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Revista de Geografía Norte Grande, 55: 19-41 (2013)


Artículos

Macro y mesoclimas del altiplano andino


y desierto de Atacama:
desafíos y estrategias de adaptación
social ante su variabilidad1

Hugo Romero2, Pamela Smith3, Magaly Mendonça4 y Manuel Méndez5

RESUMEN
Desde una perspectiva geográfica multiescalar son analizados cuantitativa y cualitati-
vamente los factores y componentes que otorgan especificidad climática al desierto de
Atacama, el más árido del mundo, y a las montañas y altiplanos andinos de las cuales
dependen sus fuentes de agua, la ocupación humana y las actividades económicas, en
especial la minería, que constituye la principal base del crecimiento económico de
Chile. El monzón sudamericano, que asocia las masas y flujos de aire del interior del
continente con el altiplano y la costa del océano Pacífico actúa como el componente
macroclimático más relevante, mientras a mesoescala son las condiciones topoclimá-
ticas, asociadas a la altura, exposición y orografía de los relieves, las que determinan
la disponibilidad de agua en los paisajes. La demanda de recursos hídricos generada
por el auge minero y las estrategias de adaptación de las comunidades indígenas ante
las variabilidades climáticas condicionan el significado de los socioclimas, en que los
elementos naturales y socioeconómicos deben ser integrados.
Palabras clave: Multiescalaridad, climatología, Monzón Sudamericano, Desierto
de Atacama.

ABSTRACT
From a geographical perspective are multiscalarity analized quantitative and qualitati-
ve factors and components that give specificity to the climate of the Atacama Desert,
the driest in the world, and to Andean mountains and plateaus from which depend on
water sources, human settlement and economic activities, especially mining, which is
the main basis for the economic growth of Chile. The South American monsoon, which
brings together air masses and flows from continental inland, towards altiplanos and the
Pacific coast, acts as the most important macroclimatic component, while meso-scale
topoclimatic conditions, associated with exposure, altitude and topography of reliefs,
determine water in the landscapes.The demand for water generated by mining boom
and the adaptation strategies of indigenous communities to cope with climate change
and variability provide the meaning and significance to socioclimates, which natural
and socio-economic elements should be interdisciplinary and scalarly integrated.
Key words: Multiscalarity, Climatology, Tropical Monzoon, Desierto de Atacama.

1 Resultados de Proyecto VID Universidad de Chile 2 Departamento de Geografía, Universidad de Chile


“Desarrollo de capacidades de adaptación de las (Chile). E-mail: hromero@uchilefau.cl
comunidades altoandinas al cambia climático. Una 3 Departamento de Geografía, Universidad de Chile
propuesta didáctica para su comprensión y gestión” (Chile). E-mail: pamelasmit@gmail.com
y FONDECYT N° 1120204 “Análisis Multiescalar de 4 Departamento de Geociências, Universidade Fede-
los Cambios Climáticos y su consideración en la Eva- ral de Santa Catarina (Brasil).
luación Ambiental Estratégica del Desarrollo Regional E-mail: magaclimatologica@gmail.com
Sustentable del Altiplano del Norte de Chile”. Artículo 5 Departamento de Geografía, Universidad de Chile
recibido el 30 de enero de 2012, aceptado el 31 de (Chile).
enero de 2013 y corregido el 30 de mayo de 2013. E-mail: mendez.diaz.manuel@gmail.com
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“Se ha dicho a menudo que el Hombre no y por lo tanto el agua es el recurso natural
está solamente condicionado por el clima, más escaso, lo que constituye una severa
sino que él, a su vez, lo trabaja y transfor- limitación para su ocupación biológica y
ma. Pero esto es ignorar la verdadera na- humana; mientras, por otro, en estos paisajes
turaleza del clima. El Hombre aprehende hiperáridos, concentra una de las mayores
el clima de sí mismo… El clima no existe riquezas minerales del mundo en términos de
aparte de la historia, ni la historia aparte cobre, molibdeno, plata y oro, cuya explota-
del clima. Esto puede ser solo comprendi- ción requiere grandes cantidades de recursos
do desde la estructura fundamental de la hídricos y atrae a las más grandes empresas
existencia humana” (Natsuji, 1961). transnacionales dada su abundancia y cali-
dad. Adicionalmente, el desierto de Atacama
La variabilidad de los climas es una de las ha sido testigo de la más antigua ocupación
incertidumbres que toda sociedad debe en- humana por parte de las etnias aimara y ata-
frentar en su vida cotidiana, mediante com- cameña, que se instalaron en esos parajes
plejos procesos de aprendizaje, adaptación hace más de diez mil años.
y mitigación. Los cambios y variabilidades
climáticos pueden ser definidos como uno de La climatología del desierto de Atacama
los elementos que explican la diferenciación es el resultado de un complejo y dinámico
espacial de los paisajes naturales y culturales; sistema de relaciones multiescalares, co-
es evidente que los climas constituyen ade- mandadas a macroescala por el Monzón
más recursos naturales en sí mismos, debido de América del Sur y sus interacciones
a los servicios ambientales que ofrecen, y espacio-temporales (teleconexiones) con la
a los que derivan de sus características, es- Oscilación del Sur (Fenómenos El Niño-La
pecialmente en términos de acumulaciones Niña), la Oscilación Decadal del Pacífico y
de calor, precipitaciones y fuentes de agua, la Oscilación Antártica (Romero et al., 2012).
capacidad de los vientos para depurar la Este complejo sistema océano-atmósfera,
atmósfera, confort térmico, etc. Parece ser determina a su vez, la ocurrencia de lluvias
preferible concentrarse en las variabilidades y nevazones sobre las montañas y altiplanos
climáticas, espaciales y temporales, que en andinos, que bordean por el oriente el de-
tendencias de mediano y largo plazo. Ello, sierto de Atacama, que aunque muestran una
porque la sociedad incorpora al clima en sus gran irregularidad interanual, constituyen, las
acciones cotidianas y tiene que dar cuenta únicas fuentes de agua dulce que hacen facti-
de la necesidad de enfrentar con éxito a los ble la ocupación humana de estos territorios.
riesgos derivados de su variabilidad, como
sequías, inundaciones, olas de frío y calor, A mesoescala, la topoclimatología de
tormentas, y además de disponer de la capa- cuencas destaca el rol de factores geográficos
cidad organizativa para distribuirlos social- más específicos de los lugares, tales como la
mente en forma equitativa y justa. Si ello no altura, exposición y coherencia del relieve,
sucede, solo unos pocos tendrán acceso a los la continuidad espacial de los sistemas de
lugares climáticamente más seguros o bien drenajes superficiales y subterráneos que
podrán emplear sus recursos y beneficios en vinculan las tierras altas y bajas, permitiendo
función de sus propios intereses, agregando que el agua alcance las depresiones interio-
al clima como otro de los componentes de res, e incluso la costa del desiero. Gracias
la inequidad social que define nuestra geo- a ello ha sido posible el establecimiento de
grafía. De allí que parezca igualmente im- la población y el crecimiento de ciudades
portante preocuparse de la aplicación de los como Arica, Iquique, Antofagasta, Calama y
modelos de cambio climático de gran escala, Copiapó, además de oasis como Quillagua,
como observar la participación del clima en Pica o San Pedro de Atacama. A escala local,
la reconfiguración de los espacios naturales, hondonadas y cerros, laderas y planicies,
económicos y sociales. salares y lagunas, valles y mesetas, generan
condiciones topoclimáticas, y asociadas a
El desierto de Atacama, localizado en ellas, características hídricas y vegetales que
parte en el norte de Chile, constituye una son responsables de la alta diversidad ecoló-
paradoja geográfica en la medida que conju- gica de los paisajes, los que a su vez, alcan-
ga por un lado, lugares donde nunca llueve, zan una alta variabilidad espacial en cortas
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DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

distancias, particularmente en los valles y solo un hecho espontáneo y característico


altiplanicies. Los paisajes más favorecidos causado por el limitado desarrollo científico
térmica e hídricamente son reconocidos por que presenta la geografía chilena, o si, por el
el conocimiento local de sus habitantes an- contrario, se trata de un hecho político, que
cestrales, los que enfrentan crecientemente la sobre la base del desconocimiento generali-
competencia por su control de parte de agen- zado, pretende imponer posiciones de poder
tes externos, que intentan apropiarse de ellos por parte de quienes poseen dichas infor-
para incorporarlos a la producción de bienes maciones, mientras la sociedad, al no poder
globales. El territorio del desierto de Atacama disponer de ellos, carece de argumentos para
y sus bordes se ha transformado en un área defender sus intereses colectivos (Bauer, 1997
de competencias y colisiones –especialmente y 2004; Budds, 2004, 2008, 2009a y 2009b;
por la posesión del agua–, generando un se- Romero, 2009a y 2009b, Molina, 2012).
rio problema que aún espera ser resuelto por
las autoridades y políticas públicas. El cono- El análisis climático sudamericano no
cimiento multiescalar de las potencialidades resulta posible si no se cuenta con una pers-
y limitaciones de los climas es parte relevante pectiva multiescalar y ecológica social (o
de la sustentabilidad de los paisajes naturales ecológica política), para lo cual ceñirse a las
y culturales, en medio de un proceso gene- fronteras de las disciplinas o de los países, es
ralizado de privatizaciones (de las tierras, lo menos adecuado. Los desafíos del desa-
minerales, aguas, paisajes, culturas y biodi- rrollo de Chile, basados grandemente en la
versidad) y de su transformación en comodi- suerte del desierto de Atacama, como muchos
ties (bienes que se transan libremente en el otros desafíos semejantes planteados en Sud-
mercado y cuyo precio refleja exclusivamente américa, exigen un esfuerzo de investigación
la relación entre su oferta y demanda). La científi ca coordinado e integrado en redes,
competencia territorial por la posesión de los entre los diversos países, cuya circulación
climas entre los espacios geoestratégicos del atmosférica manifiesta una extraordinaria
capital transnacional minero, por ejemplo, las unidad, que se impone sobre visiones geopo-
áreas agrícolas de subsistencia de los habi- líticas desgastadas que insisten en fortalecer
tantes locales y los circuitos de trashumancia las fronteras y la separación geográfica de
ganadera de las comunidades indígenas, in- nuestros países.
dican el significado social que han adquirido
las condiciones atmosféricas regionales, de
tal manera que es posible reconocer sociocli- Materiales y métodos
mas o climas locales directamente asociadas
a los territorios apropiados por cada uno de En una primera fase se abordaron las
los actores sociales mencionados. características climáticas a diversas escalas.
A escala global se han utilizado Modelos de
Siendo la disponibilidad de agua induda- Cambio Climático basados en la Circulación
blemente el problema ambiental más impor- General Atmosférica y sus aplicaciones a los
tante del desierto de Atacama, llama podero- escenarios de cambio climático realizados
samente la atención el escaso conocimiento por el Departamento de Geofísica de la Uni-
que existe sobre la relación entre recursos versidad de Chile (CONAMA, 2006). A escala
hídricos y variabilidad climática. La cantidad, regional, se consideraron métodos y modelos
calidad y edad de las aguas ha ocupado par- de downscaling y scaling up (escalamiento
te importante de los aportes de la geografía hacia abajo y hacia arriba), mediante los cua-
física y de la climatología a los estudios re- les los resultados de la aplicación de los mo-
gionales, pero se sabe poco sobre el balance delos globales, que cubren grandes espacios,
hídrico a escala de cuencas, de lo que depen- han sido complementados con la información
de la posibilidad de extraer tales recursos sin proporcionada por las redes locales de esta-
dañarlos defi nitivamente. Cabe preguntarse ciones meteorológicas a escalas de cuencas y
si la inexistencia de informaciones precisas subcuencas, con la finalidad de sistematizar
sobre los componentes del ciclo hidrológico el rol de los factores topoclimáticos, espe-
a escala de cuencas en esta parte del país, cialmente de la continentalidad, elevación,
así como las limitaciones que presentan sus presencia de montañas, quebradas y planicies
fuentes de datos climatológicos, constituyen andinas.
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La falta de estaciones meteorológicas blados costeros, hasta las cuencas altipláni-


con observaciones de largo plazo constituye cas de Caquena y Cancosa, respectivamente
una limitación insuperable para referirse a (Figura N° 1).
las tendencias de cambio y variabilidad cli-
mática en el desierto de Atacama. Solo dos Las estaciones meteorológicas localizadas
estaciones meteorológicas cuentan con series en el primero de estos transectos corres-
de datos completas de temperatura de más de ponden a Arica (58 msnm), Putre (3.545 m),
treinta años, pertenecen a la Dirección Me- Chucuyo (4.200 m), Parinacota (4.420 m) y
teorológica de Chile y se localizan en Arica Caquena (4.400 m). En la región de Tarapacá
(18°20´S.; 58 m.s.n.m.) e Iquique (20°32´S.; se trata de Iquique (52 msnm), Cerro Colo-
52 m.s.n.m.), ambas ciudades costeras que rado (2.510 m), Parca (2.650 m), Mamiña
no representan las condiciones continentales (2.730 m), Poroma (2.880 m), Cancosa (3.930
ni altiplánicas de los climas, que son total- m) y Coyacagua (4.013 m) (Figura N° 1). Sin
mente diferentes en términos de oscilación embargo, no todas las estaciones considera-
térmica diaria y anual, humedad relativa, pre- das cuentan con registros de temperatura y
cipitaciones, nubosidad e insolación. precipitación.

Para abordar el estudio del comporta- La variabilidad climática de macro y meso


miento pluviométrico del corazón y borde escala ha sido relacionada espacialmente
altiplánico andino del desierto de Atacama con procesos y fenómenos socioeconómicos
se cuenta con más de veinte estaciones, de regionales y locales que tienen lugar en el
las cuales, han sido seleccionadas para el desierto de Atacama y el altiplano chileno.
análisis aquellas que cuenten con series de En primer lugar, se localizaron las inversiones
datos completas a partir del año 1980 o bien económicas y yacimientos mineros, como
que los vacíos de información que presenten expresión de las demandas territoriales y
no superen los cinco años y que se encuen- competencia por el uso de los recursos na-
tren localizadas en transectos que cruzan de turales regionales. Adicionalmente, se consi-
poniente a oriente las regiones de Arica y deraron las demandas territoriales causadas
Parinacota y Tarapacá, desde los centros po- por las áreas públicas de conservación de la

Figura N° 1
Localización estaciones meteorológicas consideradas en Región de Arica y Parinacota (a)
y Región de Tarapacá (b)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Dirección General de Aguas y trabajo en terreno.
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naturaleza, para lo cual se cartografiaron los tal forma que las estrategias de adaptación se
paisajes pertenecientes al Sistema Nacional basan en los principios ancestrales ecológico-
de Áreas Protegidas del Estado (SNASPE), ta- sociales, que incluyen la propiedad común
les como parques nacionales y reservas natu- de tierras, pastos y aguas. En cambio, en el
rales. Los proyectos de inversión económica territorio ocupado por la comunidad de Can-
clasificados por sectores han sido obtenidos cosa, la Compañía Minera Cerro Colorado
del Sistema de Evaluación de Impacto Am- mantiene pozos de extracción de agua subte-
biental (SEIA) y la localización de los yaci- rránea, contando con derechos constituidos
mientos mineros corresponde a la contenida por un total de 300 Lt/seg. Esta extracción ha
en los mapas publicados por el Ministerio causado el desecamiento de parte del bofedal
de Minería. La instalación de faenas mineras de Lagunillas, provocando no solo un severo
representa uno de los principales desafíos daño ecológico –que se espera restituir en un
para la mantención y uso adecuado de los plazo mediano–, sino que además, reducien-
escasos recursos hídricos del desierto y de do significativamente las áreas potenciales de
sus áreas-fuentes, ubicadas en las altas mon- pastos y aumentando la vulnerabilidad ante
tañas, al punto que en muchas de las cuencas los períodos recurrentes de sequía.
de la región, estos se encuentran comple-
tamente agotados y los esfuerzos actuales La información de las comunidades fue
se concentran en la extracción de acuíferos obtenida mediante diversas visitas a terreno
subterráneos. En cuanto a las áreas de conser- y entrevistas en profundidad realizadas a
vación de la naturaleza, existe una creciente informantes clave tales como los pastores de
controversia en el sentido de ampliarlas para la zona, dirigentes comunitarios y personas
aumentar sus niveles de protección y repre- ancianas. Debe hacerse notar que las infor-
sentatividad de los ecosistemas locales y sus maciones cualitativas que se han obtenido
relaciones ecológico-sociales con las comu- proporcionan solo una mirada parcial, en
nidades indígenas, por un lado, e intentos de la medida que de ellas surgen con facilidad
reducirlas, desafectando extensas superficies importantes diferencias de opiniones entre los
con el fin de permitir la explotación de sus actores y afloran también situaciones conflic-
recursos naturales, en especial las aguas su- tivas que se refieren, por ejemplo, a quiénes
perficiales y subterráneas. se consideran miembros reales de las comu-
nidades y quiénes por el contrario son solo
Respecto a las estrategias de adaptación apreciados como visitantes para las festivida-
sociocultural de las comunidades locales des; entre quiénes forman parte de una u otra
frente a los cambios y variabilidades cli- organización y respecto a las negociaciones
máticas, se han identificado y representado que sostienen con agentes foráneos.
espacialmente los circuitos de transhumancia
ganadera practicados por las comunidades Respecto a la información cuantitativa,
indígenas de Caquena, en el altiplano de la existen importantes falencias en la actua-
región de Arica-Parinacota, y de Cancosa, lización de los datos relativos a variables
ubicada en la misma zona de altura de la sociodemográficas y socioeconómicas, así
región de Tarapacá. Mediante el traslado como aquellos que aluden a relaciones de
espacial de los ganados de auquénidos, las propiedad y control de recursos críticos,
comunidades locales reconocen la utilidad como disponibilidad de aguas superfi ciales
de los pisos ecológicos de las montañas y y subterráneas. Por ejemplo, se observa una
de rasgos topoclimáticos como depresiones, gran diferencia entre la información pública
laderas o abrigos, tanto para proteger los ani- sobre derechos de aguas otorgados (Catastro
males frente al frío o sequías, como respecto Público de Aguas de la Dirección General de
a la distribución de los pastos de altura y su Aguas) y los utilizados efectivamente. Para el
variabilidad estacional e interanual. caso de la Región de Arica y Parinacota, el
Catastro Público indica que solo se han otor-
Las comunidades de Caquena y Cancosa gado 695,94 Lt/seg, mientras que los datos
han sido seleccionadas como estudios de obtenidos desde los registros del Conservador
caso debido a que representan dos situacio- de Bienes Raíces de la región por Méndez et
nes contrastadas. En el caso de la primera no al. (2011) corresponden a 44.526,58 Lt/seg.
hay presencia aún de actividades mineras, de
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Macroclimatología de las Amazonas influencian los valores de la hu-


medad atmosférica y de las precipitaciones,
relaciones entre la circulación que se registran en verano. En el invierno,
atmosférica altiplánica y cuando predominan los vientos del oeste, la
humedad relativa es menor (Aceituno, 1996)
amazónica y si bien, en general en las regiones nor-
orientales del altiplano andino precipita en
La alta cordillera de Los Andes representa
otras fechas, para el sector chileno, las lluvias
una frontera para la circulación atmosférica,
y nevazones se registran casi exclusivamente
separando casi completamente el sector Este
en el verano.
o continental, dependiente de la Amazonia,
del oeste u oceánico, asociado al océano Pa-
cífico. El tramo de la cordillera de Los Andes Mesoclimatología: Efectos de la latitud,
que se extiende entre las latitudes 18° y 27°S altura y continentalidad sobre el
–abarcando desde el límite norte de Chile comportamiento y variabilidad estacional
con Perú hasta el límite sur del desierto en la de las temperaturas y precipitaciones.
Región de Atacama– permite el desarrollo de
una zona de condiciones climáticas específi- 1. Comportamiento de las temperaturas
cas principalmente controladas por la altitud
(3.700 m.s.n.m., en promedio) y latitud (en Aun considerando la existencia de series
las zonas inter y subtropical). Su localización de datos meteorológicos incompletos (con
marginal en el borde occidental del altiplano más de dos meses sin información), es posi-
andino propiamente tal (Aceituno, 1996), le ble reconocer la tendencia general que mues-
otorga importantes niveles de particularidad tra que a mayor altura menor es la tempera-
climática y lo distingue completamente de las tura promedio (Figura N° 2). Las estaciones
demás regiones de Chile. Los sistemas atmos- localizadas sobre los 3.000 msnm no superan
féricos que se desplazan desde la cuenca del los 10°C, comparado con las estaciones de

Figura N° 2
Temperatura promedio anual de estaciones localizadas en las regiones de Arica-Parinacota y
Tarapacá

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de los Anuarios de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) y
de la Dirección General de Aguas (DGA).
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DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

Arica e Iquique, ambas costeras, que poseen de la presión sobre los recursos subterráneos,
al menos 17°C como promedio anual. Se muchos de los cuales son de carácter fósil y
observa que los años más fríos y más cálidos por ello, no renovables.
son en general coincidentes en todas las esta-
ciones de la región. Los años más calurosos Las anomalías de precipitación que ocu-
coinciden con episodios significativos del rren simultáneamente en el altiplano, sur de
fenómeno El Niño (1983, 1992, 1997, 2006 Bolivia y centro de Argentina, tienen lugar
y 2009), mientras que los más fríos lo hacen en discordancia con el lado este del con-
con eventos La Niña (1996, 1999, 2007 y tinente y del océano Atlántico subtropical.
2010). El transporte de humedad es producido por
la circulación regional, que aspira el aire
La influencia de la temperatura de super- húmedo de la capa límite atmosférica (CLA)
fi cie del mar (TSM) y de la presión atmos- de la planicie continental ubicada al este de
férica del Pacífico es mucho más evidente la vertiente de los Andes. Lo mismo ocurre
en las estaciones costeras. En las estaciones en el lado oeste, con el transporte de aire
de altura, como Caquena, localizada sobre seco del desierto costero hasta el altiplano.
los 4.400 msnm, se registra un promedio de Estas circulaciones de escala regional son
temperatura anual cercano a 0°C. Los valores desencadenadas por el calentamiento de las
moderados de temperatura que se registran vertientes cordilleranas, pero el flujo de gran
en las zonas costeras del desierto de Atacama escala puede modular su intensidad y dura-
(un hecho climático azonal tratándose de un ción impulsando la mezcla en el tope de la
desierto esencialmente intertropical), se de- CLA. Sobre los Andes centrales el flujo medio
ben al alcance de la Corriente de Humboldt, sobre la vertiente occidental y los vientos
por la cual masas de agua fría subantárticas debajo del nivel de la CLA se tornan más
son trasladadas a lo largo del litoral suda- fuertes o más débiles, aumentando el trans-
mericano, hasta Colombia. En las estaciones porte de humedad de la planicie continental
costeras, con series más largas y completas, que alimenta la convección profunda. Las
se observa una diminución de las temperatu- precipitaciones también pueden originarse en
ras medias a partir de 1999. la depresión continental al este de los Andes,
pero alcanzan solo a la mitad del altiplano y
2. Distribución regional de las ocurren en escalas de tiempo más cortas, de
precipitaciones 2 a 5 días (Garreud et al., 2003).

El control pluviométrico ejercido por las En el altiplano andino del desierto de


altas presiones asociadas al Anticiclón Semi- Atacama, las precipitaciones se concentran
permanente del Pacífico del Sudeste y sus in- en los meses estivales, escapándose de esta
versiones térmicas de subsidencia y radiación forma del comportamiento generalizado de
(que se deben al predominio constante de las los climas chilenos, siempre bajo el área de
surgencias de aguas subantárticas de la Co- influencia del océano Pacífico. Chile presenta
rriente de Humboldt) impiden completamente en su parte central (27-38ºS) climas de tipo
la formación de nubes de altura y por lo tanto mediterráneo, con precipitaciones exclusiva-
de ocurrencia de precipitaciones desde la mente en los meses invernales (mayo-agosto)
costa hasta 200 km al interior y a lo menos provocadas por los frentes polares y en la
2.000 m de altura. sección más austral (38-56ºS), precipitaciones
durante todo el año debido a la circulación
La extrema variabilidad interanual de las de los oestes de latitudes templadas y suban-
precipitaciones altiplánicas se manifiesta en tárticas.
la ocurrencia de años completamente secos,
hasta otros, que en función del aumento de La concentración de las lluvias en el alti-
la altura, pueden aproximarse a 800 mm plano andino en los meses estivales depende
anuales. Los datos existentes no solo impiden del contenido de humedad de las masas de
registrar tendencia alguna de variación inte- aire originadas sobre la planicie continental
ranual, sino que implican además una altísi- ubicada hacia el este. Sin embargo, la hu-
ma incertidumbre sobre la existencia de agua medad continental es igualmente alta en la
superficial y por ello, un aumento creciente estación del invierno, por lo que se deberían
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esperar también lluvias invernales. Ello indica los bajos (altos) niveles atmosféricos durante
que las precipitaciones están controladas por la estación seca, y del oeste (del este) en la
cambios en la dirección del transporte del estación lluviosa (Gan et al., 2004). Es decir,
aire y no por el contenido de humedad de la en la estación húmeda los vientos de los altos
región de origen (Garreud et al., 2003). niveles atmosféricos (del este), suministran el
aire húmedo de la convección tropical pro-
La Alta de Bolivia (AB), centro de altas funda que ocurre en la planicie continental,
presiones atmosféricas que se localiza en la posibilitando las precipitaciones en el cora-
atmósfera superior, está asociada, en los ba- zón del verano a través del llamado “invierno
jos niveles atmosféricos, con la Baja del Cha- altiplánico o invierno boliviano” (Romero et
co. En el verano se posiciona entre Bolivia y al., 2011). Además de eso, el flujo de hume-
el estado brasileño de Mato Grosso del Sur, dad que en la estación seca es perpendicular
después de localizarse sobre Perú y oeste da a la cordillera de los Andes al norte de los
Amazonía (Alves, 2009). Representa un siste- 10º S, diez días antes del inicio de la estación
ma típico y cuasi estacionario de circulación lluviosa, comienza a girar para el suroeste, fa-
en los altos niveles atmosféricos, que resulta voreciendo el transporte de la humedad de la
del aumento de la convección continental Amazonía para el centro-oeste brasileño (Gan
en la Amazonía, relacionada a su vez con et al., 2009).
el avance meridional de la Zona de Conver-
gencia Intertropical (ZCIT), que en conjunto La circulación del monzón sudamericano
con la Corriente del Jet Subtropical atraen (como sucede con su homólogo asiático),
más hacia el sur el cinturón ecuatorial de los está relacionada con las diferencias de tem-
vientos del este. En el corazón del verano peratura entre tierras y mares, que en los me-
ocurre un cambio en la dirección de los flu- ses más calientes crean un gradiente horizon-
jos de aire del oeste a uno del este a 200 hPa tal de presión que transporta el aire húmedo
cerca de los 20ºS, debido a la circulación del oriundo del océano hacia el interior del con-
monzón sobre América del Sur (Gan et al., tinente, donde en contacto con la superficie
2009). Esta última consiste en reversiones es- recalentada, asciende, se enfría adiabática-
tacionales en la dirección de los vientos, que mente y condensa su humedad, liberando ca-
causan veranos lluviosos e inviernos secos lor latente que intensifica la convección y las
(Moran y Morgan, 1986), lo que se verifica precipitaciones. En los altos niveles atmosféri-
tanto en la región centro-oeste del Brasil cos, esta porción de aire diverge y desciende
como en el altiplano andino. Mientras tanto, sobre el océano más frío provocado por las
en el resto de América del Sur los vientos de aguas subantárticas del Pacífico transportadas
los bajos niveles atmosféricos no revierten por la Corriente de Humboldt que alcanzan
sus direcciones durante los cambios de es- la superficie por activos procesos de surgen-
tación. cia (Romero et al., 2011).

El desarrollo del sistema del monzón La reversión estacional de los vientos, que
sudamericano se inicia durante la primavera, es propia de los monzones, se presenta solo
debido al aumento de la convección profun- en relación a los vientos zonales medios, con
da sobre el noroeste de la cuenca amazónica, dirección del este en los bajos niveles (hasta
que avanza en dirección al sureste de Brasil 800 hPa) y del oeste en los niveles atmosfé-
en noviembre y causa máximos totales de ricos medios y altos, antes del inicio de la
precipitaciones entre los meses de diciembre estación lluviosa. Esta última tiene inicio y
y febrero sobre la mayor parte de la región finaliza exactamente en el momento en que
tropical de América del Sur (Gan et al., ocurre la inversión en la dirección de los
2009). vientos (Gan et al., 2009).

En los períodos de transición desde la En el verano, las lluvias en el altiplano an-


estación seca a la estación lluviosa y vicever- dino tienden a concentrarse en una semana,
sa, se observan variaciones en la circulación seguidas por un período de sequía de la mis-
atmosférica, como la inversión de los vientos ma duración. Las tempestades convectivas se
zonales al inicio y término de la estación organizan a mesoescala, abarcando los Andes
lluviosa: los vientos son del este (oeste) en centrales y también a escala topoclimática,
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DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

diferenciando el comportamiento de las les, observándose lo opuesto en el período


mesetas, laderas y ejes de drenaje fluviales inactivo. Anomalías de los vientos del oeste
de cada una de las cuencas altiplánicas. El han sido asociadas al período activo y las del
acoplamiento de estas causas puede generar este al período inactivo del monzón, desde la
lluvias intensas y aluviones como ha quedado región amazónica hasta la región sudeste del
dramáticamente demostrado en los valles de Brasil (Gan et al., 2009).
las regiones de Arica-Parinacota y Tarapacá
el día 13 de marzo de 2012, los que arrasa- Al inicio de la temporada de lluvias, la
ron con parte importante de las viviendas y ZCIT en el océano Pacífico, que se encuen-
cultivos de lugares como Moquella, Camiña, tra aproximadamente a 10º N, actúa en la
Cuisama y Chapiquilta. desestabilización de la atmósfera y la organi-
zación de la convección sobre el continente,
La condición episódica de las lluvias de- específicamente sobre la región noroeste de
muestra un incremento de la humedad que la Amazonía. Esta convección sobre el conti-
permite a las corrientes ascendentes locales nente comienza a extenderse hacia el sureste,
generar precipitaciones. Como la precipita- regresando a su posición original hacia el
ción episódica del altiplano andino, el mon- fi nal de la estación de lluvias, cuando está
zón no es continuo durante toda la estación conectada a la ZCIT del Atlántico (Gan et al.,
lluviosa, teniendo una secuencia de fases 2009).
activas e inactivas, que varían en frecuencia
e intensidad de un año para otro. Por ello, Los aportes de la ZCIT sobre la climato-
la estación lluviosa puede registrar precipi- logía del altiplano pueden ser reforzados por
taciones por sobre o bajo lo normal, que es las Corrientes del Chorro de Bajos Niveles de
una característica de su alta variabililidad. América del Sur, que conforman un importan-
Esta característica del monzón sudamericano te flujo meridional de aire tropical observado
identifica por lo menos uno de los mecanis- en la baja atmósfera (hasta 3 km de altura) al
mos actuantes en la producción de precipi- Este de los Andes. Este viento, que alcanza
taciones en el altiplano. Aún más, cuando el velocidades máximas en torno a los 2.000
monzón está en la fase activa ocurren días m actúa como una correa transportadora de
con poca o con mucha precipitación (Gan et humedad desde las regiones tropicales a las
al., 2009). subtropicales. La humedad es oriunda de los
flujos de vientos alisios que pasan sobre Ama-
En los períodos en que los vientos soplan zonía y de la evapotranspiración de la selva.
del oeste en los niveles bajos, en altura son En el desplazamiento de las corrientes de
del este y constituyen flujos zonales que lle- chorro del este al oeste, sufren cambios en la
van humedad al altiplano. Para Gan et al., dirección, debido al bloqueo ejercido por la
(2009), los períodos secos observados pueden cordillera, corriendo paralelamente a ella. En
estar asociados a la intensificación de las el verano, entre noviembre y febrero, los flu-
Corrientes de Chorro de los Bajos Niveles jos de la Amazonía están más intensificados,
(al este de los Andes). La fase activa también mientras que en invierno son más débiles y
puede estar asociada a la actuación de siste- la humedad transportada hacia el sur es de
mas sinópticos, frontales y de vórtices cicló- origen oceánico asociada al ciclo anual de la
nicos en los altos niveles atmosféricos, que alta subtropical del Atlántico Sur (Marengo et
embutidos en la Zona de Convección Tropical al., 2009).
(ZCT) aumentan el total de las precipitacio-
nes en la región monzónica. La ausencia de La distribución espacial de las precipita-
tales sistemas sinópticos disminuiría el total ciones de las regiones de Arica y Parinacota
de precipitaciones, caracterizando la fase y Tarapacá (Figura N° 3 y Figura N° 4, res-
inactiva. pectivamente) demuestra la influencia de la
circulación atmosférica descrita. Estaciones
En el período activo también han sido ob- ubicadas en la costa y bajo la influencia de
servadas una anomalía negativa en el campo la circulación del Pacífico, como es el caso
de la presión atmosférica, anomalía ciclónica de Arica, casi no registran precipitaciones,
en la circulación de bajos niveles y anomalía pero en las estaciones de mayor altura, bajo
anticiclónica en la circulación de altos nive- la influencia del monzón sudamericano, los
28 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

montos anuales pueden superar los 700 mm ticos y en especial las barreras topográficas
(Figura N° 3). que se interponen entre el altiplano y los
valles andinos, reduciendo las lluvias aun
Al avanzar hacia el sur, hacia la región estando bajo la influencia latitudinal del
de Tarapacá, se produce una reducción de monzón sudamericano. Las lluvias del altipla-
las precipitaciones en la medida que se aleja no andino pueden ser potencializadas por la
de las infl uencias amazónicas. La localiza- presencia de la fase fría del ENSO, como por
ción de los paisajes altiplánicos sobre 3.000 ejemplo ocurrió los años 1984 y 2001, cuan-
m.s.n.m. permite que reciban precipitaciones do eventos La Niña causaron precipitaciones
promedio de 150 milímetros anuales, como cercanas o superiores a 100 mm registrados
es el caso de Cancosa. Sin embargo, la locali- en todas las estaciones meteorológicas. Can-
dad de Parca, localizada a 2.650 m de altura cosa presentó valores superiores a 350 mm
registra solo un promedio de 25 milímetros, durante los dos eventos La Niña mencionados
lo que indica el rol de los factores topoclimá- (Figura N° 4).

Figura N° 3
Precipitación total anual a lo largo del transecto latitudinal de la región de Arica y Parinacota

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de los Anuarios Meteorológicos de la Dirección Meteorológica de
Chile y de la Dirección General de Aguas (DGA).

Variabilidad interanual viento del este y por lo tanto de lluvias. La


variabilidad interanual de las precipitaciones
La precipitación en los Andes centrales se expresa principalmente en un incremento
muestra una fuerte relación lineal con los en el número de días de lluvia (secos) en
vientos zonales de 200 hPa sobre el altipla- la temporada de lluvias y no en una mayor
no, es decir, los veranos húmedos (secos) (menor) intensidad de las precipitaciones.
están relacionados con los flujos medios del Las anomalías de viento zonal y el compor-
este (oeste) en la troposfera superior, lo que tamiento del océano Pacífico no son inde-
sugiere que los mecanismos responsables de pendientes. Los vientos del nivel superior son
episodios en la escala interestacional también parte de la amplitud de la respuesta atmos-
actúan a escala interanual. Hay veranos que férica al patrón espacial de la temperatura
registran una mayor proporción de días del superficial del mar (TSM) en el Pacífico Tro-
M ACRO Y MESOCLIMAS DEL ALTIPLANO ANDINO Y DESIERTO DE A TACAMA : 29
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

Figura N° 4
Precipitación total anual a lo largo del transecto latitudinal de la región de Tarapacá

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de los Anuarios Meteorológicos de la Dirección Meteorológica de
Chile y de la Dirección General de Aguas (DGA).

pical y proporcionan la conexión física entre latitudes tropicales y subtropicales del sur, re-
la forzante oceánica y el clima de los Andes virtiendo el patrón durante los veranos secos.
centrales. Las correlaciones entre las series Por lo tanto la disponibilidad de humedad
temporales de precipitación del altiplano y la en las tierras bajas tropicales no es un factor
TSM contemporánea del Pacífico, a la altura dominante para regular la precipitación en el
geopotencial de 200 hPa y los vientos, mues- altiplano (Garreaud et al., 2003).
tran una infl uencia signifi cativa de El Niño
Oscilación del Sur (ENSO) en la precipitación La correlación entre el Fenómeno ENOS
registrada en los meses de diciembre, enero y las lluvias en el altiplano dependerá de la
y febrero en el altiplano (Garreaud et al., temperatura de la superfi cie del mar (TSM)
2003). en los trimestres de verano (NDE, DEF, EFM)
(NOOA/NCEP, 2012). En algunos años no se
Existe una relación signifi cativa entre la verifican totales significativos de precipita-
precipitación en el altiplano y las anomalías ción en años La Niña (1989 y 1996), pero sí
en los vientos zonales antes y después de El en años El Niño (1987). A pesar de la impor-
Niño, lo que es resultado de un fuerte gra- tancia de las anomalías de TSM en la región
diente de presión entre las latitudes tropicales ecuatorial del océano Pacífico, para la circu-
y subtropicales del sur, consistente con las si- lación de gran escala en Sudamérica, otros
tuaciones este/húmedo y oeste/seco derivadas factores de escala global y regional también
de la escala sinóptica. Con el enfriamiento de influencian la convección tropical, generando
la zona tropical del Pacífi co (Fenómeno La o dificultando la ocurrencia de las precipita-
Niña) hay un estrechamiento de la troposfera ciones.
y por lo tanto un mayor aumento en el flujo
del este hacia el Altiplano, en respuesta a las Algunos hechos meteorológicos de gran
diferencias de presión y temperatura entre las escala acentúan o inhiben el desempeño
30 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

de la ZCIT, en la medida que modifican los indicaba que un intenso Chorro de Bajos Ni-
alisios del nordeste, asociados al desplaza- veles penetró hasta los extratrópicos y al en-
miento meridional de la misma. Así, con re- contrarse con los chorros subtropicales, gene-
lación a las variabilidades interanuales, todo raron condiciones dinámicas propicias para
indica que si la ZCIT se mantiene al norte un aumento de la convección en el altiplano
de la línea del ecuador en condiciones de (Melo et al., 2009). En la Figura N° 5a se ob-
“dipolo caliente” (aguas más calientes en el servan totales de hasta 600 mm registrados el
Atlántico norte), tanto en los años de la Niña año 1997 en Caquena, cuando cabría esperar
como de Niños, influencia la ocurrencia de cifras inferiores debido a la correlación nega-
precipitaciones por debajo de la media en el tiva que existe entre la caída de lluvias y el
nordeste de Brasil. En condiciones de dipolo Niño en el altiplano. Por otro lado, no se ob-
frío (aguas más calientes en el Atlántico sur), servó lo mismo en Cancosa, pero sí en Parca,
la ZCIT se localiza al sur del ecuador, tanto donde también se registraron lluvias sobre el
en los años de El Niño como de La Niña, por promedio (Figura N° 5b). Ello podría estar in-
lo cual en los primeros las precipitaciones so- dicando la actuación de la Corriente del Cho-
bre la media solo ocurren en el extremo norte rro a una escala topoclimática de cuencas.
de la región, mientras que en las demás áreas
predominan las sequías. Bajo las condiciones El examen de las series y su comparación
de La Niña, toda la región registra anomalías revela una gran complejidad de las causas
positivas. Las anomalías de precipitación en de las condiciones climáticas generadoras de
el noreste brasileño también están relacio- precipitaciones y sequías. La actuación de
nadas con los mecanismos asociados a los los sistemas productores de tiempo meteo-
movimientos ascendentes y subsidentes de rológico no tiene las mismas consecuencias
las células de Hadley y de Walker (Melo et en la totalidad del altiplano, variando con la
al., 2009). En el altiplano, en algunos años la posición de las estaciones meteorológicas,
correlación ENSO y totales de precipitacio- continentales y costeras, su latitud y la orien-
nes implicaron montos que casi duplicaron tación de las cuencas, demandando estudios
el promedio, como fue el caso de 2001 en
topoclimáticos basados en una red meteoro-
Caquena. En los veranos La Niña de 1984,
lógica más amplia.
1999 y 2001, todas las estaciones registraron
valores pluviométricos sobre el promedio, así
como ocurrió en El Niño de 1987. También
Socioclimas y relaciones ecológico-
llovió debajo el promedio en los veranos El sociales
Niño de 1983, 1988, 1995, 2003, 2007 y
2010 y aun en los veranos La Niña de 1989, En pocos lugares del mundo el clima es
1996, 2008 y 2009, con raras excepciones, tan valioso como en el desierto de Atacama
lo que sugiere la influencia del dipolo del y las montañas tan imprescindibles como
Atlántico, que debería ser mejor investigado “torres de agua”. Tal como se ha visto, las
para evaluar sus correlaciones con el clima precipitaciones sólidas y líquidas sobre las
del altiplano. montañas dependen de complejas relaciones
climáticas multiescalares. Uno de los efectos
Con relación a las anomalía del ENSO, más relevantes de las condiciones climáticas
Lau & Zhou (2000) constataron la contribu- es, por supuesto, la escasez de agua y con
ción de las corrientes de Chorro a la con- ello la existencia de grandes limitaciones
vección de las masas de aire en el altiplano, para sostener la vida, sus habitantes y acti-
debido a una gran reducción de las precipi- vidades económicas –que como en el caso
taciones sobre la Amazonía, durante El Niño de la minería– son vitales para Chile. La
de 1997-98, asociada al desplazamiento minería del desierto de Atacama provee al
hacia el sur de la circulación monzónica del país de las divisas necesarias para financiar
verano de América del Sur y de sus sistemas su crecimiento y cuando los precios de los
causantes de lluvias. En esta situación, la Alta minerales son altos en el mercado internacio-
de Bolivia fue hidrostáticamente aumentada nal –como sucede en la actualidad–, realizar
por un camellón de altos niveles atmosféricos ahorros que le han permitido significativas
que se extendía desde la región de El Niño-3, inversiones en infraestructura y disponer de
en el Pacífico, hasta el altiplano andino. Esto liquidez monetaria en medio de las crisis
M ACRO Y MESOCLIMAS DEL ALTIPLANO ANDINO Y DESIERTO DE A TACAMA : 31
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

Figura N° 5
Identificación de la actuación del Fenómeno ENOS en los veranos de 1981-2009 y su influencia
en las precipitaciones totales anuales en estaciones precordilleranas (Putre y Parca) y altiplánicas
(Caquena y Cancosa) en las regiones de (a) Arica y Parinacota y (b) Tarapacá

Fuente: Elaboración propia.


32 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

internacionales. Sin embargo, y tal como se cicio del poder de los actores. La inexistencia
ha señalado, la ocurrencia de precipitaciones de información científi ca o la debilidad de
y por ello, la oferta de recursos hídricos al- las instituciones públicas para realizar una
canza extraordinarios niveles de incertidum- adecuada gestión del agua forma parte de
bre debido a la alta variabilidad interanual la aplicación de los principios económicos
y eventualmente a las tendencias derivadas neoliberales, por los cuales se ha intentado
de los procesos de cambio climático, cuyos reducir tanto como sea posible el rol de los
modelos aplicados en esta zona del país, in- organismos estatales, la fortaleza de los ser-
dican una mayor aridez que se hará presente vicios públicos y aun el financiamiento de las
desde mediados del presente siglo, afectando instituciones de investigación, tales como las
severamente las fuentes de agua altiplánicas universidades. El clima y el agua no son más
(Romero et al., 2011). solo recursos naturales sino que se trata de
bienes sociales comodifi cados, privatizados
En medio de la incertidumbre que rodea y transformados en propiedad privada, some-
las predicciones sobre la oferta de recursos tidos al mercado y a la hegemonía de los sec-
hídricos debido a la falta de información tores sociales más poderosos desde el punto
científica, la atención se encuentra focaliza- de vista político, cultural y económico (Budd,
da sobre la demanda, especialmente porque 2009a y 2009b; Prudhan, 2009).
en Chile el agua ha sido privatizada desde
1981 y constituye un bien que se transa en el La apropiación de los climas por parte de
mercado, sin mayor intervención del Estado los actores globales de la economía, se ob-
ni de las políticas e instituciones públicas en serva en la Figura N° 6, que localiza geográ-
su asignación. Consecuentemente, el conoci- ficamente los proyectos de inversión que se
miento sobre los climas de los lugares en que ejecutaban entre los años 2008 y 2010 en el
se producen las precipitaciones y de aquellos desierto de Atacama. Mientras en la década
en que se almacenan las aguas, superficial o de 1990 las inversiones mineras más relevan-
subterráneamente, es una información geo- tes se ubicaron en las regiones más septen-
gráfica de carácter estratégico, de la cual el trionales del desierto, Tarapacá y Antofagasta,
Estado y la sociedad normalmente no dispo- las que se ejecutan en la actualidad implican
nen. La falta de estaciones meteorológicas, un desplazamiento hacia el sur, al incorporar
la carencia de modelos hidrogeológicos activamente a la región de Atacama, en gran
precisos o la ausencia de balances hídricos medida en búsqueda de nuevas reservas mi-
por cuencas, no son hechos que puedan ser nerales y ante la escasez de agua.
comprendidos sin recurrir a los argumentos
de la ecología política. En Chile las institu- Un primer hecho geográfi co que resalta
ciones públicas desconocen las cantidades es la existencia de áreas de conservación
reales de agua que existen en sus cuencas y de la naturaleza, como parques nacionales
los modelos carecen de validación; la deman- y reservas naturales en el área altiplánica y
da de agua supera varias veces la recarga de en torno a las fuentes de agua, lugar de re-
muchos ríos y las extracciones clandestinas sidencia además de los pueblos indígenas y
de aguas subterráneas impiden disponer de donde practican la agricultura y ganadería de
cualquier estimación acertada sobre la con- auquénidos. Siendo estas las únicas fuentes
veniencia de seguir o no otorgando derechos de agua, su mantención y aun fortalecimien-
de agua por medio de los cuales las empresas to, cubriendo áreas que actualmente no es-
privadas se transforman en propietarias de los tán protegidas, es un asunto muy relevante.
recursos a perpetuidad. Muchas fuentes de También lo es la ocupación intensiva de las
agua se han visto completa o parcialmente aguas superficiales y subterráneas para llevar
dañadas por las extracciones ilegales o por adelante los procesos de extracción, produc-
errores flagrantes en los modelos hidrogeo- ción, transporte y disposición final de los
lógicos. Otras veces, comunidades rurales e minerales. En el caso de la minería del cobre,
indígenas han perdido parte o la totalidad de los montos necesitados son muy variables
sus recursos hídricos. Para la ecología políti- y dependientes del tipo de veta que se esté
ca, estos problemas socioinstitucionales son explotando (óxido o sulfuro) y las condicio-
elementos relevantes de los sistemas ecológi- nes geográficas del yacimiento en sí. Según
co-sociales y demuestran claramente el ejer- estimaciones de Lagos (1997) el consumo de
M ACRO Y MESOCLIMAS DEL ALTIPLANO ANDINO Y DESIERTO DE A TACAMA : 33
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

Figura N° 6
Localización de inversiones mineras (en millones de dólares) en el desierto de Atacama el año
2010 y su relación espacial con las áreas de protección y conservación de la naturaleza

Fuente: Elaboración propia.

agua varía entre 38,5 a 193,3 m³ por tone- en áreas que atraen, por lo tanto, la locali-
lada de cobre fino producido, dependiendo zación de las extracciones, que dependen
de la tecnología de la empresa y el volumen principalmente de las surgencias de aguas
de producción. Las compañías mineras son subterráneas cuyas fuentes actuales y pasadas
dueñas del 49,4% de todos los derechos de (recursos hídricos “azonales”) no correspon-
aprovechamiento de aguas otorgados entre den al tiempo ni espacio donde se localizan
1990 y 2010 (Romero et al., 2012). Además actualmente (Messerli et al.,1997; Ahumada y
y dada la escasez o inexistencia de recargas Faúndez, 2009).
superficiales, las aguas son extraídas crecien-
temente desde el subsuelo, mediante pozos Desde el punto de vista sociocultural, las
profundos que muchas veces se localizan escasas comunidades indígenas asentadas en
aguas arriba en las cuencas de captura de sa- las vertientes más altas de los Andes chilenos
lares y lagunas o bien en las nacientes de los descansan en una actividad predominan-
sistemas de drenaje superficial. Es igualmente temente agropastoril, por lo que el deseca-
importante señalar que la mayor parte de las miento de los humedales y lagunas, ya sea
aguas son almacenadas en las tierras altas por la escasez de precipitaciones o por las
y se desplazan hacia las tierras bajas como extracciones excesivas, afecta directamente la
parte de acuíferos subterráneos que emergen abundancia y disposición de la vegetación de
34 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

la cual se alimentan sus animales, lo cual ya su cauce debido a las extracciones practi-
ha ocurrido en algunas cuencas de la región cadas aguas arriba (Budd, 2009b). Se espera
de Tarapacá. En otro aspecto, las comunida- que las presiones se concentren en esta
des indígenas localizadas a menor altura, de- década sobre áreas de conservación de la
penden principalmente de la agricultura, por naturaleza que se encuentran especialmente
lo que el desecamiento de las vertientes, que en el salar de Atacama y en cuerpos de agua
a su vez se alimentan de los acuíferos situa- ubicados en las mayores alturas andinas.
dos en las cuencas de mayor altura (Suzuki y
Aravena, 1984; Ruz et al., 2008), afectaría el En el caso de la región de Atacama, la
desarrollo y permanencia de esta cultura en cuenca del río Copiapó es una de las más
los sectores rurales del desierto de Atacama. afectadas. Debido a la altísima insolación
que se registra en las áreas continentalizadas
Ante estos escenarios, se puede observar y al aumento de las precipitaciones sólidas
en la Figura N° 6 que en la Región de Arica y líquidas que ocurren en la alta cordillera
y Parinacota no existen proyectos mineros en andina, este valle ha logrado desarrollar cer-
ejecución y que en las regiones altiplánicas ca de 30.000 ha de cultivos de “parronales”
predominan las áreas de conservación de la dedicados a la producción de uva fresca o
naturaleza. Sin embargo, las autoridades de de mesa, destinada a los mercados asiáticos,
esta región realizan esfuerzos para desafectar norteamericanos y europeos. La alta insola-
40.000 ha de tierras, actualmente clasificadas ción recibida por la orientación Norte-Sur
como Parques Nacionales o Reservas de la de este valle y la presencia permanente de la
Naturaleza, para localizar proyectos mineros subsidencia atmosférica, causada por el Anti-
o bien permitir la extracción de agua sub- ciclón del Pacífico Sur, generan islas de calor,
terránea que facilitaría su instalación, argu- ubicadas sobre el fondo del valle y laderas
mentando que “El gobierno busca impulsar de exposición norte y oeste, que garantizan
en Arica una actividad sana y sustentable, no solo una extraordinaria productividad
responsable con el medio ambiente y los de- biológica, sino que también una maduración
rechos indígenas, para acortar distancia con temprana de la fruta, lo que le permite acce-
los beneficios que la gran minería ha dado al der a los mercados internacionales antes que
resto del Norte Grande” (El Mercurio, 21 de cualquier otra zona en el mundo. El agua re-
junio de 2010, cuerpo C, p. 7). querida se obtuvo primeramente de los cursos
superficiales, favorecidos por la alimentación
Las situaciones más críticas están locali- glaciar de los ríos cordilleranos, nacidos en
zadas en las regiones de Antofagasta y Ata- medio de paisajes climáticos caracterizados
cama, que ocupan el centro y sector derecho por temperaturas muy bajas.
de la figura. Por un lado, se trata de las zonas
más áridas del altiplano y del desierto de Compañías del “agrobussiness” en manos
Atacama, lo que disminuye aún más la dispo- de empresarios nacionales y extranjeros con-
nibilidad de agua, y por otro, de las mayores siguieron la transformación de paisajes com-
concentraciones de proyectos mineros. En pletamente áridos en extensos y continuos
el caso de la región de Antofagasta se en- campos de cultivo, cuya principal limitación
cuentran agotados los derechos de agua y la había sido hasta ahora la disponibilidad de
desalinización del agua de mar surge como agua, para lo cual se le comenzó a extraer
la única opción para disponer de los recursos masivamente del acuífero subterráneo. Ante
hídricos necesarios. Sin embargo, existen la falta de modelos hidrológicos validados
numerosos ríos, lagos y salares que se han por la información de terreno, lo que se
visto severamente afectados por las extrac- discute actualmente en este valle, no es el
ciones de aguas superficiales y subterráneas hecho de que las extracciones de agua supe-
y son igualmente numerosas las comunidades ren a la recarga, sino el saber cuántas veces
indígenas y rurales que han sido obligadas a las primeras superan a las segundas. El défi-
abandonar sus asentamientos debido a la fal- cit hídrico permanente ha sido hasta ahora
ta total de este recurso, como ha sucedido en resuelto mediante pozos profundos que han
Quillagua, localidad ubicada en el río Loa, el agotado recursos fósiles, presentándose como
único que logra alcanzar la costa en medio un ejemplo dramático de insustentabilidad
del desierto de Atacama, que ha interrumpido económica, social y ambiental.
M ACRO Y MESOCLIMAS DEL ALTIPLANO ANDINO Y DESIERTO DE A TACAMA : 35
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

Durante las últimas décadas, los megapro- 4100 a. C. comienzan a escasear los anima-
yectos mineros han irrumpido con gran ímpe- les (por cambios climáticos), lo que obligó
tu en la región de Atacama y con ello se ha a estas organizaciones sociales de caracte-
generado una alta competencia por el uso del rísticas tribales a complementar su dieta con
agua con la agricultura y más recientemente, alimentos provenientes de la costa, “guarda”
por los usos urbanos en ciudades que crecen (almacenaje) de alimentos, construcción de
vertiginosamente por efectos de las demandas canales de riego y terrazas de cultivo.
de mano de obra y servicios. En septiembre
de 2011, se declaró una situación de emer- Parte importante de las estrategias terri-
gencia hídrica, que significa que no se está toriales de adaptación de las comunidades
pudiendo satisfacer las necesidades de la indígenas ante las variabilidades climáticas
población y se deberán profundizar los pozos han consistido en diferenciar las potenciali-
de extracción de agua subterránea. Mientras dades y limitaciones de los pisos ecológicos
tanto, las empresas mineras se encuentran o cinturones de altitud de las montañas, así
empeñadas en construir aducciones que les como explotar las condiciones topoclimáticas
permitan captar directamente el agua desde de facetas tales como fondos de valle, laderas
pozos ubicados en torno a áreas de conser- según exposición y posición topológica y re-
vación de la naturaleza ubicadas en la alta lieve relativo de las altiplanicies, en especial
cordillera, como sucede en los salares de Ma- para evitar ocupar lugares donde se acumula
ricunga y Pedernales. Adicionalmente, se ha el aire frío. Murra (1972) llamó a esta cons-
desencadenado un gran proceso especulativo trucción territorial como complementariedad
por transferir derechos privados de agua des- ecológica de los pisos verticales y Zimmerer
de el sector agrícola al minero, para lo cual (2003) las denominó como modelo de zonas
se han llegado a pagar precios desconocidos atadas. Se trata de categorías integrativas de
en el mercado chileno y seguramente equiva- los factores que determinan la productividad
lentes a los más altos del mundo. agrícola, como topografía, clima y vegeta-
ción. Los habitantes de las comunidades,
En una perspectiva multiescalar, en una conocedores de las diferencias topoclimáticas
forma contradictoria con la escala global de y sus variaciones estacionales e interanuales,
las grandes inversiones mineras realizadas trasladan los ganados auquénidos (llamas y
por empresas trans o multinacionales, se en- alpacas, especialmente) entre las tierras bajas
cuentran las comunidades indígenas ancestra- y altas, en la búsqueda de los pastos que se
les, donde las relaciones ecológico-sociales a encuentran en las franjas riparianas de arro-
escala local implican necesariamente una or- yos y ríos y sobre las laderas de las montañas,
ganización territorial que no solo intenta op- adaptabilidades que se analizarán en las lo-
timizar los beneficios económicos de los usos calidades de Caquena y Cancosa.
del suelo, sino que además conseguir una
adecuada distribución social de los mismos. Caquena, cuyos circuitos de transhuman-
De igual forma, las instituciones sociales co- cia se pueden apreciar en la Figura N° 7, está
munitarias deben conseguir éxito en dividir localizada en la comuna de Putre, Región
socialmente la aversión a los riesgos naturales de Arica-Parinacota. Con una población de
entre todos los miembros de la comunidad, 112 habitantes al año 2002, pertenecientes
que en el caso del altiplano andino, consiste principalmente a la etnia indígena aimara,
especialmente en reducir la vulnerabilidad la comunidad se encuentra situada en una
ante tales eventos e incrementar la capacidad subcuenca del río Cosapilla en los 4.400
de resiliencia frente la ocurrencia de sequías, m.s.n.m. y registra como principal actividad
inundaciones y ondas de frío, asociadas a económica la ganadería de auquénidos,
nevazones y bajísimas temperaturas. Las especialmente llamas. La mayoría de los
estrategias de adaptación ante las variabili- animales de la comunidad se concentran en
dades e incertidumbres climáticas deben de la parte baja del humedal, desde donde van
haber comenzado con la ocupación misma siendo trasladados según la disponibilidad de
del territorio, entre 10.000 y 7.000 años pastos, ya sea hacia los terrenos de control
a. C. (Gundermann y González, 1989; Van exclusivo por parte de la comunidad, o bien
Kessel, 1996, 2003; Yáñez y Molina, 2008). sobre áreas que comparten con comunidades
Van Kessel (2003) expone que alrededor del vecinas y que se activan ante cualquier déficit
36 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

en la capacidad de carga ganadera. Durante Las estrategias de adaptación sociocul-


el invierno, la posibilidad de mantener los turales conformadas por estas formas ances-
animales en las tierras planas se torna invia- trales de manejo territorial de los recursos
ble debido a la acumulación del aire frío y naturales asociados a las variaciones locales
al congelamiento del agua, suelos y pastos, de los climas o topoclimáticas a escala de
por lo que se hace necesario trasladarlos cuencas y subcuencas, se están viendo ame-
hacia sitios más abrigados, no obstante que nazadas no solo por los eventuales efectos
se pueden localizar a mayor altura. Estas de- de mayores cambios y variabilidades climá-
cisiones de evitar los riesgos mayores exigen ticas, sino que también por transformaciones
un conocimiento de las condiciones climá- sociodemográficas, culturales, económicas
ticas por parte de los habitantes locales que y políticas. Destaca, en primer lugar, el se-
difícilmente pudiera encontrarse entre los vero despoblamiento y envejecimiento de
habitantes urbanos o entre quienes les susti- prácticamente la totalidad de los habitantes
tuyan finalmente en sus áreas de ocupación del altiplano chileno, arrastrado desde hace
una vez que hayan migrado definitivamente. siglos. Asimismo, y desde hace unas décadas,
La climatología social es parte fundamental la competencia por la propiedad y control
del conocimiento local y las estrategias de del agua entre la minería y la que se requiere
mitigación y adaptación frente a sus variabili- para regar los pastizales y cultivos agrícolas
dades temporales y espaciales. de las comunidades indígenas, se contrapone
al modelo de zonas atadas, que supone la

Figura N° 7
Circuitos de transhumancia ganadera de auquénidos de la comunidad aimara de Caquena.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de terreno.


M ACRO Y MESOCLIMAS DEL ALTIPLANO ANDINO Y DESIERTO DE A TACAMA : 37
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

Figura N° 8
Circuitos de transhumancia ganadera de auquénidos de la comunidad aimara de Cancosa

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de terreno.

existencia de terrenos comunitarios o de pro- los territorios y sus recursos. Estas competen-
piedad común, que facilitan el acceso libre cias se aprecian claramente en la comunidad
a los pisos altitudinales, componentes socio- de Cancosa (Figura N° 8),situada en las cuen-
culturales que se enfrentan a la necesidad de cas de Sacaya y Lagunillas, a 3.950 m.s.n.m,
privatizar los recursos naturales para asegurar con una población permanente de 18 perso-
su compra y venta en el mercado. nas al año 2002 y económicamente dedicada
a la ganadería de auquénidos y el cultivo
A lo anterior se deben agregar situaciones de quínoa. En esta comunidad el impacto
conflictivas surgidas al interior de las pro- de la actividad minera ha ido más allá de la
pias comunidades, ante las negociaciones y apropiación física de los recursos hídricos,
actuaciones que se han establecido entre las puesto que no solo se desecó el humedal de
numerosas organizaciones que han surgido Lagunillas, alterando con ello la ocupación
o activado para enfrentar las presiones sobre de la cuenca por los comuneros que poseen
38 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

sus animales en el sector de la Laguna de camente diferentes nichos ecológicos apren-


Guantija, sino que además, la negociación y dieron a manejar los climas con sus riesgos y
acuerdo con la Compañía Minera Cerro Colo- beneficios para poder sobrevivir hasta nues-
rado por la extracción de aguas subterráneas tros días, contando con sólidos conocimien-
en el sector Pampa Lagunilla, ha causado tos locales vinculados a sus formas cotidianas
profundas divisiones internas debido a los de vida. Durante los últimos 500 años se ha
mayores o menores beneficios económicos tratado de convencerlos de su ignorancia
que habrían obtenido unos u otros. científica y de la superioridad cultural de los
actores foráneos. Sin embargo, se enfrentan
hoy con el posible agotamiento definitivo de
Conclusiones recursos esenciales tanto para nuestra organi-
zación social, como para la de ellos, que por
El análisis climático geográfico resulta
ocupar esos espacios por más tiempo y por
imprescindible para poder comprender al-
depender intrínsecamente de sus recursos,
gunos de los problemas ecológico-sociales
aprendieron a manejar su abundancia y esca-
que afectan al desierto de Atacama y que, tal
sez, sus fortalezas y vulnerabilidades, admi-
como se ha presentado, requiere de visiones
nistrando los riesgos y gestando resiliencias,
multiescalares y multidisciplinarias que tor-
distribuyéndolos socioespacialmente. ¿No
nen evidente relaciones entre la sociedad y la
sería el momento de la climatología geográfi-
naturaleza y entre los propios grupos sociales
ca de buscar las conexiones socioclimáticas?
que se han ido estableciendo en el territorio
¿No tendríamos acaso que aprender acerca
en largos y cortos períodos de tiempo. El de los riesgos y los desastres naturales y resi-
análisis de las relaciones espacio-temporales liencia tanto de las poblaciones ancestrales
entre la ocurrencia de lluvias en el altiplano andinas como de las amazónicas?
andino y la amazonía, ejecutada a través del
Monzón Sudamericano, no solo demuestra La dinámica vigente e histórica de los sis-
la extraordinaria complejidad de los eventos temas ambientales y las proyecciones de los
climáticos que se presentan en nuestros terri- cambios climáticos futuros requieren visio-
torios, sino que además, la necesidad de inte- nes y acciones estratégicas de planificación
grar geográficamente procesos y formas que y gestión ambiental, que identifi quen en el
hasta ahora, han sido abordados al interior de mediano y largo plazo, y en forma amplia, las
cada uno de los países como si las fronteras diversas alternativas que puedan existir para
político-administrativas se prolongaran hasta compatibilizar la conservación del agua y la
el comportamiento de los climas regionales e naturaleza de los humedales, con las deman-
implicaran un límite al propio conocimiento das sociales y económicas que se deberán
de la climatología. Este trabajo constituye una enfrentar en forma creciente, proponiendo
invitación a formar redes de investigación so- acciones que contribuyan y no contravengan
bre la climatología sudamericana. su sustentabilidad.

El paisaje del desierto de Atacama, tan La salud de los ecosistemas, particular-


diferente al de la selva amazónica, es, sin mente de los humedales altoandinos, no solo
embargo, una expresión de un conjunto de es esencial para la conservación de la diversi-
relaciones espaciales o teleconexiones, des- dad biológica sino también para el bienestar
encadenadas por los sistemas de circulación de las comunidades humanas y el desarrollo
atmosférica en sus interacciones con la super- económico de la región. Esta visión reconoce
ficie terrestre, su topografía, coberturas y usos las funciones y los servicios ambientales des-
del suelo. Por ello, es tan relevante para la de el punto de vista climático, que proveen
climatología chilena conocer los efectos que las montañas, los humedales y altiplanos
tendrá sobre sus climas la deforestación de la andinos, como parte integral del desarrollo
selva amazónica como para la brasileña anti- sustentable y que, por lo tanto, exigen un en-
cipar las sequías o las ondas de frío causadas foque de planificación, gestión y valoración
por un fenómeno La Niña. mucho más amplio y complejo que el que
se tiene en la actualidad, de naturaleza solo
En el caso de las cuencas y altiplanos económica. La gestión de estos ecosistemas
andinos, las poblaciones que ocupan históri- no debe solo responder a su condición de
M ACRO Y MESOCLIMAS DEL ALTIPLANO ANDINO Y DESIERTO DE A TACAMA : 39
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN SOCIAL ANTE SU VARIABILIDAD

recursos naturales necesarios para la socie- concentra una de las mayores reservas de mi-
dad, sino que comprometerse además con nerales metálicos y no metálicos del mundo.
la conservación de su riqueza y diversidad Bajo estas circunstancias, es evidente que los
biológica, con los procesos ecológicos e hi- planes y programas destinados a conseguir su
drológicos y servicios ambientales que pres- desarrollo sustentable, deben comenzar reco-
tan sus ecosistemas y con el desarrollo de las nociendo la unicidad de sus paisajes natura-
comunidades sociales que los han habitado les y socioculturales y sus áreas de influencia,
por milenios. que son producto de un sistema socioecoló-
gico complejo e incierto, que ha desarrollado
En este sentido, se puede decir que en la mecanismos de adaptación y resiliencia ante
Región de Arica y Parinacota, aun no se ob- los cambios y variabilidades climáticos, in-
servan grandes impactos causados por la mi- cluyendo entre otros factores, la distribución
nería, posibilitado por sus extensos territorios espacial o territorial de los riesgos como un
protegidos por parques y reservas naturales orden primario y fundamental.
(a través de los cuales se pretendía establecer
soberanía en periodos anteriores). Sin em-
bargo, por las condiciones de disponibilidad
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gran y mediana minería. Estas inversiones son AHUMADA, M. y FAÚNDEZ, L. Guía
vistas, por el Gobierno y por ciertos sectores descriptiva de los sistemas vegetacionales
económicos, como el mecanismo “salva- azonales hídricos terrestres de la ecorregión
dor” de los sectores socioeconómicamente altiplánica (SVAHT). Santiago de Chile: Mi-
deprimidos del norte de Chile, no obstante, nisterio de Agricultura, 2009.
y por los impactos en las condiciones físico-
naturales y socioculturales que han causado ALVES, L. M. Clima da Região Centro-
los yacimientos de la gran minería localiza- Oeste do Brasil. In: CAVALCANTI, I.F. de A.;
dos en la región de Tarapacá, se hace estric- FERREIRA, N.J.; DA SILVA, M.G.A.J. y DIAS,
tamente necesario desarrollar instrumentos M.A.F. DA SILVA (orgs.). Tempo e Clima no
integrales de gestión de los territorios, que Brasil. São Paulo: Oficina de Textos, 2009, p.
orienten y administren la compatibilidad de 235-24.
las múltiples actividades presentes en estas
regiones, asegurando la permanencia de BAUER, C. Bringing wáter markets down
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aprovechamiento sustentable de las riquezas BAUER, C. Siren Song. Resources for the
minerales presentes en estas zonas, cuando Future. Washington, D.C., 2004, p. 92–99.
corresponda.
BUDDS, J. Power, nature and neolibera-
La necesidad de perfeccionar las visiones lism: the political ecology of water in Chile.
y objetivos territoriales es uno de los aspectos Journal of Tropical Geography, 2004, Vol. 25,
que debiera contribuir a la sustentabilidad de N° 3, p. 322-42.
las regiones y lugares localizados en las tie-
rras altas del desierto de Atacama, que, como BUDDS, J. Whose Scarcity? The hydroso-
se sabe, es considerado uno de los más áridos cial cycle and the changing waterscape in La
del mundo y que enfrenta la singular parado- Ligua river basin, Chile. In: GOODMAN, M.
ja de que junto a su aparente limitación de & EVERED, K. (editors). Contentious Geogra-
recursos hídricos, dispone de ecosistemas de phies. Ashagate: Farnham, 2008, p. 58-98,
alta riqueza, presenta una de las más intere-
santes muestras de adaptación y diversidad BUDDS, J. Contested H2O: Science, po-
sociocultural y como si no fuera suficiente, licy and politics in water resources manage-
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