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UNCUYO
DOCUMENTOS DE CÁTEDRA PARA ESTUDIO. LITERATURA GRIEGA.
Contenido
GÉNEROS LITERARIOS
Los géneros literarios que consideraremos son el género épico (ÉPICA), el género lírico (LÍRICA) y el
género dramático (DRAMÁTICA).
Poesía y prosa
La gran división, también cronológica, en relación con los géneros es también la diferencia entre poesía y
prosa.
Desde sus orígenes –en la última etapa de la Época Arcaica– la prosa es instrumento de composición de
discursos especializados o técnicos que también pueden considerarse géneros: el discurso filosófico (Platón), el
discurso histórico (Heródoto, Tucídides), el científico (corpus de escritos atribuidos a Hipócrates) y, ya en época
helenística, el ensayo y la novela. 2
La poesía, en la época en que no existe todavía la prosa, puede ser en líneas generales épica o lírica. Está
compuesta en versos.
1. Bajo el nombre de épica suele incluirse la poesía en hexámetros, tanto poemas narrativos extensos
(Ilíada, Odisea) como didáctico-morales con pasajes narrativos (Teogonía, Trabajos y Días).
2. La poesía lírica, por su parte, suele clasificarse:
a) según el metro en que está compuesta en:
(poesía elegíaca: compuesta en dísticos elegíacos (dos versos: un hexámetro y un pentámetro)
poesía yámbica (compuesta en yambos)
b) según el sujeto y modo de ejecución
coral: cantada por un coro (generalmente con acompañamiento de danza)
monódica: cantada por un solo intérprete
Sin embargo, la poesía elegíaca y la yámbica también son monodias en el sentido de que su ejecución
(verbal) la realizaba una sola persona y posiblemente hayan sido cantadas en alguna ocasión, aunque
predominara la ejecución recitativa.
3. Por último, la poesía puede ser dramática, o sea, que representa la acción (drama) a través del
enfrentamiento (agón) de algunos personajes entre sí o de alguno con el coro. Esta poesía dramática, que es
yámbica en las partes recitadas y de metros variados en las partes cantadas y danzadas por el coro, se clasifica
por su contenido, personajes, lenguaje, vestimenta (y también por el desenlace, según se acepta a partir de
Aristóteles) en:
a. tragedia y
1
Existe también el drama satírico, que se incluye en los concursos dramáticos a partir del 500 a.C. Cada autor trágico que presenta
tres tragedias y un drama satírico en las Fiestas Dionisíacas de Atenas.
2
En López Férez, J. A. (ed.) (2000) Historia de la literatura griega. Madrid: Cátedra.
ÉPICA.
Al estudiar el género épico conviene no perder de vista tres consideraciones:
1) la poesía épica (homérica) integra una tradición occidental de épica literaria que incluye a Apolonio de Rodas
(Argonáuticas), Virgilio (Eneida) y llega al Renacimiento y más allá;
2) la poesía homérica ejemplifica un tipo de narrativa oral tradicional que se encuentra en todo el mundo,
independientemente del contacto entre las culturas en que se ha originado cada una;
3) la poesía épica puede definirse en contraposición con otras formas de poesía arcaica. Esta última nos será útil
en este curso.
No sabemos cuándo comenzaron los griegos a cantar los poemas épicos porque la Ilíada y la Odisea
derivan de una tradición oral que se remonta a la Edad de Bronce (Época Micénica). Debido a que los hombres
de ese tiempo no escribieron sus poemas (época de la escritura silábica conocida como “lineal B”), es posible
conjeturar que tenían
1. cantos acerca de antiguos reyes notables, cantos que diferenciaban claramente de los
2. cantos propios del culto (rituales) o de los
3. cantos compuestos como elogios dedicados a hombres vivos.
Se acepta en general que la Época Oscura (siglos XII-VIII a.C.) fue crucial para el desarrollo de los temas y
el estilo que reconocemos en los poemas homéricos.
En el siglo VIII la versión jonia (costa oriental del Mar Egeo) de este antiguo arte se impuso a los demás
4
estilos como el mejor modo de cantar las hazañas de los héroes y los dioses. Este estilo que enlaza características
formales (uso de determinado metro y de un determinado dialecto con ciertos esquemas narrativos) fue
aceptado como un género distinto. El público entonces podía esperarse que una cierta clase de cantores (aedos)
presentaran ciertos temas sin importar de dónde fueran originarios o dónde ejecutaran su canto.
Al principio, parece que el género épico no tuvo un nombre, aunque eventualmente fue llamado épica.
Cuando la tradición crítica occidental fue fundada por Platón y Aristóteles, la poesía homérica era llamada
“epopeya” (ἐποποιία) con el significado de “composición en verso” o “composición en hexámetro”. Más adelante
consideraremos la relación entre épica y tragedia, que Aristóteles establece en su Poética. Ahora relacionaremos
la épica con otras clases de poemas de la misma época. Para ello tendremos en cuenta:
1) el contexto del canto, en qué ocasión se presenta ante el público
2) su forma
3) su contenido, es decir los temas de que habla
4) la relación entre el poeta y la audiencia
Como en cualquier sociedad compleja, la Grecia arcaica reconocía solo ciertas clases de discursos, ritmos,
melodías como apropiados para determinadas ocasiones. De allí que particulares contextos generaran sus
correspondientes tipos de canto, en cuya definición participaban no solo criterios estéticos sino también sociales
y religiosos. En Homero encontramos referencias a esas variedades de cantos.
La mayoría de esos cantos están ligados a un ritual particular que convoca a la comunidad: himeneo
(ὑμέναιος), para le celebración de bodas (Il. XVIII, 193; treno (θρῆνος), para los funerales (Il. XXIV, 721)); lino
(λίνος), para el tiempo de cosecha (Il. XVIII, 570).
La ejecución (performance) épica, en cambio, no estaba limitada a una ocasión particular. Los poemas
sugieren que se presentaban en banquetes (Od. VIII, 99; IX, 2-11; XIII, 7-10) pero otra evidencia indica que
también se presentaba el poema épico en el ágora de la polis y en certámenes celebrados en conexión con
funerales y en fiestas religiosas.
ACTIVIDAD
Extraer de la Odisea (cantos I y VIII, en que intervienen Femio y Demódoco respectivamente) las citas que
demuestran la valoración que Homero manifiesta acerca de su propia profesión (él también es un aedo).
ÉPICA HOMÉRICA
Además de las características mencionadas antes para distinguir la poesía épica de otras formas de poesía
(lírica y dramática), señalaremos algunos rasgos de estilo reconocible en la poesía arcaica en general y otros
propios de la poesía épica en especial.
Ahora señalaremos los siguientes rasgos que a partir de los estudios de Milman Parry se reconocen en el
género épico:
Estilo paratáctico: procede por acumulación de detalles, unidos por enumeración (con o sin nexos
de unión)
Composición en escenas típicas
Uso de lenguaje formulario
Extensos símiles
Composición en anillo: un ejemplo en los relatos de Odiseo a los feacios (cantos IX-XII):
o Libro IX: Troya. Cicones
3
La musicalidad era inherente al idioma griego no solo en poesía, con su combinación de sílabas breves y largas y el ascenso
y descenso de la voz en relación con esa misma cualidad. Para nosotros, la musicalidad se reconoce especialmente en la
poesía y está asociada sobre todo al ritmo que genera la intensidad con que se pronuncian ciertas sílabas según la ubicación
del acento.
El peor destino que puede acontecer a un hombre en Homero es morir akleés [privado de fama], sin dejar
la historia que podría preservar su memoria en una comunidad de hombres. La literatura se inicia con el género
épico y con el deseo de vencer a la muerte mediante la memoria: el recuerdo de lo que merece ser recordado.
A fines del siglo VIII a C. los griegos habían desarrollado una escritura alfabética mucho más apropiada
para su propio lenguaje (que el silabario micénico). Sin embargo, a causa de los siglos de cultura oral precedente
y de la limitada tecnología de la escritura, la palabra hablada o cantada, continuó ocupando un lugar privilegiado.
La actuación oral conduce al público a una respuesta total, física y emocional, así como intelectual. La
poesía recitada y/o cantada en tales circunstancias implica una relación intensamente personal entre poeta y
público. El resumen que Odiseo hace de sus aventuras a Penélope tras su reunión en Odisea XXIII es un episodio
del mismo tipo. El auténtico poder de la poesía para mover las emociones la transforma tanto en un peligro como
en una bendición. Una imagen de esa peligrosa fascinación es el canto de las sirenas.
Tres condiciones se cumplen en la poesía homérica para incluirla en la poesía oral:
1) oralidad de la composición
2) oralidad de la comunicación (performance): emisor y destinatario comparten la corporeidad y emotividad
de su presencia en un tiempo y espacio determinados y comunes, y un grado similar de realidad y concreción
3) oralidad de la transmisión (tradición confiada a la memoria)
La idea de que Homero fue un aedo, poeta que compuso oralmente dentro de una tradición de lenguaje
formulario es una de los conceptos fundamentales del siglo XX.
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El carácter oral de la poesía homérica fue puesto de relieve por Milman Parry y es indispensable
requisito para entender los poemas de Homero. Implica que el poeta o los poetas que compusieron la Ilíada y la
Odisea y los primeros oyentes o las originarias audiencias de los poemas eran iletrados, no utilizaron la escritura.
Homero hizo uso de un acervo de fórmulas que se habían ido formando a lo largo de los siglos, por la labor de los
aedos o poetas que componían y cantaban esos poemas épicos. Las fórmulas son frases o miembros de frases
que se repiten adaptados al hexámetro, encajan con otras similares y son parte de un grupo de frases
parecidas, aunque provistas de un significado totalmente distinto (una fórmula no puede ser sustituida por otra
cualquiera en un lugar determinado del verso, sin que cambie con ello el sentido expresado). Un ejemplo, las
fórmulas “de caracterización de personajes” compuestas por dos epítetos y un nombre propio: “el divino Aquiles
que con sus pies socorre” y “el divino Odiseo muy sufrido”.
ACTIVIDAD SUGERIDA
Reconocer tres epítetos en los primeros versos de la Odisea:
Háblame. Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo
peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en
su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta
de sus compañeros a la patria. Ni aun así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias
locuras. ¡Insensatos! Comiéronse las vacas del Sol, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el día del
regreso. ¡Oh diosa, hija de Zeus, cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas!
Se considera que una sílaba es larga (de mayor duración en el tiempo de pronunciación):
a) por naturaleza: contiene una vocal larga ο un diptongo: Μοῦσα /Musa/
b) por posición: contiene una vocal breve seguida de dos o más consonantes ἔννεπε
En las lenguas occidentales modernas, para reproducir la diferencia de cantidad se pronuncian las sílabas largas
como si llevaran un acento de intensidad y breves como si fueran átonas.
El poeta oral aprende de oído a combinar expresión y contenido de su poesía: cada nombre tiene su
epíteto según el caso gramatical, su lugar en el verso y la combinación con otros elementos de la frase. Algunas
de esas expresiones fijas alcanzan la dimensión de un verso entero o parte de un verso y pueden emplearse sin
más:
• el amanecer,
• la puesta de sol,
• la invocación a Atenea, Zeus y Apolo
Mientras Milman Parry investigaba los epítetos, las fórmulas y lo que él llamaba “temas” (su muerte
temprana truncó esa investigación, que fue continuada por su colaborador Andrew Lord), un estudioso alemán
(Arend) centraba su atención en otro fenómeno semejante: la existencia de lo que él llamó “escenas típicas”
(equivalentes a los “temas” de Parry). Notó que ciertas acciones o acontecimientos son presentados
mediante las mismas expresiones en un orden constante:
a. lavarse y untarse el cuerpo con aceites perfumados, 7
b. saciar la sed y el apetito,
c. el salto a tierra de un guerrero desde su carro,
d. la ruidosa caída de un guerrero en combate,
e. el paseo de un hombre con sus perros,
f. acomodar al huésped haciéndole tomar asiento (brindar hospitalidad a un recién llegado),
En la Odisea ocurre nueve veces con secuencias de acciones que giran alrededor del banquete que
se ofrece al huésped: Od. I, vv. 113-143; III, vv. 34-67; IV, vv. 22-68; VI, vv. 206-250; VII, vv. 139-
184; X, vv. 311-313; XIV, 29-111; XV, vv. 132-143; XVII, vv. 85-99). En cinco ocasiones se menciona
la acción de bañarse: Od. III, IV, V, VI y X)
Abluciones: “una sierva llegó con un jarro de oro, en sus manos el agua vertió sobre fuente
de plata” (Od. I, vv. 136-138; IV, vv. 52-54; VII, vv. 172-174; X, vv. 368-370; XV, vv. 135-137; XVII,
vv. 91-93)
Preparativos del servicio: “y le puso delante una mesa pulida” (Od. I, v. 138; IV, v. 54; VII,
v. 174; X, v. 370; XV, v. 137; XVII, v. 93).
Ofrecimiento de pan: “la honrada despensera, trayéndole el pan, colocolo a su lado y otros
muchos manjares sirvió que en reserva tenía” (Od. .
Consumo de los alimentos
g. el armamento de un guerrero,
h. la estabulación de un caballo o su salida del pesebre,
i. botar o varar un barco,
j. celebración de un sacrificio o de una fiesta.
k. funerales,
l. asambleas,
m. juramentos,
n. viajes,
o. deliberaciones,
El poeta oral adapta todo ese material a su temática, a su repertorio, juega a su gusto con las frases hechas
y revela su capacidad combinando todo con mayor o menor pericia o sensibilidad.
Al mismo tiempo, las fórmulas preexistentes le sirven para crear otras nuevas sin salirse de la pauta que
marcan las antiguas. De este modo, memorizando e improvisando, el aedo canta un cantar que antes ha oído y a
la vez un cantar nuevo. Por consiguiente, todo aedo es conservador de una tradición e innovador a un tiempo en
una larga y secular cadena. El mejor de todos los aedos fue Homero, que superó a sus predecesores. Marca
el momento culminante del desarrollo del género épico, no sus inicios.
ACTIVIDAD SUGERIDA
Extraiga un ejemplo de cada una de las escenas típicas que son reconocibles en la Odisea (puede basarse en el
modo de ejemplificar los preparativos para agasajar a un huésped como se ha presentado en este documento).
HOMERO4
EL POETA Y SU LEYENDA
La Antigüedad creyó en la existencia de Homero. Nada se sabe sobre este autor, que no aparece en su obra
excepto en la forma de pronombre personal y nada dice sobre sí mismo. Este silencio se explica sin duda, como
lo han señalado muy bien Griffith y Burkert, por la ausencia de toda referencia a un auditorio preciso o a las
circunstancias particulares de la performance, porque los poemas estaban probablemente destinados a ser
representados en todas partes. La primera mención al nombre de Homero se remonta a mediados del siglo VII
a.C. (por parte de Calino) y en el último tercio del siglo VI con Jenófanes, Heráclito y Simónides. Coincide con la
aparición de un nuevo interés por la creación poética y la personalidad del autor. Se habría inventado un autor –
Homero– en el origen de poemas épicos conservados en forma anónima. Sin embargo, existen numerosas
biografías antiguas del poeta escritas en los siglos posteriores a la época supuesta de su existencia. 8
LAS BIOGRAFÍAS DE HOMERO
El origen de las biografías se remonta sin duda a los rapsodas que en sus recitaciones “cosían” y unían versos de
los cuales no eran autores. Más precisamente habrían sido los “Homéridas”, un gremio de rapsodas establecidos
en Quíos que pretendían descender de Homero y era especialistas en la recitación de poemas épicos. Atribuirse
un antepasado ilustre no era un fenómeno raro en un gremio: los médicos de Cos remontaban su origen a
Asclepio. Si se tienen en cuenta estas consideraciones, es vano leer las Vidas o las alusiones a la biografía de
Homero que se encuentran en los epigramas o en las obras de diversos autores tratando de separar el grano de
la paja. Conviene más interesarse en la construcción o la invención de Homero por sus mismas contradicciones,
muestra de la recepción de los poemas homéricos.
Sin embargo, el episodio más célebre de su biografía, el certamen en que se enfrenta con Hesíodo durante los
juegos fúnebres de Anfidamante de Calcis (730 a.C.), no proviene de los poemas homéricos. Este episodio remite
a los versos 650-657 de Trabajos y Días donde Hesíodo cuenta que ha resultado vencedor en un certamen
organizado en Calcis, una polis de la isla de Eubea.
LOS NOMBRES DE HOMERO
El nombre mismo “Homero” que aparece en todas las Vidas y en los testimonios más antiguos es problemático.
Nadie lleva ese nombre antes de la época helenística. Es claro que, para los autores de las Vidas, se trata de un
nombre parlante, que le fue atribuido por razones etimológicas. A continuación, ofrecemos algunas de esas
etimologías:
4 Este apartado sobre Homero y la poesía épica es complementario del capítulo “Homero”, de J. López Eire, incluido como
lectura obligatoria en este curso.
SU GENEALOGÍA
Los antiguos hicieron también al poeta hijo de sus obras y le dieron por padre a Telémaco, hijo de Ulises, o por
padre adoptivo a Femio, el aedo de Ítaca, y por madre a la hija de Néstor, Polycasta, que aparecía una vez en la
Odisea. También crearon una genealogía que lo asocia con Hesíodo y con otros famosos poetas míticos (tiene por
padre a Thamyras que se menciona en el canto II de la Ilíada y cuenta entre sus ancestros a Orfeo, Museo y Lino.
El “divino Homero” también tiene por padre a un dios que permanece anónimo o se confunde con Apolo, y por
madre a una ninfa o a la Musa Calíope.
LA PATRIA DE HOMERO
“Prácticamente todas las ciudades y sus habitantes reivindican el nacimiento de Homero” (Certamen). Por esto a
Homero se lo llama “hombre de muchas ciudades” (polypatris), “ciudadano del mundo” (kosmopolytes). Cinco
ciudades (Quíos, Esmirna, Colofón, Kyme, Ios) están en todas las listas de patrias de Homero que ofrecen las
Vidas. La lista se enriqueció hasta llegar a veinte en la enciclopedia conocida como Suda. Esto refleja la extensión 9
del helenismo a partir de las conquistas de Alejandro y, más tarde, por el Imperio Romano (de donde proviene la
leyenda de un Homero egipcio, después uno romano e incluso uno babilonio) y explica por qué figuran entre las
patrias de Homero los centros culturales del helenismo como Salamina de Chipre (en el siglo IV a.C.) y también
Atenas.
ODISEA
En Grecia todo comienza con la epopeya, todo se inaugura con
ella y permanecerá durante siglos bajo el signo de Homero. La Odisea
es un relato de viaje, tendido en su totalidad hacia el regreso, ansioso
por cerrarse.
A diferencia del Ulises de Dante, impulsado por su deseo de
conocer el mundo, el de Homero es fundamentalmente un viajero a
disgusto. Tampoco podría murmurar para sí lo que le sugiere el poeta
K. Kavafis. Excepcionales son las oportunidades en que expresa su
deseo de ver o saber: en la morada del Cíclope, con las Sirenas.
El hecho de que Odiseo se acuerde [referencia a los
compañeros que lo instan a recordar la patria cuando está con Circe]
no significa que haga un culto del pasado ni que se complazca en la
rememoración. Pretende conservar la memoria de lo que es, y en
primer lugar de su nombre. Recobrará finalmente la identidad y antes que nada su nombre (“Nadie” podrá volver
a ser “Ulises”) [Ver poema de Borges sobre el canto XXIII)
ESTRUCTURA DE LA ODISEA
El hecho de estructurar, darle forma al material permite al autor manejar o controlar ese material, y a la
audiencia le facilita la aprehensión del mismo.
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ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Reconocer (en caso de que haya narración en el fragmento): qué clase de narrador es, quién es el narratario, si
incluye una prolepsis o una analepsis, qué relación tiene lo narrado con el tema de la Odisea (recordar que el
tema de la Odisea es el regreso (nostos) de Odiseo a Ítaca tras años de ausencia, terminada la guerra de Troya). Si
el fragmento reproduce el discurso de un personaje, indicar quién habla, a quién le habla, sobre qué está
hablando.
2. Subrayar e identificar los recursos propios de la composición oral de la épica homérica: epítetos
(especialmente los que se refieren a Odiseo), escenas típicas, otras fórmulas, símiles (el símil homérico es
característico de la epopeya).
3. Reescribir el fragmento n° 8 como si lo contara el narrador primario/extradiegético. Observar qué debería
cambiar en la versión y qué podría permanecer igual.
4. Después de leer la Odisea, comentar el poema de Borges a la luz del poema homérico.
5. ¿Con qué otro texto (o textos) del programa de este año podría relacionar el poema Ítaca de Kavafis? ¿Por qué
se relacionan?
TEXTOS SELECCIONADOS
1. Háblame. Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya,
anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y
5 La división de la Odisea en veinticuatro cantos es resultado de la edición del poema por parte de los filólogos alejandrinos.
2. Ya en esto, entraron los orgullosos Pretendientes. Apenas se hubieron sentado por orden en sillas y sillones,
los heraldos les dieron aguamanos, las esclavas amontonaron el pan en las canastillas, los mancebos llenaron las
crateras, y todos los comensales echaron mano a las viandas que les habían servido. Satisfechos de las ganas de
comer y de beber, les ocuparon el pensamiento otras cosas: el canto y el baile, que son los ornamentos del convite.
Un heraldo puso la bellísima cítara en manos de Femio, a quien obligaban a cantar ante los Pretendientes. Y
mientras Femio comenzaba al son de la cítara un hermoso canto, Telémaco dijo estas razones a Palas Atenea, la
de ojos de lechuza, después de aproximar su cabeza a la deidad para que los demás no se enteraran.
“¡Caro huésped! ¿Te enojarás conmigo por lo que voy a decir? Éstos sólo se ocupan en cosas tales como la cítara
y el canto; y nada les cuesta, pues devoran impunemente la hacienda de otro, la de un varón cuyos blancos huesos
se pudren en el continente por la acción de la lluvia o los revuelven las olas en el seno del mar. Si le vieran regresar
a Ítaca, preferirían tener los pies ligeros a ser ricos de oro y de vestidos. [...] Pero, ea, habla y responde
sinceramente: ¿Quién eres y de qué país procedes? ¿Dónde se hallan tu ciudad y tus padres? ¿En cuál embarcación
llegaste? ¿Cómo te trajeron los marineros a Ítaca? ¿Quiénes se precian de ser? Pues no me figuro que hayas venido
andando. Dime también la verdad de esto para que me entere: ¿vienes ahora por vez primera o has sido antes
huésped de mi padre? Que son muchos los que conocen nuestra casa, porque Odiseo acostumbraba visitar a los
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demás hombres.”
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca, Cuando emprendas tu viaje hace Ítaca,
ruega que tu camino sea largo ruega que tu camino sea largo,
y rico en aventuras y descubrimientos. y rico en aventuras y experiencias.
No temas a lestrigones, a cíclopes o al fiero Poseidón; Ni a Lestrigones, ni a Cíclopes,
no los encontrarás en tu camino ni a la cólera de Poseidón temas.
si mantienes en alto tu ideal, No verás tales seres en tu camino, si tus
si tu cuerpo y alma se conservan puros. pensamientos son altos, si tu cuerpo y tu alma
Nunca verás los lestrigones, los cíclopes o a no se dejan invadir por turbias emociones.
Poseidón, No encontrarás a Lestrigones
si de ti no provienen, ni al Poseidón colérico
si tu alma no los imagina. si no los llevas en ti mismo,
si no es tu espíritu quien los presenta.
Ruega que tu camino sea largo,
que sean muchas las mañanas de verano, Ruega que tu camino sea largo,
cuando, con placer, llegues a puertos que innumerables sean las mañanas de verano
que descubras por primera vez. que (¡con cuanta delicia!)
Ancla en mercados fenicios y compra cosas bellas: llegues a puertos vistos por vez primera.
madreperla, coral, ámbar, ébano Haz escala en los emporios fenicios
y voluptuosos perfumes de todas clases. y adquiere bellas mercancías:
Compra todos los aromas sensuales que puedas; coral y nácar, ámbar y ébano,
ve a las ciudades egipcias y aprende de los sabios. y mil obsedentes perfumes.
6 Poema escrito en 1910. Se transcriben dos traducciones en español que invitan a una lectura comparativa. Es una práctica
muy conveniente –cuando se lee un texto que originalmente se escribió en otro idioma– comparar distintas traducciones
para contribuir a una mejor comprensión (aunque no se pueda acceder al texto en el idioma original).
HESÍODO.
Vida y cronología
En el pórtico de la literatura griega se encuentra, junto al gran
nombre de Homero, el de Hesíodo. Tienen mucho en común
son poetas narrativos
componen sus poemas en hexámetros
emplean un dialecto artificial muy semejante
con abundante uso de fórmulas
Pero son muy diferentes, y ya los antiguos los contraponían.
Homero es autor de poemas épicos que cantaban la gloria de los antiguos héroes, propuestos como modelos de
virtudes aristocráticas: los nobles son su primera audiencia.
Hesíodo es el cantor del trabajo y de la justicia y pretende ofrecer una imagen del pasado desde los orígenes del
mundo a la creación de las sucesivas generaciones de dioses y de los hombres. Todo culmina en Zeus, dios
justiciero que castiga a los reyes prepotentes.
Hesíodo expone sus ideas en dos poemas mucho más breves que los homéricos: Teogonía tiene 1022 versos y
Trabajos y Días, 838 (frente a los más de 15.000 versos de Ilíada y los más de 12.000 de Odisea). Los títulos de
los poemas no son originales, sino muy posteriores, obra de editores más tardíos. Otras obras, cuya autoría se
discute, como el Catálogo de las Mujeres, el Escudo, nos han llegado en forma fragmentaria. Existe además una
escuela una escuela de poesía hesiódica, genealógica y didáctica, que se distingue de la homérica.
Homero se oculta tras sus poemas; solo su voz nos llega con certeza cuando le pide a la Musa que cante la ira de
Aquiles o lo que ocurrió a Odiseo. Las Vidas de Homero son obra tardía.
Las noticias sobre Hesíodo, en cambio, provienen de sus poemas. En su amplio
Proemio de Teogonía (1-115) nos habla de sí mismo: mientras apacentaba
unas ovejas en el monte Helicón, en Beocia (cerca de su lugar natal en Ascra), 14
se le aparecieron las Musas danzando y le otorgaron el don de la poesía. En los
versos 650-660 de Trabajos y Días completa el cuadro diciendo que solo una
vez atravesó el mar para cantar en los Juegos Fúnebres en honor de un rey
Anfidamante de Eubea, la isla vecina de Beocia. Este recuerdo nos permite
evocar la escena que Homero nos presenta en el canto XXIV, vv. 720 ss. de la
Ilíada, en la que participan cantores en la celebración de los funerales de
Héctor. De aquí nace una tradición que se plasmará en un poema del siglo IV
Beocia
a.C., el Certamen, en que se presenta la competencia entre Hesíodo y Homero que habría tenido lugar durante
esos Juegos Fúnebres en honor de Anfidamente de Eubea. El vencedor del Certamen es Hesíodo por su elogio del
trabajo. Esta confrontación nos muestra, en realidad, el fenómeno de la recepción literaria, la relación entre una
obra (y todo lo que rodea la obra, todo lo que se asocia con ella) y el público. Así, el público del siglo IV se identifica
más con Hesíodo que con Homero (de quien se destaca en el Certamen su relación con el tema bélico), es decir
que ha habido un cambio en la cosmovisión del público.
Hesíodo es hijo de un inmigrante que viene de Asia Menor. Pertenece a la clase social campesina. Cuida también
de ganado. Y además es poeta.
Trabajos y Días
La obra presenta un material heterogéneo, que llevó a los estudiosos del siglo XIX a pensar en una fusión caótica
de materiales de diversas tradiciones. Más recientemente, los estudios sobre este poema han confirmado que se
trata de una obra perfectamente coherente, cuya unidad está dada por dos conceptos claves y recurrentes: el
Trabajo y la Justicia.
Zeus es el gran protagonista de Teogonía porque a él se debe la organización del Cosmos. También en Trabajos y
Días Zeus tiene un papel preponderante porque constituye el garante de la justicia divina, la Dike (Δίκη).
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