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LA DEMENCIA

Demencia es un término general para un deterioro grave de la capacidad mental que interfiere con la vida
cotidiana. La pérdida de memoria es un ejemplo. El Alzheimer es el tipo más común de demencia.

Descripción general

La demencia no constituye una enfermedad en particular, sino que hace referencia a un grupo de
síntomas que afectan la memoria, la capacidad para pensar y el desenvolvimiento social de un modo tan
fuerte que interfiere en la vida diaria.

Si bien la demencia generalmente conlleva pérdida de memoria, esta puede atribuirse a otras causas. De
modo que la pérdida de memoria en forma aislada no significa que tengas demencia.

La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia progresiva en adultos mayores; no


obstante, la demencia puede tener diversas causas. Algunos síntomas de la demencia se pueden revertir;
esto depende de la causa.

Síntomas

Los síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas frecuentes son los
siguientes:

Cambios cognitivos

 Pérdida de memoria, que normalmente la detecta la pareja u otra persona

 Dificultad para comunicarse o para encontrar palabras para decir

 Dificultad para razonar o resolver problemas

 Dificultad para realizar tareas complejas

 Dificultad con la planificación y organización

 Dificultad con la coordinación y las funciones motoras

 Confusión y desorientación
Cambios psicológicos

 Cambios en la personalidad

 Depresión

 Ansiedad

 Comportamiento inadecuado

 Paranoia

 Agitación

 Alucinaciones

Cuándo consultar al médico

Consulta a un médico si tú o un ser querido tiene problemas con la memoria u otros síntomas de
demencia. Algunas afecciones médicas tratables pueden causar síntomas de demencia, por lo que es
importante determinar la causa preexistente.

Causas

La demencia implica el daño de neuronas del cerebro, que puede ocurrir en distintas áreas. Por esto,
afecta de manera diferente a cada persona según la zona cerebral dañada.

Las demencias a menudo se agrupan por lo que tienen en común, como la parte del cerebro afectada o si
empeoran con el tiempo (demencias progresivas). Algunas demencias, como las causadas por una
reacción a medicamentos o a una deficiencia de vitaminas, pueden mejorar con tratamiento.

Demencias progresivas

Los tipos de demencias que son progresivas y que no son reversibles comprenden los siguientes:

 Enfermedad de Alzheimer. En las personas de 65 años o más, la enfermedad de Alzheimer es la


causa más frecuente de demencia.

Si bien la causa de la enfermedad de Alzheimer se desconoce, suelen encontrarse placas y ovillos


en los cerebros de las personas con esta enfermedad. Las placas son depósitos de una proteína
denominada «beta amiloide», y los ovillos son ovillos fibrosos compuestos por la proteína «tau».
Algunos factores genéticos pueden hacer que algunas personas tengan más probabilidades de
padecer la enfermedad de Alzheimer.

 Demencia vascular. Este es el segundo tipo de demencia más frecuente y ocurre como resultado
del daño de los vasos que irrigan al cerebro. Los problemas de los vasos sanguíneos pueden ser
consecuencia de un accidente cerebrovascular o de otras enfermedades de los vasos sanguíneos.

 Demencia con cuerpos de Lewy. Los cuerpos de Lewy son depósitos anormales de proteína que
se han hallado en el cerebro de las personas con demencia con cuerpos de Lewy, enfermedad de
Alzheimer y enfermedad de Parkinson. Este es uno de los tipos de demencia progresiva más
frecuentes.

 Demencia frontotemporal. Se trata de un grupo de enfermedades caracterizado por la


fragmentación (degeneración) de neuronas de los lóbulos frontal y temporal del cerebro, las zonas
generalmente relacionadas con la personalidad, la conducta y el lenguaje.

Al igual que con otros tipos de demencias, se desconoce la causa.

 Demencia mixta. Las autopsias del cerebro de personas de 80 años o más que han tenido
demencia revelan que muchas han sufrido una combinación de la enfermedad de Alzheimer, la
demencia vascular y la demencia con cuerpos de Lewy. En este momento, se llevan a cabo estudios
para determinar de qué manera el hecho de tener demencia mixta afecta los síntomas y los
tratamientos.

Otros trastornos vinculados con la demencia

 Enfermedad de Huntington. Esta enfermedad que ocurre por una mutación genética hace que se
pierdan ciertas células nerviosas del cerebro y de la médula espinal. Los signos y síntomas, que
comprenden un deterioro considerable de las habilidades cognitivas (del pensamiento), suelen
aparecer entre los 30 y 40 años.

 Lesión cerebral traumática. Este trastorno es causado por traumatismos repetitivos en la cabeza,


como los que padecen los boxeadores, jugadores de fútbol americano o soldados.

Según la parte del cerebro lesionada, este trastorno puede causar signos y síntomas de demencia,
como depresión, carácter explosivo, pérdida de la memoria, movimientos sin coordinación y
alteración del lenguaje, así como movimientos lentos, temblores y rigidez (parkinsonismo). Los
síntomas tal vez no aparezcan hasta muchos años después del traumatismo sufrido.

 Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Este raro trastorno cerebral suele presentarse en personas sin


factores de riesgo. Tal vez se deba a una forma anormal de una proteína. La enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob puede ser hereditaria o adquirida a través de la exposición a tejido cerebral o del
sistema nervioso enfermo.
Los signos y síntomas de esta enfermedad mortal suelen aparecer cerca de los 60 años.

 Enfermedad de Parkinson. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson presentan, con el


tiempo, síntomas de demencia (demencia de la enfermedad de Parkinson).

Trastornos similares a la demencia que pueden revertirse

Algunas causas de demencia o síntomas similares pueden revertirse con tratamiento. Algunos de ellos
son:

 Infecciones y trastornos inmunitarios. Se presentan síntomas similares a la demencia por fiebre u


otros efectos secundarios del intento del cuerpo por vencer a una infección. Los trastornos, como la
esclerosis múltiple, que surgen por el ataque del sistema inmunitario a las neuronas también pueden
causar demencia.

 Problemas metabólicos y anomalías endocrinas. Las personas con problemas tiroideos, bajo


nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia), niveles muy bajos o muy altos de sodio o calcio, o una
capacidad alterada de absorción de la vitamina B-12 pueden padecer síntomas similares a la
demencia u otros cambios en la personalidad.

 Deficiencias nutricionales. Se pueden presentar síntomas similares a la demencia como resultado


de no beber suficientes líquidos (deshidratación); no contar con suficiente tiamina (vitamina B-1), que
es frecuente en personas con alcoholismo crónico; y no incorporar suficientes vitaminas B-6 y B-12
en la alimentación.

 Reacciones a medicamentos. Pueden ocurrir síntomas similares a la demencia como una reacción


a un solo medicamento o a una interacción de varios de ellos.

 Hematomas subdurales. El sangrado entre la superficie del cerebro y su cobertura, que ocurre con
frecuencia en las personas de edad avanzada después de una caída, puede causar síntomas
similares a la demencia.

 Intoxicación. Pueden aparecer síntomas similares a la demencia por la exposición a metales


pesados, como el plomo, y a otros productos tóxicos, como los pesticidas; también por el abuso de
alcohol y el uso de drogas recreativas. Los síntomas pueden desaparecer con tratamiento.

 Tumores cerebrales. En raras ocasiones, la demencia puede ser el resultado del daño causado por
un tumor cerebral.

 Anoxia. Esta afección, también llamada «hipoxia», se presenta cuando los tejidos orgánicos no
reciben suficiente oxígeno. Puede ocurrir anoxia por asma grave, un ataque cardíaco, intoxicación
por monóxido de carbono y otras causas.
 Hidrocefalia con presión normal. Esta afección, causada por el aumento de tamaño de los
ventrículos cerebrales, puede generar problemas para caminar, dificultad para orinar y pérdida de la
memoria.

Factores de riesgo

Hay muchos factores que a la larga provocan demencia. Algunos factores, como la edad, no se pueden
cambiar. Otros se pueden tratar para reducir el riesgo.

Factores de riesgo que no se pueden cambiar

 Edad. El riesgo aumenta con la edad, especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la
demencia no es una parte normal de envejecer y puede ocurrir en los jóvenes.

 Antecedentes familiares. Si tienes antecedentes familiares de demencia, esto aumenta el riesgo de


tener esta afección. Sin embargo, muchas personas con antecedentes familiares nunca desarrollan
síntomas, mientras que muchas otras personas sin antecedentes familiares sí los desarrollan. Hay
pruebas que están disponibles para determinar si tienes ciertas mutaciones genéticas.

 Síndrome de Down. En la madurez, muchas personas con síndrome de Down desarrollan la


enfermedad de Alzheimer de aparición temprana.

 Deterioro cognitivo leve. Involucra dificultades con la memoria, pero sin pérdida de la función
diaria. Las personas con esta afección tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia.

Factores de riesgo que puedes cambiar

Podrías controlar los siguientes factores de riesgo de demencia.

 Consumo excesivo de alcohol. Si tomas grandes cantidades de alcohol, podrías correr un mayor
riesgo de tener demencia. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que cantidades
moderadas de alcohol podrían tener un efecto protector.

 Factores de riesgo cardiovasculares. Entre ellos, están la presión arterial alta (hipertensión), el


colesterol alto, la acumulación de grasas en las paredes de las arterias (ateroesclerosis) y la
obesidad.

 Depresión. Aunque aún no se conoce bien, la depresión a una edad tardía podría indicar la
manifestación de demencia.

 Diabetes. Si tienes diabetes, podrías correr un mayor riesgo de padecer demencia, especialmente si
no se controla bien.
 Fumar. El fumar podría aumentar el riesgo de tener demencia y enfermedades de los vasos
sanguíneos (vasculares).

 Apnea del sueño. Las personas que roncan y tienen episodios donde con frecuencia dejan de
respirar mientras duermen pueden tener una pérdida de la memoria reversible.

Complicaciones

La demencia puede afectar muchos sistemas y aparatos del organismo y, por lo tanto, la capacidad de
funcionamiento. La demencia puede provocar:

 Nutrición inadecuada. Muchas personas que padecen demencia con el tiempo reducen o


suspenden la ingesta de nutrientes. En última instancia, es posible que no puedan masticar ni tragar.

 Neumonía. La dificultad para tragar aumenta el riesgo de asfixiarse o aspirar alimentos hacia los
pulmones, lo que puede obstruir la respiración y provocar neumonía.

 Incapacidad para realizar tareas relacionadas con el cuidado personal. A medida que la
demencia avanza, puede afectar la capacidad de realizar diversas tareas, como bañarse, vestirse,
cepillarse el cabello o los dientes, ir al baño sin ayuda y tomar los medicamentos correctamente.

 Desafíos relacionados con la seguridad personal. Algunas situaciones cotidianas pueden


presentar problemas de seguridad para las personas con demencia, por ejemplo, conducir, cocinar y
caminar solo.

 Muerte. La demencia en etapa terminal provoca el coma y la muerte, a menudo por infección.

Prevención

No existe una forma segura de prevenir la demencia, pero hay medidas que puedes tomar y que pueden
ayudarte. Se necesita más investigación, pero puede ser beneficioso hacer lo siguiente:

 Mantén tu mente activa. Las actividades que estimulan la mente, como leer, resolver
rompecabezas y crucigramas, y el entrenamiento de la memoria, pueden retardar el comienzo de la
demencia y disminuir sus efectos.

 Mantente activo físicamente y socialmente. La actividad física y las interacciones sociales ayudan
a retardar el comienzo de la demencia y a disminuir los síntomas. Mantente en movimiento y trata de
hacer al menos 150 minutos de ejercicios por semana.

 Deja de fumar. Algunos estudios han demostrado que fumar en la madurez y más tarde puede
incrementar el riesgo de demencia y las afecciones de los vasos sanguíneos (vasculares). Dejar de
fumar puede reducir los riesgos y mejorará tu salud.
 Toma suficiente vitamina D. Las investigaciones sugieren que es más probable que las personas
con bajos niveles de vitamina D en la sangre padezcan la enfermedad de Alzheimer y otras formas
de demencia. Puedes obtener vitamina D a través de ciertos alimentos, suplementos y exposición al
sol.

Se deben realizar más estudios antes de recomendar un aumento de la ingesta de vitamina D para
prevenir la demencia, aunque es una buena idea asegurarse de que ingieres la cantidad suficiente
de vitamina D.

 Disminuye tu presión arterial. La presión arterial alta puede producir un riesgo mayor de algunos
tipos de demencia. Se necesita más investigación para determinar si el tratamiento de la presión
arterial alta puede reducir el riesgo de demencia.

 Mantén una dieta saludable. Tener una dieta saludable es importante por muchas razones, pero
una dieta como la dieta del Mediterráneo (rica en frutas, vegetales, cereales integrales, ácidos
grasos omega 3 que se encuentran frecuentemente en ciertos pescados y frutos secos) puede
mejorar la salud y disminuir el riesgo de desarrollar demencia.
Demencia senil

Qué es
La demencia senil es un término que concentra la disminución del funcionamiento
intelectualque interfiere en las funciones cotidianas y que afecta, de forma completa o parcial,  a
dos o más capacidades del paciente, como la memoria, el lenguaje, la percepción, el juicio o el
razonamiento.
La demencia, a veces, esta denominada incorrectamente como “senilidad” o “demencia senil”, al
conectarla de forma inherente al envejecimiento del paciente.
Según Sagrario Manzano, doctora y coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y
Demencias de la Sociedad Española de Neurología, “emplear el término demencia senil es
erróneo, puesto que esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad”.
La enfermedad de Alzheimer representa entre el 60 y el 80 por ciento de los casos de
demencia. 

Causas
En términos generales, la demencia suele ocurrir a una edad avanzada, entendiendo ésta a partir
de los 60 años. Por lo que el envejecimiento supone uno de los factores de riesgo más
significativos.
En la mayoría de los casos, la demencia es una enfermedad de carácter degenerativo y, por lo
tanto, irreversible. Por ello, las funciones o capacidades que se pierdan no podrán volver a ser
recuperadas por el paciente.
Como excepción, existen algunas causas de la demencia que, si son detectadas a tiempo, pueden
ser reversibles.
Éstas son, por ejemplo, algunas lesiones cerebrales, tumores en el cerebro, cambios en los
niveles de glucosa, calcio o sodio (en estos casos la demencia se considera de origen
metabólico), o niveles bajos de vitamina B12 en sangre.
Dentro de las causas que pueden provocar la demencia están:
 La enfermedad de Huntington: Trastorno en el que determinadas partes del cerebro se
degeneran. Es una enfermedad que se transmite de padres a hijos.
 
 Lesionescerebrales.
 
 Esclerosis múltiple: Enfermedad autoinmunitaria que afecta al cerebro y a la médula espinal.
 
 Parkinson: Afección en la que las células que ayudan a controlar el movimiento y la coordinación
se van degenerando. La enfermedad provoca temblores y dificultad para moverse o andar.
 
 Parálisis supranuclear progresiva: Trastorno que provoca dificultad en el movimiento debido a
un daño producido en las neuronas.
 
 Infecciones como sida, sífilis o la enfermedad de Lyme.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Los síntomas de la demencia abarcan muchos aspectos de las funciones mentales del paciente.
En términos  generales, se puede ver afectado el comportamiento emocional o de la personalidad,
el lenguaje, la memoria, la percepción y el pensamiento o juicio.
Previamente a presentarse la enfermedad, la persona sufre un deterioro cognitivo leve (DCL)
que incluye la dificultad para realizar varias tareas a la vez, para resolver problemas o para tomar
decisiones.
Además, dificulta el recuerdo de hechos o conversaciones recientes y la agilidad mental se ve
disminuida.
A medida que el trastorno empeora, los síntomas se agravan también y también pueden aparecer:
 Pérdida de habilidades sociales y cambios de personalidad, lo cual lleva a comportamientos
inapropiados en público y, a veces, agresivos.
 
 Problemas a la hora de comunicarse, ya que el paciente presenta dificultad para recordar el
nombre de objetos familiares. A esto se une la pérdida del sentido de la orientación por lo que
la persona puede perderse con asiduidad y no encontrar objetos.
 
 Aumento de la dificultad para memorizar o realizar actividades que requieran pensar.
 
 El paciente pierde su capacidad de juicio y no es capaz de determinar la peligrosidad de sus
acciones.
 
 Se producen cambios en el patrón del sueño, lo que aumenta el riesgo de
sufrir alucinaciones, delirios y es posible que este cuadro sintomático lleve a la depresión.
En los casos más graves, los pacientes con demencia ya no son capaces de realizar actividades
básicas, tales como comer, bañarse o vestirse. Es posible que sean incapaces de reconocer a
familiares cercanos o de entender el lenguaje.
En
términos generales, la demencia suele ocurrir a una edad avanzada, entendiendo ésta a partir de los 60 años. Por lo que el envejecimiento supone uno de los
factores de riesgo más significativos.

Prevención
La mayoría de las enfermedades de tipo psiquiátrico carecen de medidas preventivas concretas.
En el caso de la demencia, es fundamental consumir alimentos saludables y practicar
ejercicio de forma rutinaria para mantener el bienestar del organismo.
Además, es importante controlar otro tipo de enfermedades que pueden suponer factores de
riesgo, como la diabetes. Por último, los especialistas recomiendan que el paciente acuda con
frecuencia a controlarse la tensión arterial y que evite fumar en la medida de lo posible. 

Tipos
Existen varios tipos de demencia, pero las más comunes son:
 Enfermedad de Alzheimer: Es la forma más común de demencia entre las personas mayores.
Suele afectar a las partes del cerebro que se encargan del pensamiento, la memoria y el lenguaje.
 
 Demencia vascular: Es aquella que se produce después de un problema grave de carácter
cerebrovascular (ictus) a lo largo de un periodo de tiempo prolongado y es el segundo tipo de
demencia más común. 
Diagnóstico
Para diagnosticar la demencia, el especialista llevará a cabo las siguientes pruebas con carácter
genérico:
 Un examen físico completo, revisando, sobre todo, el funcionamiento del sistema nervioso.
 
 El médico llevará a cabo preguntas acerca de la historia clínica y la sintomatología.
 
 Examen de la función mental del paciente para determinar si tiene alguna capacidad afectada o
disminuida. 

Tratamientos
Para tratar la enfermedad, es preciso conocer cuáles son los factores causantes e intentar
erradicarlos o controlar sus síntomas.
En algunas ocasiones, los medicamentos para tratar la demencia pueden empeorar la situación del
paciente, por lo que se pueden llevar a cabo suspensión o cambios de los mismos.
En general, pueden tratarse los daños colaterales que se produzcan (anemia, infecciones o
trastornos nutricionales), o disminuir el ritmo al cual empeoran los síntomas a través de fármacos,
pero en el segundo caso, los cambios suelen ser imperceptibles.
Por último, se puede iniciar una terapia para ayudar en el comportamiento del paciente, su
pérdida de juicio o las confusiones que padece.
Una persona con esta enfermedad requerirá de apoyo en el hogar, el cual deberá aumentar a
medida que la patología empeora. 

Otros datos
Es posible que un paciente sufra un deterioro cognitivo leve pero que no llegue a padecer ningún
tipo de demencia.
Pero en los casos en los que sí se padece, esta enfermedad reduce considerablemente la
calidad de vida y las expectativas de la misma.
En estas circunstancias, los familiares de los pacientes suelen aumentar la atención de las
personas con este trastorno junto con el apoyo de las asociaciones que se dedican a la causa. 

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