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Las personas mayores somos muchas y muy diversas. Somos nueve millones de personas
mayores en España, lo que supone casi un 20% de la población, y el número es creciente. El
31% de los nueve millones, tiene más de 80 años, siendo mayor el número de mujeres que de
hombres. Las personas mayores somos muy diversas no solo en edad, sino en circunstancias,
personalidad y modo de vida. Este proyecto reconoce y se dirige a la diversidad de personas
mayores, respetando las decisiones y opciones de vida, aportando dignidad y dando poder a
las personas mayores.
Este proyecto es una ocasión de participar activamente como personas comprometidas para
conseguir mejores ciudades en las que vivir en todas las etapas de la vida. Nos ofrece la
posibilidad de colaborar el diseño de entornos en los que los que envejecer no sea un
problema para seguir viviendo con libertad, autonomía, seguridad, bienestar y participación,
y ello supone beneficios para toda la sociedad.
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Es importante y valiosa la implicación de las organizaciones de mayores dando a conocer
esta iniciativa en su territorio, a sus gobiernos locales, instándoles a participar y adherirse a
la Red para mejorar la “amigabilidad” de su entorno más cercano.
Y en las localidades que ya se han adherido a la Red y van a desarrollar el proyecto, las
organizaciones de mayores pueden y deben fomentar y facilitar la participación de personas
mayores en los Grupos Focales, grupos de consulta y debate para conocer la opinión,
demandas y propuestas de la población mayor de esa localidad.
El Paradigma del Envejecimiento Activo y Saludable, señala que las personas no solo
necesitamos salud o seguridad para vivir y para envejecer dignamente, sino que necesitamos
disponer de oportunidades de participación y desarrollo personal. Y este proyecto es una
ocasión para ello.
El Informe Mundial de Envejecimiento y Salud indica que una mayor adecuación entre los
entornos y las personas mayores se puede conseguir en todas partes. En nuestra ciudad y
nuestros entornos podemos hacer mejor las cosas, y hacer mejores cosas. Ello se puede
comprobar en las buenas prácticas que van surgiendo por todo el mundo en la Red Mundial
de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores.
Mejorar las condiciones de vida de las personas requiere decisiones políticas inteligentes y la
participación dedicada de muchas personas. Las personas mayores debemos jugar este papel
de cambio positivo participando activamente.
Nuestra implicación evita tratamientos negativos hacía las personas mayores, tales como:
edadismo, victimismo, estereotipos, invisibilidad, desconfianza, aislamiento, soledad,
desinterés, mala imagen, decisiones erróneas… y por el contrario inspira el cambio
proponiendo y consensuando lo que se puede hacer y lo que se debe mejorar.
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¿Cuál es nuestro papel en la mejora de nuestro pueblo o ciudad?
Las personas mayores debemos asumir un papel más activo en la generación de valor público.
Se nos deben ofrecer las oportunidades para que podamos desarrollar este rol.
Nuestra participación abarca todas las áreas de la vida en la comunidad, y debe ser tenida
en cuenta en todas las fases del proyecto.
El siguiente cuadro explica el enfoque de los programas y el papel de las personas mayores:
El trabajo es multisectorial por lo que hay muchos agentes implicados, ello nos obliga a
trabajar en equipo y aprender a defender nuestras propuestas desde el consenso y el
aprendizaje continuo. Puede ser un momento bueno para aprender a utilizar nuevas
herramientas y mecanismos de comunicación así como para compartir el conocimiento.
Los espacios de nuestra vida cotidiana son compartidos con personas jóvenes, estudiantes,
personas de otras culturas, familias con niños, personas con discapacidad, personas que
requieren cuidados de larga duración, y otras muchas circunstancias, por ello debemos
pensar en soluciones buenas para todas las personas. La mayoría de veces nuestras
propuestas para mejorar y hacer más accesibles las viviendas, transportes, comercios, calles,
parques etc. son buenas para toda la población.
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Debemos facilitar el intercambio de información y de buenas prácticas que conozcamos.
Debemos analizar los pros y contras, así como valorar las dificultades que podamos encontrar
para poder solucionarlas correctamente.
Las decisiones tomadas mejoran su calidad al haber existido mayor consenso y mayor
implicación ciudadana.
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Al lograr un mayor grado y diversidad de participación social se responde tanto a las
necesidades de las personas (autonomía, y bienestar) como a las necesidades de la
sociedad (creación de capital social y extensión de la democracia participativa)
consiguiendo mejores ciudades y comunidades en las que vivir y participar presentes y
futuras generaciones.
Ventajas compartidas
Todos estos puntos analizados nos llevan a transformar realidades de nuestra ciudad a través
de la participación de personas mayores.
Una importante transformación se refiere a las propias personas mayores que pasamos de ser
objetos de políticas sociales a ser sujetos con voz en los ayuntamientos y las instituciones,
con capacidad de iniciativa para promover una sociedad inclusiva y crear espacios
intergeneracionales de solidaridad.
Es muy interesante la posibilidad que ofrece este proyecto de desarrollar roles participativos
que estén llenos de sentido para las personas que los realizan y, por tanto beneficiosos y
satisfactorios para ellas, y a la vez, resultar de utilidad social.
La participación debe ser asumida como un enfoque que combina la utilidad de ampliar la
autonomía y bienestar, como la extensión de la participación cívica de distintos grupos de
edad desde una perspectiva intergeneracional.
La filósofa Martha Nussbaun, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012, resalta
que “mejorar la calidad de vida de las personas requiere decisiones políticas inteligentes, y
la participación dedicada de muchas personas”.
Al cumplir años debemos mantener el papel de responsabilidad social que hemos ejercido en
otras etapas de nuestra vida, para lo cual debemos contar con marcos y entornos que nos
faciliten esta tarea.
La Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores supone una
buena oportunidad para cumplir este rol participativo en beneficio de presentes y futuras
generaciones.
o www.mayoresudp.org
o http:// newsletter.eulen.com/news/SSS/NOV19/articulo.html
o Nussbaum, M. (2011) “Creating Capabilities” Harvard University Press.
o Rodríguez Cabrero, G.; Rodríguez Rodríguez, P.; Castejón Villarejo, P.; Morán Aláez, E.
(2013) “Las personas mayores que vienen. Autonomía, Solidaridad y Participación
social”. Estudios Fundación Pilares para la autonomía personal.
o Villar,F. (2012) “Hacerse bien haciendo el bien: la contribución de la generatividad al
estudio del buen envejecer”, en Rev. Información Psicológica, 104, 39-56.
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Lecturas complementarias:
- La participación de las personas mayores en el proyecto. Experiencia de Castellón
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