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CONDICIONAL DE LA
PROFECÍA
Lección 4
(Mateo 22: 3-10).
"Y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no
quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los
convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales
engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.
Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus
negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. Al
oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos
homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la
verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.
Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis.
Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron,
juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados"
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arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré
de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo
delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había
determinado hacerle" (Jeremías 18: 6-10).
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La anunciada caída de Jerusalén, por medio de Jeremías (Jeremías 29:10),
de lo cual Daniel dice: “yo, Daniel, miré atentamente en los libros el
número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, en los que
habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta
años” (Daniel 9:2) – cumple también a pie de letra.
1 – Consideraciones previas:
2 – Profecías no cumplidas
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como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
amanezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. Pero ante
todo entended que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino
que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo.
Casos en la Biblia:
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Habló Dios a Moisés y le dijo: – Yo soy Jehová… Por tanto, dirás a los
hijos de Israel: „Yo soy Jehová. Yo os sacaré de debajo de las pesadas
tareas de Egipto,… Así sabréis que yo soy Jehová, vuestro Dios, que os sacó
de debajo de las pesadas tareas de Egipto. Os meteré en la tierra por la
cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo
os la daré por heredad. Yo soy Jehová‟”. (Exo 6:2, 6-8)
c) El caso de Elí
Nuevamente, tome las palabras de “un hombre de Dios” que vino a Elí
para declarar un juicio contra él a causa de la conducta vil de sus hijos.
Este “hombre de Dios” preguntó a Elí si recordaba la promesa que el Señor
le había hecho a su familia “cuando estaban en Egipto en la casa del
faraón”, de que servirían como sacerdotes de Dios.
Por eso Jehová, el Dios de Israel, dice: “Yo había prometido que tu casa y
la casa de tu padre andarían siempre delante de mí”; pero ahora ha dicho
Jehová: “Nunca haga yo tal cosa, porque yo honro a los que me honran,
y los que me desprecian serán tenidos en poco. Vienen días en que cortaré
tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya ancianos
en tu casa. (1 Sam 2:30-31)
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¿Ha perdido en alguna forma su confianza en los anuncios de los profetas
bíblicos porque sus predicciones fallaron en su cumplimiento?
Jeremías 18:7-10
“Os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría” – Si
guardan mi pacto (ver Éxodo 19:5, 6, donde el Señor, hablando a Moisés
en camino a Canaán, inserta la expresión “si”).
Resumiendo
(2 Ped 3:9).
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a) El propósito de la profecía es – edificar, exhortar y consolar. Pero más
allá de todo salvar al hombre caído, al hijo prodigo.
c) Las profecías condicionales son siempre las profecías que tiene que ver
con la respuesta del hombre a la voluntad de Dios expresada por medio
de los profetas.
Hay que recordar que sus promesas, como sus amenazas, eran siempre
condicionales y dependían de aquellos a quienes estaban dirigidas. […]
Dios toma en cuenta la actividad humana; respeta nuestra libertad y
solicita nuestra colaboración. [1]
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contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este
mundo de pecado y tristeza tantos años”