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LECCIÓN 4 Procedimientos empleados en la inyección de

terrenos

Figura 1. Inyección de una perforación por tramos (Cambefort, 1968)

En artículos anteriores se habló de los materiales empleados en la


inyección de terrenos, de las técnicas de inyección del terreno y de
los tipos de lechadas y aplicabilidad de los materiales de inyección
de terrenos. Como decíamos, esta técnica consiste en introducir en el
medio una mezcla fluida que reacciona con las partículas de suelo
mediante una reacción hidráulica o química. De esta forma se
conforma una masa de mayor resistencia mecánica y permeabilidad,
así como menor deformabilidad, pues se consigue aumentar la
compacidad, disminuyendo el índice de huecos. En este artículo nos
centraremos en los procedimientos empleados en la inyección del
terreno.

Un tubo facilita la inyección y evita que la lechada escape al


exterior del taladro por el camino más fácil, que suele ser el contacto
entre el terreno y el tubo de revestimiento o bien entre el obturador y el
exterior del tubo de inyección. La inyección se puede realizar mediante
los siguientes procedimientos:

 Inyección desde la boca de la perforación: se vierte la lechada por


gravedad desde la boca del sondeo, obturando en la parte superior.
Se utiliza la técnica en rocas con grandes huecos.

 Inyección ascendente: primero se hinca un tubo y se inyecta a


medida que se extrae por tramos de 30 cm. La inyección se realiza por
tramos sucesivos, empezando desde la parte inferior del terreno a
inyectar hasta la zona superior. Se obtura a distintas profundidades y
se aplican presiones de inyección decrecientes. Es una técnica más
rápida y barata que la inyección por fases decrecientes, permitiendo
independizar la perforación de la inyección.

 Inyección al avance o por fases descendentes: se perfora un tramo,


se retira el varillaje y se inyecta. Tras el fraguado ligero de la lechada,
se perfora el tramo inyectado y un tramo nuevo, continuando el
proceso. La idea es ir creando techos sucesivos que permitan ir
aumentando la presión de inyección. Es una técnica cara, que debe
evaluarse bien antes de su uso.
 Inyección por fases repetitivas mediante tubos-manguito: se
perfora y se introduce un tubo ranurado de 50-60 mm de diámetro, sin
reperforación, cuyos orificios exteriores se cierran con manguitos de
goma que actúan como válvulas anti-retorno, por los que sale la
lechada. Se puede inyectar a cualquier nivel y orden o reinyectar
mediante un doble obturador. Si se conoce la granulometría de cada
capa, se puede ajustar la mezcla de inyección. La lechada de sellado
debe ser de baja resistencia (0,3-0,5 MPa) y frágil. Para disminuir la
resistencia se puede añadir un 3-4% de bentonita.

A continuación se describe el uso de cada una de estas técnicas en


función si la inyección se realiza en terrenos rocosos o bien en
terrenos sueltos.

 Inyección en terrenos rocosos: Lo más habitual es utilizar la


inyección por etapas descendentes y la inyección por etapas
ascendentes. En macizos de calidad baja se emplea la inyección por
etapas descendentes; aquí no tenemos la seguridad de que las
paredes de la perforación se sostengan, no van a poder aguantar la
presión de inyección, o la estructura geológica puentee la lechada,
cementándose los obturadores, con la consiguiente pérdida de
obturadores y taladro. En rocas de calidad media o alta se usa la
inyección per etapas ascendentes.

 Inyección en terrenos sueltos: Se utilizan las inyecciones


descendentes, las inyecciones armadas, la inyección con puntaza
perdida y el jet grouting. En las inyecciones descendentes se procede
como en roca, pero la perforación se realiza a rotación con corona del
mismo diámetro que la varilla y la inyección se realiza a través del
varillaje de perforación. En las inyecciones armadas se introduce un
tubo de paredes lisas dentro del taladro, perforando cada cierta
distancia de modo que estas perforaciones se cubren con un manguito
de caucho que sirve como válvula anti retorno; el espacio anular entre
el tubo y las paredes de la perforación se rellena con una mezcla
bentonita-cemento, de poca resistencia, que hace de obturador
longitudinal y evita que la lechada fluya por la corona anular del taladro
pero que se rompe al inyectar; la inyección se hace situando un
obturador doble a nivel del manquito que se quiera inyectar. En la
inyección con puntaza perdida se perfora con una puntaza de diámetro
mayor que la varilla, inyectándose conforme se retira el varillaje; es un
método barato con ciertas limitaciones. Con el jet grouting se realizan
inyecciones a muy altas presiones, siendo procedimiento que se verá
en detalle en una lección posterior.

 El procedimiento más habitual es la inyección ascendente, con


unas presiones normales de 1 a 3 MPa, aunque este rango se
puede ampliar desde los 0,5 a los 8 MPa. Los taladros se
separan entre 1 y 4 m. La relación entre el volumen inyectado y
el de huecos del terreno es muy variable, entre el 40% en el
caso de gravas abiertas o rellenos flojos mal compactados, al
10-20% para terrenos arenosos relativamente compactos. En la
inyección de suelos, la técnica más común es la de tubo-
manguito.
 La longitud máxima de cada tramo de tratamiento varía entre 5 y
10 m. En suelos, la longitud tratada no suele superar el metro de
longitud. Los taladros se separan según el tipo de terreno y las
presiones que puedan aplicarse. En la Tabla 1 se indica la
separación recomendada entre taladros de inyección, para
algunas de las aplicaciones habituales:

De todas formas, es importante controlar la presión de la inyección,


pues una presión nula puede indicar una pérdida de inyección, una
presión excesiva puede dar lugar a levantamientos o giros en el caso
de estructuras próximas. Siempre que sea posible se debe realizar un
control informatizado de la perforación, así como medir y controlar la
presión, el caudal y el volumen de las inyecciones en cada punto.

Por último, hay que tener presente que la inyección del terreno es
una operación “ciega”, en el sentido que no se conoce realmente por
dónde fluye la mezcla, por ejemplo, por desconocer la red de
fracturación. Por tanto, se suelen extraer testigos después de las
inyecciones para comprobar los resultados.

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