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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

DIRECCION DE INVESTIGACIONES Y POSTRGRADO


ESPECIALIZACIÓN EN DERECHOS HUMANOS

UNIDAD I

LECTURA 2

FUNDAMENTOS HISTORICOS DE LOS


DERECHOS HUMANOS Y DESARROLLOS
POSTERIORES

Szabo, I. (1994) en Vasak, Karel. (Comp.) Las dimensiones


internacionales de los Derechos Humanos. Serbal/UNESCO. Barcelona
Compilación con fines didácticos
1. DERECHOS HUMANOS EN GENERAL

a) El concepto de derechos humanos

El concepto de derechos humanos entra en el marco del derecho cons-


titucional y del derecho internacional, el propósito de los cuales es defender
por medíos institucionalizados los derechos de los seres humanos contra los
abusos de poder cometidos por los órganos del Estado y, al propio tiempo,
promover el establecimiento de condiciones de vida humanas y e] desarrollo
multidimensional de la personalidad del ser humano.

Esta primera definición general proporciona la base sobre la que


formular ciertas leyes fundamentales que se analizarán en detalle a con-
tinuación: a) que los derechos humanos constituyen un concepto jurídico; b)
que en el sistema legal los derechos humanos están amparados por dos
ramas del derecho; c) que los derechos humanos incumben al ciudadano y al
hombre; y d) que, contrariamente a la concepción errónea comúnmente
extendida, los derechos humanos protegen al individuo que no está en
conflicto con el Estado ,pues el Estado existe únicamente a través de sus
órganos.

b) Orígenes históricos de los derechos humanos

Para algunos autores, los orígenes de los derechos humanos se


remantán a la Grecia clásica. Estos autores consideran que los derechos hu-
manos surgieron con el derecho natural. El ejemplo clásico; tomado de la
literatura helena, es el de Antígona. Según Sófocles, cuando Crean te
reprocha a Antígona haber dado entierro a su hermano pese a tenerlo
prohibido, Antígona replica que ha actuado según las leyes no escritas e
inmutables de los cielos1 En filosofía, se tiende a considerar el problema de
los derechos humanos o con más precisión, el problema de los derechos
naturales de hombre (y es de notar que equiparar unos y otros oscurece el
problema a nivel de teoría)- en los términos de la doctrina del estoicismo.

Resulta más difícil buscar los orígenes de los derechos humanos en el


derecho romano, aunque se ha intentado descubrir en la obra de Cicerón
ciertas ideas relacionadas con el tema. Por una parte, el derecho romano
postulaba la existencia de una ley natural, esto es, unos derechos naturales
del hombre2 según Ulpiano, la ley natural es la que enseña la naturaleza a
todos los seres vivos. Sin embargo, por otro lado, esta ley natural está
relacionada con el iusgentium, que posee al menos dos significados. En
primer lugar, y ante todo, significa los derechos de quienes no poseen la
ciudadanía romana, y se refiere, por tanto, a los derechos de que gozan
todos los hombres, donde quiera que se hallen; al mismo tiempo, representa
también el derecho internacional3.

No debe olvidarse, en especial cuando se habla del significado actual de


los derechos humanos, que todo cuanto se deriva del mundo grecorromano
parte de un sistema social en el que Aristóteles reconocía la legitimidad de la
esclavitud4. En aquel mundo se consideraba perfectamente natural (y por
tanto en conformidad con la ley natural) que existieran diferencias sociales
radicales que excluyeran ab ovo la idea central de los derechos humanos,
cual es la igualdad de todos los hombres.

1"Las leyes no escritas e Sófocles,Antígona inmutables de los dioses".

2
.Ulpiano,1). 1.1.1., pág, 3.
3.Cayo, D. 1.1.g.

4.Aristóteles,Pofíríca, Libro primero .


c) La Edad Media

La Edad Media no fue una época favorable a la idea de los derechos


humanos ni a su observancia. Plenamente sometido a la influencia de la
filosofía aristotélica, santo Tomás de Aquino consideraba la ley natural como
derivada de la razón. Así, la filosofía del derecho medieval (elemento
característico de la cual era, entre otros, el reconocimiento por parte de
santo Tomás -como antes lo fuera de Aristóteles- de la esclavitud) no
reconocía las cualidades humanas que no comprendía. En particular, no
buscaba situar la personalidad humana en el centro de las preocupaciones
del derecho y de la vida social. Diríamos hoy que dicha filosofía no estaba
abierta a ningún tipo de pensamiento centrado en el hombre.

La otra rama del pensamiento jurídico de la Edad Media, que se


desarrolló considerablemente al final de aquel período, centraba sus
investigaciones en el Estado, llegando pronto al principio fundamental de la
soberanía del Estado. Tal principio iba a convertirse posteriormente en uno
de los mayores obstáculos para la protección internacional de los derechos
humanos.

La aparición de la idea de los derechos humanos: condiciones


generales subyacentes en la idea. La teoría contractual

Sería un grave error intentar remontar los orígenes de los derechos


humanos a unos sistemas sociales que desconocían la condición básica que
gobierna la existencia de derechos humanos, cual es la idea de libertad e
igualdad. No es posible proyectar una institución nueva sobre unas relaciones
sociales que han sido superadas y a las que no corresponde. Para que los
derechos humanos aparecieran como norma general de la sociedad, y para
que fueran asumidos a un tiempo como una necesidad y una realidad, era
indispensable que se dieran unos cambios sociales fundamentales en las
relaciones de producción (y, más precisamente, en las relaciones de
propiedad) dentro del sistema social anterior, el feudalismo. Los derechos de
los individuos tenían que ser reconocidos, en principio, como iguales respecto
a la propiedad y a la adquisición y disfrute de dicha propiedad. Ciertamente,
el derecho a la propiedad se había considerado previamente un derecho
natural o, en otras palabras, un derecho fundamental e inalienable del
hombre; primero fue en palabras de santo Tomás de Aquino y más tarde, y
más explícitamente, por Grocio, que colocó este derecho fuera del
universo de los derechos naturales. Grocio aseguraba que el derecho a
la propiedad había sido "introducido por voluntad humana" y, para que
no nos ofendiéramos, nos invitaba a entender y considerar nuestra
propiedad corno correspondiente a la ley natural5.

De esta línea de razonamiento surgieron dos-ideas principales,


pero posteriormente ambas se escindieron de sus orígenes: se trataba
de las nociones de libertad e igualdad. La idea de la libertad era la de
la libre propiedad, la libre posesión de la propiedad, y de ella surgiría
posteriormente la idea de libre empresa, con todos los demás corolarios
de la libertad. Sin embargo, no deben olvidarse nunca sus orígenes,
pues en ellos se basa su aparición y su desarrollo.

En cuanto a la idea de igualdad, también debió su origen, al me-


nos en parte, a la aparición de un nuevo tipo de propiedad, Significaba
igualdad de todos respecto al derecho de adquirir propiedades pero,
observada con más detalle, su verdadero origen resulta estar relaciona-
do con la idea política del Estado en el sentido moderno del término.
También se refiere a la igualdad respecto a la participación en la vida
política, En consecuencia, la igualdad era, digamos, una idea política y

5
H. Grocio, De Belli ac pacis.Liber I, capit.1.4.
un derecho político, mientras que la libertad poseía un carácter eco-
nómico, al menos en lo que se refería a sus orígenes. Según la filosofía
política contemporánea, cada individuo debía poseer iguales derechos
en la vida del Estado. En consecuencia, la noción de igualdad era de
aplicación al conjunto del hombre, a todas sus facultades y a todos sus
derechos.

Sin embargo, iba a quedar una importante diferencia entre la liber-


tad y la igualdad: la libertad, relacionada con la propiedad, fue consi-
derada un derecho que el Estado no podía restringir por ser un derecho
absoluto. Esto no sucedía con la igualdad, pues ésta era considerada un
derecho político y, como tal, podía ser restringido por el Estado6.

e) Orígenes a nivel del derecho positivo

Por lo general, los orígenes de los derechos humanos respecto al


derecho positivo se remontan a documentos aparecidos en siglos
recientes. Según este punto de vista -cuyos defensores son pocos en
número dado que la mayoría de los autores consideran los derechos
humanos como derechos naturales-, los mencionados derechos humanos son
contratos establecidos por el Estado con la población y, principalmente, con
la nobleza. Se considera que estos contratos preservan ciertos derechos del
hombre al impedir que el Estado interfiera en el ejercicio de tales derechos.
La fuerza legal de estos derechos se considera fundamentada
(contrariamente a las ideas de la teoría contractual, basadas en la ley
natural) en la voluntad del Estado o, mejor aún, en las circunstancias del
período en su reconocimiento por el rey.
El hecho de que los derechos humanos, o los acuerdos con similar
objetivo, hayan tomado la forma de cartas, leyes fundamentales, peticiones

6
T. Hobbes, Leviathan. Capitulo14
o, en determinadas circunstancias, declaraciones, ha llevado a que tales
declaraciones sean colocadas en un mismo nivel teórico, auque fueron
elaboradas en períodos diferentes y con propósitos distintos. En especial, se
encuentra en la literatura especializada toda una discusión acerca de la
naturaleza común o diferente de la Magna Carta, la Petición de derechos y la
Declaración de derechos, así como de la Declaración de Virginia y las leyes
que la siguieron, y la Declaración francesa de 1789. ¿Cuáles son, pues, las
relaciones entre estos documentos? ¿Tienen todos la misma importancia y
significación social? ¿No son acaso cada uno la consecuencia lógica, o la
simple copia, de los que les precedieron?

En la Europa central, un libro de George Jellinek sobre las decla-


raciones de derechos humanos (1904) causó una gran agitación al apoyar
la opinión de que dichos documentos seguían cada uno al anterior y, en
consecuencia, estaban relacionados directamente entre sí. Además, no era
Jellinek el único en expresar tal opinión. En cuanto a la opuesta, basta con
hacer notar aquí una nota de la obra de Dicey en la que el autor apunta que
el documento británico constituye las condenas jurídicas de afirmaciones o
prácticas por parte de la corona"; en cuanto a las declaraciones
norteamericanas, escribe: 'Poseen (...) el propósito evidente de controlar
legalmente la acción del legislativo mediante los artículos de la constitución7”

Por último, Jellinek apuntaba, en la segunda edición de su libro, la


necesidad de considerar que en los Estados Unidos la Declaración de
derechos ha representado el punto culminante, mientras que la Declaración
francesa fue el punto de partida, lo cual constituye en sí mismo una
diferencia radial. Jellinek reconoce indirectamente, a nivel de historia de la
civilización y de la filosofía, así como desde el punto social, la importancia
de la declaración adoptada por la Asamblea constituyente de 1789.

7
A. V. Dicey, Introduction to de study of the law of the constitution 9a edición, capitulo 4, pag. 200, nota 1.
Podemos dejar el asunto en este lugar. El punto de partida de los derechos
humanos en el sentido actual del término puede encontrarse claramente en
la "Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano", votada
durante la Revolución francesa, y en las condiciones sociales subyacentes
en ella.

Según la concepción más tradicional de los derechos del hombre, en


la época en que los hombres pasaron del estado primitivo al estado social,
concluyeron entre ellos un contrato (la idea del cual fue señalada por vez
primera mucho antes de Rousseau), y mediante este contrato renunciaron a
parte de sus derechos naturales, que habían disfrutado en su estado libre, al
tiempo que conservaban algunos de sus derechos fundamentales: el derecho
a la vida, a lá libertad y ala igualdad, Los derechos así conservados
constituían hechos eternos e inalienables que todo sistema social y estatal
estaba obligado a respetar. En cuanto a los orígenes de estos derechos, sin
embargo, se observan varias diferencias en el modo en que se instaura la
concepción fundada en la ley natural8. Le teoría del contrato social es
producto de la escuela del derecho natural que hace su aparición en los
siglos XV y XVI. Según esta escuela, los derechos humanos están
relacionados con la naturaleza básica del hombre, de la que derivan, y por
cuya razón constituyen derechos humanos.

Según otra concepción, que se remonta a Locke y sus "Cartas de


tolerancia", el punto inicial fue la tolerancia respecto a otras religiones en
otras palabras, el derecho a profesar cualquier religión. De nuevo nos
encontramos con una concepción referida al derecho natural8. además, esta
idea constituyó la base para la creación de los Estados ['nidos de
Norteamérica, considerando que la libertad religiosa desempeñó un papel
importante en este hecho.

8
Jhon locke, Epistola de Tolerantia, “Omnia Illia tam humanitatis quam civitatus jura sanete conservanda”, Sed maxime
cavere debent magistratus, civilinianitatus praetextu ad opprimendam alicuiuslibertatem abutantur.
Existen, por supuesto, otras concepciones de los derechos humanos,
por ejemplo aquella según la cual los derechos humanos tuvieron su origen
en la comprensión mutua, Conceptos como éstos estuvieron en auge durante
la Edad Media. Prácticamente todas las variedades feudales de la teoría de la
ley natural (que consideraba la omnipotencia del monarca absoluto como un
hecho del derecho natural) pertenecen a este tipo de pensamiento, y lo
mismo puede decirse de la teoría kantiana del derecho, fundado en la razón.
Esta teoría, corno todas las demás, está obligada a partir de ciertas premisas
establecidas a priori y de las que se pueden deducir los derechos humanos.
Encontramos estas premisas en el carácter metafísico de los derechos9.

En mi opinión, los derechos humanos sólo pueden "deducirse" de las


relaciones sociales de las que han surgido. Sinceramente, guardo una actitud
personar de hostilidad ante toda teoría o toda explicación basada en la
denominada ley natural. La ley fundada en la razón es pura ficción, igual que
la presunta existencia de un contrato social. Por el contrario, el desarrollo
económico y, en correlación con éste, el desarrollo político específico de los
siglos XV y XV1, no son en modo alguno una ficción, pues corresponden a un
desarrollo real de la sociedad. Es esta evolución la base de la exigencia de
libertad --sobre todo, de libertad económica-- frente al vínculo feudal. En
virtud de esta evolución se postuló la libertad y, más especialmente, se
afirmó la igualdad ante la ley, frente al sistema de privilegios del feudalismo.
Estas necesidades por parte de la sociedad tomaron la fonna de ley natural al
ser presentadas como necesidades eternas. Por ello, lá relación entre ley
natural y ley positiva pareció ser una relación entre necesidad y realidad, es

9
"... die giissere Ubereinstimmung der Verfassung mil Rechtsprinzipien versteht, als nach welehem zu strefen uns

die Vernunft einen Kategorischen Irnperatif verbindlicli rnacht". Kant; JLletaph}sik der Sitien, Kirch,
1870.Rechtlehre. II.'Teil, Das liffentliche Recht, págs. 49, 157.
decir, ley positiva según iba a establecerse a continuación,

g) Los derechos del hombre y del ciudadano

La Declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano


de 1789 y otros documentos aparecidos posteriormente hacen una distinción
entre, por un lado, los derechos del hombre y, por el otro, los derechos del
ciudadano. En estos textos, el hombre aparece como un ser a quien se
imagina existiendo fuera de la sociedad, a quien se Fonsi dera existiendo
antes que la sociedad. En cuanto ciudadano, éste queda sujeto ala
autoridad del Estado. Así, los derechos del hombre son naturales e
inalienables, mientras que los derechos del ciudadano lo son positivos,
garantizados por el derecho positivo. Los derechos humanos son derechos
fundamentales por la propia razón de que existieron antes que el Estado,
mientras que los derechos del ciudadano están subordinados y dependen de
éste.

Marx trató esta cuestión en uno de sus primeros estudios ("Sobre la


cuestión judía")10 y llegó a la siguiente conclusión:

En el hombre y en sus derechos, la sociedad postula un ser egoísta,


independiente de los demás, que es sujeto de la propiedad (propiedad
privada) y cuya libertad (libre propiedad) constituye la norma legal y el
requisito básico: el hombre es un sujeto abstracto en relación con el
Estado, mientras que los derechos humanos se consideran derechos na-
turales, derechos naturales abstractos. El ciudadano, por otra parte, sólo
tiene derechos como miembro de la sociedad política: se trata de unos
derechos cuyo valor está limitado. Los derechos del ciudadano no son
absolutos ni incondicionales, no están garantizados a todo hombre y en

10
Marx y Engels, werke, Berlin, 1957, pags. 347-377
todo momento, no son derechos innatos.

Según esta visión, los derechos del ciudadano están subordinados a


los derechos del hombre, el estado del ciudadano depende del estado del
hombre. Las organizaciones políticas y los derechos políticos parecían servir
al hombre, al hombre egoísta y a la propiedad privada; la sociedad
burguesa se reducía al nivel de servidora de la propiedad privada.

En el transcurso del desarrollo social., político e ideológico, esta


distinción, esta jerarquía respecto a la aparición y existencia de los
derechos del hombre y del ciudadano se ha difuminado hasta cierto punto.
Con la desaparición de la distinción entre los derechos del hombre y los del
ciudadano han surgido dos categorías. Pese a que ciertos rasgos de dicha
distinción permanecen todavía, asta ha asumido nuevas formas y ha llegado
a pareces un criterio a seguir para diferenciar distintas ramas del derecho:
todo el conjunto de derechos que se reconocen en las constituciones son
considerados, por tanto, como pertenecientes a la categoría de los derechos
del ciudadano, mientras que los derechos del hombre son los cubiertos por
el derecho internacional.

De este modo, el problema de los derechos humanos se ha reducido


por completo a una cuestión de simples relaciones entre dos ramas

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