Está en la página 1de 2

“IN-INDE-INDEPENDENCIA!!

” Es tal vez uno de los cánticos que más hemos


escuchado en los últimos meses. Cualquiera que pruebe a cantarlo para a “hacer la gracia”,
siente como fluye la autodeterminación por sus venas. Es la base de toda manifestación
independentista en Cataluña. Independentismo. Desde luego es un tema que está a la
orden del día, y que supone una gran polémica en el panorama político actual, un tema que
solo dejamos de ver en el telediario cuando un temporal azota la Península, cuando sale
algún corrupto nuevo o, cuando , como los últimos dos meses, hay diversas conversaciones
para formar gobierno. Como con todos los temas controvertidos, debemos informarnos para
poder adoptar una postura justificada y saber cuando nos la “están colando”. Como todo
buen cuento (y es que el nacionalismo catalán es equiparable a la obra de los hermanos
Grimm), se debe empezar por el principio. Así que debemos preguntarnos ¿cuál es el
verdadero origen del nacionalismo catalán?

Como bien sabe todo el mundo, o debería saber al menos, los territorios de la
Corona de Aragón (Mallorca, Valencia, Aragón y Cataluña) se inclinaron por el archiduque
Carlos de Austria como sucesor a la Corona española tras la muerte del último austria
Carlos II (un hombre que fue un ejemplo de que a los primos hay que quererlos, pero no
demasiado), mientras que el resto de España apoyó a Felipe de Anjou, nieto del rey francés
Luis XIV.Si tomamos por ciertos las supuestas bases del independentismo catalán
debemos remontarnos al 23 de Abril de 1714, día en el que las tropas hispano-francesas de
Felipe V tomaron Barcelona y pusieron fin a la Guerra de Sucesión española. Según
independentistas, ese fue el día que España llevó a cabo la “conquista” de Cataluña, el día
en que comenzó su opresión y subordinación al Estado español. Esto es completamente
falso. Si seguimos la misma regla, Mallorca, Valencia y Aragón deberían estar ahora
peleando por “volver” a ser un país independiente. En el año 1714 no existía manifestación
alguna de nacionalismo o independentismo y por tanto no hay ninguna relación entre este
hecho y el nacimiento del nacionalismo catalán. Por mucho que les duela a algunos, el
nacionalismo catalán no tiene trescientos años, ni tiene su origen en un gran hecho
histórico. En realidad, el nacionalismo catalán comienza en el último cuarto del siglo XX. En
un principio contó con pocos simpatizantes, pero las numerosas calumnias y mentiras sobre
la cultura y el origen de Cataluña, así como la mala situación económica hicieron que el
nacionalismo calara en el pueblo y comenzara a extenderse, de tal forma que cuanto más
crecía más mentiras añadía a la Historia, a la vez que adoptaba como propios elementos de
Valencia, Aragón o incluso Francia, e iba erradicando los símbolos propiamente castellanos
o españoles. Esto muestra la absurda base de este nacionalismo, que ante el deseo de
tener una cultura diferente a la española que poder defender, no le importó que fuera falsa.
Dentro de este ámbito,el cultural, podemos ver actualmente hasta donde están dispuestos a
llegar esos adeptos a las ideas independentistas, quienes no tienen ningún pudor en hacer
uso del poder que ostentan en el Gobierno de la Generalitat para adoctrinar, porque no hay
otra palabra para definirlo, a los jóvenes catalanes. Así, para conseguir más partidarios, no
dudan en dar a los jóvenes catalanes una educación cargada de ideología y de mentiras,
que lo único que genera es un odio irracional contra España, que desde luego no aportará
nada bueno a su vida.
Ahora que ya conocemos su arcaico origen, nos centraremos en su motivación
actual. La desigualdad siempre ha sido la causa más relevante y la desencadenante de las
independencias más importantes de la Historia: ¿Acaso las colonias británicas de América
recibían un trato igual que el de sus colonizadores? ¿Recibían el mismo trato el pueblo
sublevado de la Revolución Francesa que las clases más altas de 1789? ¿Gozaban los
criollos de los mismos derechos que los españoles en América? En la actualidad, y también
en su origen , la motivación del nacionalismo catalán ha sido y será principalmente
económica, “la pela es la pela”, pues el gobierno del PP ha llevado a cabo múltiples recortes
en ámbitos de vital importancia como la educación o las dependencias. Es cierto que
Cataluña es uno de los principales motores de la economía española, pero ¿es una
injusticia aplicar a Cataluña las mismas medidas que a todas las comunidades españolas?
Y si esto es así, ¿es motivo suficiente para la independencia de ésta? Desde luego que
algunas medidas tomadas por el gobierno son extremas, pero son las mismas que las
aplicadas al resto de comunidades. Si su aportación económica al país es elevada, no es
por más que porque forman gran parte de la economía de España. Lo más llamativo de esta
cuestión es la acusación de los independentistas hecha al estado español por robar a
Cataluña, mientras hacen la vista gorda por gente como su tan querido, memorable y
defensor del pueblo catalán ex-president Jordi Pujol, que,siendo considerado, solo robó en
Cataluña y no tocó en ningún momento una peseta que no hubiera estado antes en un
bolsillo catalán. Un corrupto con principios y con método, que robó y robó sin que nadie se
enterara en 30 años y no como los de ahora, que son más buenos que el pan, y no sabrían
robarle ni una piruleta a un niño sin que la madre se diera cuenta.
A pesar de que este independentismo catalán está basado en una infinidad de
patrañas y que es evidente que la gran motivación que mueve a los políticos catalanes
independentistas es el dinero, no podemos negar que se ha arraigado en casi la mitad de
la sociedad catalana, una sociedad formada por 7,5 millones de personas nada menos.
Dejando a un lado las mentiras y el interés económico no se puede negar que hay 3 o 4
millones de catalanes que no quieren formar parte de España porque consideran que no es
un buen país y creen que serían más felices o sus vidas serían mejores si su país fuera
Cataluña. Ese sentimiento o creencia tan extendida podría ser cierta o no, tal vez si
Cataluña se independizara su vida iría a peor o simplemente no cambiaría nada, eso es
algo que no se puede predecir por completo (no obstante, es conocido por todos que la
secesión supondría un duro golpe económico tanto para España como para Cataluña). Lo
que cabe plantearse es si tal vez no debería el conjunto de España mejorar para que nadie
se sintiera mal siendo español, ya sea por la corrupción o por la catastrófica cifra de
parados, ni en Cataluña ni en ningún otro sitio; y, para que los que nacemos en España y
tratamos de formarnos para hacer algo algún día podamos quedarnos en nuestro país y no
tengamos que irnos a otro en el se pone el sol a las cinco de la tarde o en el que cualquiera
pueda tener un revólver o un subfusil para “defender la libertad”.

Nacho García Lobo y Pablo Valdunciel Sánchez,


2º A de Bachillerato,
Colegio Nª Sª de Lourdes, VAlladolid.

También podría gustarte