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TEMA
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN COGNITIVO CONDUCTUAL EN CÁNCER DE CUELLO
UTERINO
DOCENTE:
MG. BEDDY TRUJILLO BASHI
ALUMNAS:
MARISOL MELGAREJO MALPARTIDA
MARIA YNES MACHACA DAVID
ELIZA CADILLO SANCHEZ
YENNI CONDEZO LEIVA
GINA DAVILA JAIMES
HUANUCO-2021
INTRODUCCION
El cáncer de cuello uterino es un tipo de cáncer que se produce en las células del cuello uterino, la
parte inferior del útero que se conecta a la vagina.
Varias cepas del virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual, juegan un
papel importante en la causa de la mayoría de tipos de cáncer de cuello uterino.
Cuando se expone al virus del papiloma humano, el sistema inmunitario del cuerpo generalmente
evita que el virus haga daño. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de personas, el virus sobrevive
durante años, contribuyendo al proceso que hace que algunas células del cuello uterino se
conviertan en células cancerosas.
Puedes reducir el riesgo de desarrollar cáncer cervical haciéndote pruebas de detección y recibiendo
una vacuna que protege contra la infección por el virus del papiloma humano. La presencia de cáncer
es un evento percibido como catastrófico que conlleva un impacto psicológico significativo asociado
aún, a la idea de muerte, a la potencial discapacidad.
Para fines operativos de atención clínica, se resumen en tres fases: Fase I Negación; Fase II
Confusión y disforia; y Fase III Adaptación.
La psicoterapia dinámica tiene aplicación a todo lo largo del proceso y su paradigma contribuye a
enriquecer los abordajes de otras modalidades psicoterapéuticas. El abordaje conductual ofrece
mucha utilidad para el manejo sintomático como estrategia no farmacológica. El enfoque individual,
de grupo, de pareja o de familia se planifica y materializa conforme a cada caso.
Finalmente, es importante enfatizar que el equipo oncológico tome en consideración estos aspectos
a fin de proveer a sus pacientes de un abordaje integral y humano que contribuya a la calidad de vida
de sus pacientes.
CAUSAS DEL CANCER TERMINAL AL CUELLO UTERINO
El cáncer cervical comienza cuando las células sanas del cuello uterino desarrollan cambios
(mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula contiene las instrucciones que le dicen a una célula
qué hacer.
Las células sanas crecen y se multiplican a una cierta velocidad, y finalmente mueren en un
momento determinado. Las mutaciones le dicen a las células que crezcan y se multipliquen fuera de
control, y no mueren. Las células anormales acumuladas forman una masa (tumor). Las células
cancerosas invaden los tejidos cercanos y pueden desprenderse de un tumor para diseminarse
(hacer metástasis) en otras partes del cuerpo.
No está claro qué causa el cáncer cervical, pero es cierto que el virus del papiloma humano juega un
papel importante. El virus del papiloma humano es muy común y la mayoría de las personas con el
virus nunca desarrollan cáncer. Esto significa que otros factores, como el entorno o estilo de vida,
también determinan si desarrollarás cáncer de cuello uterino.
¿Cuáles son las causas del cáncer de útero?
Hasta la fecha no está del todo clara la causa del cáncer de útero. Según algunos estudios los
niveles más altos de estrógenos en el cuerpo de la paciente, combinados con niveles más bajos de
progesterona, podrían ser una de las principales causas del cáncer de útero. Estadísticamente se ha
demostrado que las mujeres con dicha combinación hormonal están más afectadas por cáncer de
útero. Otras causas de riesgo pueden ser:
Obesidad
Diabetes
Menopausia
Síndrome de Lynch
Tabaquismo
A menudo, algunos tipos de VPH se clasifican como de “no oncogénico” (causantes de verrugas) o
de “oncogénico” (causantes de cáncer), en función del riesgo que representan de contraer cáncer. La
Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer determinó que hay 13 tipos de VPH que
pueden causar cáncer de cuello uterino; al menos uno de estos tipos puede causar cánceres de
vulva, vagina, pene, ano y orofaringe (cánceres en la parte posterior de la garganta, la lengua y las
amígdalas). Los tipos de VPH que pueden causar verrugas genitales no son los mismos que los que
pueden causar cáncer.
La mayoría de las personas infectadas por el VPH no lo saben. Por lo general, el sistema inmunitario
de la persona elimina de forma natural la infección por el VPH en un periodo de dos años. Esto
ocurre con los tipos de virus oncogénico como no oncogénico. Hacia los 50 años de edad, al menos
4 de cada 5 mujeres habrán tenido una infección por VPH en algún momento de su vida. El VPH
también es muy frecuente en los hombres y a menudo no conlleva síntomas.
Cómo una infección por VPH puede causar cáncer
Cuando el sistema inmunitario del cuerpo no puede combatir una infección por VPH con tipos de
VPH oncogénicos, esta puede perdurar y transformar las células normales en anormales y
posteriormente causar cáncer. Cerca del 10 % de las mujeres que tienen una infección por VPH en el
cuello uterino presentarán infecciones duraderas que implicarán un riesgo de contraer cáncer de
cuello uterino. De la misma manera, el VPH de alto riesgo puede producir cambios celulares
llamados precánceres cuando permanece e infecta las células de la vulva, la vagina, el pene o el
ano. Estos cambios podrán derivar en cáncer si no se detectan y eliminan en forma oportuna. Estos
cánceres son mucho menos frecuentes que el cáncer de cuello uterino. Existe una menor cantidad
de información sobre cuántas personas con el VPH contraerán cáncer en esas áreas.
Tener el VIH, el virus que causa el sida u otra afección que debilite el sistema inmunitario (es
decir, que limite la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades y problemas de salud).
Fumar.
Tomar pastillas anticonceptivas durante mucho tiempo (cinco años o más).
Haber dado a luz a tres bebés o más.
Tener varias parejas sexuales.
Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle
cáncer. Si bien los factores de riesgo con frecuencia influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría
no provoca cáncer de forma directa.
Los siguientes factores pueden elevar el riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de cuello uterino:
Herpes.
Las mujeres que tienen herpes genital presentan un riesgo mayor de desarrollar cáncer de
cuello uterino.
Tabaquismo.
Las mujeres que fuman tienen dos veces más riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino
que las mujeres que no fuman.
Edad.
Las niñas menores de 15 años de edad rara vez desarrollan cáncer de cuello uterino.
El riesgo aumenta entre el final de la adolescencia y mediados de los 30 años de edad.
Las mujeres mayores de 40 años de edad siguen en riesgo y deben continuar
sometiéndose con regularidad a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino, que
incluyen pruebas de Papanicolaou y de HPV.
Factores socioeconómicos.
El cáncer de cuello uterino es más frecuente en grupos de mujeres que tienen menos
probabilidades de tener acceso a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino.
Dichas poblaciones incluyen más probablemente mujeres negras, hispanas e indígenas.
Anticonceptivos orales.
Algunos estudios de investigación sugieren que los anticonceptivos orales, que son las
píldoras anticonceptivas, pueden estar asociados a un aumento en el riesgo del cáncer de
cuello uterino.
Sin embargo, una mayor investigación es necesaria para entender cómo se vincula el uso
de anticonceptivos orales con el desarrollo de cáncer de cuello uterino.
Enfermo, familiares y personal asistencial, han sido conceptualizados a través del modelo triangular
del sufrimiento (Cherby, 2004; reproducido en Grupo de Trabajo Guía de práctica clínica sobre
Cuidados Paliativos, 2008):
De acuerdo con este modelo, el sufrimiento de cada uno de ellos puede amplificar el sufrimiento de
los otros. Son fuente de sufrimiento:
En el paciente
Los síntomas físicos (como el dolor), los síntomas psicológicos y el sufrimiento existencial (la
desesperanza, el sinsentido, la decepción, el remordimiento, la ansiedad ante la muerte y la
alteración de la identidad personal), el sufrimiento de los familiares y de los amigos, así como la
percepción de ser una carga para sí mismo y para los demás.
La OMS (1988) ha considerado formalmente al Couseling como una herramienta clave no sólo para
el cambio de comportamientos sino además para su prevención.
Es una práctica recomendada en muchos países para las relaciones paciente-terapeuta ya que
aumenta el grado de satisfacción de los pacientes, mejora su adhesión al tratamiento e incrementa la
habilidad del terapeuta para el trato con sus pacientes.
Para Dietrich (1986) “en su núcleo sustancial, es esa forma de relación auxiliante, interventiva y
preventiva, en la que un asesor a través de la comunicación, intenta, en un lapso de tiempo
relativamente corto, provocar en una persona desorientada o sobrecargada, un proceso activo de
aprendizaje de tipo cognitivo-emocional, en el curso de la cual se puedan mejorar su disposición de
autoayuda, su capacidad de autodirección y su competencia operativa”. A partir de esta definición,
arranz et al. (2005) consideran que el counseling es un proceso interactivo, en el que, rescatando el
principio de autonomía de la persona, se ayuda a ésta a tomar las decisiones que considere más
adecuadas para ella en función de sus valores e intereses. En otras palabras, “es el arte de hacer
reflexionar a una persona, empalizando y confrontando, por medio de diferentes estrategias
comunicativas, de tal modo que pueda llegar a tomar las decisiones que considere adecuadas para
ella y siempre teniendo en cuenta su estado emocional”.
LA PSICOONCOLOGÍA
La Psicooncología es una disciplina todavía poco conocida. Muchas personas con cáncer no saben
que hay un campo de trabajo dentro de la Psicología centrado en los pacientes oncológicos y sus
familiares. Y cuando lo descubren, no siempre saben cómo se pueden beneficiar.
La psicooncología es el área de la Psicología centrada en el apoyo y la terapia a los pacientes con
cáncer, a sus familiares ya los profesionales de la oncología. También estudia los determinantes
psicológicos del cáncer, su prevención y su impacto en la sociedad. Es importante que el profesional
de la psicooncología tenga una titulación reconocida y una formación centrada en esta área, para
poder prestar ayuda psicológica a pacientes de cáncer. Estos pacientes tienen unas necesidades
específicas, que se atenderán mejor desde la experiencia.
El malestar emocional es normal cuando se tiene cáncer, o cuando un familiar próximo convive con
la enfermedad. Que ante el cáncer una persona esté triste, tenga ansiedad o se haga muchas
preguntas, no es patológico en si mismo
Entra dentro de la normalidad. Algunas personas en esta situación consideran que tienen suficientes
recursos para afrontarlo, o piensan que ello no les impide excesivamente llevar a cabo las
actividades de la vida diaria.
En otras personas estos síntomas son más graves. El informe «Salud mental y malestar emocional
en pacientes con cáncer» dice que la mitad de personas con cáncer tienen síntomas
de ansiedad, depresión y malestar emocional y que el 30% presentan trastornos psicológicos. Esto
significa que, de todos los pacientes que tienen estos síntomas psicológicos, una parte importante los
viven con notable intensidad.
La ayuda psicológica para pacientes con cáncer va dirigida a personas con un malestar emocional
importante o un deterioro significativo de la vida diaria o de las relaciones personales. Tanto si hay
una psicopatología diagnosticada como si no, es un derecho de los pacientes buscar la recuperación
de la calidad de vida, incluyendo la salud mental.
Los beneficios de la ayuda psicológica para pacientes de cáncer se pueden explicar según la fase de
la enfermedad o según los problemas específicos que afecten a cada persona. En esta lista sólo hay
10 pero, en realidad, pueden ser muchos más:
1. Afrontar el diagnóstico.
Afrontar el diagnóstico de cáncer es difícil. Saber que se tiene esta enfermedad abre la puerta a
cambios importantes en la autoimagen, las perspectivas de futuro, las rutinas diarias, etc. Muchas
personas se preguntan «¿Por qué a mí?» y tienen miedo del tratamiento y de que este no funcione.
También se preocupan por cómo lo vivirá su familia. Las reacciones más habituales son el miedo,
la tristeza, la rabia y la incertidumbre. En el momento del diagnóstico es posible pasar unas horas en
choque: la persona está tanto ensimismada con la noticia, que deja de prestar atención a lo que le
dicen. Por eso es importante que vaya a las visitas acompañada: El acompañante podrá tomar notas
y hacer preguntas importantes al oncólogo. En este momento el apoyo psicológico se centra en
ayudar al/a la paciente a expresarse y normalizar las reacciones emocionales. Normalizar estas
reacciones quiere decir explicar que es normal experimentarlas, y que forman parte del proceso de
adaptación al diagnóstico. En esta fase también facilitamos la comprensión de la información y
intentamos deshacer falsos mitos que podrían crear miedos infundados.
3. Tomar decisiones
Durante la enfermedad las visitas al hospital son frecuentes, y con varios especialistas. Esto
puede alterar horarios y rutinas familiares. También hay que tomar decisiones en torno a si hay que
dejar (o no) el trabajo, cómo hablar del cáncer con los hijos, cómo deben cambiar los planes de
futuro -que a menudo quedan olvidados-, etc. Incluso, a veces, hay varias opciones de tratamiento
posibles y el/la paciente puede decidir cuál sigue, conjuntamente con el médico.
La ayuda psicológica para pacientes de cáncer sirve para evaluar los pros y contras de cada opción a
escoger, teniendo en cuenta que las circunstancias pueden cambiar. Ayudamos a recoger y separar
la información y tomar las decisiones conjuntamente con todos los implicados.
Tras muchos años de rutinas establecidas, el cáncer lo cambia todo. Cosas que formaban parte de la
normalidad, como el reparto de tareas domésticas, el cuidado de los hijos o los nietos, el uso del
coche familiar, etc., de repente se ven alteradas. Además, el resto de la familia también puede sufrir
ante el cáncer de su ser querido. Y a menudo piensan «Mi sufrimiento es poco importante, ahora lo
más importante es él/ella, que es quien tiene el cáncer
Como psico oncólogo explico a los familiares que su sufrimiento es tan prioritario como el de la
persona que tiene cáncer. Y junto con el/la paciente, buscamos la manera de facilitar los cambios
que van surgiendo, para que se conviertan en una ayuda para la terapia y el bienestar.
5. Facilitar la comunicación familiar
Es habitual que el/la paciente quiera hablar de algún tema que le preocupa (el dolor, la muerte, etc.)
y los familiares lo rechacen porque no saben cómo abordarlo, o al revés. O que para evitar hacer
daño a otra persona, se callen ciertas cosas, que terminan afectando las relaciones personales. A
veces la familia no sabe cómo ayudar y tiene la sensación de que no llega a todo.
En psicooncología planeamos cómo y cuándo abordar estas cuestiones: el lugar, el momento y el
motivo. Facilitamos la comunicación basada en el respeto y ayudamos a expresar a cada persona lo
que necesita. Todo ello contribuye a mejorar el clima familiar y resolver posibles tensiones.
Los amigos son una fuente importante de apoyo social. Pero hay pacientes con cáncer que quieren
mantener la enfermedad en secreto, para no tener que cargar con el sufrimiento de los demás.
También es habitual que se sorprendan porque «algunos amigos que pensaba que estarían han
desaparecido, y otros con los que no contaba, se han acercado«. A veces hay que aprender a
responder adecuadamente a comentarios inoportunos y a la curiosidad morbosa.
La ayuda en este punto consiste en decidir qué información se da a cada persona y en facilitar
herramientas de asertividad: saber responder a las peticiones positivas y las negativas manteniendo
el respeto y la dignidad. También explico que los amigos y los psicólogos hacemos cosas diferentes,
pero que ambas fuentes de apoyo son importantes.
7. Volver a la normalidad
«Desde fuera» parece que cuando una persona recibe el alta sus preocupaciones desaparecen. Y no
siempre es así. Sin duda es una buena noticia, pero a veces da miedo perder el contacto con los
médicos (con el que, si ocurría algo, nos podían atender rápidamente). Es posible que aparezca
el síndrome de la espada de Damocles: el miedo, ante cualquier pequeño síntoma, de haber recaído
en el cáncer.
Desde la ayuda psicológica para pacientes de cáncer entendemos que el regreso a la normalidad es
lento y progresivo. Y algunas cosas pueden haber cambiado para siempre: el autoconcepto, la visión
de la vida, etc. Además, el malestar emocional se puede mantener, y conviene prestarle atención
aunque el cáncer esté curado.
8. Afrontar la recaída
Como psico oncólogo, trabajo para facilitar la expresión emocional y ayudar a tomar decisiones sobre
el tratamiento. Las personas en esta situación se pueden sentir muy solas, y acompañarlas las ayuda
a mejorar el estado de ánimo. También ayudo al/a la paciente a resolver otros problemas que le
afecten.
Si la enfermedad se vuelve incurable, el tratamiento pasa a ser paliativo (de control de los síntomas).
El objetivo es que el dolor, la preocupación u otros síntomas deterioren lo mínimo posible la calidad
de vida. Aunque el tiempo restante es incierto, esta calidad de vida ayuda a mantener la actividad y
hacer cosas que el/la paciente quiere hacer antes de morir.
En este momento en la ayuda psicológica para pacientes de cáncer es importante controlar el miedo
a morir. No nos ponemos como objetivo «ser feliz», porque la mayoría de veces es inasumible y nos
impediría centrarnos en otras metas más asequibles. Otra preocupación habitual que manejar es la
de qué ocurrirá con la familia. Incluso, a menudo, una persona con cáncer al final de la vida está más
preocupada por su familia que por ella misma. También podemos hacer un repaso vital que ayude a
la persona a saber que su vida ha tenido sentido, algo que facilitará que se vaya en paz.
Nadie puede estar preparado para un diagnóstico de cáncer. Sin embargo, puedes tratar de manejar
el shock y el miedo que sientas siguiendo algunos pasos para controlar lo que puedes hacer en dicha
situación. Todos sobrellevan un diagnóstico de cáncer cervical a su manera. Con el tiempo,
descubrirás qué te ayuda a sobrellevarlo. Hasta ese momento, puedes empezar por tomar el control
intentando lo siguiente:
Aprende lo suficiente sobre el cáncer cervical para tomar decisiones sobre tu atención. Escribe
las preguntas que te surjan y llévalas a tu próxima consulta para hacérselas a tu médico. Busca
a un amigo o familiar para que te acompañe a las consultas y tome notas. Pídele al equipo de
atención médica que te dé más fuentes de información.
Busca a alguien con quien hablar. Puedes desahogarte con un amigo o familiar y contarles
cómo te sientes, o quizás prefieras reunirte con un grupo de apoyo formal. Los grupos de
apoyo para las familias de sobrevivientes del cáncer también están disponibles.
Deja que las personas te ayuden. Los tratamientos del cáncer pueden ser agotadores. Permite
que tus amigos y familiares sepan qué tipo de ayuda sería la más útil para ti.
Define objetivos razonables. El hecho de tener objetivos te ayuda a sentir que tienes el control
y puede brindarte un propósito. Pero elige objetivos que puedas cumplir.
Tómate tiempo para ti. Comer bien, relajarte y descansar lo suficiente puede ayudarte a
combatir el estrés y la fatiga del cáncer.
Solicita una consulta con tu médico si tienes signos o síntomas que te preocupan. Si se cree que
tienes cáncer cervical, es probable que te remitan a un médico que se especializa en el tratamiento
de cáncer que afecta el sistema reproductor femenino (ginecólogo oncólogo).La siguiente
información te ayudará a prepararte para la consulta y a saber qué esperar del médico.
Qué puedes hacer:
Ten en cuenta cualquier restricción previa a la consulta, como por ejemplo no comer alimentos
sólidos el día antes.
Anota los síntomas que sientas, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el
motivo de la consulta.
Anota la información personal clave e incluye cualquier cosa que aumente tu riesgo de contraer
una infección de transmisión sexual, como actividad sexual temprana, parejas múltiples o sexo
sin protección.
Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
Respecto al tema de factor de riesgo del Cáncer de Cuello Uterino, se continúa realizando
estudios e investigaciones sobre cuáles son los factores que causan este tipo de cáncer y que
pueden hacer las mujeres para reducir su riesgo, no existe una forma comprobada de prevenir
por completo dicha enfermedad, sin embargo, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo
de cáncer. Por lo tanto, debe informar a su médico si presenta riesgo y cualquiera de los signos
y síntomas, es importante hablar con su médico aun cuando se asemejan los síntomas de otras
enfermedades menos graves, su médico le preguntara desde cuándo y con qué frecuencia ha
experimentado los signos y síntomas, entre otras preguntas, que bien esto ayudara a detectar
la causa del problema.
En definitiva, el psicólogo trabajará en colaboración con la familia amigos y, en especial, con su
cuidador. La intervención psicológica en familiares es de vital importancia para el propio
beneficio del paciente.
Asimismo, es necesario destacar la fortaleza psicológica que debe tener el propio psicólogo a
nivel personal. Dedicarse al ámbito de la psicoterapia con enfermos terminales exige aparcar
las propias emociones durante la intervención psicológica, siempre sin perder el lado humano.
Cada paciente es un nuevo reto, pues cada paciente conlleva para el psicoterapeuta superar
su propio proceso de duelo.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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https://www.cdc.gov/spanish/cancer/cervical/basic_info/risk_factors
Protocolo y guía de intervención psicológica con pacientes terminales: una aproximación desde
los servicios sociales comunitarios del medio rural.
http://www.ipbscordoba.es/uploads/Documentos/Publicaciones_Ipbs/5pacientes-terminales.pdf.
Rol del psicólogo en cuidados paliativos y aspectos emocionales que inciden en su labor: un
estudio de caso. Laura Isabel Canizal Palacio.
https://psicologiaencancer.com/es/ayuda-psicologica-pacientes-cancer/
Ibáñez E, Romero R. Cambio de la imagen corporal en el paciente neoplásico.
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