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XL
El cobre campanil de Chile - Negacion ae su exisrencia
por Brongniart
Triple comprobación posterior de su existencia : al fundirse
en Bolonia las campanas de Iniola con mineral chileno;
descubrirse materialmente en Cornuailles y Glockenhertz,
y con los análisis de Klaproth publicados por Chaptal
Otro producto de
entre los minerales de cobre, es la turquesa. La provincia de Copiapó
debe su nombre n la abundancia de esta piedra, que se encuentra en sus
montes, uno de los cuales es denominado, significativamente, monte de las
turquesas por Sanson de Abbevielle147,en la ya citada carta geográfica.
Este mineral ha sufrido extrañas peripecias: primero, fue enumerado
entre las piedras preciosas; luego, entre los dientes metalizados; después,
entre los óxidos de cobre. Finalmente, el análisis de Bouillon-Lagrange
le ha repuesto a la familia del cobre y colocado entre los fosfatos de cal
coloridos por el fierro.
Los mineros de Chile distinguen otra entre las especies de cobre
antes mencionadas, a la cual dan el nombre de cobre campanil, porque
de ordinario se destina a hacer campanas. Este es un metal de color
ceniciento e intratable, de modo que -a despecho de cualquier calcina-
ción que se haga- no adquiere jamás el grado suficiente de maleabilidad
necesario para emplearlo en otros trabajos.
Se cree comúnmente que se trata de un bronce natural. De allí que
los fundidores, cualquiera que sea el USO,le agregan poquísimo estaño,
acertando sus coladas en forma perfecta.
Hace pocos años le llegaron, por vía de Livorno, muchas libras de
esta especie al señor Cesare Landi, fundidos de esta ciudad de Bolonia,
el cual, dudando de la buena calidad del metal en razón de su color, no se
atrevía a emplearlo. Pero, informado por mí de su índole, disminuyó la
dosis acostumbrada de estaño e hizo las campanas de la catedral de Imola,
las cuales resultaron maravillosas.
Se dirá, tal vez, quc la inmaleabilidad de tal compuesto podría
provenir de la cantidad de arsénico o fierro que allí estuvieran unidos. Pero
el arsénico se desvanece con la calcinación y el fierro, si estuviese en canti-
dad, haría la fusión más que muy difícil, lo que no sucede.
Yo hice mención de este mineral en mi “Ensayo sobre la historia
natural de Chile”2.1, después de haber advertido, en el Prefacio, que no
pretendía escribir la Historia Natural de aquel país, sino solamente dar un
indicio de sus productos, a fin de que sirviese de guía a aquellos que
tuviesen mayor oportunidad de observarlas.
Antes bien, la posibilidad de existencia del bronce natural se ha
verificado asimismo en Europa. Las minas de Cornuailles en Inglaterra
han dado, hace pocos años, ensayos innegables. Pero aquello que confir-
ma mucho más la realidad de esta espontánea combinación, inglesa o
chilena, es el análisis que ha hecho el célebre Klaprotha3, el cual ha sido
referido por el agregio Chaptal en su utilísima Química aplicada a las
artes 50-81 (11, 244) y que es el siguiente: azufre, 25; estaño, 34; cobre, 36;
fierro, 2; pérdida, 3; total 100.
El mismo KlaprothE3 encontró en el Glockenhertz, o mineral de
campanas de los alemanes, el estaño mezclado con el cobre, de modo
que en la fusión se obtenía un metal similar a aquél con que se hacen
las campanas.
Así, yo no había dicho una cosa inverosímil al afirmar que podía
darse esta combinación en la naturaleza.
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XLI
Contestación al exabrupto de Brongniart y posteriores
reflexiones
Aislamiento de la naturaleza chilena - Carácter silvestre
de sus animales
Limitada extensión de Chile recorrida por la misión
botánica Ruiz y Pavón
Complejos requerimientos para el estudio integral de la
naturaleza de un país
Vocación científica y posterior difusión de la naturaleza
chilena en Europa
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