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12

eplanteo de la teoría crítica y


de la investigación cualitativa
Joe L. Kincheloe y Peter McLaren

uestra interpretación idiosincrática de la teoría


rítica y de la investigación crítica

Durante los últimos veinticinco años de nuestra participación en


In teoría crítica y la investigación crítica, cientos de personas nos han
p dido que explicáramos con más precisión qué es la teoría crítica. Esa
pregunta nos resulta difícil de responder porque (a) existen muchas
t orías críticas, no sólo una; (b) la tradición crítica está en constante
ambio y evolución, y (e) la teoría crítica trata de evitar demasiada
specificidad, puesto que da lugar al desacuerdo entre los teóricos
críticos. Desplegar una serie de características fijas de la postura es
contrario al deseo de dichos teóricos de evitar la producción de guías
de creencias sociopolíticas y epistemológicas. Dados estos descargos,
ahora intentaremos proporcionar una «toma» idiosincrática de la na-
turaleza de la teoría crítica y la investigación crítica en la primera
década del siglo XXI. Nótese que éste es sólo nuestro análisis subjetivo,
y que existen muchos teóricos críticos brillantes que hallarán muchos
problemas en nuestras declaraciones. De esta manera, proponemos
una descripción de una criticalidad en constante evolución, una teo-
ría crítica reconceptualizada que fue criticada y reacondicionada por
los «posdiscursos» del último cuarto del siglo xx y que fue extendida
aun más en los primeros años del siglo XXI (Bauman, 1995; Carlson y
Appl , If) )H; lollln , 1.) nI; (1111111 , I '" , 1 111111 1', I H); JI I'H,I Hui (ll' 1 ',' Li 11 b r s r tr -
h HI' 1 1 ,20 :3; Itomnn II!, 1'1 , I I "', I 1.\ 11IIH 1'1 inch 1 ,1 9HH; n1 m 1 1'{lII\ \ i '11 111 v ,'H il d p n miento revolucionario
W il y Ki h I ,200'), el sp r on liz d y r clu 'ido di cr tos pronuncíamíentos o ~s~ra~e-
mn t cont xto, un t r U r uc t' '00' ptu liz A'i s formulistas. Es obvio que al presentar nuestra version idiosin-
I pr upu sto de que soci dad s t lomo 1 Estados Unidos, r tica de una teoría crítica reconceptualizada o una criticalidad en
n d ,Australia, Nueva Zelanda y las naciones de la Unión Europ volución, hemos definido la tradición crítica en forma muy amplia
por j mplo, son, sin ningún problema, democráticas y libres. A lo lar con el fin de generar entendimiento; como afirmamos antes, esto pre-
1 I íglo xx, en especial después del principio de la década de 1960, los ocupará a muchos investigadores críticos. En esta decisión, resolvi~o.s
individuos de estas sociedades se aculturaban para sentirse cómodo concentrarnos en la convergencia subyacente entre las escuelas críti-
n ] s relaciones de dominación y subordinación más que en las d cas de pensamiento, a costa de concentrarnos en las diferencias. Por
igu id d e independencia. Dados los cambios sociales y tecnológicos d supuesto, esto siempre es riesgoso en términos de sugerir una falsa
1 última mitad del siglo que llevaron a nuevas formas de producción unidad o consenso donde no existen, pero dichas inquietudes son in-
d la información y de acceso a ella, los teóricos críticos argumentaron evitables en un capítulo de estudio general como éste.
qu debían reevaluarse las cuestiones de autodirección e igualitarismo Estamos definiendo a un crítico como a un investigador o teórico
d mocrático. En este contexto, los investigadores críticos inspirados que trata de usar su trabajo como una forma de crítica social o cultural
p r los «posdiscursos» (por ejemplo, feminismo crítico y posmoderno, y que acepta ciertas suposiciones básicas de que todo pensamiento está,
p structuralismo) llegaron a comprender que la visión que los indi- en esencia, mediado por las relaciones de poder que son sociales y están
viduos tenían de sí mismos y del mundo estaba aun más influenciada históricamente constituidas; que los hechos nunca pueden aislarse del
p r las fuerzas sociales e históricas de lo que antes se creía. En vista dominio de los valores ni ser extraídos de alguna forma de inscripción
d las cambiantes condiciones sociales e informacionales de la cultura ideológica; que la relación entre el concepto y el objeto y entre el si~-
ccidental saturada por los medios de finales del siglo XX y principios nificante y el significado nunca es estable o fija y que con frecuencia
d 1 XXI, los teóricos críticos han necesitado formas nuevas de investi- está mediada por las relaciones sociales de producción y consumo ca-
g r y de analizar la construcción de individuos (Agger, 1992; Flossner pitalistas; que el lenguaje es central para la formación de subjetivid.ad
y Otto, 1998; Hinchey, 1998; Leistyna, Woodrum y Sherblom, 1996; (percepción consciente e inconsciente); que ciertos grupos de cualquier
Quail, Razzano y Skalli, 2004; Skalli, 2004; R. Smith y Wexler, 1995; sociedad y de sociedades particulares son privilegiados en relación con
ünker, 1998; Wesson y Weaver, 2001). otros y, aunque las razones de esta forma de privilegio pueden variar
mucho, la opresión que caracteriza a las so~iedades contemporáne~~ ~s
reproducida con energía cuando los subordmados aceptan su condición
Investigación partisana en una cultura académica «neutral» social como natural, necesaria o inevitable; que la opresión tiene mu-
chas caras y que concentrarse en una sola a costa de otras (por ejemplo,
En el espacio de que disponemos aquí, es imposible hacer justicia la opresión de clases frente al racismo) muchas veces omite las interco-
todas las tradiciones críticas que se han inspirado en Marx, Kant, nexiones entre ellas; y, por último, que las prácticas de investigación de
Hegel, Weber, en los teóricos de la Escuela de Fráncfort, los teóricos la corriente principal en general, aunque muchas veces de forma invo-
sociales continentales, tales como Foucault, Habermas y Derrida, los luntaria, están implicadas en la reproducción de sistemas de opresión
pensadores latinoamericanos, tales como Paulo Freire, las feministas de clase, raza y género (Kincheloe y Steinberg, 1997).
francesas, tales como lrigaray, Kristeva y Cixous, o los sociolingüistas En el clima actual de géneros disciplinarios poco definidos, no
rusos, tales como Bakhtim y Wygotsky, la mayoría de los cuales en ge- es raro encontrar teóricos literarios que se dedican a la antropología
neral ingresan en las listas de referencia de los investigadores críticos y antropólogos que escriben acerca de la teoría literaria, politólogos
contemporáneos. En la actualidad, existen escuelas críticas en muchos que intentan realizar un análisis etnometodológico, o filósofos que s.e
campos, e incluso un debate superficial de la más prominente de estas dedican a hacer críticas de películas lacanianas. Todos estos mOVI-
scuelas exigiría mucho más espacio del que disponemos. mientos interdisciplinarios/transdisciplinarios son ejemplos de lo que
El hecho de que se hayan escrito numerosos libros acerca de los Norman Denzin e Yvonna Lincoln (2000) llaman bricolaje: una innova-
desacuerdos muchas veces virulentos entre los miembros de la Escuela ción clave, sostenemos, en una criticalidad en evolución. Exploraremos
de Fráncfort sólo aumenta nuestra inquietud respecto del «embalaje» esta dinámica en relación con la investigación crítica más adelante
un H 'up(Lul, I:l utor d I:It e p tul h
d Ilnid s n e m un xcu p r r ,1 ,ti, H in motivo n nu atro H l do influid n 1'1 n m clid p r 1 tr bajo d Freir (1970, 1972,
tr t mi nto de la tradición crític ,sin p r r marcar qu cualqui r I 7 , 985). i mpr pr cup do por el sufrimiento humano y el tra-
int nto por delinear la teoría crítica como discretas escuelas de an - ajo p dagógico y de conocimiento que ayudó a exponer su génesis,
lisia no captará la hibridez en evolución endémica al análisis crític Freiré modeló la investigación crítica a lo largo de su carrera. En sus
contemporáneo (Kincheloe, 2001a; Kincheloe y Berry, 2004). scritos acerca de la investigación, Freire mantenía que no hay objetos
Los lectores familiarizados con las tradiciones críticas recono- tradicionalmente definidos de su investigación; insistía en involucrar,
e r n, en esencia, cuatro escuelas «emergentes» distintas de inves- como socios en el proceso de investigación, a las personas que estu-
ti ción social en este capítulo: la tradición neomarxista de la teoría diaba como sujetos. Se sumergía en sus formas de pensar y modos de
r tic asociada más de cerca con el trabajo de Horkheimer, Adorno percibir y los alentaba en todo momento a comenzar a pensar acerca
y M rcuse; los escritos genealógicos de Michel Foucault; las prácti- de su propio pensamiento. Todos quienes estaban involucrados en la
'( H d la deconstrucción posestructuralista asociadas con Derrida; y investigación crítica de Freire, no sólo el investigador, se sumaban
InH .orrientes posmodernas asociadas con Derrida, Foucault, Lyotard, al proceso de investigación, análisis, crítica y reinvestigación; todos
1% rt y otros. En nuestra opinión, la etnografía crítica ha sido in- aprendían a ver más críticamente, pensar en un nivel más crítico y
n u nciada por todas estas perspectivas de maneras diferentes y en reconocer las fuerzas que, con sutileza, moldean sus vidas.
distintos grados. De la teoría crítica, los investigadores heredan una Mientras que los investigadores tradicionales ven su tarea como
crítica enérgica de la concepción positivista de la ciencia y la raciona- la descripción, interpretación o reanimación de un trozo de realidad,
lidad instrumental, en especial en la idea de Adorno de la dialéctica los investigadores críticos muchas veces consideran su trabajo el pri-
negativa, que postula una relación inestable de contradicción entre mer paso hacia formas de acción política que pueden compensar las
conceptos y objetos; de Derrida, los investigadores reciben un medio injusticias halladas en el campo o construidas en el acto de la investi-
para deconstruir la verdad objetiva o lo que se llama la «metafísica de gación misma. Horkheimer (1972) lo resume cuando argumenta que la
la presencia». teoría y la investigación críticas nunca están satisfechas sólo con au-
Para Derrida, el significado de una palabra es constantemente mentar el conocimiento (véanse también Agger, 1998; Andersen, 1989;
postergado porque la palabra puede tener significado sólo en relación Britzman, 1991; Giroux, 1983, 1988, 1997; Kincheloe, 1991, 2003c;
con su diferencia de otras palabras dentro de un sistema dado de len- Kincheloe y Steinberg, 1993; Quantz, 1992; Shor, 1996; Villaverde y
guaje. Foucault invita a los investigadores a explorar las formas en Kincheloe, 1998). La investigación en la tradición crítica adopta la
que los discursos están implicados en las relaciones de poder, y cómo el forma de una autoconciencia crítica, en el sentido de que los inves-
poder y el conocimiento sirven como prácticas de reiniciación dialéctica tigadores tratan de tomar conciencia de los imperativos ideológicos
que regulan lo que se considera razonable y verdadero. A gran parte y las presuposiciones epistemológicas que guían su investigación y
del trabajo influenciado por estos escritores lo hemos llamado pers- sus propias afirmaciones de referencias subjetivas, intersubjetivas y
pectivas teóricas posmodernas «lúdicas- y «de resistencia». La inves- normativas. Así, los investigadores críticos abordan una investigación
tigación crítica puede entenderse mejor en el contexto del poder que con sus suposiciones sobre la mesa, de modo que nadie se confunda
reciben los individuos. La investigación que aspira a recibir el nombre respecto del bagaje epistemológico y político que traen consigo al sitio
de «crítica» debe estar conectada con un intento de confrontar la in- de investigación.
justicia de una sociedad o una esfera pública en particular dentro de Frente a un análisis detallado, los investigadores críticos pueden
la sociedad. Por tanto, la investigación se vuelve una empresa trans- cambiar sus suposiciones. El estímulo de cambio puede provenir del
formativa que no está avergonzada por el rótulo de «política» y que no reconocimiento de los investigadores críticos de que tales suposiciones
teme consumar una relación con conciencia emancipatoria. Mientras no están conduciendo a acciones emancipatorias. La fuente de esta
que los investigadores tradicionales se aferran a la neutralidad, los acción emancipatoria implica la capacidad de los investigadores de
investigadores críticos con frecuencia anuncian su parcialidad en la exponer las contradicciones del mundo de las apariencias aceptadas
lucha por un mundo mejor (Grinberg, 2003; Horn, 2000; Kincheloe, por la cultura dominante como naturales e inviolables (Giroux, 1983,
2001b). 1988, 1997; McLaren, 1992, 1997; San Juan, 1992; Zizek, 1990). Los
El trabajo del educador brasileño Paulo Freire es instructivo investigadores críticos sostienen que dichas apariencias pueden ocul-
para construir la investigación que contribuya a la lucha para un tar las relaciones sociales de desigualdad, injusticia y explotación. Por
¡J Illlplo, I 'ollHi I \I'/lIlIOH 1 I In vi)1 J1'i/1 q I 1~,1lHI,I. '()IILt Lo,1" (,,'iU 'Illldnd y 1 inv ti 'i n qu r p id
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1'1' nt H qu ,por u pr pi volunt d, L n d 1 1n d cu rd 0J1 j rrít r l forro 8 min nt s d poder, de proporcionar percepciones
una forrn p rticul r d patología social, sino posibles narr tiv s d más evocativas y pr miantes. Al operar de esta manera, una critica-
Lr B r i6n y de r sistencia, ello podría indicar que el «inconsci nt lidad en evolución siempre es vulnerable a la exclusión del dominio de
pol ti o» qu acecha debajo de la superficie de la vida cotidiana en 1 los modos aprobados de investigación. Las formas de cambio social que
aul no s ajeno a las prácticas de opresión de raza, clase y géner , respalda siempre la ubican en algunos lugares como un extraño, un
/ojin qu más bien está íntimamente conectado con ellas. torpe detective siempre interesado en descubrir estructuras sociales,
discursos, ideologías y epistemologías que apuntalan el statu quo y
una variedad de formas de privilegio. En el dominio epistemológico, el
Una criticalidad en evolución privilegio de ser blanco, varón, elitista de clase, heterosexista, imperial
y colonial muchas veces opera afirmando el derecho de reclamar obje-
En este contexto, es importante notar que entendemos una teo- tividad y neutralidad. Sin duda, los dueños de tales privilegios poseen
rí social como un mapa o una guía de la esfera social. En el contexto la «franquicia» de la razón y la racionalidad. Los partidarios de una
d la investigación, no determina cómo vemos el mundo, sino que nos criticalidad en evolución poseen una serie de herramientas para expo-
yuda a diseñar preguntas y estrategias para explorarlo. Una teoría ner semejante política opresiva de poder. Dichos partidarios afirman
, oci~l.crítica tiene que ver en particular con cuestiones de poder y de que la teoría crítica está bien servida al echar mano de numerosos
justicia y las formas en que la economía, los asuntos de raza, clase y discursos liberatorios e incluir a diversos grupos de pueblos margina-
g nero, las ideologías, los discursos, la educación, la religión y otras dos y sus aliados en la acumulación no jerárquica de analistas críticos
instituciones sociales, y la dinámica cultural interactúan para cons- (Bello, 2003; Clark, 2002; Humphries, 1997).
truir un sistema social (Beck-Gernsheim, Butler y Puigvert, 2003; Fle- En la era presente, las formas emergentes de neocolonialismo
cha, Gómez y Puigvert, 2003). Por tanto, en este contexto buscamos y neoimperialismo de los Estados Unidos llevan a los teóricos críticos
proporcionar una visión de una criticalidad en evolución o una teoría a examinar las formas en que opera el poder estadounidense con la
crítica reconceptualizada. La teoría crítica nunca es estática; siempre excusa de establecer democracias en todo el mundo. Los defensores
stá evolucionando, cambiando a la luz de nuevas percepciones teóri- de una criticalidad en evolución argumentan -como lo hacemos no-
e s y nuevos problemas y circunstancias sociales. sotros en más detalle más adelante en este capítulo- que dicho poder
La lista de conceptos que explican nuestra articulación de la neo colonial debe estar expuesto para que pueda ofrecérsele oposición
t oría crítica indica una criticalidad guiada por una serie de discursos en los Estados Unidos y en todo el mundo. La justificación del imperio
que emergieron tras el trabajo de la Escuela de Fráncfort. Sin duda, estadounidense en nombre de la libertad para socavar los gobiernos
algunos de los discursos teóricos, al tiempo que se refieren a sí mismos democráticamente elegidos desde Irán (Kincheloe, 2004), Chile, Nica-
como críticos, directamente cuestionan parte del trabajo de Horkhei- ragua y Venezuela hasta Liberia (cuando su verdadero propósito es
mer, Adorno y Marcuse. De esta manera, las diversas tradiciones teó- adquirir ventaja geopolítica para futuros asaltos militares, apalanca-
ricas han guiado nuestra interpretación de la criticalidad y han exi- miento económico en mercados internacionales y acceso a los recursos
gido la interpretación de diversas formas de opresión, entre ellas, los naturales) debe ser expuesta por los críticos por lo que es: un vulgar
problemas de clase, raza, género, sexo, cultura, religión, coloniales y engaño imperialista (McLaren, 2003a, 2003b; McLaren y Jaramillo,
los relacionados con las capacidades. La noción en evolución de la 2002; McLaren y Martin, 2003). Los investigadores críticos necesitan
criticalidad que presentamos está guiada por los posdiscursos, aun- ver su trabajo en el contexto de vivir y trabajar en una nación-estado
que los critica; por ejemplo, el posmodernismo, posestructuralismo y con el complejo militar-industrial más poderoso de la historia que ver-
el poscolonialismo. En este contexto, los teóricos críticos se vuelven gonzosamente está usando los ataques terroristas del 11 de septiembre
detectives de nuevas percepciones teóricas, en perpetua búsqueda de para fomentar una despiadada agenda imperialista alimentada por la
formas nuevas e interconectadas de comprender el poder y la opre- acumulación capitalista por medio de la regla de la fuerza (McLaren
sión, y las formas en que moldean la vida cotidiana y la experiencia y Farahmandpur, 2003).
humana. Chomsky (2003), por ejemplo, ha acusado al Gobierno de los
Estados Unidos del «crimen supremo» de la guerra preventiva (en el
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:lO 2 . L inm n nci crítica nos ayuda a llegar más allá del egocen-
I Hi !O XXI que xist n ~últi~l S formas d pod r, ntr 1 s yu
trlsmo y el tnocentrismo Y a trabajar para construir nuevas formas
IYI n '10n dos O s de dominación de raza, género y sexo. Sin emb r ,
ti r lación con diversos pueblos. Leila Villaverde (2003) extiende este
nl l r sta advertencia, una teoría crítica reconceptualizada de nin-
I unto acerca de la inmanencia cuando mantiene que la teoría crítica
'1.1 m nera trata de argumentar que los factores económicos caree n
nos ayuda a «retener una visión de lo que todavía no es». En el trabajo
el importancia al moldear la vida cotidiana. Los factores económico
d la teoría crítica de la Escuela de Fráncfort y la hermenéutica de
nun.c pueden separarse de otros ejes de opresión (Aronowirz y Di-
Ians-Georg Gadamer (1989), encontramos esta inquietud en relación
F ZlO, 1994; Carlson, 1997; Gabbard, 1995; Gee, Hull y Lankshear,
con la inmanencia. Gadamer argumenta que debemos ser más caute-
1996; Gibs?n, 1986; Kincheloe, 1995, 1999; Kincheloe y Steinberg,
losos en nuestros esfuerzos por determinar «qué es», porque ello tiene
1 99; Martm y Schuman, 1996). Las formulaciones mecanísticas del
consecuencias muy dramáticas para cómo enfrentamos «qué debería
d t rminismo económico muchas veces son malas interpretaciones del
ser». Desde el punto de vista de Gadamer, el proceso de comprender
tr b jo de Marx. El trabajo de McLaren, por ejemplo, no rechaza el
supone interpretar el significado y aplicar los conceptos ganados al
mod lo de base/superestructura tout court, sino sólo sus formulaciones
momento histórico al que nos enfrentamos. Por tanto, la inmanencia
dialécticas (véanse McLaren y Farahmandpur, 2001).
en el contexto de la investigación cualitativa supone el uso de la sabi-
duría humana en el proceso de crear un mundo mejor y más justo, con
La crítica de la racionalidad instrumental o técnica menos sufrimiento y más satisfacción individual. Con esta noción en
mente , los teóricos críticos critican a los investigadores cuyo trabajo
Una teoría crítica reconceptualizada ve la racionalidad instru- académico opera para adaptar a los individuos al mundo tal como es.
m ntal/técnica como una de las características más opresivas de la En el contexto de la inmanencia, los investigadores críticos están muy
ociedad contemporánea. Dicha forma de «hiperrazón- supone una preocupados por quiénes somos, cómo llegamos hasta aquí y adónde
obsesión con los medios antes que con los fines. Los teóricos críticos podríamos ir desde aquí (Weil y Kincheloe, 2003).
firman que la racionalidad instrumental/técnica está más interesada
n el método y la eficiencia que en el propósito. Delimita sus temas a
«cómo» en lugar de a «por qué». En un contexto de investigación los Teoría crítica del poder reconceptualizada: Hegemonía
t óricos críticos dicen que muchos académicos racionalistas se obse-
Nuestra concepción de una teoría crítica reconceptualizada está
ionan tanto con cuestiones de técnica, procedimiento y el método co-
intensamente preocupada respecto de la necesidad de entender las
rrecto que olvidan el propósito humanista del acto de investigación. La
diversas y complejas formas en que el poder opera para dominar y
racionalidad instrumental/técnica muchas veces separa el hecho del
moldear la conciencia. Los teóricos críticos han aprendido que el poder
valor en su obsesión por el método «apropiado», y en el proceso pierde
es un tema en extremo ambiguo que exige un detallado estudio y aná-
una comprensión de las opciones de valor siempre involucradas en la
lisis. Entre los críticos parece estar emergiendo un consenso acerca
producción de los llamados hechos (Alfino, Caputo y Wynyard, 1998;
de que el poder es un constituyente básico de la existencia humana
Giroux, 1997; Hinchey, 1998; Kincheloe, 1993; McLaren, 1998; Ritzer,
que trabaja para moldear la naturaleza opresiva y productiva de la
1993; Stallabrass, 1996; M. Weinstein, 1998).
tradición humana. Sin duda, todos tenemos poder y no tenemos poder,
en el sentido de que todos poseemos capacidades y todos estamos li-
El concepto de inmanencia mitados en el intento por usar nuestras capacidades. A causa del es-
pacio limitado, nos concentraremos en la preocupación tradicional de
. La teoría .crítica siempre se preocupa por lo que podría ser, qué es la teoría crítica respecto de los aspectos opresivos del poder, aunque
mmanente a diversas formas de pensar y percibir. Por tanto, la teoría entendemos que un aspecto importante de la investigación crítica se
crítica siempre debería moverse más allá del mundo contemplativo centra en los aspectos productivos del poder, su capacidad de conferir
hacia l~ reforma social concreta. En el espíritu de Paulo Freire, nues- poder, de establecer una democracia crítica, de lograr que las pers?nas
tra noción de una teoría crítica en evolución posee inmanencia, puesto marginadas se replanteen su función sociopolítica (Apple, 1996; Fiske,
I )I)'I¡ A, M, A, I¡'" i,' O¡ lit'o I , IOt 7¡ Mil' lo, 1.)( ¡ Ni ih 1 UIl 11 i u y Hit\lllt'iOIlIlIIlIl ,d, , JlI '11 '( qu r el z 1 suposición del
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1 produ 'Ir d SI U Jd d Y ufrimi nto humano la noción d Ant- nipuladas con f ilidad. L08 inv tigadores que operan conscientes de
nio r mscí d 1 h gemonía es central para la inv stigación crític . sta ideología h g mónica ntienden que las prácticas y los discursos
.r m ci compre?dió que el poder dominante del siglo xx no siempre s ideológicos dominantes moldean nuestra visión de la realidad (Lemke,
~ reí sólo mediante la fuerza fisica, sino que también se expresaba 1995,1998). Por tanto, nuestra noción de ideología hegemónica es una
Lr v s de intentos psicológicos sociales para obtener el consentimiento forma crítica de constructivismo epistemológico animada por una com-
d la gente a la dominación a través de las instituciones culturales prensión matizada de la complicidad del poder en las construcciones
LIs como los medios, las escuelas, la familia y la iglesia. La hegemo- que hace la gente del mundo y su papel en él (Kincheloe, 1998). Dicha
ní de Gramsci reconoce que la obtención del consentimiento popular conciencia corrige las definiciones anteriores de la ideología como una
s un proceso muy complejo y debe investigarse con cuidado caso por entidad unidireccional, monolítica que fue impuesta a los individuos
cas? Los estudiantes y los investigadores del poder, los educadores, por una secreta cohorte de zares de la clase gobernante. Entendiendo
ociólogos, todos nosotros estamos hegemonizados, puesto que nuestro la dominación en el contexto de luchas concurrentes entre las dife-
c~~po ?e ~onocimient~ ~ comprensión está estructurado por una expo- rentes clases, grupos raciales y de género, y sectores de capital, los
sición limitada a definiciones en competencia del mundo sociopolítico. investigadores críticos de la ideología exploran las formas en que dicha
El campo hegemónico, con sus definidos horizontes sociopsicológicos competencia adopta diferentes visiones, intereses y agendas en una
acu~ula consent~miento para una matriz de poder no equitativo, u~ variedad de escenarios sociales locales que antes se pensaba que esta-
conjunto de relaciones sociales que están legitimadas por su descrip- ban fuera del dominio de la lucha ideológica (Brosio, 1994; Steinberg,
ció~ como naturales e inevitables. En este contexto, los investigadores 2001).
críticos notan que el consentimiento hegemónico nunca está estable-
cido por completo, puesto que siempre es refutado por diversos grupos
con diferentes agendas (Grossberg, 1997; Lull, 1995; McLaren, 1995a, Teoría crítica reconceptualizada del poder:
1995b; McLaren, Hammer, Reilly y Scholle, 1995; West, 1993). No- Poder lingüístico / discursivo
tamos aquí que Gramsci comprendió que el concepto de Marx de las
leyes de la tendencia implicaba una nueva inmanencia y una nueva Los investigadores críticos han llegado a entender que ellen-
concepción de la necesidad y la libertad que no puede comprenderse guaje no es un espejo de la sociedad. Es una práctica social inestable
dentro de un modelo mecanicista de determinación (Bensaid, 2002). cuyo significado cambia, según el contexto en que se usa. En oposi-
ción a previas interpretaciones, los investigadores críticos aprecian
el hecho de que el lenguaje no es un conducto neutral y objetivo de la
Teoría crítica del poder reconceptualizada: Ideología descripción del «mundo real». Más bien, desde una perspectiva crítica,
las descripciones lingüísticas no son sólo acerca del mundo, sino que
Los teóricos críticos entienden que la formación de la hegemonía sirven para construirlo. Con estas nociones lingüísticas en mente, los
no puede separarse de la producción de ideología. Si la hegemonía es críticos comienzan a estudiar la forma en que el lenguaje, bajo la forma
el esfuerzo mayor del poderoso para obtener el consentimiento de sus de discursos, sirve como una forma de regulación y dominación. Las
«subordinados», la hegemonía ideológica supone las formas culturales
prácticas discursivas se definen como una serie de reglas tácitas que
los significados, los rituales y las representaciones que producen con- regulan lo que puede y no puede decirse, quién pueden hablar con la
sentimiento al statu quo y a los lugares particulares de los individuos bendición de la autoridad y quién debe escuchar de quién son las cons-
dentro de él. La ideología respecto de la hegemonía lleva a los inda-
trucciones sociales válidas y de quién son las erróneas y sin importan-
gadores críticos más allá de las explicaciones de dominación que han
cia. En un contexto educativo, por ejemplo, los discursos legitimados
usado términos tales como «propaganda» para describir las formas en de poder dicen a los educadores, con insidia, qué libros pueden leer los
q,ue los m~dios, las producciones políticas, educativas y otras produc-
alumnos, qué métodos instructivos pueden utilizarse y qué sistemas
ciones socioculturales manipulan en forma coercitiva a los ciudadanos
de creencia y visiones del éxito pueden enseñarse. En todas las formas
para que adopten significados opresivos. Una investigación crítica re- de investigación, el poder discursivo valida estrategias de investiga-
conceptualizada concibe una forma de dominación mucho más sutil ,
ción particulares, formatos narrativo s y modos de representación. En
LI 'oI\L! Lo, 10H IiH' "'1'10 d pod,' 1'10 '¡IV/11l IOHmull.i] 1 H HIgnill '1\ , i'illlg n Hy Hi nOH I hi¡ "" nlid J P d r
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m n aj 1 g mónico/id 01 gic p rti ul r n 1 onci n i d 1 1 ct ,', ti H rib t v n ul ,d d lin ar los efectos altamente co~pleJos de l~
É t s un proceso al qu much s vec s s h ce r f r nci com I " • pción d estas imágenes y signos sobre individuos ubicados e~ di-
intento de imponer un cierre discursivo. Los investigadores crític H v r as coordenadas de raza, clase, género y sexo en la red de la reahdad
interesados en la construcción de conciencia están muy atentos a est 1 m,. Carter, 2003; Cary, 2003; Ferguson y Goldin~, 1997; Gar~~am, 1997:
dinámica del poder. La inclusión y el cuestionamiento del valor del u O }rossberg, 1995; Jackson y Russo, 2002; JOYrIch,.1996; o Riley, 2003,
de teorías particulares del poder son esenciales para nuestra noción d Rose y Kincheloe, 2003; Sanders-Bustle, 2003; Stemberg, 1997a, 1997b;
una criticalidad en evolución (Blades, 1997; Gee, 1996; Lemke, 1993; Thomas, 1997; Wexler, 2000).
McWilliam y Taylor, 1996; Morgan, 1996; Steinberg, 2001).

La centralidad de la interpretación: Hermenéutica crítica


El centro de atención puesto en las relaciones entre la cultura, el poder
.Y la dominación Una de los aspectos más importantes de una investigación cua-
litativa guiada por la teoría crítica inc.luye el d?,minio muc~~~ veces
En las últimas décadas del siglo xx, la cultura adquirió una nueva descuidado de la interpretación de la información. La tradición her-
importancia en el intento crítico por entender el poder y la dominación. menéutica crítica (Grondin, 1994; Gross y Keith, 1997; Rosen, 1~87;
Los investigadores críticos han argumentado que la cultura tiene que Vattimo 1994) sostiene que en la investigación cualitativa sólo existe
verse como un dominio de lucha donde la producción y la transmisión de la inter~retación, por mucho que argumenten muchos }n~estiga~ores
conocimiento siempre son un proceso disputado (Giroux, 1997; Kinche- que los hechos hablan por sí mismos. El acto hermeneutIco de mt.er-
loe y Steinberg, 1997; McLaren, 1997; Steinberg y Kincheloe, 1997). Las pretación supone, en su articulación más elernental, encontrar sen~I,do
culturas dominantes y las subordinadas despliegan sistemas diferentes a lo que se ha observado de un modo que c?mumque ~~mp:ensIOn.
» I de significado basados en las formas de conocimiento producidas en su Toda la investigación no sólo es un acto de interpretación sino que,
como mantiene la hermenéutica, la percepción misma es un acto de
dominio culturaL La cultura popular, con su televisión, películas, vídeo
juegos, computadoras, música, danza y otras producciones, desempeña interpretación. Por tanto, la búsqueda de comprensión es una carac-
un papel cada vez más importante en la investigación crítica del poder y terística fundamental de la existencia humana, puesto que ~l e.ncuen-
la dominación. Los estudios culturales, por supuesto, tienen una función tro con lo no familiar siempre exige el intento de lograr significado,
en constante expansión en este contexto, puesto que examinan no sólo la de encontrar sentido. Sin embargo, lo mismo sucede también con lo
cultura popular sino también las reglas tácitas que guían la producción familiar. Sin duda, como en el estudio de textos. conocidos, lleg,amos
culturaL Con el argumento de que el desarrollo de los medios masivos a encontrar que, a veces, lo familiar puede ser VIsto como lo mas .ex-
ha cambiado la forma en que opera la cultura, los investigadores de traño. Por tanto, no debería sorprender que hasta los lla~ados esoritos
estudios culturales mantienen que las epistemologías culturales de la objetivos de la investigación cualitativa son interpretaCIOnes, no ~es-
primera década del siglo XXI son diferentes de las de hace apenas algu- cripciones libres de valores (Denzin, 1994; Gallagher, 1992; Jar~I~e,
nas décadas. Se producen nuevas formas de cultura y de dominación 1998; Mayers, 2001; D. G. Smith, 1999). Al apre.nder de la ,t:adIcIOn
cultural al tiempo que se desdibuja la distinción entre lo real y lo simu- hermenéutica y la crítica posmoderna, los investIgado~es críticos ~an
lado. Este efecto de desdibujamiento de la hiperrealidad construye un comenzado a reexaminar reclamos textuales de autoridad. No existe
vértigo social caracterizado por una pérdida de roce con las nociones una interpretación prístina; sin duda, ninguna metodología, t~o:~a
tradicionales de tiempo, comunidad, self e historia. Las nuevas estruc- social o educativa o forma discursiva puede reclamar una posicion
turas del espacio y el tiempo culturales generadas por un bombardeo de privilegiada que ;ermita la producción del c?~ocimiento autorizado.
imágenes electrónicas de espacios locales, nacionales e internacionales Los investigadores siempre deben hablar/escribir acerca del m~ndo en
sacuden nuestro sentido personal de lugar. Esta proliferación de signos términos de algo más en el mundo, «en relación con...». Co.mo?rIaturas
e imágenes funciona como un mecanismo de control en las sociedades del mundo, estamos orientados a él de un modo que nos ~m~Ide b~~ar
occidentales contemporáneas. La clave de la investigación cultural con- nuestras teorías y perspectivas fuera de él. La hermenéutica crítica
trahegemónica exitosa supone: (a) la capacidad de vincular la produc- que sirve de base a la investigación crítica cualitativa se mueve más
( JI di,'( -ci )tI n h
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Bn u ont xt impul do por 1 t orí crític , 1propósit d I 1 n l prim r d c d d 1 siglo XXI; semejante política informativa
h r~ n ':ltico s desarrollar una forma de crítica cultural qu no produce las noticias de la tarde. ¿Podemos imaginarnos otra insti-
I din mica del poder dentro de textos sociales y cultural , tución en la sociedad contemporánea que obtenga el poder pedagógico
v tig dores cualitativos familiarizados con la hermenéutic r Li(,,, q u las corporaciones ahora hacen valer por encima de los sistemas
construyen puentes entre el lector y el texto, el texto y su prod '!.CII. el información y de significación? ¿Y si la Iglesia de Cristo fuera lo
! contexto histórico y el presente, y una circunstancia social en pOI b stante poderosa para lanzar «comerciales» pedagógicos cada pocos
ticular y otra. Lograr semejantes tareas interpretativas es díñcí 1 y minutos en la televisión y la radio fomentando la necesidad de todos de
los investigadores situados en la hermenéutica normativa empuj ~;, ceptar la fe de esa confesión? Escenas repetidas de judíos, musulma-
los etnógrafos, historiadores, semiólogos, críticos literarios y analí 1,11 nes, hindúes, católicos y metodistas, condenados al infierno si recha-
d 1 contenido a trazar los procesos de construcción de puentes empl 11 zan la pedagogía oficial (la verdadera doctrina), recibirían a los esta-
dos por las interpretaciones exitosas de producción de conocimient dounidenses y a sus hijos siete días a la semana. No hay duda de que
cultura (Gallagher, 1992; Kellner, 1995; Kogler, 1996; Rapko, 199 . muchas personas estarían furiosas y organizarían una acción política.
Apoyados por esta construcción de puentes hermenéutica, los investi- Las sociedades occidentales han capitulado, en cierta medida, ante
gadores críticos en un círculo hermenéutico (proceso de análisis en I esta amenaza pedagógica corporativa a la democracia, observando en
que los intérpretes buscan la dinámica histórica y social que mold forma pasiva a una elite que obtiene mayor control sobre el sistema
la interpretación textual) comienzan en la ida y vuelta de estudiar político y la conciencia política a través de una sofisticada pedagogía
partes en relación con el todo y el todo en relación con las partes. Al cultural. Los investigadores críticos están concentrados en exponer
desplegar semejante metodología, los investigadores críticos pueden los puntos específicos de este proceso (Deetz, 1993; Drummond, 1996;
producir percepciones profundas que conducen a la acción transforma- Kincheloe, 2002; Molnar, 1996; Pfeil, 1995; Rose y Kincheloe, 2003;
tiva (Berger, 1995; Cary, 1996; Clough, 1998; Coben, 1998; Gadamer, Steinberg y Kincheloe, 1997).
1989; Goodson, 1997; Kincheloe y Berry, 2004; Miller y Hodge, 1998;
Mullen, 1999; Peters y Lankshear, 1994).

Investigación crítica y estudios culturales


El papel de la pedagogía cultural en la teoría crítica
Los estudios culturales son un campo interdisciplinario, trans-
A menudo se puede pensar que la producción cultural es una disciplinario y a veces contradisciplinario que funciona dentro de la
forma de educación, puesto que genera conocimiento, moldea valores dinámica de definiciones rivales de cultura. A diferencia de los estu-
y construye identidad. Desde nuestra perspectiva, dicho marco de re- dios humanistas tradicionales, los estudios culturales cuestionan la
ferencia puede ayudar a los investigadores críticos a encontrar sen- identificación de la cultura con la alta cultura; en cambio, los estudios
tido al mundo de la dominación y la opresión, ya que trabajan para culturales afirman que deberían analizarse miles de expresiones de
producir una sociedad más justa, democrática e igualitaria. En años producción cultural en relación con otras dinámicas culturales y es-
recientes, esta dinámica educativa ha sido llamada pedagogía cultural tructuras sociales e históricas. Dicha posición compromete los estu-
(Berry; 1998; Giroux, 1997; Kincheloe, 1995; McLaren, 1997; Paillio- dios culturales con una mezcla de actividades artísticas, religiosas,
tet, 1998; Semali, 1998; Soto, 1998). «Pedagogía» es un término útil políticas, económicas y comunicativas. En este contexto, es importante
que tr~dicionalmente se usó para referirse sólo a la enseñanza y la notar que, si bien los estudios culturales están asociados con el estudio
escolaridad. Al usar el término «pedagogía cultural» estamos refirién- de la cultura popular, no tratan principalmente de la cultura popu-
~onos específicament~ a las formas en que agentes culturales en par- lar. Los intereses de los estudios culturales son mucho más amplios
ticular producen particulares formas hegemónicas de ver. En nuestro y en general tienden a involucrar la producción y la naturaleza de
contexto crítico interpretativo, nuestra noción de pedagogía cultural las reglas de la inclusividad y la exclusividad que guían la evalua-
afirma que los nuevos «educadores» de la era contemporánea electró- ción académica; en particular, la forma en que estas reglas moldean
nica son aquellos que poseen los recursos financieros para usar los y son moldeadas por las relaciones de poder. Las reglas que guían la
p 1I'IIbl ti ti IUH r \¡ H el pro luc i I de 1\1 '01 In 1\1,(r\ 'i)1\ '" Li ' n las mu] r ,Ir
' 1') 1'tH' 1 r r Mu do y 1
i, v ALi i n, lo' t nt , 1 tudi s cultur 1 pro t'UZ • Al d L r v nc L óricos n la crític poscolonialista neom~r-
por io u cr tic disciplin ría qu ti n much s implicacion ti xi ta y los studios culturales, puede arrojar más luz sobre el funcio-
(Ab rcrombi ,1994; F rguson y Golding, 1997; Grossberg, 1995; H U namiento del poder en la vida cotidiana. .
y u y, 1996; Kincheloe, 2002; McLaren 1995a; Oberhardt, 2001; En este contexto, Ladislaus Semali y Joe Kincheloe, en What te
W dw rd, 1997). Indigenous Knowledge? Voices from the Academy (1999), exploran el
Uno de los centros más importantes de producción teórica en 1 poder del conocimiento indigeni~ta co~o un r.ecurs~ para los I?~en-
hi t ría de la investigación crítica ha sido el Centro para Estudios Cul- tos críticos por producir un cambio SOCIal.Los investigadores críticos,
tur r s Contemporáneos (CCCS, por su sigla en inglés) de la Univer- argumentan, deberían analizar tales conocimientos a fin de compren-
sld d de Birmingham. Con el fin de intentar conectar la teoría crítica der las emociones sensibilidades y epistemologías que se mueven en
n 1 particularidad de la experiencia cotidiana, los investigadores formas no imagin~das por muchos productores de c?n~cimiento oc~i-
d 1 CCCS han argumentado que toda experiencia es vulnerable a la dentales. En este contexto inspirado por el poscolonialismo, Semali y
in cripción ideológica. Al mismo tiempo, han sostenido que teorizar Kincheloe emplean inquietudes planteadas por el conocimiento indige-
fu ra de la experiencia cotidiana produce una teoría formal y deter- nista para desafiar el ámbito académico, su «ciencia normal» y sus no-
minista. Un excelente representante de las perspectivas del CCCS es ciones aceptadas de información certificada. Estos autores ~rasl~dan
ul Willis, cuyo libro Learning to Labour: How Working Class Kids la conversación acerca de la investigación crítica a nuevas direcciones
Get Working Class Jobs fue publicado en 1977, siete años después del y entienden la inseparabilidad conceptual de val~rar el cono~imie~to
libro de Colin Lacey, Hightowm Grammar (1970). Al re definir la na- indigenista con el desarrollo de formas poscolomales de rasistencia,
turaleza de la investigación etnográfica de una manera crítica, Lear- la reforma académica, la reconceptualización de la investigación y la
ning to Labour inspiró un torrente de estudios críticos: Knuckle Sand- interpretación y la lucha por la justicia social.
wich: Growing Up in the Working-Class City, de David Robins y Philip En Schooling as a Ritual Performance, Peter McL~ren (1999)
ohen, en 1978, Schooling the Smash Street Kids, de Paul Corrigan, integra la teoría posestructuralista, poscolonial~sta ~ ~arXlsta con los
n 1979, Subculture: The Meaning of Style, de Dick Hebdige, en 1979. proyectos de los estudios culturales, la pedago~a crítica y la etnogra-
Asimismo, siguiendo el trabajo de Willis estaban los estudios de las fe- fía crítica. Basa su análisis teórico en la afirmación posestructurahsta
ministas críticas, entre ellos una antología titulada Women Take Issue de que la conexión de significante y significado es arbitraria y" si~
(Grupo de Estudio de las Mujeres, 1978). En 1985, Christine Griffin embargo, está moldeada por fuerzas históricas, cult~rales y economi-
publicó Typical Girls?, el primer trabajo feminista extenso producido caso La narrativa cultural primaria que define la VIda escolar e.s la
por el CCCS. Concebido como una respuesta al Learning to Labour de resistencia de los alumnos a los intentos de la escuela de mar~'mar
Willis, Typical Girls? analiza la conciencia femenina adolescente cons- su cultura callejera y su conocimiento callejero. McLaren anahz~ la
truida en un mundo de patriarcado. A través de su reconocimiento del escuela como un centro cultural donde existe una lucha por el capital
patriarcado como una tecnología disciplinaria importante en la pro- simbólico bajo la forma de dramas rituales. Schooling as ~ Ritual Per-
ducción de subjetividad, Griffin y los miembros del grupo de estudio formance adopta la posición de que los i,nvestigador~s son mc~pac~s de
de género del CCCS movieron la investigación crítica en una dirección comprenderse a sí mismos y a los demas en forma introspectiva sm la
multicultural. mediación social a través de su posiciones respecto de la raza, la clase,
Además del examen de clase, los análisis de género y de raza el género y otras configuraciones. Las formas viscerales y ~orporales
están comenzando a ganar importancia (Quantz, 1992). El posestruc- del conocimiento, y los ritmos y los gestos de la cultura callejera d~ los
turalismo enmarca el poder no sólo como un aspecto de una sociedad, alumnos, se distinguen del conocimiento abstracto formal d~ l~ ms-
sino como la base de la sociedad. Por tanto, el patriarcado no es apenas trucción en las aulas. Los profesores consideran que el conocimiento,
una fuerza aislada entre muchas con las que deben enfrentarse las al ser construido de modo informal fuera de la cultura de la instrucción
mujeres; el patriarcado guía todos los aspectos de lo social y moldea escolar, es una amenaza para el ideal universalista y decididame~te
con eficacia las vidas de las mujeres (véanse también Douglas, 1994; euro céntrico de la alta cultura que forma la base del plan de estudios
Finders, 1997; Fine, Powell, Weis y Wong, 1997; Frankenberg, 1993; escolar.
Franz y Stewart, 1994; Shohat y Stam, 1994). Cornel West (1993) em- Al tiempo que los investigadores críticos persi~en ~a :ec.oncep-
puja la investigación crítica aún más dentro del dominio multicultural tualización de la teoría crítica empujados por su relación smergica con
'\dLU"1l1 , 1, Hm ti I pOH ¡;L"U' u"t\liH'
t'l1iH11l0 0, H ult " 1 H P dO"IIlIl!,ivo ('O'\( ctnn 1I rl.l iuluci • 'ir ux, McL -
1 red Ilni i n p di ursiv J n 'i n r tic d 1 r n y inch 1 d 11, I \ o f crític con nu v s formas de es~ribir
'r ci n t rminos d multiplicidad y d dif r ncia. Las noci - y llevar a c bo 1 p lític cultural. Denzin argumenta con cuidado
tr dicional s de comunidad muchas veces privilegian la unid d que las disciplinas humanas basadas en la actuación pueden c~tali-
r br la diversidad en nombre de los valores del Iluminismo. Los zar el cambio social democrático. Actuando como el coyote enganoso,
p tructuralistas en general y las posestructuralistas feministas en Denzin propone unos estudios culturales de acción que descentran la
p rticular ven este sueño comunitario como algo políticamente inca- subjetividad, ya que ésta cuestiona el statu quo. Al definir la actuación
pacitante, debido a la supresión de las diferencias de raza, clase y como «un acto de intervención, un método de resistencia, una forma
g n ro y a la exclusión de voces subalternas y de grupos marginados a de crítica una forma de revelar la agencia» (pág. 9), Denzin moldea su
quienes los miembros de la comunidad son reacios a involucrar. Lo que noción de performatividad en el espíritu del trabajo de Henry Giroux
mpieza a emerger en esta instancia es el movimiento de inquietudes (2003) en los estudios culturales y la pedagogía crítica. La actuación en
t óricas feministas hacia el centro de la teoría crítica. Sin duda, des- los estudios culturales se vuelve una pedagogía crítica cuando emplea
pués de la crítica feminista, la teoría crítica nunca puede volver a un lo estético y lo performativo en un intento por retratar las interac-
paradigma de investigación en donde se privilegia y exalta en forma ciones que conectan la política, las instituciones y la experiencia. P~r
antiséptica el concepto de clase social como el concepto maestro de la tanto, la actuación para Denzin se convierte en una forma de agencia
antísima Trinidad de raza, clase y género. humana que une a los individuos con la cultura de una manera esta-
Una teoría crítica reconceptualizada por el posestructuralismo blecida.
y el feminismo fomenta una política de diferencia que se niega a pato- Las ideas importantes de Denzin se entrecruzan con el concepto
logizar o exotizar al otro. En este contexto, las comunidades tienden de Peter Reason y William Torbert (2001) del giro de la acción. En el
más a la revitalización y la revivificación (Wexler, 1996b, 1997); los giro de la acción, Reason y Torbert reconceptualizan la naturalez~ y el
grupos periféricos dominados por la mirada eurocéntrica condescen- propósito de la ciencia social. Puesto que los seres humanos, nos dicen:
diente pueden acercarse más a los límites del respeto, y los objetos
«clasificados» de investigación potencialmente adquieren las caracte- son todos actores participantes en el mundo, el propósito de la investi-
gación no es sólo -ni siquiera primariamente- contribuir con el fondo
rísticas de ser sujeto. El libro de Kathleen Weiler, Women Teaching for
de conocimiento en un campo, deconstruir realidades aceptadas de
Change: Gender, Class, and Power (1988) es un buen ejemplo de inves-
antemano, ni siquiera desarrollar una teoría emancipatoria, sino más
tigación crítica enmarcado por la teoría feminista. Weiler muestra no bien forjar un vínculo más directo entre el conocimientointel~ctual !la
sólo de qué manera la teoría feminista puede extender la investigación acciónpersonal y social de momento a momento, para que la investiga-
crítica, sino también cómo el concepto de emancipación puede re con- ción contribuya directamente al florecimiento de las personas huma-
ceptualizarse a la luz de una epistemología feminista. En este con- nas, sus comunidades y los ecosistemas de los que son parte (pág. 2).
texto, claramente observamos la forma en que opera nuestra noción de
una criticalidad en evolución. Los críticos guían a los posestructuralis- En este contexto, encontramos una intersección entre la perfor-
tas y a las feministas quienes, a su vez, critican y extienden el tema y matividad de Denzin y el cambio a la acción desde el énfasis de la
el enfoque de formas más tradicionales de investigación crítica. Aun- ciencia social en el conocimiento abstracto. En ambas articulaciones,
que no siempre sin contención, dicho proceso sirve a los intereses a el enfoque de la investigación social es crítico, puesto que se con~entra
largo plazo de una teoría crítica vibrante que continúa importando en en la mejora de la condición humana, el desarrollo de la comumdad y
el mundo (Aronowitz y Giroux, 1991; Behan y Gordon, 1995; Bersani, el fortalecimiento de los ecosistemas en los que operan las personas y
1995; Brents y Monson, 1998; Britzman, 1995; Christian-Smith y Ke- las comunidades. En este espíritu, Denzin, en Performative Ethnogra-
elor, 1999; Clatterbaugh, 1997; Clough, 1994; Cooper, 1994; Hedley, phy (2003), usa el racismo como ejemplo de un problema que puede
1994; Johnson, 1996; Kelly, 1996; King y Mitchell, 1995; Lugones, 1987; ser tratado por una ciencia social performativa crítica. Al conectar su
Maher y Tetreault, 1994; Morrow, 1991; Rand, 1995; Scott, 1992; trabajo con la investigación de W. E. B. DuBois y bell hooks, Denzin
Sedgwick, 1995; Steinberg, 1997b; 1.Young, 1990). busca escribir y realizar una dinámica cultural alrededor de la raza
En los últimos años, Norman Denzin (2003) ha iniciado un giro en formas innovadoras. En este contexto, posiciona los actos políticos
fundamental en los estudios culturales con su noción de una etnogra- como pedagógicos y performativos. De esta forma, el investigador abre
fía performativa. Como discurso crítico y emancipatorio, los estudios escenarios nuevos para la ciudadanía democrática y el diálogo trans-
Iorm tiv . l.Dn vis], ,ele 1" vol" ,¡ r ci 1 d I r ,'IIH lo "" UCOH ( oc 11) \, d 1 J.> rlorm¡ tlvid d nzin,
nzin plic Su t110g""/(' u p rformativa para ayud rno im innr , i n y los prin 'ipi S nactivist S d 1 utoorganización
r. alidades sociales alt rnativas, nuevos modos de discurso y xp ri 11 HiHL mie ( utopoy sis),l investigación crítica se mueve a una zona
eras nuevas en escuelas, lugares de trabajo, áreas desiertas y otr H d complejidad emergente. En este contexto, cuando los defensores de
espacios públicos. un forma crítica de indagación usan el término «acción transforma-
Por tanto, Denzin impulsa los estudios culturales y la criticalid d tiva» adquieren un sentido más profundo de lo que esto podría signi-
que los acompaña que se mueve de la etnografía textual a una auto t- ficar usando el concepto enactivista de la prontitud para la acción. El
nografía, per~o~mativa, al tiempo que la conecta con el concepto de 1 conocimiento debe ser representado, entendido a nivel del afecto y el
pedagogía cnh~~ de hacer lo político más pedagógico y lo pedagógic intelecto humanos. En un contexto crítico, el conocimiento que produ-
más político. Crítica en la forma en que confronta las formas principale cimos puede ser representado a la luz de nuestras luchas individuales
de conocer y de representar el mundo, la performatividad de Denzin y colectivas. Sin esta dimensión, el acto de investigación se convierte
se ajusta mej~r a involucrar prácticas culturales poscoloniales y subal- en una empresa bastante abstracta. Nada nuevo emerge, puesto que
ternas. Ademas de conectarse con el giro de la acción en investigación los conocimientos y los conceptos sólo son producidos más que rela-
documentada por Reason y Torbert, la perfonnatividad de Denzin tam- cionados unos con otros y representados (actuados) en el mundo. En
bién se conecta con la escuela de enactivismo de Santiago de Humberto este contexto representado, argumenta Denzin, los estudios cultura-
Matur~a y Francisc~ Varela en la teoría cognitiva. Si la etnografia per- les desarrollan una nueva forma de encontrarse con el universo. Las
fo~mahva y los estudios culturales destacan la inmediatez y el compro- nociones epistemológicos de la actuación y la performatividad entran
mISO,la preocupación del enactivismo por la importancia de la actuación en una tensión dinámica entre el hacer y lo hecho, el decir y lo dicho.
d~ ~a cogniciónen la. complejidad y las complicaciones de la experiencia En esta tensión productiva, la distancia y el apartamiento se superan
vivida puede smergizar nuestras perspicacias dentro del mundo de la en el acto de la actuación. La improvisación, una dinámica clave en
actuac~~n. Con l~ ayuda de las teorías sociales, pedagógicas, políticas todos estos discursos de indagación que se entrecruzan, construye el
y cognitivas, los mveshgadores críticos comienzan a comprender que el momento en el que emerge la resistencia, donde se fusionan el hacer
mu~d? SOCIal pued~ ser más complejo de lo que nos enseñaron. La perfor- y lo hecho.
matividad ~e Denzl~,nos ayuda a acercarnos a esta complejidad. En este momento performativo, orientado hacia la acción, los crí-
Esta interaccíón que conecta la etnografía de la actuación el ticos escapan de los confines del debate rancio entre el empirismo po-
giro de la acción y el enactivismo impulsa a los investigadores críticos sitivista y el interpretivismo posmoderno. Se abre un nuevo amanecer
a explorar su trabajo en relación con la indagación reciente acerca de para nuestra criticalidad en evolución y la investigación en los estudios
nuestra perspectiva en evolución de la mente humana. Los enacti- culturales, puesto que los investigadores se estudian a sí mismos en
vistas ~ir~~ el conce~to de la mente desde las perspectivas biológi- relación con los demás en un intento por producir una forma práctica
cas, p~lcologIcas y SOCIalesy comienzan el proceso de reparación que de conocimiento representada de una forma performativa, orientada
necesita la abstracción, reducción y fragmentación racionalista occi- hacia la acción. Un nuevo paradigma performativo, orientado hacia la
dental del mundo. Cuando el enactivismo se agrega a nuestra noción acción y guiado por los enactivistas ayuda a los investigadores críticos
de una criticalidad en evolución, emergemos con una base poderosa a desarrollar formas nuevas de indagar en interacciones cotidianas ba-
par~ una reconceptualización del acto de investigación. Kincheloe y sadas en la acción y los procesos vividos. Denzin apunta que estas inte-
Stemberg (1993, 1996, 1999) Y muchos otros teóricos cognitivos han racciones y estos procesos son siempre «sensoriales y contingentes». A
argumentado, en el espíritu de Lev Vygotsky, a lo largo de las últimas fin de que un etnógrafo o un investigador de estudios culturales repre-
dos décadas, que la cognición y el conocimiento que produce son activi- senten dicha dinámica, son necesarios nuevos modos de investigación.
dades socialmente situadas que tienen lugar en situaciones históricas Por definición, la etnografía performativa que ofrece Denzin destroza
concretas (Kincheloe, .2003b). Varela añade a esta descripción, argu- las convenciones textuales que tradicionalmente han operado para re-
mentando que en la circunstancia histórica en particular nos damos presentar las experiencias vividas. La etnografía crítica y los estudios
cuenta de quiénes somos y en qué nos hemos convertido. En efecto, nos culturales nunca serán los mismos después de que la performatividad
damos cuenta de nuestras capacidades cognitivas en la circunstancia y la epistemología participativa en la que se basa hagan estallar las
específica concreta mientras, a la vez, obtenemos el poder de imaginar fronteras de la práctica de la investigación aceptable.
qué capacidades podemos desarrollar.
v ti 1 m
11 I lomlnlo el I . m-
1 brioolaj plcjid . q rlc lai il:!L t r ep to 1 compl Jid d d 1 mundo
vivid y las complic cion s del poder. Sin duda, está fundamentado en
Usando el concepto de bricolaje, tal como lo expr san I A (cldo IIn pistemología de la complejidad. Una dimensión de esta comple-
r 8 d ste manual, Norman Denzin e Yvonna Lincoln Joe Kin h( lo [Id d puede ilustrarse media~te la relación entre la investigación y el
I bor~ la noción como una extensión del concepto de 'criticalidllcl , 1\ dominio de la teoría social. Esta moldea todas las observaciones del
v. lución des~r:ollado en este capítulo. Lincoln y Denzin usan I t,e I mundo en forma consciente o inconsciente; dicha teoría proporciona
mmo en el espíritu de C~aude Lévi-Strauss (1966) y su extenso d bllL, I marco de referencia que destaca o borra lo que podría observarse.
d ) en The Savage Mind, La palabra francesa bricoleur descri " La teoría de un modo empírico modernista es una forma de entender
un o.una factótum que hace uso de las herramientas disponibles P"I'" ue opera sin variación en todos los contextos. Puesto que la teoría
~ jJZ r una tarea (Harper, 1987). Algunas connotaciones del térmi 1111 S un artefacto cultural y lingüístico, su interpretación del objeto de
incluy n engaño y astucia, y me recuerdan a los embustes de Herm su observación es inseparable de la dinámica histórica que la moldeó.
~ p rticular,su.ambigüedad respecto de los mensajes de los dio I La tarea del bricoleur es atacar esta complejidad, descubriendo los
1 l~ ~ermene~b~a llegó a connotar la ambigüedad y el carácter H rtefactos invisibles del poder y la cultura, y documentando la natura-
curridizo del significado ~extu~l, e! bricolaje también puede impli IU' leza de su influencia no sólo en sus propios trabajos sino en el mundo
~os J .me~~os ficticios ~ imagínatívos de la presentación de toda 1" académico en general. En este proceso, los bricoleurs actúan sobre el
JOV stigación formal. Sin duda, como indicaron los estudios cultur • concepto de que la teoría no es una explicación de la naturaleza, sino
~ s de l.a ciencia, .tod~ la indagación científica es, en cierta medida, más bien una explicación de nuestra relación con la naturaleza.
l~pr.ovls~da; la CIenCIa,como todos sabemos a esta altura, no es t n En su arduo trabajo en el dominio de la complejidad, el bricolaje
limpia, simple y procedimental como los científicos quieren hacernos ve los métodos de investigación en forma activa en lugar de pasiva,
creer. Tal vez ésta sea una admisión que muchos en nuestro camp lo cual significa que construimos en forma activa nuestros métodos
desearían que mantuviéramos oculta. de investigación con las herramientas que tenemos a mano en lugar
E~ la primera década del siglo XXI, se entiende que el bricolaje en de en forma pasiva recibiendo las metodologías «correctas» aplicables
general mcluye el proceso de emplear estas estrategias metodológicas universalmente. Los bricoleurs evitan los modos de razonamiento
puest.o que son necesarias en el contexto en desarrollo de la situació~ que provienen de procesos certificados de un análisis lógico y tam-
de la mvestigación. Mientras que esta característica interdisciplinaria bién se alejan de las pautas y las listas de verificación preexistente s
eS,f~ndame~tal'para cualquier noción del bricolaje, los investigadores desarrolladas fuera de las exigencias específicas de la indagación a
críticos cualitativos deben trascender esta dinámica. Yendo hacia un mano. En esta aceptación de la complejidad, el bricolaje construye
nuev~ terreno conceptual, un proceso tan ecléctico plantea numerosas una función mucho más activa para los humanos tanto al moldear la
cuestiones de las que tienen que encargarse los investigadores a fin realidad como al crear los procesos y las narrativas de investigación
de ~antener ~a.co~e~enc~a teóri~a y la innovación epistemológica. Se- que la representan. Una intervención tan activa rechaza los puntos
mejante mulb?lsc~phnandad exige un nuevo nivel de de investigación de vista deterministas de la realidad social que asumen los efectos de
de la autoconciencia y de conocimiento de los numerosos contextos en los procesos particulares sociales, políticos, económicos y educativos.
los que opera cualquier investigador. A medida que uno se esfuerza Al mismo tiempo y en el mismo concepto contextual, esta creencia en
por exponer las diversas estructuras que encubiertamente moldean la agencia humana activa rechaza los modos estandarizados de pro-
nuestras propias narrativas de investigación y las de otros investi- ducción del conocimiento (Bresler y Ardichvili, 2002; Dahlbom, 1998;
gadores, el bricolaje destaca la relación entre las formas de ver de un Mathie y Greene, 2002; McLeod, 2000; Selfe y Selfe, 1994; T. Young y
m~esbg~dor X la ubicación social de su historia personal. Al apreciar Yarbrough, 1993).
la ,I~vesbgaclO~ como un acto impulsado por el poder, el investigador Algunos de los mejores trabajos en el estudio de la complejidad
crítico com~ bricoleur abandona la búsqueda de algún concepto inge- social ahora tienen lugar en la investigación cualitativa de numerosos
nuo de reahsmo y ~e enfoca, en cambio, en la aclaración de su posición campos, entre ellos, la sociología, los estudios culturales, la antropolo-
en la red de la reahdad y las ubicaciones sociales de otros investigado- gía, los estudios literarios, el marketing, la geografía, los estudios de
res y !as. formas en que moldean la producción y la interpretación del medios, la informática, los estudios de bibliotecología, los estudios de
conocirmantn.
las mujeres, diversos estudios étnicos, la educación y la enfermería.
'Olll-! 'It 1\ el HLI H 1)1mi '11Y H(I rltl 'olll'icIIII'1I1 l'IIIIC'll 11] tlt '01\ ,¡ 11'il r ih \f, ti! [ , pu 'i 11.
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I:i 1 n d I bri 'ol.uj , Yvonnn ¡lnl:iiv d to lo!:!ti IIlVC HLI,11'i )C1 impu stos d d Iu r qu táci-
pu t, l. d rr 11 d 1 bricolaj h ch p l' tum nt cortific 1 108 modo u ju tifican los conocimientos que son
bajo Iimítrof más import nt ntr dis- el scontextualizados, r duccionistas y que están inscritos por modos
n el feminismo y en los estudios de raz dominantes de poder (Denzin y Lincoln, 2000; Fenwick, 2000; Foster,
1997; McLeod, 2000).
, . mu~has maneras, existe una forma de razón instrumental, En esta inquietud crítica por un cambio social justo, el bricolaje
d, irr cionalidad raci~n~l, en el uso de métodos de investigación p _ busca un entendimiento profundo de los márgenes de las sociedades
~lVOS, exter~os, monologícos, En el bricolaje activo, juntamos nuestr occidentales y el conocimiento y las formas de saber de los pueblos no
int rpretacIón de~ contexto ~e inv.estigación con nuestra experienci occidentales. Dicho conocimiento profundo ayuda a los bricoleurs a
pr v~a con los metodos de mvestIgación. Usando estos conocimien- remoldear y sofisticar la teoría social, los métodos de investigación y
tos, jugamos con nuestros métodos de investigación en el sentido de las estrategias interpretativas, puesto que disciernen nuevos tópicos
LévI-S~rauss en contextos basados en el campo e interpretativos. Este que investigar. Esta confrontación con la diferencia tan básica con el
?ordaJe es un proce~o cognitivo de alto nivel que incluye la construc- concepto del bricolaje permite a los investigadores producir nuevas
:16n y la r~~onstrU?CIÓn,el.diagnóstico contextual, la negociación y la formas de conocimiento que guían a las decisiones sobre políticas y a
1 adaptación ..La~ mteracc~ones de los investigadores con los objetos la acción política en general. Al obtener este conocimiento profundo de
d sus mvestI~aclOn.es, entienden los bricoleurs, son siempre compli- los márgenes, los bricoleurs exhiben una vez más la frontera borrosa
e da~,.mercu~lales, Impredecibles y, por supuesto, complejas. Dichas entre la búsqueda hermenéutica del entendimiento y la inquietud crí-
C?ndlCIOnesmegan la práctica de planificar estrategias de investiga- tica hacia el cambio social para la justicia social. Kincheloe ha tomado
cI~n de an~emano. En lugar de dicha racionalización del proceso, los en serio la importante inquietud de Peter McLaren (2001), ofrecida
bncol.eurs ll~gresan en el acto de investigar como negociadores meto- en su respuesta a la primera delineación de Kincheloe (2001a) de su
do~6gIC?S.SIempre respetando las exigencias de la tarea a mano el concepto de bricolaje, de que sólo concentrarse en la producción de sig-
bricolaje, tal como está conceptualizado aquí, resiste su colocación' en nificados tal vez no conduzca a «resistir y transformar las condiciones
c?ncreto" pues~o q,ue promueve su elasticidad. Los investigadores crí- de explotación existentes» (McLaren, 2001, pág. 702). En respuesta,
tices est~n m~J,ormformados en cuanto al poder del bricolaje a la luz Kincheloe sostuvo que en la dimensión hermenéutica crítica del bri-
de .la delmeacl~n de Yvonna Lincoln (2001) de dos tipos de bricoleurs: colaje, el acto de entender el poder y sus efectos es sólo una parte
qUIene~ (a) estan comprometidos con el eclecticismo de la investigación -aunque inseparable- de la acción contrahegemónica. No sólo las dos
y permiten ~u~ la circunstancia moldee los métodos empleados, y (b) orientaciones no están en conflicto, sino que son sinérgicas (DeVault,
quieren ~~rtIcIp~r en la ~enealogía/arqueología de las disciplinas con 1997; Lutz, Kendall y Jones, 1997; Soto, 2000; Steinberg, 2001).
un .prop~sIto mas ~andIOso en mente. Mi propósito incluye ambas Para contribuir con la transformación social, los bricoleurs bus-
ar'ticulacionns de Lmcoln de la función del bricoleur. can entender mejor las fuerzas de dominación que afectan la vida de
. ~l método de ínvostígacíon ~n el bricolaje es un concepto que re- los individuos por condiciones de raza, clase, género, sexo, etnia y re-
cibe m.as res.~eto q~e en. articulaciones más racionalistas del término. ligión fuera de la(s) cultura(s) dominantets) y las visiones del mundo
La ar.tIculac~on racíonalísta del método subvierte la deconstrucción de de estas diversas personas. En este contexto, los bricoleurs tratan de
amphas v~nedades de suposiciones no analizadas incluidas en los mé- quitar la producción de conocimiento y sus beneficios del control de los
todos paSlV?s. Lo~ bri~~leurs, en su apreciación de la complejidad del grupos de elite. Este control sistemáticamente opera para reforzar el
proceso de mvestígacíon, consideran que el método de investigación privilegio de la elite al tiempo que aleja a los grupos marginados cada
supone mucho más que procedimiento. En este modo de análisis los vez más del centro del poder dominante. Al rechazar este estado de
bricoleur« llegan a entender el método de investigación también corno las cosas normalizado, los bricoleurs comprometen su trabajo de cono-
una tecnología de la justificación, que significa una forma de defender cimiento a ayudar a tratar las necesidades ideológicas e informativas
lo que afirmamos que sabemos y el proceso por el cual lo sabemos de los grupos e individuos marginados. Como detectives de perspicacia
Por tanto, la ed~cación de los investigadores críticos exige que todo; subyugada, los bricoleurs aprenden con ansiedad de las luchas de la
~en ~~ paso atras del proceso de aprendizaje de los métodos de inves- clase obrera, la marginación de las mujeres, la «doble conciencia» de
tigación. Este paso atrás nos permite una distancia conceptual que los racialmente oprimidos y las insurrecciones contra el colonialismo
(1 jlll·11( ItU i t.¡dllllt l' ,1) 1:1, 1 111 IIdfll. i lllllllt,,~ ,y 11111 '!ll'y, 10 ,);'I~ vnlitlndn .Y 111 11111 111111'011dI I cluulu«. II~HLUlitll1loH HIIH di!' I n 'j 8 Y
YOIlIl¡ y Ynrbrough, 10U:I), 1)1 1 t" 111I1111I.1 1 11r oll;t H}) r'O ' ntribui» com n1.{ mOH u 1 Jl 1 dor e )1 10 01' ra I pod r domin nt p r xcluir
ion U \ ritic ti d n volucl 11. y e rtifíc r Ior H I ur'Li iul r d producción de conocimiento y ~or
r t nto, 1 bricolaj d Ii '( I UIlII 1()I'!1 n d rigor xp rta n qué. En la critic lid d d 1 bricolaje: est~ enfoque ~n ~l pod~r y la.dIfe-
um rosos modos de obtención d i iflc do y producción de con _ rencia siempre nos lleva a una conciencia de las múltiples dIme~slOnes
.imi nto, modos que se originan en diversas localizaciones sociales. de lo social. Paulo Freire (1970) se refirió a esto como la necesidad de
I!:stos modos alternativos de razonar y de investigar siempre consi- percibir estructuras sociales y sistemas soci~les que socav.an el acceso
d ran las relaciones, las resonancias y las disyunciones entre modos igualitario a los recursos y el poder. A medida que los bricoleurs res-
formales y racionalistas de la epistemología y la ontología occidentales ponden estas preguntas, obtenemos nuevas apreciaciones de la forma
y diferentes expresiones culturales, filosóficas, paradigmáticas y sub- en que el poder tácitamente moldea lo que sabemos y cómo llegamos
yugadas. En estas últimas expresiones, los bricoleurs muchas veces a saberlo.
d cubren formas de acceder a un concepto sin recurrir a un conjunto
v lidado convencional de procedimientos preespecificados que pro-
porcionan la distancia de la objetividad (Thayer-Bacon, 2003). Esta El bricolaje, una ontología compleja y crítica
noción de la distancia no toma en cuenta el rigor de la comprensión
hermenéutica de la forma en que el significado está preinscrito en el Una dimensión central del bricolaje que tiene profundas impli-
acto de estar en el mundo, el proceso de investigación y los objetos caciones para la investigación crítica es la noción de una ontología crí-
de investigación. Esta ausencia de conciencia hermenéutica socava la tica (Kincheloe 2003a). A medida que los bricoleurs se preparan para
búsqueda del investigador de una descripción densa y contribuye a la explorar aquello que no es fácilmente evidente para el.oj? etnográfi~o,
producción de comprensiones reducidas de la complejidad de la vida ese mundo de complejidad en la producción de conocimiento que In-
social (Paulson, 1995; Selfe y Selfe, 1994). siste en iniciar una conversación acerca de qué es lo que los investiga-
Las múltiples perspectivas transmitidas por el concepto de dife- dores cualitativos están observando e interpretando en el mundo, es
rencia proporcionan a los bricoleurs muchos beneficios. La confronta- necesaria esta aclaración de una ontología compleja. Esta conversa-
ción con la diferencia nos ayuda a ver de nuevo, a movernos hacia la ción es en especial importante porque en general no ha tenido lug~r.
luz de la epifanía. Una dimensión básica de una criticalidad en evolu- Los bricoleurs sostienen que este objeto de investigación es complejo
ción supone una comodidad con la existencia de formas alternativas desde el punto de vista ontológico puesto que no puede describirse
de analizar y producir el conocimiento. Por ello, es tan importante como una entidad encapsulada. En esta visión más abierta, el objeto
para un historiador, por ejemplo, desarrollar una comprensión de la de indagación siempre es una parte de muchos con~ex:o.s y proc~~~s;
fenomenología y la hermenéutica. Por esa razón, es tan importante está culturalmente inscrito y se sitúa en el ámbito histórico. La VISIon
para un investigador social de la ciudad de Nueva York comprender compleja del objeto de indagación da cuenta de los esfuerzos históri-
formas de producción de conocimiento indigenista africano. Las in- cos para interpretar su significado en el mundo y de qué maner~ ~sos
congruencias entre semejantes modos culturales de investigación son esfuerzos siguen definiendo sus efectos sociales, culturales, políticos,
muy valiosas, puesto que dentro de las tensiones de la diferencia yacen psicológicos y educativos. .'
perspicacias de múltiples dimensiones del acto de investigación. Di- En el campo del proceso de investigación cualitativa, por ejem-
chas perspicacias nos empujan a nuevos niveles de comprensión de plo, esta complejidad ontológica socava las nociones tradicionales de
los sujetos, propósitos y naturaleza de la indagación (Burbules y Beck, triangulación. Debido a que su naturaleza es inherente al proc:so \P7~-
1999; Mayers, 2001; Semali y Kincheloe, 1999; Willinsky, 2001). cesual) la confianza entre investigadores se vuelve mucho mas difícil
La diferencia en el bricolaje nos empuja hacia el círculo herme- de logr~r. Los académicos sensibles al proceso observan fluir el m.undo
néutico, puesto que se nos induce a tratar con las partes en su di- como un río en donde la cantidad exacta de agua nunca es la misma.
versidad en relación con el todo. La diferencia puede incluir cultura, Puesto que todos los observadores ven un objeto de indagación desde
clase, lenguaje, disciplina, epistemología, cosmología, ad infinítum. su propia posición ventajosa en la red de la realidad, ningún retrato de
Los bricoleurs usan una dimensión de estas múltiples diversidades un fenómeno social es siempre exactamente el mismo que otro. Puesto
para explorar otras, para generar cuestiones antes no imaginadas. Al que toda la dinámica física, social, cultural, psic.ológica y educa~i~a
examinar estas múltiples perspectivas, nos ocupamos de las que son está conectada en un tejido más amplio, los investigadores producirán
di/( /'1\11(,( dI ('/'ipl'lo/l( do 11/101\/1 jo dI i/ldlll\lI 'io/l H( '111) (11 qu J)lId,(\
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m nos , n 'í n i L n IOH ObH rvudor H d ¡.¡L cl d cornpl ji i d 1 'l d i(V ti ci y 1 proc so ~ produ~c~ón de co~o-
dn 1, m r duccionist r 1 cono 'i/ i nto qu pr duzc n sobr 1111, ci mi nto, no b st n n la investigación crí:lc~ las débiles descnp~
LOA bri leur intentan compr nd r st t dido y los procesos qu lo ciones reduccionistas de cosas aisladas en SI mismas (Foster, 1997,
mold n d 1modo más consistente posible (Blommaert, 1997). Zammito, 1996). ,
El diseño y los métodos usados para analizar este tejido soci El bricolaje se enfrenta en este contexto a ~na dobl~ ontología
n pu den separarse de la forma en que se interpreta la realidad. P r de complejidad; primero, la complejidad de los objetos de indagación
L nto, la ontología y la epistemología están vinculadas de modo ine _ y del hecho de que están en el mundo; segundo, la natu~~leza de la
tric ble en formas que moldean la tarea del investigador. El bricoleur construcción social de la subjetividad humana, la produ(~clOn~e «s~:»
d b comprender estas características en su búsqueda del rigor. Un humano. Dichas comprensiones abren una nueva era de mvestIgaCl~n
pr funda interdisciplinaridad se justifica mediante la comprensión d social donde el proceso de convertirnos en agent~s ~um~nos se apreCl.a
1 complejidad del objeto de investigación y las exigencias que dichas con un nuevo nivel de sofisticación. El complejo clrc~llt~ ~e retroali-
complicaciones imponen al acto de investigar. Como partes de siste- mentación entre una estructura social inestable y el individuo pued.e
m s complejos y procesos intrincados, los objetos de investigación son trazarse de un modo que conceda a los seres humanos un ent~ndI-
d masiado mercuriales para ser vistos desde una sola forma de ver o miento profundo de los medios por los que opera el pode~ y se sub~Ie:te
como una instantánea de un fenómeno en particular, en un momento el proceso democrático. Desde este complejo punto de VIsta ontológico,
specífico en el tiempo. los bricoleurs entienden que las estructuras sociales no determu~wn.la
Una profunda interdisciplinariedad busca modificar las discipli- subjetividad individual, sino que la constriñen de formas muy intrin-
nas y la visión de la investigación traída a la mesa de negociación cons- cadas. El bricolaje está muy interesado en desarrollar y en emplear
truida por el bricolaje. Todos dejan la mesa inspirados por el diálogo de una serie de estrategias para ayudar a especificar estas formas en que
un modo que ejerce una influencia idiosincrásica sobre los métodos de está moldeada la subjetividad. , .
investigación que luego emplean. El punto de la interacción no es un Los reconocimientos que emergen de dicho proceso. d~ múltiples
acuerdo estandarizado en cuanto a cierta noción reduccionista del «mé- perspectivas llevan a los analistas más allá del deter~IllIllsmo ?e las
todo adecuado de investigación interdisciplinaria», sino la conciencia nociones reduccionistas de las estruct~ras macro~oclales. L~ inten-
de las diversas herramientas en la caja de herramientas del investiga- ción de una investigación utilizable SOCIalo edu~atIva se subvierte en
dor. La forma que puede adoptar esta profunda interdisciplinariedad este contexto reduccionista, puesto que la agencia h~man~ es borrada
stá moldeada por el objeto de indagación en cuestión. Por tanto, en por las «leyes» de la sociedad. Las estructuras no ~olo «eXIsten».como
1 bricolaje el contexto en el que tiene lugar la investigación siempre entidades objetivas cuya influencia puede predecirse o «no
sin ejercer influencia sobre el universo de los asuntos humanos. Aquí
=s=:
afecta la naturaleza de la profunda interdisciplinariedad empleada.
En el espíritu de la dialéctica de la disciplinariedad, deben examinarse entran en escena los fractales con sus característ~ca~ de estructur~
las formas en que se construyen estas articulaciones de interdiscipli- suelta de forma irregular: estructuras fractales. SI bien no determi-
nariedad impulsadas por el contexto en vista de la familiarización con nan la conducta humana, por ejemplo, las estructuras.fractales poseen
el poder antes mencionada (Blommaert, 1997; Friedman, 1998; Pryse, un orden suficiente para afectar otros sistemas y en.tIda~es de.ntro dt
1998; Quintero y Rummel, 2003; T. Young y Yarbrough, 1993). su medio. Dichas estructuras nunca son estables III estan uIllvers~ -
En la investigación social, la relación entre los individuos y sus mente presentes en alguna manifestación uniforme (Varenn~, :99.6, T.
contextos es una dinámica esencial que debe investigarse. Esta rela- Young y Yarbrough, 1993). Cuanto más estudiamos estas dinámicas,
ción es una preocupación ontológica y epistemológica clave del brico- más diversidad de expresión encontramos. Tomando en c.uenta esta
laje; es una conexión que moldea las identidades de los seres humanos diversidad ontológica y epistemológica, los bricole.urs e~tIenden que
y la naturaleza del complejo tejido social. Por tanto, los bricoleurs usan existen numerosas dimensiones del bricolaje (Denzin y Lmcoln, ~O~?).
múltiples métodos para analizar la multidimensionalidad de este tipo Como sucede con todos los aspectos del bricolaj~, ni~gu~a descripción
de conexión. Las formas en que los bricoleurs se involucran en este es fija y final, y todas las características del bricolaje VIenen con una
proceso de unir las piezas de la relación pueden proporcionar una in- cláusula elástica.
terpretación diferente de este significado y estos efectos. Reconocer la
(
lob I z do y i 1 H t idt 010 I qu lo '01 HLiLUY n. E d 'ir, div r'l; pr io-
pr'OI L rs n 1 mismo p so con qu uno adjudica las
nsibilid d plur lizadas a cualquier proyecto político que teoriza
, Un inv stigación crítica posmod rna r quiere que los in H e rca de las desigualdades sociales (2004).
Llg' dor s construyan su percepción del mundo de nuevo no sól Esto reduce la explotación capitalista y las relaciones de la pro-
fo 1 tori . d ,11
ducción capitalista a un conjunto de relaciones, entre otras, que siste-
rm . oria, sino e un modo que socave lo que parece natur I,
U ~u stIon~ lo que parece obvio (Slaughter, 1989). Los investigador H máticamente niegan la totalidad del capitalismo que es constitutiva
posítorss e msur?,entes. co~o agentes mayéuticos no deben confundir del proceso de las relaciones de clase racializadas. Esto no significa
sus esfuerzos d~ mvestIgacIón con las zalamerías textuales de una argumentar que la perniciosa ideología del racismo no es integral para
po tura acadél~llca de vanguardia en la que se les otorga el beneficio d el proceso de la acumulación capitalista, pero, como señalan Darder y
1 r presenta~Ión de los oprimidos sin tener en realidad que regresar Torres, es para separar en forma antiséptica la política y la economía
esa~ comu,md~des de la.clase t~abajadora donde tuvieron lugar sus como esferas distintas de poder o conjuntos de relaciones sociales. En
StUdl~S.Mas bien, necesitan ubicar su trabajo en una praxis trans- lugar de concentrarse en la raza o en la identidad de raza (es decir,
formatI~~ que conduzca al alivio del sufrimiento y a la superación d características fenotípicas compartidas o atributos culturales), Darder
la. opresión. y Torres defienden el hecho de concentrarse en la ideología del racismo
Al recha~ar la .lectura arrogante de l?s críticos metropolitanos y y las relaciones de la clase racializadas dentro de una interpretación
sus m~ndatos imperiales que gobiernan la mvestigación, los investiga- materialista mayor del mundo, trayendo de esta manera al centro del
dores msur~entes hacen pr~~nt.as acerca de cómo lo que es ha llegado debate el análisis de la economía política.
a ser, ~ los I~tereses de quien SIrven ciertos arreglos institucionales De un modo similar, McLaren y Scatamburlo-D'Annibale (2004)
y de donde VIenen nuestros marcos de referencia. Los hechos no son argumentan que la separación de lo económico y lo político dentro
sólo «lo que es»; la. verdad de las creencias no es sólo comprobable por de las contribuciones actuales de multiculturalismo basadas en pre-
su correspondenc~a. co~ estos hechos. Involucrarse en investigación misas sobre políticas de identidad ha tenido el efecto de reemplazar
basada en un~ ,cntI?~hdad en evolución es formar parte de un pro- un análisis histórico de clase materialista por un análisis cultural de
ceso_de formación crítica del mundo, guiados por el perfil oscuro de un clase. Como resultado, muchos teóricos críticos de la raza así como
sueno d~ .un mundo menos condicionado por la miseria, el sufrimiento también posmarxistas que escriben en el mundo de los estudios cultu-
y la política del engaño. ,En ~~a palabra, es una pragmática de espe- rales también han echado por tierra la idea de clase de, precisamente,
ra~~a en, un~ era de razon cimca. Los obstáculos que la investigación ese elemento que, para Marx, lo hacía radical, es decir, su condición de
crítica aun tiene que. superar en términos de un asalto frontal contra forma universal de explotación, cuya abolición necesitaba la abolición
los destrozos ~el capitalismo global, el nuevo imperio estadounidense de todas las manifestaciones de opresión (y que también era funda-
y su devastacI~n de la clase trabajadora global, han llevado a McLaren mental para ella) (Marx, 1978, pág. 60). Con respecto a esta cues-
a un comprormso más sostenido y compasivo con Marx y la tradición tión, Kovel (2002) es particularmente perspicaz, puesto que aborda en
marxista. forma expresa una cuestión que continúa fastidiando a la izquierda,
.Un área de preocupación significativa que ha sido tratada en a saber, la prioridad dada a diferentes categorías de lo que él llama
el reciente tra~ajo marxista de McLaren y Scatamburlo-D'Annibale «división dominativa», esas categorías de género, clase, raza, etnia y
(2004~ ~ Antom~ Darde~ ! Rodolfo Torres (2004) es la de la pedago- exclusión nacional, etcétera.
f5!-acrítica y su mt~rsecclO~ con el multiculturalismo crítico, en espe- Kovel argumenta que debemos hacer la pregunta ¿prioridad
cial respecto ~e la I~fluencIa que la teoría crítica de la raza ha tenido respecto de qué? Nota que si nos referimos a prioridad respecto del
sobre el trabajo reciente en estos dominios interconectados. Darder y tiempo, la categoría de género tendría prioridad porque existen rastros
Torres (20,04) ~~untan al hecho de que gran parte del trabajo dentro de opresión de géneros en todas las otras formas de opresión. Si debié-
de la .teona cr~tIca .de la raza está basado en el popular argumento ramos priorizar, en términos de importancia existencial, Kovel sugiere
de la m~ersecclOnahdad de la era posestructuralista y posmodernista que tendríamos que depender de las fuerzas históricas inmediatas que
que e~tIpula. q~e .la raza, la clase, el género y la orientación sexual oprimen grupos bien definidos de personas; ofrece ejemplos de judíos
deberían recibir Igual atención al comprender el orden social y las en la Alemania de la década de 1930 que sufrieron formas brutales
de antisemitismo y de palestinos de la actualidad que experimentan
r I 'iHI1lQ un inrnl Lrunaformu 'i 11 ol'ÍnliH /1, un P \I'Lit' I II1ll vulu '1
prioride el p I L' , In m r ,d p d ' d U tr usform ·j61 dI d lo D 'L t J Uvo y 1 s cid d s l t nt s n l condiciones
I H r 1 do d opr si6n son pr cticam nt más ur nt ,y mi n n tu 1 s d 1 luch d el s s. McLaren y Scatamburlo-D'Annibale
tr s sto con tod certeza dependería de las categorías pr e d nt H HO ti nen que el movimiento social mundial contra la globalización
L m bi n dependería de la forma en que están desplegadas tod s ll~ nticorporativa, así como también los movimientos antiimperialistas/
fu rzas que actúan en una situación concreta. ntiguerra que precedieron y sucedieron la invasión de los Estados
En cuanto a la pregunta de qué división pone en movimi nto Unidos a Irak, han proporcionado nuevos contextos (en su mayoría a
t das las de~ás, la prioridad ~endría que recaer sobre la clase por- través de publicaciones independientes y recursos de izquierda de la
u las relaciones de clase implican el estado como un instrumento d Internet) para permitirles a diversos públicos (y a no públicos, más
cumplimiento y control, y el estado es el que moldea y organiza las di. allá de las instituciones que sirven a los grupos mayoritarios) volverse
visiones que aparecen en los ecosistemas humanos. Por tanto, la clas más críticamente cultos acerca de la relación entre los eventos del
lógica e históricamente distinta de otras formas de exclusión (por mundo actual, el capitalismo global y el imperialismo. Para muchos
lIo, no debemos hablar de «clasismo. junto a «sexismo. y «racismo» investigadores y educadores de izquierda, esto requerirá una «educa-
y «especiesismo»). Antes que nada, esto es así porque la clase es una ción» socialista de la conciencia de la clase trabajadora. Esto, a su vez,
e ,tego,ría ~ec~a en esencia por el hombre, sin raíces si siquiera en una significa desafiar las formas sociales mediatizadas en donde vivimos y
biología mistificada. No podemos imaginarnos un mundo humano sin aprendemos a trabajar.
distinción de géneros, aunque podemos imaginarnos un mundo sin Una forma de analizar la producción de los significados cotidia-
lominación por parte del género. Pero un mundo sin clase es eminen- nos para que sea menos probable que éstos resulten un lastre para las
t mente imaginable; sin duda, así fue el mundo humano para nuestras relaciones sociales capitalistas es estudiar la conciencia de la clase tra-
~pecies en la tierra durante la mayoría del tiempo, y durante todo ese bajadora. Bertell Ollman (1971, 1993,2003) ha desarrollado un enfoque
tiempo hubo muchas quejas respecto del género. Históricamente la sistemático de la dialéctica que puede llegar a oprimir el estudio de
difer~ncia surge porque «clase» significa un lado de una figura mayor la conciencia de la clase trabajadora, Los investigadores progresistas
que mcluye un aparato de estado cuyas conquistas y regulaciones deben considerar con seriedad dicho enfoque, en especial porque la ma-
crean razas y moldean las relaciones entre los géneros, Por tanto, no yoría de los estudios actuales de la conciencia de la clase trabajadora
habrá una verdadera resolución del racismo mientras la sociedad de han sido derivados de enfoques no marxistas. Ollman (1993) aconseja
clase siga existiendo, considerando que una sociedad oprimida desde el que la conciencia de clase es, en mucho, más que la conciencia indivi-
punto de vista racial implica las actividades de un estado que defiende dual. El sujeto de la conciencia de clase es, después de todo, la clase. Ver
las clases, Tampoco puede decretarse la desigualdad de géneros mien- la conciencia de clase desde la perspectiva de la teoría del valor-trabajo
tras la sociedad de clases, con su estado, exija la superexplotación de y la concepción materialista de la historia, como está abordada por la
la mano de obra femenina (Kovel, 2002). exposición de Ollman, estipula que vemos la clase en el contexto de las
funciones integradas globales del capital y el trabajo remunerado,
Si bien las personas con certeza pueden verse desde la perspec-
Reconsideración de la clase y la conciencia tiva funcionalista como personificaciones de las funciones socioeconó-
micas, debemos expander esta visión y entender las dimensiones sub-
de clase
jetivas de clase y conciencia de clase, Ollman sigue el consejo de Marx
al recomendar que con la definición de «clase» o cualquier otra noción
Hace poco tiempo, McLaren y Scatamurlo-D'Annibale (2004) importante, empezamos por el todo y procedemos a la parte (véase
reexaminaron parte del trabajo etnográfico y conceptual de Paul Willis también IIyenkow, 1977, 1982a, 1982b). De acuerdo con McLaren y
(1977,1978,2000; Willis, Jones, Cannan y Hurd, 1990) en un intento Scatamburlo-D'Annibale (2004), debemos concebir la clase como una
por.~econsidera: una agenda de investigación que incluyera la partici- relación social compleja en el contexto del enfoque dialéctico de Marx
pacion de los sujetos de la clase trabajadora y los electorados. Creemos a la vida social. (Este debate está basado en McLaren y Scatamburlo-
que los modelos etnográficos de investigación, tales como los desarro- D'Annibale [2004]), En este aspecto, es importante ver la clase como
llados .por ':"illis, servirían mejor a los intereses de la clase trabaja- una función (desde la perspectiva del lugar de una función dentro del
dora SI pudieran estar acompañados de una estrategia mayor para la sistema), como un grupo (cualidades que se atribuyen a las personas,
dt H 'OIlH)" :.'.11 Y 11( 1'0) ,y \'011111 1111'1 '1 1/11'\(111 \'olll"l.in H el ,j 1', '(l1l1O
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I I In nt mún b Lr lo dI 1" 11 IlIt" 11 'i 1 d individu H (1\11
t d la qu h r fi r ncia más arriba recibió un papel aquí en el
j n d ), Un el s supon, p r tI' 0, Il 'u 11 d naj n d d 1,. pensamiento d la gente real), y (3) en esencia, es un proceso, un mo-
vid oci 1 de individuos que funcionan d un cierto modo dentro dt 1 vimiento desde donde un grupo comienza en su conciencia de sí mismo
si tm. Las características principales de clase -relación social 1\ y se vuelca hacia la conciencia apropiada a su situación. En otras pa-
j n da, lugar/función y grupo- son todas mutuamente dependient . labras, el proceso de volverse consciente de la clase no es externo a lo
La clase como función se relaciona con los intereses objetivos que es, sino que más bien se encuentra en el centro de lo que se trata
los trabajadores; la clase como grupo se relaciona con sus interes H (1993, pág. 155).
subjetivos. Los intereses subjetivos se refieren a lo que los trabajado-
r s en realidad creen que es mejor para ellos. Esas prácticas que sir- La conciencia de clase es, por tanto, algo que Ollman describe
v n a los trabajadores en su función como trabajadores remunerado como una «especie de «pensamiento de grupo», una visión colectiva,
refieren a sus intereses objetivos. Ollman resume la conciencia d interactiva para reconocer, rotular, llegar a comprender y actuar sobre
clase como: el mundo en particular que los miembros de la clase tienen en común»
(1993, pág. 156). La conciencia de clase es diferente de la conciencia
La identidad y los intereses de uno (subjetivos y objetivos)como individual en el sentido de «tener su principal punto de referencia en
miembros de una clase, parte de la dinámica del capitalismo desvelado la situación de la clase y no en los ya reconocidos intereses de los indi-
por Marx (por lo menos lo suficiente para captar los intereses objeti- viduos» (1993, pág. 157). La conciencia de clase es algo que existe «en
vos),los contornos amplios de la lucha de clases y dónde uno encaja, los potencia», en el sentido que representa «la conciencia apropiada de las
sentimientos de solidaridad hacia nuestra propia clase y de hostilidad personas en esa posición, la conciencia que maximiza sus posibilidades
racional hacia las clases de la oposición(en contraste con los sentimien-
de cristalizar los intereses de la clase, entre ellos, el cambio estructural
tos de indiferencia mutua y competencia dentro de la clase que acom-
donde dicho cambio es necesario para asegurar otros intereses» (1993,
pañan la enajenación), y la visión de una sociedad más democrática e
igualitaria que no sólo es posible, sino que uno puede ayudar a crear. pág. 157). Ollman acentúa que la conciencia de clase «existe en poten-
(1993, pág. 155) cia», es decir, «la conciencia de clase es una conciencia que espera suce-
der» (1993, pág. 187). Aquí es importante no confundir la conciencia de
Ollman subraya en especial la noción de que explicar la concien- clase con una especie de «potencial abstracto» porque está «arraigada
cia de clase estipula buscar lo que no está presente en el pensamiento en una situación que se desarrolla delante de nuestros propios ojos,
de los trabajadores así como también lo que está presente. Es una com- mucho antes de que la comprensión de las personas verdaderas la al-
prensión que es «apropiada para el carácter objetivo de una clase y sus cance» (1993, pág. 157). La conciencia de clase, por tanto, no es algo
intereses objetivos» (1993, pág. 155). Pero además del aspecto objetivo que esté fijo o permanente, sino que siempre está en movimiento. La
de la conciencia de clase, debemos incluir el aspecto subjetivo de la con- ubicación misma de la clase establece su meta; siempre está en el pro-
ciencia de clase, que Ollman describe como «la conciencia del grupo de ceso de convertirse en ella misma, si entendemos la noción de proceso
personas en una clase en la medida en que su comprensión de quiénes desde el punto de vista dialéctico. En consecuencia, debemos examinar
son y qué deben hacer se desarrolla desde sus comienzos economistas la clase desde la perspectiva de la filosofía de Marx de las relaciones in-
hacia la conciencia que es apropiada para su situación de clase» (1993, ternas, como aquella «que trata las relaciones en las que cualquier cosa
pág. 155). Sin embargo, ¿en qué se diferencia esta conciencia subjetiva es parte esencial de lo que es, de modo que un cambio significativo en
y la conciencia verdadera de cada individuo del grupo? Ollman escribe cualquiera de estas relaciones se registra como un cambio cualitativo
que la conciencia subjetiva es diferente de la conciencia verdadera del en el sistema del que es parte» (Ollman, 2003, pág. 85).
individuo en el grupo de las siguientes tres maneras:

(1) Es una conciencia de grupo, una forma de pensar y un conte- El centro de atención puesto en la etnografía crítica
nido de pensamiento, que se desarrolla a través de los individuos del
grupo que interactúan entre sí y con grupos opuestos en situaciones
que son peculiares a la clase; (2) es una conciencia que tiene su prin- Conforme los investigadores críticos tratan de colocarse detrás
cipal punto de referencia en la situación y los intereses objetivos de de la cortina, de ubicarse más allá de la experiencia asimilada, de
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'0 liL 'Ui n d 1 eonci nci hum n , mpl n un pl t r d !TI Lo 1\1 lic bilidd mi ntr que, a la vez, objetiviza aún m~s el mundo del
1010 d inv stigación. En est contexto, Patti Lath r (1991, :1) inv stigador. El enfoque de Michel Foucault de e~te dilema e~ :<sepa-
ti nd nuestra posición con su noción de validez catalítica. LVII i r r» la teoría social de la epistemología de su propia cultura cntIcando
d z e talítica apunta al grado al que la investigación mueve a qui n I filosofía tradicional de reflexión. Sin embargo, Foucaul~ cae en la
studia para que entiendan el mundo y la forma en que está mold do trampa de ontologizar su propia argume~ta~ión metodoló~ca Y de bo-
fin de que ellos lo transformen. Los investigadores no críticos qu rrar la noción de un entendimiento previo vmculado a la Idea d~ una
op ran dentro de un esquema empírico tal vez encuentren que la v • visión «interna» (Fuchs, 1993). Louis Dumont procede alg? meJ~r al
lid z catalítica es un concepto extraño. La investigación que posee v • argumentar que los textos cultur~les deben verse en forma sImultanea
lid z catalítica no sólo exhibirá el impacto alterador de la realidad d I desde el interior y desde el extenor. ., '
proceso de indagación; también dirigirá este impacto para que quien No obstante al tratar de afirmar una «interpretación r~cIproca
tán en estudio obtengan autocomprensión y autodirección. de diversas sociedades entre sí» (Fuchs, 1993, pág. 113) ~ed~ante la
La teoría que cae bajo la rúbrica de poscolonialismo (véas identificación de estructuras transindividuales de conciencia Y es-
McLaren, 1999; Semali y Kincheloe, 1999) supone importantes deba- tructuras sociales transubjetivas, D~mont asp~ra alcanz~r un marco
tes acerca del sujeto que conoce y el objeto del análisis. Dichos trabajo universal para el análisis comparatIvo de socIedades. MIentras. que
han iniciado importantes modos nuevos de análisis, en especial en re- Foucault Y Dumont tratan de «trascender los cimientos categoríalee
lación con cuestiones de imperialismo, colonialismo y neocolonialismo. de su propio mundo» (Fuchs, 1993, pág. 118). negándose a mclmrse
Los intentos recientes de los investigadores críticos de ir más allá de en el proceso de objetivización, Pierr~ :S?UrdIeU ~e mtegra com? u~
la mirada objetivante e imperialista asociada con la tradición antropo- actor social en el campo social en análisis. BourdIe~ logra es:~ mte
lógica occidental (que fija la imagen del así llamado informante desde gración mediante la «epistemologización del contemdo e~nologIco de
la perspectiva colonizante del sujeto que conoce), aunque alabadores y sus propias presuposiciones» (Fuchs, 1993, pág. 121) ..Sin embargo,
bien intencionados, no dejan de tener defectos (Bourdieu y Wacquaat, la autoobjetificación del observador (antropólogo) no deja d~ acarrear
1992). Como Fuchs (1993) ha observado en forma tan profética, serias problemas. Fuchs (1993) nota, sigu~endo l~s pasos de Bou~~Ieu, ~,:e la
limitaciones plagan los recientes esfuerzos de desarrollar un enfoque principal dificultad es «olvidar la dIferencIa. entre la rel~cIOn:e.onca y
más reflexivo del escrito etnográfico. Este desafío puede resumirse en la práctica con el mundo y de imponer al objeto la relac:on teonca que
las siguientes preguntas: ¿Cómo llega a conocer al otro el sujeto que uno mantiene con él» (pág. 120). El enfoque de .BourdIe~ de volv~r a
conoce? ¿Cómo pueden los investigadores respetar la perspectiva del buscar -investigar- no escapa del todo a convertIrse, en CIerta I?-edIda,
otro e invitar al otro a hablar (Abdullah y Stringer, 1999; Ashcroft, en una «confirmación del objetivismo», pero por lo meno~ ~xIste un
Griffiths y Tiffin, 1995; Brock-Utne, 1996; Goldie, 1995; Macedo, 1994; serio intento del investigador de reflexionar so~re las con~IcIOnespre-
Myrsiades y Myrsiades, 1998; Pieterse y Parekh, 1995; Prakash y Es- vias de su propia comprensión de sí mismo, un intento de mvolucrarse
teva, 1998; Rains, 1998; Scheurich y Young; 1997; Semali y Kincheloe, en una «etnografía de etnógrafos» (pág. 122). .
1999; Viergever, 1999)? La etnografía posmoderna muchas veces se cruza -en ~lV~rsos
Si bien recientes modos confesionales de escritos etnográficos grados- con las inquietudes de los investigadores poscolomahstas,
apuntan a tratar a los denominados informantes como «participan- pero la medida en que aborda por completo ,las cu~stI.ones ~e ex~lota-
tes» en un intento por evitar la objetificación del otro (en general se ción y las relaciones sociales de la explotacIOn capitalista SIgue SIendo
refiere a la relación entre los antropólogos occidentales y la cultura cuestionable. La etnografía posmoderna -y aquí estamos pensando
no occidental), existe el riesgo de que descubrir estructuras de domi- en trabajos tales como Reflections on Fieldwork m Morocco (1977), de
nación coloniales y poscoloniales puede, de hecho, validar y consoli- Paul Rabinow, Other Tribes, Other Scribes (1982), de Ja~es Boon, y
dar de modo no intencionado dichas estructuras así como reafirmar Shamanism, Colonialism, and the Wild Man (1987), de MIchael Taus-
los valores liberales a través de un tipo de etnocentrismo encubierto. sig- comparte la convicción articulada por Marc Ma~ganar~ (1990)
Fuchs (1993) advierte que el intento de someter a los investigadores de que «ninguna antropología es apolítica, carente de ?deologI~ y, por
al mismo enfoque al que se somete a otras sociedades podría llevar a tanto, de la capacidad de verse afectada por las formaciones socIales o,
una «vimputación de otredad- de nuestro propio mundo» (pág. 108). lo que también es crucial, de ejercer efecto sobre ellas. La pregunta no
d 111,' 11 H( "Hj 111\ Lt to un ,'opol ,¡ 'O ( poi Li 'o, Hillo IIHIH j " 111 dI (1IIIt, 11'1 H'y 1'11.,'( III"H(plI • ~¡;
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111,0
11 P rU ul r» ( ,5). v lu r do n (( cribir 1 cultur » ... no para afirmar una democracia
Judith N wton y Judith Stacey (1992-1993) notan qu 1 I.W. ing nua de utoría plural, sino para aflojar por lo menos de alguna
LU I xp rim ntación posmoderna textual de la etnografía acr dit 1 m n ra el control monológico del escritor ejecutivo/antropólogo y abrir
(<( r die m nto poscolonial de la cultura como la oportunidad para qu al debate la jerarquía de la etnografía y la negociación de los discursos
In ntropología se re invente» (pág. 56). La etnografia modernista, dI n situaciones cargadas de poder y desiguales» (pág. 100). Clifford
a u rdo con estas autoras, «construyó relatos culturales autorizad H cita el trabajo de Marcus y Fischer (1986) y advierte acerca de las
qu sirvieron, aunque de forma inadvertida, no sólo para establec J' prácticas etnográficas modernistas de «esencialización representacio-
1 utoridad del etnógrafo occidental sobre los nativos como «otros» nal» y «congelamiento metonímico» en donde se toma un aspecto de la
sino también para sostener la autoridad occidental sobre las cultur ' vida de un grupo para representar al grupo como un todo; en cambio,
loniales- (pág. 56). Argumentan (siguiendo a James Clifford) qu Clifford insta a las formas de etnografía multilocal a reflejar las «fuer-
lo tnógrafos pueden y deberán tratar de escapar al género alegóric zas transnacionales, políticas, económicas y culturales que atravie-
r currente de la etnografía colonial, el texto pastoral, nostálgico, r • san y constituyen mundos locales o regionales» (pág. 102). En lugar
d nto~ que ~re~e.rva una cultura primitiva en vías de extinción par de que la cultura sea fijada en retratos textuales reificados, debe ser
1 r gistro histórico de sus conquistadores occidentales. La estructur mejor comprendida como desplazamiento, transplante, interrupción,
n rrativa de este «texto de salvamento» retrata la cultura nativa como posición y diferencia.
coh rente, auténtica que, lamentablemente, «evade el pasado», mien- Aunque la etnografía crítica permite, de un modo en que no lo
tras que sus sucesores complejos, poco auténticos y occidentales repre- hace la etnografía convencional, la relación de la liberación y la histo-
ntan el futuro (pág. 56). ria, y aunque su tarea hermenéutica es poner en tela de juicio el con-
Los escritos etnográficos posmodernos se enfrentan al desafio de dicionamiento social y cultural de la actividad humana y las estruc-
ir más allá de simplemente la reanimación de la experiencia local una turas sociopolíticas prevalecientes, no afirmamos que sea suficiente
e lebración no crítica de la diferencia cultural (incluidas las diferen- para reestructurar el sistema social. Sin embargo, en nuestra opinión,
ciaciones figurales dentro de la propia cultura del etnógrafo), y el em- es ciertamente un comienzo necesario. Concordamos con Patricia Ti-
pl o de un marco de referencia que propugna los valores universales y cineto Clough (1992) al argumentar que la «narratividad realista ha
una función global para la antropología interpretativista (Silverman permitido que la ciencia social empírica fuera la plataforma y el ho-
1990). Lo que hemos descrito como posmodernismo de resistenci~ rizonte de la crítica social» (pág. 135). La etnografía debe analizarse
puede ayudar a los investigadores cualitativos a desafiar las prácticas en forma crítica no sólo en términos de sus métodos de campo sino
dO~llnantes ~e investigación occidentales avaladas por una epistemo- también como prácticas de lectura y escritura. La recolección de datos
logía fundacional y una pretensión de conocimiento universalmente debe dar lugar a «relecturas de representaciones en todas las formas»
válido a costa de conocimientos locales, subyugados (Peters, 1993). La (pág. 137). En la construcción narrativa de su autoridad como ciencia
opción no es entre el modernismo y el posmodernismo, sino si desafiar empírica, la etnografía debe enfrentar los procesos inconscientes en
o no las presuposiciones que inspiran los juicios normalizantes que los que justifica sus formulaciones canónicas, procesos que muchas
uno hace como investigador. veces suponen la negación de un deseo edípico o autorial y la reducción
Vincent Crapanzano (1990) advierte que «el antropólogo no de diferencias a oposiciones binarias. Dentro de estos procesos de re-
puede asumir ni la lira de Orfeo ni la corona de espinas, aunque con- ducción binaria, el etnógrafo muchas veces se ve privilegiado como el
fieso que oigo ecos de salvación» en su deseo por proteger a su gente guardián de «la representación factual de las positividades empíricas»
(pág. 301). (Clough, 1992, pág.9).
Connor (1992) describe el trabajo de James Clifford, que com-
part~ una ~finidad ~on el trabajo etnográfico asociado con Georges
Bataille, Michel Lerris y el College de Sociologie, no simplemente como
la «escritura de cultura», sino más bien como «la interrupción interior
de categorías de arte y cultura [que] corresponden a una forma radi-
calmente dialógica de escritura etnográfica, que tiene lugar a través
NUt cuc HUI t t( P lu 1'", L 'j n el In r lucl 1\ nl.r In íl rm 1p d r y d I
j 11 ¡.¡
innu· •.tl1'i crftfc pl rlH mi nt ,y d 1 p d r y d 1 v rd d. En un br v xposici6n de
I() u «crítico» par la pistemología crítica, desacredita las formas
L tr diciones de la inv stig ci6n crítíc han llegado al pu n Lo {' cil s de constructivismo social y ofrece una hábil crítica de las epis-
n q U ,r conocen que las ~firm~ciones de lo que es verdad siempre L mologías prevalecientes por medio de la fenomenología continental,
H~ n situadas, en f~rma discursiva, en las relaciones de poder e ir _ l posestructuralismo y la teoría social posmodernista, en especial el
pli da con ellas, Sin embargo, a diferencia de algunas afirmacion ¡.¡ trabajo de Edmund Husserl y Jacques Derrida. Carspecken aborda
I , ch dentro .de corrientes «lúdicas» de la investigación posmod r- n forma rápida las formas fáciles del pensamiento constructivista,
ru t ,no sugerimos que como no podemos conocer la verdad en form legando que lo que vemos está muy influenciado por lo que ya va-
b oluta, la verdad sencillamente puede ser equiparada con un efecto loramos y que la investigación crítica simplemente se consiente con
d poder. Lo ~ecimos porque la verdad supone normas regulador as qu los valores políticos «correctos». Por ejemplo, algunos constructivistas
d b n cumplirse para que algunas afirmaciones sean más significati- argumentan que todo lo que necesitan hacer los críticos es «sesgar» su
v S que otra.s. l?e otro modo, la verdad pierde sentido y, si éste es el trabajo en la dirección de la justicia social.
o, la praxis lIb~radora no tiene más propósito que ganar por ganar. Esta forma de pensamiento constructivista no es viable, de
omo o~serva Phil Carspecken (1993, 1999), cada vez que actuamos, acuerdo con Carspecken, porque simplemente es oculocéntrica; es
n cada.mstanci~ de nuestra conducta, presuponemos alguna relación decir, depende de la percepción visual para formar la base de su te?rí~.
nor~atIva o universal con la verdad. La verdad está internamente Más que apoyarse en metáforas perceptivas encontradas en los prmci-
r lacIO~ada con el significado de un modo pragmático a través de las pales relatos etnográficos, la etnografía crítica, en contraste, debería
afir?I~cIOnes normativas, afirmaciones intersubjetivas y afirmaciones hacer hincapié en las experiencias y estructuras comunicativas así
subjetivas a las que se hizo referencia y la forma en que deícticamente como también en la tipificaciones culturales. Carspecken argumenta
b samos o afirmamos el significado en nuestra vida cotidiana. Cars- que la etnografía crítica necesita diferenciar entre las categorías on-
p cken explica que los investigadores pueden articular las afirmacio- tológicas (por ejemplo, subjetivas, objetivas, normativas-evaluativ~s)
n~s evaluativas normativas de otros cuando comienzan a verlas del en lugar de adoptar la postura de «múltiples realidades» defendida
mismo modo ~ue sus participantes viviendo dentro de las posiciones por muchos constructivistas. Adopta una postura de principios de .que
culturales y discursivas que inspiran dichas afirmaciones. las orientaciones de valor de la investigación no deberían determmar
En cada afirmación normativa en particular deben reconocerse los hallazgos de la investigación, en la medida en que esto sea posible.
las afirmaciones de universalidad, y deben plantearse preguntas Más bien, los etnógrafos críticos deberían emplear una epistemología
cerca de si dichas normas representan todo el grupo. Cuando se ve crítica' es decir, deberían sostener los principios epistemológicos que
que l~ afirmación limitada de universalidad es contradictoria para las se aplican a todos los investigadores. Al enriquecer esta afirmaci~n,
prácticas en o~servación, las relaciones de poder se vuelven visibles. Carspecken rehabilita la etnografía crítica de muchas de las perc~pcIO-
Lo que es crucial aquí, de acuerdo con Carspecken, es que los investi- nes erróneas de sus críticos que creen que ésta pasa por alto cuestiones
gadores reconozc~n dónde están situados ideológicamente en las afir- de validez.
maciones normativas y de identidad de los demás y, al mismo tiempo, Para construir una epistemología crítica y social, los etnógrafos
que sean honestos acerca de sus propias afirmaciones subjetivas a las críticos deben entender los modos holísticos de la experiencia humana
que se ~ace ~eferencia y que no dejen que las afirmaciones evaluativas y su relación con las estructuras comunicativas. Las etapas prelimi-
n.ormatIvas mterfieran con lo que observan. La investigación crítica nares de este proceso que Carspecken articula incluyen examinar el
SIgue planteando un problema para las afirmaciones normativas y uni- sesgo del investigador y descubrir las orientaciones del valor del inves-
versales de un modo que no les permite ser analizadas fuera de una tigador. Las siguientes etapas incluyen compilar el registro prima~io a
política de representación, divorciada de las condiciones materiales en través de la recolección de datos monológicos, análisis re constructivos
l~~ que so~ producidas, o fuera de una preocupación por la constitu- preliminares, generación de datos dialógicos, descubrir relaciones de
CIOndel sujeto en los actos mismos de leer y escribir. los sistemas sociales y usar las relaciones de los sistemas para explicar
En su libro Critical Ethnography in Educational Research los hallazgos. El trabajo de Anthony Gidden forma la base del enfoque
(1996), Carspecken aborda la cuestión de la epistemología crítica, una de Carspecken de análisis de sistemas. Junto a los debates de cada
una de las etapas complejas que desarrolla Carspecken, hay enfoques
·~..,,__ 'af'lía e ít'c
muy bit n 111 ticulndu I 111 VI lid 1. hcrizor LIlI y
V( I'Li 'niy h l'iz ní, Ii i .AJiI d yud r vil u
lar 1 t orí 1 pr ctic, al' p ck n us dato d su studio d UII Además de las brillantes apreciaciones de Carspecken sobre la
pr r m d la scu la primari del centro de la ciudad de Hou t n tnografia basada en la crítica, el final de ~a década d~ 1990 presenció
uy fin s ayudar a los alumnos a aprender habilidades para man d r una proliferación de enfoques deconstructIvos y r~fleXlvos(est~ deba~e
conflictos. está basado en Trueba y McLaren [2000]). En su Importante hbro Fic-
Otra característica impresionante es la exposición y el debate d tions of Feminist Ethnography (1994), Kamala Visweswaran sostiene
rspecken de los actos comunicativos, en especial su análisis del signi- que la etnografía reflexiva, como la etnografía normativa, se ba~a en
fíe do como encarnación y la comprensión como intersubjetiva, ni ob- el «modo declarativo» de impartir conocimiento a un lector cuya Iden-
j tiva ni subjetiva. Carspecken trabaja desde una visión de intersub- tidad está afirmada en un discurso compartido.
j tividad que combina a Hegel, Mead, Habermas y Taylor. Recomienda La etnografía deconstructiva, en contraste, i~plementa el «~,odo
que los etnógrafos críticos registren con cuidado el lenguaje corporal interrogativo» a través de una constante postergaclOn o una.negaclOn a
porque el significado de una acción no está en el lenguaje; más bien explicar o interpretar. Dentro de la etnografía ~econstructIva, ~e ~~s-
stá en la acción y en los estados corporales del actor. Desde el punto alienta la identidad del lector con un sujeto umficado de enuncIaclOn;
d vista de Carspecken, la subjetividad deriva de la intersubjetividad Mientras que la etnografía reflexiva sostiene que el etnografo no ~sta
(como la objetividad) y la intersubjetividad supone la constitución dia- separado del objeto de investigación, el etnógrafo, aun aSI, es conside-
lógica del «cuerpo que siente». Por último, Carspecken hace hincapié rado un sujeto unificado de conocimiento que puede hacer esfuerzos
n la importancia de las teorías sociales en el nivel macro, condiciones hermenéuticos para establecer la identificación entre el observador
mbientales, formas socialmente estructuradas de satisfacer necesida- y lo observado (como en las tradiciones interpretativas h~manistas).
des y deseos, efectos de los productos básicos culturales sobre los alum- La etnografía deconstructiva, en contraste, muc~as.v~ces mterrumpe
nos, explotación económica y condiciones políticas y culturales de ac- dicha identificación a favor de articular una subjetividad fracturada,
ción. Gran parte de la inspiración de Carspecken para su enfoque de desestabilizada, múltiplemente posicionada (como en las !radicio~es
las afirmaciones de validez está tomada de la teoría de Habermas de interpretativas posmodernistas). Mientras que la etnograña r.eflexIva
la acción comunicativa. Carspecken interpreta a Habermas como cap- cuestiona su propia autoridad, la etnografía deconstructIva pierde su
tando las bases prelingüísticas dellenguajey la intersubjetivdad, vol- autoridad.
viendo el lenguaje secundario al concepto de intersubjetividad. . Ambos enfoques a la etnografía crítica pueden usarse para des-
Sin embargo, Carspecken se aleja de una visión estricta de la cubrir la autoridad eurocéntrica persistente empleada por etnógrafos
acción habermasiana trayendo un modelo expresivo/de praxis apenas en el estudio de poblaciones latinas. El objetivo ~e estos do,s.e~foques
consistente con el trabajo de Charles Taylor. Si bien Habermas y Ta- es de naturaleza crítica: es decir, liberar al objeto de análisis de .la
ylor con frecuencia critican sus respectivas posiciones, Carspecken los tiranía de las categorías fijas, inconquistables, Y replantear la subje-
pone juntos de un modo convincente. El énfasis de Taylor en modos ho- tividad misma como una participación narrativa permanentem~nte
lísticos de comprender y la constitución del acto que emplea Carspec- abierta, siempre parcial, comprensible con el texto y el context? I?Icho
ken hacen posible vincular la teoría de la racionalidad comunicativa enfoque puede ayudar al etnógrafo a advertir sobre las descripciones
con el trabajo en el significado encarnado y la base metafórica de la dañinas propagadas por observadores anglos acerca de los mmIgr~~-
acción significativa. También proporciona un medio para sintetizar las tes mexicanos. Como destaca Ruth Behar (1993), en los relatos clási-
ideas de Gidden acerca de relaciones de la parte/el todo, la estructura cos etnográficos sociológicos y etnográficos de la familia mexicana y
virtual y la constitución del acto con la racionalidad comunicativa. mexicana estadounidense, los estereotipos similares a aquellos <.Iue
Ésta es otra forma en la que el trabajo de Carspecken difiere del de rodean a la familia negra perpetuaron imágenes del marido autonta-
Habermas y, sin embargo, sigue siendo coherente con su teoría y el rio, demasiado interesado en el sexo y machista, y la esposa ma~sa y
vínculo interno entre el significado y la validez. sumisa rodeada de niños que adoran a su madre buena y sufnente.
Estos estereotipos han recibido fuertes críticas en los últimos años,
en particular, críticas chicanas, que han tratado de ir más allá de las
diversas «teorías de la deficiencia» que siguen marcando el debate de
la vida familiar afroamericana y latina (pág. 276).
I~I 011 pLo de {'ldi¡(II'1I d, 111"'01111110 po,' Ln 'mfoH 'r Li 'OH ( 1\ probl IlltlH, jOIll() Ilotl I J "opio U ml 1,aun lU n H 'olH:li·
noral ntr 1 iul LU"Il '\lUlO 111,Ir 'u iLo mpl Üo d pr du j,II un « r ' U llst qu oc nstruy 1 cultur » n contr t con un
q~ i cluy mucho grup d Livi des qu s r inici n d m lo nci lista qu ncu ntra la cultura», uno tiene que reconocer que
di 1 ,C~ICOy se guían In:utuam nt , tales como las rutinas, ritu J H, tá trabajando dentro de una tradición logocéntrica que, en mayor o
, ndiciones de acción, sistemas de inteligibilidad y creación de si i. menor medida, privilegia las palabras por sobre las acciones.
n~,do, convencione~ de interpretación, relaciones de sistemas y con- La etnografía crítica se ha beneficiado con esta nueva compren-
dlClO~ s extern.as e mternas al actor social (Carspecken, 1996), En u ión de la cultura y con las nuevas posibilidades híbridas para la crí-
tudio etnografico A Space ~n the Side of the Road (1996), Kathle n tica cultural que se han abierto gracias al desdibujamiento y la mezcla
t wart en forma coherente Ilustra el carácter ambivalente de la culo actuales de los géneros disciplinarios, aquellos que enfatizan la ex-
tura, así como también su fluidez y su multiplicidad incomprensibl periencia, la subjetividad, la reflexividad y la comprensión dialógica.
cuando observa: La ventaja de tales perspectivas es que la vida social no se considera
preontológicamente disponible para que el investigador la estudie.
L,a cultura, vista a través de sus formas y medios de mediación También se desprende que no existe una perspectiva no manchada
produ~hvos, ~o es, entonces, reducible a un cuerpo fijo de valores y por la ideología a partir de la cual estudiar la vida social de un modo
creencias sociales o un precipitante directo de experiencia vivida en el antisépticamente objetivo. Lo que es importante observar aquí es el
mundo, sino que crece en un espacio alIado del camino donde las histo- acento puesto en la ubicación ideológica de cualquier relato descriptivo
n,as ponderadas con sociabilidad adquieren vida propia, La «vemos».. ,
o socioanalítico de la vida social. Los etnógrafos críticos tales como
sol~ ~onstruyendo narrativas de múltiples capas de lo poético en la vida
John y Jean Comaroff (1992) han hecho contribuciones significativas a
coh~Iana de las cosas, La representamos sólo vagando de un género
escn~o a otro: r~mántico, realista, histórico, fantástico, sociológico, su-
nuestra comprensión de las formas en las que el poder está implicado
rrealista. No exista una solución final textual, una forma de resolver en la cultura: lleva a prácticas de dominación y explotación que se han
lo dialógico del intérprete/lo interpretado o sujet%bjeto a través de naturalizado en la vida social cotidiana. Según Comaroff y Comaroff,
esfue~zos de «ubicarse» en el texto, o de representar «la experiencia del la hegemonía se refiere a «ese orden de signos y prácticas, relaciones
trabajo de campo» o de reunir las voces del otro como si pudieran hablar y distinciones, imágenes y epistemologías -obtenido de un campo cul-
por sí mismas (pág. 210), tural históricamente situado- que llega a darse por sentado como la
forma natural y recibida del mundo y todo lo que en él habita» (pág.
De acuerdo con E. San Juan (1996), una comprensión renovada 23). Estos discursos y prácticas axiomáticos y, sin embargo, inefables,
de la cultura -tan~o disc~~siva como :naterial- se convierte en el punto que se supone que son compartidos, se vuelven «ideológicos» precisa-
?entral de cualquier política emancIpatoria, San Juan escribe que la mente cuando sus contradicciones internas se revelan, se descubren y
Idea de cultur~ como p~ocesos y prácticas sociales por completo ba- se consideran arbitrarias y negociables. La ideología, entonces, se re-
s~d~s en relaciones sociales materiales -en los sistemas de mante- fiere a una visión del mundo muy articulada, una narrativa maestra,
mmiento (economí~), decisión (política), aprendizaje y comunicación un régimen discursivo, o un esquema de organización para la produc-
(cultura) y ge~e~a~Ión/y,nutrición (campo de la reproducción socialj- ción simbólica colectiva. La ideología dominante es la expresión del
debe ser el pr~ncIpIObásico, o paradigma si se quiere, de cualquier en- grupo social dominante.
foque progresivo y emancipatorio (pág. 177; Gresson, 1995). Al recha- Siguiendo esta línea de argumento, la hegemonía «no es nego-
z~r la caracte~zación.de lo~ ant~opólogos como «adaptacionistas» (por ciable y, por tanto, está más allá de un debate directo», mientras que
ejemplo, M~rvm Harr~s) o «ideacionalistas. (por ejemplo, cognitivistas, la ideología «es más susceptible de ser percibida como una cuestión
estr~cturahstas seguidores de Lévi-Strauss, simbolistas schneideria- de opinión e interés hostiles y, por tanto, está abierta a disputa» (Co-
nos.' mtrepretivistas geertzianos), E. Valentine Daniel observa en su maroffy Comaroff, 1992, pág. 24). Las ideologías se vuelven expresio-
recI~nte etnografía Charred Lullabies: Chapters in an Anthropology nes de grupos específicos, mientras que la hegemonía se refiere a
ofVLO~e,:ce(199~) que la cultura «ya no es algo que hay que descubrir, convenciones y constructos que son compartidos y naturalizados a
?es:nbIr y exphcar, sino más bien algo en donde el etnógrafo, como través de una comunidad política. La hegemonía opera por medio de
mterprete, entra» (pág. 198). En otras palabras, la cultura es cocreada silencios y por medio de la repetición al naturalizar la visión del
por el an~ropólogo y el informante a través de la conversación. Sin mundo dominante. También pueden existir ideologías opuestas entre
embargo, mcluso esta conceptualización semiótica de la cultura no ea- grupos subordinados o subalternos -ya sea que estén bien formados
() 111 H Ii he r 111 el e 1/1 11e n 1 ( 1'/1, 110 11111 Hido It H 1I11i '11 lu 1'1.1H Jl f' 11'iOllomi IItO p l' l 't' ur un
111 toto I ni '0111 1>1 Lit; Hi 1", n i !TI isl i tu qu el H LI vi 1 nci 1 s gr d ns nz de
11 r li i6n. in mb rgo, las faltas de los Estados Unidos ha~ des~~-
p do una importante función en el proceso. U~a nu~va ~~IentacIOn
Investigación crítica, 11/9 y el esfuerzo de hallar el .rítica hacia la producción de conocimiento y la investigación bas.ada
ntido al imperio estadounidense en el siglo XXI n una apreciación de la diferencia puede ayudar a los Estados ~mdos
u compensar parte de su pasado y presentar ~olít~ca~ ~ara el diverso
El poder dominante de estas dinámicas económicas ha sido r _ mundo islámico. Si bien estas políticas han SIdo invisibles para mu-
f¡ rz do por las movidas militares de los Estados Unidos posterior s chos estadounidenses, son visibles para el resto del mundo, e~mun~o
] 11 de septiembre de 2001. Los investigadores críticos no pueden islámico en particular. Haciendo caso omiso de la historia del Im.peno,
se par a las profundas implicaciones de estas cuestiones geopolíticas, Kenneth Weinstein (2002) escribe September 11: What Our Childreri
e n6micas, sociales, culturales y epistemológicas para el futuro de la Need to Know de la Fundación Thomas B. Fordham (2002) que la Iz-
producción y la distribución de conocimiento. Una criticalidad en evo- quierda «admite» que existen dife~encias entre ~as cultura~, .pero pa-
1 u i6n es agudamente consciente de estas dinámicas del poder y de la radójicamente minimiza su base VIOlenta a traves ~el rel~tIvIsm~ y el
íorm en que se encastran en todas las dimensiones de las cuestiones multiculturalismo. Ve la diversidad cultural y las diferencias naciona-
qu aquí se examinan. En este contexto, es esencial que los investiga- les como cuestiones de gusto y argumenta que el peor delito de todos
d r s críticos trabajen para exponer estas dinámicas perturbadoras es la sentenciosidad. Weinstein concluye este párrafo argumentando
al público académico y al público en general. En muchas maneras, el que los estadounidenses son demasiado agradables y, como tales, son
11 de septiembre fue un golpe profundo para millones de estadouni- ingenuos ante las amenazas de muchos grupos en todo el mundo.
d nses que reciben sus noticias y visiones del mundo de los medios de September 11: What Our Children Need to Know (2002), de la
difusión de la corriente principal, pertenecientes a corporaciones, y su Fundación Fordham es la epístola del educador de derecha Chester
ntendimiento de las relaciones internacionales estadounidenses de lo Finn a la nación acerca de las incompetencia de los educadores de los
que se enseña en la mayoría de las escuelas secundarias y en muchas Estados Unidos. La lista de contribuyentes del informe es un quién
facultades y universidades. Estos individuos aparecen a menudo en es quién virtual de los teóricos del imperio estadounidense del siglo
programas de entrevistas en radio y televisión expresando su creencia XXI incluida la esposa del vicepresidente Dick Cheney, Lynne Cheney,

de que los Estados Unidos son una nación amada en todo el mundo y t~mbién William Bennett. Los investigadores críticos debería~ ~er
porque es más rica, más moral y más magnánima que otras. En esta conscientes de la política del conocimiento que opera en este descrédito
disposición mental, quienes se oponen a los Estados Unidos detestan bien financiado de educadores prudentes. Como dice Finn, tuvo que
su libertad por razones que nunca llegan a especificar. Estos estado- actuar porque la clase educativa estaba mostra~do mucho «disparate».
unidenses, principales víctimas de una educación errónea, producida Lo que Finn describe como disparate puede mterpretarse .com? los
por un gobierno corporativo de derecha (Kincheloe y Steinberg, 2004), académicos tratando de ofrecer una perspectiva de la larga historia de
no fueron informados por sus fuentes de noticias acerca de las socie- las relaciones entre Occidente y el Islam. El uso de Finn de «mucho»
dades que fueron socavadas por las operaciones militares encubiertas en relación con este «disparate» es una crasa exageración. La mayoría
y las políticas económicas de los Estados Unidos (Parenti, 2002). Mu- del material publicado acerca del 11 de septiembre para los educado~es
chos no creen, por ejemplo, la descripción de los efectos humanos de las eran sólo súplicas inocuas para ayudar a los niños a tratar la ansíe-
sanciones estadounidenses sobre Irak entre la primera y la segunda dad producida por los ataques. En los pri~eros dos años. ~espués de
guerra del Golfo. En efecto, las actividades perjudiciales del imperio los trágicos acontecimientos del 11 de septIem~re, ap.arecIO m~y p~co
estadounidense son invisibles para muchos de los súbditos del imperio material para los colegios primario y secundario dedicado a historiar
de los Estados Unidos mismos. o contextualizar el mundo islámico y su relación con Occidente.
La complejidad de la relación entre Occidente (los Estados Uni- Kenneth Weinstein y muchos otros autores de Fordham esta-
dos en particular) y el mundo islámico exige que seamos muy cuidado- blecen una clásica falacia en este contexto. La izquierda que ellos re-
sos al exponer nuestro argumento acerca de esta pedagogía cultural, tratan equipara la diferencia con un relativismo moral qu~ es incapaz
esta educación errónea. Las actividades del imperio estadounidense de condenar las actividades inhumanas de grupos particulares, En
September 11: What Our Children Need to Know está implícita la no-
,¡ 11 dI q 1(
iVllH ti qlll 1, ti I rapuc iv H lif' r 11 HUI irru .lon -
1I H- fI tr n 1 i¡ f r ción Iici 1 d 1 imp r (Abukh tt 1 ,2004;
n 1 y HUH Lr 1 11 n ti, lB) ti o i
qu qui r 1 oposicí n 1 s und gu rr d 1 lfo e n 1 poyo 1 lln r,2004; rogler, 2004; Steinberg, 2004). Tal como expresó John
ni r im n iraquí de Saddam Hussein. ¿Cómo pu d n stos r b Id( A r sto (2002) en el informe Fordham:
p n rs a los Estados Unidos?, se preguntan los autores de Fordl 1\11\ No resulta muy útil comprender otras culturas y perspectivas y
u Estados Unidos son un nuevo imperio que niega constant m I1LI no comprender nuestro propio país y lo que ha intentado lograr. ¿Qué
us dimensiones imperiales. El nuevo imperio no es como los imp rio es lo que ha traído a decenas de millones de inmigrantes a los Estados
d las eras históricas anteriores que se jactaban en forma abierta 1I Unidos, no para bombardearla, sino para mejorar su futuro ~ el p~opi??
1 conquista y de la toma de colonias. El siglo XXI es la era del imp rio ¿Qué hay acerca de la promesa de libertad y tratamiento I~uahtarlo,
posmoderno que habla de su deber moral de liberar naciones de formn de trabajo que lo beneficia a uno y al vecino, de un campo abierto para
ltruista y de devolver el poder al pueblo. Los líderes de los imperi H su empresa, ambición, decisión y valor? Traten de mirar los Estad~s
hablan de mercados libres, de los derechos del pueblo, y de la teor Unidos no a través de la lente de vuestra propia ideología o preferencw
dominó de la democracia. El nuevo imperio estadounidense emplea política, sino como es en realidad. Traten, quizá, de ver ~ los Estados
1 s personas dedicadas a las relaciones públicas para retratarlo com Unidos como lo ven la mayoría de los estadounidenses. Ese puede ser
1 proveedor de libertad en el mundo. Cuando sus actos de liberación un buen antídoto contra la presunción y la arrogancia académica [el
y r stauración de la democracia despiertan protestas y represalias, énfasis es nuestro].
us líderes expresan conmoción e incredulidad de que tales accione
Al estudiar el modo de mirar y de enseñar acerca de los Esta-
benévolas puedan suscitar tales respuestas «irracionales».
En el capítulo de Joe Kincheloe sobre Irán en The Miseduca- dos Unidos que tiene la Fundación Fordham, con sus borrad~ras ?e
tion of the West: Constructing Islam (2004), el autor explora la in- la historia desplegadas en nombre de un llamado a enseñar historia,
capacidad de los líderes estadounidenses de comprender el impacto nos sentimos molestos. Cuando ello se combina con un análisis de las
de la construcción del imperio en el Golfo Pérsico en las psiques de presentaciones de los medios sobre la guerra de la nación con~ra el
aquellos que se ven personalmente afectados por dichas activida- terrorismo Yla segunda guerra del Golfo en Irak, alcanzamos. CIertas
des. Por cierto, el pueblo estadounidense no sabía de las operaciones percepciones aleccionadoras sobre el futuro de los Estados Umd~s. La
encubiertas de los Estados Unidos que derrocaron el Gobierno de incapacidad o la negativa de inucho.s ~stadounidense~, ~n espec~al de
Irán elegido en forma democrática para que se pudiera instalar un aquellos en el poder, de ver las actividades problemahc~s. del I~pe-
régimen totalitario más comprensivo con las necesidades crasas del rio «invisible» no auguran la paz en el mundo en los proximos anos.
imperio estadounidense. Los ciudadanos de Irán y otros pueblos del La manera en que el conocimiento se produce y se tra~s~ite en los
mundo musulmán, sin embargo, eran muy conscientes de esta acción Estados Unidos a través de medios de difusión corporahvlzados Y un
imperial y del desprecio hacia los musulmanes que ello implicaba. sistema educativo cada vez más corporativizado/privatizado es una de
Cuando se lo combinó con una plétora de otras iniciativas políticas, las principales cuestiones políticas de ~uestro tiempo Sin ~mbargo, :n
militares y económicas estadounidenses en la región, su opinión de la mayoría de las conversaciones políhc~s y educ~hvas. aun no es.tan
los Estados Unidos fue menos que positiva. En el caso de Irak en la ni siquiera en el radar. Una tarea esencIal de lo~ investigadores .cIen-
segunda guerra del Golfo, los líderes estadounidenses simplemente tíficos debe implicar la inclusión de estas políticas de conocImIento
hicieron caso omiso de las opiniones de las naciones del mundo, del en la agenda pública. La educación del poder y l~ preocupación c~~ el
mundo musulmán en particular, cuando expresaron su oposición a la cambio social delineado en nuestro debate de la mveshgaclOn teórica
invasión estadounidense. La historia se borró cuando Saddam Hus- crítica nunca han sido más importantes para el mundo.
sein fue visto en un contexto psicológico como un demente. Las refe-
rencias a las épocas en que los Estados Unidos apoyaban al demente
fueron borradas de la memoria. El imperio, por tanto, pudo hacer lo Referencias bibliográficas
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