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LO QUE HABLAMOS, RECIBIMOS

Josué 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes
y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

(Biblia al Día) Que no se aparte nunca de tu boca este libro de la ley. Medita en el día y noche y obedécelo al pie de la
letra. Solamente así tendrás éxito.

Si usted quiere tener éxito, sólo así podrá alcanzarlo, no se puede negociar con Dios otra manera de alcanzar el éxito, a
través de toda la biblia no ve a un haragán, a un negligente o insensato bendecido, se ve bendecida únicamente a gente
diligente, esforzada y valiente, usted no mira a David ser bendecido por tenerle miedo a Goliat, ni a Josué por tenerle
miedo a los muros de Jericó, o Moisés por tener temor de ahogarse en el Mar Rojo.

Por eso La Biblia habla de Dios y de la gente, si solo La Biblia hablara únicamente de Dios nosotros no tendríamos
ejemplos que seguir porque seguir el ejemplo de Dios sería difícil, crear el Universo, la luz, hacer días, noches, estrellas,
peces, eso sería seguir el ejemplo de Dios, pero él se encargó de tomar hombres a través de la historia para tener un
muestrario de lo que puede hacer en la vida de un hombre si obedece su palabra, pero no se puede pretender ser
bendecido sin esfuerzo, sin meditar, sin valor, debemos tener la Palabra en la boca, no sólo debemos meditar la palabra
sino debemos hablar lo que meditamos.

Salmo 1:1-3 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla
de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace,
prosperará.

Prosperarás si y sólo sí meditas en su Palabra de día y de noche, la prosperidad no es mala porque La Biblia la ofrece a
aquel que medita en la Palabra de Jehová, quiere decir que la ley de Jehová contiene tu prosperidad, la prosperidad no
está en el mundo o en un sistema de esta tierra, la prosperidad se encuentra en la Palabra de Dios, los principios que
están en la Escritura han sobrevivido todas las crisis económicas mundiales y se sigue cumpliendo “No he visto justo
desamparado ni su simiente que mendigue pan”.

No se asuste por el alza del combustible, no es la primera vez que sube, no es la primera vez que hay una crisis
energética, medite en la Palabra, declare que el Señor es su Pastor y que nada le faltará, crea que Dios va a proveerle.
Decida creerle al Señor.

Meditar es estudiar, hablar, es un murmullo que se convierte en un grito, meditar es imaginar, dijimos que es trasladar
lo que leemos en la escritura a imágenes, el Rey David sabía las promesas que Dios tenía pero las trasladó a su futuro,
hay una meditación que es “reflexionar” en los errores que hemos cometido, porque si tenemos que ser perfectos en
nuestro caminar para prosperar nadie lo va a lograr, Dios perdona nuestras faltas, su palabra dice que si confesamos
nuestros pecados y nos apartamos de ellos alcanzaremos misericordia, pero el que no lo hace no prosperará, tenemos
prosperidad al arrepentirnos de nuestros pecados.

Salmo 23:1-6 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

Creo que David escribió este salmo como resultado de su meditación en la fidelidad de Dios. “Nada me faltará” David
está hablando en futuro, si la Biblia dice que Dios es fiel, ¿Cómo lo traduces a imágenes? David sabía que Dios era fiel,
David había sido pastor, sabía que a sus ovejas nunca les había faltado nada, las defendió del oso, del león, David
pensaba: “Si yo las defendí ¿Cómo no las va a defender Dios?”. El empieza a imaginar su vida en el futuro sin que alguna
cosa le haga falta, nosotros no nos anticipamos al futuro, vemos sólo lo que nos está pasando, David prepara su alma
por si viene una crisis para que jamás dude de la provisión de parte de Dios. Prepara tu testimonio futuro y di “No
importa lo que venga, el alza de lo que sea, el Señor es mi Pastor, no importa lo que pase en el mundo entero, en lo que
respecta a mí, nada me faltará”.
David está meditando tan fuerte que se va más allá dice en el Salmo 23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de
mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Si vinieran angustiadores, problemas que a
otra gente le quita el hambre, el problema muchas veces no es que no tengas para comer, el problema es que se te
fueron las ganas de comer, tu alma se te está secando, dices: “no me falta nada, pero no tengo ni ganas de comer con lo
que me pasa”.

David dice: “En presencia de los espíritus que pueden venir a atormentarme Dios me va a servir la mesa, voy a festejar
porque Jehová es mi pastor, habrá comida y tendré apetito para comer”, eso es meditar. No le estaba pasando eso a
David, le podría llegar a pasar, se estaba preparando por si llegaba a pasar, por si el esposo venía ya tenía la vasija llena
de aceite, se estaba preparando para el futuro.

Salmo 23:2-6 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi
alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré
mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

¿Crees todo lo que dice este Salmo? Si lo crees… ¿Por qué te quejas? Si tú estás lleno del Espíritu Santo, vives en su
presencia, cubierto con su sangre, el Diablo no puede tocarte.

Debes meditar en las promesas de Dios.

Mateo 12:34 ¡¡Generación de víboras!! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del
corazón habla la boca.

El Señor dice: “Sé valiente, esfuérzate, medita en mi palabra de día y de noche, que no se aparte este libro de tu boca un
solo día”. Tenemos que hablar palabra, declarar sus promesas, debe estar conectada la escritura en su corazón.

1 Pedro 3:10 Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen
engaño.

Los días buenos y la buena vida esta directamente ligada a lo que hablo, revisa qué tipo de conversación tienes todos los
días. Con quién hablas más seguido, cuáles son los temas que más seguidos tocas, pregúntate si esos temas edifican a
alguien, si bendicen tu vida, si te llevan a ser mejor, si te van a hacer prosperar o si son negativos, si son chismes. Etc.

Por tu boca puedes conocer tu corazón, sé sensato, la Biblia dice que si creemos con el corazón y confesamos con
nuestra boca que Jesús resucitó de los muertos seremos salvos, hasta la salvación está asociada a lo que hablamos,
debemos hablar lo que creemos, lo que meditamos, si ya lo viste háblalo, David creyó la fidelidad de Dios, se proyectó a
futuro y lo dejó escrito. Deja todas las palabras que no edifican y no sirven, habla lo positivo.
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