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NOMBRE: FABIAN SUAREZ VASQUEZ

CURSO: SUPERIOR
FECHA: 31 DE MAYO DE 2019
TEMA #3

GASOLINA
Derivado del vocablo inglés gasoline, el término gasolina refiere a una mezcla de
hidrocarburos que se obtienen a partir de la destilación del petróleo crudo. La gasolina se
utiliza como combustible en diversos motores.
El petróleo es un fluido natural que procede de lechos geológicos. Está formado por
diversos hidrocarburos: compuestos que resultan de la combinación de hidrógeno y
carbono. Cuando el petróleo es sometido a un proceso de destilación fraccionada, se
obtienen diversos productos: entre ellos, la gasolina.
En países como Argentina, Uruguay y Paraguay, a la gasolina se la conoce como nafta, que
en realidad es uno de los compuestos de la gasolina. De manera similar, a la gasolina en
Chile se la llama bencina (otra fracción del petróleo).
La gasolina, nafta o bencina se usa en motores de combustión interna. La mayoría de los
automóviles y de las motocicletas necesitan gasolina para que sus motores funcionen:
estos vehículos a gasolina no pueden andar sin este combustible.
El octanaje, índice de octano o número de octano es una escala que hace referencia a la
temperatura y la presión a la que se puede someter a la gasolina antes de detonar al ser
comprimida en el cilindro del motor. A mayor índice de compresión, mayor eficacia del
motor. La gasolina con mayor octanaje, por lo tanto, es la de mejor calidad.

Existen diversas cuestiones que el conductor de un vehículo puede tener en cuenta para
disminuir el consumo de gasolina. Controlar la presión de los neumáticos, evitar las
aceleraciones y las frenadas bruscas y conducir a no más de 100 kilómetros por hora son
acciones que ayudan a ahorrar combustible.
Retomando la etimología de la palabra gasolina, debemos señalar que el diccionario de
lengua inglesa publicado por Oxford cita la versión norteamericana desde el año 1863. Se
cree que su origen se encuentra en alguna marca registrada de lámparas de aceite, como
ser «Gazeline» y «Cazeline», dado que su pronunciación se aproxima bastante a la de
gasoline«.
En el año 1859 la producción de petróleo ya estaba alcanzando niveles muy altos en
Pensilvania. En aquel entonces, el escritor británico John Cassell habló de un producto
«maravilloso» que en poco tiempo llegaría a Londres a través de la importación, y que
debería llevar un nombre también «maravilloso», como ser «Cazeline» (el cual ideó
basado en su propio apellido). Tres años más tarde publicó la patente de las lámparas de
aceite con dicha marca, y en poco tiempo se convirtió en el distribuidor principal en
Inglaterra e Irlanda.

Si bien su negocio había comenzado con fuerza, la presencia de un vendedor en Dublín


que falsificaba las lámparas lo afectó negativamente. Ante la acusación de Cassell, el otro
cambió la inicial de la marca falsa y así nació «Gazeline». Esto condujo a una disputa legal
que Cassell ganó en 1865, lo cual le permitió seguir usando su nombre hasta 1924.
Curiosamente, en el año 1863, un periódico de Gran Bretaña habló de «gasolene», y un
tiempo más tarde los norteamericanos acuñaron «gasoline», aunque no se sabe en qué
país surgió por primera vez el concepto y en qué sentido viajó.

Independientemente de la palabra que usemos para referirnos a la gasolina, lo importante


es que los motores de combustión existen desde finales del siglo XIX en Alemania, donde
se fabricaba un combustible a partir del gas coque (un antecesor del gas natural, que se
consigue mezclando gases combustibles). Fueron necesarios diversos avances a nivel
tecnológico, tanto en el diseño de los carburadores como en las mezclas de productos
químicos para dar con coches más seguros y una gasolina menos volátil, sin dejar de lado
su impacto en el medio ambiente.

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