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JACQUES-ALAIN MILLER
C O N T R A T R A N S F E R E N C I A E I N T E R S U B J E T I V I D A D *
I. C O N T R A T R A N S F E R E N C I A Y EMPATIA
1. Estructuración de la contratransferencia
Un obstáculo
V a m o s a p r o s e g u i r c o n la i n s t a u r a c i ó n de la c o n t r a t r a n s f e r e n c i a , su
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estructuración. N o h e m o s t e r m i n a d o c o n l a c o n t r a t r a n s f e r e n c i a , y ello p o r
tres razones. En p r i m e r lugar, este t é r m i n o nos da la clave de la l ó g i c a de la
h i s t o r i a del psicoanálisis. La c o n t r a t r a n s f e r e n c i a no es dicha clave, p e r o nos
p e r m i t e h a c e r n o s c o n ella, es decir, c o n s t r u i r la l ó g i c a de la h i s t o r i a del psi-
coanálisis.
En segundo lugar, el t é r m i n o de contratransferencia nos da t a m b i é n una
perspectiva sobre la enseñanza de Lacan, una perspectiva que es potente, hasta
tal punto que podremos ver esta enseñanza como un rechazo de la
contratransferencia, m o d u l a d o i n c e s a n t e m e n t e de formas diversas.
En tercer lugar, p o r este h e c h o , la referencia a la contratransferencia nos ofrece
los medios para responder hoy día, partiendo desde cero, a la pregunta " ¿ Q u é
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es ser l a c a n i a n o ? " .
* Este texto incluye las lecciones de los días 6 y 13 de marzo del 2002 de La orientación lacaniana
III, 4 (2001-2002), enseñanza desarrollada en el marco del Departamento de Psicoanálisis de Paris
VIII. Texto y nota establecidos por Catherine Bonningue, publicado con la amable autorización
de Jacques-Alain Miller.
LA ORIENTACIÓN LACANIANA
Neutralidad analítica
Es un h e c h o h i s t ó r i c o q u e la i n t r o d u c c i ó n de la contratransferencia del
analista c o m o instrumento de la cura —a principios de los años 5 0 — fue r e c u -
sada, en el m i s m o seno de la A s o c i a c i ó n Internacional, en n o m b r e de la o r t o -
doxia freudiana. P e r m í t a n m e referirme al artículo de A n n i e R e i c h , de 1 9 6 0 ,
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"Algunas observaciones suplementarias sobre la contratransferencia". A n n i e
R e i c h , que no era lacaniana, al t é r m i n o de diez años de ver c o m o se multipli-
caban las c o n t r i b u c i o n e s analíticas sobre la contratransferencia, se o p o n í a al pa-
ralelismo introducido entre transferencia y contratransferencia. Este paralelismo
estaría basado en el h e c h o de que ambos términos, c o n c e b i d o s de entrada c o m o
interferencias y obstáculos en la cura, tenían v o c a c i ó n de convertirse en medios
e instrumentos.
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CONTRATRANSFERENCIA E INTERSUBJETIVIDAD
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
Sobrevaloración de la transferencia
Los freudianos no niegan la existencia de la contratransferencia, no niegan que
haya, en el analista, respuesta emocional al paciente, afectos, lo que Lacan llamará
el " m e gustas o no me gustas". Pero es para invitar al analista a que se mantenga
vigilante en lo que se refiere a sus sentimientos, a sus respuestas emocionales, c o n -
siderando precisamente que el e l e m e n t o sentimental obstaculiza el buen funcio-
namiento del analista, y que de lo que se trata, respecto a esta contratransferencia,
es de superarla. Mientras que los otros, los que se desvían, según Annie R e i c h , de
la posición freudiana, establecen una correlación entre la contratransferencia del
analista y la estructura del paciente, sus pulsiones y sus defensas.
La distinción se produce aquí entre una contratransíerencia resultante del
i n c o n s c i e n t e del analista en tanto que, de acuerdo c o n el t é r m i n o freudiano, no
está purificado, y la contratransferencia trasladada al paciente c o m o causa. Se trata
de saber cuál es la causa de la contratransferencia. La contratransferencia, ¿se debe
a lo que persiste en el analista de un i n c o n s c i e n t e no analizado? ¿O bien es algo
que debe ser puesto en relación c o n el i n c o n s c i e n t e del paciente c o m o causa?
Para q u i e n e s se desvían de la p o s i c i ó n freudiana, analizando una r e a c c i ó n
contratransferencial se puede o b t e n e r una revelación de la historia infantil del
paciente y de su estructura.
Lo que a A n n i e R e i c h le parece ya que no es freudiano, es la idea de que la
e m o c i ó n del analista es una respuesta al paciente y que es idéntica a las e x p e -
riencias más originarias del paciente que se harían legibles en el analista. En e f e c -
to, esta orientación transforma de arriba abajo el uso de la experiencia freudiana,
porque el análisis de la contratransferencia es en adelante capaz de sustituir a la
r e m e m o r a c i ó n , la r e c o n s t r u c c i ó n del pasado del paciente. Se s u p o n e que la
contratransferencia da un acceso directo — d i r e c t o porque el analista lo e x p e r i -
m e n t a — a la historia i n c o n s c i e n t e del paciente.
Esto tiene consecuencias fundamentales en la conducción de la cura. Desvalori-
za la interpretación, que queda así relegada, c o m o dice Annie R e i c h , a un lugar se-
cundario. Lo que ella nos describe es una práctica que t o m ó forma en los años 50 y
que valoriza, en lugar de la interpretación, la participación emocional del analista
en la cura. Y ve su fundamento, aquello que la moviliza, en la extensión de la prác-
tica al psicótico, mientras que cuando Lacan evoca la contratransferencia en la in-
troducción de su texto "Función y campo de la palabra y del lenguaje", en esta fecha,
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CONTRATRANSFERENCIA E INTERSUBJETIVIDAD
Empatia
En la misma línea, A n n i e R e i c h , en un artículo posterior, en 1 9 6 6 , señala que
quien arma más ruido en t o r n o a la contratransferencia es una kleiniana, Margaret
Little. Margaret Little plantea una nueva definición de la e x p e r i e n c i a analítica
concebida c o m o "una reflexión mutua del paciente y del analista, en una especie
de espejo en el que el inconsciente de cada u n o se le hace presente al o t r o " . Esto
es reducir lo que se imaginan que ocurre en el paciente a la e m o c i ó n que e x p e -
rimentaría el psicoanalista. U n a reducción y una deducción. Sería posible, a partir
de lo que experimenta el analista, deducir de qué va lo que ocurre en el paciente.
A n n i e R e i c h , p o r su parte, niega esta d e d u c c i ó n . E v i d e n t e m e n t e , éste es un
punto esencial, c o m p a t i b l e , h a r m ó n i c o , respecto de lo que Lacan desarrollará
sobre una lógica del fantasma considerada c o m o una la lógica de la cura. Lo que
esta lógica tiene de d e d u c c i ó n es i n t e r n o a la cadena significante del paciente,
no una d e d u c c i ó n que iría de la e m o c i ó n del analista a lo que o c u r r e en el pa-
ciente. Pero A n n i e R e i c h establece al m i s m o t i e m p o una diferencia, que tendrá
porvenir, entre la contratransferencia y la empatia, esa empatia de la que D a n i e l
W i d l ó c h e r hace hoy día el m o t o r de la e x p e r i e n c i a analítica.
A n n i e R e i c h ve en la contratransferencia y en la empatia dos usos distintos
del i n c o n s c i e n t e del analista. En su esfuerzo p o r ser o r t o d o x a , p o r ser freudiana,
si valida la empatia o p o n i é n d o l a a la contratransferencia — e n definitiva, carece
de medios para situarse en un lugar que no sea la misma p r o b l e m á t i c a — es en
la medida en q u e trata de dar c u e n t a de a q u e l l o q u e llama la c o m p r e n s i ó n
psicoanalítica, o sea, del t é r m i n o inglés insight, el h e c h o de que, de pronto, se
sabe. Así es c o m o ella se expresa.
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
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C O N T R A T R A N S F E R E N C I A E INTERSUBJETIVIDAI)
Acting-out
Esta c o n s t r u c c i ó n no carece de m é r i t o , o en t o d o caso de exactitud, si nos
remitimos' por e j e m p l o a una practicante de la contratransferencia c o m o la lla-
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mada Lucy T o w e r , quien en efecto lleva la contratransferencia hasta el acting-
out. Esto no es una interpretación por mi parte, ella misma plantea un caso donde
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s i trata de una reacción contratransferencial del analista c o n acting-out.
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
He aquí a una paciente que le llega de otra analista, c o n quien habría tenido
una " r e a c c i ó n casi p s i c ó t i c a " — p o n g á m o s l o entre c o m i l l a s — y que una vez c o n
ella empieza a vituperarla llena de ira y a mortificarla c o n injurias sesión tras
sesión. La analista r e c o n o c e que en algún m o m e n t o se sintió irritada, pero al
m i s m o t i e m p o dice que "la mayor parte del t i e m p o la a p r e c i a b a " . Y deja que la
e x p e r i e n c i a se desarrolle de este m o d o . La paciente la injuria, echa pestes. Ella
no rechista. La cosa se arreglará c o n un acting-out. La analista se va a almorzar,
tranquilamente, se t o m a su t i e m p o , vuelve y e n t o n c e s se da cuenta de que su
ágape tuvo lugar en el m i s m o m o m e n t o en que hubiera debido estar en su des-
p a c h o para recibir a esa paciente. Había olvidado la cita. L u c y T o w e r dice e n -
tonces que tras aquella sesión que había olvidado se vio poseída por sentimientos
de rabia, de culpabilidad y de angustia. La paciente vuelve y le pregunta dónde
había estado. La analista responde: " M e había o l v i d a d o " — e s la disclosure, a d m i -
te su f a l l o — , "estoy desolada". La analizante protesta durante la sesión y luego
acaba d i c i e n d o : " S a b e usted, doctora Tower, en realidad no puedo decir que se
lo r e p r o c h e " . Y , maravilla del a c t i n g - o u t contratransferencial de Lucía Tower, tal
c o m o ella se expresa, "la defensa desapareció p o r e n t e r o " . La paciente dejó de
injuriarla y entra en el análisis propiamente dicho. Para L u c y T o w e r esto es la
prueba de la utilidad de la contratransferencia en la e x p e r i e n c i a analítica. La
contratransferencia te hace h a c e r esta clase de acting-outs que finalmente abren
la posibilidad de la e x p e r i e n c i a .
Y c o n c l u y e , de todas formas, que p r o b a b l e m e n t e había t e n i d o demasiada
paciencia, que si se hubiera sentido más libre de mostrarse agresiva c o n la p a -
c i e n t e y frente a sus injurias le hubiera d i c h o "ya está b i e n " , quizás hubiera ga-
nado tiempo. Ve en ello, c o n todo, la justificación de lo que se había producido
en el análisis. O sea — s i n duda, según ella, una vez m á s — , " u n a neurosis de
contratransferencia, esta vez, felizmente, de corta duración".
Es este t é r m i n o de contratransferencia el que no admite A n n i e R e i c h . Se
puede suponer que considera que es una cuestión t é c n i c a y que debe quedar
claro que no ha lugar a que el analista, en el acto analítico, a u t o r i c e al paciente
a decir cualquier cosa, en este caso insultos contra el analista. No faltan testi-
m o n i o s de análisis lacanianos, incluyendo i n t e r v e n c i o n e s de Lacan, en el senti-
do de p o n e r obstáculos a que el analista autorice al analizante a que lo injurie, a
que lo insulte de esta forma.
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C O N T R A T R A N S F E R E N C I A E INTERSUBJETIVIDAD
Impasses
Queda claro que, en la perspectiva de Lacan, este debate entre
contratransferencia y empatia hay que situarlo p o r entero entre los impasses del
registro imaginario. De lo que adolece tanto un punto de vista c o m o el otro es,
simplemente, de no considerar que el análisis es una e x p e r i e n c i a de lenguaje,
porque claramente, en ambos casos, el análisis es definido c o m o una e x p e r i e n -
cia e m o c i o n a l .
D a r todo su valor a esta definición del análisis c o m o experiencia de lenguaje
— a l g o que para nosotros es casi banal y que adquiere un relieve muy preciso cuan-
do lo o p o n e m o s a esta problemática e m o c i o n a l , en sus dos versiones— es c o m o
un reactivo. Desde este punto de vista, cuando hay contratransferencia, es decir,
cuando es movilizado el i n c o n s c i e n t e del analista, la solución es el análisis del
analista, su autoanálisis o la reanudación de su análisis.
En lo que se refiere a la empatia, al insight, el "de pronto se sabe", Lacan lo
relaciona c o n un proceso l ó g i c o . Lo que orienta la enseñanza de Lacan a través
de estas distintas versiones, innovaciones, es la posición del analista definida a
partir del " n o p i e n s o " , una posición del analista definida c o m o e x t e r i o r al i n -
c o n s c i e n t e . Tal c o m o él lo dice — ¿ c ó m o definir la posición de alguien que se
ocupa de los pensamientos, sino mediante un " n o pienso"? Es c o m o una n e c e -
sidad lógica que e x c e p t ú a al analista, en su p o s i c i ó n , de este c o n j u n t o de los
pensamientos de los que se ocupa.
Por otra parte, preciso es constatar q u e este debate nos devuelve a lo que
Lacan plantea, j u s t a m e n t e , a c o m i e n z o s de los años 50 — l a diferencia entre una
intersubjetividad i m a g i n a r i a y una i n t e r s u b j e t i v i d a d s i m b ó l i c a . Es aquella
intersubjetividad imaginaria que él llegó a llamar el discurso intermediario, en
el que se puede tratar de la relación de sujeto a sujeto, pero de manera que el
sujeto tiene en cuenta el ser del otro c o m o dado, y así se encuentra abierto a
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
I I . E S B O Z O D E UNA C R O N O L O G Í A
Reír
N o s reímos bastante a m e n u d o , quizás demasiado a m e n u d o , desde que l e e -
mos a los otros psicoanalistas, en particular los relatos de casos — c ó m o nos c u e n -
tan sus intervenciones, la narración de sus estados de ánimo, de sus experiencias
e m o c i o n a l e s o pensativas, p o r así decir, y sus elaboraciones teóricas al respecto.
La risa es un h e c h o y expresa, sin duda, el prejuicio que alimentamos de la
superioridad de nuestra técnica y de nuestra clínica. Esta risa da que pensar e
indica que estamos c o m o persuadidos de contar con el plano de la casa allí donde
vemos que nuestros colegas sudan tinta.
No digo que esta risa sea ilegítima. De todas formas, aquí y ahora, esta risa
es un obstáculo e p i s t e m o l ó g i c o en la medida en que h e m o s emprendido la ta-
rea de enseñarnos a nosotros mismos qué hay del m o m e n t o actual del psicoa-
nálisis, o sea, i n t e n t a m o s , si puedo emplear esta expresión, una reunificación
conceptual.
Este curso, llamado de La orientación lacaniana, en particular, se ha dedicado
desde hace m u c h o t i e m p o a estudiar la lógica de la enseñanza de Lacan, a r e -
c o m p o n e r l a , a escandirla, a p o n e r de relieve tanto su c o h e r e n c i a c o m o su diná-
mica de transformación. Hay que r e c o n o c e r que sólo muy de vez en cuando
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C O N T R A T R A N S F E R E N C Í A E INTERSUBJETIVII)A1)
Un artículo seminal
Para c o m p r e n d e r lo que tiene lugar hay que t o m a r una vía más larga que la
del materna. Hay que r e c o m p o n e r otra lógica, la del psicoanálisis no lacaniano
— s u p o n e m o s que lo h a y — , cosa que acabamos de empezar a hacer. E s t o ha
irrumpido aquí a través de las c o n s e c u e n c i a s de algunas i n t e r v e n c i o n e s aventu-
radas, públicas, y t e n g o que acarrear todavía — e s p e r o que p o r p o c o t i e m p o —
el peso de ciertas imágenes y de las tonterías que las acompañan. A falta de po-
der traerles recién salida del h o r n o toda esta lógica del otro psicoanálisis, me li-
mitaré a proponer el esbozo de una cronología, algunos puntos de referencia que
por otra parte ya h e m o s m e n c i o n a d o en ciertos casos.
La primera fecha, 1 9 4 9 , es la de un artículo del que se dice que es — m á s en
inglés que en francés — seminal, el que abrió ese c a m p o , esa vía, y que consti-
tuye una referencia todavía presente m e d i o siglo después. Ésta es la fecha del
artículo de Paula H e i m a n n titulado "A propósito de la contratransferencia",
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
La relación
Es el tema de la relación, ignorado hasta entonces en el psicoanálisis, el que
se empieza a oír. Correlativamente, H e i m a n n critica y propone abandonar la
elaboración o r t o d o x a de la posición del analista, aquella posición que, a partir
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CONTRATRANSFERENCIA E INTERSUBJETIVIDAD
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
2. Deshacerse de la contratransferencia
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C O N T R A T R A N S F E R E N C I A E INTERSUBJETIVI1 )AI)
La dinámica de la interacción
Aquí es donde daré un valor especial al artículo de A n n i e R e i c h , de 1 9 6 0 ,
"Algunas observaciones suplementarias sobre la contratransferencia". Este artí-
culo es, manifiestamente, un esfuerzo para bloquear la dinámica que está teniendo
lugar en el psicoanálisis. Annie R e i c h advierte una dilución del psicoanálisis, una
confusión entre psicoanálisis y psicoterapia, y trata de construir un dique que
detenga la progresión de la terrible R —inicial de respuesta — de Margaret Little.
Se o p o n e al establecimiento de una equivalencia entre la contratransferencia y
la respuesta total. Está dispuesta a admitir una contratransferencia empática.
Empatia sí, respuesta total, n o . T r a t a de levantar un d i q u e . R e c h a z a ese
borramiento de todas las delimitaciones metapsicológicas finas, que resulta esen-
cial para sostener el punto de vista de Margaret Little. P o r su parte, defiende la
posición ortodoxa del analista e indica, en esta ocasión, lo que ya se está produ-
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LA O R I E N T A C I Ó N LACANIANA
Un conciliador
Ahora c o m p r e n d o el valor de un t e x t o —bastante difícil de leer, parece una
sopa — d e O t t o K e r n b e r g , q u i e n e s c r i b e e n 1 9 6 5 u n a r t í c u l o t i t u l a d o
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"Contratransferencia". E n t r e Margaret Little y A n n i e R e i c h , c o n todas las pre-
cauciones de costumbre, K e r n b e r g valida el punto de vista de Margaret Little.
En vez de contribuir al dique de A n n i e R e i c h , más bien lo destruye.
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C O N T R A T R A N S F E R E N C I A E INTERSUBJETIVI1 )A1)
Kernberg es un conciliador, que trata de dar algo a cada uno. A lo que se aplica
esencialmente, al parecer, es a dar forma, si no a la nueva ortodoxia, al m e n o s al
mainstream. Adopta lo que llama la c o n c e p c i ó n totalística — t r a d u c c i ó n de la
palabra inglesa—, la c o n c e p c i ó n R mayúscula. Distingue la c o n c e p c i ó n clásica
de la contratransferencia, la de Freud, c o n todos aquellos que se vinculan a esta
posición, o sea, toman la contratransferencia c o n pinzas o c o n reservas, a d m i -
tiendo que hay sentimientos y que quizás es posible servirse de ellos, pero sin
sentirse c ó m o d o s c o n la contratransferencia — y , por otra parte, la c o n c e p c i ó n
de la respuesta total, totalística. En este artículo, K e r n b e r g adopta esta c o n c e p -
ción, admite la respuesta total en el mainstream psicoanalítico, pero t e n i é n d o l o
todo en cuenta e intentando integrar e l e m e n t o s de la c o n c e p c i ó n clásica c o n
el fin de o b t e n e r un consenso. Es e n t o n c e s cuando verdaderamente, de algún
modo, caen del todo las barreras. Es el final de una época. La dinámica relacional
empieza a imponerse. En esta fecha hay una resignación.
La escuela intersubjetiva
Luego, está el presente. Hay, desde luego, etapas intermedias que es preciso
reconstituir, pero t o m e m o s lo que se cristalizó a partir de los años 80 y que sin
suda hoy día constituye la línea de falla principal en el psicoanálisis no lacaniano.
Lo que se cristalizó a partir de los años 80 es la escuela intersubjetiva, la que
extrae las implicaciones de la dinámica de la relación llevándola hasta sus últi-
mas consecuencias, es decir, hasta el punto donde la interacción predomina s o -
bre el inconsciente. Alcanza aquí un punto extremo, desde donde puede hacerse
cargo verdaderamente de una crítica radical de la antigua ortodoxia, una o r t o -
doxia que incluye a Freud.
Los psicoanalistas intersubjetivistas de h o y día no salvan a Freud, sino que
ven en él, por el contrario, a quien camufló en la cura psicoanalítica la o m n i -
presencia de la subjetividad del analista y dio al psicoanálisis un estilo cientifista
Y positivista. Lo que aquí llaman positivismo consiste en admitir una realidad
psíquica subyacente, presente de antemano, previa a la interacción, es admitir el
inconsciente c o m o algo que ya esta ahí y buscarle, además, fundamentos de o r -
den b i o l ó g i c o . Se les ve, pues, impacientes tanto c o n el registro i n c o n s c i e n t e del
psicoanálisis c o m o c o n el registro de las pulsiones.
Es una crítica radical —y esta vez lógica — de aquella posición del analista
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LA O R I E N T A C I Ó N L A C A N I A N A
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LA O R I E N T A C I Ó N L A C A N I A N A
Notas
1 J a c q u e s - A l a i n M i l l e r e m p e z ó a abordar el tema de la contratransferencia en
enero y febrero de 2 0 0 2 en un aparte de su curso titulada " R é f l e x i o n s sur le
m o m e n t présent". La primera l e c c i ó n es accesible en el site de la ECF
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CONTRATRANSFERENCIA E INTERSUBJETIVIDAD
jani@lacanian.net
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