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El documento describe los cuatro pasos para alcanzar la verdadera libertad en Cristo: 1) Creer en Cristo a través de un conocimiento, asentimiento y confianza salvadora en Él; 2) Permanecer en la Palabra de Dios a través de la obediencia continua; 3) Conocer la verdad divina a través de las Escrituras y la instrucción del Espíritu Santo; 4) Ser liberado espiritualmente de las ataduras del pecado, Satanás y la muerte a través de estos primeros tres pasos.
El documento describe los cuatro pasos para alcanzar la verdadera libertad en Cristo: 1) Creer en Cristo a través de un conocimiento, asentimiento y confianza salvadora en Él; 2) Permanecer en la Palabra de Dios a través de la obediencia continua; 3) Conocer la verdad divina a través de las Escrituras y la instrucción del Espíritu Santo; 4) Ser liberado espiritualmente de las ataduras del pecado, Satanás y la muerte a través de estos primeros tres pasos.
El documento describe los cuatro pasos para alcanzar la verdadera libertad en Cristo: 1) Creer en Cristo a través de un conocimiento, asentimiento y confianza salvadora en Él; 2) Permanecer en la Palabra de Dios a través de la obediencia continua; 3) Conocer la verdad divina a través de las Escrituras y la instrucción del Espíritu Santo; 4) Ser liberado espiritualmente de las ataduras del pecado, Satanás y la muerte a través de estos primeros tres pasos.
Introducción: ¿Soy verdaderamente libre en Cristo? OT. Veamos los pasos que hay que dar para ser completamente libres:
Creer en Cristo (v. 31a)
Las personas a quien originalmente se refirieron estas palabras eran personas que creían en Jesús pero no estaban preparados para el nivel de lealtad que requiere la verdadera confianza en Él. Creer es el punto inicial de contacto con Cristo. Pero la Biblia advierte que no toda fe salva. (Juan 2:23-25) La fe salvadora está compuesta por tres elementos: conocimiento, asentimiento, confianza. En el capítulo 6, muchos de los que con emoción querían hacer rey a Jesús (v. 14-15), poco después “volvieron atrás, y ya no andaban con él” Pablo advirtió sobre creer en vano (1 Co. 15:2) y exhortó a sus lectores: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos” (2 Co. 13:5). Dios declaró en Hebreos 10:38 esto: “Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma” con lo cual hizo una distinción clara entre “los que retroceden para perdición” y “los que tienen fe para preservación del alma” (v. 39).
Permanecer en la palabra (v. 31b)
Quienes tienen la fe cuya confianza es real y salvadora, quienes son verdaderamente discípulos de Jesucristo permanecerán en la fe y en obediencia a su palabra. La naturaleza del verdadero discipulado consiste en la obediencia continua a su Palabra (Juan 14:15) Los verdaderos discípulos están orientados por la Palabra. Reconocen que ella “tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los santificados”
Conocer la verdad (v. 32a)
La bendición inevitable de creer en Jesús y continuar en obediencia a su Palabra es conocer la verdad. La verdad no viene solo de conocer la revelación de las Escrituras en cuanto a Cristo, viene también de la instrucción del Espíritu Santo, el “Espíritu de verdad” Las Escrituras son la revelación de la verdad divina.
Ser libre (v. 32b)
Creer en Jesús, obedecer su Palabra y conocer la verdad trae libertad espiritual. Esta libertad incluye: Las ataduras de la falsedad, de Satanás (Jn. 17:15) Condenación (Ro. 8:1), Juicio (Jn. 3:18; 5:24) La ignorancia espiritual (8:12) La muerte espiritual (8:51) Del pecado (Ro. 6:18, 22). Conclusión: Quienes son libres en Cristo deben atender el consejo de Pablo a los gálatas: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gá. 5:1).