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Paredes o caras:
1. Cara superior: Está mayormente formada por la cara inferior de las alas
menores
del esfenoides, y la cara inferior del hueso frontal específicamente la que es la
eminencia orbitaria que forma el techo de la órbita.
2. Cara inferior: está formado por los siguientes huesos maxilar y el palatino,
descansa sobre el seno maxilar y se encuentra en la cara superior de la apófisis
piramidal del hueso maxilar. Tenemos la cara superior de la apófisis piramidal maxilar y
la cara superior de la apófisis orbitaria del hueso palatino. En esta cara podemos
encontrar un pequeño canal el cual luego se convierte en conducto y termina en agujero,
se denominan conducto suborbitario y termina como agujero suborbitario.
3. Cara interna: está formada por los siguientes huesos de adelante hacia atrás,
por
la apófisis del maxilar, por el hueso unguis, el hueso plano del etmoides, y por el cuerpo
del esfenoides. En esta cara podemos describir un pequeño canal que se encuentra en la
cara anterior del unguis. Cuando estudiamos unguis dijimos que su cara anterior tiene
forma de canal el cual completa el orificio superior para el canal nasal, el cual aloja al
saco lagrimal y también existe una cresta del unguis presta inserción al tendón directo y
al tendón reflejo del músculo orbicular de los párpados.
4. Cara externa: Está formada por la apófisis orbitaria del hueso malar o huesos
cigomático, y la cara anterior de las alas mayores del esfenoides. El único detalle
anatómico que describimos es la sutura entre el hueso esfenoides y malar.
FOSAS NASALES
Formadas en el centro de la cara, las fosas
nasales son dos, derecha e izquierda,
colocadas simétricamente a cada lado de
la línea media y separadas la una de la otra
por un simple tabique vertical. Su cavidad
da paso al aire de la respiración y sus
paredes están tapizadas por la mucosa
pituitaria, la cual lleva diseminados en su
trama los aparatos terminales de la olfacción. Cada una de las fosas nasales,
consideradas de por sí, se parece a un largo corredor grandemente aplanado en sentido
transversal y un poco más ancho por abajo que por arriba. Así, pues, podemos
considerar en él cuatro paredes y dos aberturas.
1. Pared inferior o suelo. – la pared inferior está un poco inclinada de delante
atrás y de arriba abajo. Plana en sentido anteroposterior y ligeramente cóncava en
sentido transversal, está constituida por delante, por la apófisis palatina del maxilar
superior, y por detrás, por la apófisis horizontal del palatino.
Una sutura transversal indica la unión de estas dos piezas óseas.
Además, encontramos en la parte anterior de esta pared el conducto palatino anterior,
el cual, dirigiéndose hacia dentro al encuentro del conducto del otro lado, se une con
este para formar un conducto único. De esta unión que resulta que los conductos
palatinos anteriores, derecho e izquierdo, tienen dos orificios arriba y uno tan solo
abajo, tomando la disposición, según la longitud de la porción común, unas veces de
una V y otras de una Y.
2. Pared superior o bóveda. – la bóveda de las fosas nasales representa un canal
estrecho y sumamente curvo, cuya concavidad mira hacia abajo. De delante atrás
encontramos como partes constitutivas de este canal:
La cara posterior de los huesos propios de la nariz.
Las partes laterales de la espinal nasal del frontal, encima de la cual se
encuentran los senos frontales.
La cara inferior de la lámina cribosa del etmoides.
La cara anterior del cuerpo del esfenoides.
La cara inferior de este mismo cuerpo del esfenoides, cubierta en este punto por
las alas del vómer, de una parte, y de otra, por la apófisis esfenoidal del
palatino.
Antes de abandonar esta pared, hagamos constar la presencia, en su parte posterior, de
un estrecho conducto, el conducto pterigopalatino, que forma en gran parte esta última
apófisis, y el cual, abriéndose por detrás en la parte más elevada de la fosa nasal, nos
conduce hacia adelante, después de un trayecto ligeramente curvo, al interior de la fosa
pterigomaxilar. Por este conducto pterigopalatino pasan los nervios y vasos del mismo
nombre.
3. Pared interna. – la pared interna está formada por arriba por la lámina vertical
del etmoides y por debajo por el vómer.
Uniéndose entre si estos dos huesos, forman por delante un ángulo entrante de ancha
abertura, que en el hombre vivo está ocupado por un cartílago, el cartílago del tabique,
el cual contribuye en gran parte a la formación del tabique de las fosas nasales.
El tabique de las fosas nasales sigue el plano medio o se inclina más o menos a
izquierda o a derecha: en el primer caso, es regularmente plano; en el segundo, es
cóncava o convexo, según se le considere en una fosa nasal o en la otra.
4. Pared externa. – la pared externa, extendida, como la anterior, de la bóveda
hasta el suelo, lleva una inclinación de arriba abajo y de dentro a fuera. Contribuye a su
formación seis huesos: el maxilar superior, el unguis, el etmoides, el esfenoides, la
porción vertical del palatino y la concha inferior. Es muy irregular y está sembrada de
depresiones y orificios, que ponen en comunicación las fosas nasales con los diferentes
senos que hemos descrito ya en varios huesos de la cara y del cráneo.
En primer lugar, de esta pared externa se
desprenden tres laminas óseas, más o menos
curvas en el hombre: son las conchas, que se
distinguen en superior, media e inferior. en cada
una de ellas podemos considerar una cara interna o
convexa, una cara externa o cóncava, un borde
superior adherente por el cual se fija a la pared y
un borde inferior en el interior de la cavidad de la
fosa nasal. De las tres conchas, las dos primeras
forman cuerpo con el etmoides, del cual no son
más que una dependencia; la tercera es un hueso
aislable y del todo independiente. La concha
superior, más pequeña que las otras dos, no ocupa
sino la parte más posterior de la fosa nasal; por
delante de ella se encuentra una superficie cuadrilátera, sembrada de abundantes surcos
nerviosos y vasculares. Al hablar del etmoides, hemos hecho observar ya que por
encima de la concha superior se encontraba a veces una pequeña concha
supernumeraria, conocida con el nombre de cuarta concha o concha de Santorini.
Cada una de estas conchas, avanzando en el interior de la fosa nasal, limita por fuera de
sí una porción de la cavidad nasal, que ha recibido el nombre de meato. Así como hay
tres conchas, existen también tres meatos, que llevan el mismo nombre que las conchas
receptivas: meato superior, meato medio y meato inferior, comprendidos cada uno de
ellos entre la concha homónima y la pared externa de la fosa nasal.
Los orificios de los diversos senos que vienen a abrirse en las fosas nasales están
distribuidos del modo siguiente:
Un poco por detrás del meato superior y cerca de la bóveda, encontramos el
orifico del seno esfenoidal.
En el meato superior, el orifico (a menudo doble) de las celdillas etmoidales
posteriores.
En el meato medio, el orificio del seno maxilar, considerablemente reducido por
todos los huesos que o rodean.
Por encima de este, el orificio del infundíbulo del etmoides, en el cual
desemboca el seno frontal.
Por último, un poco por detrás del infundíbulo, el orificio de las celdillas
etmoidales anteriores.
Un orificio y un conducto, situado igualmente en la pared externa, ponen en
comunicación la fosa nasal con dos cavidades inmediatas. Son:
El agujero esfenopalatino, que se encuentra un poco por detrás del meato
superior y por otra parte termina en la fosa pterigomaxilar.
El conducto nasal, que ocupa el meato inferior y lo pone en comunicación con la
cavidad orbitaria.
El conducto nasal es continuación por arriba, del canal lacrimonasal, que se encuentra
como sabemos ya, en la parte anterior de la pared interna de la órbita. A partir de este
conjunto se dirige hacia abajo, atrás y adentro, describiendo en su conjunto una ligera
curva cuya convexidad mira hacia delante, abajo y un poco afuera. Por término medio
mide de 10 a 20 mm de longitud. Su anchura es ligeramente variable según el punto en
que se le considera; en su tercio superior mide 4 mm; más abajo se ensancha
gradualmente a manera de embudo y acaba por abrirse, por su porción más ancha, en la
parte superior y anterior del meato inferior. considerado en su modo de formación, el
conducto nasal está constituido, por fuera, por el canal nasal del maxilar superior; por
dentro, por el unguis y la concha inferior, que completan este canal.
5. Abertura anterior. – en el esqueleto, y faltando el cartílago del tabique, las dos
fosas nasales desembocan en una abertura que le es común. Esta abertura (apertura
piriformis), circunscrita por los dos maxilares y los dos huesos propios de la nariz, es
generalmente comparada a un corazón de naipes franceses con la base hacia abajo. La
espina nasal anterior constituye la escotadura media de la base del corazón; el ángulo
entrante, está formado por arriba por el borde inferior de los huesos propios de la nariz,
constituye el vértice.
FOSA TEMPORAL
Área de la vista lateral del cráneo. La fosa
temporal ocupa la porción superior del músculo
temporal.
La fosa temporal posee cuatro límites, los cuales
son:
1. Posterior y superior es la línea curva
temporal superior
2. El limite anterior corresponde al hueso
frontal y hueso cigomático,
3. El límite inferior por la cresta infratemporal y la línea horizontal imaginaria
desde el arco cigomático hasta la cresta esfenotemporal.
4. Limite medial en la cual se encuentra parte del hueso parietal, parte del hueso
frontal.
5. Limite lateral donde se encuentra el arco cigomático.
El suelo de la Fosa temporal se lleva el nombre de pterión porque está compuesta por el
hueso frontal, el hueso parietal, el temporal, el ala mayor del hueso esfenoides y por el
músculo temporal que se presenta en forma de abanico y se origina en el suelo óseo.
El techo de la fosa temporal es la fascia temporal que cubre el músculo temporal y su
inserción en la línea temporal superior, presenta dos capas las cuales se insertan en las
caras laterales y mediales del cigomático o malar. La fascia temporal aporta resistencia
con el arco cigomático la contracción del musculo masetero.
La fosa temporal está compuesta por varias arterias, temporales profundos tanto la
media como la anterior, ya que son ramas de la arteria maxilar interna.
La arteria temporal profunda posterior, la cual es rama temporal superficial rama de la
carótida externa.
Su inervación se debe a los nervios temporal profundo anterior, el temporal profundo
medio y ramas del nervio mandibular.
El músculo temporal tiene su origen en la curva temporal inferior con su aponeurosis, su
inserción en el vértice con los dos bordes y cara interna de la apófisis coronoides de la
mandíbula.
Su función es la que posiciona la mandíbula durante el cierre.
REACTIVOS
1. ¿Por cuantas paredes y aberturas se encuentran formadas las fosas nasales?
a) 4 paredes y 2 aberturas.
b) 3 paredes y 3 aberturas.
c) 4 paredes y 1 abertura.
d) 4 paredes y 4 aberturas.
a) Mucosa nasal.
b) Mucosa nasofaríngea.
c) Mucosa pituitaria.
d) Mucosa lingual.
a) Cara inferior del cuerpo del esfenoides- cara inferior de la lámina cribosa
del etmoides- partes laterales de la espina nasal del frontal- cara posterior
de los huesos propios de la nariz.
b) Cara posterior de los huesos propios de la nariz- cara inferior de la
lámina cribosa- partes laterales de la espina nasal.
c) Cara inferior del cuerpo del esfenoides- cara posterior de los huesos
propios de la nariz.
d) Cara posterior de los huesos propios de la nariz- partes laterales de la
espina nasal del frontal- cara inferior del cuerpo del esfenoides
a) 2 caras
b) 3 caras
c) 1 cara
d) 4 caras
6. ¿Por qué huesos está formada la cara externa de la cavidad orbitaria?
a) Fascia
b) Pterión
c) Arco cigomático
d) Apófisis coronoides