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La amígdala forma parte del llamado cerebro profundo, ese donde priman las
emociones bá sicas tales como la rabia o el miedo, también el instinto de
supervivencia, bá sico sin duda para la evolució n de cualquier especie. De ahí, que la
amígdala, esta estructura en forma de almendra sea propia de todos los vertebrados
y se halle en la profundidad de los ló bulos temporales, formando parte del sistema
límbico y procesando todo lo relativo a nuestras reacciones emocionales.
En neurobiología es casi imposible asociar una sola emoció n o una sola funció n a
cualquier estructura, pero cuando hablamos de la amígdala podemos decir sin
equivocarnos que es una de las má s importantes asociadas al mundo de las
emociones, es lo que hace por ejemplo que seamos má s variables que cualquier
pariente evolutivo cercano, ella la responsable de que podamos escapar de
situaciones de riesgo o peligro, pero ella también la que nos obliga a recordar
nuestros traumas infantiles, y todo aquello que nos ha hecho sufrir en algú n
momento.
Mediante esta sencilla escena podemos deducir muchas de las funciones instaladas
en la amígdala: ella es quien nos pone en aviso de que la oscuridad es un riesgo y de
que esa persona que se acerca también lo es, y má s aú n, habremos creado un
aprendizaje nuevo al deducir mediante el miedo que al día siguiente, no
aparcaremos el coche en esa zona.
Los recuerdos y experiencias con mucha carga emocional, hacen que nuestras
conexiones siná pticas estén asociadas a esta estructura, provocá ndonos efectos
tales como taquicardias, aumento de la respiració n, liberació n de hormonas del
estrés… Personas que por ejemplo tienen la amígdala dañ ada, serían incapaces de
detectar situaciones de riesgo o peligro.
LA AMÍGDALA Y LA MEMORIA
Pero no debemos limitarnos a asociar al miedo con a una pulsió n negativa capaz de
causarnos traumas y problemas psicoló gicos, al contrario, es un interruptor que nos
avisa y que nos protege, es el centinela que ha permitido generació n tras generació n
que podamos evolucionar teniendo como base nuestra protecció n y la de los
nuestros. La amígdala es una fascinante estructura primitiva de nuestro cerebro que
cuida de nosotros y que nos da una visió n equilibrada de los riesgos; el miedo, como
el placer es esencial en nuestra riqueza emocional como seres vivos.