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Eclesiastés 3:8
Reina-Valera 1960
A simple vista o de una manera muy simple podríamos decir que los tiempos de
guerra son únicamente cuando estamos enfrentando problemas en nuestra vida,
cuando estamos luchando contra una enfermedad, cuando estamos luchando
contra la rebeldía de nuestros hijos, o como el día de hoy en el que estamos
experimentando la pérdida de un amigo, un líder, etc.
Y contra quien tenemos esa guerra todos los días, porque todos los días son
tiempos de guerra?
Efesios 6:12
Porque no luchamos contra gente como nosotros, sino contra espíritus malvados
que actúan en el cielo. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo
actual.
1
Como debemos vivir en los tiempos de guerra en nuestra vida
1 Pedro 5:8
Reina-Valera 1960
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
2 Corintios 10:4
Reina-Valera 1960
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas,
Nuestras armas no son las del mundo sino las que Dios ha dejado a
nuestra disposición: la oración, el clamor,
Filipenses 4:6
Reina-Valera 1960
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Hechos 16:25
Reina-Valera 1960
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los
presos los oían.
2
3) reconociendo que la victoria siempre es del señor
Proverbios 21:31
Reina-Valera 1960
31 El caballo se alista para el día de la batalla;
Mas Jehová es el que da la victoria.
Y si acabamos de decir que todos los días son tiempo de guerra entonces
¿Cuando es el tiempo de paz?, pues Todos los días!, porque todos los
días nuestro señor Jesucristo está ofreciéndole al pecador estar en paz
con el padre celestial y es uno de los Resultados de la justificación
Romanos 5:1
Reina-Valera 1960
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo;
Isaías 1:18
Reina-Valera 1960
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados
fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren
rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.