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INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente la Constitución ha sido definida como la ley suprema de un


país, aquella que regula su funcionamiento, establece la división de poderes y limita
sus alcances, además de contemplar los derechos y deberes de los ciudadanos y las
garantías constitucionales. Por estar contenida en ella la organización estatal y las
prerrogativas inherentes de los ciudadanos, la constitución posee supremacía dentro
del ordenamiento jurídico positivo de un Estado, siendo por ello nulo de pleno
derecho toda ley, decreto, y/o acto que sea contrario a los principios y valores que en
ella se contemplan.

En tal sentido, el presente material, que tiene por nombre “Análisis


Comparativo entre la Constitución de República Dominicana y la Constitución de
México”, pretendo precisamente eso, analizar las disposiciones de ambas
constituciones e identificar las similitudes y diferencias entre ellas, para de esa forma
percibir todas las ventajas y utilidades que ello conlleva.

Utilizando el método comparativo partiremos desde el proceso histórico de


ambas constituciones, adentrándonos en una comparación exhaustiva y detallada de
la parte dogmática de ambas constituciones, analizando el régimen de nacionalidad,
extranjería, ciudadanía y de los derechos fundamentales que las mismas reconocen.
Sin embargo, no nos detendremos en la parte dogmática, sino que avanzaremos
hasta el detalle de las disposiciones constitucionales de ambos países en su parte
orgánica, mostrando, sobre todo, las diferencias entre la organización y ejercicio del
poder en ambos países. Cabe destacar que no solamente nos limitaremos a una
mención de las disposiciones de ambas constituciones, sino que también
comentaremos y analizaremos de la forma más lógica y razonable posible sus
preceptos. Finalmente, detallaremos el proceso de reforma de ambas constituciones,
desde el punto de vista de la teoría de la rigidez constitucional.

En fin, estamos convencidos de que cualquier persona que lea el presente


material obtendrá una panorámica amplia del orden constitucional de la República
Dominicana y los Estados Unidos de México, adquiriendo valiosos conocimientos.
I. ASPECTOS HISTORICOS Y GENERALES DE LAS
CONSTITUCIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y
REPUBLICA DOMINICANA

1.1 Antecedentes Históricos

1.1.1 Historia de la Constitución de la República Dominicana

La Constitución de la República Dominicana es la normativa suprema, la


misma se encuentra en la cúspide del ordenamiento jurídico positivo del Estado, siendo
por esto nulo de pleno derecho, cualquier ley, decreto, resolución o reglamento que
vaya en contra de sus principios y valores. En el mismo tenor, la Carta Magna
determina la organización estatal, la forma de gobierno y regula los poderes públicos
de la nación, además de contemplar los derechos fundamentales inalienables de los
ciudadanos como sus respectivas garantías.

Desde sus orígenes como colonia hasta aun siendo un Estado soberano la República
Dominicana siempre se ha sido influenciada por otras naciones, repercutiendo por ello
en aspectos sociales, culturales, políticos y jurídicos.

Si analizamos con detenimiento la historia de la nación dominicana vemos como paso


de ser colonia de España a ser colonia de Francia, de ser casi un país miembro de la
Gran Colombia a sucumbir ante la nación haitiana. De todos los aspectos que definen a
la nación, el jurídico fue uno de los más susceptibles a cambios como producto de
todos los sucesos mencionados.

Cabe resaltar que los constituyentes al momento de redactar la constitución se


encontraban influenciados por las ideas liberales propias de la época. Algunos,
inclusive, conocían de la Constitución de los Estados Unidos.

Así, la primera Carta Magna de la República Dominicana surge el 6 de noviembre


de 1844, en la ciudad de San Cristóbal, teniendo como fundamento el documento
confeccionado por los Trinitarios el 16 de enero del mismo año, el cual contenía la
forma del nuevo régimen de gobierno luego de consumarse la separación de Haití.

Entre las constituciones que sirvieron de modelo para elaborar la dominicana, están:
La Constitución de Estados Unidos de 1787
 La Constitución Francesa de 1795
 La Constitución de Cádiz 1812
 La Constitución Haitiana de 1816 y de 1843.
Con 277 artículos y 20 disposiciones, la Carta Magna dominicana ha sido objeto de 39
modificaciones desde 1844.
1.1.1 Historia de la Constitución de México

El 7 de agosto de 1901, los hermanos Flores Magón fundaron el periódico


jurídico de México Regeneración, desde el cual criticaban la corrupción del sistema
judicial del régimen del general Porfirio Díaz, lo que los llevó a la cárcel. En 1902, los
Flores Magón y un grupo de liberales arrendaron el periódico El Hijo del Ahuizote.
En 1903, en el cuadragésimo sexto aniversario de la Constitución de 1857, el personal
del periódico realizó una protesta con el lema "La Constitución ha muerto". Ese
mismo día, Flores Magón publicó en el mismo periodo una nota que decía: "todo aquel
que esté libre de pecado que arroje la primera piedra acerca de la Constitución", y parte
del texto decía: "Cuando ha llegado un 5 de febrero más y... la justicia ha sido arrojada
de su templo por infames mercaderes y sobre la tumba de la Constitución se alza con
cinismo una teocracia inaudita ¿para qué recibir esa fecha, digna de mejor pueblo, con
hipócritas muestras de alegría? La Constitución ha muerto, y al enlutarnos hoy con esa
frase fatídica, protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que con escarnio
sangriento al pueblo que han vejado, celebren este día con muestras de regocijo y
satisfacción".

Al paso del tiempo, las críticas y las condiciones del país desataron diversos conflictos
que, junto al resultado de las elecciones de 1910, dieron como resultado el inicio, el 20
de noviembre de ese año, del conflicto armado conocido como la Revolución
mexicana de 1910.

Según los Tratados de Ciudad Juárez, tras la renuncia de Porfirio Díaz, Francisco León


de la Barra ocupó la presidencia de México interinamente hasta que pudieran llevarse a
cabo elecciones.
León de la Barra entregó la presidencia a Francisco I. Madero, ganador de
las elecciones extraordinarias de México de 1911. En 1913, Madero y
el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados tras el conflicto de la
denominada Decena Trágica, y la presidencia la usurpó Victoriano Huerta.

Venustiano Carranza, por entonces gobernador de Coahuila, formó el Ejército


Constitucionalista y desconoció a Huerta, a quien derrocó en 1914. El nuevo encargado
del poder Ejecutivo expidió el 14 de septiembre de 1916 el decreto para convocar a
un Congreso Constituyente, que sería el encargado de reformar la Constitución vigente
y elevar a rango constitucional las demandas exigidas durante la Revolución, y que
dejó en claro que no se cambiarían la organización y funcionamiento de los poderes
públicos del país.

El 1 de diciembre del mismo año, el Congreso Constituyente abrió sesiones en


el Teatro Iturbide, en la ciudad de Santiago de Querétaro. En la Convocatoria a este
Congreso, fueron excluidos los villistas y zapatistas; sin embargo, fueron las demandas
de estos los que orillaron a los diputados constituyentes a adoptar
un constitucionalismo social; así, el artículo 27 legalizó el reparto agrario –una
demanda que no estaba en los planes originales del movimiento carrancista– por la vía
de subordinar la propiedad privada al interés colectivo.5 El Constituyente contó con
diputados de todos los estados y territorios federales del país, con excepción
de Quintana Roo. Estuvieron representadas ahí diversas fuerzas políticas:
los carrancistas o "renovadores", como Luis Manuel Rojas, José Natividad
Macías, Alfonso Cravioto y Félix F. Palavicini; los protagonistas o "radicales",
como Heriberto Jara, Francisco J. Múgica, Luis G. Monzón, y también los
independientes.
Posteriormente, el 31 de enero de 1917, tras dos meses de debates, el Constituyente
cerró sesiones. El 5 de febrero se promulgó la nueva Constitución, con el
nombre Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que reforma la
del 5 de febrero de 1857, que entraría en vigor el 1 de mayo del mismo año. Ese
mismo día se publicó en el Diario Oficial de la Federación.
Debido a que inicialmente la intención fue reformar la Constitución vigente, la nueva
Constitución tomó como base fundamental los ordenamientos de la de 1857,
especialmente lo referente a los derechos humanos, aunque ya no los menciona como
tales, sino que alude a las llamadas "garantías individuales"; también agregó varios
puntos del Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906 y muchos más cambios
para ajustarse a la nueva realidad social del país. Finalmente, el proyecto de reformar
la Constitución del 57 derivó en una nueva Constitución.

1.1.2 Constitución de México y República Dominicana en el marco del


Neoconstitucionalismo.

El constitucionalismo está vinculado a un concepto descriptivo de Constitución


en el que esta no es más que un conjunto de normas o principios que rigen la
organización de poder de cualquier comunidad política diferenciada. En este sentido,
el constitucionalismo designa la evolución histórica de la estructura jurídico-política (o
Constitución) de una comunidad política.

Con el establecimiento del sufragio universal, surgen los partidos políticos


como mecanismo de articulación de la participación de los ciudadanos. Aparecen así
los partidos de masas, que permiten que los representantes de los trabajadores
comiencen a arribar a las cámaras legislativas. De este modo el parlamento deja de
ser la sede de una clase social homogénea pero el protagonismo de la
representación pasa de manos del representante no tanto al pueblo que lo eligió
como al partido que lo postulo. Se revelarían entonces las distorsiones propias de
una democracia representativa de partidos y la necesidad de arbitrar mecanismos de
participación popular directa que corrigiesen estas distorsiones, como es el caso de
la iniciativa popular de las leyes y el referendo.

1.2 Estructura de las constituciones de México y República Dominicana

1.2.1 Estructura de la Constitución de México.

La Constitución de México cuenta con nueve Títulos que contienen 136


artículos y 19 transitorios. El texto sigue los lineamientos clásicos de las doctrinas
políticas al contar con una parte dogmática, que abarca los primeros 39 artículos y
establece derechos y obligaciones, y una parte orgánica, contenida en los 98
artículos restantes y que define la organización de los poderes públicos.

Preámbulo

El C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo


de la Nación, con esta fecha se ha servido dirigirme el siguiente decreto:
VENUSTIANO CARRANZA, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del
Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, hago saber:
Que el Congreso Constituyente reunido en esta ciudad el 1o. de diciembre de 1916, en
virtud del decreto de convocatoria de 19 de septiembre del mismo año, expedido por la
Primera Jefatura, de conformidad con lo prevenido en el artículo 4o. de las
modificaciones que el 14 del citado mes se hicieron al decreto de 12 de diciembre de
1914, dado en la H. Veracruz, adicionando el Plan de Guadalupe, de 26 de marzo de
1913, ha tenido a bien expedir la siguiente:
CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS QUE
REFORMA LA DE 5 DE FEBRERO DE 1857.

Parte dogmática
En la Constitución mexicana la parte dogmática establece de manera no
limitativa los derechos y libertades con los que cuenta el pueblo mexicano. También
establece las limitantes a la acción del poder público frente a los derechos
fundamentales consagrados en el texto constitucional. De esta manera, la parte
dogmática se compone de:

Título I
 Capítulo I, « De los Derechos Humanos y sus Garantías » (artículos 1 al 29).

 Capítulo II, « De los Mexicanos » (artículos 30 al 32).

 Capítulo III, «De los Extranjeros» (artículo 33).

 Capítulo IV, « De los Ciudadanos Mexicanos » (artículos 34 al 38).

Parte orgánica
Enuncia la organización de los poderes públicos con sus respectivas
competencias, así como la idea de la soberanía nacional y la forma de gobierno.
Además, contiene un capítulo que indica las partes integrantes de la federación. En
esta parte también se consagra la división de poderes y se señalan las
responsabilidades de los funcionarios públicos. Los apartados correspondientes en la
Constitución Mexicana son los siguientes:

Título II

 Capítulo I, «De la Soberanía Nacional y de la Forma de Gobierno» (artículos 39


al 41).

 Capítulo II, «De las Partes Integrantes de la Federación y del Territorio Nacional»
(artículos 42 al 48).

Título III

 Capítulo I, «De la División de Poderes» (artículo 49).

 Capítulo II, «Del Poder Legislativo» (artículos 50 al 79)

 Capítulo III, «Del Poder Ejecutivo» (artículos 80 al 93)

 Capítulo IV, «Del Poder Judicial» (artículos 94 al 107)

Título IV, «De las Responsabilidades de los Servidores Públicos y Patrimonial del
Estado» (artículos 108 al 114).

Título V, «De los Estados De La Federación y de la Ciudad de México» (artículos 115


al 122).

Título VI, « Del Trabajo y de la Previsión Social» (artículo 123)

Título VII, « De las Prevenciones Generales » (artículos 124 al 134)

Título VIII, « De las Reformas de la Constitución » (artículo 135)

Título IX, « De la Inviolabilidad de la Constitución» (artículo 136)

Artículos Transitorios
Los artículos transitorios contienen 19 artículos que son normas jurídicas de carácter
prescriptivo cuyo objetivo es determinar el modo de aplicación de los artículos
principales de la misma Constitución, con la diferencia de que el sujeto obligado son las
autoridades que las han de aplicar. Se pueden interpretar como normas secundarias
que asisten para la creación y la aplicación de los 136 artículos principales de la
Constitución.
1.2.2 Estructura de la Constitución de la Republica dominicana

La Constitución Dominicana con la estructura que le ha dado las más recientes


reformas, o sea, la del 26 de enero del 2010, está integrada por 277 artículos, 15
títulos, subdivididos en capítulos y algunos de ellos en secciones y diecinueve
disposiciones.

Preámbulo
“Todos Nosotros, representantes del pueblo dominicano, libre y
democráticamente elegidos, reunidos en Asamblea Nacional Revisora; invocando el
nombre de Dios; guiados por el ideario de nuestros Padres de la Patria, Juan Pablo
Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, y de los próceres de
la Restauración de establecer una República libre, independiente, soberana y
democrática; inspirados en los ejemplos de luchas y sacrificios de nuestros héroes y
heroínas inmortales; estimulados por el trabajo abnegado de nuestros hombres y
mujeres; regidos por los valores supremos y los principios fundamentales de la
dignidad humana, la libertad, la igualdad, el imperio de la ley, la justicia, la
solidaridad, la convivencia fraterna, el bienestar social, el equilibrio ecológico, el
progreso y la paz, factores esenciales para la cohesión social; declaramos nuestra
voluntad de promover la unidad de la Nación dominicana, por lo que en ejercicio de
nuestra libre determinación adoptamos y proclamamos la siguiente:”

Parte dogmática

Título I, «Se refiere a la nación, la soberanía y el gobierno»(7 Capitulos, ).

Título II, «De los derechos, garantías y deberes fundamentales»(4 Capitulos).


Parte orgánica

 Título III, «Del Poder Legislativo».

 Título IV, «Poder Ejecutivo».

 Título V, «Poder Judicial».

 Título VI, «Del consejo nacional de la magistratura».

 Título VII, «Del control constitucional»

 Título VIII, «Del defensor del pueblo».

 Título IX, «Del ordenamiento del territorio y de la administración local».

 Título X, «Del sistema electoral».

 Título XI, «El régimen económico y financiero y de la cámara de cuentas».

 Título XII, «De las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional y de la seguridad y


defensa».

 Título XIII, «De los Estados de excepción».

 Título XIV, «De las reformas constitucionales»

1.2.3 Diferencias estructurales de las constituciones de México y


República Dominicana.

La división estructural de la Constitución de Republica Dominicana y la


Constitución de México básicamente son iguales, se diferencian únicamente en la
cantidad de artículos y subtítulos.

La Constitución Dominicana con la estructura que le ha dado las más recientes


reformas, o sea, la del 26 de enero del 2010, está integrada por 277 artículos, 15
títulos, subdivididos en capítulos y algunos de ellos en secciones y diecinueve
disposiciones.
Mientras que la Constitución Mexicana de 1917 se compone de 136 artículos
repartidos en nueve títulos, y 19 artículos transitorios.
II. ANÁLISIS SISTEMÁTICO COMPARADO DE LAS
CONSTITUCIONES DE MÉXICO Y DE REPÚBLICA DOMINICANA

2.1 Diferencias en cuanto a la parte dogmática de ambas constituciones

2.1.1 Soberanía, Estado y Gobierno

La Soberanía del Estado se desprende del hecho de que el Estado, en tanto


que sistema jurídico considerado globalmente, no está sometido a ningún Estado
(sic) (Prats, 2013, pág. 614). Sin embargo, de acuerdo con el precitado autor, en ese
sentido el término “Soberanía” hace referencia a la “Soberanía del Estado”, la cual
es inherente a todo país, en virtud de los principios del Derecho Internacional
Público. A esta soberanía es a la que se refiere el artículo 3 de la Constitución
dominicana. Entre tanto, existe una “Soberanía en el Estado”, que en la Constitución
dominicana se desprende directamente del artículo 2, que reza de la siguiente
manera:

“Artículo 2.- Soberanía Popular. La soberanía reside exclusivamente en el


pueblo, de quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce por medio de sus
representantes o en la forma directa, en los términos que establece esta Constitución
y las leyes.”

Similar disposición encontramos en la Constitución de México, pero en el


artículo 39, que expresamente proclama que la soberanía nacional “reside esencial y
originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye
para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de
alterar o modificar la forma de su gobierno”.

Estas concepciones de soberanía, al tenor de ambas constituciones, se


refiere a la Soberanía como competencia del Estado, conservando un origen
popular. Al respecto, el ya mencionado jurista Prats (2013) señala que “este principio
de legitimidad democrática sirve de base a toda nuestra ordenación jurídico-política
y, en especial, de la organización del poder configurada en la Constitución” (pág.
615).

Ambas constituciones abordan la forma del Estado en un artículo separado del


que aborda la soberanía. En la dominicana, se encuentra en el artículo 7, que
expresa que la República Dominicana es un Estado Social y Democrático de
Derecho, organizado en forma de República unitaria, y que se funda en el respeto
a la dignidad humana y a los Derechos Fundamentales.

Distinto ocurre en el caso mexicano, cuya constitución se refiere en el artículo


40, que “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República
representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y
soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de
México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley
fundamental”.

Ambas constituciones proclaman a los Estados como Social y Democrático de


Derecho, diferenciando en cuanto a la forma de gobierno: La República Dominicana
es una República unitaria, México es República representativa.

En lo que respecta al gobierno, hay que resaltar que es uno de los elementos
constitutivos del Estado (Prats, 2012, págs. 62-63). La constitución dominicana
señala en el artículo 4 que el gobierno de la Nación es esencialmente civil,
republicano, democrático y representativo. Al respecto, señala Prats (2013) lo
siguiente:

“El gobierno es definido como civil, por lo que quedan proscritas todas las
formas de gobierno militar o eclesiástico; republicano, lo que implica la
exclusión de la monarquía en cualesquiera de sus formas; democrático, lo que,
a contrario, proscribe la dictadura; y representativo, en el sentido de que el
pueblo mediante el ejercicio del sufragio escoge a aquellos que fungirán como
sus representantes, los cuales manejarán los poderes públicos del Estado en
provecho del interés público. El carácter republicano de la forma de gobierno
implica fundamentalmente la división de los poderes (legislativo, ejecutivo y
judicial). Esta forma republicana de gobierno, en el sistema político–
constitucional dominicano, es de naturaleza presidencial, como en Estados
Unidos, en oposición a la forma directo rial (Suiza) y parlamentaria (Europa). El
carácter representativo del gobierno implica que los mecanismos de
participación política directa deben ser vistos, desde la óptica constitucional,
como correctivos de las distorsiones propias de la democracia representativa y
no como sus sustitutos. Los representantes, en virtud de que son elegidos
directamente por el pueblo para ejercer una función pública, no podrán delegar
en otros sus atribuciones que son las que se encuentran exclusivamente en la
Constitución y las leyes.” (pág. 62).

En cuanto a la constitución mexicana, aborda la forma de gobierno de una


manera carente de detalles en el artículo 115, el cual expresa: “Los estados
adoptarán, para su régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo,
democrático, laico y popular”.

2.1.2 Regímenes de Nacionalidad, Ciudadanía y Extranjería

En la Constitución dominicana, el régimen de nacionalidad y extranjería inicia en


el capítulo V, secciones I-III. En este sentido, el artículo 18 establece cinco clases de
nacionalidad, a saber:

1. Los hijos e hijas de madre o padre dominicanos, juntamente con los


descendientes directos de dominicanos residentes en el exterior, lo que se
conoce como el sistema de Nacionalidad por la Sangre o Ius Sanguini.

2. Los nacidos en el territorio nacional, aunque con una excepción: no aplican los
hijos de extranjeros miembros de delegaciones diplomáticas o que se
encuentren en tránsito y residan ilegalmente. Esto es lo que se conoce como
sistema de Nacionalidad Territorial o Ius Soli.

3. Los que nacen en el extranjero siendo hijos de dominicanos, aunque hayan


adquirido la nacionalidad del lugar donde nacen, pudiendo optar por la doble
nacionalidad o renunciar a una de ellas al cumplir la mayoría de edad. A esto
se le llama Nacionalidad por Opción.

4. Quienes contraigan matrimonio con dominicanos, si cumplen con los requisitos


por la ley, lo que se denomina Nacionalidad por Matrimonio.
5. Quienes de conformidad con la ley se hayan naturalizado, lo que constituye
la Nacionalidad por Naturalización.

En lo que respecta a México, conforme al Artículo 30 de su Constitución, la


nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o por naturalización. 

 La nacionalidad mexicana por nacimiento


El apartado A) del citado Artículo establece que son mexicanos por nacimiento: 
1. Los que nazcan en territorio de la República, sea cual fuere la nacionalidad de
sus padres.
2. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos, de madre
mexicana o de padre mexicano.
3. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos por naturalización,
de padre mexicano por naturalización, o de madre mexicana por naturalización,
y
4. Los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas, sean de
guerra o mercantes.

 La nacionalidad mexicana por naturalización


El apartado B) del Artículo 30 Constitucional establece que son mexicanos por
naturalización:
1. Los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones carta de
naturalización.
2. La mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o con
mujer mexicanos, que tengan o establezcan su domicilio dentro del territorio
nacional y cumplan con los demás requisitos que al efecto señale la ley.

Con relación a la ciudadanía, la Constitución Dominicana la reconoce a todos los


dominicanos que hayan adquirido los dieciocho (18) años o quienes estén casados
antes, evidentemente en los casos previstos por la ley. En su calidad de ciudadano o
ciudadana, todo dominicano tiene los siguientes derechos, de conformidad con el
artículo 21 constitucional:
1. Elegir y ser elegibles para los cargos que establece la Constitución.
2. Decidir sobre los asuntos que se les propongan mediante referendo.
3. Ejercer el derecho de iniciática popular.
4. Formular peticiones a los poderes públicos para solicitar medidas de
interés público.
5. Denunciar las faltas cometidas por los funcionarios.
De manera similar la misma Constitución dominicana señala las causas de la
pérdida de la ciudadanía, que se produce en casos de traición, espionaje,
conspiración o tomar las armas en contra del país. Asimismo, se suspenden en
los casos de condena penal, interdicción judicial o si se acepta un cargo de un
gobierno extranjero sin previa autorización de las autoridades dominicanas.

México, por otro lado, reconoce la ciudadanía a varones y mujeres que, teniendo la
calidad de mexicanos, hayan cumplido 18 años, y tener un modo honesto de vivir. En su
calidad de ciudadano o ciudadana, tienen los siguientes derechos, de conformidad con
el artículo 35 constitucional:

1. Votar en las elecciones populares.


2. Poder ser votada en condiciones de paridad para todos los cargos de elección
popular.
3. Asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los
asuntos políticos del País.
4. Tomar las armas en la Fuerza Armada permanente o en los cuerpos de
reserva, para la defensa de la República y de sus instituciones.
5. Ejercer en toda clase de negocios el derecho de petición.
6. Poder ser nombrado para cualquier empleo o comisión del servicio público.
7. Iniciar leyes, en los términos y con los requisitos que señalen esta Constitución
y la Ley del Congreso.
8. Votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional o
regional.

En México, la ciudadana se pierde por aceptar o usar títulos nobiliarios de gobiernos


extranjeros, por prestar voluntariamente servicios o funciones oficiales a un gobierno
extranjero, sin permiso del Ejecutivo Federal; por aceptar o usar condecoraciones
extranjeras sin permiso del Ejecutivo Federal (Excluyendo los máximos representantes
de las divisiones de poderes.), por admitir del gobierno de otro país títulos o funciones
sin previo permiso del Ejecutivo Federal, por traición a la Nación.
En lo que respecta al régimen de extranjería, es abordado por la Constitución
Dominicana en el artículo 25, con el que se inaugura la sección III. La referida, le da a
los extranjeros los mismos derechos y deberes que a los nacionales dominicanos, pero
como siempre, hay excepciones. En tal sentido, el precitado artículo expresa lo
siguiente en sus numerales:

1. Los extranjeros no pueden participar en actividades políticas en el suelo


dominicano, salvo el votar en su propio país.
2. Deben registrarse en el Libro de Extranjería.
3. Pueden recurrir a protección diplomática después de haber agotado los
recursos y procedimientos ante la jurisdicción nacional, salvo lo dispuesto por
convenios internacionales.

En México, los preceptos relativos a los extranjeros se encuentran en el


artículo 33 constitucional. Empero, similar a lo que ocurre con la nacionalidad, la
Constitución le atribuye a las leyes la regulación específica del régimen de
extranjería. Sin embargo, atribuye que “El Ejecutivo de la Unión, previa audiencia,
podrá expulsar del territorio nacional a personas extranjeras con fundamento en la
ley”, y por último, que los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en
los asuntos políticos del país.

2.1.3 Derechos Fundamentales

Una de las características propias de las constituciones, sobretodo en el


contexto del constitucionalismo moderno, es la de enumerar, nombrar, disponer o
reconocer los Derechos Fundamentales. Señala Díez Picazo (2008), que las
declaraciones de derechos son, junto a la búsqueda de una regulación equilibrada de
los poderes públicos, uno de los dos grandes temas de todo el constitucionalismo
(pág. 33). Los derechos fundamentales son los mismos derechos humanos
reconocidos en la constitución.

En una sociedad democrática los derechos y libertades inherentes a la


persona, sus garantías y el Estado de Derecho constituyen un tronco común en el
que cada uno de los componentes cobra sentido y significado en función de los otros.

La Constitución dominicana contiene el catálogo de Derechos Fundamentales


entre los artículos 37 al 67. Todos ellos se encuentran en el Título II, que lleva el
mismo nombre, sin embargo, es el capítulo I el que se reserva para los Derechos
Fundamentales. En tal sentido, es bueno destacar que la constitución dominicana
hace una especie de clasificación de los derechos humanos, análoga a la de los
derechos humanos en generaciones. Ello explica que la sección I lleve por nombre
“De los Derechos Civiles y Políticos”, que contiene los siguientes derechos:
 Derecho a la Vida.
 Dignidad Humana, en la cual el Estado dominicano “encuentra” su fundamento,
de conformidad con la misma Constitución.
 Derecho a la Igualdad.
 Derecho a la libertad y seguridad personal, y con ello la prohibición de la
esclavitud.
 Derecho a la integridad personal.
 Derecho al libre desarrollo de la personalidad.
 Derecho a la intimidad y el honor personal.
 Libertad de conciencia y de cultos.
 Libertad de tránsito.
 Libertad de asociación.
 Libertad de reunión.
 Libertad de expresión e información.

La segunda sección del capítulo I, Título II, sobre los Derechos Fundamentales
de la Constitución dominicana lleva como título “De los Derechos Económicos y
Sociales”, y contempla los siguientes:

 Libertad de empresa.
 Derecho de propiedad.
 Derecho a la propiedad intelectual.
 Derechos del consumidor.
 Seguridad alimentaria.
 Derechos de la familia.
 Protección de las personas menores de edad.
 Protección de las personas de tercera edad.
 Protección de las personas con discapacidad.
 Derecho a la vivienda.
 Derecho a la seguridad social.
 Derecho a la salud.
 Derecho al trabajo.
 Derecho a la educación.

La sección tercera lleva por nombre “De los Derechos Culturales y


Deportivos”, y con un catálogo más limitado contiene el derecho a la cultura y el
derecho al deporte. Por su parte, la sección cuarta, De los Derechos Colectivos y del
Medio Ambiente, se reconocen los derechos colectivos y difusos y el de protección al
medio ambiente.

La estructura constitucional dominicana se encuentra más ordenada que la


mexicana, lo que le ha llevado buenas críticas de una de las constituciones más
avanzadas de toda Iberoamérica. Por supuesto, la estructura y el orden es lo de
menos frente a lo que realmente importa, que es el catálogo de derechos que
reconoce.

Los derechos fundamentales, individuales o humanos, conocidos


genéricamente como: “Garantías Individuales”, contenidas en el Título Primero,
Capítulo I de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos comprenden un total de 29 artículos de distinta índole, todos
circunscritos a los derechos que los mexicanos tienen dentro del territorio nacional y
en las diferentes embajadas en el extranjero, que también forman parte de la
propiedad nacional. Por su importancia, presentamos una breve descripción de las
primeras 10 garantías:

 Todo individuo gozará de las garantías que otorga la Constitución.


 Está prohibida la esclavitud.
 La enseñanza es libre.
 Nadie puede ser privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.
 Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales
 La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o
administrativa.
 Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia. 
 Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de
petición.
 No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con
cualquier objeto lícito.
 Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen libertad de poseer
armas de cualquiera clase.

Al observar la estructura de ambas constituciones, cualquiera puede pensar


que la Constitución dominicana es más avanzada o garantista que la mexicana. Sin
ánimos de establecer un debate al respecto, no podemos dejar de mencionar que
nuestra primera Constitución se basó, entre otras, en la Constitución Española de
Cádiz de 1812.

2.1.4 Deberes Fundamentales

Los deberes fundamentales en la República Dominicana se encuentran


expresados en el capítulo IV del Título II, con el mismo nombre. Los enumera el
artículo 75, y son los siguientes:

1. Acatar y cumplir la Constitución y las leyes, respetar y obedecer las


autoridades establecidas por ellas.
2. Votar.
3. Prestar los servicios civiles y militares que la patria requiera.
4. Prestar servicios para el desarrollo, exigibles para los de edad entre 18 y 21
y voluntario para los mayores de 21.
5. Abstenerse de perjudicar a la soberanía y estabilidad de la República.
6. Tributar, esto es, pagar impuestos.
7. Dedicarse a un trabajo digno.
8. Asistir a los establecimientos educativos de la Nación.
9. Cooperar con el Estado en cuanto a seguridad social, cuando sea necesario.
10. Actuar conforme al principio de solidaridad social.
11. Desarrollar y difundir la cultura y proteger los recursos nacionales.
12. Velar por el fortalecimiento y calidad de la democracia.

En la Constitución mexicana, los deberes no se definen como tal, sino como


“Obligaciones de los mexicanos” en el artículo 31; en donde se establecen:
1) La obligación de los padres y tutores de dar instrucción a los menores.
2) La obligación de realizar el servicio militar.
3) La obligación de participar en la defensa de la patria cuando sea necesario.
4) La obligación de pagar impuestos.

2.2 Diferencias en cuanto a la parte orgánica de ambas constituciones

2.2.1 Organización Territorial

La Constitución dominicana establece que el territorio es inalienable, a la vez


que expone su conformación en el artículo 9. Sin embargo, lo que nos interesa en el
presente título es su división política administrativa, a los fines de establecer una
comparación para con el de México. En tal sentido, el artículo 12 expresa que para
el gobierno y la administración del Estado el territorio se divide políticamente
en un Distrito Nacional y en las regiones, provincias y municipios que las leyes
determinen. Ya se advierte en el artículo 7 que el Estado es República Unitaria, esto
es, una forma de Estado en la que el poder está concentrado y se extiende a lo largo
de todo el territorio. Asimismo, se reserva un artículo específico, el 13, que expresa
que el Distrito Nacional es la capital de la República y asiento del gobierno nacional,
concretizándose así la división de la Provincia Santo Domingo.
Actualmente, la República Dominicana en lo que respecta en su organización
política-administrativa se encuentra dividida en 31 provincias y un distrito.

En lo que respecta a los Estados Unidos Mexicanos, su estructura interna


corresponde a la de un Estado Federal, basado su artículo 40 constitucional
declara que es “voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República
representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y
soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una
federación establecida según los principios de esta ley fundamental”. Por otro
lado, su artículo 1 dispone que el Estado de México es parte integrante de la
Federación de los Estados Unidos Mexicanos, libre y soberano en todo lo que
concierne a su régimen interior.
Los Estados Unidos mexicanos, están integrados por 32 entidades
federativas, siendo La Ciudad de México la capital y sede de los tres poderes de
gobierno.

Tomando en cuenta estas premisas, se puede decir que la República


Dominicana por su estructura interna posee una Constitución unitaria, mientras
que a los Estados Unidos de América le corresponde una Constitución federal.
2.2.2 Poderes Estatales

A pesar de que ambas constituciones reconocen como los mismos poderes del Estado
(Legislativo, Ejecutivo y Judicial), la composición de los órganos representativos de
cada uno y la selección de sus miembros puede variar.

2.2.2.1 Poder Legislativo

En la República Dominicana el Congreso es la institución legislativa nacional,


el mismo se conforma de dos cámaras, el Senado y la Cámara de Diputados.

El Senado es el cuerpo que representa a las provincias, compuesto por 32


miembros (un representante por cada provincia y un representante por el Distrito
Nacional), estos son escogidos de listas partidarias para un periodo de cuatro años. De
acuerdo con la Constitución, la edad mínima requerida para ser candidato a senador es
de 25 años y haber residido en la provincia que lo elija por un período mínimo de cinco
años previos a la celebración de las elecciones.

En la Cámara de Diputados al igual que el Senado, el candidato a diputado


debe poseer una edad mínima de 25 años y haber residido por lo menos cinco años
consecutivos previos a las elecciones en la demarcación que lo elija.

Está conformada por 190 representantes del pueblo, 178 de ellos se escogen
por representación proporcional a razón de 1 por cada 50,000 habitantes, es decir de
acuerdo a la densidad poblacional, además de 5 electos a ser diputados nacionales
para representar aquellos partidos sin representantes con mayor acumulación de votos,
y otros 7 diputados elegidos para representar a la nación dominicana en el extranjero,
denominados diputados de ultramar. Estos ejercen sus funciones por un periodo de
cuatro años.
En los Estados Unidos Mexicanos, el poder legislativo se deposita en un
congreso general, que se divide en dos cámaras, una de diputados y otra de
senadores. La Cámara de Diputados estará integrada por 300 diputados electos por
mayoritaria relativa y 200 diputados electos por representación proporcional.

El Senado está integrado por 128 senadores y senadoras, de los cuales, en


cada Estado y en la Ciudad de México, dos serán elegidos según el principio de
votación mayoritaria relativa y uno será asignado a la primera minoría.

Para ser candidato a senador o senadora se debe poseer una edad mínima de
25 años de edad cumplidos el día de la lección, ser ciudadano de los Estados Unidos
Mexicanos por nacimiento, en el ejercicio de sus derechos al menos desde hace nueve
años y ser originario de la entidad federativa en que se haga la elección o vecino de
esta con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella tener
su residencia en el estado que representa. Los miembros del Senado tienen un
mandato de seis años, siendo renovados en su totalidad.

La Cámara de Diputados está integrada por 300 diputadas y diputados electos


según el principio de votación mayoritaria relativa, mediante el sistema de distritos
electorales uninominales, así como por 200 diputadas y diputados que son electos
según el principio de representación proporcional, mediante el Sistema de Listas
Regionales, votadas en circunscripciones plurinominales. Estos son escogidos cada
tres años, de acuerdo con la Constitución son requisitos, ser ciudadano mexicano, por
nacimiento, en el ejercicio de sus derechos, tener veintiún años cumplidos el día de la
elección; ser originario de la entidad federativa en que se haga la elección o vecino de
esta con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella.

En México, la segunda cámara se explica por la forma federal del Estado, pero
en la República Dominicana, su presencia tal vez se entienda como una manera de
reducir las atribuciones de la Cámara de Diputados, pues al Senado en este país,
principalmente se le encomiendan atribuciones en la designación de importantes
funcionarios del Estado.
Una manera de conocer la fortaleza del Legislativo es saber si está prevista la
reelección para los legisladores. Ello es importante porque los miembros de ese poder
adquieren experiencia, independencia respecto a sus partidos, se minimiza la
posibilidad del mandato imperativo, y su labor en la legislación y en el control tiende a
ser más profesional. En República Dominicana no existe disposición constitucional que
expresamente prohíba la reelección, mientras que en México prohíben la reelección
sucesiva de los legisladores. El panorama descrito indica que es muy importante que
las anteriores Constituciones perfeccionen la reelección de los legisladores.

Atribuciones De Control Del Legislativo


El Senado tiene básicamente las siguientes
facultades de control: elegir a los jueces de la
Suprema Corte de Justicia y a otros funcionarios
judiciales; elegir al presidente y demás
miembros de la Junta Central Electoral; elegir a
República Dominicana los miembros de la Cámara de Cuentas. Por su
parte, entre las atribuciones del Congreso están:
interpelar a los secretarios de Estado y a otros
funcionarios mediante al acuerdo de las dos
terceras partes de los miembros presentes de la
cámara que lo solicite.
Prevé algunas atribuciones en materia de
presupuesto, cuenta pública, y que se entienden
conferidas a la Cámara de Diputados. El
Senado, por su parte, tiene atribuciones de
control en materia de ratificación de tratados y
en las ratificaciones de distintos funcionarios. En
México donde fracasa la Constitución mexicana, en
relación con las demás, es respecto a las
comisiones de investigación, que se limitan
excesivamente y no pueden, por ejemplo,
referirse a la administración pública centralizada
o para asuntos de interés nacional. Igualmente,
no posee métodos para censurar funcionarios.

Ambas Constituciones presentan poco desarrollo en cuanto a los instrumentos de


control del Poder Legislativo: no regulan con amplitud las comisiones de investigación,
muchos órganos que deberían depender del Legislativo no lo hacen (Comisión
Nacional de Derechos Humanos, la Contraloría General de la República, el Procurador
General de la República, etcétera), y en materia de control de presupuesto, los
mecanismos no son explícitos ni suficientes.. En este orden de ideas, República
Dominicana o México no contienen los contrapesos suficientes de presentar numerosas
prerrogativas de fiscalización.

2.2.2.2 Poder Ejecutivo

El presidencialismo consiste en que uno de los poderes (el Ejecutivo) se sitúa por
encima de los otros, en ocasiones con fundamento constitucional, porque el Poder
Legislativo o Judicial no tienen suficientes atribuciones de control para acotarlo; en
otras, de manera meta constitucional, es decir, sin fundamento constitucional que
contravenga directamente al orden jurídico como en México. Por eso resulta
fundamental ver cómo en las Constituciones se controla, fiscaliza o limita el Poder
Ejecutivo.

Una de las más importantes formas de limitar el Poder del Ejecutivo, dados los
antecedentes históricos de la región, ha consistido en la introducción de la figura de la
no reelección para el presidente de la República. En México existe prohibición absoluta
de la reelección; en cambio la República Dominicana está permitida la reelección.

Otra de las vías para hacer que el presidente comparta el poder al interior del Ejecutivo,
ha implicado constitucionalmente la adopción del Consejo de Ministros o del Gabinete,
cuya participación en algunas decisiones del presidente resulta fundamental. En
México no existe consejo de ministros, aunque en los casos de suspensión de
garantías, el presidente tiene que consultar su decisión con los secretarios de Estado y
con el procurador general de la República. La República Dominicana, por el contrario,
no prevé la figura del Consejo de Ministros.

En la República Dominicana el presidente se escoge por sufragio directo cada


cuatro años. Dentro de los requisitos para ser candidato a la presidencia están : ser
dominicano de origen, tener 30 años de edad, encontrarse en pleno ejercicio de los
derechos civiles y políticos y no estar, por lo menos tres años previos, en el servicio
militar o policial.

En los Estados Unidos Mexicanos el presidente es elegido mediante voto


directo y universal. Una vez electo, entra en funciones el 1 de diciembre del año de la
elección. Su cargo dura un periodo de seis años, sin la posibilidad de reelección; ni
siquiera en el caso de haberlo desempeñado como interino, provisional o sustituto.
Dentro de los requisitos para ser candidato a la presidencia están: Ser ciudadano
mexicano por nacimiento, , poseer 35 años de edad, en pleno goce de sus derechos,
hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país al menos durante veinte
años.

Por último, y no menos importante, resaltamos que a diferencia de República


Dominicana, el cargo de vicepresidente no existe como tal en México; aunque la figura
del vicepresidente de México fue creada con la promulgación de la Constitución de
1824, el cargo se disolvió años más tarde, debido a que este puesto siempre acaba
confrontándose con el jefe del Ejecutivo, o desaparecía con la entrada en vigor de
nuevas leyes.

Facultades del Presidente


1. Nombrar los Secretarios y Subsecretarios de Estado.
2. Promulgar y hacer publicar las leyes y resoluciones del
Congreso Nacional y cuidar de su fiel ejecución.
3. Nombrar, con la aprobación del Senado, los miembros del
Cuerpo Diplomático
4. Presidir todos los actos solemnes de la Nación
5. Llenar interinamente las vacantes que ocurran entre los Jueces
de la Suprema Corte de Justicia y otras cortes.
6. Celebrar contratos, sometiéndolos a la aprobación del
Congreso Nacional.
República
7. Expedir o negar patentes de navegación.
Dominicana
8. Reglamentar cuanto convenga al servicio de las Aduanas.
(Art. 55)
9. Tomar las medidas necesarias para proveer a la legítima
defensa de la Nación.
10. Nombrar o revocar los Miembros de los Consejos de
Guerra de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.
11. Disponer todo lo relativo a zonas aéreas, marítimas,
fluviales y militares.
12. Determinar todo lo relativo a la habilitación de puertos y
costas marítimas.
13. Conceder indulto, total o parcial, puro y simple o
condicional, con arreglo a la ley.
México Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la
(Art. 89) Unión.
1. Nombrar los ministros, agentes diplomáticos y cónsules
generales, con aprobación del senado;
2. Nombrar, con aprobación del senado, los oficiales superiores
de las Fuerzas Armadas.
3. Disponer de la totalidad de la fuerza armada permanente para
la seguridad interior y defensa exterior de la federación;
4. Disponer de la guardia nacional para los mismos objetos.
5. Declarar la guerra en nombre de los Estados Unidos
Mexicanos, previa ley del Congreso de la Unión
6. Intervenir en la designación del Fiscal General de la República
y removerlo.
7. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales,
sometiéndolos a la aprobación del senado.
8. Conceder, conforme a las leyes, indultos a los reos
sentenciados por delitos de competencia de los tribunales
federales y a los sentenciados por delitos del orden común en
el Distrito Federal;
9. Conceder privilegios exclusivos por tiempo limitado, con
arreglo a la ley respectiva, a los descubridores, inventores o
perfeccionadores de algún ramo de la industria;
10. Presentar a consideración del Senado, la terna para la
designación de ministros de la Suprema Corte de Justicia.

2.2.2.3 Poder Judicial

El Poder Judicial es diseñado por la Constitución dominicana como un Poder


independiente, representado por la Suprema Corte de Justicia y administrado y
manejado por un órgano administrativo llamado Consejo del Poder Judicial, según
los artículos 149 -156 de la Constitución.

En los países que nos ocupa, interviene en la designación de los magistrados de la


Corte Suprema la Asamblea Legislativa. En México, el presidente formula una terna al
Senado, el cual aprueba por las dos terceras partes de sus votos a los que fueren
elegidos; sin embargo, el Jefe del Ejecutivo sigue manteniendo atribuciones
exageradas en caso de que la Cámara de Senadores rechace en dos ocasiones la
totalidad de la terna. En República Dominicana, el Senado participa en la designación
de los jueces de la Suprema Corte, pero también de otros funcionarios judiciales
menores.

En México está prevista constitucionalmente la carrera judicial, pero en República


Dominicana no se establece expresamente esta figura. Por otra parte, importante sería
la introducción de instituciones como el Consejo de la Judicatura para salvaguardar la
independencia administrativa del Poder Judicial. La Constitución mexicana establece
esta institución para la administración, designación de jueces, remoción de los mismos
e imposición de medidas disciplinarias.

Uno de los mayores problemas para la inamovilidad de los miembros del Poder
Judicial y su permanencia, lo constituye la no reelección de los magistrados de la Corte
Suprema. En México, la duración del cargo es de quince y diez años, sin que haya
posibilidad de otro periodo; sin embargo, La Constitución de República Dominicana se
abstiene de precisar el supuesto.

En la República Dominicana el Poder Judicial está representado por la


Suprema Corte de Justicia. El cuál es el tribunal más alto de la organización judicial
dominicana. Compuesta por 16 jueces, los cuales son elegidos por el Consejo Nacional
de la Magistratura. Dentro de los requisitos para ser Juez o Jueza de la Suprema Corte
de Justicia, están: ser dominicano de origen, tener 35 años de edad, estar en pleno
ejercicio de los derechos civiles y políticos, ser licenciado o doctor en derecho y haber
ejercido por lo menos 12 años de dicha profesión, incluye la docencia universitaria en
derecho.

En México, se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una


Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Plenos Regionales, en
Tribunales Colegiados de Circuito, en Tribunales Colegiados de Apelación y en
Juzgados de Distrito. La Suprema Corte de Justicia es el máximo órgano
jurisdiccional del poder judicial de la Federación. Está compuesto por 11 ministros,
cuyo cargo tiene una duración de 15 años. La Corte puede trabajar en Pleno o en
Salas, que se conforman con cinco ministros. La Suprema Corte cuenta además con un
ministro presidente, que es elegido de entre los 11 ministros cada 4 años, y que no
puede ser electo para el período inmediato posterior, como lo estipula el artículo 12 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de Federación; asimismo, hay un ministro presidente
por cada sala, que de igual forma es elegido por los integrantes de cada sala por un
período de dos años.

Entre los requisitos para ser electo ministro de la Suprema Corte de Justicia
mexicana se encuentran: ser ciudadano mexicano por nacimiento en pleno derecho en
pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles; tener cuando menos 35 años
cumplidos el día de la designación; poseer el día de la designación, con antigüedad
mínima de 10 años, título profesional de Licenciado en Derecho, gozar de buena
reputación y no haber ido condenado por delito que amerite pena corporal de más de
un año de prisión, salvo en los casos de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza
y otro que lastimé seriamente la buena fama en el concepto público; haber residido en
el país durante los dos años anteriores el día de la designación.

Ninguna de las Constituciones indica expresamente que el Poder Judicial es un


sistema unitario, lo que jurídica y políticamente resulta cuestionable, porque en
ocasiones se crean tribunales que no dependen directamente del Poder Judicial, sino
que se encuentran en la órbita de otros poderes, tal como ocurre en el caso mexicano,
donde tribunales del trabajo, fiscales, y administrativos están en la esfera del Poder
Ejecutivo. Convendría que se revisara este aspecto, que sin duda fortalecería al Poder
Judicial.

La garantía de justa remuneración para los funcionarios judiciales es


imprescindible que también esté prevista. A este respecto es muy clara la Constitución
mexicana, que claramente indica que la remuneración que perciban por sus servicios
los ministros de la Suprema Corte, los magistrados de circuito, los jueces de distrito y
los consejeros de la judicatura, no podrá ser disminuida durante su encargo. La
República Dominicana atribuye está función a la Ley 821-27.

2.2.3 Control Constitucional

La Constitución dominicana contempla la entidad de un órgano extra poder,


que se escapa del sistema de justicia ordinario o Poder Judicial para ejercer la
denominada “Justicia Constitucional.” Es lo que se conoce como Control
Concentrado de la Constitución, el cual es ejercido por un alto tribunal cuya
competencia es específica en la materia. Se habla así, de un Tribunal
Constitucional. Sin embargo, no es el único control que tiene la República
Dominicana. Expresa Prats lo siguiente:

“El Tribunal Constitucional ejerce la jurisdicción constitucional-en el sentido orgánico


o estricto del término- pero no es el único órgano, dentro de nuestro ordenamiento,
que goza de la facultad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en materia
constitucional, es decir, no es el único que realiza justicia constitucional o, lo que es
lo mismo, jurisdicción constitucional en el sentido material o amplio del término.”
En tal sentido, la Constitución dominicana presenta el Tribunal Constitucional
en su artículo 184, como un tribunal “para garantizar la supremacía de la
Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los
Derechos Fundamentales.”

Este Tribunal, de conformidad con el artículo 186 es integrado por 13 miembros


y sus funciones son enumeradas en el artículo 185, a saber conocer en única
instancia lo siguiente:

1) Las acciones directas de inconstitucionalidad contra las leyes, decretos,


reglamentos, resoluciones y ordenanzas, a instancia del Presidente de la
República, de una tercera parte de los miembros del Senado o de la Cámara de
Diputados y de cualquier persona con interés legítimo y jurídicamente protegido;
2) El control preventivo de los tratados internacionales antes de su ratificación por
el órgano legislativo;
3) Los conflictos de competencia entre los poderes públicos, a instancia de uno
de sus titulares;
4) Cualquier otra materia que disponga la ley.

Pero como advertíamos citando al experto constitucionalista Eduardo Jorge


Prats, la protección y garantía de la Constitución no es, ni mucho menos, una
facultad única del Tribunal Constitucional. En efecto, la Constitución establece en el
artículo 187 el “Control Difuso”, que permite a los tribunales ordinarios del sistema de
justicia tal ejercicio como una excepción en un proceso dado, no así de forma directa,
salvo el amparo.
En lo que respecta a la Constitución mexicana, contempla el control
constitucional de manera abstracta en el artículo 133.
Actualmente existen dos grandes vertientes dentro del modelo de control de
constitucionalidad en el orden jurídico mexicano. En primer término, el control
concentrado en los órganos del Poder Judicial de la Federación con vías directas de
control: acciones de inconstitucionalidad, controversias constitucionales y amparo
directo e indirecto; en segundo término, el control por parte del resto de los jueces del
país en forma incidental durante los procesos ordinarios en los que son competentes,
esto es, sin necesidad de abrir un expediente por cuerda separada.
Ambas vertientes de control se ejercen de manera independiente y la
existencia de este modelo general de control no requiere que todos los casos sean
revisables e impugnables en ambas.
Es un sistema concentrado en una parte y difuso en otra, lo que permite que
sean los criterios e interpretaciones constitucionales, ya sea por declaración de
inconstitucionalidad o por inaplicación, de los que conozca la Suprema Corte para
que determine cuál es la interpretación constitucional que finalmente debe prevalecer
en el orden jurídico nacional.

2.3 Reforma Constitucional

El tema de la reforma a las constituciones parecer ser un tema sensible, sobre


todo entre los dominicanos, cuyas razones, aunque históricas, son más que obvias.
Se habla así de un concepto interesante en el constitucionalismo moderno,
denominado “rigidez constitucional”, que hace referencia a las condiciones que las
mismas constituciones imponen para que puedan ser reformadas. Una Constitución
rígida no es inmutable porque se puede cambiar siempre y cuando se cumpla con las
formas previstas por la propia Constitución. Partiendo de lo anterior, se dice que tanto
la Constitución dominicana como la española son rígidas. A continuación veamos
cuales son los fundamentos constitucionales al respecto.

Para empezar, el tema de la reforma de la Constitución dominicana es


planteado, jurídicamente hablando, por ella misma en el artículo 267, en el Título
XIV. Expresa el mencionado artículo que la reforma de la Constitución sólo podrá
hacerse en la forma que indica ella misma y no podrá jamás ser suspendida ni
anulada por ningún poder o autoridad, ni tampoco por aclamaciones populares.
Ninguna reforma, no obstante, puede atentar en contra de la forma de gobierno, que
debe ser siempre civil, republicano, democrático y representativo, según detalla el
artículo 268.

Para ser reformada debe crearse una ley que declare la necesidad de reforma
y que ordena la reunión del Congreso Nacional en atribuciones de Asamblea
Nacional Revisora y la reforma debe ser aprobada por más de las dos terceras partes
de ambas Cámaras. Sin embargo, de conformidad con el artículo 272, cuando la
reforma versa sobre ciertos temas, como derechos y el mismo proceso de reforma,
debe ser realizado un referéndum aprobatorio convocado por la Junta Central
Electoral.

En el caso mexicano, la Constitución también vaticina en el artículo 135 que


puede ser adicionada o reformada; aclarando que para que las adiciones o reformas
lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto
de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerden las reformas o
adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los
Estados y de la Ciudad de México.
El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente en su caso, harán el cómputo de
los votos de las Legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las adiciones o
reformas.
CONCLUSIÓN

Luego de determinar y establecer las diferencias y semejanzas entre ambas


constituciones, concluimos destacando el parecido entre ambas. Nuestra primera ley
fundamental encontró base en varias constituciones, siendo una de estas la entonces
Constitución de Cádiz de 1812. Posteriormente, el 5 de febrero de 1917, la Constitución
mexicana, surge como una reforma, la cual ha sentado sus bases hasta nuestros días.

Seguimos reafirmando que cualquier persona que vea ambas constituciones y


no preste atención podría determinar que la Constitución dominicana es
ventajosamente más avanzada que la Constitución mexicana. Entendemos que ello
se debe a la estructura de la Constitución dominicana, que lleva ventaja en cuanto a
organización y distribución de sus preceptos. Ello no significa que estemos en contra,
pues al final la Constitución dominicana ha sido elogiada por varios estudiosos del
constitucionalismo como una de las constituciones más avanzadas de Iberoamérica.

De todas formas, es interesante ver como estos dos Estados, separados


geográficamente y con sistemas gubernamentales diferentes tienen una estructura
constitucional dogmática y orgánica tan parecida. En efecto, el presente material me
ha servido de mucho conocimiento, pues me encuentro convencida que contrario a
lo que establecen muchos, el análisis comparativo entre derechos jamás será una
práctica en vano. De ello espero convencer a todo aquél que haya leído este análisis
comparativo.
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