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Principios de la
educación moral

1. Procesos operantes

Moral no es sino el término usado para designar la vida


comunitaria dentro de la sociedad humana. Por consiguiente,
toda moral tiene tres aspectos constituyentes: el yo, los de-
más y las relaciones entre el yo y los demás. Como hemos visto
desde un principio, el recién nacido solamente puede conver-
tirse en ser humano dentro de la sociedad humana. Además,
la plenitud y felicidad derivan de las relaciones con los demás.
De esto se deduce la desgracia que supone el rechazo y la
soledad y el castigo tan terrible que es esa muerte en vida
que sufre la persona aislada y solitaria. Los náufragos, los
ermitaños y las personas solitarias son, en cierto sentido, in-
frahumanos.
Por consiguiente, el proceso de educación moral puede ser
llamado en términos generales socialización del niño, dado
que, a través de él, se convierte en miembro de la sociedad.
Pero como también vimos desde el principio, usamos además
el término «moral» para indicar la búsqueda de la vida vir-
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tuosa. Por consiguiente, el término implica la conformidad al Sin embargo, aun dentro del desarrollo, la experiencia
código moral predominante y la búsqueda del ideal de cada personal encuentra límites evidentes. Esto es lo que sucede,
persona. De esto se colige que la moral social no debe impo- ante todo, en la esfera moral, en la que sería imposible elegir
nerse de tal forma que excluya la posibilidad de que la per- entre diferentes formas de comportamiento llevándolas a la
sona se forme su ideal. Recordemos una vez más que el pro- práctica una tras otra. De aquí nace la tendencia subcons-
greso moral siempre lo hicieron individuos que buscaban idea- ciente a imitar lo que hacen los demás y a seguir el comporta-
les a despecho de y en oposición al código moral predomi- miento y la moda del grupo de amigos.
nante. El estrecho círculo de la conformidad impuesta por un Naturalmente, el proceso de imitación actúa en dos sen-
código autoritario, como el que suele darse en las tribus pro- tidos. Lo que se imita puede ser bueno o malo. El niño absorbe
mitivas, ahoga todo progreso moral. las influencias que se ejercen sobre él —dentro de la familia,
Está claro, pues, que si moral y sociedad son términos del grupo de amigos, de la comunidad local— sin tener en
tan limítrofes que la vida social está saturada de evaluaciones cuenta su valor. El hecho de que «todos los demás lo hacen»
morales, la educación moral no se imparte en el vacío. El es poderoso por sí mismo. El niño no sólo necesita formar
aprendizaje moral no se asemeja al aprendizaje de una lengua parte del grupo y gozar de su estima, sino que también tiene
extranjera, en el que el alumno parte de la nada. Se asemeja la sensación instintiva de que las opiniones de éste son correc-
más bien a la forma en que el niño aprende su lengua mater- tas. Por eso, requiere una fuerte autonomía que haga frente
na, absorbiéndola de su entorno a medida que crece. Pero a la opinión pública.
el simple hecho de que se absorba presupone en el niño unos Así, pues, dado el proceso natural de imitación, el ejem-
procesos operantes; ningún intento de analizar la educación plo de los demás es una influencia poderosa, que procede tanto
moral, sea del tipo que fuere, puede ignorarlos. Son grandes de los adultos como del grupo de amigos, y que inclina tan-
etapas del desarrollo infantil, cada una de las cuales tiene su to al bien como al mal.
propia naturaleza, su finalidad y su valor biológico. Además,
en mayor o menor grado, siguen operando a lo largo de toda b) La sugestión
la vida.
El proceso de sugestión es similar al de imitación y cons-
tituye la fase que sigue a éste en el desarrollo del niño. Tam-
a) La imitación bién es un proceso subconsciente; pero mientras que la imita-
ción absorbe las acciones de los demás, la sugestión absorbe
Ya vimos que el proceso subconsciente de la imitación de- las emociones y actitudes. En el niño significa dependencia
sempeña un papel importante en el desarrollo del niño. Le emocional, factor que también influye en la madurez, y que
permite adaptarse a la vida copiando las acciones de los adul- puede observarse en la multitud, porque su base es el ins-
tos, como sucede también, por ejemplo, al aprender una tinto gregario. La sugestión es también la raíz de la vida so-
lengua. Mediante la imitación, el niño absorbe muchas cosas cial, tanto en los grupos infantiles como en los círculos de
que de lo contrario sólo podría aprender a base de una ex- adultos, que dependen de actitudes, modas y opiniones co-
periencia laboriosa y tal vez peligrosa. munes.
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La sugestión es un proceso muy poderoso por ser sub- esto exige la mayor precaución al utilizar una función tan irra-
consciente y puede constituir una ayuda eficaz de los padres cional y acrítica como ésta.
y profesores. En la esfera moral puede facilitar la absorción
de hábitos personales buenos y de costumbres sociales; y con
frecuencia es un instrumento más fuerte y eficaz que la ins- c) La identificación
trucción consciente. Mediante este poderoso proceso pueden
absorberse de los adultos admirados actitudes como las de En la siguiente etapa del desarrollo, el niño absorbe la
amabilidad, cortesía y consideración. personalidad total de los adultos más próximos a él, y estas
tempranas identificaciones permanecen durante toda la vida,
Pero también opera en doble sentido. Aunque es un fac- lo mismo que sus motivos, que son el amor y la admiración.
tor que influye poderosamente en la formación del carácter, De ahí nace, por ejemplo, el culto al héroe de la primera ado-
es esencialmente acrítico. Como función de la parte inferior lescencia, que idealiza a los adultos más atrayentes.
del cerebro, está fuera del alcance de la razón y de la capa-
cidad crítica. Aunque es una función humana natural, de for- También la identificación opera en doble sentido. Por ello
ma que aun los caracteres fuertes pueden ser susceptibles a es importante presentar al niño caracteres nobles con los que
ella, las personas excesivamente sugestionables tendrán una pueda identificarse. Estos dan forma concreta a los ideales
personalidad y un carácter débiles. abstractos; revelan las verdades morales y espirituales vesti-
das de carne y hueso y realizadas en el comportamiento hu-
La sugestión disminuye normalmente cuando se llega a mano. En esto se basa el atractivo intemporal de las baladas
la madurez, aunque es más fuerte en las mujeres que en los y de las crónicas históricas, de los mitos y de las leyendas, de
hombres. Generalmente es fuerte en los pre-adolescentes, con los cuentos y de los cantos, de las pantomimas y del drama.
lo que los adultos pueden conseguir muchas cosas de los ni- La prueba de fuego de todo relato es la posibilidad de identi-
ños sirviéndose de la sugestión, por ejemplo, infundirles áni- ficación que ofrece a la persona. Mediante este proceso pode-
mo. Pero, dada su irracionalidad, la misma fuerza del proceso roso, todas estas personificaciones ejercerán inevitablemente
indica que debe usarse con precaución. Por estimables que influencia moral, para bien o para mal.
sean los valores que los adultos inculquen en los niños me-
diante la sugestión, pueden rechazarse cuando ejerce sus fun-
ciones la facultad crítica del razonamiento. La sugestión es, d) La formación del yo ideal
pues, un factor que influye poderosamente en el desarrollo
del yo moral. Pero al ser una función tan incierta, puede con- Finalmente, el proceso de identificación se completa con la
tribuir a la formación de un código moral irracional. En esta absorción y apropiación por parte del niño del carácter de los
obra venimos defendiendo que la autonomía es el supremo adultos a los que ama y admira. Así se forma el yo moral del
ideal moral; y esta auto-norma, cuando está en todo su esplen- niño. De ahí nacen el conflicto entre el yo moral y el yo natu-
dor, debe ser racional y crítica. La educación moral debe pre- ral, el desarrollo de la conciencia de sí mismo, la autocrítica
sentar la vida moral como vida razonable y promover la va- de la conciencia y el desarrollo de la voluntad que se controla
loración crítica de los diferentes niveles de conducta. Todo a sí misma.
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A lo largo del desarrollo se adoptan otros yo ideales. En 2. El ideal de autonomía personal


particular, la adolescencia es la época en la que se da nueva
forma a los ideales. Algunos pueden rechazarse, lo que trae Mediante estos procesos básicos, el niño interioriza los
consigo una vinculación más estrecha con los nuevos valores valores que predominan en su entorno. Mediante la acción de
de los compañeros adolescentes. Estos nuevos yo ideales pue- dichos procesos, el niño normal deja de ser un niño amoral
den adoptarse con entusiasmo, fundirse con los antiguos o no para convertirse en un individuo moral, en el amplio sentido
hallarse a gusto junto a éstos. La meta de todas estas reagru- de que se conforma a la moral social. Pero, por supuesto, la
paciones que tienen lugar en la adolescencia es conseguir un calidad y fuerza de las actitudes y valores así adquiridos va-
yo reconocible e individual. El ideal, de tan difícil consecución, riarán mucho. Ciertos individuos, que nunca superan la etapa
es una síntesis completa que logra una personalidad integrada, de la anomía, serán desviados antisociales o psicópatas, que
un yo que es un todo unido. sólo dependen de las sanciones del placer o del dolor. Muchos
Aludíamos anteriormente a la utilidad de la distinción en- seguirán anclados en la heteronomía, dependiendo de los con-
tre los tres «yo»: el yo tal como se conoce, el yo como lo ven troles externos del castigo y de la recompensa. Muchos más
los demás, y el yo ideal. Este último se forma con todas las seguirán estancados en la reciprocidad del ojo por ojo o en
identificaciones hechas a lo largo del desarrollo, de las que las la provechosa fidelidad a la voz de la opinión pública expre-
más fuertes son las primeras, las identificaciones con los pa- sada en la alabanza y censura sociales. Unos pocos lograrán la
dres. Por consiguiente, el yo ideal está formado por todas las autonomía del gobierno de sí mismos, y no dependerán ni de
aspiraciones interiorizadas del individuo. los controles externos ni de la opinión pública.

Esta imagen del yo, del individuo tal como él mismo qui- Hemos afirmado repetidas veces que la autonomía per-
siera ser, no es una aspiración. Contiene una dosis de obli- sonal es el supremo nivel del criterio moral y que, en concreto,
gación, de modelos por cuya realización práctica debe esforzar- sólo ella es plenamente adecuada a una sociedad democrática
se el individuo. Dicho sentimiento de obligación se refiere a y cada vez más permisiva. De esto se colige que la autonomía
los valores morales, ante todo en la aprobación o desaproba- debe ser la verdadera meta de la educación moral.
ción de los deseos internos. También puede obrar como factor Sin embargo, como hemos visto, es posible que la cons-
de motivación en sí mismo, al estimular al individuo a que se titución de la autonomía varíe mucho. En general la denomi-
realice a sí mismo mediante arduos esfuerzos. namos «conciencia», término con el que designamos al super-
En esta autoimagen los adultos ejercen gran influencia. yo negativo más bien que al yo ideal positivo. Distinguimos
Es natural que los padres y profesores den constantemente diversos tipos de conciencia, de los que el más elevado es la
su aprobación o desaprobación, que juzguen la bondad o mal- autonomía de los principios interiores, que, sin embargo, están
dad del niño. De ahí su influencia en el desarrollo moral, por- abiertos a la razón y a la crítica. La conciencia es una autono-
que el niño configura la imagen de sí mismo y da forma a sus mía emocional independiente personalmente de los demás; una
aspiraciones según los juicios de los adultos. autonomía racional que sigue los principios interiores más que
los convencionalismos exteriores; una autonomía de compor-
tamiento que elabora sus propios criterios morales aplicando
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dichos principios a las situaciones concretas. Esta debe ser el ronomía es la heteronomía razonable que nunca se impone
ideal último. como fin en sí misma. Es la heteronomía que se considera a
La suprema característica de dicha autonomía personal es sí misma como medio para el verdadero fin: el individuo li-
que la razón es su autoridad. Hemos afirmado que la única bre y moralmente responsable. De esta forma, dicha hetero-
nomía intenta hacerse innecesaria. Pero la heteronomía im-
acción verdaderamente moral es la de un individuo libre que
puesta como fin en sí misma es el autoritarismo, que exige
no depende de ninguna autoridad externa: ni de la dictadura
obediencia más que comprensión, cumplimiento de la ley más
privada, ni de la opinión pública. Este individuo es libre por-
que interés por los motivos, aceptación de la autoridad más
que no tiene que conformarse ni aparentar que se conforma,
que gobierno de sí mismo. Su mejor aliado es el castigo. Sus
porque no tiene que engañarse a sí mismo o a los demás. Tie-
mayores enemigos son la duda y la discusión, que no es sino
ne sus propios principios y forja sus propios criterios a la luz
la aplicación de la razón a los problemas morales, porque
de la razón. Por eso es responsable de sus propias acciones,
ambas presuponen la autonomía. El autoritarismo no pro-
mediante las que desarrolla su independencia y sentido de
mueve la integridad, sino la hipocresía y la rigidez de criterio
responsabilidad. Como este criterio moral es racional, llevará moral que, como hemos visto, subordina las personas a las
el sello de la consistencia. Ante todo, otorgará coherentemente normas. Tampoco debemos olvidar que el autoritarismo no
a los demás sus derechos. Lejos de suponerlo declarar que tie- sólo evita la cooperación y todos los sentimientos morales
ne toda la razón, estará abierto a la crítica razonada de los que nacen de las relaciones interpersonales, sino que también
demás. contribuye a que se malogren sus propios fines; el niño men-
Estos son los valores característicos de la autonomía per- tirá para evitar el castigo inevitable.
sonal. Al aceptarla como meta ideal de la educación moral, en
La verdadera heteronomía es racional, porque intenta ra-
seguida podemos identificar sus principales enemigos, es de- zonar la moral. Por ello la autoridad va unida al principio, y
cir, los procesos que no reconocen dichos valores ni los pro- no al adulto que lo formula. Por consiguiente, no es lo mismo
mueven. Conocemos a estos tres enemigos por el estudio pre- tener autoridad que ser autoritario. Si se razonan los princi-
vio del proceso del desarrollo moral. pios morales, el niño puede aceptarlos por ser razonables.
Esta autoridad razonada promueve la comprensión y por tan-
a) El autoritarismo to la autonomía, mientras que el autoritarismo, por ser esen-
cialmente irracional, no las favorece.
El primero de ellos es, por supuesto, la simple heterono-
mía que impone la moral de la obediencia: la moral del escla- b) La disciplina física
vo; el autoritarismo que impone las ideas o la acción o ambas
cosas a la vez. Consciente o inconscientemente niega la auto- En segundo lugar, íntimamente aliado con el autoritaris-
nomía personal. Si la acción de un individuo libre es genuina- mo, está el tipo de educación que hemos denominado disci-
mente moral, la heteronomía es realmente inmoral. plina física. Esta es la agresión, física o verbal, que impone di-
Vimos anteriormente que la heteronomía era esencial al rectamente el poder de los adultos y que asegura y refuerza la
desarrollo que desemboca en la autonomía. Pero esta hete- obediencia. Es irracional, porque el niño no aprende nada,
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a no ser a evitar una falta particular o, si la ha cometido, a seria duda. En particular, como hemos visto ampliamente,
que se le descubra. Además, es inevitablemente impulsiva e la vinculación de la moral social a las creencias religiosas ha
incoherente. Su fruto es el r1'ño sin conceptos o conocimien- sido una de las causas principales de la confusión moral con-
tos morales que está a merced de los antojos o del poder fí- temporánea.
sico de los adultos. Ante todo, los niños educados mediante
la disciplina física dependen moralmente de los controles ex- El adoctrinamiento niega los valores que, como hemos
ternos. Esta educación es enemiga de la autonomía personal, visto, son característicos de la autonomía personal. Con refe-
porque al menos impide el progreso hacia ella, si es que no lo rencia a la educación moral, sólo podría ser perjudicial, peli-
hace realmente imposible. groso y, lo que es peor, contraproducente. Como forma sutil
de autoritarismo, no sólo niega al individuo sus derechos co-
Contrasta con la disciplina física la disciplina psicológica, mo persona y como ser racional, sino que también lo expone
que reflexiona con el niño sobre la moral, que elabora concep- al riesgo del colapso moral, cuando la razón se autoafirma y
tos morales partiendo de las situaciones particulares, que hace agrieta los débiles cimientos sobre los que se han levantado los
de la motivación el núcleo de toda moral, que estimula el cri- valores. Para que la moral tenga sólidos fundamentos debe
terio individual y da responsabilidad moral, y que hace todo ser razonada y considerarse razonable.
esto dentro de unas buenas relaciones personales que promue-
ven la simpatía activa y todas las emociones morales que nacen
de ella. Esta educación promueve la autonomía personal que
3. La práctica de la moral
no sólo es razonable, sino también altruista, porque se preo-
cupa por la dignidad, la igualdad y los derechos de los demás.
Si la autonomía personal es la meta ideal de la educación
c) El adoctrinamiento moral, y si el razonamiento es una de sus principales carac-
terísticas, la educación moral debe implicar un cuerpo de co-
El tercer enemigo de la autonomía personal es el proceso nocimientos. Así, Aristóteles distingue dos clases de virtudes:
deliberado de adoctrinamiento, cuyo fin es imponer al niño intelectuales y morales, y añade la observación práctica de que
ideas y creencias que no se basan en los procesos de la razón como las virtudes intelectuales derivan principalmente de la
y que ni siquiera están abiertas a ellos. Es evidente que este enseñanza, están implicados el tiempo y la experiencia. «Por
otra parte, la bondad moral es hija del hábito, del que recibe
adoctrinamiento es característico de algunas formas de educa-
su nombre: ética deriva de ethos, 'hábito...'» {Etica, II, 1).
ción religiosa. Además, como hemos visto, la tradición reli-
Lo que crea la disposición a obrar con justicia es la realiza-
giosa trascendental defiende también que la moral debe ser
ción habitual y continua de obras justas, de forma que el con-
igualmente objeto de adoctrinamiento. La base de toda esta
junto de hábitos adquiridos merced a la educación recibida en
educación no es la razón, sino la autoridad humana o la divina,
la niñez «establece todas las diferencias» (o. c).
que es inmensamente más poderosa. La democracia rechaza
el adoctrinamiento, por basarse en creencias no comprobadas, Por consiguiente, la práctica de una obra virtuosa implica
en estrategias. También la religión y la moral lo ponen en tres condiciones: conocimiento consciente de ella, deliberada
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voluntad de hacerla «por sí misma» y una «disposición inmu- completa e infaliblemente. Pero coincidíamos en que la con-
table a obrar como es debido (o. c, II, 4). La educación moral ducta moral, aunque tiene un carácter específico, especial-
debe ocuparse de estas tres condiciones. mente en los niños inmaduros y en los adultos inadaptados,
también tiene un carácter genérico, que es lo único que nos
permite decir que una persona tiene un «carácter» definible.
a) El conocimiento
También distinguíamos entre los aspectos cognoscitivos y
Anteriormente ofrecíamos amplias pruebas del papel vital los emocionales del criterio moral, distinción que en líneas ge-
que desempeña la heteronomía en el desarrollo del criterio nerales es paralela a la que estableció Aristóteles entre las
moral. Concluíamos que su verdadera función es dar cono- virtudes intelectuales y morales. Como los conceptos morales
cimiento de la moral social, que, si se razona, puede interio- están profundamente matizados por la emoción, la distinción
rizarse progresivamente. El individuo actúa dentro de los es académica más que realista. El conocimiento moral se re-
límites de su conciencia moral. Por consiguiente, cuanto fiere a lo cognoscitivo; por eso es imposible garantizar que el
mayor sea su comprensión moral, tanto mayor será su poten- conocimiento del bien se traduzca automáticamente en la con-
cialidad de conducta moral. Así, pues, el conocimiento moral ducta. Este complemento del conocimiento moral depende
ocupa un lugar importante en el proceso de la acción moral. de aspectos apetitivos, no cognoscitivos, de la personalidad.
El niño necesita aprender cómo debe obrar. El problema lo decide la voluntad, el funcionamiento del yo
organizado, formado por disposiciones establecidas.
Este aprendizaje moral presupone un cierto nivel de inte-
ligencia. Pero, como también observábamos, aunque la inte-
ligencia debe ocupar un lugar clave en el criterio moral, no b) El hábito
es en modo alguno el único factor implicado, y de hecho la
mayor inteligencia puede facilitar formas más inteligentes y Por consiguiente, la educación moral debe ocuparse tanto
sutiles de mala conducta. de crear disposiciones como de transmitir conocimientos mo-
rales. Aristóteles considera las virtudes morales como actitu-
Apenas podemos demostrar nuevamente la asociación fuer-
des creadas por la repetición de obras morales. A causa de esto,
temente positiva entre el conocimiento moral y la conducta
son fruto del hábito. «El hombre se hace constructor cons-
moral. La conducta criminal de los delincuentes no puede atri-
truyendo, arpista tocando el arpa. Por un proceso similar, nos
buirse por lo general al desconocimiento de las leyes morales.
hacemos justos realizando obras justas, sobrios obrando con
La mayoría de nosotros falta de vez en cuando a obligaciones
sobriedad, valientes obrando con valentía» (o. c, II, 1). Los
morales conocidas, según nos lo indican claramente los sen-
conocimientos prácticos morales, al igual que cualquier otro
timientos de culpabilidad. Los motivos son múltiples: ganar
tipo de conocimientos, se adquieren mediante la práctica ha-
estima, evitar que los demás desaprueben nuestras acciones,
bitual.
atraernos la atención de otro, demostrar que somos indepen-
dientes, vengarnos, por no mencionar la pura pereza y el mal Al niño se le dice que debe o que no debe hacer algo, y
humor. Por eso, conseguir una coherencia total en la conducta el consejo será mucho más eficaz si se le hace reflexionar so-
moral es casi imposible, por ello ésta no puede predecirse bre la sabiduría o locura que supone realizar una obra con-
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creta. Después, cuando surja una ocasión similar, bastará por tancia, pero el hombre no puede obrar con arreglo a ellos.
lo general una alusión para recordar el problema moral impli- La práctica de los hábitos buenos contribuye al desarrollo de
cado. Así se crean los hábitos buenos. los conocimientos prácticos morales, pero las relaciones ínti-
mas interpersonales implican mucho más que el arte moral.
El valor de los hábitos buenos es triple. En primer lugar,
Citemos una vez más el conflicto de los adolescentes entre
eliminan la necesidad de hacer innumerables juicios morales.
el principio fijo de que hay que decir la verdad y las obliga-
Al ser habituales, una segunda naturaleza, y más o menos auto-
ciones que imponen la amistad y el amor, para comprender que
máticos, evitan que en muchas áreas debamos estar tomando
ni el conocimiento ni el hábito ni el saber práctico son plena-
decisiones continuamente. En segundo lugar, crean actitudes
mente adecuados para tomar una decisión. Lo que crea el con-
reconocibles. Muchos hábitos se refieren a las relaciones con
flicto es la preocupación por los demás. Como afirmábamos
los demás, y así desempeñan una función real en la conducta
anteriormente, la verdadera moral subordina las normas a
moral. Los hábitos de ser amables y corteses, por ejemplo, dan
las personas, es decir, implica todos los sentimientos apetiti-
forma y expresan las actitudes ante los demás. En tercer lugar,
vos, no cognoscitivos, que fluyen entre las personas. De ahí la
al eliminar preocupaciones de menor importancia y más peri-
importancia vital que tiene en la educación moral la formación
féricas, los hábitos hacen que el individuo se concentre libre-
de las actitudes hacia los demás.
mente en áreas morales más cruciales, en las que los juicios
deben ser conscientes, deliberados y comprometidos.

c) La disposición 4. La educación moral evolutiva

Por tanto, los hábitos buenos, aun siendo útiles e impor-


tantes, no constituyen el corazón de la moral. Los hábitos bue- Una vez que nos hemos ocupado del desarrollo del criterio
nos son valiosos precisamente porque constituyen una segunda moral en el niño, habremos de examinar ahora la educación
naturaleza. Pero por lo mismo son limitados, porque no están moral profundamente vinculada a aquél. Sería tan insensato
motivados por «la voluntad deliberada» de realizar la acción superar excesivamente la etapa evolutiva del niño como que-
«por sí misma» ni por la «disposición inmutable». Aristóteles darse muy por detrás de ella. Pero conviene recalcar tres fac-
afirma que las virtudes no son capacidades innatas de sentir tores a la hora de considerar, por último, los factores evoluti-
ni los mismos sentimientos. Son «estados de la mente en virtud vos de los principios que subyacen a la educación moral.
de los cuales estamos bien o mal dispuestos con respecto a los
sentimientos implicados» (o. c, II. 5). La moral no puede
a) Los conceptos
basarse en sentimientos transitorios y tal vez ambivalentes.
Su único fundamento sólido deben ser las actitudes personales
profundas e inmutables. El razonamiento moral, lo mismo que el religioso, no es
sino la aplicación de los procesos normales del raciocinio a un
Esta es, pues, la tercera preocupación vital de la educa- área particular de la vida. Por consiguiente, debe vincularse
ción moral. Los conocimientos morales son de vital impor- estrechamente a la etapa de desarrollo mental del niño y, en
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consecuencia, limitarse a ella. De ahí nace también la impor- ción moral deberá fomentarlo según el conocimiento, los hábi-
tancia del conocimiento no moral que hemos ejemplificado tos y las actitudes. Ilustrémoslo con el ejemplo de la mentira.
sirviéndonos de la ley de la causa y del efecto, y la conciencia Se requiere un gran desarrollo antes de que el niño logre
crucial de la motivación. El desarrollo conceptual debe consti- darse cuenta de que la mentira destruye la esencia misma de
tuir, pues, una preocupación constante de la educación moral. las relaciones personales. La meta última debe ser conseguir
que el sujeto respete a los demás para merecer su respeto.
Ilustrémoslo, en sentido negativo, partiendo del dogma Este desarrollo tiene su fundamento básico en el concepto de
tradicional del pecado original. Si lo interpretamos como pura persona, que el sujeto conseguirá ulteriormente y, por tanto,
creencia religiosa, carece de importancia para la conducta mo- en el concepto de cómo debe tratarse a los demás. Pero si,
ral en cuanto tal. Pero al creerse que se manifestaba en la con- como indicábamos anteriormente, la verdadera función de la
ducta moral, se ignoró el desarrollo normal del niño tanto religión en la esfera moral es motivar más que dictar la con-
como sus conceptos morales. Ya hemos comentado la enorme ducta, el concepto del valor de la persona puede convertirse
crueldad practicada con los chicos como consecuencia del dog- en el concepto del carácter sagrado de la persona.
ma rígido del pecado original. Al ignorarse el egocentrismo in-
fantil, se castigó a los niños por ser «egoístas», antes de que
desarrollasen los conceptos relativos a los demás, a sus preo- b) Las emociones
cupaciones, intereses y funciones individuales. Al ignorarse
que el niño no puede distinguir entre deseo y realidad, incapa- Desde un principio venimos insistiendo en el lugar clave
cidad que nace de su egocentrismo, se le castigó por «mentir», que ocupan en el criterio moral los factores apetitivos, no
cuando lo que hacía en realidad era imaginar. Nuestro aná- cognoscitivos. Entre éstos, los menos importantes no son las
lisis de la mentira demostró cuánto ha de desarrollarse el in- emociones instintivas. Cuando éstas no se controlan, pueden
dividuo hasta llegar a concebir la mentira como un engaño ofuscar a la razón, deformar la motivación, traicionar la me-
deliberado. También como consecuencia del pecado original, moria y, por supuesto, estimular una conducta precipitada e
se creyó necesario destruir la expresión de la voluntad perso- impulsiva. Pero todo pensamiento está matizado emocional-
nal del niño, en lugar de cimentar en ella la conciencia de la mente. Los conceptos derivan de la percepción. Las sensacio-
propia individualidad. nes nacen espontáneamente, pero las emociones se asocian con
la percepción de objetos y situaciones. De ahí deriva el proce-
Otro ejemplo positivo y crucial nos lo ofrece el concepto so natural por el que el hombre valora dicha experiencia y el
de persona. Hemos afirmado que toda la moral se centra en tono emocional de los conceptos mentales.
las relaciones interpersonales; que, por consiguiente, se preo-
cupa del yo, de los demás y de las relaciones interpersonales; Así, pues, la educación moral no está menos interesada por
y que, por tanto, el núcleo de la moral es el respeto a la perso- las emociones. En sentido negativo, es necesario controlar las
na. Desde la primera infancia se desarrolla en el niño la con- emociones que dañan la moral social aceptada, lo que puede
ciencia de la distinta identidad de los demás, y de esta forma conseguirse suprimiéndolas, especialmente en las primeras eta-
el sujeto desarrolla el concepto de persona. Pero mientras el pas del desarrollo, tomando conciencia más viva de las obliga-
sujeto no llegue a captar este concepto en cuanto tal, la educa- ciones para con los demás desarrollando el yo ideal y el atrae-
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tivo del respeto mutuo, creando buenos hábitos y sublimán- el desarrollo infantil. Sería mucho mejor centrar el aprendi-
dolos. zaje en los niveles superiores de reciprocidad —y en la regla
de oro universal—, porque así los niños desarrollarían antes
En sentido positivo, el'ideal de la educación moral debe
la conciencia de las relaciones mutuas con sus compañeros.
ser el desarrollo de emociones dignas tanto en relación al yo
como en relación a los demás. La educación moral se interesa Así, pues, la educación moral debe estar íntimamente vin-
también por los factores evolutivos, dada la vinculación exis- culada al desarrollo general del niño. Puede ser útil pensar
tente entre los conceptos y las emociones. Sólo cuando se en la «buena disposición» para la educación moral, para re-
desarrollan los conceptos pueden experimentarse emociones calcar que es vitalmente necesario que ésta se determine, en
apropiadas. cada etapa, por la capacidad y necesidades del niño. Una edu-
cación moral excesiva y demasiado temprana sería tan inefi-
caz, si no tan perjudicial, como otra insuficiente y demasiado
c) Las metas de la evolución tardía. El respeto a sí mismo y a los demás sólo puede apren-
derse dentro de los límites de la capacidad evolutiva del niño.
Toda educación moral debe fijarse unas metas evolutivas. Pero, supuesta la meta de la autonomía personal, el contenido
Es decir, es esencial que se oriente al futuro. Como su meta y la metodología del aprendizaje moral pueden modelarse a
es la autonomía personal, siempre debe tener presente este fin su luz.
al interesarse por el desarrollo de los conceptos morales, de
las emociones y de los conocimientos prácticos.
Cuando al niño se le sujeta mediante los controles de la
heteronomía, por ejemplo, la educación moral no puede ejer-
cer función alguna que no sea la de confinarle más en su pri-
sión. Es cierto que, mediante el proceso de reflexión, puede
intentar poner de manifiesto la necesidad de normas, mos-
trando, por ejemplo, que toda sociedad humana tiene una
sabiduría propia, es decir, unas normas para medir y guiar
la conducta de una persona en relación con las demás. Pero
la imposición de disciplina desde fuera tiene como fin el de-
sarrollo de la autodisciplina interior. De ahí nace, por ejemplo,
la necesidad constante de dar a los niños toda la responsabi-
lidad que puedan soportar, porque solamente así es posible
desarrollar el sentido de la responsabilidad y de la autodis-
ciplina.
Cuando el sentido de justicia comienza a desarrollarse con
la estricta reciprocidad, la concentración en la regla férrea del
«ojo por ojo, diente por diente» podría obstaculizar e impedir
íí
La educación
moral directa

1. El aprendizaje moral indirecto

Dado que la vida social está saturada de evaluaciones mo-


rales y que, por consiguiente, el aprendizaje moral no tiene
lugar en el vacío, es imposible trazar sus límites. Si cabe esta-
blecer una distinción general entre la educación moral directa
y la indirecta, esta última es con mucho la más poderosa y pre-
dominante. Como hemos observado, el potencial moral del
niño se hace realidad mediante procesos subconscientes; y en
todas las áreas principales de su experiencia operan las in-
fluencias indirectas.

a) La familia

La familia es el factor que más influye en el desarrollo


moral del niño. No se trata simplemente de que el niño pase
más parte de su vida en casa que en la escuela o con los ami-
gos. La familia es el lugar donde se hacen las primeras y más
duraderas identificaciones. Como hemos comprobado amplia-
208 La educación moral evolutiva La educación moral directa 209

mente, el niño recibe también en la familia la parte mayor b) La escuela


y más influyente de la heteronomía que configurará su desa-
rrollo moral. Esta educación moral directa será sistemática Comparada con la inmensa influencia moral de la fami-
y episódica. Es decir, algunas personas realizarán un proceso lia, la influencia de la escuela parece débil. Esta tiene menos
continuo y deliberado de educación; otras darán preceptos a oportunidades de influir en los chicos, porque éstos pasan
tenor de las circunstancias, insistiendo fundamentalmente menos tiempo en ella. Los valores de la familia pueden con-
en el «haz esto» y «no hagas aquello». También hemos con- tradecir los que la escuela pretende transmitir al niño. Ade-
siderado la amplia, pero vital, diferencia existente entre la dis- más, los profesores procedentes de la clase media pueden
ciplina física y la psicológica impuestas por los padres, cuyo intentar inculcar en los niños de la clase trabajadora un có-
fruto es, respectivamente, un código moral externo o interno. digo moral ajeno a ésta. Pero la escuela puede ofrecer una ex-
periencia social más amplia de las funciones de los adultos a
Sin embargo, más poderosos que la guía moral directa y
los niños que proceden de familias nucleares limitadas, y más
explícita son los supuestos tácitos de la familia, porque en
oportunidades para desarrollar más plenamente la persona-
ellos se forman los conceptos, y ante codo el concepto de per-
lidad individual a los niños procedentes de familias nume-
sona. La atmósfera psicológica de la familia, compuesta por
rosas.
las relaciones personales establecidas en su seno, da forma a
las actitudes hacia los demás. En la familia se interiorizarán
La educación moral explícita recibida en la escuela tam-
los valores morales predominantes, que reflejan su trasfondo
bién puede ser sistemática y episódica. En la escuela se afir-
socioeconómico. La familia forma la personalidad, influye en
man con frecuencia los valores morales dentro del contexto
el desarrollo emocional y configura los conceptos morales.
de las situaciones reales que origina la vida escolar. Es fre-
Sociabiliza al niño, transmitiendo las funciones de los adultos:
cuente que en clase se den preceptos a tenor de las circuns-
los esquemas de comportamiento que el niño representa pri-
tancias. Las respuestas citadas anteriormente atestiguan con
mero en sus juegos y que después reproduce en sí mismo. En
claridad la importancia de esta heteronomía recibida en la
particular, se aprenden las funciones de los sexos: los chicos
escuela. Su valor estriba en que se da en relación con situa-
mayores no lloran, las chicas mayores no se pelean, por ejem-
ciones concretas, no formulada en principios abstractos y le-
plo. Todo este aprendizaje moral tiene lugar dentro del contex-
janos. Pero el creciente abismo entre alumnos y profesores,
to del marco familiar. La típica familia nuclear de la clase me-
manifestado en las respuestas citadas anteriormente, podría
dia quizá desarrolle una moral más razonada, pero también
atribuirse a una heteronomía que sigue siendo autoritaria en
puede incluir ciertas tensiones debido a la intensidad de las
vez de tener como meta la autonomía a la que se orienta el
relaciones personales limitadas, entre madre e hijo, sobre todo.
progreso evolutivo. Este abismo indica el valor de la educa-
La familia numerosa, o incluso la familia extendida, más típi-
ción moral directa, basada en gran parte en el diálogo, que
ca de las clases trabajadoras, quizá imponga una disciplina
constituye en arbitro a la razón más que al profesor.
más física, pero ofrece una experiencia más amplia.
Indirectamente, un profesor en particular ejercerá inmensa
influencia moral. Al igual que los padres, será necesariamen-
te modelo y ejemplo. Como afirmaba el Newsom report, «los
210 La educación moral evolutiva La educación moral directa 211

profesores sólo pueden evitar influir en el desarrollo moral cuerpo sagrado de normas objetivas e inmutables cuya vio-
y espiritual de sus alumnos cerrando la escuela» (Half our fu- lación se castiga categóricamente, y un código razonado, que
ture, 53). Cuando el alumno se identifica con el profesor al se considera razonable y toma en consideración las personas,
que admira, éste puede convertirse en un poderoso factor de los motivos, las relaciones y el carácter personal de cada uno.
influencia beneficiosa. Pero todos los alumnos se dejan influir Este último concuerda con la meta de la autonomía personal
por su actitud hacia cada uno de ellos; por el sistema de jus- de la moral interna. El defecto del primero, con el que ya
ticia que impone en clase, que puede ser razonado, puramente estamos familiarizados, consiste en que estimula la moral ex-
heterónomo o simplemente impulsivo; por la justicia o injusti- terna del servilismo, de la hipocresía y del engaño. Si su san-
cia practicada con los miembros de su clase; por la integridad ción es el castigo físico, tiene otros dos defectos: el castigo
o indiferencia de su magisterio; y sobre todo por la relevación físico no sólo no enseña nada porque el niño no aprende mo-
existente entre lo que profesa y lo que practica. Además, es ralmente nada que desarrolle su conciencia, sino que también
casi imposible que un profesor no traicione alguna vez indirec- desarrolla el concepto moralmente tosco de la expiación. Como
tamente sus propios valores, cualquie a que sea la asignatura la falta se ha expiado, el alumno se considera limpio. No hay
que explique. También la forma de presentarla revelará, cons- sentimientos de culpabilidad, ni los habrá, en caso de que se
ciente o inconscientemente, si su meta es la aceptación auto- repita la falta. Sin embargo, como hemos visto repetidas ve-
ritaria de su enseñanza o la autonomía personal y razonada. ces, estos sentimientos de culpabilidad son esenciales para que
el niño desarrolle el control de sí mismo y una conciencia
Indirectamente, la escuela también puede ejercer gran in- autónoma.
fluencia moral. Cada escuela tiene su propio ethos o atmós-
fera, formado por las relaciones reinantes en la comunidad
escolar, en la que el director desempeña inevitablemente un c) La iglesia
papel fundamental. Están implicadas las relaciones entre los
profesores, entre los profesores y los alumnos y r ntre éstos Mientras que todos los niños están sometidos a la influen-
últimos, porque la moral se compone de estas relaciones per- cia de la familia y de la escuela, no todos lo están a la de la
sonales. No es difícil saber cuál es la prueba de fuego de di- iglesia. En seguida estudiaremos los defectos de la instruc-
cho ethos moral: las actitudes de los profesores hacia los alum- ción moral directa y tradicional tanto de las iglesias como de
nos, que los consideran como sujetos heterónomos o como la escuela. Ahora observaremos simplemente que la meta ex-
personas potencialmente autónomas; el sentido de responsa- plícita de algunas iglesias es la heteronomía. Otras pretenden
bilidad de los alumnos más mayores por los más jóvenes; el alcanzar la autonomía, aunque muy teñida de sentimientos
orgullo de los alumnos por su escuela, su tradición y su re- de culpabilidad negativos. La conciencia ideal no es ni un ti-
putación y la decisión de defender su buena fama y estima. rano implacable ni un indolente falto de voluntad. Lo mismo
La exhortación moral dada en la escuela o fuera de ella será que el padre ideal es altruista porque resta la autonomía de
poco provechosa si el ethos moral de la escuela la contradice. los demás, racional porque se abre a la razón y en consecuen-
cia a la crítica, pero firme porque ejerce un control cuando
El sistema de disciplina de la escuela ejercerá una influen- están en juego la integridad personal o los valores sociales.
cia indirecta similar. Distingamos en líneas generales entre un Cuando está motivada por el ideal cristiano básico del amor,
212 La educación moral evolutiva La educación moral directa 213

es positiva, promueve la simpatía humana y es benévola en de las «operaciones formales» los principios abstractos care-
sus juicios. cen de significado para el niño. Aun después de la adolescen-
cia, no todos los chicos tienen la madurez suficiente para com-
Como hemos visto, es casi imposible identificar la influen-
prender ideas abstractas. En cualquier caso, es muy discuti-
cia indirecta de la religión, que puede impregnar la cultura
ble que los principios morales abstractos puedan ser alguna
y las instituciones nacionales, ejercer diversa influencia en
vez un método eficaz para la educación moral.
las distintas regiones y constituir un trasfondo en los pa-
dres, lo mismo que en los adolescentes, que externamente no El mismo término «abstracto» indica que dichos princi-
tienen filiación religiosa alguna. Vimos anteriormente que la pios se «abstraen» de las experiencias morales de la humani-
religión era fuente de heteronomía y parte del esquema de dad. Derivan de innumerables situaciones morales, y de esta
vida familiar. Pero esto no significa que haya muerto el sen- forma constituyen el núcleo de la sabiduría moral. Pero el in-
timiento tradicional de que la religión promueve de alguna dividuo parte de su propia experiencia, de situaciones morales
manera la moral social e individual. La religión, que encon- específicas y concretas. Aunque pueda comprender ideas abs-
tramos tanto en los adultos como en los adolescentes, tiene tractas, todavía tiene que aplicarlas a las situaciones concretas,
importancia, aunque es difícil denifirla, por ser una de las mediante la reflexión o la experiencia. En particular, es di-
influencias morales indirectas que se ejercen sobre el niño. fícil aplicar los términos abstractos a lo concreto. «Honra-
dez» es una abstracción vaga, general e intangible. «Un chico
honrado» es algo mucho más significativo. Pero solamente
mediante su comportamiento en una gama de situaciones mo-
2. La educación moral tradicional rales se sabrá que un chico es honrado.

La instrucción moral directa y explícita formó parte de b) Su carácter deductivo


nuestra tradición nacional. Un breve análisis de sus principales
características —y la exposición de los defectos que deben El enfoque tradicional también fue deductivo más bien
evitarse— será útil para nuestro estudio de la educación di- que inductivo. La virtud proclamada se justificaba recurriendo
recta. a la autoridad sobrenatural y a las sanciones trascendentales.
Su aplicación debía deducirse de ella. Pero el individuo parte
del otro extremo. Aprende por su propia experiencia, y sobre
a) Su carácter abstracto todo, como hemos visto, mediante la disciplina psicológica,
que incluye la moral razonada. A partir de esta experiencia
La enseñanza moral se ha impartido tradicionalmente en obtenida en múltiples situaciones concretas puede formar
forma de principios abstractos. Son inevitablemente princi- conceptos y elaborar principios generales. Este es el proceso
pios generales, que prohiben un vicio («no darás falso testi- de inducción. El principio puede establecerse, pero solamente
monio») o proclaman una virtud («ama al prójimo»). Al es- formará parte del individuo a través de su propia experiencia.
clarecer las etapas del desarrollo conceptual, Piaget puso de
manifiesto que antes de la adolescencia y de la etapa madura Ilustremos el enfoque deductivo partiendo de la educación
214 La educación moral evolutiva La educación moral directa 215

religiosa tradicional. Se lee y se explica un pasaje bíblico de- ligiosa: en ofrecer personificaciones en forma histórica de
terminado. Después se intenta, muchas veces en vano, apli- virtudes abstractas; en el peor de los casos, consistía en enun-
carlo a la vida real de los chicos. De ahí la irrelevancia de gran ciar máximas puramente abstractas. Al chico se le ofrecían
parte de la enseñanza bíblica tradicional, que ignora los inte- ejemplos lejanos en el espacio, en el tiempo o en ambos. Pero
reses vitales, las preocupaciones y los problemas del sujeto. estos ejemplos tomados de la vida de un país lejano, de un
La inducción parte de estos últimos, se remonta a los princi- ambiente rural y de épocas antiguas parecen muy lejanos e
pios morales que subyacen a ellos y presenta la biblia como irrelevantes a sujetos que viven en una civilización urbana,
algo relevante para los sujetos. tecnológica y científica que da forma a una concepción del
mundo totalmente diferente.
Los problemas morales implican relaciones interpersona-
les y éstas implican en último término conceptos humanos. De Además, en este proceso educativo se daba por supuesta
esta forma, cuando se sigue plenamente el enfoque inductivo, la transferencia de la educación. Se suponía que lo que suce-
éste nos lleva en último término a conceptos religiosos. Pero dió en el camino de Jericó podía aplicarse automáticamente
a diferencia del enfoque deductivo, lo nace de una forma rele- al chico que camina por la calle mayor de su ciudad natal. Pero
vante y significativa. el darse cuenta explícita de la relación existente entre estos
dos puntos dependerá de la conciencia que se tenga de ella.
c) Su carácter pasivo El nexo sólo podría establecerse comparando los dos puntos
en situaciones concretas relacionadas con la propia experien-
cia de los niños.
En la educación moral tradicional el niño era también
en gran parte un sujeto pasivo. La educación consistía más en
que el maestro enseñase que en que el chico aprendiese. La d) Su carácter irracional
educación moral tradicional ha sido típicamente autoritaria,
porque tras ella no estaba tanto la sabiduría mor"! de la hu- La enseñanza tradicional apenas apelaba a la inteligencia.
manidad cuanto la autoridad y las sanciones divinas. Debía Su meta era inculcar una moral autoritaria más que razona-
aceptarse y obedecerse, y no discutirse ni razonarse. da. Era esencialmente dogmática y suponía que si se impo-
Con excesiva frecuencia el resultado fueron los verba- nía el dogma, tenían que producirse inevitablemente frutos
lismos morales, afines al verbalismo religioso, es decir, la morales. Indudablemente, el proceso acrítico de la sugestión
aceptación de definiciones meramente verbales carentes de favorecería el proceso.
todo nexo con la razón o con el significado. La repetición me- Hemos visto, sin embargo, que aunque la razón no es
cánica de las máximas morales o de los dogmas religiosos se todo el criterio moral, es un constituyente vital de todo apren-
asemeja a la recitación de la tabla de multiplicar. Pero los con- dizaje moral efectivo. También vimos la estrecha relación
ceptos significativos de «dualidad» o de «tríada» sólo proce- que existe entre la comprensión moral y el desarrollo concep-
den de la experiencia repetida. tual del chico, y —punto no menos importante— la conexión
En el mejor de los casos, la enseñanza moral pasiva con- lógica entre la razón y las emociones, que tanta influencia
sistía en ofrecer ejemplos tomados de la historia bíblica y re- tendrán en el comportamiento moral. Ignorar estos factores
216 La educación moral evolutiva La educación moral directa 217

vitales de la educación moral, es reducirla en el mejor de los cuada para la vida moral; de ahí la debilidad de los principios
casos al condicionamiento y en el peor al adoctrinamiento. generales. Estos no pueden seguir sin reflexionar, porque
en las complejas situaciones de la vida muchas veces están en
conflicto unos con otros. En efecto, la ciega adhesión a un
e) Su carácter negativo
único valor es moral y racionalmente inadecuada, porque igno-
ra todos los demás valores que no sólo podrían ser relevantes
Esta tradición autoritaria es por su misma naturaleza
en esa situación, sino que los exige realmente el criterio mo-
heterónoma, y la heteronomía tiende a ser típicamente nega-
ral superior de la preocupación por los demás.
tiva. Se ocupa primordialmente de las reglas negativas más que
de los principios positivos que activarían el buen comporta- De ahí nace la necesidad de una educación moral que en-
miento moral. Requiere y prefiere el palo a la zanahoria, seña a comparar y sopesar los distintos valores en las diver-
porque ésta da al pollino al menos alguna oportunidad de sas situaciones concretas; que, mediante la reflexión, desarro-
que obre de forma autónoma. Por consiguiente, la disciplina lle el juicio crítico más que la ciega adhesión a un código mo-
física es típica de este proceso educativo. ral, y que, en consecuencia, potencie tanto la discriminación
El resultado es que el niño está dominado por preceptos moral como la flexibilidad que constituye el sello de la madu-
fijos, generales y negativos, que subordinan las personas a las rez moral. En resumen, esta educación tiene como meta la
normas y eliminan la flexibilidad del criterio moral. El niño autonomía personal.
aprende al menos qué no debe hacer, pero el camino que con-
duce a la bondad positiva sigue siendo vago y nebuloso. Por
eso los sujetos estudiados citaban los diez mandamientos, es 3. ha educación moral directa
decir, normas que por su valor heterónomo siguen siendo ne-
gativas, externas, se refieren más al hacer que al ser y no se
interesan por la motivación interna. En cambio, nadie cita
el principio del amor sobre el que se basa toda la enseñanza Como hemos visto, gran parte de la educación moral se
de Jesús y que por su tcMl interés por la motivación va al imparte de forma muy indirecta. Sin embargo, en todas las
fondo de toda moral genuina. escuelas actuales observamos un interés creciente por la edu-
cación moral directa. Por supuesto, el término «moral» se li-
mita con frecuencia al área de las relaciones sexuales. La edu-
f) Su desconocimiento del conflicto cación en este tipo de relaciones personales tiene una impor-
tancia y un valor máximo; es lamentable que ni la educación
La debilidad más grave de la enseñanza moral tradicional ni la religión tradicionales se hayan interesado por las rela-
fue su total despreocupación por el meollo de la cuestión: el ciones más centrales de toda la vida humana. Pero, natu-
conflicto de los valores en situaciones morales concretas. La ralmente, la moral se interesa por todas las relaciones inter-
pregunta «¿qué debo hacer?» manifiesta claramente la im- personales dentro de la sociedad humana y lo que hoy sus-
potencia de la conciencia en dichas situaciones. cita el interés es precisamente la amplia confusión moral de
La adhesión ciega a cualquier valor es totalmente inade- nuestra época.
218 La educación moral evolutiva La educación moral directa 219

Conviene preguntarse el motivo del interés por la posibi- el mito poético, característico del antiguo lenguaje religioso,
lidad de la educación moral directa. No nos interesan sola- carece de significado para el mundo contemporáneo. Nuestro
mente las razones que lo originan, sino que también debemos mundo científico piensa en términos de causa v efecto, y sólo
estar seguros de que son correctos los motivos que subyacen se convence con pruebas. «¿Por qué?» y, en el plano moral,
a él, porque éstos influirán a su vez en la forma de estudiarlo. «¿por qué no debo hacerlo?» son las preguntas que se formu-
la el mundo moderno. Ya no es suficiente citar autoridades,
Recordemos, en primer lugar, el peligro que supone unir
divinas o humanas, o exponer leyes deductivas para justificar
la moral a la religión: si decae la fe religiosa, la moral unida
el comportamiento moral. El niño está condicionado inevi-
a ella perderá autoridad. He aquí el factor clave de la confu-
tablemente por es*a visión. Cuando el lenguaje, la ciencia y
sión moral contemporánea. La decadencia de las creencias
las formas conceptuales del mundo religioso no dicen relación
trascendentales debilitó el código moral asociado a ellas. Pero
al lenguaje, a la ciencia y a las formas conceptuales de su mun-
este código derivaba sólo en parte de la revelación religiosa
do real, se producirá el conflicto. Y no hay duda de cómo se
como tal. A él está asociado un gran bagaje de sabiduría
resolverá.
humana obtenida por la secular experiencia moral del hom-
bre. También esta sabiduría pierde su punto de apoyo. El niño, que vive en una sociedad moralmente pluralista
Igualmente, después de unos veinte años de educación y permisiva, con códigos morales variables, tampoco recibe
religiosa obligatoria en las escuelas oficiales se descubrió que ayuda de la experiencia. Es posible que estos códigos, en voz
era erróneo el presupuesto de que la educación religiosa era de desarrollar los conocimientos morales prácticos y la flexi-
fuente segura de valores morales. «La educación sin religión bilidad del criterio moral, alimenten la confusión. Cuando di-
produce diablos inteligentes», dijo abiertamente el Duque de ferentes autoridades predican o practican códigos diferentes
Wellington. La respuesta tradicional a la decadencia moral e incluso contradictorios, el resultado es la incertidumbre:
de los jóvenes fue la de ofrecer más religión; el remedio so- uno puede ser tan bueno como el otro.
berano consistía en administrar dosis más fuertes de la medi-
cina probada con éxito. El enfoque deductivo trascendental Pero, supuesto el origen social de la moral, la confusión
ya no es adecuado para la educación. Es esperanzadora la moral nace de la sociedad adulta. Tradicionalmente se supuso
revolución contemporánea habida en la educación religiosa, que los niños reciben en sus casas una educación moral efec-
por su apertura no dogmática, su interés centrado en el sujeto, tiva. Pero a veces tanto el padre como la madre salen a tra-
su carácter inductivo y su instrucción sobre los temas vitales, bajar y cada vez es más frecuente que dejen que sus hijos
que pone fin al aislamiento tradicional de la religión, que la hagan lo que se les antoje. En otros casos, la psicología vulga-
integra con otros aspectos del plan de estudios y sobre todo rizada ha debilitado la heteronomía paterna. Algunos padres
con la vida. Pero no todos están dispuestos a admitir la rela- bien intencionados temen que la disciplina impuesta a sus
ción de la educación moral con la religiosa; y además necesi- hijos produzca neurosis. El término «disciplina», cuyo signi-
ta bases más amplias. ficado se reduce progresivamente al de castigo físico —aspec-
to significativo—, se ha convertido en una palabra sospecho-
Por otra parte, todos los hombres comparten inevitable- sa, si no despreciable. Controlar los programas de televisión
mente la concepción del mundo de su tiempo. Por ejemplo, que ven los chicos se ha convertido en una «censura» dic-
220 La educación moral evolutiva La educación moral directa 221

tatorial. Algunos padres abdican tanto de su responsabilidad centrarse en las personas, no en las reglas o en los convencio-
convencidos de que su deber es marcharse de casa cuando sus nalismos sociales, y en las relaciones interpersonales. Del era
hijos adolescentes dan una fiesta o dejarles solos en casa cuan- basarse en la razón, no en el autoritarismo. Su preocupación
do se marchan de vacaciones. Los chicos deben tener «liber- general y su constante punto de referencia deberá ser la ex-
tad» de salir a cualquier hora con amigos desconocidos. Sin periencia moral del niño. Su método deberá ser el aprendiza-
embargo, estos padres se asombran cuando ven que sus hijos je moral, no la enseñanza moral.
han caído en manos de la justicia. Además, la moral dudosa,
si no hipócrita, de la sociedad adulta, que el idealismo de
blanco o negro de los jóvenes expone con tanta agudeza, de-
bilita más la autoridad moral. De esta manera el libertaje se 4. La experiencia
confunde con la libertad; a los jóvenes se les da más responsa-
bilidad de la que son capaces de asimilar en una etapa deter-
minada de su desarrollo; sobre todo, se les niega la imposición A este enfoque se le objeta, como es obvio, que la expe-
de principios firmes, imposición que inconscientemente necesi- riencia real del niño tiene un alcance muy limitado. Distingui-
tan, que fomenta la creatividad y que, al menos, pone de ma- remos, por consiguiente, diversos modos de experiencia y,
nifiesto el cuidado y la preocupación de los padres. en particular veremos cómo pueden contribuir a la educa-
ción moral.
En este trasfondo de confusión e incertidumbre morales
crece el interés por la educación moral directa. ¿Cuál debe ser
su finalidad? El libertinaje de la ausencia de normas, aunque a) Real
se le ponga una máscara de «libertad», no es una respuesta
adecuada. Tampoco lo es la heteronomía autoritaria, en una La experiencia real del niño constituye una base pri-
sociedad democrática y permisiva, por muy atractivo que re- mordial. Las situaciones morales surgen de su propio entorno
sulte el modelo militarista. El creciente énfasis en la educa- familiar —el hogar, la familia, los parientes, la escuela, los
ción, considerada como un valor en sí misma, aunque no se amigos, los anímales domésticos, los juegos— y afectan a sus
funde en una verdadera filosofía, tiene al menos el efecto de intereses y problemas. Estas situaciones, tanto reales como
desarrollar la duda, la discusión y la crítica —enemigas del ficticias, son concretas, realistas y tienen profunda relevancia.
autoritarismo— de los jóvenes. Tampoco la socionomía que Estas situaciones morales pueden utilizarse en cualquier
hace de la moral un tema de opinión pública es ya viable o edad. Al principio serán muy sencillas, expondrán un único
adecuada, y menos aún cuando la voz pública se expresa con problema moral, pero más adelante incluirán los motivos, re-
tantas voces opuestas. laciones, obligaciones y circunstancias.
La autonomía personal sigue siendo la única meta digna La experiencia real de los niños se extiende progresiva-
y viable de la educación moral directa. Aunque no todos la mente a los medios de comunicación. Los incidentes de la vida
alcanzarán, debe dar forma al enfoque, contenido y métodos diaria que aparecen en periódicos y revistas, los relatos de
de dicha educación. Su preocupación predominante deberá ficción y los dramas del cine y la televisión, y los anuncios
•222 La educación moral evolutiva La educación moral directa 223

publicitarios pueden ofrecer un material útil para la educación terminada. Una vez que los niños se han familiarizado con
moral. este método, pueden idear situaciones por sí mismos.
A la representación dramática de estas situaciones mora-
les sigue el diálogo. Este no es sino la aplicación de la razón
b) Imaginaria
a los problemas suscitados, principalmente a los motivos,
actitudes y valores. Mediante dichas situaciones, se amplía la
En clase la experiencia real de los niños puede ampliarse experiencia, y mediante el diálogo se obtiene mayor com-
constantemente mediante la experiencia imaginaria, por prensión.
ejemplo, con películas, imágenes, objetos de los museos etc.
También éstos son medios útiles para la educación moral. A lo largo del tiempo se utilizaron muchos tipos diversos
Así, ante un grupo de chicos de catorce años se proyectó una de relatos para ampliar la experiencia recurriendo a la ima-
película sobre niños epilépticos, a la que siguió esta pregunta: ginación, tanto en el nivel moral como en el religioso. Hasta
«¿Debemos permitir que sigan viviendo niños como éstos?» los cuentos de hadas de los niños más pequeños tienen un
La necesidad de responder a la pregunta levantó vivas polé- esquema y un contenido morales. Los cuentos populares fue-
micas. ron vehículo universal para transmitir las verdades acepta-
das. Las parábolas de Jesús, situaciones imaginarias conce-
Lo que se ve causa mayor impacto que lo que se oye: bidas con brillantez, exponían los problemas que estaban en
«Una imagen vale más que mil palabras», como dice el re- juego y dejaban que el auditorio tomase una decisión propia.
frán. Esto no sólo es cierto aplicado a los medios visuales. Es Los relatos de los sufíes, los místicos del islán, pueden inter-
uno de los muchos valores del drama, poderoso vehículo de pretarse en profundidad a diferentes niveles. Las fábulas, al
educación moral. Se usó como tal desde muy antiguo, por presentar ideas morales sencillas sirviéndose de animales,
ejemplo, en la tragedia griega y en las representaciones tea- ejercen gran atracción sobre las personas sencillas, mientras
trales moralizantes medievales. El drama puede llevar a la que los proverbios sintetizan las sabiduría moral acumulada
escuela variadas situaciones morales que superan ampliamente por un pueblo. Todos estos tipos de relatos constituyen un
los límites de su propias preocupaciones. Puede reconstruir material precioso para la educación moral.
situaciones pasadas o lejanas. Puede plantear situaciones que
surjan de actividades hogareñas extraacadémicas, de la comu-
nidad local, etc. En particular, tomar parte en la representa- c) Ampliada
ción de un drama es una forma excelente de exponer proble-
mas de relaciones personales. La conciencia y comprensión morales se potencian am-
pliando deliberadamente la experiencia. Los métodos dispo-
Los caracteres implicados en dichas situaciones pueden
nibles son dos: hacer que los chicos experimenten situaciones
representar un simple conflicto entre lo bueno y lo malo,
morales fuera de la escuela y llevar éstas a la clase.
entre la virtud y el vicio. Pueden presentar actitudes diferen-
tes ante la misma situación, y ampliar así la comprensión. Las visitas organizadas a instituciones y ambientes extre-
Pueden presentar el conflicto de valores en una situación de- académicos permiten a los chicos introducirse en situaciones
La educación moral directa 225
224 La educación moral evolutiva
Su alcance puede ampliarse ilimitadamente mediante la ex-
totalmente desconocidas para ellos. Por ejemplo, si, como
periencia imaginada y extendida.
hemos visto, la sociedad humana es necesaria para el bienes-
tar y la felicidad individuales, la soledad será fuente de gran- El centro de dicha educación es la situación moral. La
des sufrimientos y desgracias; muchos ancianos se sienten educación moral directa une los valores, que son por natu-
trágicamente solos. Las visitas a los ancianos dan a los ni- raleza abstractos y generales, con las acciones, que son por
ños conciencia de problemas morales que ellos desconocen, naturaleza concretas y específicas. En efecto, los valores mo-
y también les ofrecen la oportunidad de prestar su ayuda. rales carecen de significado o relevancia a no ser dentro de
El mismo efecto tienen las visitas a centros infantiles. Los la vida real. A fin de cuentas, el carácter moral se desarrolla
adolescentes más mayores necesitan tomar conciencia de pro- mediante la conducta real. La heteronomía expone principios
blemas morales más amplios que los suyos propios, para que generales de conducta que deberán aplicarse deductivamente.
los comprendan mejor y se preocupen activamente por ellos. Los niños sólo aprenden la aplicación de estos principios ge-
Las visitas a las fábricas no tienen como única finalidad fa- nerales mediante la experiencia de situaciones reales y rele-
cilitar la elección de un posible puesto de trabajo. Como fre- vantes. El proceso inductivo es muy valioso, porque parte de
cuentemente pone de manifiesto la intranquilidad industrial, la experiencia, y elabora principios generales partiendo del
en la vida económica están vitalmente implicadas las rela- análisis de acciones morales específicas. Ambos procesos están
ciones personales. implicados en la educación moral del niño; uno refuerza al
otro.
Alternativamente, la experiencia moral puede ampliarse
llevando a la escuela personas de diferentes clases sociales, Las fuentes de estas situaciones morales son muchas y va-
que aporten sus propias experiencias. Cada uno tiene una riadas, y superan ampliamente los límites de la experiencia
función en la sociedad, y toda función, por humilde que sea, y de la vida real. El folklore y las leyendas, las fábulas y los
suscita problemas de moral social. La comprensión de los valo- proverbios, las parábolas y las alegorías, el teatro y el cine,
res, las actitudes y las motivaciones de los diversos puestos los periódicos y las revistas, la televisión y los anuncios publi-
de trabajo y de las profesiones amplían la comprensión mo- citarios pueden utilizarse como vehículos de aprendizaje mo-
ral. Al ofrecer la oportunidad de dialogar de forma realista, ral. Su finalidad es crear una situación moral, provocar un
esta experiencia ampliada explora y contrasta los valores diálogo que verse sobre motivos, actitudes y valores, y que,
morales en su marco social. en último término, haga que se tome una decisión.
La meta de la educación moral directa no es simplemente
ampliar el conocimiento moral. Es cierto que pretende ofrecer
experiencia práctica de las situaciones por la que el niño
5. Las situaciones morales puede aprender los principios y valores básicos implicados en
la vida comunitaria; pero se preocupa de la intuición y de la
imaginación tanto como de la comprensión, de la emoción
Por consiguiente, en la educación moral directa no nos tanto como de la razón. Además, dicha experiencia implica la
limitamos a la reducida gama de la experiencia real del niño. configuración de actitudes y el desarrollo de los conocimien-
226 La educación moral evolutiva

tos morales prácticos. Lo que motiva la acción no es única-


mente la razón. Los conceptos morales implican tanto a la ra- 12
zón como a la emoción, y las actitudes morales son expresión
del yo. El núcleo de la moral es la atención y la preocupa- La infancia
ción por los demás; por eso, los temas básicos de toda educa-
ción moral son el yo, los demás y las relaciones entre aquél y
éstos.

1. El aprendizaje evolutivo

Hemos descrito el desarrollo del criterio moral del niño


y del adolescente según cuatro etapas. Estas, sin embargo, no
son períodos del desarrollo que se dejan atrás en el camino,
sino que siguen operantes como niveles de criterio. Además, el
desarrollo de los distintos individuos no se realiza al mismo
ritmo, y sus criterios, inevitablemente influenciados por los
factores variables más importantes, también varían de un
área a otra.

'i De esto se colige que sería erróneo indicar qué material


concreto debe utilizarse en la educación moral directa de
cada grupo específico de edad. Conviene tener presentes las
amplias etapas por las que atraviesa el desarrollo, de forma
que se siga un esquema general del aprendizaje evolutivo.
Hay que distinguir los tres períodos generales del desa-
rrollo y averiguar qué tipo de material es apropiado para
cada uno de ellos.

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