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José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros
también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre.
(Francisco, Patris Corde, 5)
Desde hace mucho tiempo, las llamadas “misioneras de la Virgen” - junto a los Misioneros Vicentinos
y las Hijas de la Caridad - con incansable vigor y devoción han recorrido nuestras casas llevando la
“Capilla” con la Imagen de nuestra Santísima Madre.
Por distintos motivos en el transcurso del tiempo este ministerio ha ido en declive, frente algunos
sucesos y la increencia de la sociedad actual (EG 1.80). No obstante, el Santo Padre nos anima a seguir
renovando nuestro compromiso misionero para comunicar la alegría del Evangelio (EG 3).
Ante este renovado llamado a comprometernos con la obra de Dios (Jn. 6,28-29), queremos invitar a
rezar y trabajar por nuestra querida Asociación de la Medalla Milagrosa, que nuevamente va dando
pasos para conformarse formalmente en nuestros países.
Por ello, queremos invitarles a rezar todos los miércoles del mes de julio la oración del “Ángelus” junto
a la jaculatoria pedida por la Santísima Virgen; en memoria de la primera aparición de la Santísima
Virgen, pero también siguiendo la piadosa tradición de la Iglesia de dedicar ese día de la semana a San
José, en este años dedicado a su figura.
En esta sencilla oración refleja el amoroso plan de Dios que viene a salvarnos en Jesús, y por el “Sí”
de María; donde se manifiesta esta especial vocación de darse por entero a los demás. Desde este acto
de la “Misericordia Divina” también nace la vocación de nuestra Asociación: compartir el mensaje del
Evangelio a través del “Catecismo” acuñado en la Medalla Milagrosa, y al mismo tiempo mostrarnos
atentos a las necesidades de los demás, como seguidores del Evangelizador y Servidor de los pobres.
Nos despedimos rezando por ustedes, y por toda la AMM ¡Recen por nosotros!