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2021- 1 (M1)
TRABAJO 2 (TB2)
Consigna:
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A continuación, lea las fuentes propuestas.
Desde hace más de un año, trabajar desde casa se ha convertido en una actividad no
solo en el Amigos Números S.A. sino en muchas empresas. Este cambio generado
debido a la pandemia de la covid-19 ha demandado en el personal de la empresa un
proceso de adaptación que ha requerido modificaciones en el hogar y muchas veces en
el horario de trabajo.
El primer problema que han enfrentado los trabajadores es el económico, pues muchos
han tenido que invertir en mobiliario adecuado para este tipo de trabajo; por ejemplo,
han tenido que comprar escritorios y sillas especiales, laptop, etc. En estos casos, la
empresa les ha dado un bono como ayuda, pero que, por lo general, no cubre, la
inversión. Son varios los casos de empleados con familia que requieren más una laptop,
ya que se cruzan las actividades laborales del empleado con las del estudio de sus hijos
y esta inversión no la cubre el bono asignado. Esta situación que se ha prolongado más
de un año ha originado el descenso de la calidad del trabajo por parte de los empleados,
así como problemas de salud en algunos, lo cual los ha obligado a solicitar algunos días
de licencia.
De acuerdo con los abogados, los problemas de la norma peruana yacen en dos aspectos
que deben ser modificados. En primer lugar, la disposición señala que la empresa debe
asumir los gastos en los que el trabajador incurre si pone sus propias herramientas para
el teletrabajo. “Cuando el teletrabajador aporte sus propios equipos o elementos, el
empleador debe compensar la totalidad de los gastos, incluidos los de comunicación”,
señala la ley vigente desde el 2013. Para Carlos Espinoza, asociado senior del estudio
Rebaza, Alcázar de las Casas, no habría razón para que el empleador asuma, por
ejemplo, los costos de la conexión a Internet o la línea –o plan de datos– del celular de
un trabajador cuando opta por trabajar fuera del centro laboral. En segundo lugar,
Pamela Navarro, directora de PPU y experta en derecho laboral, explica que la norma
pide establecer medidas de salud y seguridad en el trabajo para quienes teletrabajan, lo
que obligaría a las compañías a inspeccionar cada lugar de donde su empleado labora
cuando no se encuentra en sus oficinas. “¿Cómo haces si un trabajador elige ir a un
Starbucks o a un restaurante para ejercer el teletrabajo, siendo hoy tan fácil acceder a
Internet desde cualquier lugar?”, cuestiona.
“Como esta regulación es tan estricta y formal, la gente teletrabaja, pero de manera
informal y a eso la gente le llama ‘home office’”, explica Cárdenas, en referencia a una
modalidad de trabajo que ya es adoptada por algunas empresas locales. Navarro añade
que esta política no se encuentra comprendida en el marco formal del teletrabajo, y es
empleada como un “beneficio” que otorgan las compañías a sus trabajadores para que
tengan uno o dos días a la semana disponibles para laborar desde casa.
- Luciana Herrera: Buenos días, Luis, te llamo antes de que inicies tu trabajo para
hacerte algunas preguntas. ¿Podemos conversar unos minutos o estás ocupado?
- Luis Linares: Buenos días, doctora, qué gusto oírla. En qué la puedo servir.
- LH.: Luis, estoy iniciando un trabajo de evaluación del personal que está realizando
teletrabajo y tú eres el trabajador más antiguo; por ello, me pareces el indicado para
iniciarlo.
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-LL.; No es ninguna molestia, pero espero que mi jefe no me necesite y me llame la
atención.
- LH.: Con lo que me dices, confirmo que hay mucha tensión en el ambiente o me
equivoco.
- LL.: Yo diría malestar y desgano, pues el respeto a las normas que siempre
caracterizaron a los jefes y a la empresa se han deteriorado mucho en un año.
- LH.: ¿Qué quieres decir con deterioro del respeto y las normas?
- LL.: Señorita, con el respeto que me merece, la forma como trabajamos actualmente
no sigue las normas, pues si nos necesitan a las 8:00 de la noche, debemos contestar el
teléfono y si necesitan de nosotros debemos acatar lo que nos dicen, pues de lo contrario
corremos el riesgo de que nos sancionen o, tal vez, hasta nos despidan.
- LH.: Creo, Luis, que todos los que trabajamos en la empresa debemos tener las pautas
de nuestro trabajo, como horario establecido, reuniones, actividades, entre otras.
- LL.: Exacto señorita, así era antes de la pandemia y todos trabajábamos con mucho
agrado, algo que poco existe. Ahora, ni chequeo médico anual hemos tenido.
Fuente 4: Trabajar desde casa en medio de la crisis: Los puntos pendientes de una
modalidad con jornadas sin fin.
Los límites entre el trabajo y la vida personal se han desdibujado en esta época de
cuarentena por el coronavirus. Con más de un millón de personas que han visto sus
puestos de trabajo destruidos entre febrero y abril, negarse a laborar horas de más ya no
es una opción.
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“Me pueden llamar un sábado o un miércoles a las 8 p.m. diciéndome que necesitan
algo urgente. Entonces cómo decirles que no”, explica Alessandra Guerra, quien trabaja
en servicio al cliente. Ella es también madre de un bebe de un año y su hora de lactancia
se ha visto perjudicada con el trabajo remoto. “Casi nunca puedo usarla, porque piden
que me conecte desde muy temprano”, se lamenta. Guerra, no obstante, reconoce que
esta forma de trabajar le permite gozar más de los primeros años de su hijo y hasta ha
conseguido ahorrar considerablemente al cocinar en casa para su familia. Sin embargo,
“Los límites de mi jornada laboral ya no están para mí”, nos cuenta Carla.
Pero, ¿a qué se debe este desajuste de horario? “Existe una sensación de que ya estoy en
mi casa y debo trabajar cuando pueda, pero eso no es cierto”, recalca Jaime Cuzquén,
socio del área laboral de KPMG. “Los horarios de trabajo y condiciones laborales no
han cambiado, solo el lugar donde se hace el servicio”, añade. Pero la realidad es otra.
Sobre todo, cuando aparecen distracciones propias del ambiente hogareño con más
personas aglomeradas.
Actualmente, no es una obligación que el empleador asuma los gastos que el trabajador
paga para adecuarse a trabajar desde casa. Por ejemplo, algunos compran por su parte,
una silla ergonómica adecuada para permanecer largas jornadas de trabajo.
Para Jaime Cuzquén, socio del área laboral de KPMG, se debe especificar una fórmula
que permita este pago, pero de una manera razonable y de forma compartida en ciertos
casos.
Asimismo, los abogados coinciden que debe prevalecer el derecho a la desconexión, una
medida que restringe la responsabilidad de responder correos o mensajes con fines
laborales fuera del horario de trabajo. No obstante, una de las dificultades es que la
mayoría de las empresas no tiene un sistema de vigilancia que controle las horas de
entrada y salida de manera remota, señala Cuzquén.
Ante ello, una opción es generar mecanismos para que los salarios no se sustenten en
montos permanentes, sino que varíe en función a los resultados. “Ya no interesa el
tiempo de dedicación, sino el resultado. Cambiar ese chip no solo implica un cambio en
la legislación, sino en las tendencias [de empleo y organización interna]”, explica.
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