iad se internan Auyero y Bert para lsvar adelante una
Y conturdante: sobre la base de os relate los tastimo
escuela ubicada en a sar dl conus
tuoe obtenidos en el barrio a
apotind
de
a examinan las formas y oe unos de la vilanci on I
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MINN
Javier Auyero y Maria Fernanda Berti
La violencia en los margene:
Una maestra y un sociélogo
en el conurbano bonaerensePree, 2003
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ISBN Expat Se B4S6 2 5
1 Sod. 2. ano 1 Be, Mra Puna
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‘aa acho epetoqpe marae 1.7
indice
7. Prefacio
9 Agradecimientos
15 neocon
27 wAla ver del Rachel: Arguitecto Tas
53. 2.“Entre balas e nacido” —
5 Caled ven
ny. EIERado nls ingens
14s ilogo
157. Apéndice metodoligico
161 Notas
167, Bibliografiatruimos ilustran este dimensin de géncro dela violencia, otras
nos demuestran que, en Arquitecto Tuccsel uso y la amenaza
de violencia ni es monopolio de los hombres, ni se estringe a
Iaconstruccisn de identidades masculnas.
Sonia noduda en uilzar sus patosen gare piblicos-como
cl comedoro las calles cerca desu cas, donde es muy respetada
pporgue, en palabras de una de sus hermanas, “cs brave” pero
no ercela violencia en aus relacones domésticas.“La violencia
sua cadena.” dice Sonia, indole ala imagen de“cadena”
un sentido distint al nuestro pero similar al empleado por los
alumnos de Fernanda: una trayectora de eventos cada ver mis
‘afin en Ia vida de una persona y probablements, de sus
descendentes "Yo coré I eadena con mis hermanos més chi
os... Bs la nica manera de cortar la cadena, No les podés
pega atusijos, porque silo hacés, ellos van a pegarles a tus
nietos Esai... pero se puede cortar.” Tener una disposicion
adquirida hacia el uso de la violencia no significa que, como
bien lo ejemplitca Sona, el comportamiento que esta genera
se reproduzca ys transmita automsticamente de una genera~
«in otra,
Lot actos de violencia (lo deparos lo enfrentamientos ca
Iejeros las violacioneso sus intents, las peleas dentro de la
asa) no son repetimos,fenémenosaislados Como demuestran
cstasreconstrucciones,y como ya hemos dicho,en més de una
‘oportunidad estin etrechamente vinculados Diferentestipos
‘ae violencia se concatenan formando una cadena que conecta
lacalley el hogar la esfera pblica el espacio doméstico, Al-
sgunosde los eslabones de estacadena involueran as aciones,
el aparato estatal. En elmo capitulo de est bro, inspec
cionaremos la relacin entre la particular presencia del Estado
«nla zona yla cadena de violencia,
4
El Estado en los margenes
En Bl proceso cvilizatoro (1994), Norbert Blas postulalaexis-
tencia de una relacion cercana entre la pacifcacién de a vida
olan de wi detevadmds veg y bs wine eam
nes) del Estado que regula normativamente dicho espacio, El
“proceso civliztoro” significa sobre todas as cosas lasustrac-
ciéin de a violencia de avid sail y su rebicacin bajo con-
trol del Estado, Esta intuicion de Elias es particularmente per-
tinente para sumar un eslabén més a ls comprension de las
diversas formas de violencia interpersonal y criminal que de
predan ls vidas de los més pobres.Apropidndonos de su pro-
puesta general y confrontados por la intensficaion dela vio-
Ienciaurbananos preguntamos ;Cémo,cuéndo yproduciendo
qué factosesqueel Estado intervieneen as disputes deloe mis
pobre en los lugares en los que ests viven?
nesta skims parte examinaremos la presencia del Bstada
en la zona y su relacién con lo que, parafraseando a Norbert
io de las descripciones que se hacen en buena parte del conti-
nentede 2onaspabres como “vacfosde gobierno’ abandonadas
pore Estdo, o espacio mlitarizados frmementecontrolados,
por el puno de hiero del aparato esata, nosotros argumenta-
emos por medio dela demostracion empiria,que laaplicaciin
delaley en expacios urbanos marginals come ArquitectoTuce120 | UA WaKENCiN ex Los WARE
cssimultincamente intermitente,slectva y contradictora, St
observamos las formas en as quel Estadoapareceen os mar-
genes urbanos bajo elmicroscopioetnogrétic,demostraremos
ue la violencia se reproduce en la vida cotdiana, en parte,
debidoa esta purticular presencia estatl
Enun articulooyclésico, Guillermo O'Donnell (993:1359)
cxcribis
Imaginemos un mapade coda pais en el quelaséreasde calor
azul designan las éreas en las que hay wn alto grado de pre
sencia dl Btado (en términos dela existencia de un grupo
de barocracinsrazonablementecficacesy de laelicaca de una
legalidadadecuadamentesancionada tanto funcional como
terrtoralmentel color verdeindica un alto grado de pene-
‘wacin territorial yunapresencasigifcativamente més aja
en érminosfancionalesyde clase: el color marr un nivel
‘muy bajo o nulo en ambas dimensiones. |. Bras y Per
«starfan dominados po el marrén,yenla Argentinala ext
sin del marin seria més pequets, pero, situvigramos una
serie temporal de mapas, podriamos ver que esas secciones
smarronee dltimamente han erecido,
Laséreas marrones scala O'Donnell son “regiones neofeud
lizadas” donde la destrucin de a legalidadpriva alos circu-
tos regionals de poder, ncluidas las agencias del Estado, des
‘aimension pubica¥ legal in fas que et Estado nacional ~¥el
‘orden que este respalda~ desaparecen” (ibid). En estas Seas
tenemos una “demacraca con ciudadania de baja intersidad?”
(ibid:1361).£1 de O'Donnell no essolo.unargumento topogré-
fico; es tambien categoril Los paises tienen diferentes colores,
yas poblaciones menos fivorscides son generalmente las més
afectadas
CCampesincs habitantes de brrios pobre, indios, mujeres,
ettera, con frecuencia no logran recibir un rat justo en
Tos trbunales,ni obtener de los organisms del Estado fos
servicios alos que tienen derecho, ni ser protepidos de Ia
violencia politica, etter, (..] En muchas éreas marrones,
los derechos democratic ypartcipaivos de la poliarquia
son rspetados-Pero el componente liberal dela democracie
es violadosistemsticamente, Una situacién en la que uno
puede vota libremente yen la que el voto de cada uno es
contado correctamente pero en la que nose puede esperar
cl trato correcto por parte de a police o en los trbunales
pone severamenteen cuestion el componente liberal de esa
democraciay reduce seriamenteel valor de cudadana (ibid),
‘A pesar de las apariencias, el tertorio de relegacién urbana
donde levamos a cabo nuestra investieacién no es una "zona
‘marron’ ~donde la presencia del Estado es baja o mala sino
algomucho mas complejo, yempiricamente mds difel de desen
trafar. La cuestin en juego como veremos mediante la de
rmostracién etnogréfica-no esladebilidad delFstado sino una
colusién entre poder de polcia y criminalidad que ex anéloga
‘la deserita por Desmond Arias (20068, 2006b) respecto de las
Favela de Rio de Janeiro, En otras palabra, mis que ante un
fracaso del Estado, estamos frentea una atva constelaion de
imcress cuyo resultado es I promocién de la violencia, Para
ponerio en términos mas simples, el escenario que surge de
esto trabajo empirico no es un escenario de abandono es
tata’ sino de conexiones, usualmente clandestinaentreacto-
res extatalesyperpetradorcs de a violencia Enel tereno, esta
colusin” e manifesta en la forma de una presencia estatal
contraictra eletva. En su itermitencia por ota parte,¢1
stado que aparece en Arquitecto Tucei-con patrulljesimpre-22 | ub viene ev cos wanes
Aeciblesy arbitraros~ se asemeja al Estado nicaragiense ana-
lado en detalle por Dennis Kodgers (20000). N0 se ata re
petitnos,deun Estado ausentsinodeunaforma “cuatativamente
diferente de gubernamentadad estatal, basada ena habilidad
deprecipitar reiteradamente,estados de excepcién'localizados
‘mediante redadas aterrorizantes que demuestran simbslica
mente el poder arbitrario dl Estado y que euerzan a separa
clon ente(.] poblaciones ‘alias e‘inalidas™(iid.:335) 0
‘ena sucinta per ihrativa Formula de Rodgers, del"
tado como una panda”
Laviolencia,yadeberiaetar claro abuncda nla vid cotidiana
el barrio: est presente en as calles y en los hogaresy,segin
‘pidimosreconstrir en varias ocasiones un tipo de violencia
‘onlleva oro. Frente ust vulenca persinente veves enc
‘denada, pero nanca“dtris de bastidores” (Elis 1978) sino mis
bien ala vista de todos, nos deberiamos pregunta, junto con el
autor de E proces ivilizatorio,;qué hace el Estado para regular
Jos canilictos interpersonales entre los desposedos? Fl Estado
‘eyalmismo tiempo, unaentidad estructural, macro yabstracta
‘yun conjunto de insttuciones coneretas que actian a nivel
‘micro estabeciendo relaciones cara a cara con los ciudadanos
‘de manera directa inmediata. En esta secin nos concentra=
remosen ete segundo nivel. enel nivel dels précicasestataes,
yydaremos cuenta de algunos de los encuentos rutinaios pero
no siempre Iictos entre los pobres dela zon y algunos oficiales
delaley
Sibien no es el enclaustramiento dentro de una red firme de
‘scents yiigent atin pon pete del apavaty etal fo
efectos de esta presencia fracturada,intermitente y contradic-
toria son similares alos que Laie Wacquant (2007) describe
respecto del ghetto afro-emericano y otros barrios desttuidos
(véase tambien Goffman, 2009): profundiza el abismo socal y
simon Los wincents 1 225
simbdlico que separs alos residentes dela sociedad que los
rodea.Podriamos entonces afiemarque,en Arquitecto Tucci, lo
(quela presencia del Estado creaa diario es un con dén)urbano.
‘una alla profiléctica entre poblaciones.
‘Antet de come, qoereroce dja ex clare uns Ertan
‘que tiene elmaterialque presentaremeos acontinuaciény formu
larunaadvertencia Documentaremos algunos deloshechos que
‘no fueron elatados durant estos dos ats y medio, A diferen
cia deo narrada hasta aqu~y por motivos que sen evidentes
aladentearnos en as historas-,no hemos podide corrobocae
‘mediante I observacin directa mucho de lo que los vecinos
contaron. Como no fuimos capaces de “triangular” los datos,
‘optamos porla"acumulacion” de informacidn, yenestesentida,
lareconstrucién de a presencia estatal no esti bosada en an
dotas excepcionales sino en la recurrencia de ls relatos. Asi-
mismo, queremos advertir que no es nuestra intencién entrar
ena logicade a acusacién ye enuicamient en efectosno es
‘nuestrataze,y un sl fuera, no tenemos prebas suficientes
presentar algunas
‘comprender la participacion del Estado, como acto colectivo,
cena reproduccin dela violencia
torias que nos resultanrelevantes para
‘Como mencionamos al comienzo de este libro la feria de La
Salada seubica enunode losmargenes del barrio, Dos veces por
semana, miles decompradores(lamayoriadeclase bay media-
baja dela region metropoltana de Buenos Aires pero también
del resto del pats) concurren a este masivo mercado informal
‘para vender y comprar (en su mayoria) ropa yaparatoselectré-nicos pequeios, Millones de pesos en dinero efetivn y men-a
\eriasedespiazan por ls callesde Argiteco Tet! crondoran
sinnimero de oportunidades para delinqie. En estos dias la
‘gendarmeria nacional patra las calle horas entes durante
Tos das de fri. La presencia de numerosos gendarmes ert.
‘mente armados ha transformado el éreaen un espacio mite,
‘izado. Los lctores deben notar la paradoja: La Salada es
‘mercado informal yen buena medidaiegal-yen donde nachos
dle as transaeciones comerciales y dels practic laborales no
faoran de regulacin estatl, pero sufuncionamiento es "pro,
ido" yrepulado porno de ls brazos punitivos de Etelo,
Junto con Ia gendarmeria, la seguridad privada dela feria
Puebla ls calles “hombres y mujeres uniformados, tambien
axonal y rotegidos con chalecosantiblasformando lo que
oshebitantesllaman un “corredor de seguridad” en algunas de
las calles de la zona, por las que se desplazarin los buses com
clientes ylos vendedorescon su mercaderiaparacvitar ero,
‘tados por los “piratas delat”
‘Ahora bien, esta militarizacion dela marginalidad noes cons-
fante,yaque una vex que la fri se ier los gendarmes des
parecen hasta el préximo dia de apertura, Lamalpagada,poco
entrenada y pobremente equipada polica provincial conovia
‘como La Ronnerenspatrlla las cls cua la gendarmeris
‘nacional se retira. Treinta meses de observacineinnumerables
‘onversaciones con ls residentes~nifos,jovenesy aduttons
nen de manifesto ecardctersesgado ycontradictorio de una
intermitente aplicain dela ley. Confiamos en qu la serie de
potas de wampo que presentamos a continuaciOn descebian
«sta presencia del Estado enol barrio, Todas las notas fueron
‘omadaspor Javier Auyerojuntoa unasistentedeinveetigncion
sina paticipacion de Fernanda odests alums yalumeas,
fn otra de las escuela dela zona yen hogares del barrie.
stan ou os mancenes 1 235
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nas nots decarpo, vier eis en eptiembre de 2010
elas de Jl as), lum de ext grado cyo padre
SSunpotiraguetebajach La onaeenss Durante primer
rece lepide a profsoracdeeducacion sea que po vor
‘oxenga a neve tesino entra crrecon ss compaees
xe patio Esa prea ver ne canta a profesor en ua
Ee dir Jl: “(Qo lindo car que tenet yee
pests rhe un breve pero reread comentario sobre el
‘con delspoiaenlazont"Mipapamelo di Slo sad
tos chorrs.Viocuande los poligaspnen ales laones
‘ontrala pare y loc evant Buen, ale cuendo mi pep
Ie sca fo ellares inert droga oa or de
uel Toque to pars A mi me real et cll.
xt bo, no? a
a forma natural sprencpada en lng Jin descrti
tong dl cet sere que no conera qu ayaa
imbensaonedemuie chan cena
racapecilarsobrelislecones dec penis po lisn
Cada er que ech hs haa de su pe (91 gue an
Piaget denomiaria la consraccion del juico moral) Nos
resco goes hntora nos ie sore nfm contac.
tora enlaqueclExado se insna ena vide deo pubes
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prominent nla qo aplcacn delay oper eel bari
1a pies artta come a braze eepestve conte
eto también act, sepin los vecinos, como perpetradora del