Está en la página 1de 7

Algunos sostienen que fue un firme defensor de la fe luterana.

Otros opinan que fue un


débil profesor cuyo grito de guerra era «¿Por qué no podemos llevarnos todos bien?» La
respuesta puede ser que se tratara de ambas cosas. Todos coinciden que fue un brillante
académico y teólogo sistemático.

Melanchthon asistió a la Universidad de Heidelberg, obteniendo el título de licenciatura en


1511. A los 17 años recibió un título de maestría en la Universidad de Tubinga. Su tío abuelo
Johann Reuchlin lo recomendó a Federico el Sabio, que buscaba un profesor de griego para
su recientemente formada universidad en Wittenberg. Melanchthon llegó el 25 de agosto
de 1518, diez meses después de que Lutero clavara las 95 tesis. Melanchthon era un joven
de sólo 21 años, pequeño y de contextura delgada. No era una figura imponente, pero un
día el mundo llegaría a conocerlo como un gigante de la Reforma.

Lutero reconoció y admiró inmediatamente los dones del nuevo profesor. Las clases de
Melanchthon eran muy concurridas, no solo por estudiantes sino por pueblerinos y nobles
que colmaban la sala para escuchar al excepcional orador. Él se resistió a las frecuentes
solicitudes de Lutero para que alcanzara un título de doctor en teología, pero sólo accedió
a una licenciatura en teología. Terminó ese grado en su primer año en Wittenberg.

A pesar de que Melanchthon permaneció siendo un laico, él y Lutero fueron amigos muy
cercanos por el resto de sus vidas. No estaban de acuerdo en todo, pero eran mutuamente
leales y admiraban y dependían de los dones que el otro había recibido. Melanchthon fue
el sistemático en la teología de Lutero. Lutero una vez dijo: «nací para ir a la guerra y dar
batalla a las sectas y demonios. Es por ello que mis libros son tormentosos y belicosos…
Pero el maestro Felipe viene suave y pulcramente, cultiva y planta, siembra y riega con
placer, ya que Dios le ha dado en abundancia los talentos.»

Se lo conoce como el Preceptor Germano por su rol en la formación del sistema educativo
de Alemania y también por su Loci Communes, un libro de teología luterana organizado por
contenidos. Lo más notorio es que él fue el autor de la Confesión de Augsburgo, la
explicación principal de la fe luterana y uno de los documentos principales de la Reforma
Luterana.

En la primavera de 1530 el emperador convocó una dieta que tendría lugar en Augsburgo.
Lutero, Melanchthon y su compañero reformador Juan Bugenhagen se pusieron en camino
hacia Augsburgo. Lutero no pudo asistir en persona porque el Edicto de Worms lo había
convertido en un bandido en esa parte del país. En vez de ir allí, se quedó en Coburgo para
sentarse y elucubrar mientras los demás partieron viaje. El 25 de junio, el canciller Beyer
leyó en voz alta la Confesión de Augsburgo al emperador Carlos V en la Dieta de Augsburgo.
Aquí, los príncipes protestantes de Alemania jurarían lealtad a las Confesiones.

A menudo, los historiadores hablan sobre el deseo de Melanchthon de unificación tanto


con católicos como con calvinistas. A veces es descrito como alguien de carácter débil en su
defensa a las enseñanzas de Lutero, con la esperanza de encontrar un terreno en común
con diferentes puntos de vista. Con el paso del tiempo, modificó sus obras anteriores,
incluyendo la Confesión de Augsburgo. Esto provocó la ira de los que no estaban de acuerdo
con sus alteraciones. Hasta el día de hoy, congregaciones en la Iglesia Luterana – Sínodo de
Misuri se suscriben a la Confesión de Augsburgo Inalterada, en inglés ICA. Estas letras
pueden ser encontradas en la piedra angular de su iglesia.

Lutero termina finalmente aplicando su esquema «Dios-demonio» de manera vehemente


e impetuosa contra todos los grupos, direcciones y corrientes, que no se posicionaban en
pro de su línea o que no acataban por entero sus dictámenes. Lo cual tuvo consecuencias
especiales en los campesinos rebeldes y en sus líderes. A Lutero le pareció la demonización
de esta gente acosada el medio más idóneo para convencer y animar a la autoridad estatal
a emplear los métodos más duros y contundentes contra los campesinos: «Nada más
venenoso, dañino y demoníaco que esta gente, que sólo impulsan actividades satánicas»,
«que sirven al demonio bajo la apariencia de Evangelio», «de ahí que se merezcan una y mil
veces la muerte corporal y espiritual, «son peones del demonio» y «conforman una
federación satánica de maldad y perdición».

Lutero piensa que ya no queda un demonio en el infierno, todos anidan y operan en los
campesinos. «Hay que huir de ellos como del mismo demonio».

Una vez establecida la identificación entre campesinos y demonio como paradigma del mal
en sí, del mal insuperable, y luego de inculcar a la autoridad destinataria las
recomendaciones de Lutero únicamente cabía a los príncipes civiles o huir ante los
campesinos o destruir y aniquilar el satánico pacto campesino. Lutero imparte con toda
seriedad y rigor -aparte de la recomendación de huir- la divisa de aniquilar a los campesinos:
«Quien puede y quiere ahogar a un rebelde hace bien en ejecutarlo, puesto que ante un
rebelde público toda persona es dos cosas: juez y verdugo. Igual que pasa con un fuego, que
el mejor es quien primero lo sofoca… De igual manera aquí, quien pueda debe destruir,
ahorcar y asesinar, en secreto o en público… Como ocurre quien se ve obligado a matar un
perro rabioso… Un cristiano piadoso debiera sufrir cien veces la muerte, si fuera menester,
antes de aceptar lo más mínimo en el tema de los campesinos».

Lo que Lutero promueve aquí con impulso desatado es el peor linchamiento, legitima a
cualquier enemigo de los rebeldes actuar como juez y verdugo.

Pero aún más rabioso que contra los campesinos rabia Lutero contra sus líderes ideológicos,
en particular contra Thomas Müntzer. No extraña, por tanto, que utilice contra Thomas
Müntzer, con más inquina todavía si cabe que contra los campesinos el arma más
discriminadora de la religión, pervertida por el poder: la satanización en nombre de Dios,
Dios que únicamente habla por boca de Lutero. La carta de Lutero a los príncipes de Sajonia
sobre el espíritu levantisco (julio 1524) es un panfleto difamatorio y sin igual contra
Müntzer, ordenando a la nobleza sajona eliminar violentamente al «Satán maldito de
Allstedt», como cuidaba denominar a este líder revolucionario de los campesinos, a Thomas
Müntzer.

Lutero piensa que ya no queda un demonio en el infierno, todos anidan y operan en los
campesinos. «Hay que huir de ellos como del mismo demonio».

Una vez establecida la identificación entre campesinos y demonio como paradigma del mal
en sí, del mal insuperable, y luego de inculcar a la autoridad destinataria las
recomendaciones de Lutero únicamente cabía a los príncipes civiles o huir ante los
campesinos o destruir y aniquilar el satánico pacto campesino. Lutero imparte con toda
seriedad y rigor -aparte de la recomendación de huir- la divisa de aniquilar a los campesinos:
«Quien puede y quiere ahogar a un rebelde hace bien en ejecutarlo, puesto que ante un
rebelde público toda persona es dos cosas: juez y verdugo. Igual que pasa con un fuego, que
el mejor es quien primero lo sofoca… De igual manera aquí, quien pueda debe destruir,
ahorcar y asesinar, en secreto o en público… Como ocurre quien se ve obligado a matar un
perro rabioso… Un cristiano piadoso debiera sufrir cien veces la muerte, si fuera menester,
antes de aceptar lo más mínimo en el tema de los campesinos».

Lo que Lutero promueve aquí con impulso desatado es el peor linchamiento, legitima a
cualquier enemigo de los rebeldes actuar como juez y verdugo.

Pero aún más rabioso que contra los campesinos rabia Lutero contra sus líderes ideológicos,
en particular contra Thomas Müntzer. No extraña, por tanto, que utilice contra Thomas
Müntzer, con más inquina todavía si cabe que contra los campesinos el arma más
discriminadora de la religión, pervertida por el poder: la satanización en nombre de Dios,
Dios que únicamente habla por boca de Lutero. La carta de Lutero a los príncipes de Sajonia
sobre el espíritu levantisco (julio 1524) es un panfleto difamatorio y sin igual contra
Müntzer, ordenando a la nobleza sajona eliminar violentamente al «Satán maldito de
Allstedt», como cuidaba denominar a este líder revolucionario de los campesinos, a Thomas
Müntzer.

Le insulta y desacredita con epítetos como «espíritu devorador del mundo», «demonio
mendaz», «Satán por antonomasia», «espíritu mendaz», «demonio expulsado», aludiendo
con ello a su expulsión de Zwickau. En palabras de Lutero Müntzer carece de legitimación
divina, por eso habría que eliminarlo de modo violento de la «alianza» de Dios con los
escogidos. Se amotina como si él sólo fuera el pueblo de Dios, actuando sin mandato y
autorización de Dios, aunque dice responder a su espíritu». «Sería incomprensible y no
cabría disculpa ni ante la gente ni ante el mundo si los príncipes tuvieran que soportar y
padecer los puños levantiscos y criminales». En otros escritos las acusaciones y vejaciones
de Lutero para con su gran enemigo son aún más desmedidas y desatadas. En su
«Amonestación por la paz en los doce artículos del campesinado de Suabia» califica a
Müntzer de «profeta bribón», «príncipe de los demonios, que gobierna en Mühlhausen y
no hace otra cosa que robar, asesinar y derramar sangre»; en el escrito «Contra las bandas
de campesinos ladronas y asesinas» le denomina «asesino desde el inicio». Por último y
para mal Lutero redacta de nuevo un escrito contra Müntzer, preñado de odio, que lleva
por título: «Una terrible historia y un juicio divino sobre Thomas Müntzer»

El francés Juan Calvino (1509-1564) es considerado el más destacado teólogo de los


pensadores y propulsores de la Reforma Protestante. ... El más importante es el conocido
tratado, llamado: “Institución de la Religión Cristiana”, por ser la guía principal de la
catequesis de los del movimiento protestante.
El histórico evento que se conmemora de los 500 años del inicio del movimiento renovador
de la religión católica por Martin Lutero, no puede dejar de remembrar al preeminente
teólogo Juan Calvino; pues, él fue quien dio el formato doctrinal e institucional al
movimiento de la Reforma Protestante
Este erudito de la teología cristiana es señalado como el más consistente pensador de la
ciencia de Dios, por su forma sencilla, directa y fundamental sobre lo que contienen las
Santas Escrituras acerca de la Divinidad de lo que creen y adoran los cristianos.
El aporte de Juan Calvino a la doctrina cristiana formula las directrices esenciales que
confirman y exponen la plataforma de las normas de la fe y practica confesional del
protestantismo. El despliegue de su conceptualización de la soberanía, plan de redención y
salvación de Dios, le ha ganado de manera absoluta, el reconocimiento de ser el verdadero
ideólogo del movimiento reformador de la religión cristiana. Los elementos presentados
con erudición y conocimiento de las lenguas de la Santa Biblia, sirvieron para concretar la
forma de concebir el proyecto del plan del Creador para la redención y salvación del mundo.
La obra literaria-teológica-doctrinal de Calvino, está en cuatro libros que produjo y siguen
un proceso natural y bíblico. El más importante es el conocido tratado, llamado: “Institución
de la Religión Cristiana”, por ser la guía principal de la catequesis de los del movimiento
protestante. Estas obras se conocen como Doctrina Calvinista por ser el conjunto de puntos
teológicos que, de manera influyente y permanente, han modelado comunidades de la
religión de la Reforma Protestante, y que aún son cultivados en sociedades seculares que
abrazan la manera de pensar y actuar civilmente.
Más que una voz protestante, Calvino es un maestro nato de la pedagogía y divulgación del
credo de los que aceptan y confirman su fe en Jesús el Cristo. Esto es así, porque construyó
la zapata fundamental de la obra reformadora; y porque levantó de manera sistemática las
columnas que sostienen el techo de las creencias de las doctrinas del protestantismo.
Son cinco los puntos más destacados de la Doctrina Calvinista. Se puede citar estos de
manera simplificada:
 Depravación total. Énfasis en la gracia soberana de Dios, porque el ser humano está
totalmente depravado de la naturaleza moral y necesita ser rescatado y salvado por la
intervención divina, y solo Jesucristo puede ofrecer esa gracia. (Romanos 3:10-12). Toda
persona depende enteramente de la misericordia de Dios.
 Elección incondicional. Por su condición de depravación moral, el ser humano está ciego,
prisionero, muerto, y solo el favor divino puede hacer que “nazca de nuevo”, y para eso es
elegido para cumplir el propósito de Dios. (Romanos9: 11-13)-
 Expiación limitada. Este tercer punto es central en el concepto teológico de Calvino. Para
él la expiación es la verdad central del evangelio y el propósito de la muerte de Jesucristo
en la cruz. Reconoce que Cristo murió para salvar a todo ser humano; sostiene que Cristo
no murió para salvar a nadie en particular; más, Cristo murió para salvar cierto número de
almas a esto le llama la expiación limitada.
 Gracia irresistible. Este punto de afirmación del teólogo lo explica diciendo que: “cuando el
Espíritu llama a una persona por su gracia divina, ese llamamiento es irresistible, no puede
ser frustrado, es la manifestación irrevocable de Dios.
 Perseverancia de los santos. Dado que el ser humano está en total depravación, hay
necesidad incondicional, y expiación limitada. En esos casos, Dios hace el llamamiento eficaz
y da poder al individuo de permanecer en santidad.
Juan Calvino aprovecho la circunstancia del momento para organizar escuelas, seminario y
programas de aprendizajes. Con esto se facilita la comprensión de las Santas Escrituras, y
daría pautas de cómo aplicar los principios del evangelio en todas las facetas del mundo.
El propósito de Calvino fue primordialmente para llevar a los catecúmenos y lectores de sus
escritos a solidificar la fe y tener argumentos concretos para enfrentar y reprochar al
enemigo, y los que contradecían lo que se debía creer de la revelación de Dios.
Lo que presentó Calvino, se basó únicamente en el contenido de la Santa Biblia; pues, el
concebía que las Santas Escrituras tenían lo “completo y suficiente” para la salvación. Dada
la formulación teológica doctrinal de la Reforma Religiosa, y con bases en lo formulado por
Calvino, la forma de dogma está enmarcada en cinco frases que sirven como columnas de
la fe y práctica de la mayoría de los protestantes.
Estos son: 1) Sola scriptura (“solo por medio de la Escritura”); 2) Sola fide (“solo por la fe
Dios salva”); 3) Sola gratia (“Solo por la gracia”); 4) Solus Christus o Solo Christo (“Solo Cristo
o solo a través de Cristo”); 5) Soli Deo gloria (“la gloria solo para Dios”).
La doctrina de la “predestinación” fue tratada por Calvino y es el tema más rechazado por
los cristianos de todas las corrientes. La predestinación consiste en que Dios en su soberanía
elige a ciertos individuos para ser salvos. El entendía que la soberanía de Dios no anula la
libertad del ser humano; pero fue enfático en creer y señalar las tres principales citas en
que basaba esta doctrina bíblica: Romanos 8:28-29; Efesios 1:5 y Efesios 1:11.
Calvino sustentaba la posición de que Dios elegía a individuos predestinándolos de
antemano a “condenación o a salvación”, a pesar del libre albedrío. Esta creencia la tenía
también el católico Obispo Agustín de Hipona (354-430), ocho siglos antes del teólogo
protestante.
El tema de la predestinación es una de las doctrinas cristianas más rechazadas por católicos,
anglicanos, ortodoxos y protestantes. Sin embargo, en general, el cúmulo de doctrinas
presentadas por Calvino perdura a través de los 500 años de iniciada la Reforma. Este
conjunto de doctrinas forma parte integral del código que normaliza el pensamiento, la
orientación, y la disciplina de los reformados. Más hay que reconocer que existen múltiples
grupos de cristianos que no tienen concepto, no conocen o ignoran la teología de Calvino
que fue fundamento esencial al momento del comienzo y expansión de la Reforma
Protestante.
La Doctrina Calvinista ha incidido en la forma de pensar, tener disciplina, rectitud de vida,
estímulo para mejorar las relaciones interpersonales, y ayuda para ver el mundo más
realmente en sus múltiples aspectos. Hizo forjar modelos para gobernar y ser autónomo y
autosuficiente. La divulgación y aceptación del conjunto de normativas del movimiento
reformador, favoreció el desarrollo material, espiritual, y cultural de manera notable. Los
conceptos calvinistas han servido positivamente a numerosos países de los más
desarrollados, como son los de la parte norte de Europa, Europa central, Inglaterra, y los
Estados Unidos de América
Ulrico Zwinglio nació el 1 de enero de 1484 en Wildhaus, Suiza. Ulrico era hijo de un
granjero exitoso en el valle de Toggaburg, en los Alpes orientales. Tras enamorarse del
conocimiento por la influencia de su tío, Ulrico se fue a estudiar a Basilea y a Berna, donde
el humanismo estaba en pleno furor. Después de graduarse de la Universidad de Basilea en
1506, se convirtió en párroco en la aldea de Glarus.

Desde el principio, Zwinglio tomó en serio sus deberes sacerdotales. Más tarde escribió:
"Aunque era joven, los deberes eclesiásticos me inspiraron más miedo que alegría, porque
sabía, y sigo convencido de que daría cuenta de la sangre de las ovejas y que perecería como
consecuencia de mi descuido". El sentimiento de responsabilidad por su cargo motivó el
creciente interés de Zwinglio en la Biblia.

En una época en que los sacerdotes a menudo no estaban familiarizados con las Escrituras,
Zwinglio quedó fascinado con ellas después de comprar una copia de la traducción del
Nuevo Testamento de Erasmo de Rotterdam (1466-1536). Comenzó a aprender griego por
su propia cuenta utilizando el Nuevo Testamento en griego mientras memorizaba largos
pasajes.

Zuinglio publica en 1525 su confesión de fe (De la verdadera y la falsa religión). Su teología,


coincidente con la de Lutero en muchos aspectos básicos, opera de una manera más radical
en otros, como puede ser la cuestión de la eucaristía, al rechazar Zuinglio la presencia real
de Cristo en la comunión. A partir de 1525, la Reforma en Zúrich se completa:

 Se administra la Eucaristía bajo las dos especies,


 Se suprime la misa,
 Se eliminan las imágenes de las iglesias,
 Se decreta la supresión del celibato sacerdotal,
 Se establece y regula una beneficencia para los pobres, financiada con los fondos
obtenidos de la secularización de bienes eclesiásticos.

También podría gustarte