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Se entiende por empresa pública o empresa estatal a toda aquella que es propiedad del
Estado, sea este nacional, municipal o de cualquier otro estrato administrativo, ya sea de un
modo total o parcial.
Toda organización bien sea pública como privada tiene como objetivo fundamental obtener el
mayor rendimiento de sus operaciones con un uso adecuado de sus recursos disponibles, por
lo cual es indispensable el establecimiento de controles y evaluaciones de sus procedimientos
a fin de determinar la situación real de la empresa, en función de plantear una efectiva toma de
decisiones.
En su mayoría, los demás países avanzados optaron por la estatización de los servicios
públicos, especialmente después de la segunda guerra mundial. Francia es el caso
paradigmático en la práctica y en teoría. La regulación no era necesaria pues se asumía que
por ser estatales los monopolios de servicios públicos no abusarían de su poder de mercado y
que, por el contrario, lo emplearían para beneficio general. Debían ajustarse a ciertas reglas de
tarificación y normas de calidad que se imponían a sí mismos. Los monopolios estatales se
autorregulaban. Colombia siguió el modelo francés.
La gran mayoría de los estados del mundo controlan empresas con diferentes fines, que
pueden ser proveer servicios públicos, incentivar la producción del país o generar empleo.
Se integran por el conjunto de organismos que hacen parte del Estado y que configuran la
Ramas del Poder Público, y podrían estar dirigidas o compuesta por o desde La Presidencia de
la República, Ministerios, Superintendencias, Institutos Públicos, Gobernaciones, Alcaldías,
entes Parroquiales, y cualquier otra dedicada a la prestación de servicios públicos.
Los actos de las Empresas Publicas se rigen por leyes de función pública. Todos sus actos son
reglamentados por la Ley y están encaminados a la prestación de servicios de interés general
para la sociedad.
En las empresas Públicas no existe una exacta relación entre inversión y utilidades. El costo de
la inversión debe reportar cierto grado de satisfacción o bienestar de la sociedad o pueblo.
En la Empresa Pública no hay mercado con precios económicamente planificados que deban
aumentarse o disminuirse según costos de operación. El objetivo es el buen servicio aun con
altos costos si fuere necesario.
El Gobierno del presidente Evo Morales asegura que las empresas estatales generan grandes
excedentes que han permitido dinamizar la economía boliviana en un contexto de ralentización.
Según las cifras gubernamentales, las compañías que están en manos del Estado obtuvieron
ingresos por unos 51.300 millones de bolivianos entre 2016 y 2017, es decir, unos 7.400
millones de dólares. Los propios datos oficiales remarcan que solo YPFB generó 49.000
millones de bolivianos, unos 7.100 millones de dólares y que, el resto, apenas logró 2.400
millones de bolivianos (unos 347 millones de dólares).
La primera conclusión, entonces, es que la empresa petrolera estatal es una de las pocas que,
de forma abrumadora produce ganancias, principalmente, por los ingresos del gas natural. Esto
demuestra la enorme dependencia respecto de la explotación de un recurso natural dominante
y revela que el perfil industrial del país todavía no aparece.
En la actualidad existen 66 compañías estatales. El Estado tiene una participación del 100% en
36 de ellas. El resto son filiales o subsidiarias, de acuerdo con un informe de la Oficina Técnica
de Fortalecimiento de la Empresa Pública.
El segundo dato destacado es que las empresas estatales obligan al Estado a destinar
enormes cantidades de recursos para mantenerlas.
Entre 2011 y 2017, las empresas estatales de Bolivia ejecutaron 525.700 millones de bolivianos
equivalentes a 75.500 millones de dólares, cifra que representa alrededor del 35% de la
participación en el Presupuesto General del Estado (PGE). Los montos millonarios a favor de
las empresas estatales nacionales son mayores a los que se programan para las
gobernaciones y los municipios del país.