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Mayra Itzel Zepeda Pichardo


2021

Para mis hijos Eva y Geiler, quienes
hacen volar mi imaginación cada día de
mi vida.

Para Ana quien me ha acompañado en


cada paso que doy, con mucho
entusiasmo y cariño.

Y para todos aquellos, niños, niñas y


adultos que le temen a las inyecciones.










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Ramona Ramones es una niña muy inteligente, tiene 8


años, le gusta patinar, comer helado y cuidar de su gatito
salomón.
Un día después de la escuela su mamá le dijo.
- Antes de llegar a casa pasaremos al consultorio del
Doctor Floyd para que te ponga una vacuna.

-¡¿Queeeeeee?! ¡¿Una vacuna?!


– Dijo Ramona muy asustada.

Ramona pasó todo el camino


pensando en lo dolorosas que
suelen ser las inyecciones, en lo
larga y filosa que es la aguja, en
lo frío y fúnebre del consultorio
del Doctor Floyd.
Ramona Ramones tenía tanto
miedo que pensó… ¿Y si me
duele tanto que ya no podré moverme nunca más? ¿Y si
me sale mucha sangre?
-¡Noooooo! – Gritó Ramona con mucha fuerza
-¿Que pasa Ramona, porque gritas? – preguntó su mamá
Ramona contestó llorando y temblando de miedo.
– ¡No quiero que me inyecten, no quiero, no quiero, no
quiero!

-Tranquila Ramona, dijo


su mamá.
Creo que estás muy
asustada y te entiendo,
cuando yo tenía tu edad
también me daba miedo y
te confieso que aún me
siento nerviosa cuando
tengo que ponerme una
Inyección.

Ramona se sorprendió al
saber que su mamá también le asustaba un poco las
inyecciones, se sintió comprendida, pero eso no le quitó
el miedo.
A la mamá de Ramona Ramones se le ocurrió una idea
extraordinaria.
-Hija, conozco un juego que te ayudará a vencer el
miedo en tu interior ¿te gustaría jugarlo?
Ramona asintió con la cabeza.
La mamá de ramona explicó.
-Primero tenemos que dejar entrar el aire por la nariz
y sacarlo por la boca, lentamente, 3 veces.

Ahora imagina que te encuentras sentada en la silla del


consultorio del Doctor Floyd, entonces notas que saca
de su botiquín una jeringa lista para ser inyectada en
tu brazo izquierdo…

Ramona abrió los ojos interrumpiendo


¿Cómo te sientes Ramona?- pregunto su mamá
- Pues… sentí dolor en mi brazo y me dio miedo.-
Contestó Ramona un poco tímida.
Es natural sentir miedo, pero yo estoy segura de que
eres la niña más valiente que conozco.
Ramona y su mamá llegaron al consultorio y se
sentaron en la Fúnebre sala de espera.
-¿Te gustaría volver a intentar el juego?- preguntó la
mamá de Ramona
- SI mamá- dijo ramona con un poco más de
seguridad.
- Vuelve a cerrar los ojos y respira lenta y
profundamente 3 veces, imagina que estás sentada en
esa silla fría , esperando el momento de la inyección,
sientes miedo , pero de pronto volteas a ver la jeringa
y te das cuenta que es una jeringa de juguete
¿De juguete? – pregunto ramona extrañada y sonriente,
pero con los ojos aún cerrados.
Si, de juguete – contestó su mamá
Te parece muy extraña ésta situación pero, de pronto,
te das cuenta de que la piel de tu brazo izquierdo
comienza a cubrirse de un escudo de malvavisco, se
siente suave, muy suave y acolchonado, tan suave que
te relaja su olor azucarado.
Te sientes tan feliz que una linda sonrisa se refleja en tu
rostro.
… pero de pronto, una suave y rápida sensación filosa
invade tu brazo izquierdo, y duele un poco.
- Escuchas la voz de Doctor Floyd decir ¡Listo! eres una
niña muy valiente Ramones.
- Te das cuenta de que todo ha terminado y gracias a
tu escudo de malvavisco no hay nada de sangre, todo
vuelve a la normalidad poco a poco, el escudo va
desapareciendo, vuelves a mirar la jeringa pero ya no
te da miedo y tu brazo izquierdo dejó de doler.
- Respira profundamente y abre los ojos lentamente…
- Ramona ¿Ya estás lista? Es tu turno
- dijo su mamá con una gran sonrisa.
- ¡Estoy lista! – Respondió Ramona, llena de seguridad
y valentía.
Desde entonces, Ramona Ramones ya no le teme a las
inyecciones y por ser una niña tan valiente, su mamá le
compro un enorme y delicioso helado de Malvaviscos.
Fin.
Agradecimientos
Este Libro es el producto de grandes esfuerzos y de muchas voluntades.
Debo empezar mi agradecimiento a la colaboración de mis maestras Adriana
Fortino Y Adriana Gómez, quienes con sus sabias orientaciones dieron luz a este
Libro, indudablemente sus opiniones fueron valiosas.
Itzel Pichardo Acupunturista y
Enfermera, nació el 5 de febrero de
1992 en Cancún quintana Roo. Desde
muy joven pasó gran parte de su
tiempo trabajando en una clínica de
rehabilitación, se convirtió en madre
por primera vez a los 20 años y tres
años más tarde tuvo a su segundo
bebé.
Su preocupación por el estado
emocional de sus hijos y pacientes la
ha llevado a realizar éste cuento corto
en donde expone un breve ejercicio de
apoyo emocional para superar el
miedo a las inyecciones.

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