Ensayo de 1a Tesalonicenses

Las cartas del nuevo testamento se le atribuyen al apóstol Pablo, la primera con
una gran seguridad se afirma que fue escrita por él y la segunda con cierta división
de pensamientos y opiniones sobre el autor, pero así mismo atribuyéndosela a
Pablo.
La primera carta escrita por Pablo en compañía de Silvano y Timoteo por esta
razón es que en las cartas se habla en primera persona plural o sea nosotros,
escrita en el año 51 D.C., esta carta habla principalmente de la fe que acogieron
los tesalonicenses y que han practicado con mucha entrega, habla de un trabajo
hecho por Pablo de formar una iglesia de amor y trabajo, aconseja seguir una vida
que agrada al Señor.
Estas cartas dirigidas a la iglesia de Tesalónica, la cual fue organizada en el
segundo viaje misionero de Pablo, fue la primera de las epístolas de Pablo. Fue
escrita desde Corintios en el año 51 D.C. escrita con un método literario llamado
epistolario y la segunda se estima que fue escrita no mucho después ya que se
dice que fue escrita por Pablo y los mismos colaboradores. Pablo estaba
satisfecho con la vitalidad de la iglesia, la cual está formada por convertidos de
diferentes orígenes.
La primera carta tiene el mérito de ser el primer escrito del Nuevo Testamento, ya
que fue escrita antes que los evangelios. En ellas se les induce, se les guía en la
fe y enseña sobre ética y doctrina, ya que estas cartas fueron dirigidas a
poblaciones que estaban pasando por un mal momento de su fe.
Estas cartas son inspiradas por el Espíritu Santo y forman parte de la revelación
divina, y así mismo al ser divino se debe hacer oración y pedir ayuda para poder
entender y de igual modo conocer el fondo de todos los escritos divinos. Es decir,
son Palabra de Dios y por medio de ellas Dios mismo se da a conocer. Pablo es
una herramienta en esta comunicación divina, pero al mismo tiempo las cartas nos
permiten percibir al autor humano.
El motivo de 1ª Tesalonicenses fue la visita de Timoteo a quien Pablo había
enviado a Tesalónica desde Atenas, el buen informe de Timoteo en cuanto al
amor y a la fe de los tesalonicenses y su tierno interés por el apóstol, instó a Pablo
a escribirles esta carta íntima y conmovedora donde los elogia por su constancia,
les recuerda las verdades que les ha enseñado y aclara ciertas cuestiones sobre
la venida del Señor.