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MONICIÓN III DOMINGO DE ADVIENTO – 12 DE DICIEMBRE 2021

ENTRADA:

Buenas noches, hermanos y hermanas, hoy, tercer domingo de Adviento, es el


domingo de la alegría. Tanto la profecía de Sofonías, como la segunda lectura que
nos trae San Pablo, nos llaman a estar alegres en el Señor. En el evangelio, Lucas
presenta a Juan Bautista, que anuncia los valores del Reino y al Mesías que ya
está muy cerca, motivo para sentir la felicidad por su cercanía.

NOS PONEMOS DE PIE Y ENTONAMOS EL CANTO DE ENTRADA.

CONFITEOR:

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado


mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

HOY NO SE CANTA GLORIA

PRIMERA LECTURA:

En la primera lectura el profeta Sofonías nos convida a asociarnos a la fiesta que


organiza Dios por su Pueblo, cambiando su tristeza en alegría, trayéndonos la
salvación para todos.

ESCUCHEMOS CON ATENCIÓN.

Sof 3,14-8a

TE ALABAMOS, SEÑOR.

SALMO: GRITEN JUBILOSOS: “QUÉ GRANDE ES EN MEDIO DE TI EL SANTO DE


ISRAEL”.
SEGUNDA LECTURA:

En la segunda lectura San Pablo en su carta a los Filipenses nos hace un llamado
a la alegría que viene del Señor, que nos pone en sintonía con él, más allá de toda
dificultad y problema, pues su paz nos fortalece y da seguridad.

ESCUCHEMOS CON ATENCIÓN.

Fil 4, 4-7

TE ALABAMOS, SEÑOR.
EVANGELIO: En el evangelio de hoy, Lucas abre nuestro punto de vista en
términos de salvación y cumplimiento de la promesa de Dios, pues ya los hombres
de diversa realidad, situación, lengua y hasta religión buscan a Jesús para
escucharlo.

NOS PONEMOS DE PIE Y ENTONAMOS EL ALELUYA.

Lc 3, 10-18

GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS.

CREDO:

Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en


Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de
Dios, Padre todopoderosos. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. AMÉN.

PETICIONES:

1. Por el Papa; para que el Señor escuche todas sus intenciones, el Espíritu Santo lo
fortalezca siempre con su sabiduría y lo proteja de todo mal. ROGUEMOS AL
SEÑOR.
2. Por la Iglesia y sus pastores; para que el alegre mensaje del Señor que ellos
anuncian sea acogido con gozo y esperanza, por todos aquellos que lo reciben.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Por todos los enfermos, en especial por los que sufren aún los estragos del
COVID-19; para que reciban la curación en cuerpo y alma, y pronto se recuperen y
vuelvan a sus actividades renovados. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. Por quienes sufren y viven en la tristeza; para que la “cercanía de Dios”, que da el
verdadero sentido a cada cosa, les ayude a superar las dificultades y el dolor.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
5. Por todos nosotros, aquí reunidos; para que llevemos a todos la alegría y la
esperanza, compartiendo nuestra vida y nuestros bienes con los demás.
ROGUEMOS AL SEÑOR.

PADRE NUESTRO:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros
tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan
de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. AMÉN.
COMUNION:

Hermanos, ha llegado el momento de recibir a nuestro señor Jesucristo.


Participemos del banquete del señor.

COMUNION ESPIRITUAL:

Señor Jesús, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del
Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo fervientemente recibirte en mi alma.
Pero como ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos
espiritualmente a mi corazón.

Como si ya te hubieses recibido, te abrazo y me uno todo a ti. No permitas jamás


que pueda abandonarte. AMÉN.

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