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Entre las preguntas que debemos hacernos al montar nuestro negocio encontramos las
siguientes:
¿Quién es mi cliente? Si sabe quién es su cliente, le será más fácil elegir una ubicación,
fijar un precio y planear una estrategia comercial. Pregúntese: ¿Quién va a comprar su
producto? ¿Cuáles son las costumbres y preferencias de su cliente? ¿Existe una demanda
de su producto/servicio? Asegúrese de que su producto o servicio satisface las necesidades
de sus clientes. ¿Quién es su competidor? Determine quiénes son sus mayores
competidores, localice sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y compare su negocio con el
de ellos. ¿Dónde están ubicados sus clientes? Si sabe dónde se encuentran sus posibles
clientes, le será más fácil elegir una ubicación así como qué tipo de promociones y demás
estrategias de mercadeo utilizar. También le será más sencillo conocer los cambios que se
produzcan en su sector y cómo éstos pueden repercutir en las ventas. ¿Cuánto va a cobrar
por su producto/servicio? El objetivo de su negocio consiste en maximizar los beneficios a
la vez que sigue siendo competitivo. La fijación de un precio puede desempeñar un papel
muy importante en el éxito de su empresa, por lo que tendrá que saber lo que cobran sus
competidores por productos y servicios similares y si puede mantener los precios a largo
plazo. ¿Cómo puede promocionar su producto/servicio? Asegurarse de utilizar los
métodos más eficaces para promocionar el negocio. Cuando tenga que decidirse por una
estrategia promocional, tener en cuenta lo que hacen los competidores y qué tipo de medio
es el más adecuado para los clientes Puede que sea difícil buscar los datos que ayuden a
tomar decisiones comerciales y que determinada información sea cara de adquirir. Sin
embargo, cuenta con un número de recursos analíticos y estadísticos asequibles, así como
guías para ayudarle a comprender todo el material disponible.
Nos complace mostrar a través de esta investigación una guía que pueda ser de mucha
ayuda para los nuevos emprendedores.
Gracias.
2) MEZCLA DE LA MERCADIOTECNIA (MARKETING MIX): DISTRIBUCION,
MANEJO DE MATERIALES E INVENTARIOS, SELECCIÓN DEL
TRANSPORTE DEL PRODUCTO
El marketing mix es una estrategia centrada en el aspecto interno de una compañía y que
sirve para analizar algunos aspectos básicos de su actividad.
Este tipo de análisis es un clásico dentro de los estudios de marketing en las últimas
décadas, desde que McCarthy planteó este modelo en 1960 y definió estas cuatro variables
como las tradicionales para las compañías a la hora de estudiar su propio funcionamiento y
plantearse metas u objetivos. Su profundo estudio y combinación serán la clave para las
posteriores decisiones de la empresa en la búsqueda de futuros retos comerciales.
Es evidente que toda fabricación exige una fase de preparación que comprende los diversos
aprovisionamientos que asegure el suministro de materias primas y materiales, seguida de
un proceso de transformación durante el cual se mueven los materiales haciéndoles seguir
el recorrido más o menos complejo que exijan las transformaciones, con lo que el producto
circula a través de la empresa, para finalmente terminar con una fase de distribución, en la
que el producto acabado es almacenado y después llevado a los lugares de consumo.
Las REGLAS que deben seguirse cuando se realiza la distribución en planta de almacenes
son:
Los artículos de más movimiento deben ubicarse cerca de la salida para acortar el
tiempo de desplazamiento
Los artículos pesados y difíciles de transportar deben localizarse de tal manera que
minimicen su trabajo
Los espacios altos deben usarse para artículos ligeros y protegidos
Los materiales inflamables y peligrosos deben situarse en zonas cerradas y
protegidas
Los artículos grandes protegidos o insensibles al agua y al sol pueden almacenarse
en algún anexo, en el exterior del edificio del almacén
Deben dotarse de protecciones especiales a todos los artículos que los requieran
Todos los elementos de seguridad y contraincendios deben estar situados
adecuadamente en relación a los materiales almacenados
Estos son los medios de transporte más adecuados según las prioridades para ganar calidad
y competitividad en la estrategia logística:
Tiempo de entrega
En primer lugar, en las técnicas de selección de transporte, uno de los factores más
importantes que hay que tener en cuenta es la rapidez.
Transporte aéreo
Es el más eficaz para recorridos de media y larga distancia, en especial para entregas
urgentes. Además, su carga y descarga es más sencilla que en otros medios.
Al combinar diferentes medios de transporte, también destaca por su rapidez en los
tiempos de entrega.
No es lo mismo un producto pequeño, que se puede llevar en moto, que uno pesado, que
requerirá otro vehículo más grande, como un camión.
Transporte aéreo
Coste
Para reducir los costes, la empresa deberá estudiar la forma en la que varía el precio de la
mercancía según el transporte seleccionado.
Transporte aéreo
Multimodal
Ferrocarril
Costes fijos bastante altos por la construcción y el mantenimiento, a lo que hay que sumar
el coste de terminales, remolques, etc.
Transporte marítimo
Los costes variables son bajos. Sin embargo, los fijos son altos por la inversión en buques,
además del coste por utilizar puertos y el gasto en personal.
Capacidad
Los que más capacidad de carga tienen son el transporte marítimo y el ferrocarril,
siguiéndoles el avión.
En este punto, aunque sea uno de los más utilizados, no destaca el transporte por carretera,
a pesar de la capacidad de los megacamiones. Tampoco lo hace el multimodal, ya que es
complicado adecuar la capacidad de carga de una misma mercancía a diversos vehículos.
La oferta y la demanda son dos términos que se encuentran vinculados de manera estrecha.
Cuando se habla de demanda se hace referencia a la cantidad de bienes y/o servicios que la
gente desea adquirir. La oferta es otro de los motores del mercado.
Cuando estas dos fuerzas de mercado se unen, son los determinantes de la cantidad de
bienes y/o servicios que se producirán y a qué precio serán vendidos. No es necesaria la
presencia de ningún otro agente para que fije los precios en caso de que se hable de libre
oferta y demanda.
Sin embargo muchas veces los gobiernos deciden intervenir en la formación de precios y en
la disponibilidad de productos o servicios. Para ello se puede recurrir a diversas técnicas,
como la entrega de subsidios para que los precios sean menores o la producción aumente.
Otras veces se intenta disminuir ese consumo o producción y para ello puede aumentar las
cargas impositivas.
- Fuente: https://concepto.de/oferta/
El término oferta proviene del latín offerre, que significa ofrecer. Esta palabra posee
diversas acepciones, una de ellas podría ser definida como la promesa de cumplir o entregar
algo. También puede ser entendido como la rebaja de un precio. Pero donde mayor
importancia adquiere el concepto es en Economía, donde es entendida como uno de los
motores del mercado.
La oferta puede ser definida como la cantidad de bienes y/o servicios que las distintas
organizaciones, empresas o personas tienen la capacidad y deseo de vender en el mercado,
en un determinado lapso tiempo y espacio, en un particular valor pecuniario, con el fin de
satisfacer deseos y/o necesidades.
- Fuente: https://concepto.de/oferta/
Algunos elementos claves de la oferta son los siguientes: Disposición de venta. En este
caso se habla de los deseos del vendedor o productor de ofrecer su mercancía o servicio.
Estos deseos suelen ser determinados por los precios de la oferta, tal como ha sido
explicado en la ley de oferta. Si los precios son altos los vendedores desean ofrecer su bien
o servicio. En caso contrario muchas veces se opta por conservarlo.
- Fuente: https://concepto.de/oferta/
FASES DE LA COMERCIALIZACION
El vendedor profesional debe seguir una metodología o una estructura en su trabajo. Esto
tiene la ventaja para él de saber dónde se encuentra en todo momento durante la entrevista
para poder subir y avanzar por los distintos escalones de la venta, lo que le ayudará a
conseguir el éxito. Lo más importante en el concepto de estructura de la venta es la
flexibilidad.
Preparación de la actividad.
Determinar y crear necesidades.
Argumentación.
Tratamiento de objeciones.
Cierre.
Reflexión o autoanálisis.
En cualquier caso, hay que ser conscientes de que la distribución actual exige trabajar con
plantillas o condiciones específicas con cada cliente.
Para desarrollar con éxito su trabajo, el vendedor ha de asumir esta primera etapa en dos
fases perfectamente diferenciadas: la organización de su actividad y la preparación de la
visita al cliente.
5.1.1. Organización
El vendedor al que se le confía una zona de ventas deberá plantearse una serie de preguntas,
lo más realistas posibles, relativas al área de su responsabilidad y a los productos que está
encargado de vender, como por ejemplo: ¿qué cifras de venta voy a conseguir?, ¿quiénes
son los clientes?, ¿qué tipos de clientes hay?, ¿cuántos clientes debo visitar? y ¿cuántos no
son visitados?, ¿dónde se encuentran?, etc.
Estos interrogantes también son planteados por la dirección comercial y tan solo con un
trabajo en equipo podrán ser despejados con éxito. Para ello habrá que realizar un análisis
exhaustivo de la cartera de clientes, clasificarlos, valorar su potencial y realizar una ficha
del cliente con la mayor información posible. Al preparar su entrevista de venta, el
vendedor no debe olvidar preguntarse sobre quién decide, quién prescribe, quién compra,
quién paga y quién utiliza sus productos, así como determinar si ha de visitar a clientes que
llevan un tiempo sin comprarnos.
En términos generales, se consideran clientes activos aquellos que han efectuado un pedido
durante los últimos 12 meses. En cuanto a los clientes perdidos o muertos, puede ser
conveniente preguntarse cuál ha sido la razón. Las respuestas están llenas de información
muy válida; estos clientes perdidos, ¿lo han sido voluntariamente? ¿A causa de su
insignificante tamaño? ¿Por ser malos pagadores? ¿Cuál es la consecuencia de estas
pérdidas sobre el volumen de ventas? ¿Sobre la tasa de rentabilidad? ¿Sobre la imagen de
empresa? ¿Conviene o no recuperar a estos clientes? ¿Pueden recuperarse con los productos
que vendemos? ¿Se han ido a la competencia?
Asimismo, hay que segmentar a los clientes en categorías, por ejemplo, en «A» «B» «C» o
platino, oro, plata, etc., según sea su potencial, la riqueza del sector, su densidad, es decir,
el número de clientes y su calidad por la actividad económica que desarrolla. A
continuación se asignará la frecuencia de visitas en función de esos parámetros.
Naturalmente, los clientes «A» y «B» tendrán una frecuencia mayor que los «C».
El vendedor deberá trazarse un objetivo específico para cada gestión de venta. Un objetivo
es una meta que hay que alcanzar en un plazo determinado. Debe ser ambicioso, pero
realizable, mensurable y, desde luego, compatible con los objetivos generales de la
empresa.
Para lograr ese objetivo, el vendedor debe desarrollar una estrategia que le ayude a lograrlo,
es decir, tiene que prever qué se va a decir, cómo se va a decir y cuándo se va a decir, así
como de qué medios va a disponer para desarrollar esa estrategia. Los medios son los
elementos de apoyo con que contará el vendedor en una entrevista de venta y le ayudarán a
desarrollar su estrategia para conseguir el objetivo previsto. Es así como logrará tener éxito;
si no lo único que hará es perder su tiempo, el de su cliente y el de su compañía.
También llamada etapa de apertura, abarca desde las primeras palabras que se cruzan entre
cliente y vendedor, que en ocasiones no tienen aún contenido comercial, sino más bien
personal, hasta la siguiente etapa, que denominamos determinación de necesidades. Esta
etapa variará dependiendo de si es la primera entrevista o, por el contrario, se realiza a un
cliente habitual al que se le visita periódicamente.
Es importante poner mucho cuidado en lo que se diga o haga en los primeros instantes, el
cliente juzgará al vendedor por la primera impresión que este le produzca, sobre todo si es
la primera visita. Luego será muy difícil hacerle cambiar de idea.
Hay diversos métodos de contacto, desde la visita personal o la gestionada por un tercero a
la utilización del teléfono, mailing, internet o redes sociales principalmente Linkedin.
Algunas recomendaciones para los vendedores neófitos: no hablar de acontecimientos
desagradables. Transmita optimismo. No utilice frases hechas del tipo de: «... pasaba por
aquí...», «no voy a robarle mucho tiempo...», «es solo un momento...», «... no tengo nada
nuevo...», «solo vengo a decirle...» y otras por el estilo.
Preguntar parece muy sencillo, pero no es así, saber formular la pregunta inteligente y
adecuarla a las diferentes personalidades, conseguir información de un cliente silencioso o
por el contrario centrar bien el tema con los que hablan demasiado, para evitar que se
dispersen, tratar de no influenciar la respuesta del interlocutor o condicionarla, según
convenga para la gestión de ventas, es fruto de una gran habilidad.
De los diferentes tipos de preguntas, las más importantes para utilizar por el vendedor son:
Las preguntas abiertas suelen emplearse al principio de una gestión de venta. Pueden dar
mucha información con un cliente comunicativo. Cuando el vendedor se encuentre con un
cliente de estas características debe dejarle que se exprese libremente; únicamente deberá
limitar esa información cuando esta no sea útil por excesiva o por difusa; en ese caso, el
vendedor deberá centrar el tema hacia un aspecto específico por medio de preguntas
cerradas.
Las preguntas cerradas se utilizan con clientes poco comunicativos o que no proporcionan
información útil; limitan la respuesta de este, en ocasiones, a una palabra: «sí», «no»,
«puede», «quizá»... Las preguntas cerradas son muy necesarias cuando el vendedor quiere
dirigir la entrevista de venta hacia un tema elegido por él o cuando se trate de encauzar y
controlar la dirección de la misma.
El vendedor tiene en la técnica de la pregunta una poderosa y útil herramienta con la que
puede lograr entrevistas mucho más fructíferas y eficaces. Gracias a esta técnica, bien
utilizada, podrá obtener información averiguando necesidades y deseos del cliente, así
como crear un clima de confianza mutua, con todo ello se logrará orientar la gestión hacia
el cliente.
5.4. Argumentación
Hay vendedores que confunden enumerar las características del producto o servicio con
argumentar, y se convierten en auténticos «charlatanes», envolviendo al cliente con una
serie de lo que ellos creen «argumentos», antes de conocer las necesidades y motivaciones
reales de este.
Argumentar es exponer al cliente las ventajas que presenta nuestro producto o servicio o la
idea propuesta, en concordancia con las motivaciones expresadas por dicho cliente. En
otras palabras: un argumento es un razonamiento destinado a probar o refutar una
propuesta. Un buen argumento debe poseer dos cualidades principales:
Debe ser claro, con un lenguaje comprensible para la otra persona, evitando los
términos técnicos, la jerga del profesional o del iniciado.
Debe ser preciso, es decir, debe adecuarse a la motivación principal del interlocutor.
Las objeciones aparecen en los clientes por diferentes razones, puede ser por imponerse al
vendedor y darse importancia, o por oponerse al cambio. Tal vez por indiferencia o por
ampliar información y hacerse tranquilizar. La mayoría de las razones para formular
objeciones son de origen emotivo, hay que tener en cuenta que, generalmente, las personas
muestran una vacilación natural a tomar una decisión, casi siempre por miedo a
comprometerse o a cometer un error irreparable. Tratan de hallar el modo de justificar la
compra o las razones para negarse a comprar. De una u otra manera, quieren más
información y esperan que el vendedor pueda proporcionársela.
CLASIFICACIÓN DE OBJECIONES
Evasivas Dudas
Prejuicios Desventajas
O de reflexión para aplazar la decisión (ejemplo: «me gustaría reflexionar un poco más
sobre su oferta...»).
Las objeciones pretextos son también llamadas «barbas postizas» o «antifaz» que ocultan
las verdaderas objeciones y suelen ser síntomas de una evidente falta de interés. Ejemplos:
«tengo muchas existencias...», «es demasiado caro...», «mis clientes nunca me piden
eso...», «es demasiado juvenil...», «está pasado...», «no tengo espacio para esto en la
estantería», etc.
Hay que averiguar si el cliente tiene motivos para mentir. El motivo más frecuente suele ser
la falta de capital. El cliente no tiene presupuesto para comprar ese producto, pero no lo
quiere admitir. Otra posible razón es la lealtad a otras personas o empresas.
Son aquellas ideas o juicios preconcebidos que el cliente tiene hacia la empresa, el producto
o incluso el vendedor, motivadas en ocasiones por experiencias anteriores negativas. El
problema fundamental de este tipo de objeciones es que generalmente no se expresan, por
lo que resultan sumamente difíciles de tratar. El vendedor debe estar muy atento a este tipo
de actitud negativa, haciéndole preguntas abiertas para que el cliente hable lo más
ampliamente posible y poder así descubrir cuál es la verdadera causa de su
comportamiento.
Estas objeciones nacen de una información incompleta o porque el cliente cree que el
producto tiene una desventaja que en realidad no existe. A veces el cliente formula
objeciones cuando en realidad debería hacer preguntas. Son bastantes fáciles de tratar,
siempre que el vendedor sea hábil, no se enfrente al cliente y sepa ponerse a su lado. Si lo
hace así, saldrá fortalecido de la objeción. La estrategia a emplear ante una objeción por
malentendido es la siguiente: hacer preguntas para comprender exactamente la objeción,
reformular la objeción y aclarar el malentendido.
Al igual que en el caso de las objeciones por malentendido, lo primero que hay que hacer es
escuchar atentamente toda la objeción sin interrumpir al cliente, en la siguiente secuencia
hacerle preguntas para determinar exactamente el alcance de dicha objeción, reformular la
objeción, poner de relieve otros beneficios para compensar la desventaja.
5.6. El cierre
Todo cuanto el vendedor ha hecho hasta este momento tiene un solo objetivo: cerrar. Es
decir, lograr el pedido o al menos conseguir un compromiso formal. En realidad se empieza
a cerrar en la etapa de preparación, cuando en casa o en el despacho se planifica bien la
entrevista de venta. Continúa en la etapa de apertura o contacto con el cliente, para seguir
en la etapa de determinación de necesidades, donde es fundamental que se hayan sabido
plantear las preguntas adecuadas y averiguado necesidades o motivaciones específicas del
cliente. Si se ha argumentado presentando los beneficios de su producto de forma que el
cliente perciba la utilidad que le va a dar, o la comodidad, o las satisfacciones que le va a
proporcionar, y, por supuesto, si ha sabido dar respuesta a las objeciones que le ha
formulado el cliente sobre su producto, si todo ello se ha llevado con profesionalidad, no se
debe tener temor, la venta está hecha.
Las estrategias del cierre de la venta tienen como objetivo ayudar al cliente indeciso a
tomar una decisión. En esta etapa suele generarse tensión, tanto por parte del cliente, como
por parte del vendedor; el cliente porque teme errar en su elección, quizá tendría que ver
más modelos, consultar con otros vendedores, pedir diversas ofertas... En cuanto al
vendedor, porque piensa que se le puede estropear la venta en el último momento después
de todo lo que ya ha trabajado.
En el cierre, el vendedor debe siempre actuar con una actitud positiva demostrando que se
ha llegado a un acuerdo con el cliente. Captará la «señal de compra», resumirá los
beneficios aceptados por el cliente y acto seguido solicitará del cliente un compromiso,
fijando fecha, lugar, cantidad, color, etc., ofrecerá al cliente dos alternativas. Al concluir, es
mejor hablar de algo no relacionado con la venta y despedirse.
Una de las preguntas que más suelen hacerse los vendedores es: ¿cómo sé cuándo tengo
que cerrar? Difícil pregunta que ni aun los más experimentados sabemos contestar a nivel
teoría.
Puede ser que el cliente haga una manifestación directa que no deje lugar a dudas en cuanto
a sus intenciones de compra, por ejemplo: «bien, pues envíeme 10 docenas...» o «rellene el
pedido y se lo firmaré ahora mismo». Pero no nos engañemos, esto no ocurre con
frecuencia, lo normal es que el cliente dude, se lo piense, dé vueltas a la idea y, en todo
caso, nos envíe alguna «señal de compra». Los dos tipos de «señales de compra» que el
cliente puede emitir son: verbales y no verbales.
Son señales de compra verbales: demostrar interés súbito, el cliente se interesa de repente
por algún detalle del producto; también la petición de consejo, el cliente demuestra su
interés pidiendo opinión o consejo a personas próximas a él. En este caso, hay que poner
mucho cuidado en esa nueva persona, el vendedor deberá presentarle sus argumentos pues
puede favorecer o entorpecer la venta y hacerle ver la importancia de su decisión.
Otras señales positivas son las preguntas relacionadas con la compra, tales como: «¿qué
modelos tiene?», «¿en qué colores los fabrican?», «¿qué oferta tiene ese producto?», «¿qué
facilidades de pago me darán?», «¿qué tiempo tardan en servirlo?», «¿se puede pagar con
tarjeta de crédito?».
Es buena señal que el cliente empiece a usar el posesivo al referirse al producto, en ese caso
el producto ya está prácticamente vendido. También cuando el cliente pide una prueba es
una muestra definitiva del interés del cliente hacia el producto.
Las señales de compra no verbales son los gestos y el lenguaje corporal que el cliente
realiza. Se observarán cuidadosamente sobre todo las actitudes de indecisión: acariciarse la
barbilla o pellizcarse una oreja, rascarse la cabeza, si se relaja y abre las manos, descruza
las piernas, se inclina hacia delante, examina de nuevo la muestra o toma en sus manos el
pedido.
Una vez se hayan captado una o varias señales de compra, el vendedor procederá a resumir
los beneficios aceptados por el cliente, haciéndole preguntas sobre los beneficios que a él le
han parecido relevantes. Procurar, a ser posible, que sea el propio cliente quien lo haga.
El segundo paso es solicitar el pedido con toda firmeza, fijando la fecha de entrega, el
lugar, la cantidad, forma de pago, el color, modelo... Ejemplo: «... entonces, ¿qué color ha
elegido?...» o «si hacemos el pedido ahora lo tendrá dentro de 15 días...».
Es muy importante ofrecer al cliente dos alternativas para que pueda elegir entre las dos la
que más se ajuste a sus necesidades. Ejemplo: «¿... lo quiere verde o lo prefiere rojo?», «¿le
envío 300 o prefiere únicamente 250...?», «¿lo pagará al contado o en tres plazos...?». Esto
hace que el cliente se quede con la impresión de haber tomado la decisión final y, por tanto,
el que ha dicho la última palabra.
5.6.3. Tipos de cierre
Debe dejársele al cliente una copia del pedido, para que no haya malos entendidos de lo que
nos ha solicitado. Deberán también estar bien especificadas las ofertas que le hayamos
prometido, los plazos de entrega y la forma de pago, no olvidarlo demuestra la seriedad y la
profesionalidad del vendedor y de su empresa. Cuando el vendedor tiene que recoger
algunas muestras, catálogos u otros materiales empleados en la entrevista, debe hablar de
algo no relacionado con la venta y despedirse lo más rápidamente posible. Si el cliente
invita al vendedor a tomar un café, este no debe volver a hablar de venta, sino de aficiones
u otros temas personales, despedirse y marcharse.
Es totalmente necesario que nada más terminar una entrevista de venta, el vendedor analice
cómo ha transcurrido esta. Cuando ha tenido éxito, para saber por qué y qué es lo que le ha
ayudado a lograr el objetivo, de esa manera, podrá repetir aquellas palabras, argumentos o
acciones que le han llevado a obtener la venta y, consecuentemente, podrá conseguir otras,
lo cual le asegurará una mayor eficacia. Si la entrevista de venta ha resultado fallida, no
deberá desanimarse ni darse por vencido; en lugar de ello, la analizará en profundidad, para
identificar qué es lo que hizo que no debería haber hecho.
En ese caso es muy importante preguntarse: «¿en qué momento la entrevista ha empezado a
torcerse?», «¿qué he dicho al cliente que ha frenado la buena marcha de la comunicación?»,
«¿me he precipitado cerrando antes de tiempo?», «¿debería haber aportado más
beneficios?», «¿cuáles eran los verdaderos móviles de compra de este cliente?», «¿no habré
ido demasiado a lo mío sin preocuparme de sus necesidades?».
Es muy importante, en cualquiera de las dos circunstancias, éxito o no éxito, anotar en la
ficha del cliente los datos más relevantes de la entrevista y las impresiones que ha sacado el
vendedor de ella. Esto le ayudará a realizar un buen seguimiento y le facilitará la
preparación de la siguiente. Además, apuntando esos datos esenciales en la ficha, tendrá la
seguridad de no olvidarse de las observaciones que el cliente le hizo: «... ahora tengo
mucho género, vuelva a partir de mediados de septiembre»; «... llámeme la próxima
semana»; «... posiblemente dentro de un par de meses ampliaré esa línea en mi
establecimiento».
PRUEBA DE MARKETING:
Por un lado, para realizar una prueba de mercado abierto se suele utilizar un
pequeño grupo de personas que pertenecen o forman parte de un mercado real.
Por supuesto, esta prueba se basa en un plan de marketing previamente elaborado
para el lanzamiento de un nuevo producto con el propósito de lograr la mayor
probabilidad de éxito y evitar riesgos innecesarios para la empresa.
Ya que, lo que se pretende es verificar si es viable o no la propuesta del plan de
marketing para el lanzamiento del producto.
Los objetivos que se espera alcanzar son:
De manera que una prueba de mercado cerrado se limita a analizar elementos seleccionados
del plan de marketing como pueden ser las promociones, el precio de venta, las campañas
de comunicación entre muchos de los que se pueden mencionar.
Luego, lo que se pretende es determinar que tan eficientes son cada uno de los aspectos
seleccionados, por medio de la prueba de mercado. Se requiere que el grupo de personas
que se investiga posean condiciones homogéneas para poder obtener un mejor resultado del
mercado de prueba.
En consecuencia, lo que interesa conocer son las actitudes y el comportamiento del grupo
de personas investigado frente al nuevo producto.
Por otro lado, el mercado de prueba simulado consiste en representar una situación del
mercado real en forma simulada, para poder observar como reaccionan los consumidores
ante cambios en alguna o algunas de las variables de marketing.
Sobre todo, este tipo de prueba permite obtener información muy importante, pero se
consigue de una forma económica y muy rápida.
Así mismo, se puede crear un mercado de prueba simulado utilizando los medios
informáticos y por medio del uso de las computadoras obtener la información.
Tasa de ensayo
Resulta que, se conoce como tasa de ensayo la medida que cuantifica la proporción de
personas que comprar por primera vez un producto, es decir que están dispuestos a ensayar
o probar con el uso de un nuevo producto.
Tasa de recompra
Por otra parte, esta tasa determina el número de personas que estarían dispuestas a volver a
comprar el producto, o las personas que realizarían una recompra del mismo.
Frecuencia de compra
Finalmente, este dato mide la cantidad de un producto que el grupo de mercado esta
dispuesto a comprar y cada cuánto tiempo realizará su recompra.
Los pasos que se deben seguir para aplicar la herramienta de mercado de prueba son los
siguientes:
Ventajas
Las ventajas más importantes que se pueden obtener de usar un mercado de prueba son:
Permite a la empresa conocer si se pueden alcanzar los objetivos del plan de
marketing.
Reduce el riesgo de fracaso al lanzar e introducir nuevos productos al mercado.
Evita que la empresa pierda prestigio y rentabilidad, al minimizar los riesgos en el
ingreso de nuevos productos.
Desventajas
Puede ser difícil seleccionar a las personas que tengan características que resulten
homogéneas o encontrar un área geográfica adecuada para la hacer la prueba de
mercado.
Puede resultar dificultoso determinar el tiempo de duración de la prueba.
La competencia podría tener conocimiento de la prueba, lo que deforma y
distorsiona los objetivos originales que se quieren lograr.
Para terminar, podemos indicar que cualquier herramienta que pueda usar una empresa para
obtener información que le evite correr riesgos innecesarios debiera ser utilizada. Puesto
que de esa manera las decisiones empresariales, estarían mejor enfocadas para lograr sus
objetivos de marketing; sobre todo cuando se trata de lanzar o introducir nuevos productos
al mercado.
Diccionario económico
Marketing
Para conseguir que nuestra organización genere un alto impacto en el desempeño en los
colaboradores hace falta más que un sistema de prácticas de trabajo establecidas: se
requiere también integrar las herramientas y el espacio de trabajo con los que el trabajador
se relaciona dia con dia.
Algunos de los criterios que consideramos para adecuar correctamente al personal son los
siguientes:
Funcionalidad: Un trabajador que tiene a la mano las herramientas con las que
trabaja y que cuenta con el espacio necesario para hacer uso de ellas, logrará
desarrollar sus tareas de una forma más óptima.
Aprovechamiento: en este caso nos referimos a economizar tiempo, recursos y
tratar de recorrer distancias adecuadas para utilizar o alcanzar alguna herramienta
que será de utilidad.
Comodidad: estamos consciente que un espacio cómodo le dará al trabajador un
ambiente en el cual se podrá sentir libre y capaz de hacer su trabajo.
Elementos arquitectónicos: Corporación Humana GM exige se provea al
trabajador una iluminación estable, entradas de aire necesarias y espacios en los
que no le obstruyan al momento de hacer sus tareas.
En este tipo de espacios tomamos en cuenta las habilidades y características que tiene cada
grupo de trabajadores y como el espacio le es útil para optimizar sus tareas.
Cultura Creativa: Este tipo de cultura se concentra en realizar las cosas primero,
diferenciándose de los demás tipos por tener un alto grado de experimentación e
individualidad. Los espacios preferidos son áreas en donde tengan la libertad de desarrollar
ideas creativas, un diseño orgánico con un entorno altamente flexible.
Cultura Competitiva: Los resultados son la prioridad para ellos, se concentran en hacer
todo muy rápido con el objetivo de ganar. Buscan la manera de tener espacios semi
formales y con áreas un poco más colaborativas.
Los espacios para este tipo de cultura deben estar adaptados para el desarrollo de tareas
tanto individuales como colectivas, áreas en donde la presentación de ideas y soluciones
sean de una forma informal pero sin caer en la imprudencia.
Demanda Actual de los servicios ofrecidos por Corporación Humana GM: En los
próximos años, las PyME de los sectores metalúrgicos solamente necesitarán reclutar
9000 jóvenes con formación técnica Las PyME del resto de los sectores económicos
demandarán adicionalmente otros 27.000 jóvenes técnicos. Sin embargo, las dificultades de
las PyME para reclutar a estos jóvenes técnicos son cada vez más importantes, aún en un
contexto de prolongada recesión como el observado durante los últimos cuatro años.
Durante la última década, en el sector de las PyME industriales siempre muy sometido a las
presiones del comercio internacional las dificultades para contratar personal técnico fueron
altas y crecientes. Conforme a lo esperado, son justamente los sectores más modernos de la
industria, como la metalmecánica, la electrónica y la química, aquellos que demandan más
técnicos y que, al mismo tiempo, tienen mayores dificultades para su reclutamiento.
También se observan particularidades dignas de mención por región geográfica. Las
empresas de los sectores modernos localizadas en las regiones más alejadas de Capital
Federal son las más demandantes de operarios calificados y técnicos no universitarios y,
simultáneamente, aquéllas que encuentran mayores dificultades para el reclutamiento.
Con el objetivo de aumentar la calidad del reclutamiento de jóvenes técnicos una
proporción minoritaria de las PyME (14% del total) utiliza el sistema de pasantías y
contrataciones de estudiantes part-time. Se observan algunas diferencias por sector y región
sobre la utilización de Informe Especial: Demanda de recursos humanos y estrategias
empresariales de las PyME industriales.
Así, no se comercializa un producto externo sino un puesto de trabajo, pero no por ello las
acciones de marketing dejan de girar en torno a este.