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Hola buenas noches amigos de la Orden Franciscana Seglar de la Región de la Inmaculada

Concepción e Culiacán, Sinaloa


Los saludamos desde la capital del estado de Sinaloa sus amigos Rocío Gaxiola y Fernando
Ceja quienes formamos la familia Ceja Gaxiola, también saludamos a los hermanos que nos
ven en ciudad de México, durango, Guadalajara y ciudad obregón y del mundo entero, es
un placer encontrarnos nuevamente con ustedes en estos viernes de charlas franciscanas
En esta noche vamos a revisar 7 cosas que podemos hacer para apoyar a quien está en
duelo ¿De qué manera podemos apoyar a alguien que perdió a un ser querido?

1. Ora
La persona a la que se la ha muerto un ser querido, necesita una fortaleza que tú no
puedes darle. Encomiéndala a Dios. Y también pídele a María, que la entiende mejor que
nadie porque sufrió la muerte de José y la de Jesús, que la acompañe, sostenga, interceda
por ella.

Te voy a dar 3 razones para rezar el Rosario por los difuntos


1. Obtener indulgencia plenaria
Cuando alguien muere, la gente dice: ‘ya está con Dios’, y es verdad, al morir va con Dios,
pero a enfrentar su juicio particular. Luego puede ir al cielo, al infierno o al purgatorio. En
los dos primeros no necesita ayuda, pero en el purgatorio sí. Y como no sabemos a dónde
están nuestros difuntos, conviene asumirlos en el purgatorio, rezar por ellos y obtener
indulgencia plenaria. ¿Qué es eso? Para entenderlo cabe mencionar lo siguiente: Todo
pecado tiene consecuencias. En la Confesión se perdona el pecado, pero queda una
consecuencia que hay que expiar. Quien al morir tiene pecados confesados y perdonados,
cuya consecuencia falta expiar, pasa por un proceso de purificación llamada purgatorio, del
que puede salir si alguien ofrece por su alma una indulgencia plenaria. Si rezas el Rosario,
en familia o en comunidad, por tus difuntos, (y te confiesas, comulgas y oras por las
intenciones del Papa), puedes obtener para ellos indulgencia plenaria y ayudarles a llegar al
cielo. Y tendrás la doble alegría de haberlos ayudado a llegar allí, y de saber que te estarán
eternamente agradecidos e intercederán siempre por ti.

2. Encomendar tus difuntos a Dios


En el Rosario los pones en las manos amorosas de Dios, en cada Padrenuestro, al meditar el
Evangelio en cada Misterio, al rezar jaculatorias como: ‘Si por Tu sangre preciosa le has
redimido, que le perdones te pido por Tu Pasión dolorosa’ o ‘Dale Señor el descanso
eterno, y luzca para él (o ella) la luz perpetua’, o la que el Ángel en Fátima pidió incluir en el
Rosario: ‘Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados; líbranos del fuego del Infierno; lleva al
Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.’
3. Pedir la intercesión de María
En el Rosario encomiendas a tus difuntos a la intercesión de María, de quien dijo san Juan
Bosco que cuando Ella ruega ‘todo se obtiene, nada se niega’. Ella aboga ante su Hijo por
las almas de los pecadores; las libra de los engaños del demonio, y alivia a las que están en
el Purgatorio. Santa Faustina Kowalska narra en su diario que María entra al Purgatorio
para consolar a las almas y ayudar a algunas a salir de allí.

Virgen de la luz
La representación de la Virgen de la Luz es aquella donde muestra a la Virgen
María evitando caer en las fauces de un monstruo maligno, mientras sostiene su alma y
al Niño Jesús.
La Virgen María aparece vestida con túnica blanca y su manto azul (semejante al de la
iconografía de la Inmaculada Concepción), que simbolizan su pureza y castidad, sobre un
fondo de color amarillo dorado.
en los brazos sostiene con su mano derecha la figura de un alma, y con su brazo izquierdo
al Niño Jesús, el cual escoge un par de corazones ardientes que un ángel porta y le ofrece
en una cesta. Los corazones ardientes simbolizan la caridad y el amor a Dios.
Sobre la cabeza de la Virgen María están un par de ángeles que la coronan como reina del
cielo, mientras que a sus pies, le espera un monstruo (Leviatán) con sus fauces abiertas. La
figura de Leviatán fue censurada desde 1760 por la Iglesia Católica Romana y fueron
sustituida por unas llamas que aludían al purgatorio, o unas nubes oscuras que simbolizan
al pecado.
En la Ciudad de León, Guanajuato, celebran su fiesta el miércoles posterior al domingo de
la Ascención. En Europa el 8 de septiembre.

2. Manda decir Misas


Lo más grande que puedes hacer por una persona difunta es mandar decir Misas por su
eterno descanso. También rezar el Santo Rosario y la Coronilla de la Misericordia. Si lo
consideras oportuno, decírselo a sus deudos, puede ser muy reconfortante para ellos.

Misas mensuales por 1 año y después anuales


Me gustaría saber sobre las misas de sufragio. En todas las misas se reza por los difuntos:
¿por qué es necesario pedir al sacerdote poder dedicar una celebración a un difunto en
particular? ¿No basta la intención de quien participa en la misa, que en esa ocasión (quizá
por una festividad, aniversario…) recuerda a su ser querido?
Responde el sacerdote Lamberto Crociani, profesor de Liturgia en la Facultad teológica de
Italia central.
Cada día en la celebración de la Eucaristía se hace memoria de los «hermanos que se
durmieron en la esperanza de la resurrección y todos los que han muerto en tu
misericordia», como afirma el texto latín.

Misas gregorianas
Se celebran por 1 mes completo, estas se iniciaron el papa San Gregorio Magno (540-604)
tuvo una revelación en la que constata que un religioso llamado Justo había pasado del
purgatoria a la gloria, gracias a la celebración de la misa, en la que se pidió por su eterno
descanso y el perdón de sus pecados durante 30 días consecutivos.
Santo Rosario
Coronilla de la Misericordia

3. Presta oído y corazón


Quien pierde a un ser querido necesita llorar, hablar, desahogarse con alguien. No hace
falta que le digas nada (a veces es preferible callar a decirle algo que pueda lastimar). Basta
con estar ahí, para escuchar, para abrazar, incluso para llorar.

4. Haz algo práctico


Hay quien dice a la persona en duelo: ‘si necesitas algo, avísame’, pero ésta tal vez no sabe
qué necesita, o no tiene ánimo de pedir ayuda, o le da pena. Si la conoces, puedes tener
una buena idea de lo que necesita. Por ejemplo, si pasó la noche en la funeraria y sabes
que le gusta el té, llévale uno calientito. Si crees que no tendrá ganas o tiempo de cocinar,
llévale algo rico que se le pueda antojar, y así te aseguras de que no se quede sin comer ni
se vaya a malpasar. Contaba un señor, que cuando él sacaba a pasear a su perro, casi
siempre coincidía con su vecino, que sacaba a pasear al suyo. Cuando supo que el vecino
falleció, le ofreció a la anciana viuda, sacar a pasear al perro. A ella le dio gran alivio no
tener que salir sola de noche ni realizar una tarea que la entristecía porque su esposo la
hacía. Piensa, ingéniatelas para idear en qué puedes ayudar.

5. Acompaña
Acompaña a la persona a realizar algo que antes realizaba con quien falleció, por ejemplo,
ir de compras, o a un trámite, o al doctor. Parte del dolor del duelo es sentir el miedo y el
desamparo de ya no contar con el apoyo de aquel ser querido. Tu compañía puede ayudar
a paliar ese vacío.

6. Infórmate
Si la persona en duelo es muy cercana a ti, conviene que leas acerca del proceso de duelo,
para que puedas ayudarle mejor. Por ejemplo, el libro de la famosa tanatóloga Elisabeth
Kübler-Ross ‘Sobre el duelo y el dolor’ plantea algunos temas que pueden serte útiles, por
ejemplo, sobre el llanto, los remordimientos, los estados de ánimo, etc.
(Cabe comentar que hay muchos libros y talleres sobre duelo que no son católicos o que
aparentemente lo son, pero mezclan conceptos de la ‘nueva era’. Presta atención, para no
hacer caso de recomendaciones que puedan desviarte de lo que enseña la Iglesia).LIBRERÍA
DIDEC, LIBRERÍA SAN PABLO, MADRES ADORATRICES, TANATOLOGOS
7. Mantente en contacto
Es común que el día del velorio mucha gente se haga presente para dar el pésame, y se
olvide de los deudos conforme pasen los días. Pero éstos siguen necesitados de apoyo y
compañía. Una llamada, un correo electrónico o incluso un mensajito de vez en cuando
puede ayudar a mitigar el dolor de una jornada en soledad. Se trata sobre todo de hacer
sentir a la persona que ha perdido un ser querido, que no está sola, que además de Dios,
fuente de su mayor consuelo, cuenta con alguien dispuesto a darle el cariño y tiempo que
necesite para enfrentar y superar su duelo.

Algunas de las frases que hay que evitar al dar el pésame son:


"El tiempo lo cura todo". Pronto pasará
"Tienes que ser fuerte".
"Hay que pasar página".
"Ahora tienes que pensar en tu hijo".
"Desde este momento tienes que ser tú el cabeza de familia".
“Sé cómo te sientes”.
Todos morimos y recuérdalo, es algo natural en el ser humano, no es un simple capricho de
Dios.
Se fue a un lugar mucho mejor. ...
Échale ganas. ...
Todo pasa para bien. ...
Yo sé lo que sientes. ...
¿Cómo estás? ...
¡Felicidades!

Palabras y frases para animar ante una pérdida


Lo siento mucho.
Te acompaño en el sentimiento.
Lamento mucho tu pérdida.
Me acuerdo mucho de ti y de tu familia.
Mis sinceras condolencias.
Estoy aquí para lo que necesites.
Ojalá pudiera hacer tu dolor más llevadero.
Siento mucho que tengáis que pasar por esto.
  “No sé ni qué decirte”.
– “No sé cómo ayudarte, aunque me gustaría poder hacerlo”.
– “Me gustaría poder calmar tu dolor de algún modo”.
– “No puedo llegar a entender lo que estás sintiendo pero puedo quedarme cerca de ti, por
si en algún momento necesitas hablar”

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