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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

A través de este estudio de caso se ha planteado la oportunidad de profundizar en el conocimiento


de temas claves como, los trastornos alimenticios los cuales se podría denominar como un
problema de salud pública ya que este afecta a todos los estratos sociales, pero es más recurrente
en jóvenes mujeres y cuyo daño es significativo a nivel social.

Es por esto que al momento de profundizar sobre los trastornos alimenticios se ha puesto
de manifiesto que son varios, por ello se decidió abordar a uno de los más presentes, como lo es
la bulimia. Se ha podido dejar claro que suelen ser manifestaciones de otro tipo de problemas
como son los familiares y sociales, y que deben ser vistos como una enfermedad multifactorial y
por ello su tratamiento requiere de un equipo multidisciplinario.

En verdad que este tipo de padecimientos es considerado como sumamente grave y todo
aquello que pueda ayudar a prevenirlo se toma de manera muy positivo, se han conocido
campañas al respecto y de esta manera evaluando sus ventajas y las desventajas además de toda
la experiencia e información que han podido ayudar a proponer mejoras en las estrategias como
ya se ha mostrado.

El riesgo de trastorno alimentario no es exclusivo en un género o grupo de edad, y con


respecto a éste, son cada vez más jóvenes los que presentan conductas de riesgo o de un posible
caso de TCA, pero no por ello disminuye significativamente durante el tiempo. Esto nos lleva a
la conclusión de que, para poder hacer trabajos preventivos, es importante comenzar incluso
desde la infancia.

En el proceso de diagnóstico se ha de incluir la evaluación del estado emocional, mientras


que, para el tratamiento, se requiere intervenir en ambos aspectos. En los casos en los que no
haya necesidad de atención médica por descompensación nutricional, pero la depresión sea
severa, dar prioridad a ésta para poder trabajar el trastorno alimentario.
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