Está en la página 1de 2

La amígdala, centinela de nuestras emociones

La amígdala forma parte del llamado cerebro profundo, ese donde priman las
emociones bá sicas tales como la rabia o el miedo, también el instinto de
supervivencia, bá sico sin duda para la evolució n de cualquier especie. De ahí, que la
amígdala, esta estructura en forma de almendra sea propia de todos los vertebrados
y se halle en la profundidad de los ló bulos temporales, formando parte del sistema
límbico y procesando todo lo relativo a nuestras reacciones emocionales.

En neurobiología es casi imposible asociar una sola emoció n o una sola funció n a
cualquier estructura, pero cuando hablamos de la amígdala podemos decir sin
equivocarnos que es una de las má s importantes asociadas al mundo de las
emociones, es lo que hace por ejemplo que seamos má s variables que cualquier
pariente evolutivo cercano, ella la responsable de que podamos escapar de
situaciones de riesgo o peligro, pero ella también la que nos obliga a recordar
nuestros traumas infantiles, y todo aquello que nos ha hecho sufrir en algú n
momento.

LA AMÍGDALA Y EL APRENDIZAJE EMOCIONAL

Pongamos un sencillo ejemplo. Acabamos de trabajar y nos dirigimos a nuestro


coche, aparcado en una calle cercana, es de noche y no hay apenas iluminació n, esa
penumbra nos pone en aviso, la oscuridad es un escenario que evolutivamente
hemos asociado como indicador de riesgo y peligro, de ahí que apresuremos
nuestros pasos para encontrar el coche. Pero ocurre algo, alguien se nos acerca y
nuestra reacció n ló gica es empezar a correr para huir.

Mediante esta sencilla escena podemos deducir muchas de las funciones instaladas
en la amígdala: ella es quien nos pone en aviso de que la oscuridad es un riesgo y de
que esa persona que se acerca también lo es, y má s aú n, habremos creado un
aprendizaje nuevo al deducir mediante el miedo que al día siguiente, no
aparcaremos el coche en esa zona.

Los recuerdos y experiencias con mucha carga emocional, hacen que nuestras
conexiones siná pticas estén asociadas a esta estructura, provocá ndonos efectos
tales como taquicardias, aumento de la respiració n, liberació n de hormonas del
estrés… Personas que por ejemplo tienen la amígdala dañ ada, serían incapaces de
detectar situaciones de riesgo o peligro.

La amígdala nos ayuda a buscar una estrategia adecuada después de haber


identificado un estímulo negativo, pero ¿Có mo identificamos que ese estímulo nos
puede hacer dañ o? Por aprendizaje, por condicionamiento, por esos conceptos
bá sicos que como especie reconocemos como dañ inos.
Daniel Coleman por ejemplo, introdujo el concepto de “secuestro amigdalar” para
referirse a esas situaciones en las que nos dejamos llevar por el miedo y o la
angustia de un modo que no es adaptativo, qué no es ló gico y donde la
desesperació n, nos impide encontrar la respuesta adecuada.

LA AMÍGDALA Y LA MEMORIA

La amígdala está asociada en asentar nuestros recuerdos y nuestra memoria, son


muchas las ocasiones en las que determinados hechos está n asociados a una
emoció n muy intensa: una escena de infancia, una pérdida, un instante en que
hemos sentido inquietud o miedo…cuando nuestros sentimientos son má s afilados
má s conexiones neuronales se suceden alrededor del sistema límbico y la amígdala,
es má s, muchos científicos está n estudiando determinar qué tipo de detalles
bioquímicos afectan a esta estructura para aplicarlos a posibles tratamientos
terapéuticos y farmacoló gicos con los que minimizar los traumas infantiles.

Pero no debemos limitarnos a asociar al miedo con a una pulsió n negativa capaz de
causarnos traumas y problemas psicoló gicos, al contrario, es un interruptor que nos
avisa y que nos protege, es el centinela que ha permitido generació n tras generació n
que podamos evolucionar teniendo como base nuestra protecció n y la de los
nuestros. La amígdala es una fascinante estructura primitiva de nuestro cerebro que
cuida de nosotros y que nos da una visió n equilibrada de los riesgos; el miedo, como
el placer es esencial en nuestra riqueza emocional como seres vivos.

También podría gustarte