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2 El\caidero dele Eswele .N2 IM. Axo 210. Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria* 2<<2 Jacques-Alain Miller Desearia, en primer lugar, felicitar a Marie-Héléne Brousse por haber organizado este seminario angléfono en Paris. Estoy verdaderamente sor- prendido de ver aqui a casi cien per- sonas de diferentes pafses. Deseaba que se retomara este seminario anglé- fono, Hubo hace ya unos afios una serie en Paris, luego lo interrumpi- mos. Como eso me preocupaba, le pedi a Marie-Hélene Brousse de relanzarlo, Es una ocasién importante para mf constatar que la audiencia del ‘Campo freudiano en los pafses anglé- fonos, lejos de haber disminuido, auument6 en niimero y en importancia desde hace diez atfos. El Campo freu- diano no ests, a mi parecer, suficien- temente representado en él mundo angl6fono, algo que tenemos la inten- sin de cambiar. El Campo freudiano desea promoverse con vigor en el ‘mundo anglosajén ~en Gran Bretafia, en los Estados Unidos. en Australia— y en otros paises donde el inglés es habitual para transmitir la ensefianza de Lacan y nuestra accién. Como titulo de este seminario elegi: “Psicosis ordinaria”. Aunque cesta no sea una categorfa de Lacan, es, me parece, una categoria lacaniana. Es una creacién que concibo como extraida de lo que nozotros llamamos no del desarrollo pragmatico de su ensefianza a lo largo de treinta afios de seminario. Tengo la intencién de darles, en esta exposicién informal sobre el concepto de psicosis ordina- ria, uin mayor eco del uso practico que hacemos de este término desde Race milchos afios con mis colegas, entre Tos cuales muchos han contribuido a darle un sentido més preciso. América dividida Freud se plantes la famosa pregun- ta: “Qué quiere una mujer”. Else la plantes en tanto que hombre. Quiz fen tanto que mujer también, A pesar de tener atrds treinta aos de ensefian- za de Lacan, nosotros no tenemos la respuesta. Sin embargo, la hemos bus- cado. No se trata por lo tanto de una cuestion de discriminacién, *Conferenciapronunciada ene seminaro ang! 6tono “Psiosis ordinaria” realizado en Parts en julio de 2008 y publicad enla revista Quarto 94-95, enero de 2009, en Bruslas (ECF) en Frauiana N° 58 en abril de 2010, cuya traduccion realzaron Sandra Arts y Catherine Galaman.Agradecemos ala responsable de Freudian, GabritlsGalarags, alas taducto- 12 de la BLP, su colaboraciin para exta publicacion. La traduccdn qu aq publicamos corresponde a Damasia Amadeo de Freda. Caldero respuesta! Una respuesta parcial. Quieren a Slavoj Zizek. Quieren al Lacan de Slavoj Zizek. Lo prefieren por sobre el Lacan del Campo freu- iano. Quiz4, por el momento. La pregunta es la siguiente. Ellos quieren conceptos bien definidos? Quieren un espacio para discutir? Un espacio de disputa?, lo que es el ‘aso con los conceptos de psicoandlisis, ‘Otto Kemberg, por ejemplo, decta estar muy perturbado por el hecho de que no podia atrapar la definicién exacta de los conceptos lacanianos. "Cambian todo el tiempo”, decia. Pueden imaginarse bien. al querido Otto que lee francés~ buscando y ‘queriendo encontrar en Lacan la defi- nicién del Nombre del Padre, del sig- nificante... y no encontrar una, sino una pluralidad de definiciones. £1 encuentra definiciones contradictorias Yy se encuentra siempre perdido en la ‘ensefianza de Lacan. Es que es muy dificil dar sentido a esos cambios cons- {antes en las significaciones de los con- ceptos de Lacan. Quizd sea porque Otto es de descendencia alemana. Los pprusianos, se sabe, quieren significa- Gones muy rigidas, pero a decir ver- dad, esto incluye también al espiritu americano. Recuerdo que Kemberg, \mientras yo daba una conferencia en New York en 1985 -la tinica que di en Ja IPA-, cuando terminég, en una de las ‘preguntas que me planteé me decia: “Pero, el cincuenta por ciento de la vvida psiquica son los afectos”. ¢Cmo hacia 61 para medir el cincuenta por ciento de la vida psfquica? Sin embar- 0, jera Otto Kemberg! El queria defi- niciones precisas. Y es, en parte, lo que ‘si6n, un. Jos americanos quieren: un saber bien definido, utilizable, con nimeros. Por otra parte, tengo la sensacién de que los americanos reclaman un espacio para transmitir sus opiniones, para poder decir: "Ta piensas ast, yo pienso de otra manera. Yo tengo mi propia idea”, sin por eso faltarle el respeto al prestigio y al saber. Es una forma muy democrética de cuestio- nar el saber del Otro. ‘Tengo la impresion de que el alma americana o el espiritu americano, si me lo permiten, se encuentra desga- rrado entre, por un lado, un deseo por la extrema precision y los ntime- 108 y, por otro, el deseo de ser capaz de expresar el propio pensamiento y de seguir las propias ideas. La psicosis ordinaria definida posteriori La psicosis ordinaria se sittia més bien sobre esta segunda vertiente. Es Ja razén por la cual la elegt para reno- war este Seminario, porque la pein, ordinaria no ene una defisican FIRE da, Todo el miindo es Bienvenido fara dar cu impresion y su definicion de la psicosis ordinaria. wen- a neener o *Fatabra, una expre 7 sante, dando un esbo- zo de definicion para atraer los dife- entes sentidos, los diferentes reflejos de sentidos alrededor de ese signifi ante. No di un saber-hacer sobre la utilizacién dé ese significante. Hice la puesta de que ee signficate podia Provocar uneco en el clinic, en ol profesional. Queria que tomara am- plitud y ver hasta dénde pod{a llegar feta expresicn, EPISTEME per 8 “ Estaba inspirado por lo que Lacan habfa hecho con el pase. Saben que 1 amaba al verdadero fin del andlisis “EL pase”. Pero no dio mas que una definicién esbozada, porque no que- ra que la gente lo imitara. Si ustedes dicen que pueden reconocer el fin det ‘anélisis cuando el sujeto hace esto 0 aquello 0 dice esto 0 aquello, todo el mundo va a hacerlo inmediatamente. Bs el caso de la Universidad. Si tienen necesidad de una nota, deben decir Jas cosas de una cierta manera y en un Gierto estilo. Y entonces la gente se ‘conforma con eso y vive en un mun- do de sombras, una “Ciudad de fan- tasmas’, como en el articulo de Jean- Louis Gault?. Debo confesarles que la Universidad es una ciudad de fantas- ‘mas con gente que imita Jo que son ‘supuestos ser. Lacan dio solo un esbo- 20 de definicién del pase y propuso {que se experimente para ver, una vez definido el momento, lo que surgia, aquello a lo que la gente contribuiria. ‘Quisiera hacer algo de ese tipo con la psicosis ordinaria. Y creo que eso Atrajo el sentido en potencia. Mucha gente se acered Iuego para decir: “;Yo conozco un caso de psicosis ordina- rial” Si nos vemos tentados de darle tuna definici6n, es pues una definicién 1 posteriori La clinica binaria y el tercero excluido Ahora puedo reflexionar sobre la raz6n por la cual habfa sentido en su momento la necesidad, la urgencia y {a utilidad de inventar ese sintagma, esquivar la rigidez de una clinica binaria, neurosis 0 psicosis. N ‘Saben que cada significante es fun- damentalmente definido, en la teoria de Roman Jackobson ~que es una teo- sia antigua en la actualidad-, por su posicién en relacién a otro significan- feoauna falta de significante. La idea de Jackobson es una definicién bina- ria del significante. Durante afios noté ‘que tenfamos esencialmente una clf- nica binaria, neurosis 0 psicosis. Un "6 bien o bien” absoluto, ‘Teniamos también la perversién, pero ella no pesaba de la misma forma en la balanza, por la sencilla razén de que las verdaderas perversiones no se analizan verdaderamente y, por lo tanto, aquellos que entran en andlisis son sujetos que presentan rasgos de perversién. La perversiOn es un tér- Iino discutible que desband6 al ‘movimiento gay. Es una categoria que tiende a ser abandonada. "As{, nuestra clinica tenfa un caréc- ter esencialmente binario. Resultado: durante afios vefamos a los clinicos, a Jos analistas, a los psicoterapeutas, preguntarse si su paciente era neur6- co 0 psicética. Cuando ustedes reci- bfan a esos analistas en control, po dian verlos retomar, afio tras afio, ese paciente x, y sile hubiesen pregunta- Go: “7a decidi6 si es neurotico o psi- cético?”, ellos habrian dicho: “No, no lo he decidido por el momento”. Y eso continué asf durante afios. Clara- ‘mente, no era una manera satisfacto- Pe toui ondinara: Dia que era para ria de considera as cose, + aul, JL Quart 9495, ps 6671. a Caldere Era dlaramente una dificultad en Jos casos de histeria. Cuando en la histeria no hay una identificacion nar- cisista al propio cuerpo “suficiente- mente buena” -ese “suficientemente buena” es un término winnicottiano que me gusta mucho-, porque en la fisteria tienen a menudo algunas marcas de una cierta ausencia del ‘cuerpo, un cierto abandono del cuer- po, entonces podian preguntarse si Bete abandono Llegaba hasta el punto de no concernir ya a la histeria sino a la psicosis. Vefan asf gente que inten: taba, durante afios, decidir de qué Jado estaba su paciente. O bien, cuan- do tienen sujetos que testimonian de tun vacio que experimentan en si mis- mos, pueden preguntarse si ese vacto es también histérico. gEs el sujeto parrado que reenvia a a nada ert la neurosis? {0 es el vacto psicético, el dagujero psicbtico? Aunque, afio tras ano, a pesar de la diferenciacién Supuestamente absoluta entre la neu- tosis y la psicosis, sobre la base de la forclusion del Nombre del Padre “verdadero credo lacaniano: “yo te autizo neurético si hay Nombre del Padre, yo te bautizo psicético si no lo hhay’’~, ciertos casos tenfan el aspecto de estar entre Jos dos. ¥ esta frontera terminé, a lo largo del tiempo -en el ‘control y en la préctica~, por ensan- ‘charse. jUin ensanchamiento creciente ‘como el que ustedes encuentran alre- dedor de su cintural wle Entonces, habia algo que no iba bien porque, si era una neurosis, no era una psicosis y, si era una psicosis, no era una neurosis. La psicosis ordinaria era una forma de introducir el tercero exclui- do por la construccién binaria, unién- dose al mismo tiempo a la posicién del lado derecho del binario. a Era una manera de decir, por ejem- plo, que si tuvieron durante afos Fazones para dudar de la neurosis del Sujeto, pueden apostar a que se trata mas bien de un psicético ordinario. Cuando se trata de la neurosis, {Ustedes lo deben saber! La contribu- {Gon de ese concepto permitia decir que la neurosis no es un fondo de pantalla (wallpaper). ‘La neurosis es una estructura muy precisa. Si no reconocen la estructura fruy precisa de la neurosis del paciente, pueden apostar o deben Fntentar apostar a que es una psicosis disimulada, una psicosis velada. ‘No es, pues, seguro que la paicosis ordinaria sea una categoria objetiva. Se tienen que preguntar si es una cate- goria de la cosa-ervsf. ;Pueden decir ane la psicosis ordinaria existe objeti- amente en la clinica? No es seguro. Ta psicosis ordinaria interesa al saber de ustedes, ala posibilidad que tienen {de conocer algo del paciente. Ustedes Gicen: “psicosis ordinaria”, cuando no reconocen signos evidentes de newro- fis, y as{son conducidos a decir que es tuna psicosis disimulada, una psicosis velada, Una psicosis dificil de recono- er tal cual, pero que deduzco de pequeftos indices variados, Se tata més de una categoria objetiva. Esta iltima concieme a nues., tra manera de conoceria. rica que ePISTEME —<$ —<—<—$<—$—<——————— 8 La construccién lacaniana de la psicosis en los Escritos 1. El mundo imaginario movedizo En su texto clasico sobre la psicosis, “La cuestién preliminar..”® de los Eseritos, de todos modos, Lacan debu- ta con la neurosis. £l piensa la psicosis en la perspectiva de la neurosis. Hace derivar la estructura de la psicosis de la de la neurosis, como una variacién de la estructura fundamental de la neurosis o de la normalidad. Hay una conexién entre neurosis y normalidad: el complejo de Edipo. En Lacan -y en Freud igualmente-, el complejo de Edipo ~que Lacan traduce como meté- fora paterna- es tanto el fundamento de la realidad comtin como de la neu- rosis. El complejo de Edipo es el lazo entre normalidad y neurosis. Podemos decir que la neurosis es la normalidad. Una persona supuestamente normal es un neurético que no sufre de su neurosis o que no sufre demasiado de su neurosis, 0 més todavia, que no ‘cura su neurosis por el andlisis, que cura su neurosis viviendo. jEs menos interesante! Es mds interesante curar la neurosis por el andlisis, pero la gente no piensa siempre asf y sigue vivien- do. ¥ entonces, me siento como el doc- tor Knock, en la famosa obra de teatro francesa de principio de siglo, que decidia que todo el mundo estaba cenfermo sin saberlo. {Cul es la base comiin entre neu- rosis y psicosis desde el punto de vista de Lacan? {Cuél es el inicio de la vvida pstquica? El inicio de la vida psf- quica en el Lacan clésico es lo que lama Jo imaginario. Considera que todo el mundo comienza por lo ima- ginario. Es el Lacan clisico. Esto se puede poner en tela de juicio porque esta la incidencia del lenguaje. En efecto, desde el inicio el sujeto esta inmerso en el lenguaje. Pero en su texto clasico sobre la psicosis, como ‘en casi todos sus textos de los Escritos a excepcién de los tiltimos-, Lacan construyé la dimensién fundamental del sujeto como perteneciendo a la dimension imaginaria. Es, pues, el nacimiento supuesto comtin, que sea un futuro neurético, un futuro nor- ‘mal, un futuro perverso, un futuro psicstico, depende de cémo habite, podrfamos decir, el estadio del espejo. El estadio del espejo es la primera estructura del mundo primario del sujeto, lo que indica que es un mundo muy inestable. El mundo estructura- do por el estadio del espejo es un mundo de transitivismo. Transiti- vismo quiere decir que no saben si son ustedes 0 el otro el que lo ha hecho. Es cuando el nifto le da un golpe al compafiero y dice: “Fl me pego". Tienen ahi una confusion: "Soy yo 0 es él?”. Este es un buen ejemplo para entender que se trata de un mundo de arenas movedizas. Es ‘un mundo inestable, un mundo sin consistencia. Es un mundo de som- bras. En el primer seminario™ de Lacan, esa es la forma en que describe el mundo primario 0, més bien, la manera en que se construye. Digo “construye” porque hay que comen- zar por hacer abstraccién del lengua- je que estd presente desde el inicio. Es a partir de ahi que estructura la psi- 2 Lacan, J, “De una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (1957-58), Escritos 2, Siglo Veintiuno editores, Bs As, 1989, pigs. 513-564 EI Caldere cosis. Es también para él el mundo de la madre. Es supuestamente un ‘mundo cuya fuerza pulsional es la del Deseo de la Madre, el deseo desorde- nado de la madre con respecto al nifio-sujeto. De una cierta manera, esto equivale a decir que la locura es el mundo primario, Es un mundo de ocura. 2. El orden simbélico El orden simbélico viene en un segundo tiempo de esta construcci Esa nivel simbélico que se debe insi tir sobre la palabra “orden”. Estari ‘mos tentados de decir “el orden ima- ginario”, “el orden real”, pero es ine- xacto. En efecto, esto quiere decir que el orden viene al mundo imaginario con lo simbélico. La estructura laca- niana introduce lo simbélico -el len- guaje, la metdfora paterma~ como la potencia que impone el orden, que jimpone la jerarquia, la estructura, la constancia, que estabiliza el mundo imaginario movedizo. Lacan conden- sa esta potencia, esta potencia orde- ratriz de lo simb6lico, con el Nombre del Padre -utilizo la P mayéscula para representar la palabra francesa "Pire"— que es un elemento en més. Es un plus (+) que tiene como conse- cuencia un menos (-), un goce en ‘menos. El goce imaginario, que vuel- ve posible el mundo imaginario, es expulsado, sustraido. Y encuentran, en todo el texto de Lacan, la idea segtin la cual el goce es evacuado por Jo simbélico. Lacan utiliza esta expre- siGn de diferentes maneras. Podemos hablar de extraccién, de sustraccién, pero es siempre la misma idea. Cuando se introduce el elemento ordenador del Nombre del Padre, se obtiene una sustraccién a nivel de la libido, del goce y de las pulsiones. En ‘érminos del falo tenemos el fal ginario completo () de un lado, y del ‘otro el menos-phi (-) que quiere decir “eastracién”, la palabra freudiana para esta sustraccién de goce. +NP © “J Ge) ‘A partir de ese momento, como bien saben, Lacan construye la psico- sis como una falta del Nombre del Padre, Po y la falta de ese falo castra- do que escribe p. Tenemos dos agu- jeros correlativos sobre el esquema I “debemos escribirlo asi, con tres fle- chas- a nivel del goce, que es de hhecho un “demasiado”, Si el goce imaginario que esté “en demasiado” continéa existiendo, en- tonces el Nombre del Padre no es operatorio. Esto quiere decir que rons pi noes operatorio. De hecho, ‘es menos-phi cero. No voy a explicar de nuevo esta construccién de la psi- cosis en Lacan, pero lo que introduce al mismo tiempo, mientras que lee el caso Schreber, es la idea de la metafo~ ra delirante. No tiene la metéfora paterna normal en el caso Schreber en un momento preciso, se nos revela el hecho de que no est4 unido al significante del Nombre del Padre, desencadenando su psicosis extraor- EPISTEME 8 dinaria. Luego de un primer tiempo de perplejidad del mundo -un ‘mundo que antes estaba estabilizado, habia Ilegado a obtener una posicién muy elevada como magistrado, su mundo tenfa su orden, pero cuando fue solicitado para responder desde el punto de vista del Nombre del Padre, no alcanz6 y se desencadend entonces su psicosis extraordinaria~ observa- ‘mos una suerte de mundo ordenado que se reorganiza a s{ mismo. Schreber logré armar progresivamen- te un mundo vivible. Lacan dice que 41no tiene una metéfora paterna, sino més bien una metéfora delirante. De todos modos, un delirio es simbélico. Un delirio es un cuento simbélico. Un delirio es también ca- paz de ordenar un mundo. Pregin- tense si lo que ordena nuestro mundo no es, en gran parte, delirante. Si lo trasladan al saber cientifico, esas his- torias de Dios-todo-poderoso, de madre, padre, etc, los conducen a decir que es un delirio. No dirfa esto “no osarfa-, pero la gente del siglo xvm osaban decir que, en efecto, en parte es un delirio. El Campo freu- diano es un delirio, no tiene una exis- tencia bien delimitada. Es algo para ‘unas miles de personas en el mundo que hablan del Campo freudiano, [pero 30 no tiene existencia precisa a decir verdad. Cuando leen a propési- to de Mohammed -Dios no permita que yo diga lo que sea contra Mohammed que se fue solo, que lle- vaba un mensaje divino y que escri- bia, ese discurso ordené a un millén de personas en el mundo. Era un delitio divino. En efecto, la hipétesis, segtin la cual un delirio puede orde- nar el mundo no es completamente tirada de los pelos. Caldero Schreber tenfa un dello pay €1no pudo lograr hacer «lv aU un delitio para todos en In Fi finales del siglo xix. 10 live qua) vatizar. Mont6 una empronn para él solo. Entonces, pivelan tun orden simbélico dellnant, Del nombre propio al prodioaue Debo decir que en st iin fRanza, Lacan est proxinid sll todo el orden simbdlico eH (1 incluida su propia constwviGn orden simbélico. La vila 14 101 giin sentido. Producie sonido delirante, Es una convicelti SONNE damente inculeada en Livi fit préctica, cuando compra Ii jel paciente dice, estén caplirnda su delirio, por su mancra ilu prod ‘sentido. El trabajo de ustexlen, on que clinicos, no es compawlor Ig el paciente dice. De ean niitiithy esno participan de au calle, ‘bajo de_ustedes es captir’ In 12 articular, insolita de doe went lle fay de “Yolverle a dae alone ‘mismo sentido a las cons I Ia? tido a la repeticién en fa vii. Esto introduce un combhi de las tuto para el Nombre del Mali. I textos dlisicos de Lacan, 1 tian Nombre del Padre en tonto «ii 1 be prgpie, Cuando preinnn Sujeto, ztiene Nombre cle ihe 0 NB tiene Nombre del Paci?” \Iianin@ logicamente el Nombiy «lel Pade como nombre propio, cl nitty jib pio de un elemento pati 8 Hama el Nombre del Pach, fila Ia idea del orden simbyll) olla ‘podémos decit que cl Nominee Padre no es.més un nonitins jnipley Sisescue del Padre paraeel sujeto. Este ho ¢8 el principio que ordena Byndio. Eso no es el Nombre del ‘paro tiene la cualidad, la pro- fi: Hs igualmente muy til Ho pansamos en el hecho de que ft llevo una vida aparente- normal durante cincuenta ‘Bu psicosis se desencadend cuando tenia cincuenta y un durante lo que se llama en ina el climaterio de la vida na, La idea nos ayuda a com- lo. {Qué habria pasado si bor hubiese venido al andlisis al desencadenamiento de su 8? No habia todavia psicoané- ‘8N Gua época, pero imaginense si blava sido tratado por Freud. antes de los cincuenta y un ustedes podrian ya haber obser- pporticularidades en la construc- fo eu mundo que les habria ho dacie que era un psicético ordi- 1. Freud no conocia la. psicosis arin =e8 evidente que él conocta jorlantes-, pero quizd lo que olroH llomamos psicosis ordinaria un pulcosis que no se manifesta in wu devencadenamiento. Es, por plo, una de las nianeras $gbrv el Nombre del Padre en tanto don, py, 540 DM que _predicado, Eso quiere decir ue un sustituto sustituido. El Nombre del Padre se sustituye 1 mismo al Deseo de la Madre, impone su orclan al Deseo de la Madre. ¥ lo que llama mos el predicado del Nombre del Padre es un elemento que es una suerte de make-believe del Nombre del Padre, un compensatory make-believe (un hacer_creer compensatorio) del Nombre del Padre, una CMB en la psicosis. | Vamos a hacer creer ~make- helieve- que estamos haciendo un eStudio altamente cientifico! ;Y debe- riamos decir que tenemos la intencién de observar y de hacer una lista com- pleta de todas las formas posibles de CMB en la psicosis! De hecho, es més dificil que eso. Es més dificil que este tipo de bromas. “Un desorden [...] en la juntura més intima del sentimiento de la vida en ol sujeto.”® {Qué intentamos captar hablando dé la psicosis ordinatia? Es decir, cuando la psicosis no va de suyo, cuando no tiene el aspecto de ser una neurosis, cuando no tiene la firma de Ia neurosis ni la estabilidad ni la cons- tancia ni la repeticion de la neurosis. Una neurosis es algo estable, una for- ‘macion estable. Cuando ustedes no comprueban -es también una prueba para el clinico- que tienen los ele- mentos bien definidos, bien recorta- dos de la neurosis, la repeticién cons- tante y regular de lo mismo-, y cuan- do no tienen claros fenémenos de psi- cosis extraordinaria, entonces llegan a decir que es una psicosis, aunque no EPISTEME a quads de. pequetic adios! Es una de «flea muy delicada, A menudo es una ‘cueatién de intensidad. Una cuestién de mAs 0 menos. E50 los orienta hacia fo que Lacan Tlama “un desorden pro- voeado en Ja juntura més intima del sentimiento de la vida en el sujeto”.* Is la frase sobre la cual insisto desde hhace afios en mis cursos y en las discu- siones con mis colegas, en la pégina 224 del tomo Tl de los Escritos. En la excelente edici6n angl6fona de Bruce Fink, en la pagina 466, esté traducido por “a disturbance”. sa es una muy ‘buena traduccién de desorden. El no pone trastorno, que habria sido un téx- mino del DSM, sino “disturbance”: “a disturbance that accuredat the inmost juncture of the subject’s sens of life”®. Y bien, es es0 lo que buscamos en la psi- cosis ordinaria. Ese desorden en lajun- tura més intima del sentimiento de la vida en el sujeto. “Sens of life” se tra- duce por “sentimiento de la vida”. Es ‘un término muy sincrético, “el senti- miento de la vida" o “cémo viven miento de la vida”. Ellos hablan de fintesis, de sentimiento general del sujeto, de “estar en el mundo” El desorden se sitdia en la manera en que sienten el mundo que los rodea, en la manera en la que sienten su cuerpo y en la manera de referirse a sus propias ideas. Pero, qué hay de ese desorden, dado que los neursticos también lo sienten? Un sujeto histéri- “Bidem. co siente ese, desorden en relacién a su cuerpo, un sujeto obsesivo siente un desorden en relaciGn a sus ideas. {Qué es entonces ese desorden que fiega a “lajuntura mds intima del sen- timiento de la vida en un sujeto”? Es algo muy dificil de formula. Una triple externalidad J Voy a intentar organizar ese desor- den en el sentimiento de la vida en. relacién a una triple externalidad: una externalidad social, una externa- lidad corporal y una exteralidad pbpare ae Tor Tidicios hay que localizarlos en los tres registros weoteonst. (134) PO 1. Una externalidad social En lo que conciemne a una externa~ lidad social, en Jo que concierne a la externalidad social en la psicosis ordi- naria, la cuestion es la siguiente: zcudl es la identificacién del sujeto con una funcién social, con una profesién, con su lugar bajo el sol, como se dice en inglés? El indice més claro se encuet tra en la relaci6n negativa que el suje- to tiene con su identificacin social. Cuando tienen que admitir que el sujeto es incapaz de conquistar su Tugar bajo el sol, asumir su funcién social. Cuando observan un desari- paro misterioso, una impotencia en relacién a esta funcién. Cuando el sujeto no se ajusta, no en el sentido de la rebeldia histérica, 0 a la manera auténoma de la obsesién, sino cuan- do hay una suerte de fosa que consti- Lacan J. Ecris, WW. Norton & Company, 2007, pig, 66 Caldere tuye misteriosamente una barrera invisible, Cuando observan To que eee fen a veces sujeto que van de Jina desconexién social a otra, desco- nectarse del mundo de los negocios; desconectarse de la familia, ete. Ese es tun trayecto frecuente en los esquizo- frénicos. Dije esquizofrenia. Esa puede ser la realidad del sujeto, aunque pueda parecer una psicosis ordinaria, por- que no va de suyo. Pero la psicosis ordinatia es, entonces, desde el punto de vista de ustedes. Una vez.que dije- ron que es una psicosis ordinaria, tra- ter-de Gasificarla-de-un modo psi ‘pidge, No deben deer Simple fo deben decir simplemen- te que es una psicosis ordinaria, ebanF me Ty encontrar cn psiquidtrica y psicoanalitica

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