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HISTORIA DE LA CASA

Hacia fines del siglo XVII, posiblemente en 1693, el presbítero español, Luis María de Las Cuevas,
levanta los primeros muros de esta casa, el zaguán y dos de las habitaciones que dan a la calle llamada El
Telégrafo- hoy Pelagio B. Luna 811.

Desde el año 1730 hasta el año 1760, el propietario fue el Notario Eclesiástico natural de Potosí, Don
Francisco Javier de las Cuevas, cura Rector y después Vicario Excusador de la Provincia.

El 18 de Julio de año 1854, se vende la propiedad por 300 pesos a Justo Villafañe. Probablemente en esos
años se hicieron modificaciones, el cambio de puertas entre ellas. El 25 de agosto es vendida la propiedad
a Inés Clotilde y Octavio Sotomayor, quienes la ampliaron en 1870 y la vendieron nuevamente, por $2.300
a Ramón Moreira, hacendado y comerciante. Este amplió la construcción, sumó habitaciones que cerraron
el patio y construyeron las dos galerías laterales. En el año 1880, se termina la galería que da al zaguán,
que se abre a la que en ese momento se llamaba calle del Telégrafo. En el año 1890 se colocó el piso
calcáreo en las galerías.

No se puede precisar cuándo se modificó el frente, a comienzos del siglo XX, ya que responde a la
corriente italianizante que entró tardíamente en La Rioja. Desde el año 1870 la casa estuvo siempre en
poder de la familia Pazos Moreira. La Casa, representa la casa colonial, aquella que los abuelos o
bisabuelos nos narraban que vivieron que era grande con dos patios con sectores de servicio, caballerizas,
tuvo coche de plaza y uno de transporte de carga (carro), huertas, tambo, corrales. Lo denominaban solar
ya que ocupaban media manzana o manzana entera. Según nos narraron las últimas personas que habitaron
la casa en el segundo patio había una gigantesca pajarera. Necesitó personal de servicio, cocinera,
lavandera, y de limpieza para poder mantenerla.
CUANDO ES CONSTITUIDA MUSEO

En el año 1968 el N.O.A. Cultural, solicita a la familia permiso para organizar una exposición de
artesanías tradicionales, donde se exhibieron trabajos presentados por cinco provincias del noroeste
argentino, del éxito de esta exposición surgió la idea de instalar en la casa de los Moreira un Museo
Folklórico, luego de este evento, los dueños acceden a vender su residencia para que funcione un Museo.
El Gobierno a través del Ministro de Instrucción Pública gestiona ante la Secretaria de Turismo de la
Nación para adquirir la casona y entregarla a la Rioja para la formación y creación de un Museo. Se
adquiere la casa un 25 de julio 1969. El 1° de Agosto del año 1969 con dos salas de exposición se inaugura
el Museo Folklórico.

Se cumplía así con el objetivo de difundir la cultura popular pero también debía cumplir con otro propósito
fundamental: apoyar al artesano. Este objetivo se alcanza, cuando en una de las salas, se monta una feria
permanente, donde se exhiben y venden valiosas creaciones artesanales, realizadas en toda nuestra región y
se dan cita más de 1000 artesanos riojanos. Entre los artesanos se destaca, por ser una de las primeras en
participar, Casimira, una artesana de un paraje del interior de la provincia, “La torre”.

En el año 1973, el prestigio de esta institución, se había afianzado ante el público que la visitaba y ante los
artesanos de la ciudad y del interior.

La legislatura de la Provincia, se interesa por ésta labor y su proyección en todos los sectores y dicta la Ley
3.256, que el 1° de Octubre de 1973 se aprueba por unanimidad, estableciendo que sobre la base del
Museo Folklórico se cree el Instituto del Foklóre Riojano y sus dos departamentos Museo Folklórico y
Mercado Artesanal. En eso año la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos era La Dirección General de
Museos y Artesanías, por lo cual le fue otorgada por presupuesto de gastos para el ejercicio en año 1982,
aprobada por Ley 4145, comunicado por nota de Secretaría de Estado de Cultura y Educación N° 146 de
fecha 09-08-86.

TIPOLOGÍA

Se trata de un casona de esquina que responde a la tipología de “casa de Patios”, cuyo origen se remonta a
la casa grecorromana. La planta es simétrica, con acceso por un importante zaguán. Un patio de forma
cuadrada rodeado de galerías aloja un refrescante grupo arbóreo. Las ochos habitaciones, hoy sala de
exposición y administración del Museo, se disponen alrededor del patio mencionado. En el mismo eje del
zaguán de entrada, se encuentra un segundo zaguán, a través del cual se accede a una galería, hoy cerrada
en sus laterales para usos múltiples del Museo.

ESTILO

Refiriéndose a la Arquitectura italianizante en La Rioja, los Arquitectos Ramón Gutiérrez y Graciela


Viñualas sostienen en su publicación “La Rioja, su Patrimonio Artístico” “Creemos que una obra
sumamente representativa es la Casa de los Pazos Moreira, que muestra un grado de evolución muy
adelantado dentro de la concepción italianizante. Por un lado se nota una extremada simpleza y un
acertado manejo de la proporciones en los elementos de la fachada: arquería, vanos, cornisas y pilastras,
por el otro un excelente dominio de la escala en la resolución del patio interno con macizas columnas de
mampostería”

Todas las rejas de las ventanas, fueron realizadas exprofeso, en el año 1972, por cuanto no se usaba en la
cuidad en la época de la construcción y el motivo ornamental se extrajo de monumentos funerarios de la
época (uno de los cuales se exhibe en la sala capilla). La puerta de hierro que cierra el segundo zaguán,
perteneció a la ex correccional de mujeres y se la colocó en el año 1975 y la de entrada al pequeño patio
sobre la calle Catamarca, cerraba el ingreso vehicular del edificio de Tribunales, ubicado al frente de la
Plaza 25 de Mayo, construido en la década del 30 en etilo neocolonial.

El aljibe ubicado en este pequeño patio, es un agregado moderno, con fines puramente estéticos. La casa
se encontraba originariamente en la esquina de un gran terreno ( dos solares equivalentes a media
manzanas) y rodeada de jardines y montes de árboles frutales.

EL MUSEO
El Museo Folklórico Riojano, representa la casa colonial, aquella que los abuelos o bisabuelos nos narraron
alguna vez, que eran grandes, que tenía varias habitaciones, con patios, galerías, plantas ornamentales con
un sector de servicio, donde encontrabas caballeriza, cochera, carro (trasporte de carga), huertas, tambo,
corrales lo denominaban en esa época solar a la ubicación de la casa, ya que ocupaban media manzana o
manzana entera. Era una casa con dos patios, uno de visitas y otro de servicio en su segundo patio tuvo
una gigantesca pajarera dentro de un árbol, necesitó personal de servicio como cocinera, lavandera, de
limpieza, peones para poder mantenerla.

El Museo representa toda esa vivencia, ya que sus salas están llenas de información del acervo folklórico.
Significa el matinal saludo, una charla de café, una rueda familiar de mate o el compartir un vaso de vino
de pura cepa riojana. Por el corazón del Museo , hay un mensaje que pasa desde el abrazo amistoso de su
patio, el brasero rústico para el mate, la cocina que se aroma con el pan fresco, las tinajas prometedoras del
néctar de las uvas, se detiene por el emblema de su secular “Tinkunaco”, palpita en la cerámica de viejas
divinidades diaguitas, refresca el corazón con el aguatero cántaro de antiguas familias, nos hace sombrear
en el añoso jacarandá y nos dice “ vuelvan” desde una santa Rita abrazada a la reja del mismo patio….

………….Mucho años vivió por su cuenta la vieja casa que alberga este cotidiano Museo.

En los viejos muros están gravadas las edades del hombre y la mujer riojana; andan por las habitaciones
ecos de muchas voces; en el patio están los rumores de aquellas reuniones familiares de Navidades, por
bautismo, por el casamiento y el cumpleaños. Esas reuniones que reviven en cada paso de una noche de
fiesta de nueva familia que habita la vieja casona……..

Aquí creció un sueño, el de hacer perdurar la provinciana; ese sueño se embebió de esfuerzos de voluntad,
de búsqueda y de entrega. Maduró con sacrificio, con generosidad y con tesón. Y hoy echa a caminar un
ciclo sólido por presencia, por trayectoria y sobre todo por conformar una familia.

EL MUSEO CONCEBIDO COMO FACTOR SOCIO-CULTURAL

Muchos Museos están pagando un costoso tributo por su afán de reunir en sus salas la quinta esencia del
saber y de la actividad humana en distintos campos. A las necesidades reales del hombre han antepuesto el
interés por acumular objetos.
Así el contenido de los Museos se ha hecho gradualmente intangible para una inmensa mayoría de los
miembros de la sociedad.

Es evidente que no es lo mismo un museo situado en una zona rural que uno situado en un contexto
industrial, de ciudad; que no es lo mismo la situación de una población altamente culturizada que la de otra
con un elevado índice de analfabetismo. Es así que siempre tratamos de abordar el problema de nuestro
Museo estudiando minuciosamente las necesidades culturales de nuestra comunidad, en ese contexto
elaboramos un completo plan de culturización referido al área que nos ocupa, que incluye la promoción de
las artesanías populares tradicionales y sus hacedores entendiendo esto, como una parte importante del
folklore vivo. (Nació así el Departamento Mercado Artesanal que realiza una labor amplia y fecunda).

En otro orden de cosas, junto al Mercado Artesanal, el Museo Folklórico realizan permanentes cursos
prácticos sobre artesanías con el fin de despertar el interés en la población urbana, por propender a la
población humana a través de actividades que muchas veces pueden llegar a convertirse en rentables
oficios.

La investigación de toda forma de manifestación pueblo de nuestra Provincia y su difusión preocupa


también a nuestra institución que mediante un Departamento específico, estudia y difunde las mismas a
través de publicaciones, charlas, audiovisuales, espectáculos etc.

Pensamos que el Museo, debe ser útil en su gestión cultural como medio de comunicación social, como
vehículo de encuentros comunitarios y así nuestras puertas están abiertas a cualquier manifestación
culturizadora. A él le abrimos nuestra casa, que es abrir el corazón de La Rioja, para que nos conozca, nos
comprenda y lógicamente nos quieran un poco más. Porque para aquellos de que conocer es amar, así
somos los riojano….de corazón y puertas abiertas…….miramos con alegría el futuro enraizados en el saber
de nuestros mayores, y no solamente de aquello que trascienden con luz propia, sino el de todo un pueblo
humilde y anónimo, pero capaz de las más grandes epopeyas.

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