de la mística bíblica, como Iglesia en el siglo iv, incorpora a las
las visiones de Moisés sobre Dios y de explicaciones sobre el Cantar de los
Pablo sobre el cielo. Cantares la teoría de los cinco sentidos
espirituales. Finalmente, san Agustín
(354-430 d.  C.), maestro espiritual de
La continuación de la obra los primeros siglos del cristianismo, si-
de Orígenes gue la argumentación de los cinco sen-
tidos espirituales de Orígenes y deja por
Evagrio Póntico, en el siglo iv, con un escrito la intuición sobre la profundidad
lenguaje inspirado en las enseñanzas e interioridad que pueden alcanzar.13
de su maestro Orígenes, introduce el
uso de los sentidos espirituales como
una ayuda al discernimiento espiritual. Con la Edad Media se continúa
Para Evagrio, del mismo modo que los avanzando
sentidos corporales se dan cuenta de
las cosas sensibles, los sentidos espi- La regla de san Benito es un escrito del
rituales penetran en el objeto y discier- siglo vi que recoge un código de vida
nen su aspecto más allá de lo sensible, monástica. Desarrollado en 73 capítu-
en una tarea difícil de acometer. El ojo los de carácter legislativo y doctrinal,
espiritual reconoce su existencia, el encontramos en él determinadas pres-
oído espiritual entiende su significa- cripciones que articulan los sentidos
do íntimo, el sentido del tacto afianza corporales y los espirituales. En este
la certeza del que vive, y el gusto y el sendero, destaca el séptimo capítu-
olfato le proporcionan afectividad. Se- lo, dedicado a la humildad descrita a
gún este autor, la actividad propia de partir de la escalera de doce escalones
los sentidos espirituales está vinculada del sueño de Jacob (cf. Gn 28,12). El
a la percepción espiritual y, por eso, su primer escalón se refiere al sentido de
uso puede ayudar al discernimiento es- la vista espiritual, que invita a mante-
piritual. ner siempre ante los ojos no un objeto
9
material, sino uno inmaterial, como el aquello que sus ojos interiores ven y se
temor a Dios, porque Dios siempre nos sumerge en una luz viviente mientras
observa y nos mira desde el cielo. El contempla con los ojos abiertos.
uso del sentido del tacto espiritual lo Finalmente, san Buenaventura
hallamos en el cuarto escalón, cuando (1221-1274) enriquece los fundamen-
recomienda abrazar la paciencia como tos puestos por Orígenes, relacionando
una virtud teologal y sentir en nuestro los cinco sentidos espirituales con la
corazón que somos los últimos y las gracia y los actos humanos de la inteli-
personas más viles. Dos escalones más gencia y la voluntad. Este santo consi-
sobre la humildad, el quinto y el undé- dera que rezar a Dios con los sentidos
cimo, relacionan el oído corporal con espirituales representa el grado más
el espiritual. El quinto, cuando la ma- alto de perfección alcanzable porque
dre abadesa o el padre abad escuchan se lleva a cabo un acto de contempla-
los malos pensamientos que pasan por ción que tiene a Dios por objeto. Este
el corazón del hermano o sus propias franciscano del siglo xiii destaca dos
faltas cometidas en secreto, y quien las sentidos espirituales más que los otros;
manifiesta se ve obligado a oírlas con por un lado, el gusto espiritual, que
sus propias orejas. El undécimo acon- permite al alma humana experimentar
seja hablar de forma suave, sin risas, con satisfacción la gracia de Dios y,
humildemente, con gravedad, con po- por otro, la vista espiritual, que ofrece
cas palabras y prudentes, sin estallidos satisfacción a los actos de la inteligen-
de voz. cia.14 Su doctrina de los cinco sentidos
Apetece destacar dos escalones espirituales recorre la de Orígenes y
más por el hecho de que combinan sin- la orienta más hacia un «conocer» y
gularmente los sentidos corporales y «sentir» la relación con Dios que no
los espirituales. Es el caso del octavo, hacia una visión intelectual e inmedia-
que recuerda al lector que no debe ha- ta de Dios en el mundo. Pero la gran
cer otra cosa que aquello que ve como aportación de su pensamiento en este
ejemplo de los mayores, y el duodé- campo es la concreción de cada sentido
cimo, que alienta a vivir la humildad en la persona del Cristo. La vista espi-
no solo en el corazón, sino también a ritual percibe estallido de la luz y la be-
expresarla en el cuerpo haciéndola ma- lleza de Cristo; el oído espiritual capta
nifiesta en los otros. También funda- la palabra viva; el olfato espiritual en-
mentada en la regla benedictina, Hil- cuentra la palabra inspirada del Hijo de
degarda de Bingen (1098-1179) utiliza Dios; el gusto espiritual percibe la dul-
una mística de carácter más didáctico zura y el tacto espiritual lo atrapa como
que extático y habla de visiones en es- verbo encarnado de quien considera la
tado de vigilia. Aunque nunca entra en sublime suavidad. Leyendo esta cristo-
éxtasis ni tiene alucinaciones ni sue- logía de los sentidos espirituales puede
ños, transmite con lenguaje alegórico verse como san Buenaventura constru-
una enseñanza injertada de los sentidos ye un itinerario espiritual plenamente
espirituales al sentirse y saberse tras- sensible y hecho de cinco elementos
pasada por Dios. Durante sus visio- que le acompañan: esplendor, armonía,
nes, oye una voz que le va explicando perfume, dulzura y suavidad.
10
LA APLICACIÓN DE SENTIDOS EN LOS EJERCICIOS
ESPIRITUALES

Las primeras notas del librito de los EE fueron escritas por san Ignacio al
principio de su conversión en Loyola gracias a su capacidad para observar
los movimientos espirituales que vivía. Esto ha hecho que el redactado
final de los EE sea considerado un verdadero autorretrato de su espíritu y
de los caminos y medios que utilizó Dios para elevarle el alma,15 y que se
corresponden con un conjunto de operaciones espirituales que se dan en
la persona.

«Anotaciones» relevantes dirigidos a fomentar alguna


inteligencia y a ayudar a sentir y a sa-
La anotación inicial de los EE [1] tiene borear los movimientos del alma [1.1,
dos partes que dejan muy patente esta 1-20]. De entre las recomendaciones
idea. En la primera, se señala clara- que Ignacio designa con el nombre de
mente la finalidad de los EE, que es: «Anotaciones», destacamos las que in-
«...buscar y hallar la voluntad divina en vitan a sentir y a saborear directamente
la disposición de su vida» [1.4], y en la la actividad espiritual [2.4], es decir,
otra se detalla qué tipo de actividades a vivir en plenitud los movimientos
llevan a ello: «...todo modo de exami- interiores [12.2] y a experimentar la
nar la consciencia, de meditar, de con- inhabitación de Dios [15.4] gracias
templar, de orar vocal y mental, y de al uso de oraciones y a los ejercicios
otras espirituales operaciones...» [1.2]. [16.4]. De hecho, la vinculación que
Solo con la profundidad de esta hace el santo de los asuntos espiritua-
concepción espiritual podemos en- les [215.1] con el advenimiento de un
tender que Ignacio iniciara el texto de sentimiento es bastante notable: quizás
los EE con veinte consejos prácticos y por ello el término «sentir» aparece
11
hasta 32 veces en el texto de los EE y nacio propone una segunda forma de
a menudo se acompaña del verbo «co- orar ayudándose de los sentidos inte-
nocer».16 riores o espirituales; él los llama «de
la imaginación» [47.3], aplicándolos a
un objeto concreto tal y como se pro-
Tres maneras de orar con pone en la meditación sobre el infierno
los sentidos [66-70]. Se ofrece ver con la vista de la
imaginación [66], escuchar con el oído
En el transcurso de los Ejercicios, y sin [67], oler con el olfato [68], saborear
tener un lugar explícito y preciso, en- con el gusto [69] y tocar con el tacto
contramos distintas formas de oración [70] elementos concretos y propios del
con los sentidos, que progresivamente infierno. Es necesario darse cuenta de
nos llevan a la aplicación de sentidos. que a este ejercicio, así como el tiempo
La primera manera, sencilla, casi a destinado a la aplicación de sentidos,
modo de título introductorio y como se le dedicará una hora antes de cenar
forma de orar inicial [247.2], propone [72.2].
orar de forma directa sobre «los cinco Finalmente, la tercera manera tam-
sentidos corporales» [238.2, 247, 248]. bién emplea los sentidos de la ima-
Se busca que el alma se empareje con ginación presentados [121.2], con la
ellos y los aproveche sin una forma o novedad de que el asunto concreto que
un modo demasiado concretos [238.3], contemplar no es un punto concreto,
aunque realizando el ejercicio previo sino todo lo que ha sucedido y se ha
con el que «repose un poco el espiritu» contemplado previamente a lo largo del
[239.1] y considerando «a dónde voy y día [101, 110]. La «aplicación de senti-
a qué» [239.2]. En esta incipiente tarea dos» se nos propone desde la segunda
espiritual, el santo nos brinda la ayuda semana [121-125] hasta el final de los
de imitar a Cristo y a Nuestra Señora EE, y funciona como una prolongación
en el uso que hacen de sus sentidos de las repeticiones que intenta volver
[248.1, 248.2]. a admirar y a saborear, contemplando
La traducción latina de los EE, sobre cosa contemplada.
Vulgata, denomina «Applicatio sen-
suum»,17 una forma de rezar reservada
al período final del día y presente a par- Traer los sentidos
tir de la segunda semana de ejercicios,
aunque en la primera semana también A partir de la segunda semana, se ora
podemos hallar una forma primordial con cada uno de los cinco sentidos
y poco desarrollada. En este primer mediante la materia propia de las di-
tiempo, el texto ignaciano introduce ferentes contemplaciones [121-126].18
esta forma con discreción y sin darle un Conviene notar la diferencia entre la
título propio ni una entrada notable, in- calidad de la plegaria con los sentidos
dicando que se trata de una meditación cuando esta se plantea en la primera
[65-72]. Así, avanzando un paso más contemplación y la segunda al inicio
en una iniciática progresiva espiritual, del día, y punto por punto [106-108,
y todavía en la primera semana, san Ig- 114-116], y cuando se lleva a cabo an-
12
tes de la hora de cenar [121-125, 128.2, sentidos. Para personas con un áni-
129.3] pasando los cinco sentidos. Esta mo más dispuesto, Ignacio aconseja
última es la que propiamente se deno- [133.2]: «repetir sobre ellas a la hora
mina «aplicación de sentidos». En el de vísperas, y traer los sentidos antes
primer caso, se recomienda con breve- de cena». El ejercicio del final del día
dad utilizar los sentidos y, en cambio, de pasar los sentidos se extiende desde
en la oración previa a la hora de cenar el tercer día [134, 136, 149, 159] has-
el ejercitante debe hacer un menor es- ta el sexto [161.1] y desde el séptimo
fuerzo de fijación en la plegaria y se hasta el duodécimo [274, 275, 278,
le pide una mayor intensidad afectiva 280, 285, 287 y 288], dejando ampli-
porque se incluyen múltiples opera- tud respecto de alargar o reducir el
ciones espirituales; por ejemplo, «ver tiempo [162].
las personas [...] meditando y contem- La tercera semana se mantiene la
plando» [122], «oír con el oído lo que misma cadencia. El primer día [204.2]:
hablan o pueden hablar» [123], «oler» «antes de cena se traerán los sentidos
[124], «abrazar y besar» [125]. En un sobre las dos sobredichas contempla-
entorno espiritual que progresa en es- ciones», y así desde el segundo hasta
piritualidad y en profundidad, no debe el quinto día [208.1-2, 3, 6, 7]. Final-
extrañar que traer los sentidos cierre mente, la cuarta semana también se es-
las contemplaciones de cada día [121] pecifica [226.5]: «En los misterios de
a partir de la segunda semana. la resurrección, [...] y ansí en todo lo
A partir de aquí y todos los días, que resta se puede regir por el modo de
el santo habilita un espacio reservado la semana de la passión, así como en
para la actividad propia de la «apli- repeticiones, cinco sentidos»; [227.3]:
cación de sentidos». Es el caso del «traiendo los cinco sentidos sobre los
segundo día [132.2]: «se harán dos re- tres exercicios del mismo día, notan-
peticiones y el traer de los cinco sen- do y haciendo pausa en las partes más
tidos sobre ellas»; y se ofrece la posi- principales, y donde haya sentido ma-
bilidad de tomar dos contemplaciones, yores mociones y gustos spirituales».
la presentación del templo [268] y la En definitiva, a lo largo de los EE se
huida de Egipto [269], o bien solo una mantiene una cadencia que promueve
[133.1.2], trayendo siempre los cinco el clima espiritual.

13
APORTACIONES AL ESTUDIO DE LA APLICACIÓN
DE SENTIDOS

La teoría y la práctica de la aplicación de sentidos ha sido desarrollada


después de Ignacio por una serie de autores que han ayudado a profundi-
zar en su significado.

Juan Alfonso de Polanco tenemos unos sentidos de razón supe-


(1517-1571)19 rior o mentales que conviene proponer
a personas más avanzadas en la vida
Teólogo y fiel secretario de san Ignacio, contemplativa. Según Polanco, depen-
escribió uno de los mejor y más com- derá de la discreción de quien acompa-
pletos directorios de EE. Se trata de un ña los EE el proponer una vía u otra.
texto rico en penetración psicológica
y profundidad espiritual que preparó,
años más tarde, el nacimiento del direc- Jerónimo Nadal (1535-1575)
torio oficial. Preocupado por la inten-
sidad con la que era necesario trabajar Ha pasado a la historia de la Compa-
los EE, describe detalladamente en él la ñía por su insistencia ante san Ignacio
«aplicación de sentidos» que intuye en para que accediera a narrar su itinera-
dos niveles, pero que no todo el mun- rio espiritual. Reconoce la existencia
do en la Compañía compartía. Nos dice de cinco sentidos espirituales que se
que hay unos sentidos imaginarios que corresponden con los cinco sentidos
proporcionan los cimientos para una exteriores y aconseja practicar la ele-
forma primera de aplicación de sen- vación espiritual con la «aplicación
tidos más propia de una meditación y de sentidos» buscándole las luces más
que puede darse a personas menos ejer- altas en todas las cosas. Nos recuerda
citadas espiritualmente; por otro lado, que no hay oscuridad en la ley de Dios
14
y que es posible ver con claridad, pese meditación; porque la meditación es
a estar continuamente tentados a través más intelectual y se entretiene más en
de los sentidos. el raciocinio y es mucho más elevada,
Al hacer la exégesis del fragmento pues discurre por las causas y efectos
de la curación del ciego de nacimiento de aquellos misterios e investiga en
(cf. Jn 9), Nadal entiende que Cristo no ellos los atributos de Dios, tales como
ha venido solamente a levantar los pe- la bondad, sabiduría, caridad, etc. La
cados y las imperfecciones humanas, Aplicación, en cambio, no discurre,
sino a aumentar nuestras facultades sino solamente se detiene en cosas por
naturales, como la memoria y la inteli- el estilo, con las cuales goza y se delei-
gencia, entre otras. Recomienda pedir ta con provecho espiritual.
a través de la oración la purificación
de los sentidos corporales para que se Incluso, en el directorio de 1599, en
conviertan en un vehículo de penetra- su anotación 157, se lee:
ción de la vida interior, y evitar iden-
tificar las cosas sensibles por la carga 4. La doble utilidad de la Aplicación de
de corrupción de pecado que eventual- sentidos. La utilidad de la aplicación es
mente pueden traer. Para él es impor- doble; pues unas veces, cuando el alma
tante darse cuenta de los frutos que se no puede considerar las cosas un tanto
recogen interiormente al utilizar los profundas, al detenerse en ellas, se va
sentidos espirituales y aconseja que, disponiendo y elevando paulatinamen-
allá donde los sintamos, sea en algún te a las más altas; otras veces, por el
punto de la oración o en una petición contrario, empapada ya el alma, ar-
que se ha respondido, hay que detener- diendo en devoción por el conocimien-
se y descansar suavemente. Nadal nos to de aquellos altos misterios, al des-
invita a hallar la gracia de los Ejerci- cender después a estas cosas sensibles,
cios en el hecho de no abandonar las en todo encuentra pasto, consolación y
inspiraciones que recibimos cada día fruto por la abundancia del amor, que
en nuestra alma poniéndolas en prác- hace que aún lo más insignificante, y
tica para que den fruto. aun las mismas inclinaciones de cabeza
se aprecien en mucho y ofrezcan mate-
ria de amor y consolación.
El directorio de Ejercicios
de 1599

El número 156 del directorio oficial20 Luis de la Puente (1554-1624)21


muestra la amputación que sufrió la
«aplicación de sentidos» a favor de ser Notable escritor y director espiritual,
presentada como inferior en una medi- no ha dejado escrito ningún documen-
tación. Dice así: to que hable directamente de la «apli-
cación de sentidos», pero explica que
3. Diferencia entre Aplicación de sen- la imaginación ayuda mucho en la
tidos y meditación. Pero esta Apli- plegaria porque proporciona figuras o
cación de sentidos se diferencia de la imágenes de las cosas que deben me-
15
ditarse, comoquiera que centra la aten- descubre la voluntad de Dios con tanta
ción y ahorra la dispersión. Para lograr eficacia que la persona que escucha se
la oración mental, recomienda que aficiona a su cumplimiento y el alma
usemos la oración vocal y otras poten- se orienta hacia ello alegre, confiada y
cias, y que también nos ayudemos con encendida. La tercera forma se refiere
la imaginación, porque esta pone ante al olfato espiritual. Esta manifestación
el alma lo que se quiere meditar, como infunde en el alma una fragancia de las
si estuviera presente. Aun así, de la cosas espirituales tan suave que con-
Puente remarca que a las personas muy forta el corazón y la anima a seguir
imaginativas cabe advertirlas bien de buscándolas hasta alcanzarlas, tal y
que pueden ser víctimas de ilusiones como se indica en el libro del Cantar
si llegan a pensar que su imaginación de los Cantares (cf. Ct  3,6),22 como
es revelación, y que la imagen creada Pablo testimonia (cf. Rm  12,12)23 y
para sus adentros es la misma cosa que como hallamos en los Hechos de los
quieren meditar. Apóstoles (cf. 2Cor 2).24 La cuarta es
En cuanto al uso de los sentidos por el gusto espiritual con el que Dios
corporales, Luis de la Puente no ofre- da al alma tanto fervor y dulzura por
ce ningún tipo de norma de uso por- los asuntos espirituales que, a su lado,
que depende de cómo cada persona las cosas de la carne parece que ten-
se empareja con ellos; hay quienes se gan un sabor desagradable. Así como
encuentran mejor con los ojos cerrados en la comida hay múltiples sabores,
y otros, abriéndolos, mirando al cielo o el Señor regala gran variedad y gran-
centrándose en alguna imagen. Mien- deza de consuelos (cf. Sl 34,9);25 por-
tras unos orantes se sienten estorbados que el maná tenía el sabor de todas las
si perciben sonidos, a otros se les en- comidas (cf. Sv 19,20)26 y a David le
ciende el alma escuchando cantos o suponía más dulzura que la miel de la
música religiosa. En cualquier caso, colmena (cf. Sl 19,10-11).27 Esta dul-
cada persona debe elegir lo que más la zura, después de ser saboreada, no hay
ayude a la quietud y a la devoción. lengua que pueda declararla, porque
Según Luis de la Puente, la pri- sobrepasa todo lo que nuestro sentido
mera forma que Dios tiene de comu- del gusto es capaz de captar.
nicarse, algunas veces, es por la vista Finalmente, la quinta forma de co-
espiritual, dando una especie de luz municarse de Dios es por el tacto es-
tan levantada que deja el alma ilus- piritual, tocando con sus inspiraciones
trada y perfeccionada. Este hecho se amorosas lo más íntimo del corazón.
acompaña de alegría espiritual, pro- Aquí, el Señor se acerca al alma con
porciona placer y goce espirituales por tanta suavidad que no puede explicarse
la novedad de las cosas divinas vistas. si no se usa el libro del Cantar de los
La segunda forma es a través del oído Cantares. Dios la abraza interiormente
espiritual donde Dios habla dentro del con sus brazos caritativos y la regala
alma con inspiraciones, unas palabras interiormente con su presencia y con
interiores vivas y eficaces parecidas a grandes señales de paz y amistad, hasta
las que oímos con el oído del cuerpo. el punto de que se ejercitan los colo-
Así se nos enseña alguna verdad o se quios internos y los actos anagógicos.28
16
Luis de la Palma (1560-1641) discursos ni trabajos, con la misma fa-
cilidad y suavidad con la que trabajan
Según el teólogo Luis de la Palma,29 los sentidos sobre los objetos que tie-
el librito de los EE enseña no solo a nen presentes. Un ejemplo claro lo ha-
buscar a Dios en todas las cosas, sino llamos en la segunda semana; la quinta
también la manera de hallarlo: contem- contemplación del primer día nos pone
plar después de meditar. Este orden no ante una perfecta contemplación en la
es irrelevante, porque mientras la me- que el alma, levantada de sí misma y
ditación busca y pregunta a todas las por encima de los sentidos, siente las
cosas para informarse de la verdad y se cosas espirituales como si las viera,
detiene y considera a las personas, la las oyera, las oliera, las saboreara y
contemplación goza de lo que ha halla- las tocara. En cuanto a la tercera y a la
do la primera, lo mira con gran simpli- cuarta semanas de los Ejercicios, san
cidad y busca a Dios en todo. Ignacio utiliza una mistagogía diferen-
Así, la contemplación es muy simi- te; en primer lugar, pone dos contem-
lar a la manera de trabajar de los sen- placiones, una a medianoche y otra por
tidos, es decir: de una forma directa y la mañana, y le siguen dos repeticiones
sin ningún tipo de trabajo ni discurso, sobre los puntos que han tenido más
cada sentido goza del objeto que tiene sentimiento, cada una de ellas con tres
presente. Así como los ojos disfrutan coloquios.
de la luz y de la visión de los campos Esta manera de contemplar muestra
y de los cielos y de las estrellas, y las cómo trabajan los sentidos de la imagi-
orejas gozan de la música suave y afi- nación haciendo innecesarios los pun-
nada, y el gusto lo hace de las comi- tos de oración. Se trata de una manera
das delicadas y sabrosas, y todo ello cómoda de dar forma a las cosas espi-
sin ningún tipo de trabajo ni discurso, rituales en las que profundiza la con-
sino gozando cada uno del objeto que templación previa y se convierte en el
tiene presente, así mismo acostumbra lugar más elevado que tenemos los hu-
a gozar el entendimiento del conoci- manos desde donde orar. En su gesto
miento de algunas verdades. Verdades plantea una facilidad natural de trato,
que son dadas al entendimiento como cual madre con su hija en brazos, que
si las viera y estuvieran allí presentes, no tiene ninguna necesidad de impartir
como si las saboreara o las tocara con discursos ni de brindar argumentos so-
las manos. bre la felicidad que vive.
Esta concepción permite enten-
der la intención del santo de Loyola
de poner —en muchos de los días de Ignasi Casanovas (1872-1936)30
Ejercicios y la última hora de plega-
ria— una aplicación de sentidos sobre Casanovas reconoce el arte que tiene
la contemplación ya hecha. El santo no el librito del santo para permitir que
habla de los cinco sentidos corporales, todas las facultades y potencias hu-
sino de los sentidos de la imaginación manas contribuyan a alcanzar la santi-
[EE 121] y del entendimiento, los cua- dad, entre las cuales el primer lugar es
les regresan a las contemplaciones sin para los sentidos externos; destacan de
17
manera notable la vista y dos sentidos tumbrarlos a vivir las cosas espiritua-
más groseros y propensos al desorden, les y para que disfruten plenamente de
como el gusto y el tacto, y, en cambio, los deleites íntimos del espíritu, muy
nada dice ni del oído ni del olfato. superiores en pureza y elevación al
Este jesuita afirma que, aparte de de los sentidos externos. Del mismo
los sentidos externos, hallamos los in- modo que el Principio y Fundamento
ternos con una influencia poderosa en busca la indiferencia y el equilibrio del
el alma. Ocupa un lugar preeminente hombre ante Dios [23], la «aplicación
la imaginación plástica, una especie de sentidos» nos acerca más fácilmen-
de mirada interna de más penetración te a Dios para «oler y gustar con el
que la proporcionada por la mirada olfato y con el gusto la infinita suavi-
externa de los ojos corporales y que dad y dulzura de la divinidad» [124.1].
el santo la hace participar en todas las Casanovas advierte que muchas veces,
meditaciones y contemplaciones. Su al final del día, que es cuando los EE
primer cometido es modelar la com- proponen esta contemplación, nos dor-
posición de lugar, en la que se forma mimos, y los sentidos se enzarzan sin
una imagen sensible presentada como querer alzar los ojos al cielo, y aun así
si se tratara de una proyección cine- tenemos que recordar que solo corres-
matográfica rica en detalles vivos y ponde a Dios entrar, salir y causar en
abierta a elaboraciones que aumentan las almas todo tipo de santos efectos
la devoción. No es mirar la escena de sin causa precedente [330].
una situación alejada desde un tiempo
pasado, sino introducirse dentro de una
representación viva y presente de la Erich Przywara (1889-1972)31
que el ejercitante toma parte amorosa-
mente. Casanovas hace notar que mu- Przywara sitúa los EE en medio de la
chos ejercitantes no disponen de esta eclosión de los grandes místicos y teó-
capacidad para crear representaciones, logos del siglo xvi.32 Considera que es-
o que a veces la imaginación plástica tán formados por un ordenamiento in-
visual no está tan viva como la auditi- terno parecido a la liturgia de las horas
va, que al ejercer el oficio de oído in- donde los maitines son el primer ejer-
terno oye de qué hablan las personas. cicio; las laudes, el segundo; las horas
Así lo proponen los EE cuando se ora prima, tercia y sexta corresponden a la
la Encarnación con el coloquio entre el Misa que es el tercer ejercicio, la hora
arcángel y Nuestra Señora, las turbu- nona y el atardecer corresponden al
lentas conversaciones de los hombres cuarto y, finalmente, las completas son
o las voces redentoras de la Santísima la «aplicación de sentidos».
Trinidad [107]. Este teólogo considera que los EE
Y cuando parece que Ignacio agota contienen una terna de formas de orar;
las posibilidades técnicas para trabajar la meditación, la contemplación y la
la vida espiritual, los EE todavía dan «aplicación de sentidos». Él conside-
un paso más. Según Casanovas, Igna- ra importante que el inicio de esta úl-
cio quiere poner en movimiento los tima forma de orar se concrete sobre
sentidos internos del alma para acos- la materia de la Encarnación y el Na-
18
cimiento de Cristo, en el contexto de rear con el olfato y con el gusto [124]
la segunda semana. Al empezar con la para sentir la amable delicadeza del
Encarnación y la infancia de Cristo, se misterio del empobrecimiento, quedar
facilita que acompañemos al Señor y, aniquilado y llegar así a una exhala-
más tarde, que el tiempo de elección se ción abrumadora y sin sentido, y a un
corresponda con el tiempo de la adul- gusto en la lengua, un «todo en todo»
tez de Cristo. como la nada. Es entonces cuando, sin
Este autor entiende el Nacimiento sentir nada, somos dueños de todo (cf.
como el día de la pobreza. Un miste- 2Co 6,10).33 Finalmente, el cuarto pun-
rio que es necesario ver [114.1], mi- to es querer tocar con el tacto los luga-
rar, contemplar [114.2] y considerar res que estas personas pisan y donde
[116.1] cual nacimiento y, por tanto, se sientan [125] y con un abrazo y un
inaudito, ya que en él, Dios, en quien beso de amor a esta pobre aniquilación
todo subsiste, sufre la separación de que todo lo trae, que todo lo permite y
la madre y el riesgo inherente al na- que todo lo conquista, y precisamente
cimiento en sí mismo. Przywara hace así y precisamente por eso, empobre-
notar que, si bien el primer punto es cerse hasta el total empobrecimiento y
ver a las personas como si estuvie- poquedad de un simple tocar.
ran presentes [114.2] y el segundo es
mirar, advertir y contemplar lo que
hablamos y sacarle algún provecho Fridolin Marxer (1925-2009)34
[115], deberían oírse alabanzas y glo-
rias, pero, en cambio, no se oye nada. Según Fridolin Marxer la forma de
Se oye la nada. Al escuchar la nada en orar y de meditar con el sentido inte-
un nuevo silencio, somos llevados a un rior [EE 124] nos introduce en la capa
nuevo nacimiento en Cristo que es el más interna e íntima de nuestro ser,
más significativo de esta plegaria. en las silenciosas salas del corazón,
Mientras que la tercera y la cuarta allí donde el ser humano siente cerca
contemplaciones son repeticiones, la a Dios e incluso se hace uno con él.
quinta aprovecha para pasar los senti- Con la vista espiritual, Dios ilumina el
dos de la imaginación por la primera intelecto con una luz tan sublime que
contemplación y la segunda contem- el ser humano que la recibe se siente
plación [121.2]. Esta aplicación per- como un segundo Moisés mirando a
mite adquirir conocimiento espiritual un Dios inherentemente invisible con
al reflejar la contemplación en uno sus ojos físicos. Con la audición, Dios
mismo e intentar sacarle provecho. dirige sus exhortaciones e inspiracio-
Przywara ve este punto de la reflexión nes a nuestro oído interno y recibimos
como un conjunto de contraposicio- sus impulsos y locuciones alrededor
nes; esto significa que tenemos que ver de nuestra vida religiosa ordinaria. Y
[122] la pobreza en la que cae Dios y cuando las sentimos no cometemos el
la que me corresponde a mí; oír [123] error de percibirlas como simples me-
la mudez de mi Dios y el destino de táforas, sino como algo importante.
su reino en el silencio angustiante de Dios también se comunica mediante el
dejarme oír siempre a mí; oler y sabo- sentido del olfato espiritual; con él, el
19
corazón se llena de una fragancia tan Debe verse como una contemplación
dulce que se levanta para ir a buscar a amorosa y una intuición afectiva que
aquel de quien reconoce que procede la hay que considerar en todo itinerario
fragancia. El bien recibido por el olfato espiritual. Se trata del mayor acto espi-
es una estado de dulzura, seguridad y ritual que podemos llevar a cabo y del
santidad tales que pueden cruzarse más que muchas personas pueden «sacar
de mil dificultades sin descansar. algún provecho» [122] «reflitiendo35
Con el gusto espiritual, Dios ofre- en sí mismo» [123]. Marxer considera
ce al alma la posibilidad de saborear que la «aplicación de sentidos» es una
las cosas del espíritu de tal modo que plegaria de «regreso a uno mismo» y
las propias de la carne se vuelven in- que «está hecha para uno mismo». En
sípidas. No debe extrañarnos que la cierto modo, se parece a la contempla-
pérdida del gusto por las cosas terre- ción para alcanzar el amor.
nales puede sucederles tanto a los prin- Traer los sentidos es una contem-
cipiantes en la vida espiritual como a plación especial. Para llegar a ella, el
los pecadores en activo, tal y como le ejercitante no necesita en absoluto que
sucedió al convaleciente Ignacio en su la mente ni la actividad mental existan.
casa solariega en Loyola. La quinta La noche de los sentidos y del espíritu,
forma en que Dios se comunica con considerada un paso necesario para los
los hombres y de darse a conocer es a amantes de la plegaria, no es un con-
través del sentido espiritual del tacto, cepto ignaciano. Al contrario, no pode-
tocando el centro del corazón. Enton- mos negar que el mundo de las ideas,
ces, la misma alma se reconoce tanto es decir, la operación de reproducir y
con Dios que no puede explicar qué le de tener imaginación formativa, crea
sucede. un amplio espacio en el interior. De
En un paso más, traer los sentidos acuerdo con las instrucciones que dejó
es una forma de orar que concentra lo el santo, a la hora de practicar los EE
más esencial de la espiritualidad, y ahí parece que la aportación y el significa-
la visualización tiene un peso relevan- do de la imaginación —en cuanto a la
te. Esta forma de orar, y como casi en «aplicación de sentidos»— sería como
todas las formas que propone Ignacio, el de ese baile que abre un acto festivo.
son un encuentro con Dios que devie- Y podemos asumir, como sugirió Po-
ne auténtico en el servicio. Esto es así lanco en una primera lógica interna de
porque cuando hablamos de oración esta forma de interpretar la «aplicación
ignaciana hablamos de una finalidad de sentidos», que mirar y escuchar a las
última con destinación práctica que personas que abracen y que besen los
elimina el desorden y encuentra la vo- lugares sagrados adquiere un valor real
luntad divina. para el ejercitante. El papel de la ima-
Marxer advierte que la «aplicación ginación consiste no solo en detectar el
de sentidos» no es un trabajo de fan- objeto, sino también en trascenderlo y,
tasía libre ni ningún tipo de juego de así, podemos llegar a sentir el mismo
misterio religioso que los sentidos ven olor y el mismo sabor de la divinidad
con sorpresa. La gracia de esta for- y de la humanidad de Cristo. Esto sig-
ma de orar reside en su especificidad. nifica que traer los sentidos aporta una
20
razón superior, una superior ratio, que nocimiento empírico como «un gusto
entra en juego cuando oramos en una interior» y un «sentido último» que lo
reanudación sobre el uso de los cinco acerque al interior de las cosas.
sentidos externos [ 247] que se relacio- Los EE de Ignacio son una herra-
na internamente con la imaginación. mienta para sentir y saborear interna-
Entonces, se constatan dos niveles mente las cosas, y su práctica desarro-
de profundidad; en el plano superficial, lla de forma insistente la espiritualidad
esta plegaria nos facilita pasar de una y la interioridad que el traer de los sen-
forma real y externa a otra más ima- tidos se encarga de religar. La «apli-
ginativa e interna del mundo material. cación de sentidos» forma parte de
El significado real e importante del un entramado de repeticiones que se
acto de orar en el plano más superfi- suceden con el ir y venir de consola-
cial está en la inmediatez con que las ciones y desolaciones. Pero no se trata
cualidades de los sentidos corpora- de repetir la materia sabida por inercia,
les reaccionan de forma sensible. En sino porque, al traer los sentidos, las
cuanto al plano profundo, la «aplica- repeticiones se transforman en una he-
ción de sentidos» permite acercarnos rramienta espiritual que al final del día
a una forma plenamente espiritual de promueve testarudamente el eco inte-
oración. Los frutos de esta última for- rior alcanzado hasta convertirlo en una
ma de orar devienen un sentimiento nueva actitud de vida que deviene un
directo, integral, perceptible y tangible estilo de vida propiamente ignaciano.
de percibir, aprender y comprender la Esta forma de orar debemos conside-
realidad, ya que en el acto de orar a un rarla materia propia de todos los EE y
nivel superior la sensación recibida se una hoja de ruta esencial, de las que el
vuelve fértil, crea un lenguaje interior ejercitante debe servirse para progresar
y un contenido espiritual con forma de interiormente en el camino espiritual
imagen simbólica. Entonces, la plega- hacia el Señor.
ria deviene parábola creada y supone Durante la primera semana, los EE
un enriquecimiento para la vida espiri- combinan determinados pasajes bíbli-
tual del individuo. cos y meditaciones relacionadas con
las facultades de la memoria, la inte-
ligencia y la voluntad. En cambio, du-
François Marty (1904-1994)36 rante la segunda semana y las siguien-
tes, más centradas en meditar y en
Marty considera el librito de Ignacio contemplar el Evangelio, constituyen
una forma de lectio divina hecha lectio un entorno más favorable para la re-
evangelica que permite sentir y sabo- ceptividad. Es justo durante la primera
rear internamente las cosas sin acumu- contemplación (y después durante la
lar conocimientos [EE 2.4]. En esta segunda) de esa segunda semana cuan-
lectio no es saber mucho lo que sacia, do aparece por primera vez en los EE
sino sentir y saborear internamente las la práctica de reflejar sobre uno mis-
cosas [2.5] mientras Dios nos instru- mo para sacarle provecho [106-108] y
ye. Ignacio quiere que el ejercitante también por primera vez aprovechar el
no halle tanto el saber propio del co- pasar de los cinco sentidos de la ima-
21
ginación [121]. Así, los sentidos que expresión «reflitiendo en mí mismo»
se trabajan forman un conjunto que que se menciona nueve veces37 en los
se añade a continuación de las repeti- puntos de dos jornadas iniciales de la
ciones empapadas de consolaciones y segunda semana y la tercera. Curiosa-
desolaciones. Aquí, la «aplicación de mente, Ignacio solo habla una sola vez
sentidos» desempeña el papel de trans- del sentido de la imaginación, en la in-
portar las repeticiones hasta el infinito, troducción de traer los sentidos el pri-
de tal modo que acaba construyéndose mer día de la segunda semana [121,2],
esa nueva vida de estilo ignaciano. y lo hace en el marco de la composi-
Todo ello se lleva a cabo poniendo ción de lugar, que es una fórmula de
la vista en las personas [122], lo cual composición mental que constituye un
sugiere una contemplación detallada cuerpo único de doce textos con indi-
de lo que hacen mientras se observa caciones breves, excepto el primero
aquello que es visible y lo invisible; que es un poco más extenso.38
esa visibilidad puede contemplarse en Según Marty, el pasar de los cin-
las representaciones imaginativas que co sentidos aparece como una hoja de
pueden darse, como por ejemplo, sacar ruta que pertenece a aquello esencial
agua al lado de la cueva de Belén. El del desarrollo espiritual. En este mapa,
pecado es aquello que puede ser valo- lo que resulta más importante es ver
rado para la contemplación en un en- que hay una progresión en el encarri-
torno invisible. lamiento de quien se ejercita; hay una
A continuación, el oído se usa para conformación estructural interna del
entender las palabras que dice el Evan- ejercitante en la que primero encontra-
gelio [123] y lo que hacen las perso- mos a las personas, luego las palabras
nas. A continuación, hallamos el olfato y, finalmente, los hechos. Así, la «apli-
y el gusto [124] y, finalmente, el tacto cación de sentidos» nos asegura dirigir
[125]. Marty ve la promoción de un al ejercitante en primer lugar hacia la
movimiento de experiencia sensible humanidad del Señor, después hasta su
hacia el interior amplificando lo que palabra y, finalmente, reflejar a Cristo
los sentidos han recibido gracias a la en la actitud de su discípulo.

22
LA IMPORTANCIA DE LA APLICACIÓN
DE SENTIDOS

El hecho de que Ignacio sitúe al final de cada día, durante una hora y a lo
largo de tres cuartas partes de los EE, la contemplación de la «aplicación
de sentidos» señala que algo sumamente importante reside en su práctica
y nos recuerda su valor y lo que supone descuidarla o deformarla.

La «aplicación de sentidos» como deremos esta forma de contemplación


clave de bóveda de los EE como una fuente de espiritualidad ne-
cesaria y un marco conceptual de pri-
Los EE enseñan que todos los sentidos mer orden para acceder a la compren-
de los que dispone la naturaleza hu- sión de la espiritualidad ignaciana y a
mana son objeto de gracia, y que hay los frutos espirituales de los EE.
que considerarlos herramientas pri- La «aplicación de sentidos», al fi-
vilegiadas de uso espiritual. Ignacio, nal de cada día del ejercicio espiritual,
asimilando experiencia y conocimien- de reflejar en uno mismo, permite al
tos, lo integró todo con abundancia y ejercitante trascenderse interiormen-
transversalidad dentro del recorrido te [EE  121-125, 132-134, 159-161].
de los ejercicios hasta el punto de que Aquí, los sentidos se ven trascendi-
dos terceras partes de los números del dos y ultrapasados en sus capacidades
librito están relacionadas con los senti- mientras el ejercitante siente y sabo-
dos. Así, parece importante que consi- rea las cosas internamente [2]. Aquí,
23
todos los sentidos se abren de par en EE tengan en cuenta lo que se va cap-
par más allá de su funcionalidad habi- tando con esta forma de sobrecontem-
tual y, ayudados y acompañados por plación en tanto que indicador de un
la gracia, se accede a un conocimiento itinerario interior. En realidad, dentro
espiritual de la manifestación de Dios, de una dinámica de EE, tendremos que
una categoría radical de pura gratuidad estar siempre muy atentos a los descu-
y paz. Un no camino hacia Dios. brimientos que derivan de esta forma
Como le sucede a un rayo de luz de orar.
procedente del sol que al cruzar un Así, a fuego lento y con una caden-
prisma se comprueba que es una mez- cia diaria, se percibe interiormente el
cla de todos los colores del espectro vi- movimiento del Espíritu de una forma
sible, la «aplicación de sentidos» per- activa y relacional. La persona que se
mite gustar y saborear el espectro de ejercita es invitada, de la misma forma
los movimientos del Espíritu a lo largo como lo haría un maestro de escuela a
del recorrido de los EE de una manera un alumno y como hizo Dios con Ig-
profusa e infusa, convirtiéndose en la nacio, a construir una lenta progressio
clave de bóveda física y espiritual. interior. Como si contempláramos un
Por su abundante y transversal pre- cuadro. En primer lugar, se trata de
sencia dentro del recorrido de los EE, contemplar una a una todas las figuras
la «aplicación de sentidos» es una de que contiene, fijándonos bien en qué
las claves de bóveda de los EE a pesar lugar ocupan, la forma, el color que
de su exigua redacción original y de un tienen en relación con la luz que reci-
contenido ambivalente que cultivan la ben. Cada detalle del cuadro adquiere
especulación y dificultan la formación un grado de importancia distinto según
de una teoría que la interprete. Esto le es dado a cada persona. A continua-
significa que deja en manos del ejerci- ción, veremos un conjunto del cuadro
tante y de su acompañante el descubrir con todas sus figuras, formas y colores
y discernir los tesoros espirituales a los jugando con la luz y la sombra. Aquí
que da acceso, de acuerdo con la opi- la obra adopta una nueva dimensión
nión de Polanco. según la percepción de cada persona,
tal y como le es dado de sentir y sa-
borear interiormente. Finalmente, una
La «aplicación de sentidos» vez contemplados los objetos particu-
como progressio interior lares y el conjunto del cuadro, pode-
mos saborear la obra en su globalidad.
La «aplicación de sentidos» es una Es entonces cuando captada la pieza,
invitación de san Ignacio a religar in- captamos al autor, en el más allá del
teriormente todo lo que ha rezado du- arte pintado. Es este el tiempo de la
rante el día. La plegaria que cierra la «aplicación de sentidos».
jornada de oración crea una vida de Así, los sentidos corporales y espi-
acceso espiritual a madurar y a dis- rituales, trabajando a la vez y sin poder
cernir la voluntad de Dios. Con esta distinguir la función y la trascendencia
perspectiva es bueno que tanto quien de unos aspectos de los otros, como si
acompaña como quien lleva a cabo los fueran el cuerpo único de un prisma
24
traspasado por la luz natural, se ven Hugo Rahner hablaba de la exis-
ultrapasados mientras se crea un espa- tencia de una metahistoria que permi-
cio interior nuevo y amplio, un senti- te la coincidencia de intenciones y de
do novel y una sensibilidad crecida y acciones entre dos personas que ni se
amplificada. El cuadro, cual prisma, se conocen ni conviven juntas. Es decir,
delata y delata la autoría de forma di- sería como si una persona orase ante
ferente en cada persona según siente y un icono religioso con una simple vela
saborea interiormente. La «aplicación y no hubiese estado nunca en Taizé
de sentidos» crea un espacio de iden- ni conociera ese espacio ecuménico.
tidad espiritual propio con un nuevo Pues bien, si enlazamos todo lo que
estatus espiritual, despierta la vida es- hemos dicho hasta ahora en relación
piritual y es el porvenir de una fuente con el traer de los sentidos, podemos
inagotable de vida interior. afirmar que estamos ante una metao-
Esta manera de orar convierte los ración, una especie de trampolín que
EE en una lectio evangelica que abre nos impulsa a asimilar los bocaditos de
paso al sentir y a saborear las cosas in- sabiduría de los textos revelados. Con-
ternamente, en un no camino más allá siderar la fe cristiana en la perspectiva
de lo que ya lo hacen las contempla- de esta metahistoria revela la plegaria
ciones y las repeticiones. Y tanto es del traer de los sentidos como la ac-
así que el ejercicio continuado de los tivación de motores de una pequeña
sentidos y aplicarlos repetidamente revolución dentro de nuestro corazón.
incentiva una actitud de vida transfor- Con esta revolución, lograremos que el
mada, exactamente como lo expresa la lenguaje de las imágenes sensibles, de
constitución Lumen Gentium,39 cuando los sentidos propios y del alma nos re-
afirma que al recibir el cuerpo y la san- nueven como una nueva Pascua fuera
gre de Cristo «pasamos a ser aquello del tiempo pascual.
que recibimos». Por sus raíces milenarias y por la
cepa donde ha crecido, esta forma de
orar proporciona a nuestra espirituali-
La «aplicación de sentidos» dad un aliento natural, más allá de la
como metaoración experiencia sensible. Buscar la trascen-
dencia de los sentidos es recomendable
Esta forma ignaciana de orar plantea, por el propio carácter biológico que
en su globalidad, el tema de los senti- tienen y por el talante siempre inacaba-
dos, que es de suma actualidad. En los do de nuestra espiritualidad. De hecho,
últimos años, en el mundo académico esta experiencia de trascendencia tan
y social, todo aquello que tiene que presente en otras tradiciones religio-
ver con los afectos, las emociones, los sas ofrece plena libertad a la persona
sentimientos y todo lo vinculado con que ora y ayuda a articular el propio
los sentidos y la oración ha adquirido lenguaje de la fe y a iluminar con nue-
mucha relevancia como dimensión hu- vos matices su camino existencial. Es
mana definitoria de nuestra naturaleza en este sentido que la «aplicación de
y como clave de comprensión para en- sentidos» es uno de los elementos de la
tender y resolver problemas sociales. ecuménica identidad cristiana.
25
Reencontrar la «aplicación nos encontremos ni la geografía que
de sentidos» nos rodee al llevarla a cabo importan.
Cabe señalar que la corporalidad
Esta forma de rezar resulta provechosa adquiere cada vez más importancia en
cuando en el entorno se dan las con- el camino espiritual de las personas y
diciones favorables para la continui- todavía más cuando Ignacio lo deja por
dad, la progresividad y la intensidad escrito en su librito de EE. Todo ello
espirituales propias e inspiradas de los adopta una relevancia especial por el
EE. Así, la mejor forma de orar con la hecho de que vivimos en pleno desa-
«aplicación de sentidos» puede acon- rrollo tecnológico del uso de datos ma-
tecer durante los ejercicios del mes sivos dedicados a la imagen, al sonido,
entero, pero también podría hacerse a la realidad virtual y a la inteligencia
realidad en los de ocho días. Del mis- artificial. Sin ningún tipo de duda, la
mo modo, es cierto que este triplete combinación de estas herramientas
de necesidades mencionado también con la potencialidad del cuerpo y el
puede hallarse —y con frecuencia con comportamiento de nuestros sentidos
más presencia— durante la práctica de puede contribuir a mejorar nuestra vida
unos ejercicios en la vida ordinaria, en y el crecimiento interior. No obstante,
entornos de experiencia espiritual pro- y como nos ha demostrado infinidad
funda y en esas actividades espirituales de veces la historia, el simple manejo
que pueden derivarse de ellas. inapropiado de los sentidos, en com-
En realidad, se trata de una forma binación o sin ella de la participación
de orar amable y adaptable a muchos de la tecnología, puede tener un efecto
contextos donde la espiritualidad se humano devastador.
trabaje de manera regular y reglada. En el entorno de la primera mitad
Las condiciones personales, económi- del siglo xxi, el surgimiento de una
cas, sociales, religiosas y de la salud de nueva pastoral mistagógica, basada en
la persona que ora no suponen ningún el uso continuado y profundo de todos
impedimento, y quizás el único factor los sentidos de los que disponemos de
a considerar sería el de tener una edad forma natural y en su aplicación cons-
apropiada y la constancia necesaria. tante en nuestra cotidianidad, puede
Para practicarla pueden tenerse los mejorar el propio conocimiento indivi-
ojos abiertos o cerrados, no es necesa- dual y facilitar la corporalidad, la inte-
rio vestir con ningún tipo de ropa en riorización, la espiritualidad, la plega-
particular, ni moverse de una forma ria, el compromiso con el mundo y con
determinada, ni es necesario crear un la vida eclesial en la idéntica dirección
ambiente preciso con luz o penumbra que supone el proceso de aprovecha-
definidas, música especial u olor pecu- miento espiritual que favorecen los EE
liar. Ni siquiera la postura que adopte- y todas las formas actuales y derivadas
mos (sentados, de pie, con los brazos que tenemos de practicarlos.
en cruz, tumbados en la cama o en el Orar con la «aplicación de sentidos»
suelo...), ni los objetos que pueden nos ofrece un viaje lúcido y sabio hacia
rodearnos, ni la compañía que pueda el interior de nuestra alma, que facilita
contemplarnos, ni el edificio en el que el acceso a la última frontera sensorial
26
antes de hallar el no camino hacia Dios. aparte de inspirar nuestra vida, puede
Esto lo convierte en una herramienta es- contribuir al necesario reencuentro es-
piritual de primer orden al servicio de la piritual de las grandes religiones en un
disposición individual y colectiva que, entorno de investigación interreligiosa.

27
NOTAS

1 La traducción latina de la Vulgata sustantivó, Entonces los cojos saltarán como ciervos, y la
indicando «aplicación de sentidos», lo que en lengua del mudo cantará; porque en el desierto
el texto autobiográfico llamaba «traer los sen- serán cavados pozos de agua, y en la soledad
tidos» y «pasar los cinco sentidos», que son correrán torrentes. El páramo se convertirá
las expresiones genuinamente ignacianas y en estanque, el sequedal en manantiales de
que mejor expresan el pensamiento del santo. agua».
Así, el trabajo actualiza lo que se convirtió en 8 Pr 2,5: «Entonces sabrás lo que es temer al Se-
una traducción directa de la Vulgata «el traer ñor, y hallarás el conocimiento de Dios».
de los sentidos» que hoy en día parece una 9 Pr 3,5: «Confía en el Señor de todo corazón, y
construcción forzada o ambigua y así utiliza- no te apoyes en tu propia prudencia».
mos la forma «traer los sentidos». 10 He 5,14: «El alimento sólido es para los que
2 Anónimo (1992). Poema de Gilgamesh, Ma- ya han alcanzado la madurez, para los que
drid: Tecnos, p. 159: «Toca este hombre para pueden discernir entre el bien y el mal, y han
que despierte, para que regrese sano y salvo ejercitado su capacidad de tomar decisiones».
por el camino que lo ha llevado hasta aquí». 11 Cf. Maréchal, Joseph (1937). «Un essai de
3 Homero (2016). La Odisea, Madrid: Gredos, méditation orientée vers la contemplation»,
p. 293: «Hablé así, y a ellos se les partió el en: Études sur la psychologie des mystiques
corazón». II. Bruselas: Edition universelle, p. 365-382.
4 Gn 9,16: «El arco estará en las nubes, y yo lo 12 Diadoco de Fótice (1981). Els cent consells
veré y me acordaré de mi pacto perpetuo. Es del pare Diàdoc, Barcelona: Claret.
el pacto entre Dios y todo ser vivo, con todos 13 de Hipona, Agustín. Confesiones I, 3: «Tu au-
los seres que hay sobre la tierra». tem eres intimior intimo meo et superior sum-
5 Gn 3,8: «El hombre y su mujer oyeron la voz mo meo»; en español: «Tú eres lo más interior
de Dios el Señor, que iba y venía por el huerto, de lo más íntimo mío y lo más elevado que lo
con el viento del día; entonces corrieron a es- más sumo mío».
conderse entre los árboles del huerto, para huir 14 Cf. Rahner, Karl (1933). «La doctrine des
de la presencia de Dios el Señor». sens spirituels au Moyen âge, en particulier
6 Nm 6,22-27: «El Señor habló con Moisés, y chez saint Bonaventure», en: Revue d’ascéti-
le dijo: “Habla con Aarón y sus hijos, y diles que et de mystique 14, p. 263-299.
que de esta manera bendecirán a los hijos de 15 De la Palma, Luis (1967). Camino espiritual,
Israel”. Les dirán: “¡Que el Señor te bendiga, Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, p.
y te cuide! ¡Que el Señor haga resplandecer su 433.
rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia! ¡Que 16 [EE 313.1-2]: «Reglas para en alguna manera
el Señor alce su rostro sobre ti, y ponga en ti sentir y cognoscer las varias mociones que en
paz!”». la anima se causan: las buenas para rescibir y
7 Is 35,4-7a: «Digan a los de corazón amedren- las malas para lanzar; y son más propias para
tado: “Esfuércense y no teman. ¡Miren! Aquí la primera semana». La expresión «los senti-
viene su Dios, para castigar a sus enemigos dos del cuerpo» es puramente ignaciana y es-
como merecen. Dios mismo viene, y él los tá presente en las anotaciones como lo están
salvará.” Entonces se abrirán los ojos de los los cinco sentidos en la primera manera de
ciegos, lo mismo que los oídos de los sordos. orar [18.7 238.2]. La primera forma de rezar

28
es sobre los cinco sentidos corporales [238.2 27 Sl 19,9-10: «La palabra de Dios es limpia y
247.1-2]. siempre se mantiene firme.Sus decisiones
17 Decimos «aplicación de sentidos», «traer los son al mismo tiempo verdaderas y justas. Yo
sentidos» o «pasar los cinco sentidos». Ver prefiero sus decisiones más que montones de
nota 1. oro, me endulzan la vida más que la miel del
18 [EE 122] «Ver las personas con la vista imagi- panal».
nativa, meditando y contemplando en particu- 28 La palabra anagogía deriva del griego ana-
lar sus circunstancias». [123] «Oír con el oído goge, que corresponde a la acción de elevar;
lo que hablan o pueden hablar»; [124] «oler y en el entorno bíblico, el uso de esta palabra
gustar con el olfato y con el gusto la infinita permite dar a los textos sagrados el sentido re-
suavidad y dulzura de la divinidad del ánima ferido a una realidad celestial.
y de sus virtudes»; [125] «Tocar con el tacto, 29 De la Palma, Luis (1967). Obras del Padre
así como abrazar y besar los lugares donde las Luis de la Palma. Camino espiritual. Madrid:
tales personas pisan y se asientan» [121-126]. Biblioteca de Autores Cristianos, p. 384-390.
19 Directorios de Ejercicios (1540-1599). Tra- 30 Casanovas, Ignasi (1931). Introducció als
ducción, notas y estudio por Miguel Lop Se- Exercicis Espirituals de sant Ignasi de Loiola,
bastià, s.j. (1984), Bilbao y Santander: Edicio- III: Teoria i preparació, Barcelona: Foment
nes Mensajero-Sal Terrae, p. 154-155. de Pietat, p. 194-222.
20 Directorios de Ejercicios (1540-1599). Op. 31 Przywara, Erich (1964). Deus semper maior.
cit., p. 358. Theologie der exerzitien, Múnich: Verlag-He-
21 De la Puente, Luis (1935). Meditaciones de rold-Wein.
los misterios de nuestra Santa Fe, Madrid: 32 Martín Lutero (1483-1546), Jean Cauvin
Apostolado de la Prensa, p.31-61. (1509-1564), Ignacio de Loyola (1491-1556),
22 Ct 3,6: «¿Quién es ésta que viene por el de- santa Teresa de Jesús (1515-1582) y san Juan
sierto y asciende como columna de humo? de la Cruz (1542-1591).
¡Viene envuelta en el suave aroma de mirra, 33 2Co 6,10: «Parecemos tristes, pero siempre
incienso y finos perfumes!». estamos contentos; parecemos pobres, pero
23 Rm 12,12: «Gocémonos en la esperanza, so- hemos enriquecido a muchos; parece que no
portemos el sufrimiento, seamos constantes en tenemos nada, pero lo tenemos todo».
la oración». 34 Marxer, Fridolin. (1963). Die inneren geist-
24 2Cor 2,14-16: «Pero gracias a Dios, que en lichen Sinne, Ein beitrag zur deutung ignatia-
Cristo Jesús siempre nos hace salir triunfan- nischer mystik, Friburgo: Herder, p. 38-47.
tes, y que por medio de nosotros manifiesta 35 N. d. T.: Se ha conservado la versión y, por
en todas partes el aroma de su conocimiento. tanto, ortografía propia de la época: «reflejan-
Ciertamente, para Dios somos el fragante aro- do».
ma de Cristo, tanto en los que se salvan como 36 Marty, François. (2005). Sentir et goûter. Les
en los que se pierden. Para éstos somos olor de sens dans les «Exercices spirituels» de Saint
muerte, que lleva a la muerte, y para aquéllos Ignace, París: Les Éditions du Cerf.
somos olor de vida que lleva a la vida». 37 EE 114.3, 115, 123, 124.2, 194.1, 234.3,
25 Sl 34,9: «Ustedes, sus fieles, teman al Señor, 235.3, 236.2 y 237.2.
porque nada falta a los que le temen». 38 EE 47, 1, 3, 5; 55,3; 65,3; 91,3; 103,1; 112,1;
26 Sab 16,21: «El sustento que les dabas revelaba 138,1; 151,1; 192,1; 232.
tu dulzura con tus hijos pues, adaptándose al 39 http://www.vatican.va/archive/hist_coun-
deseo del que lo tomaba, se transformaba en cils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_
lo que cada uno quería». const_19641121_lumen-gentium_sp.html.

29
«Ayudar» es el verbo con que Ignacio de Loyola expresó modestamente
su gran deseo de hacer el bien a los otros. Bajo este lema de servicio y
sencillez, la Escola Ignasiana d’Espiritualitat (EIDES) ofrece esta serie de
materiales ignacianos.

Cuadernos EIDES
Últimos títulos
92. Oraciones a quemarropa. L. Espinal
93. Vivir en el espíritu. F. Manresa
94. Yo solo, ¿qué puedo ser? C. Marcet
95. Uno de tantos. J. M. Rambla
96. Cartas desde el Altiplano. J. M. Fernández de Henestrosa (PPH)
97. «Preparar y disponer el ánima» [EE 1]. J. Casassas, A. Guidonet,
D. Guindulain
98. Aplicación de sentidos. R. Abós-Herràndiz

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