LA METAFÍSICA Y LOS ORÍGENES DE LA CIENCIA MODERNA

CIENCIA: DESCARTES Y LA IMPORTANCIA DE LAS

LAS LEYES DE LA NATURALEZA

Diana Laura 4BTI

FISICA I
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CIENCIA: DESCARTES Y LA IMPORTANCIA DE LAS
LAS LEYES DE LA NATURALEZA
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La metafísica busca laborar la teorización ya sea semejante a los hallazgos de las ciencias. ¿Qué clase de
entendimiento nos ofrecen las teorías que son repensados? ¿Pueden los instrumentos epistémicos de la
metafísica, como por ejemplo la intuición, la investigación conceptual y las idealizaciones (no matemáticas),
generar entendimiento de la realidad? ¿Depende el alcance epistémico de las teorías metafísicas de nuestras
propias mejores teorías científicas actuales? En la primera mitad del siglo XX conllevó un pesimismo rotundo
respecto de la probabilidad de la metafísica científica. En los años 60 y del 70, los trabajos de Wartofsky y
Agassi revivieron el plan de articular un estilo de averiguación metafísica que tuviese un espacio propio en las
directivas del saber. Por un lado, dice que la metafísica no únicamente cuenta como una heurística para la
formación de teorías y resolución de inconvenientes en ciencia. Recientemente, la MC se convirtió en una
subdisciplina prominente. En una secuencia de conferencias, el filósofo de la física Michael Redhead ofertó
prueba substancial para proteger la tesis de que “la física y la metafísica confluyen en un todo homogéneo,
maneras. Los escenarios a este respecto son diferentes. La metafísica auxilia a la práctica científica
examinando la probabilidad de llevar a cabo entre los múltiples dominios de teorización científica y dando
cuenta de las fuentes y los parámetros de la ontología. Un caso interesante es el de las ideas de Aristóteles
sobre la sustancia, la causalidad y el desplazamiento, que impulsaron fructíferamente la especulación
medieval tardía y la indagación científica de la era complementó la concepción newtoniana de tales entidades
en su construcción mecanicista de la verdad. La ciencia ha tenido un efecto negativo sobre la metafísica, en el
tamaño en que fases de su historia tienen la posibilidad de leerse como son ejemplos actuales de científicos
que critican la especulación metafísica sobre la naturaleza, de las leyes físicas y las visiones filosóficas sobre
las leyes de la intuiciones (filosóficas) acerca de cómo funciona la naturaleza fallan eventualmente, mientras
que el segundo sostiene que las intuiciones filosóficas son turbias e irrelevantes cuando se las compara con los
éxitos deslumbrantes de la física y de las matemáticas. Hablaremos sobre el minimalismo metafísico
extremista que puede formularse en una versión débil y en otro profundo. En esto, la versión extremista del
minimalismo metafísico colinda con la versión moderada. No obstante, el minimalismo metafísico extremista
enfatiza que una vez que hablamos de enunciados metafísicos particulares, si ellos no son plausibles a la luz
de nuestra mejor ciencia presente, poseemos que descartarlos por esta sola razón en el tamaño en que no
representan una línea de indagación posible a partir de una visión científica. La versión profunda, sin
embargo, enfatiza el espíritu naturalista, proponiendo que las teorías metafísicas deben restringirse a la
averiguación de las entidades inobservables que introducen nuestras propias superiores teorías científicas
accesibles. Conviene resaltar que ni una de ambas variantes de la tesis primordial del minimalismo metafísico
extremista ofrece la adopción de una postura escéptica respecto de la viabilidad de la metafísica. Ilustremos el
giro naturalista del minimalismo metafísico extremista refiriendo a distintas alternativas para evaluar la
relevancia de las teorías metafísicas en ciencias.

a) Optimismo: Hay casos efectivos en los cuales el involucramiento de una teoría metafísica en una teoría
científica empíricamente exitosa nos ofrece una razón para pensar que tal teoría metafísica es verdadera.

b) Pesimismo moderado: Aun cuando podamos concebir que es posible cierto tipo de involucramiento de una
teoría metafísica en la ciencia, no encontramos tales casos en la historia reciente de ambas disciplinas.

c) Pesimismo radical: El involucramiento de una teoría metafísica en una teoría científica empíricamente
exitosa no cuenta como una razón para creer que la primera es verdadera. Los defensores de la teoría
conjugada del tiempo y de la existencia sostienen que la existencia es relativa al tiempo, afirmando, entre otras
cosas, que solo lo que es en el presente existe. Los defensores de la teoría

¿Qué es la metafísica de la ciencia?

En este sentido, la teoría particular de la relatividad puede manifestarse como un caso a favor de la teoría no
conjugada. Nuestro estudio nos posibilita asegurar que la teoría no conjugada concuerda de mejor forma con
la teoría particular de la relatividad si se la compara con la concepción conjugada. No obstante, el argumento
de Esfeld no aborda la cuestión de si el involucramiento de una teoría metafísica en la teorización científica

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cuenta como prueba para admitir que la primera es verdadera (Tal vez esto último resulte ser una efecto
indirecta de su iniciativa. Sea como fuere, lo cual nos muestra el ejemplo es un caso en el que una discusión
metafísica podría ser dirimida teniendo presente las superiores teorías científicas accesibles en la zona,
confirmando tal cual la iniciativa general de que las afirmaciones ontológicas en metafísica dependen en
última instancia de la ontología científica.El segundo ejemplo dice interacción con la viabilidad de la MC
avanzada por el realismo óntico estructural en vistas de la mecánica cuántica. En vistas de la segunda labor, la
MC del realismo óntico estructural dice que la mecánica cuántica es la exclusiva área de la ciencia madura
que aspira restringir todos los valores de mediciones probables en el mundo en cada una de sus escalas
informacionales.En este entorno, se lidia con preguntas sobre la composición ontológica importante de la
verdad, de la misma forma que es descrita por la mecánica cuántica, en especial relacionadas con
inconvenientes relativos a los sistemas en superposición y a los métodos de medición. En especial, se da una
interpretación de los supuestos ontológicos que operan en la mecánica cuántica que nos conduce a la
postulación de una realidad que es irreduciblemente estocástica. Cabe tomar en cuenta el trasfondo filosófico
del realismo óntico estructural, que está inspirado en las ideas de Peirce sobre las conjeturas, las leyes de la
naturaleza y la psicofísica de finales del siglo XIX.La idea de premisa iniciativa por Peirce es protagonizada
como un método que da explicaciones y un incremento cualitativo del entendimiento. Además, la entrada que
poseemos a las leyes de la naturaleza en mecánica cuántica es estadístico, revelando el carácter estocástico de
la verdad. Al final, el interés de Peirce en la psicofísica lo condujo a reinterpretar las características de las
frecuencias no como características de segundo orden de los juicios, sino como las características primordiales
de la verdad que conforman su composición.En breve, la iniciativa peirceana, junto al entendimiento
conveniente de las fronteras científicas y filosóficas de la mecánica cuántica, permiten continuar una
concepción irreduciblemente estocástica de la verdad, a saber: el planeta es concebido como la integridad de
los datos estadísticos no redundantes, vale mencionar, como la ola (wave) indefinida de patrones que la
ciencia encuentra en el tamaño en que se alarga la indagación. En conclusión, la relación cercana y descriptiva
entre el realismo óntico estructural y la práctica científica presente posibilita que esta iniciativa represente una
elección llamativa en los debates recientes en MC.

Las leyes de la naturaleza según descartes:

Las leyes de la naturaleza, en su sentido nuevo, poseen su origen.Al inicio voy a esclarecer dicho sentido
nuevo, qué supone que son la codificación de las regularidades de la naturaleza con una composición
matemática, inclusive con implicaciones teológicas. En este sentido es viable localizar su origen en un espacio
concreto: en el naciente mecanicismo desarrollado durante el siglo XVII. Descartes expone la necesidad de
unas razones explicativas de los fenómenos naturales que cumplan con el criterio de certeza y prueba. Al final
voy a evaluar cómo el enfoque nuevo y cartesiano de las leyes de la naturaleza se prueba en la operatividad de
la nueva física-matemática para describir los principios de los fenómenos, y en la necesidad de calcular con
exactitud los fenómenos naturales. Los filósofos sostienen que la naturaleza de su movimiento es poco
conocida y, para hacerla inteligible de algún modo, no han sabido explicarla más claramente que en estos
términos: Motus est actus entis in potentia, prout in potentia est. “Términos que son para mí tan oscuros que
me veo obligado a dejarlos en su lengua, pues soy incapaz de interpretarlos. (Y en efecto las palabras el
movimiento es el acto de un ser en potencia, en tanto que está en potencia no son más claras porque estén en
francés.) Por el contrario, la naturaleza del movimiento del que hablo es tan fácil que los mismos geómetras –
quienes, entre todos los hombres, más se han dedicado a concebir distintamente las cosas que consideran- la
han juzgado más simple y más inteligible que la naturaleza de sus superficies y líneas. (Descartes,
1989).Descartes aquí pone en prueba su aversión por la física clásico, en el sentido que la concibe como algo
oscuro, especulativo, cualitativo y complejo; una física apoyada en el sentido común y en abstracciones
filosóficas conocidas como “cualidades ocultas”, que convencionalmente fueron un recurso para describir los
fenómenos naturales. Declara una elección favorita: la geometría, que podría ser la ciencia sobre la que
fundamentaría toda su iniciativa. Descartes pretenderá derogar la física aristotélica con su iniciativa
actualizada, para lo que toma como base y modelo las explicaciones de la geometría, disciplina que –en
contraste- tiene simplicidad, claridad, exclusión, certeza. Las leyes cartesianas según los Principios de la
filosofía son estas: “Primera ley de la naturaleza: cada cosa permanece en el estado en el que está mientras que

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nada modifica ese estado” (Descartes, 1995).“Segunda ley de la naturaleza: todo cuerpo que se mueve tiende a
continuar su movimiento en línea recta” (Ibíd.).“Tercera ley de la naturaleza si un cuerpo en movimiento
choca con otro más fuerte que él, no pierde nada de su movimiento¸ ahora bien, si encuentra otro más débil y
que puede mover, pierde tanto movimiento como comunica al otro” (Ibíd.). Ya planteadas las leyes, se puede
ver que permanecen en relación con el desplazamiento de los cuerpos, por lo que además es válido
identificarlas -sobre todo ambas primeras- con un estado ideal, abstracto o metafísico, en el que un cuerpo
humano está abandonado en el permanecen determinados por choques entre los cuerpos, situación que es
notable en la variedad de los fenómenos naturales que se perciben en el planeta material. De aquí nace
claramente la necesidad de codificar las uniformidades, a saber, formular las razones para que este planeta
material funcione con regularidad y se conserve. Se basa en plantear dicho estado ideal o metafísico de las
leyes, para después plantearlas como postulados racionales que van a servir como causa general de todos los
movimientos y demás fenómenos físicos. Esto lo sostienen los autores Daston y Stolleis en su artículo
Natural law and laws of nature in early modern Europe (2008): “las leyes del desplazamiento son conocidas
de forma análoga a las verdades matemáticas” y como resultado de eso son tratadas en un sentido importante
y mundial, así mismo ya planteadas las leyes, se puede ver que permanecen en relación con el desplazamiento
de los cuerpos, por lo que además es válido identificarlas más que nada ambas primeras con un estado ideal,
abstracto o metafísico, en el que un cuerpo humano está abandonado en el proceder cartesiano se apoya en
plantear dicho estado ideal o metafísico de las leyes, para después plantearlas como postulados racionales que
van a servir como causa general de todos los movimientos y demás fenómenos físicos. Esto lo comprueban
los autores Daston y Stolleis en su artículo Natural law and laws of nature in early modern Europe (2008):
“las leyes del desplazamiento son conocidas de forma análoga a las verdades matemáticas” y como resultado
de eso son tratadas en un sentido importante y mundial así mismo John Henry (2000) lo reconoce: “Todas las
explicaciones mecanicistas se desprenden de las leyes de la naturaleza”; lo cual en impacto le atribuye una
reivindicación dentro del sistema: las leyes poseen una composición matemática que sustenta todos los
fenómenos. Newton. No obstante, Descartes delimitó el concepto de ley natural solo a estos principios
universales de carácter matemático y divino. Para otros criterios del ámbito particular y local utilizó otros
términos, por ejemplo “las reglas de la colisión”.19 Por otro lado, hay que resaltar que fue él quien inauguró
una nueva forma de aplicar la teología, Descartes “secularizó” la teología en términos de Funkenstein,20 lo
que quiere decir que Dios pasó a ser tratado como un fenómeno natural. Ya explicado el tratamiento que
tuvieron estas leyes dentro de la filosofía natural de Descartes, es preciso referirse a otros tratamientos que ha
tenido el concepto de ley natural, con el fin de esclarecer por qué el uso que hace Descartes de este concepto
ha de ser considerado como moderno. El término de Ley natural también fue relacionado con otras disciplinas.
En primer lugar, puede surgir una diferencia semántica, cuando se habla de Ley natural el concepto está
relacionado con la jurisprudencia, con la moralidad, con una ley que rige los actos humanos; mientras que, en
segundo lugar, cuando se habla de leyes de la naturaleza, está relacionado con la física, precisamente el
contexto que se argumentó anteriormente. Sobre el asunto de la jurisprudencia cabe citar a Francisco Suárez
quien define: “una ley es una regla universal, justa y constante lo suficientemente conocida”, un tipo de leyes
propias a la naturaleza humana que rigen su conducta. Entre los elementos comunes con las leyes físicas está
el hecho de que estas leyes provienen igualmente de Dios, es decir, también tienen su rasgo teológico: Dios
actúa como el “legislador supremo” y es quien proclama las leyes para la humanidad. Otro tratamiento de las
leyes distinto al de Descartes ocurre a lo largo del siglo XVII, Descartes al parecer implantó la necesidad de
utilizar leyes para comprender las regularidades de la naturaleza, pensadores como More, Huygens, Wallis,
Boyle, y Newton, utilizaron enfáticamente este concepto. No obstante, y pese a que Descartes planteó un
“lenguaje de leyes”, este sólo llegó a tener una influencia formal, es decir, su sistema no tuvo mucha acogida,
y las mencionadas leyes fueron utilizadas en un contexto diferente por otra disciplina: la filosofía existencial.
Las leyes comenzaron a ser usadas en el lote empírico, lo cual les otorgaría una base experimental, puesto que
se formulaban de consenso al resultado de determinados experimentos. En la filosofía empírico era bastante
común ver distintas leyes particulares de definidos acontecimiento, ya su implementación era bastante práctica
y singular, por esto ha sido evidente que Newton propusiera leyes específicas y distintas: las leyes planetarias,
las leyes del péndulo oscilante, las leyes de la condensación, las leyes del fluido flexible, y la revolucionaria
ley. La idea actualizada de leyes naturales abierta por Descartes ha podido proyectar ciertos recursos, entre
ellos la necesidad de unas explicaciones de la regularidad de los fenómenos naturales, el trabajo de las
matemáticas y la geometría, y la necesidad de un soporte metafísico para la ciencia que ha sido la inmanencia

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de Dios. El claro y diferente de el motivo humana, proyectada a los fenómenos naturales y su causa, que como
se mencionó es Dios como causa eficiente. No obstante es notable que el sistema cartesiano no tuvo mucho
efecto contextual en la filosofía empírico, la cual concluyó consolidando la física actualizada. El ideal de
ciencia aristotélico que reclamaba unas razones objetivas para describir los fenómenos naturales, la necesidad
ha sido solucionada debido a las leyes de la naturaleza, teniendo presente el enfoque nuevo que Descartes
trató de darle. Al final las leyes evolucionaron en la filosofía empírico adquiriendo una faceta más operativa y
evidente, que pudiera sintetizarse en lo que conocemos como ley de inercia, o primer axioma del movimiento
en los Principios matemáticos de la filosofía natural de Newton, la obra donde se consolidarían finalmente los
frutos de la revolución científica del siglo XVII y que consecuentemente inauguraría la física moderna.