Está en la página 1de 2

la atención al cliente

Además de cuidar la primera impresión desde el momento 0, es


necesario saber que esta cumple con todos los requerimientos. Una
primera impresión no siempre es la mejor. Para esto es importante
cuidar:

 La interacción con el paciente.


 Control en los incidentes y errores.
 La capacidad de ofrecer información asertiva.
 El seguimiento en la recuperación.
Todo esto permitirá que desde la primera hasta la última
impresión que un paciente – cliente tiene de un hospital sea la ideal.
Lo mejor es que dentro de ellas existen ciertos paso a paso para
procurar su efectividad. Veámoslo a continuación.

La interacción con el paciente


El personal encargado de recibir a los pacientes debe ser atento,
educado y servicial. Ese momento es la instantánea que le dirá a la
persona si está ingresando o no a un servicio integralmente de calidad.

Los supervisores del personal deben entrenarlos periódicamente,


además de evaluar, corregir y mejorar la atención que se ofrece a los
pacientes. Recuerde que, además de los servicios de salud, es propicio
vigilar la experiencia como un todo.

La capacidad de ofrecer información


asertiva
Una mala o buena impresión depende de lo asertivo y efectivo de la
comunicación personal – paciente. Sea tan simple como dar los
resultados de unas pruebas médicas o el saber indicar dónde queda el
ala de un servicio específico.

Todo ello es propicio para evitar molestias por la pérdida de


tiempo en la que puede caer el paciente. Esperar demasiado por algo
forma parte común de las desventajas que puede tener el servicio al
cliente en los hospitales.

Control en los incidentes y errores


Pero no es de esperarse que todo salga tal cual a lo previsto. Los
incidentes y errores están a la orden del día. El riesgo es mayor
acorde a la magnitud del centro asistencial. No obstante, tampoco
hay que perder la paciencia.

Jamás neguemos cuando algo ha salido mal. Admitir los errores es


un valor fundamental para la buena convivencia, tanto dentro como
fuera de un hospital. El disculparse cuando algo no ha salido como se
esperaba es mejor que solo esconderse en excusas.

Hasta el mínimo detalle cuenta para salvaguardar la posible buena


impresión que ese paciente ha tenido al ingresar al hospital. Sea quien
sea el responsable, es necesario admitir el inconveniente y solicitar
disculpas por las consecuencias de esa situación.

El seguimiento en la recuperación
Llamarlos a fin de saber qué tan bien ha sido la recuperación fuera del
hospital es el punto final con el que sellaremos esa buena atención al
cliente. Puede parecer un detalle simple pero al final de la ardua labor
es lo que terminará de ponderar la calidad del servicio dado.

El llamarle una vez que ha sido dado de alta tiene diferentes tipos de


efectos, además del más notorio, que es dar una buena impresión.
También se disminuye el riesgo de efectos contraproducentes en la
mejoría del paciente y una consecuente readmisión.

Tanto la persona atendida como el hospital se benefician de esto en


todo sentido. Cuidar que los recursos hayan sido bien
administrados en todo momento es otra clave detrás de ofrecer una
buena atención al cliente en los hospitales

También podría gustarte