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· El A-B-C del enfoque contextual: En este esquema, B es la conducta, C son las consecuencias producidas por tal conducta (reforzadores de la
misma), y A son los antecedentes en cuyas condiciones ocurre la conducta. La conducta puede tener más de una consecuencia, es decir, que puede
tener varios reforzadores que la mantienen: programas de reforzamiento concurrentes.
El análisis de la conducta distingue 4 condiciones antecedentes principales:
1. Situaciones definidas por su aspecto evocador de respuestas emocionales cuya función se denomina EC.
2. Situaciones definidas por el control de EE cuya función se denomina EE discriminativo (Ed).
3. Situaciones definidas por su papel en alterar las f(x) discriminativas y reforzantes de los EE presentes: operaciones de establecimiento.
4. Situaciones definidas por el control del lenguaje sobre la conducta: este control verbal, se identifica en términos de conducta gobernada por
reglas, una distinción que es pareja de la conducta moldeada por contingencias.
La conceptualización de los problemas psicológicos se atiene al análisis funcional señalado: éste describe los problemas psicológicos en términos
conductuales y especifica sus condicioneso los problemas consisten en las clases de conducta disponibles (repertorios conductuales que resulten
inadecuados para uno mismo, por deficientes o excesivos o que sean perturbadores para otros) o bien consisten en su regulación inapropiada
(control débil, demasiado fuerte o inadecuado por parte de las condiciones discriminativas, de las consecuencias o de las reglas).
Se diferencian 3 formas de intervención:
1. Intervenciones con base en la exposición: exposición del sujeto ante ciertas situaciones evitadas o presentación de determinados EE, cuyas
técnicas clásicas son la exposición prolongada y la desensibilización sistemática.
2. Intervenciones con base en el manejo directo de contingencias: disposición de alguna condición discriminativa y reforzante.
3. Intervenciones con base en el control verbal o manejo indirecto de contingencias: uso del lenguaje como principal instrumento terapéutico.
En este sentido, se pondera el “manejo indirecto” que está implicado, sobre todo, cuando se trata de reglas que definen contingencias y/o instruyen
acerca de cómo comportarse; pero el lenguaje puede constituir él mismo un contexto en el que se da la conducta-problema, de manera que el propio
lenguaje modifique entonces el lenguaje dado como contexto social verbal. En estas condiciones terapéuticas, como hace la psicoterapia analítica
funcional, la conducta verbal tanto supone un “manejo indirecto” de contingencias, como está sometida al “manejo directo” de las contingencias que
funcionan en la sesión de terapia.
*OPERACIONES TERAPEUTICAS QUE DEFINEN LA INTERVENCIÓN CLÍNICA EN LA TC: 6 tipos:
1. Observación de la conducta: Es una tarea de evaluación, una tarea inicial, trata de establecer una línea-base o punto de partida del
funcionamiento de la persona en una situación determinada. Sin embargo, la observación es igualmente una tarea continuada en el curso de la
terapia, en cuyo caso se podría hablar de observación-participante.
2. Presentación de estímulos: Es una tarea de evaluación. Alude a la exposición de algún reactivo para determinar la respuesta.
3. Disposición de condiciones antecedentes: Operaciones que intervienen en alguna circunstancia en cuya presencia se da la conducta. La forma de
referencia es la disposición de alguna función discriminativa (control de EE o f(x) de EE condicionado). Concierne a las formas de intervención con
base en la exposición: no les faltan sus efectos consecuentes, sea reforzadores dispensados por el terapeuta, o sea, el efecto reforzante intrínseco a la
realización conductual, con lo que en todo caso, se cierra la triple relación contingencial.
4. Disposición de condiciones consecuentes: Operaciones que suponen un arreglo de las consecuencias de la conducta. Consisten en el manejo de
contingencias, el cual incluye el control antecedente. Tienen sus peculiaridades según los contextos de aplicación:
· El de la sesión clínica: las contingencias manejables están provistas por el terapeuta; la relación terapéutica puede convertirse en un contexto
natural, representativo de la vida real, en el que se presenten los problemas y se dé el proceso terapéutico; entre las mayores innovaciones de la
terapia de conducta de “3ª generación”, figura la consideración de la relación terapéutica como un contexto social representativo de la vida (proceso
interpersonal en la TC promovido por Safran y Segal, la terapia de conducta dialéctica, y la psicoterapia analítica funcional, que destaca la importancia del
reforzamiento natural de las conductas de mejoría del cliente en la terapia por parte del terapeuta).
· El de un ámbito institucional: ámbitos educativos y psiquiátricos en los que se ha desarrollado tradicionalmente el análisis de la conducta.
· El de la vida cotidiana: circunstancias diarias del cliente, que también pueden ser dispuestas en orden a determinados cambios de su conducta
(consisten en arreglos en la estructura espacial o temporal de la vida cotidiana, como en el trato interpersonal).
5. Disposición de funciones motivacionales: Operaciones que alteran la función de los reforzadores y EE discriminativos.
6. Disposición de funciones verbales: Lenguaje = medio y objetivo del cambio psicológico. 4 tipos de operaciones verbales dadas en terapia:
· Operaciones verbales consistentes en reglas que gobiernan la conducta no verbal: las funciones verbales por las que se especifican las contingencias
y/o las conductas: descripción de las circunstancias de una manera que facilita el contacto con la realidad. Se aclaran las situaciones y se define el
funcionamiento de las cosas, de modo que uno sabe mejor a qué atenerse. Se instruye acerca de la conducta, de modo que uno sabe mejor cómo
hacer.
· Operaciones verbales que establecen funciones motivacionales: mediante el lenguaje se puede alterar la función motivante tanto del reforzador
como del discriminativo.
· Operaciones verbales que reparan en la propia conducta verbal: el lenguaje es un objeto de reparo y de reparación por parte del propio hablante.
En terapia, se trata de especificar las implicaciones de lo que se dice y, en su caso, de modificar o ajustar el significado (“tendrías que” o “deberías”).
· Operaciones verbales consistentes en la alteración de reglas: reglas que alteran el funcionamiento de reglas establecidas, son una variante de las
reglas autoclíticas, pero merecen su distinción: las reglas establecidas constituyen el sentido común y, por tanto, son el trasfondo con que se cuenta
culturalmente establecida.
Un proceder se podría identificar como dialogo socrático: discusión que fuera moldeando una nueva concepción de las cosas valiéndose de los materiales generados por
el propio interlocutor y, en su caso, propuestos por el terapeuta.
Otro proceder se encontraría en el uso de la paradoja: descolocar y reestructurar el sentido común o contexto en el que se inscribe un problema.
Otro proceder vendría dado por el uso de la metáfora: hace ver una cosa que pudiera ser difícil de captar, a través de su semejanza con otra que se ofrece con toda su
nitidez en el aspecto relevante y que funciona, por tanto, como vehículo que permite establecer una similitud.