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VERSIO NES
II

Salir del cine

I Érik Bullot *

D urante una estadía en Chicago, en 1974, A lgunos años antes, u n cineasta italiano,
Joseph Beuys recuerda el final de Jo h n M arco Ferreri, realiza una curiosa obra
Dillinger. El 22 de ju lio de 1934, traicionado m aestra de cinc de autor, Dillinger i mono
por una prostituta, el bandido es abatido por (1969). En ese film enigm ático, G lauco, u n
agentes del f b i , al salir del cinc “B iograph” , ingeniero o diseñador industrial, interpreta­
donde acababa de ver Manhattan Melodrama do p o r M ichel P iccoli, vuelve a su casa des­
(W. S.Van Dykc, 1934). Im presionado p o r la pués de un día de trabajo, encu en tra a su
vida heroica del gángster, Beuys decide reto­ m u jer enferm a y en cama, se prepara con
mar el episodio. E n el cortom etraje dirigido cuidado una cena, m ira distraídam ente la te­
por el artista, com puesto de tres planos, filma­ levisión, pin ta de ro jo co n lunares blancos
do el 14 de enero po r Klaus Staeck y G erhard un revolver q ue descubre entre viejos p e rió ­
Steidl, Beuys sale del cine, corre precipitada­ dicos que anuncian la m u e rte de D illinger,
mente y cae al suelo en una callecita adya­ proyecta películas de vacaciones en su salón
cente nevada, la misma en la que fue abatido (un espectáculo de una co rrid a de toros, es­
el bandido. La brevedad del film, el blanco y cenas de vacaciones al bord e del m ar, u n a v i­
negro contrastado del soporte video, la per­ sita al parque d eT ib id a b o en B arcelona, un
formance improvisada y fulgurante, hacen ju e g o abstracto de m anos sobre u n espejo),
de este corto un docum ento em ocionante y se entrega a ju e g o s eróticos co n la dom és­
frágil. ‘"Doy una gran im portancia a la ener­ tica, registra la respiración de su m u jer a la
gía concentrada en u n recorrido co m o el de que term in a m atando en su sueño después
Dillinger. Esas energías, en este caso negativas de haber sim ulado algunas situaciones de
en Dillinger, pueden em itir una pulsión posi- suicidio delante de su espejo, sale de su casa
tlv*! declara B euys.1 Este film de artista, edi­ a la m añana y sube a u n velero, co m o coci­
tado en cuarenta copias, representa una salida nero, con destino a Tahití. A lo largo de esa
lragica del cine.2 ¿Es un azar? n o c h e neutra, azarosa y m etódica, presa de

2 Klaus Staeck, "Dillinger", trad. Christine Ulivucci, in Joseph Beuys. Film etvidéos. Paris, Centre Pompidou, 1994, p. 53.
!973, Beuys edita Das Schweigen, compuesta de 5 bobinas de 35 mm galvanizadas de la versión alemana de El
s"encio{I. Bergman, 1963). El film, desde entonces invisible, se ha vuelto una escultura.
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la ociosidad, no deja de m anipular diferentes P o co antes de esa escena, u n crítico de cine,


objetos técnicos: un proyector de cine, un in te rp re tad o p o r A driano A p rá,co m en ta un
tocadiscos, una radio, u n televisor, un gra­ film overground (son sus propios térm inos)
bador y, sin dudas, u n revolver. D u ran te la en la televisión. Vemos b rev em en te algu­
larga secuencia de lióme movies proyectadas nas im ágenes de una película e n blanco y
sn las parades del salón, después de haber n eg ro en las q u e aparecen G erard M alanga
sjercitado efectos de anam orfosis c o n el o b ­ y D o nyale L una, dos fam iliares de la fac­
jetivo, se mezcla co n el haz de luz y ju eg a to ría A n d y W arhol.3 Film ada en la casa del
con las im ágenes im itando m ovim ientos de p in to r italiano M ario Schifano, Dillenger é
nado sobre el plano de las olas, acariciando morto se inspira del film recien te del artista,
ios rostros de la m ujeres en la playa, buscan­ Satellite (1968), que tien e lugar, del m ism o
do abrazar los cuerpos, utilizando su espalda m o d o , en un d ep artam en to vacío e n el que
y su torso co m o pantalla, apareciendo de se proyectan im ágenes en m o v im ien to . Las
p e r f il en som bras chinas, con e l caño de su p inturas visibles en las paredes, la pistola
arm a apuntando a la boca, el brazo tendido pintada de rojo y de blanco, ia presencia de
hacia la pantalla en un gesto q u e recuerda A nita Pallenberg, entonces co m p añ era de
el episodio rosselliniano de Illibatezza, del Schifano, algunas im ágenes entrevistas en
film colectivo R o .G o .P a .G (1963), en el el televisor, rem iten al universo del artista.
que u n o de los personajes intenta pen etrar M en c io n e m o s tam bién la presencia del mis­
en la im agen de la película proyectada sóbre­ m o d irecto r de fotografía, M a rio Vulpani,
las paredes de su habitación para satisfacer en las dos películas. “ D e h ech o , Ditlinger e
sus deseos. Al dem o strar sem ejante v o lu n ­ morto es casi una versión ‘co n personajes’ de
tad de ficción con la im agen, casi regresiva, Satellite”, insiste A prá.4 H ipótesis confir­
la escena de la película de F erreri ha sido m ada p o r B ru n o de M arino, q u e p ro p o n e
interpretada a m en u d o co m o una crítica considerar DHHnger más c o m o “ u n a larga
feroz de la alienación de la sociedad posin­ p erfo rm an ce de artista” inspirada e n el arte
dustrial, fam iliar co n el cin e p olítico de los de Schifano, q u e com o u n film narrativo.5
años 1970. Pero, ¿no se trata tam bién de un “ Tal vez, en lugar de h acer una m ala obra
hom enaje fascinado c o n el cine expandido? revolucionaria, es preferible siem pre hacer
La referencia a R ossellini ¿no rem ite a la u n a obra lo más negativa posible, un a obra
conferencia dada p o r el cineasta en R o m a, q u e quiera destruir. Dillinger é morto n o es
en 1963, en el curso de la cual anuncia: “ el c ie rtam en te u n film positivo, es u n film bas­
cine ha m u e rto ” ? tan te negativo, p orque es u n film bastante

" Se trata de una película filmada por Mario Schifano. Donyela Luna también es actriz de SaíyriconlFellini, 1970) y Salome
(-ármelo Bene, 1972).
Correspondencia con el autor, julio de 2011.
' Bruno di Marino, Sguardo Inconscio Alione. Cinema sperimentale e underground a Roma 11965-19751, Roma, Lithos,
1999, p. 105. Cf., también Giorgia Calò, Trilogia d'artista. Il cinema de Mario Schifano, Roma, Lithos, 2004, así como la
entrevista con Adriano Apra, en la edición DVD Criterion del film de Ferreri (2010).
VERSIO NES

trágica El suicidio cinem atográfico n o está jueves de mayo d u ran te la siesta, solo, vi Un
p r o h i b i d o ” , declara F crreri.6 Este film de perro andaluz; al salir, a las cinco de la tarde,
n ito r , e n el q u e se expresa el re to rn o a la la calle T h o lo zé olía a café con leche qu e las
in f a n c ia p o r la obsesión de los ju e g o s y la lavanderas tom aban en tre dos planchados.
r e g r e s ió n del personaje principal tam b ién R e c u e rd o in decible d e dcscen tram ien to p o r
está obsesionado, p o r m edio cel cin e ex ­ exceso de insipidez” .8 Salir del cine rem ite
p a n d i d o y la referencia al arte, p o r u n a sali­ ento n ces a una situación c o m ú n de reto rn o
da d e lcine. ¿Es u n azar? a lo real qu e p u ed e co m p ren d erse de m a­
Más allá de la referencia a una figura m íti­ nera crítica e incluso m etafórica: tam bién
ca ligada al bandolerism o, estas dos pelícu ­ es lo pro p io de la pu lsió n docum ental para
las que dan cuenta del film de artista y del ex p erim e n ta r el m u n d o , hacer la prueba. En
cine de autor, actualizan una salida del cine este sentido, el final del film de Ferreri, ro ­
literal en Beuys y más alegórica en F erreri. dado al b o rd e del m ar, al am anecer, n o deja
Hste testim onio de lo negativo da cu e n ta de de evocar la salida del espectador de la sala,
las pasarelas y las inquietud es, en los años después del en cie rro n o c tu rn o en el depar­
1970, entre el cam po del arte y el del cine. tam ento. Pero sin dudas, y sobre todo, salir
En 1975, R o la n d B arthes publica en la re­ del cine significa escapar del m ed io m ism o,
vista Communications su célebre tex to “ E n de su historia, su cultura, su vocación, para
sortant du cin em a” .7 “ Salir del c in e ” es u n a reto m ar el té rm in o de Elie Faure. En su ar­
expresión deliberadam ente am bigua qu e tículo, ju g a n d o c o n las dos significaciones,
puede entenderse de m últiples m aneras. La B arthes estigm atiza el cine, red u cid o a la
expresión rem ite a la situación c o m ú n del hipnosis, al engaño, a la ideología (sabemos
espectador que sale de la sala algo ab o m ­ qu e para él la fotografía fue un a n tíd o to del
bado. E xperiencia fam iliar qu e su p o n e salir cine), y p ro p o n e al espectador, para escapar
de la d ulce som nolencia de la sala, levantar­ a la ilusión fílm ica, u n a m anera de “ distan­
se de la butaca, m ezclarse co n el g ru p o de cia am orosa” q u e consiste n o en o p o n er
espectadores, cam inar p o r el túnel alargado un esfuerzo de distanciam iento crítico, de
que. a veces, term in a en un em plazam ien­ tip o brechtiano, agudizando la vigilancia y
to diferente de la entrada, y en co n trarse la lucidez, sino en desplegar un a aten ció n al
súbitam ente en la calle. Barthes fue in fin i­ m arg en del cine: “P ero hay o tra m anera de
tam ente sensible a esa experiencia, ya qu e ir al cine (de otro m o d o que arm ad o p o r el
evoca algunos años más tarde su recu erd o discurso de la contra-id eo lo g ía), dejándose
personal: “ H acia 1932, en el Studio 28, un fascinar dos m es, p o r la im agen y p o r sus

Entrevista a Marco Ferreri y Adriano Aprá, trad. Jacques Aumont, Cahiers du Cinéma, 217, noviembre de 1969, p. 30.
Roland Barthes, "En sortant du cinéma" (1975), reeditado en Le Bruissement de la langue. Essai critiques IV, Paris,
Point-Seuil, 1993, pp. 407-412. [El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura, Barcelona, Paidós, 1987,
'f3d. C. Fernández Medrano].
Roland Barthes par Holand Barthes, París, Seuil, 1975, p. 113. [(Roland Barthes por Roland Barthes, Buenos Aires, Eterna
Cadencia, 2018, trad. A. Pauls).
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alrededores, c o m o si yo tuviera dos cu er­ partículas, produce figuras cam biantes; vol­
pos al m ism o tiem p o : un cu erp o narcisista vem os nuestro restro hacia el lado de una
que m ira,p erd id o en el espejo cercan o ,y u n v ib ració n brillante, cuyo ch o rro im perioso
cu erp o perverso, listo para fetichizar, 110 la roza nuestro cráneo, toca e n diagonal, de es­
im agen sino precisam ente lo que la excede: paldas, un a cabellera, u n rostro” .11 M ás allá
la masa oscura de los otros cuerpos, los rayos de esas coincidencias pertu rb ad o ras, que
de la luz. la entrada, la salida” .9 dan cu en ta de la sensibilidad, intuitiva o no,
Estas palabras de B arthes prefiguran una de B arthes respecto de la actualidad artísti­
salida del cine en el sentido expandido: se ca, ¿no estam os hoy dispuestos a fetichizar
trata sin dudas de salir de la sala, pero tam ­ “ la sala, la oscuridad, la masa oscura de los
b ién de m odificar la relación cié espectador otros cuerpos, los rayos de luz, la entrada,
con la im agen para ex p erim en tar, escribe, la salida” , al entrar en las cajas negras de las
“ u n goce posible de la discreción” . Esta galerías y de los m useos de arte co n tem ­
atención a aquello qu e excede la im agen p o rán eo d o n d e se proyectan im ágenes en
evoca las diversas experiencias artísticas m ovim ien to ?
contem poráneas de la publicación del texto D u ra n te m u ch o tiem po, el cine deb ió res­
de Barthes, caercanas al ju e g o de som bras p o n d e r al llam ado de su vocación. Se trate
de G lauco en su dep artam en to , qu e seña­ del m o d elo realista baziniano, q u e privile­
la el co n tex to m aterial de la proyección, a gia las virtu d es ontológicas del registro, o
sem ejanza de las p erform ances de A n th o n y del m o d elo m odernista, qu e se basa en la
M cC all, U ne Descríbing a Corte (1973), ex p loración de sus propias especificidades,
de la conferencia presentada p o r H ollis la historia del cine ha sido pensada sobre el
F ram pton (1968), de los am bientes Quasi- m o d o de u n a revelación progresiva, incluso
cinemas concebidos p o r el artista brasileño teleológica, de su verdad. Este capítulo está
H elio O iticica d u ran te su estadía en N ueva cerrado. D esde entonces, el cin e n o respon­
York a principios de los años 1970, o las de más a su vocación. D e b e responder, por
proyecciones de Fabio M a u ri sobre el cu er­ el con trario , a la convocación del digital que
po de Pasolini.10 L eam os a B arthes: “ En ese trastorna la situación. C álculo de las im áge­
cubo opaco, u n a luz: ¿el film , la pantalla? Sí, nes, co m posición digital, difusión interac­
sin dudas. Pero tam b ién (¿pero sobre todo?), tiva, tam año m im aturizado de las pantallas,
visible y desapercibido, ese c o n o danzante visión de películas en la c o m p u tad o ra o en
qu e perfora la oscuridad, al m o d o de un el teléfo n o móvil, dem ocratizació n de las
rayo láser. Ese rayo, según la rotació n de sus prácticas, re to rn o del cine en la cadena de

9i
"En sortant du cinéma", op. cit., p. 411.
10 Cf. Anthony McCall. The Solid Light Films and Related Works. Christopher Eamonfdit.), Gotinga, Steidl Publishers, 2005;
Hollis Frampton, "Une conférence", trad. Serge Chauvin, en L'Écliptique du savoir, Paris, Centre Georges Pompidou, 1999,
p. 120; Helio Oiticica, Quasi-Cinemas, Kôlnisher Kunstverein, New Museum of Contemporary Art, Wexner Center for the
Arts, 2001; Fabio Mauri, L'Écran mental, catélogo, Tourcoin, Le Fresnoy, 2003.
"En sortant du cinéma", op. cit., p. 409.
VERSIONES

joS m edios (radio, teléfono, com putadora), 1920, sobre el m o d o de la promesa. A la


constituyen otros tantos im perativos que idea del cine c o m o “in v e n c ió n sin p o rv e ­
cuenta de u n desplazam iento del cine n ir” d e los h e rm an o s L um iére, le ha su­
« n radical, tan abrupto, tan violento, que ced id o el m o tiv o d e la prom esa, fo rm u ­
parece estar p o r desaparecer en el cu rso de lado ex p lícitam en te p o r A bel G ance, Élie
su transform ación. Si el cine se estabilizó, Faure y R ic c io to C a n u d o , el in v e n to r
como técnica y co m o referencia, d u ran te de la exp resió n “ sép tim o a rte ” . Este im ­
varios decenios desde su institucionaliza- perativo n o dejará d e volver e n filigrana,
ción, hacia los años 1915, ya r.o es m ás un d e m an era laten te, oculta y discontinua,
¿rte que p u ed a interesarse solo en su his­ para a n u d ar el h ilo ro jo de las relaciones
toria, debe contem porizar. “ La im ag en ci­ del c in e con el c a m p o del arte m o d e rn o y
nem atográfica, esa ilusión y m áquina tera­ c o n te m p o rán e o . E l c in e n o es aú n un arte,
péutica p o r excelencia que dom inaba la sala d ebe volverse u n o . A rte p o r venir, sino del
oscura de los cines del siglo veinte, n o es p o rv en ir, arte en p o ten c ia q u e d eb e m a n ­
más que una p equeña ventana en un a p a n ­ te n e r su prom esa, c o n ju ra n d o las trabas y
talla de co m putadora, u n flujo en tre otros los obstáculos siem p re am enazantes de la
que nos llegan de toda la red, u n archivo in d u stria y el co m ercio . Su p o te n c ia artís­
entre otros en el disco ríg id o ” .12 Al m ig rar tica 110 p id e sino actualizarse; siem pre p er­
de la sala de proyección hacia el m usco o m an ec e frágil, está suspendida y am enaza­
la co m putadora, el cine transform a su p ro ­ da p o r los peligros adversos q u e no dejan
pio cuadro teórico. ¿C uál es la razón de este de to rc er su verdad. El cine es u n arte en
desplazamiento? ¿Se trata de un final o de espera, su sp en d id o e n el m o m e n to m ism o
una m etamorfosis? de su p rom esa q u e in d u c e u n a tem p o rali­
Es necesario constatar q u e la c u e stió n del dad diferida, incluso retroactiva. “ Todas las
devenir del cin e se e n cu en tra hoy c o n la artes, antes de volverse u n c o m ercio y una
de las relaciones co n el cam po del arte. N o in d u stria, fu ero n en su o rig e n expresiones
es un azar. El fu tu ro del cine ha sido p e n ­ estéticas de a lg ú n p u ñ a d o de soñadores.
sado d u ra n te m u c h o tie m p o bajo la fo rm a El cin em ató g rafo tuvo un a su erte co n tra­
de su d ev en ir artístico. Si se rele en m u ­ ria, co m en z a n d o p o r ser u n a in d u stria y
chos textos críticos de la teoría del cine, es u n com ercio. A h o ra d ebe volverse u n arte.
sorp rendente el carácter de prom esa d e los Q u e re m o s acelerar el m o m e n to en q u e lo
vínculos en tre el cine y el arte. P arece qu e hará para b ie n ” .13 A firm ació n reto m ad a a
la posibilidad de considerar el cin e c o m o m e n u d o p o r C o c te a u : “ El cin em ató g rafo
un arte, e incluso co m o séptim o arte, se em p ez ó al revés. E n seg u id a em p e z ó p o r los

líl e x p erim en tad o , desde co m ien zo s de gran d es tirajes, c u an d o todas las escuelas

Lev Manovich, Le langage des nouveaux medias, trad. Richard Crevier, Dijon, Les presses du réel, 2010, pp. 381-382.
[£/ lenguaje de los nuevos medios de comunicación, La imagen en la era digital, Buenos Aires, Paidós, 2006, trad. 0.
fontrodona],
Riccioto Canudo, L'Usine aux images, éd. Jean-Paul Morel, Paris, Seguier, 1995, p. 45.
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em pezaron p o r los tirajes re d u cid o s” . 14 La del cin e una tarea p articular” , escribe j
prom esa su p o n e e n d erez a r su verdad ejer­ F ram p to n en su célebre artículo, enigm á­
cien d o u n a to rsió n tem p o ral. El cin e debe tico y denso, “ P our une m étahistoire du
invertir el curso del tiem p o . N o es todavía film ” , publicado en Artformum, en 1971.
un arte, lo será se dice, si sabe so rte a r los “El rnetahistoriado: del cinc, p o r su parte,
obstáculos del relato, del teatro, de la pala­ se p reocupa p o r inventar una trad ició n , es
bra hablada, del co m erc io , d el color, de la decir, un co n ju n to m aleable y co h eren te
televisión y del digital. “ R e c la m e m o s para de m o n u m e n to s discretos q u e im p lan tan en
el cin e el d e rech o de n o ser ju z g a d o sino el c u e rp o creciente de su arte u n a unidad
sobre sus prom esas” , escrib e R e n é C lair en q u e resuena. Tales obras p u e d e n n o existir,J
1925.15 Su verdad c o m o arte n o es o ri­ a ú n es su d eb er realizarlas. O ellas pued en
ginal sino q u e está p o r venir. E ste n u d o existir en alguna parte, fuera del recin to de
tem poral, co m p lejo , caracteriza los lazos ese arte (por ejem plo, en la preh isto ria del
del cin e co n el arte. P ro m esa n u n ca sos- arte del cine, antes de 1943). Es necesario
:enida, siem pre re c o n d u c id a , q u e im plica qu e las rehaga” .16 ¿D ebem os responder, en
una tem poralidad de natu raleza p rofética y la hora del cine de exposición, a la m isión
supone el re to rn o p arad ó jico a u n o rig en del m etah isto riad o r del cine definida por
sustraído. E l m o tiv o de la prom esa abre H ollis F ram ptom ? S eguram ente. La par­
u n a ap o ría tem poral. El a rte y el cin e se te n o cum plida de las relaciones en tre el
conjugan en futuro anterior. Al expresar un arte y el cine form a un a reserva tem poral
falso fu tu ro c o m o cu m p lid o , en relación cuyas huellas y promesas no s p ro p o n em o s
co n otro h e c h o fu tu ro , este tiem p o su p o n e explorar, n arran d o lo qu e ha q u ed ad o sin
dos focos tem po rales. P u ed e expresar un co n tin u id a d y sin m em oria, lo q u e d ep en ­
h e c h o pasado tran sp o rta d o al fu tu ro para d e de la u to p ía o del presagio, d e la am­
señalar la su p o sició n o para m arcar su ca­ nesia o del síntom a. La genealogía borrosa
rá cter ex cepcional. D ic h o de o tro m o d o , del cin e de exposición n o diseña un a línea
establece una pro y ecció n relativa e n tre dos recta, sino qu e obedece a curvas y vueltas
puntos. El fu tu ro a n te rio r ilu m in a el pasa­ hacia atrás, sobre e. m o d o de la prom esa (el
do p legando la línea d el tiem p o a la m an e ­ film q u e falta de G eorges M élies y de Hans
ra d e u n a elipsis. R ic h te r), de la virtualidad (Jean E p steín lec­
“ La idea de q u e en u n m o m e n to preciso to r de M aya D eren), de la b ifurcación (el
la rueda ha girado y q u e el cine ha caído devenir de la vanguardia de los dos lados
en desuso y, en consecu en cia se ha transfor­ del A tlántico), de la in co n clu sió n (el cine de
m ado en arte, es u n a ficció n conm ovedora a u to r respecto del arte co n tem p o rán eo ), de
que implica de parte del metahisforiador 1a profecía (Joseph C o rn ell, m u s e ó g r a f o ) , de

] Jean Cocteau, Entretiens sur le cinématographe, Paris, Ramsay Poche Cinéma, 1986, p. 104.
10 René Clair, Cinéma d'hier, cinéma d'aujourd'hui, Paris, Gallimard, 1970, p. 47.
Holis Framptom, "Pour une métahistoire du film: notes et hypothèses à partir d'un lieu commun" [1971], trad. Cécile
Wasjbrot, Trafic21,1991. Reeditado en L'Écliptique du savoir, op. cit., pp. 108-109.
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ja rcprise (Fluxus y el slapstick), del lím ite (el las diferentes co rrie n te s artísticas, de Dada
devenir insalación del cine de autor) o de la a Fluxus, pasando p o r el letrism o, que atra­
disociación (el cine de exposición). N o se viesan el siglo veinte. “ N o so tro s afirm am os
trata de expresar una fascinación cu alq u ie­ qu e el futuro del arte ‘cin em ato g ráfico ’ es la
ra por los film es inconclusos o proyectos negación de su presen te. La m u erte de la ‘ci­
suspendidos, sirio de ir a contrapelo de la nem atografía’ es indispensable para q u e viva
historia del m edio, inquietan d o sus nudos, el arte cinem atográfico. Nosotros llamamos
sus bifurcaciones, sus ocasiones perdidas, sus a acelerar su muerte” . 18 C u rio sam en te, esos
obsesiones y sus síntom as. “ Toda h isto ria m o m en to s de crisis vuelven reg u larm en ­
recoge las inhibiciones co m o los actos, las te en el curso de la historia, invitándonos
desapariciones tanto co m o los eventos, las tal vez a ab an d o n ar el m o d elo p eren to rio
cosas latentes tanto corno las cosas ev id en ­ de la ru p tu ra a favor de una tem poralidad
tes: es, entonces, asunto de olvidos influyentes co n trad icto ria, plástica, sinuosa, en el hilo
tanto co m o de recuerdos disponibles. A ve­ de los torbellinos y de los vórtices cargados
ces. se precipita en crisis decisivas. Se consti­ de m em o ria. “ C o m o u n río, la h istoria de
tuye en la escansión de las represiones y de la cultura n o p u e d e cam biar súbitam ente
los retornos de lo re p rim id o ” .17 de curso: su m o v im ie n to es más el de una
Sin dudas, los dos m o m en to s claves de estas curva qu e el de u n c o n ju n to de líneas rectas
relaciones están centrados alrededor d e las entre p u n to s” . 19
vanguardias: su reflujo luego de la S egunda H acer el relato d e aquello que n u n ca h a te­
Guerra m undial y su reto rn o inesperado en n id o lugar, ¿no es, según O scar W ilde, la ta­
el curso de los años 1970, qu e se aco m p a­ rea propia del h istoriador? “ H acer una des­
ñan con ju e g o s com plejos de legitim ación crip ció n precisa de lo que n u n c a o cu rrió ,
cultura] y de violencia simbólica. Dillinger y n o solo es el rol del historiador, sino el p ri­
Dillinger e moño representan en este sentido vilegio inalienable de to d o h o m b re de ta­
los dos focos de la elipse:p o r un lado, el film len to y de g u sto ” .20 La escritura de esta his­
de artista y sus avatares; p o r el otro, el cin e toria virtual su p o n e una retórica. N uestros
de autor y sus crisis. U n o de los hilos rojos ejem plos serán, en su m ayoría, co nocidos
de nuestra investigación co n cie rn e tam ­ para el lector. Es la hipótesis de una te m p o ­
bién el m otivo de la destrucción, c o m o dan ralidad en futuro anterior q u e es susceptible,
cuenta las palabras de Beuys o de F erreri, en cam bio, al p ro p o n e r una ilum inación la­
admirativas de la dim ensión trágica y h e­ teral, de desplazar nuestra m irada sobre las
roica del b an d id o D illinger, pero tam bién obras y de in d u c ir nuevas in terpretaciones.

Georges Didi-Huberman, L'image survvante. Histoire de l'art et temps de fantômes selon Aby Warburg, Paris, Minuit,
2002, p, 32 9 . [£a imagen superviviente. Historia del arte y tiempo de los fantasmas según Aby Warburg, Madrid, Abada,
2009, trad. J. Calatrava).
^Dziga Vertov, "Nous" [1922], en Articles, journaux, projets, París, U.G..E. 10/18,1972, p. 16.
2q!- Manovich, Le langage de nouveaux medias, op. cit., p. 489.
Oscar Wilde. Intentions, trad. Philippe Neel, revisada por Carle Bonafus-Murat, Paris, Le livre de poche, 2000, p. 132.
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KI L OMETRO 111 / 1 4 - 1 5

D e este m odo, la obra p ro ced e p o r cuadros, anacrónica q u e produce un a deflagración


p o r escenas, h acien d o uso de tropos co m o del presente en el pasado, según los térm i­
la prosopopeya, la m etáfora o la alegoría nos de la hipótesis propuesta p o r B enjam in,
según una técnica dram ática cercana a la desarrollada más recien tem en te p o r Craig
ficción, incluso de la novela, o rd en an d o sus O w en s a propósito del po sm o d ern ism o .22
giros inesperados y sus saltos en interfaz co n D e allí, la atención acordada a las figuras de
la invención y la eru d ició n . D e allí el uso la salida, declinadas p o r los m otivos del cua­
recu rren te de biograjhnas, para reto m ar el dro, de la ventana, de la pantalla, del plano,
té rm in o de R o la n d B arthes, detalle b iográ­ del fuera de cam po, de la sala de cine y del
fico q u e releva un a p arte de la historia a la m ed io m ism o. D e allí, el uso de la posdata
m anera de u n síntom a, de u n punctum “ cuya co m o suplem ento. D e allí, finalm ente, la di­
distinción y m ovilidad p o d ría n viajar fuera m ensión perform ativa de este ensayo con la
de to d o destino y ven ir a tocar, a la m anera elección de u n título q u e hace eco, p o r el
de los átom os epicúreos, algún cu e rp o fu­ uso de u n verbo, con m i propia situación de
turo, p ro m etid o a la m ism a dispersión” .21 cineasta y de teórico, en el um bral del cine.
D e allí, el recurso p rivilegiado a u n m o d o
alegórico d e in terp re ta ció n qu e disocie las É. Bullot, "Ouverture", en Sortir du cinéma. Histoire vir­
obras de su significación p rim era en p ro ­ tuelle des relations de l'art et du cinéma. Gi nebra. Musée
vecho de nuevos agenciam ientos, m an i­ d'art moderne et contemporain, 2013, pp. 9-19. Hemos
festando u n a tem poralidad paradójica y trabajado sobre una versión corregida del capítulo por
el autor. Trad.: Emilio Bernini, con autorización del autor.

21 Roland Barthes, Sade. Fourieur, Loyola, París, Seuil, 1971, p. 14. [Sade, Fourieur, Loyola. Madrid, Cátedra, 1997].
' 7 Cf. W alter Benjamin "Allégorie et Trauerspief, en Origine du drame baroque allemand, trad. Sybillle Muller, Paris.
Champ-Flammarion, 2000, pp. 171-254. Véase también Craig Owens, The Allegorical Impulse: Toward a Theory of
Posmodernism, en October. n° 12 y 13,1980, pp. 67-86 y pp. 58-80, respectivamente. Reeditado en B e y o n d Recognition-
Representation, Power and Culture, University California Press, 1995, pp. 52-87.
VERSIO NES

Time capsules

I Érik Bullot

;P or qué siem pre decim os “ había una vez” de la puesta en escena se socava, el suje­
v nunca “ había dos veces” ?, se p regunta to es atraversado p o r divisiones, la obra a
Sandrine e n Número deux (G odard, 1975). veces q u ed a invisible o p erm an ece in c o n ­
Si los años de la posguerra fueron el escena­ clusa, la e x p erim en tació n se inm iscuye en
rio d o n d e se debatió sobre el regreso de las la industria, y los lím ites del m ed io se ven
vanguardias, siguiendo la estructura m ítica confrontados con los de otras prácticas ar­
del etern o reto rn o , los años 1970 e x p re­ tísticas (performance, acción, happening). Esc
san la profunda crisis del “ cine de a u to r” . episodio de la historia del cine será rápida­
Ya no se trata de reto m ar la vanguardia tal m e n te olvidado a lo largo de los años 1980,
como fue teorizada en los m anifiestos de m arcados p o r el a b a n d o n o del p ensam iento
Maya D eren, Jean Epstein o Isidore Isou, crítico y el re to rn o ideológico del sujeto,
sino de un paradójico sentim iento de clau­ m ediante la revalorización del g u ió n , del
sura. La presencia creciente de la televisión, a cto r y de la psicología (se asiste a u n m o ­
las conm ociones posteriores a los h ech o s de v im ien to p arecido e n la cam po de las cien­
Mayo de 1968,1a crítica de la cinefilia bajo cias hum anas), b o rra n d o así toda huella de
la influencia co n ju n ta del estructuralism o, el aquellas películas excesivas, radicales y res­
psicoanálisis y el fem inism o, la práctica del plandecientes, c u an d o n o n e o -d ecad en tes1.
cinc m ilitante y del v ideoarte son algunas Esta edad crepuscular del cine encu en tra su
de las razones detalladas de dicho retroceso. resolución fascinante en La edad de la Tierra
Por su radicalism o exasperado, p o r su crítica (G lauber R o c h a , 1980), presentada en el
acerba hacia la autoridad, su recurso siste­ festival de Venecia en circunstancias tu m u l­
mático al dispositivo así co m o cierto agota­ tuosas. B ajo los efectos de un a globalización
m iento de la puesta en escena, m uchas p e­ naciente, esta película épica y profctica, tes­
lículas consideradas “ cine de au to r” parecen tim o n ia una im plosión paroxística del cine:
buscar la salida del cine golpeándose co ntra tom as repetidas, fragm entación del plano,
las paredes. Este teló n de fondo caracteri- p ro ced im ien to s aleatorios del m o n taje, p re­
Za tanto a los autores consagrados (G odard, sencia de tachaduras y un a pasión p o r lo
Welles, Ray, Fellini, A ntonioni) c o m o a los inacabado Pareciera ser que el trabajo c rí­
c>neastas más secretos (Eustache, R ay n al, tico llevado a cabo p o r el c o n ju n to de estas
G rieta, B ene). El p rin cip io de au to rid ad películas y tam b ién p o r algunos libros en el

i Sob
re el abandono del pensamiento crítico y la adhesión a los valores neo-liberales, véase Cusset, François, La Décennie:
Oranci cauchemar des années 1980, Paris, La Découverte, 2006.
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