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Corpus Paulino – 41- (lunes 19 de octubre de 2020).

1ª hora

4to curso de Teología

2.3. Exhortación acerca de la vida en la comunidad (5,12-24).


En este punto, Pablo concluye su carta, como es habitual en él, con una
exhortación sobre la vida comunitaria. Esta tiene dos partes claramente
definidas: una serie de recomendaciones (5,12-22) seguida por una oración
conclusiva (5,23-24).

Las recomendaciones son muy generales y, por tanto, no tienen presentes


necesariamente, defectos concretos de la comunidad tesalonicense. Encontramos
la misma clase de consejos en otras cartas de Pablo. Sin embargo, el modo en
que se han seleccionado y dispuesto los temas puede hacer alusión a algunos
problemas que están perturbando a la comunidad.

Pues aunque las recomendaciones parecen desconcertadas entre sí, encajan en


un esquema que da a la sección conclusiva de la carta el siguiente perfil:

5,12-24
1. Recomendaciones (vv. 12-22):
a) sobre las relaciones comunitarias (vv. 12-15);
b) sobre las actitudes personales (vv. 16-18);
c) sobre los dones espirituales (vv. 19-22).

2. Oración (vv. 23-24):


a) Que Dios os ayude a vivir como auténticos creyentes (v.
23ª);
b) Que Dios os conserve completamente irreprochables para la
parusía (v. 23b).
c) Dios hará esto porque es fiel (v. 24).

Como en todas sus cartas, Pablo concede importancia a la armonía interna de la


comunidad. Los tesalonicenses han de estar en paz unos con otros (5,13). Lo
conseguirán:

(1) teniendo consideración con quienes ejercen el liderazgo en la comunidad, en


la cual está surgiendo claramente un incipiente ministerio de atención pastoral,
sin oficios claramente definidos (5,12; en contraste, Flp 1,1) y
(2) tratando con el debido interés a todos los miembros de la comunidad que
están marginados o resultan problemáticos (5,14-15). Se mencionan tres grupos:
a) los indisciplinados u ociosos (la palabra griega ataktoi podría significar
ambas cosas), que probablemente son objetos de las advertencias de 4,13—5,11;

b) los apocados (oligopsychoi), que pueden ser aquellos a quienes Pablo


tranquiliza acerca del destino de los muertos y el tiempo de la parusía en 4,13—
5,11;

c) los débiles (asthenoi) que, se ha llegado a sugerir (de forma no muy


convincente), son los propensos a la inmoralidad prohibida en 4,3-8. Sea cual
sea la identidad de estos grupos lo que Pablo desea hacer comprender está claro.
Todos los marginados de la comunidad han de ser tratados con paciencia.

La comunidad ha de esforzarse ardientemente en hacer el bien no solo a los


miembros de la comunidad, sino a todos (5,15). La absoluta universalidad del
amor cristiano se afirma claramente, pero (como en 3,12) no sin una nota de
interés especial por los miembros de la comunidad.

En cuanto a sus vidas personales, los tesalonicenses son exhortados a rezar por
una permanente actitud de gozo, oración y acción de gracias (5,16-18), pues esto
es lo que Dios quiere, como su consagración (4,3), de la cual son signos
positivos estas cosas.

Los dones espirituales (charismata), y especialmente la profecía, no han de ser


objeto de discernimiento (5,19-22). A este corriente consejo paulino se le da
aquí un matiz especial. El acento se pone, no en controlar los dones (como en
Corinto), sino en no suprimirlos.

La comunidad parece haber recelado de tales dones. Difícilmente podría ser la


comunidad entusiasta y milenarista que algunos investigadores imaginan que
fue.

La exhortación concluye (como ocurrió en la primera parte de la carta en 3,11-


13) con una oración por la total consagración de los tesalonicenses, para que
sean completamente irreprochables en la parusía (5,23-34).

La oración es notable por dos cosas: por su descripción de la persona humana


desde el punto de vista de las categorías griegas de espíritu, alma y cuerpo, que
Pablo (que no la usa en ningún otro lugar) probablemente tomó del uso popular;
y por su referencia a la parusía (5,23).

Está claro que, pese al espacio relativamente corto que se le concede


explícitamente, el tema de la parusía domina la carta de principio a fin. La
oración termina con la afirmación confiada de que aquello por lo que se ha
pedido será concedido (5,24) porque (tema favorito de Pablo) el Dios que los ha
llamado a la fe cristiana es fiel (1 Co 1,9).

C. Conclusión de la carta (5,25-28)—Saludos finales


La carta concluye con ruegos concretos (5,25-27) y un saludo final a tono con
el de la introducción (5,28). De los tres ruegos que hace Pablo, dos (Orar por él
y saludar a la comunidad) se encuentran en sus otras cartas (Rm 15,30; 1Co
15,20; 2 Co 13,12; Flp 4,21).

El tercero es inusitado. A aquellos a quienes ha sido enviada la carta (¿los


ministros encargados de pastorear a la Iglesia?) se les “pide encarecidamente”
que hagan leer la carta en voz alta a toda la comunidad (5,27).

¿Existía la sospecha de que la carta no sería leída así, y de que su mensaje no se


comunicaría? No hay modo de saberlo. Lo que sabemos es que la carta no fue
destruida. Podemos suponer que fue leída a la Iglesia de los tesalonicenses.

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