Está en la página 1de 2

Trina Padilla dedicaba gran parte de su tiempo a Su constante quehacer cultural, cívico, político y

conseguir becas para jóvenes talentosos. literario bastaron para que aquella sociedad, tal vez
Estudiantes, amigos y maestros aprovechaban más que la de hoy, supiera apreciarla y que las
las facilidades de su biblioteca. Les estimulaba figuras más relevantes de su época la reconocieran
en la vocación literaria conversando con ellos, y
ofrecía clases de piano gratuitas a niños de
y quisieran.
Tr ina
escasos recursos económicos. Trina Padilla de Sanz, fallece en Arecibo el 26
abril de 1957 a los 93 años. Su partida causó
de
un Pa dil la de S anz
Otro de los momentos donde Trina demuestra su duelo nacional y hubo infinidad de muestras de
amor es cuando comienza a azotar el huracán dolor de los que se encuentra constancia en
San Ciprián en 1932 y mandó a que fueran a numerosos artículos y reportajes de prensa.
comunicarles a las familias que vivían en las
márgenes del Rio Grande de Arecibo, en la
Puntilla que podían refugiarse en su casa.

Otro sufrimiento más toca las puertas de Doña


Trina con el fallecimiento de su hija Matilde
Padilla de Burckhart el 22 de diciembre de 1923
dejando huérfanos por parte de madre 5 hijos.

Trina Padilla con un grupo de señoras fue unas


de las fundadoras del Colegio San Felipe que
abrió sus puertas en 1932, en la planta baja del
Casino de Arecibo. Su quehacer cultural era tan Arecibo es….
diverso y amplio que recibe múltiples Arte, Historia y Cultura
reconocimientos en y fuera de Puerto Rico. En
1955, la Asamblea Municipal consiente de su Programa de Historia/Sra. Irma R. Miranda
aportación le otorgó el título de “Hija adoptiva de Casa Trina Padilla de Sanz #10
Arecibo”. Arecibo, Puerto Rico
email: proghistcasaulanga@gmail.com
los Ulanga. Sobre esas ruinas es que ellos
En 1872, llega a las riveras de Arecibo, cuando solo construyen su casa la cual conocemos hoy en
tenía 8 años, a vivir con sus padres a la Casa Ulanga, día como la Casa de Trina Padilla de Sanz.
hoy Casa de la Cultura Arecibeña. Allí vivió hasta los
Trina Padilla de Sanz 18 años cuando se casa en 1882, con Ángel Sanz
Ambrós, Vice-Cónsul de España. De ese matrimonio
El piano que aprendió con esmero en Puerto
Rico y que perfeccionó en sus clases en el
nacieron cinco hijos: Matilde, Amalia, María, Angel y Conservatorio de Madrid por espacio de dos
Trinidad. años para su satisfacción cultural y musical,
Prólogo: se convirtió en el tiempo el modo de ganarse
Al año de casada Trina Padilla, se traslada con su la vida. Trina Padilla fue entonces maestra, de
Trina Padilla de Sanz, maestra de piano, esposo a Madrid, donde ingresa al Real piano en Arecibo, y en el lapso de 50 años
escritora, poetisa, periodista, católica y Conservatorio y toma clases de piano con el tuvo más de 1,000 alumnos de piano por lo
dama cívica. Escribió para el periódico: El Profesor Gualbenzu. que ejerció una gran influencia musical en la
Heraldo Español y colaboró con otros región. Ella ofrecía anualmente al pueblo de
periódicos: Alma Latina, Puerto Rico En el año 1887, regresa a Arecibo a vivir en la mágica Arecibo una audición musical donde
Ilustrado, El Mundo y el Imparcial. y bellísima Casa Ulanga; en los altos vivía la familia y presentaba a sus discípulos representativos
También escribió 8 libros, 3 de ellos en en los bajos estaba la oficina. de toda su comunidad y de todas las clases
versos: Rebeldía en el 1918, De mi Collar sociales.
en el 1926 y Cálices Abierto en el 1943. Su esposo era el Administrador de Aduana y tenía un
puesto muy bien remunerado. Tenía bajo su mando En 1899, fallece su madre María Otero.
Los demás libros son: cuentos,
60 empleados, que entre sus obligaciones ejercía
narraciones, crónicas de arte y uno sobre
poderes como Jefe de Resguardo de Sanidad Luchó con alegría y pasión, pero no termina
la mujer. Marítima y Colector de Rentas Internas. aquí la lucha. De repente recibe dos golpes
Historia: tremendos, la mujer pierde a su amado
En 1893, ocurrió el incendió en la pulpería de don marido, Ángel Sanz en el 1911, cuando ella
Alejandro Galanes, donde su marido se distingue tenía 45 años y apenas su hijo varón
Trina Padilla de Sanz, le tocó vivir del Siglo dirigiendo brillantemente al grupo de voluntarios. terminaba la escuela primaria. En adición la
XIX hasta mediados del siglo XX. Fue maestra de música pierde su audición, pero
amiga de dos generaciones de patriotas. A Doña Trina, le tocó vivir momentos dramáticos veremos cómo esto no logra amilanar a está
Nació en Vega Baja en 1864, y vive gran algunos vinculados a la historia de su país, y otros valerosa y apasionada mujer, continúa la
parte de su vida hasta que muere en su relacionados a su vida personal. lucha repasando escalas. “Es menester,
querido pueblo de Arecibo en 1957. Hija decía, mantener a toda costa el decoro en que
legítima del médico y poeta Dr. José En 1896, fallece su adorable padre, el Dr. José se nace”. Así día a día machacando prosa
Gualberto Padilla, El Caribe y María Gualberto Padilla, El Caribe. para ganarse la vida y escribiendo versos
Otero. Nació y creció en la opulencia. para darse gusto. En esos tiempos difíciles
En el 1898, con el cambio de soberanía, cambio continuaba ganándose la vida con las clases
Al ocurrir el Grito de Lares, en el 23 de también el bienestar de los Sanz- Tuvieron que de piano, escribiendo artículos para el
septiembre de 1868, unos de los primeros recurrir a la venta del patrimonio de Trina Padilla, periódico El Mundo y alquilaba, además las
puertorriqueños detenidos y conducido sacrificando todo para hacer frente al vendaval. La dos amplias habitaciones separadas por la
venta incluyó, entre otras, las joyas de Doña Trina y la galería del resto de la casa donde habitaba la
preso a la cárcel de Arecibo fue su padre
casa que por más de medio siglo ocupo el Casino familia. Dos lecherías le enviaban la leche
el Dr. José Gualberto Padilla, El Caribe.
Español. Al tener que abandonar la Casa Ulanga, gratis. Los doctores jamás le cobraron.
con el producto de la venta del patrimonio de Doña
Trina compraron medio en ruinas la casa Fernandina
y la casa de servidumbre de

También podría gustarte